En Labeaga, J. M. y Mercader-Prats, M. (ed.), Desigualdad, Redistribución y Bienestar: Una aproximación a partir de la Microsimulación de Reformas Fiscales, Colección Estudios de Hacienda Pública, Instituto de Estudios Fiscales, Madrid. Págs. 97-129. ISBN: 84-8008-088-4, 2001 Polarización intergeneracional y exclusión social de los niños en España e Italia 1 Conchita D'Ambrosio 2 y Carlos Gradín3 Resumen En este trabajo, ponemos de manifiesto la creciente polarización existente entre los diferentes grupos de edad, tanto en España como en Italia, lo que incrementa especialmente el riesgo de exclusión social de los niños. El empleo de índices de polarización en este trabajo se justifica en la constatación de la inadecuación, a estos efectos, tanto de los índices de desigualdad consistentes con el criterio de Lorenz, como de los índices más habituales de pobreza. Para analizar las causas de la creciente polarización intergeneracional estudiamos una descomposición de la distribución de la renta dentro del colectivo de población infantil de acuerdo con una serie de características de los hogares en los que conviven los niños. En último lugar, pretendemos medir los efectos de la intervención pública a través de la provisión directa de servicios básicos de educación y sanidad. Como principal resultado, cabe destacar que la intervención pública no consiguió en estos países atajar el problema de creciente exclusión infantil, debido a que el diseño y orientación de las instituciones de bienestar las hace más efectivas frente a riesgos asociados con la vejez que con la infancia, ante la ausencia de una verdadera política destinada a mejorar las condiciones de vida de los hogares con niños. 1 Este trabajo se comenzó cuando los autores realizaban una estancia en el CEPS/INSTEAD (Luxemburgo) dentro del IRISS Training and Mobility of Researchers programme (“Access to Large Scale Facilities”) de la Comisión Europea (DGXII). El apoyo del personal del mencionado centro de investigación fue importante para este estudio. Queremos agradecer a Stephen Jenkins sus comentarios a una versión previa de este trabajo, así como los recibidos de otros asistentes a la conferencia “Child Well-Being in Rich and Transition Countries” en Luxemburgo. 2 Università Bocconi. E-mail: [email protected] 3 Universidade de Vigo. E-mail: [email protected] 1 1. Introducción Los últimos años han sido testigos de un cambio profundo en la evolución de los niveles de bienestar de niños y personas mayores, los grupos de edad más vulnerables en nuestra sociedad. En particular, en numerosos países industrializados la mejora en los indicadores de bienestar de la población de más edad fue acompañada de un profundo deterioro de los mismos en el caso de la población infantil. En este trabajo nos centramos en el nivel de bienestar de niños y otros grupos de población en dos países del sur de Europa como son Italia y España. En ambos casos se trata de países del área mediterránea, con estructuras familiares más tradicionales que muestran, a diferencia de otros países europeos, un escaso desarrollo de la familia monoparental y con una prolongación de la convivencia de los niños en sus familias hasta muy tarde. También ambos países presentan un predominio claro del papel del sector público en la provisión sanitaria y educativa, enfrentando un proceso de reestructuración del papel del sector público en sus respectivas economías. Nuestra principal línea de argumentación será que existe un creciente peligro de exclusión social de la población de menor edad en ambos países. Nuestra propuesta consiste en el análisis de la exclusión social mediante un índice de polarización4 debido a que ni los índices de desigualdad que son consistentes con el criterio de Lorenz, ni las medidas de pobreza son apropiadas para esta tarea. Aplicamos el índice de polarización a los diferentes grupos de edad en España e Italia en los años ochenta y noventa. La principal conclusión es que los niños padecen un alto riesgo de exclusión en ambos países debido al deterioro de su posición económica, al aumentar la distancia entre los grupos de edad, lo que conduce a una mayor polarización social. La investigación de las causas que puedan estar detrás de la tendencia mencionada se lleva a cabo mediante el agrupamiento de los niños de acuerdo con las características de los hogares de los que forman parte, dejando al descubierto que los grupos más vulnerables son los hogares con más niños, un sólo perceptor de rentas, especialmente si éste está en situación de desempleo. Finalmente, es también nuestro propósito determinar los efectos de la intervención de los gobiernos en este fenómeno, para lo que nos centramos en la provisión de servicios educativos y de salud. La organización del trabajo es como sigue. La segunda sección presenta los datos y la metodología empleada en la imputación de rentas en especie, mientras que la tercera introduce la medición de la polarización. La cuarta sección presenta los resultados de la estimación para los 4 Una idea similar ha sido propuesta por D’Ambrosio (2000). 2 diferentes grupos de edad y la sección quinta se centra en exclusiva en los niños. Una última sección recoge las principales conclusiones del trabajo. 2. Los datos Este estudio se centra en España, con datos provenientes de la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, para los años 1980/81 y 1990/91 — a los que por simplicidad nos referiremos como 1980 y 1990 — e Italia, datos del SHIW de 1986, 1991, y 1995. En aras de una mayor comparabilidad entre ambos países, emplearemos los datos de ambas encuestas disponibles en la base de datos LIS, dada su mayor homogeneidad. Como definición de “renta inicial” emplearemos la renta monetaria disponible de los hogares que incluye salarios, rentas por cuenta propia, rentas de la propiedad y las procedentes de transferencias sociales, netas en todo caso de impuestos sobre la renta y cotizaciones sociales. La renta se ajusta para tener en cuenta la existencia de economías de escala debido a diferencias en tamaño y composición de los hogares. La renta equivalente de un hogar se obtiene de dividir la renta disponible por el número de adultos equivalentes de acuerdo con la escala OCDE5, el montante resultante se le asigna a cada individuo del hogar. La unidad última de análisis son los individuos, por lo que cada hogar se ponderará por su tamaño, además de su correspondiente peso muestral. Con el propósito de aproximarnos a las oportunidades reales de los miembros de un hogar construimos de forma adicional la “renta final”, resultante de aumentar la renta inicial de cada individuo asignándole la cuantía que le corresponde como transferencia en especie en concepto de la provisión pública directa en sanidad y educación. Esta transferencia se calcula del modo siguiente. En primer lugar, se calcula el montante de gasto efectivamente realizado6 por el sector público en cada país y por cada concepto, educación y salud, de acuerdo con las fuentes de datos nacionales respectivas. En segundo lugar, se imputa a cada individuo la cuantía correspondiente según el coste estimado en función de sus características (edad, sexo, región, escolarización, etc.). En el apéndice se pueden encontrar los detalles del proceso. Debe tenerse en cuenta que, y a diferencia de la renta 5 De acuerdo con esta escala asignaremos un peso 1 al primer adulto, 0,7 al resto de los adultos y 0,5 a cada menor de 18 años. 6 Nuestro enfoque es muy similar al de Smeeding et al. (1993), donde se puede encontrar una discusión más detallada de los diferentes procedimientos de imputación. 3 del hogar, las transferencias en especie no se pueden redistribuir dentro del mismo, por lo que son asignadas directamente a cada individuo. En lo que se refiere al gasto educativo, incluiremos en el análisis tanto el gasto en capital como el gasto corriente en todos los niveles educativos. A la hora de imputar el gasto individualmente se tiene en cuenta si el individuo está escolarizado, y en ese caso cuál es su actual nivel de escolarización.7 En España, también se hace distinción de acuerdo con la comunidad autónoma de residencia para tener en cuenta las posibles diferencias en niveles de gasto surgidas del proceso de descentralización iniciado a comienzos de los años ochenta. En lo que respecta a la cobertura sanitaria, consideramos todos los gastos corrientes y de capital, incluyendo atención primaria y especializada, atención hospitalaria y farmacéutica, así como otros servicios sociales. La cobertura sanitaria se entiende como un seguro, por lo que se le asigna a cada individuo su transferencia correspondiente en función del coste de asistencia para su grupo demográfico (por edad y sexo), estimado en base a la información disponible. Tal y como ya fue mencionado, el empleo de la base de datos LIS en lugar de las respectivas fuentes nacionales, tiene la ventaja de proporcionar un mayor grado de comparabilidad de renta disponible. Pero la elección tiene su coste, ya que afecta a la definición de renta final al perderse alguna información acerca de los hogares. En particular, no podemos distinguir qué familias en España no estaban cubiertas por el sistema público de salud en 1980, asumiendo que todos estaban cubiertos, por lo que se sobreestima el impacto de la cobertura sanitaria en ese año. Este problema no es importante en España en 1990 ni en Italia en los años estudiados ya que en esos casos la cobertura era prácticamente universal. 3. La medición de la polarización social En primer lugar, describiremos los cambios distributivos mediante el uso de técnicas no paramétricas, en particular haremos uso del método conocido como kernel adpatativo. Este procedimiento será modificado para tener en cuenta los pesos muestrales, ϑi , que van asociados a cada observación, de modo que cada una de ellas será ponderada por ϑi . De este modo, las expresiones utilizadas en las dos etapas que conlleva la estimación serán, respectivamente: 4 N ϑ ~ y j − yi j ( ) ∀i f yi = ∑ K h j =1 hN N (1) y: y − yi ∀i , K j h λ ( y ) h λ ( y ) j =1 N j j N N ~ f a ( yi ) = ∑ ϑj donde los pesos muestrales están normalizados para que sumen la unidad, (2) ∑ϑ i i =1. La estimación de las funciones de densidad se hará sobre el logaritmo de la renta por un doble motivo: • El estimador kernel presenta ciertos problemas en el caso de que la densidad tenga un alto grado de asimetría. Es posible demostrar que el valor más pequeño del “error cuadrático medio integrado” (MISE en sus siglas en inglés) depende de la función f a través de R( f '' ) = ∫ f '' ( y )2 dy , que es una medida de la curvatura total de f , de modo que su magnitud es un indicador de la bondad de la estimación cuando h N se elige a través de un proceso de optimación, tomando dicha expresión valores más altos en el caso de una densidad fuertemente asimétrica y con diversas modas. De hecho, la función de densidad BETA (4,4) es la que resulta más fácil de estimar8, siendo el orden de varias funciones conocidas el siguiente: Beta (4,4) Normal Gamma (3) Log-normal En general podemos afirmar que las funciones más sencillas de estimar con esta técnica no paramétrica son las que se aproximan en mayor medida a una normal. Debido a que la distribución de renta es habitualmente similar a una distribución Log-normal, su logaritmo se aproximará a una distribución normal. 7 En el caso de un niño de menos de 15 años, el nivel educativo se estima en función de su edad, asumiendo que todos están escolarizados por tratarse de educación obligatoria. En el caso de ser mayor de 15 años estimamos su nivel educativo de acuerdo con su edad, siempre que esté escolarizado. 8 Para una prueba formal véase Wand y Jones (1995). 5 • La estimación logarítmica recorta la larga cola superior de la distribución, lo que facilita las comparaciones a lo largo del tiempo o entre grupos diversos. Las medidas de desigualdad habitualmente consistentes con el criterio de Lorenz no son adecuadas para determinar los cambios distributivos que queremos analizar. El motivo de ello es que se manifiestan incapaces de distinguir entre situaciones en las que se produce convergencia a la moda global y el surgimiento de grupos emergentes debido a que la convergencia se produce en torno a polos locales. Este hecho motivó la aparición de propuestas independientes sobre la noción de polarización como son el caso de Wolfson (1994) y Esteban y Ray (1994). Esteban, Gradín, y Ray (1999) (en adelante EGR) extendieron posteriormente el enfoque de Esteban y Ray, incluyendo el de Wolfson como un caso particular del mismo. Nuestra propuesta consiste en utilizar el índice de polarización sugerido por EGR con la finalidad de medir el grado de distancia social entre grupos en las sociedades que analizamos.9 La derivación del índice de polarización se realiza del modo siguiente. Consideremos la función de densidad f — la original o la estimada de forma no-paramétrica — definida sobre las rentas equivalentes relativas. Consideremos, así mismo, que ρ=(y1,y2,...yk,p1,p2,.. pk,z1,z2,...zk) indica una partición de la población en k grupos adyacentes, donde para el grupo i tenemos que pi indica la proporción de población que representa, yi es su media condicionada, y zi indica la renta de corte entre los grupos i e i+1. Desde un punto de vista estadístico, la partición ρ es una representación de f que induce un error de aproximación, que denotamos ε(f,ρ). Para G(f) indicando el coeficiente de Gini de la distribución f, el error se expresa como: ε (f,ρ ) = G(f) - G( ρ ) . (3) Este término de error se denomina falta de identificación o heterogeneidad intragrupo. Se asume que la polarización de la distribución es el resultado del hecho de que los individuos se sienten identificados con los miembros de su propio grupo y a la vez alienados respecto de los miembros de otros grupos. De este modo, la polarización en f se expresa como la polarización en la representación ρ menos la falta de identificación dentro de los grupos, que se mide por el término de error: 6 P(f;α , β , ρ ) = ER( α , ρ ) - βε (f,ρ ) , (4) donde ER indica el índice de Esteban y Ray (1994), dado por: n n ER(α , ρ ) = ∑ ∑ pi 1+α p j | ln( y i ) - ln( y j ) | , (5) i =1 i =1 con α∈[1, 1,6] indicando la sensibilidad del índice hacia la polarización, y β≥0 el peso asignado a la identificación. El término ER se denomina polarización simple debido a que mide la polarización en la representación, mientras que la medida P se denomina polarización extendida porque combina tanto la polarización simple como la heterogeneidad intragrupo. Gradín (2000) extiende el enfoque de EGR para el análisis de grupos que pueden solaparse entre sí en vez de ser intervalos de renta. En ese caso, la falta de identificación puede ser el resultado de la desigualdad dentro de los grupos pero también del grado en que éstos se solapan entre sí. Así, la polarización definida como en (4) podría ser negativa, por lo que el índice se normaliza de forma que tome valores no negativos, para lo que se le resta el valor mínimo que el índice puede alcanzar, -β. El índice considerado cuando los grupos se solapan es: P* (f;α , β , ρ ) = P(f;α , β , ρ ) + β . (6) Al permitir investigar los movimientos de los grupos sociales, el índice descrito resulta útil para determinar la distancia social con respecto a diferentes particiones que sugiera la teoría económica. Esto es, permite controlar, entre otros, cómo evoluciona el nivel de bienestar de los grupos educativos, en qué medida existen diferencias regionales en términos de renta, si hay cambios en la distancia social entre generaciones, hasta qué punto los individuos pertenecientes al mismo grupo generacional pueden obtener diferentes rentas en distintos años. 4. Polarización social entre grupos de edad Durante la segunda mitad de los años ochenta, la mayoría de los países europeos experimentaron una importante expansión económica. Tal y como se muestra en la Tabla 1, las rentas medias experimentaron en España un crecimiento en términos reales del 23% referido a toda 9 Véase Gradín (1999, 2000) y D’Ambrosio (1998, 2000) para el análisis de España e Italia con un análisis similar. 7 la década, siendo en Italia del 40% en la segunda mitad de la misma. La recesión italiana de principios de los años noventa produjo una caída del 8% en su renta media. La asignación de las transferencias en especie a los hogares incrementó notablemente sus oportunidades mediante el aumento de su renta final respecto de la inicial en un 12,5% en España en 1980, y de un 14,5% en 1990.10 El caso italiano es aún más nítido: las transferencias hicieron crecer las rentas finales un 13,7% en 1986 y un 23% en 1995. En consecuencia, las transferencias en especie contribuyeron de forma notable a la expansión de la renta a lo largo de los años ochenta (un 2% adicional en España y un 7% en Italia) y frenaron la recesión italiana de principios de los noventa. En ambos países la cuantía de las transferencias sanitarias fue muy superior a la correspondiente a la educación. Tabla 1. Renta media en Italia y España Inicial Con educación Con sanidad cambio (1) Con ambos cambio (1) cambio (1) España 1980 588.170 614.878 4,54 634.767 7,92 661.474 12,46 1990 723.607 764.170 5,61 787.830 8,88 828.392 14,48 Cambio 1980-90 23,03 24,28 24,11 25,23 Italia 1986 9.440 10.095 6,94 10.075 6,73 10.730 13,66 1991 13.197 14.249 7,97 14.738 11,68 15.791 19,65 1995 12.031 13.059 8,54 13.764 14,41 14.792 22,95 Cambio 1986-91 39,79 41,15 46,28 47,17 Cambio 1991-95 -8,83 -8,36 -6,61 -6,32 Notas: Todas las rentas están expresadas en términos constantes, en pesetas y miles de liras de 1990. (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año. Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS. 10 En realidad este incremento fue un 20% mayor, recuérdese la sobreestimación del gasto en 1980. 8 Para trasladar nuestro foco de atención de las rentas medias agregadas al conjunto de la distribución las Tablas 2 y 3 presentan los resultados de medir la desigualdad y la polarización respectivamente. Por simplicidad, en el caso de la polarización presentamos un caso particular, tres grupos, β=1 y α=1,3, en el de desigualdad, el coeficiente de Gini. La polarización en España se redujo durante los años ochenta con independencia del número de grupos asumidos y de la sensibilidad a la polarización. En cada año, el nivel de polarización se ve reducido con la introducción de transferencias en especie por el gasto público en educación y sanidad en más del 10%, siendo mayor en 1990. La reducción en el caso de la sanidad duplica la que se produce por el gasto en educación. De forma similar, la polarización disminuyó en Italia durante la segunda mitad de los ochenta, pero aumentó de forma notable a comienzos de los noventa. La consideración del efecto del gasto público sobre la misma reduce el nivel de forma similar a lo mostrado en España, con intensidad creciente entre 1986 y 1991. La diferencia más destacable es que la reducción en 1991 es más importante en Italia que en España, superando el 15%. Esto fue debido al creciente impacto de la sanidad, mientras que hubo una disminución del efecto de la educación en los casos de dos y tres grupos. El impacto de las transferencias sobre la distribución parece haberse estabilizado desde ese año. Los cambios mencionados en los niveles de polarización se explican a partir de los cambios en la distribución entre grupos de renta que se presentan en la Tabla 4. La diferencia entre las rentas de los grupos extremos se redujo en España entre 1980 y 1990, y en Italia entre 1986 y 1991, lo contrario de lo ocurrido en este último país en el periodo 1991-95. Ambas transferencias en especie, pero en especial las de sanidad, contribuyeron a la disminución de estos ratios en el caso de la renta final. Las tendencias mostradas por el coeficiente de Gini son similares a las descritas para la polarización. Una simple comparación entre ambos países, muestra que en 1991 España presentaba un nivel de desigualdad en la renta inicial un 5% superior al de Italia en ese mismo año, aunque inferior a la del país alpino en 1995. Sin embargo, en términos de polarización social las diferencias en 1991 se vuelven mínimas, incluso cuando se introduce el gasto sanitario. En ambos casos la diferencia aumenta ligeramente por la introducción del gasto en sanidad. La Tabla 4 muestra que también en 1991 las diferencias de rentas entre grupos extremos son desfavorables a España en todos los casos. 9 Tabla 2. Desigualdad en la renta en España e Italia: Coeficiente de Gini Renta inicial con Educación con Sanidad cambio (1) con ambos cambio (1) cambio (1) España 1980 0,325 0,315 -3,19 0,303 -6,87 0,293 -9,85 1990 0,308 0,296 -3,89 0,285 -7,43 0,273 -11,37 cambio 1980-90 -5,52 -6,20 -6,08 -7,11 Italia 1986 0,309 0,297 -3,97 0,291 -5,92 0,278 -10,02 1991 0,293 0,282 -3,63 0,265 -9,54 0,253 -13,61 1995 0,348 0,335 -3,60 0,311 -10,73 0,298 -14,48 cambio 1986-91 -5,26 -4,92 -8,91 -9,04 cambio 1991-95 18,71 18,74 17,14 17,51 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para renta inicial. Para renta final véase apéndice. 10 Tabla 3. Polarización en España e Italia: el caso de 3 grupos, β =1, α =1,3 Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos P ER ε P 1980 0,093 0,138 0,045 0,090 -3,60 0,085 -8,40 0,082 -11,71 1990 0,086 0,129 0,043 0,083 -4,32 0,079 -8,65 0,075 -13,14 Cambio (1) P Cambio (1) P Cambio (1) España cambio -7,20 -6,49 -5,04 -7,90 -7,45 -8,70 1980-90 Italia 1986 0,089 0,132 0,043 0,085 -4,68 0,082 -7,61 0,078 -12,38 1991 0,085 0,125 0,040 0,081 -4,33 0,075 -12,01 0,071 -16,73 1995 0,102 0,152 0,050 0,098 -3,74 0,088 -13,96 0,083 -18,28 cambio -4,67 -5,36 -6,81 -4,32 -9,20 -9,40 20,16 21,36 23,93 20,89 17,49 17,92 1986-91 cambio 1991-95 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para renta inicial. Para renta final véase apéndice. Tabla 4. Ratio de renta entre grupos extremos (grupos óptimos) en España e Italia Inicial con Educación con Sanidad con ambos España nº de grupos 2 3 4 2 3 4 2 3 4 2 3 4 1980 2,54 3,97 5,35 2,46 3,79 4,57 2,38 3,60 4,71 2,31 3,45 4,47 1990 2,42 3,64 4,82 2,33 3,46 4,54 2,26 3,30 4,27 2,17 3,13 3,99 2 3 4 2 3 4 2 3 4 2 3 4 1986 2,44 3,63 4,81 2,34 3,47 4,81 2,31 3,35 4,35 2,21 3,20 4,12 1991 2,32 3,41 4,38 2,25 3,27 4,15 2,13 3,02 3,79 2,06 2,86 3,59 1995 2,72 4,37 6,17 2,62 4,14 5,72 2,42 3,69 5,05 2,33 3,49 4,74 Italia nº de grupos Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para renta inicial. Para renta final véase apéndice. En las Figuras 1 y 2 se presenta gráficamente el efecto que producen las transferencias en especie sobre toda la distribución, efecto que consiste en desplazar el conjunto de la densidad hacia valores más altos de renta, trasladando en ambos países, durante los años analizados, la masa de 11 población de la cola izquierda tanto hacia el centro como hacia la cola derecha. Este efecto es más pronunciado en los noventa que en los ochenta, especialmente para el caso de Italia en 1991 y 1995, donde el efecto de las transferencias reduce la dispersión de rentas presente en la distribución debido a que el desplazamiento de masa que se produce desde la cola izquierda se da en mayor medida hacia el centro que hacia la cola derecha de la densidad. Insertar Figuras 1 y 2 Con el propósito de estudiar la distancia social entre generaciones distintas, procedemos a dividir a la población en cuatro grupos de acuerdo con su edad: niños (hasta 14 años), adultos jóvenes (entre 15 y 30 años), adultos (entre 31 y 64), y personas mayores (a partir de 65 años). Dado que las transferencias en especie afectan de forma diferenciada a los distintos grupos de edad, también investigamos cómo cambia el conjunto de la distribución cuando introducimos estas transferencias. Para poder comprender mejor los cambios experimentados por los grupos poblacionales, calculamos previamente los tamaños relativos de cada uno de los grupos en la Tabla 5. Se puede observar que el grupo de los niños pasó de representar en España un 26% de la población a un 20%, ganando todos los otros grupos. El mismo fenómeno se reprodujo en Italia durante los años ochenta, aunque la reducción en el tamaño relativo del colectivo infantil no fue tan importante como en España, pero también su nivel de partida era inferior; durante los noventa los dos grupos de adultos comenzaron a perder peso sobre el total de la población. 12 Tabla 5. Porcentaje de población en los grupos de edad en España e Italia España 1980 1990 niños 25,8 19,6 adultos jóvenes 22,9 25,1 adultos 39,8 41,2 Personas mayores 11,5 14,1 Italia 1986 1991 1995 niños 17,6 15,3 15,0 adultos jóvenes 24,7 25,7 23,7 adultos 45,2 45,2 44,8 Personas mayores 12,5 13,8 16,4 Notas: Toda la población = 1 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS La Tabla 6, que presenta los cambios en las rentas medias, deja constancia del progresivo deterioro de la posición económica de los niños respecto de su renta inicial, especialmente en el caso de Italia al pasar, en un periodo de diez años, de tener el 90% de la media conjunta hasta el 80%, siendo también patente, aunque con menor intensidad, en el caso de España: del 93% al 89%. El grupo de los niños se convirtió en el grupo de edad más pobre en ambos países, situándose a una distancia considerable del resto de la población. Los adultos tienen la mayor renta media en todos los casos. Si los niños se hacen más pobres a lo largo del tiempo, la otra cara de la moneda fue la mejora en la posición relativa de las personas de más edad (del 92% al 98% de la renta media inicial en España, y del 95% al 100% en Italia) que, en consecuencia, dejan de ser el grupo más pobre. Téngase en cuenta que una diferencia entre ambos países durante los años ochenta es que mientras que en Italia destaca el empeoramiento relativo de los niños, es el único grupo que empeora, en España resalta la mejora sustancial de los de más edad, mientras que todos los demás grupos empeoraron. 13 Tabla 6. Renta media por grupos de edad en España e Italia Renta Inicial Renta Final Con Educación 1990 1980 Niños 0,93 0,89 0,97 0,97 0,90 0,87 0,95 0,94 Adultos Jóvenes Adultos 1,04 1,02 1,09 1,08 1,05 1,01 1,10 1,07 1,05 1,04 1,00 0,99 1,04 1,04 1,00 0,99 Personas Mayores Italia 0,92 0,98 0,88 0,93 0,96 1,05 0,92 1,00 1986 Niños 0,90 0,86 0,81 1,03 1,01 0,95 0,88 0,84 0,78 1,01 0,97 0,91 Adultos Jóvenes Adultos 0,98 0,99 0,99 1,04 1,07 1,11 0,96 0,95 0,95 1,02 1,03 1,05 1,06 1,07 1,06 0,99 0,99 0,98 1,06 1,05 1,04 0,99 0,98 0,97 Personas 0,95 0,96 1,04 Mayores Notas: Renta relativa a la media (=1) 0,89 0,89 0,96 1,04 1,10 1,18 0,98 1,02 1,09 1995 1986 1990 1991 1980 Con ambos España 1991 1980 Con Sanidad 1995 1986 1990 1991 1980 1995 1986 1990 1991 1995 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para renta inicial. Para renta final véase apéndice. La pérdida conjunta en la posición relativa de los niños es más pequeña en España si nos centramos en la renta final (solamente pasa del 95% al 94% de la renta media total), pero el deterioro sigue siendo importante en Italia durante la segunda mitad de los ochenta, desde el 100% al 97%, agravándose durante los primeros años noventa, del 97% al 91%. Obviamente, el gasto educativo tuvo una repercusión mayor entre los niños que el gasto sanitario. Este último, en efecto, redujo sus renta media relativa por ser las personas de mayor edad sus principales beneficiarios. Tras añadir las transferencias en especie, los niños italianos se encontraban en términos relativos mejor situados que los niños españoles en 1990, mientras que lo contrario ocurría con la renta inicial. A pesar de que los niños son los principales beneficiarios en conjunto de las transferencias en especie, gracias a su escolarización, ello no altera su posición como el grupo más pobre y por tanto vulnerable. Respecto a las personas mayores destaca el hecho de que de acuerdo con la renta inicial estaban mejor situados relativamente en España, pero al considerar el gasto sanitario su posición relativa es mejor en Italia. Las funciones de densidad de la distribución de la renta por grupos de edad, con y sin transferencias en especie, se muestran en las Figuras de la 3 a la 7. Todos los grupos de edad se beneficiaron en España del crecimiento económico durante los años ochenta, pero las ganancias no 14 se repartieron de forma equitativa. Nótese el cambio en la forma de las densidades de renta antes de las transferencias para los grupos de niños y mayores de 1980 a 1990. Una comparación de los cambios en las distribuciones de renta sin transferencias en los diez años de análisis, pone de manifiesto un desplazamiento de todas las densidades hacia valores de renta más altos, siendo este movimiento más acusado en el caso de la población de más edad, el que experimentó la mayor ganancia en bienestar entre 1980 y 1990. Las transferencias en especie no anulan este resultado y, de hecho, tras añadirlas es posible observar que la distribución del grupo de adultos es la menos afectada por las mismas, mientras que existe un efecto adicional en el caso de niños y personas de más edad, particularmente en los años noventa, debido a la reducción en el grado de dispersión de renta. Esta reducción está originada por el hecho de la masa de población se desplaza desde la cola izquierda hacia el centro en mayor medida que hacia la derecha. Insertar Figura 3 y 4 Entre 1986 y 1995, las distribuciones de todos los grupos de edad en Italia se movieron hacia niveles de renta más altos, con diferencias relevantes tanto entre los grupos como entre los años de análisis, por lo que se hace apropiado hacer una distinción por subperiodos: 1986-1991 y 19911995. Entre 1986 y 1991, el grupo que obtuvo una menor ganancia fue el compuesto por niños, ya que su densidad sin transferencias en especie se desplazó en menor medida hacia la derecha que las densidades de los otros grupos. Las transferencias en especie se vieron incrementadas proporcionalmente para todos los grupos sin compensar sus ganancias relativas, pero en cambio sí que redujeron la dispersión de rentas entre los niños. El periodo siguiente, de 1991 a 1995, que abarca años de recesión para la economía italiana, la masa de la densidad sin transferencias se desplazó hacia niveles más bajos de renta. Este efecto es muy pequeño para los más mayores pero extremadamente pronunciado en el caso de los niños. Las mismas consideraciones se mantienen en el caso de incluir las transferencias. El efecto neto de los cambios mencionados en la distribución entre 1986 y 1995 en Italia fue que los niños constituyen el grupo que menos ganancia obtuvo, al haber sido el menos beneficiario del crecimiento económico y ser, en cambio, el más vulnerable ante la recesión. Insertar Figura 5, 6 y 7 15 Tabla 7. Polarización social entre grupos de edad en España e Italia: el caso de β =1, α =1,3 Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos P* ER ε P* 1980 0,714 0,0110 0,297 0,727 1,90 0,742 3,92 0,750 5,15 1990 0,732 0,0108 0,279 0,742 1,41 0,757 3,52 0,760 3,81 Cambio (1) P* Cambio (1) P* Cambio (1) España Cambio 2,51 -1,49 -6,08 2,01 2,11 1,20 1980-90 Italia 1986 0,739 0,0146 0,276 0,734 -0,63 0,758 2,69 0,732 -0,88 1991 0,761 0,0162 0,255 0,757 -0,59 0,798 4,83 0,765 0,42 1995 0,707 0,0153 0,309 0,705 -0,21 0,774 9,55 0,750 6,06 Cambio 3,08 11,07 -7,67 3,12 5,23 4,44 -7,19 -5,66 21,11 -6,83 -3,00 -1,97 1986-91 Cambio 1991-95 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS Con objeto de cuantificar estos cambios distributivos en términos de la polarización de la sociedad, se muestra en la Tabla 7 el resultado de los índices descritos en la sección anterior cuando consideramos los grupos no como agrupaciones de renta similares sino en función de su edad. Observamos que la polarización extendida por grupos de edad se incrementó en España, 1980-90, e Italia 1986-91, pero se redujo en esta última en torno a un 7% entre 1991 y 1995. El motivo que está detrás del incremento de la polarización intergeneracional tiene que ver con una caída en la heterogeneidad intragrupo, o falta de identificación, ya que los grupos de edad se vuelven más homogéneos internamente. En Italia entre 1986 y 1991 este efecto se refuerza por el aumento en la distancia entre los distintos grupos de edad. Nótese que en 1991 la polarización de acuerdo con la renta inicial era mayor en Italia que en España, consecuencia tanto de mostrar mayor polarización simple como grupos más homogéneos. Tal y como muestra la Tabla 8, todos los grupos experimentaron una caída en sus niveles de heterogeneidad intragrupo durante los años ochenta. Esta caída fue creciente con la edad del grupo en España, mientras que en Italia esta reducción no afectó a los más mayores. Durante los noventa, 16 todos lo grupos italianos experimentaron un aumento de similar magnitud en la heterogeneidad intragrupo, pero menos significativa en el caso de los de más edad. En ambos países, este grupo se convirtió en el más homogéneo en términos de renta, con los niños situados en una posición intermedia. Tabla 8. Heterogeneidad intragrupo por grupo de edad en España e Italia Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos España 1980 1990 1980 1990 1980 1990 1980 1990 Niños 0,317 0,306 0,286 0,268 0,303 0,291 0,273 0,254 Adultos Jóvenes Adultos 0,316 0,303 0,303 0,282 0,292 0,282 0,281 0,264 0,332 0,313 0,332 0,313 0,308 0,290 0,308 0,290 Personas Mayores Italia 0,324 0,288 0,324 0,288 0,289 0,248 0,289 0,248 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 Niños 0,301 0,289 0,352 0,255 0,250 0,294 0,288 0,266 0,320 0,245 0,231 0,269 Adultos Jóvenes Adultos 0,317 0,297 0,359 0,301 0,281 0,344 0,303 0,277 0,329 0,290 0,263 0,319 0,313 0,292 0,352 0,313 0,292 0,352 0,295 0,265 0,315 0,295 0,265 0,315 Personas 0,273 0,272 0,297 0,273 0,272 0,297 0,234 0,214 0,229 0,234 0,214 0,229 Mayores Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para la renta inicial. Para la renta final, véase el apéndice. La introducción de las transferencias en especie incrementó la polarización social en España en ambos años, con menor intensidad en 1990. En Italia, a pesar de que las transferencias por educación no tuvieron efecto, las de salud incrementaron la polarización resultante, y lo hizo de forma creciente en el tiempo, debido tanto al aumento de la polarización simple como a la disminución de la heterogeneidad interna. En 1990, de acuerdo con la renta inicial la polarización intergeneracional era muy similar en España e Italia, al desvanecerse las diferencias observadas con la renta inicial. Tanto en Italia como en España las transferencias en especie ayudaron a reducir el incremento en la polarización extendida observada con la renta inicial durante los años ochenta, pero en los noventa también frenaron la caída en el caso de Italia. Nuestro principal resultado hasta el momento, el creciente grado de polarización social entre niños y los otros grupos de edad tanto en Italia como en España, puede atribuirse parcialmente a las instituciones del estado de bienestar de ambos 17 países, diseñadas para combatir el riesgo de exclusión de los de más edad pero no de los niños. Los sistemas de seguridad social tuvieron un cierto éxito en reducir tanto la dispersión dentro del grupo de mayores, logrando una mayor identificación como grupo, como en mantener su tasa de crecimiento en línea con los activos más jóvenes. Italia y España son de los pocos países, junto con Grecia, dentro de la UE sin un subsidio universal a las familias con niños. En ambos casos este subsidio depende conjuntamente de la renta y de la ocupación de los padres, y su cuantía es muy pequeña en relación con el coste que los niños representan para un hogar. Las deducciones fiscales en el impuesto sobre la renta son de aplicación universal sobre los contribuyentes, pero una vez más su cuantía es manifiestamente insuficiente; no existe un programa nacional que provea con una renta mínima a los hogares con niños. Las políticas públicas tampoco ayudan demasiado a las madres trabajadoras dado que el número de guarderías es mínimo y los horarios de las escuelas infantiles y juveniles no se adecuan a sus necesidades por no coincidir con lo horarios laborales. En contraste, el sistema de pensiones ha sido ampliamente generoso en redistribuir renta desde los activos hacia los retirados. Este hecho es sustancialmente importante en Italia, donde, por ejemplo, el sistema de pensiones previo a la reforma Amato (1992) podía ofrecer una pensión equivalente al 80% del salario medio de los últimos cinco años. Los trabajadores se podían retirar no solamente cuando alcanzaban la edad de jubilación (60 los hombres, 55 las mujeres), sino que también lo podían hacer si habían contribuido 35 años al sistema. Las pensiones estaban indexadas tanto a la inflación como al crecimiento de los salarios y la jubilación anticipada se utilizaba como medio de lucha contra el desempleo. 6. La distribución entre los niños Hasta el momento, nos hemos centrado en la posición económica relativa de los niños respecto de los demás grupos de edad. Ahora, damos un paso adicional investigando los cambios que afectaron a la distribución de ingreso dentro del colectivo infantil, tratando de explicar qué factores están detrás. Como ya hemos visto, la posición económica de los niños retrocedió en términos relativos tanto en España como en Italia en los años ochenta, acelerándose en este último durante la primera mitad de los noventa. Como muestra la Tabla 9, la polarización extendida en el colectivo infantil se redujo en España durante los años ochenta, pero con menos intensidad de lo acontecido para el conjunto 18 de la población, por lo que su nivel se igualó al del resto con independencia de si incluimos o no las transferencias en especie. La polarización extendida entre los niños permaneció estable o aumentó en Italia durante los años ochenta, aumentando brúscamente en los noventa, cuando alcanzó un nivel superior al del conjunto de la población si tomamos en cuenta la renta inicial, aunque el efecto amortiguador de las transferencias en educación hizo que todavía fuese menor Tabla 9. Polarización en España e Italia en la población infantil: el caso de 3 grupos, β =1, α =1,3 Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos P ER ε P 1980 0,090 0,134 0,044 0,079 -12,23 0,085 -5,57 0,075 -16,82 1990 0,086 0,128 0,042 0,073 -14,49 0,081 -5,35 0,069 -19,54 Cambio (1) P Cambio (1) P Cambio (1) España Cambio 1980-90 Italia -4,52 -4,35 -3,99 -6,98 -4,30 -7,64 1986 0,083 0,127 0,043 0,067 -19,31 0,080 -4,38 0,064 -22,61 1991 0,085 0,124 0,039 0,070 -17,74 0,077 -9,56 0,063 -25,41 1995 0,104 0,154 0,050 0,086 -17,62 0,092 -12,04 0,076 -26,85 Cambio 2,12 -1,63 -8,85 -4,12 -3,40 1986-91 Cambio 22,45 23,80 26,71 22,64 19,09 1991-95 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año -1,57 20,09 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS Con el propósito de investigar en qué medida pudiese haber aumentado la polarización social entre los niños con respecto a alguna característica, consideramos en este estudio las siguientes clasificaciones: - El nivel de educación alcanzado por el sustentador principal: sin estudios, primaria, secundaria, y educación superior.11 - El área de residencia: regiones Norte, Centro y Sur en Italia; tres grupos de comunidades autónomas en España según la renta inicial que tenían en 1980. En este último caso, se han 11 De cara a hacer más homogénea la información disponible en ambos países, se definieron estos niveles utilizando los originales de cada país, en términos de años potenciales de educación. Respectivamente: “hasta ocho”, “ocho”, “entre ocho y trece”, “más de trece”. El nivel de educación se estima según la edad de cada persona, asumiendo que todos los niños de menos de quince años estaban escolarizados. 19 utilizado los tres grupos óptimos resultantes de la minimización en ese año de la dispersión interna. - La composición del hogar: distinguimos nueve grupos de acuerdo con el número de niños (ninguno, uno, y más de uno) y el número de perceptores de renta (uno o ninguno, dos, tres o más). - Situación profesional del sustentador principal: éste puede ser empleado, trabajar por cuenta propia con o sin empleados, retirado, o no trabajar por otros motivos (si está desempleado, buscando su primer empleo, desempeñando tareas del hogar, es rentista, estudiante, etc.). De acuerdo con las definiciones de LIS, el sustentador principal es el marido en las parejas casadas, pero cuando los datos no estaban disponibles para él, se consideró a la mujer como la sustentadora principal. 12 Un elemento que puede explicar un proceso creciente de polarización entre los niños en un país es la existencia de un creciente premio a la educación en el mercado de trabajo a los sustentadores principales. Esto parece, en efecto, la característica que genera la distribución más polarizada en ambos países, con independencia de que la evolución en los ochenta fue muy diferente. La Tabla 10 presenta los resultados de la polarización de acuerdo con el nivel educativo del sustentador principal, y las Tablas 11 y 12 presentan los resultados de las rentas medias y porcentajes de población de cada grupo educativo. Durante los años ochenta se produjo un aumento en el nivel educativo medio en ambos países, con una reducción especialmente importante del nivel más bajo en España. Sin embargo, surgen algunas diferencias cuando comparamos las rentas de los grupos extremos, los sin estudios y los que poseen estudios superiores. Mientras que esta distancia se reduce de forma notable en España debido a la caída en renta relativa del grupo de educación superior, la distancia entre ambos grupos aumentó fuertemente en Italia. En consecuencia, la polarización simple para grupos educativos se redujo en España y creció en Italia en ese periodo. Cuando comparamos ambos países en 1990, observamos que un niño italiano cuyo sustentador principal tuviese un título universitario tenía una renta 3,2 veces superior a la de un niño cuyo sustentador no tuviese estudios formales. En España ese ratio era de 2,7. La reducción en la falta de identificación interna en Italia, y su aumento en España, reforzaron estas tendencias mencionadas en las rentas medias. 20 En los primeros años noventa, el proceso continuó en Italia, pero fue acompañado de una caída en la distancia de renta entre los grupos en el medio (con estudios primarios y secundarios). La introducción de las transferencias en especie, especialmente las referidas a la educación, redujeron de forma sustancial el nivel de polarización simple acortando las distancias entre grupos extremos, con mayor intensidad en Italia (una reducción de entre el 20% y el 30%) que en España (sobre el 15%). El impacto final sobre la polarización extendida, sin embargo, no fue importante, debido a que también se aumentó el grado de homogeneidad al interior de los grupos. Tabla 10. Polarización educacional entre los niños en España e Italia: β =1, α =1,3 Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos P* ER ε P* 1980 0,920 0,073 0,153 0,922 0,16 0,924 0,41 0,926 0,66 1990 0,906 0,062 0,156 0,910 0,51 0,910 0,54 0,917 1,25 Cambio (1) P* Cambio (1) P* Cambio (1) España Cambio 1980-90 Italia -1,59 -15,52 2,11 -1,25 -1,46 -1,02 1986 0,872 0,064 0,191 0,876 0,45 0,878 0,69 0,882 1,12 1991 0,920 0,071 0,152 0,912 -0,85 0,926 0,70 0,921 0,11 1995 0,872 0,075 0,203 0,867 -0,57 0,885 1,46 0,881 1,02 Cambio 5,47 12,16 -20,87 4,10 5,48 1986-91 Cambio -5,22 4,59 33,86 -4,94 -4,50 1991-95 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año 4,41 -4,36 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS 12 El problema es más importante en España en 1980, ya que la encuesta original provee información sólo de los sustentadores principales de los hogares, los cuales se definen originalmente como los que aportan más renta al hogar de forma regular. 21 Tabla 11. Renta media para los niños por nivel educativo del sustentador principal en España e Italia Renta Inicial Renta Final Con Educación España 1980 1990 1980 Con Sanidad 1990 1980 Con ambos 1990 1980 1990 sin estudios 0,67 0,67 0,72 0,73 0,69 0,68 0,73 0,74 primaria 0,96 0,87 0,96 0,89 0,96 0,88 0,96 0,90 secundaria 1,45 1,21 1,39 1,17 1,43 1,20 1,38 1,16 universidad 2,06 1,82 1,95 1,71 2,00 1,78 1,91 1,68 Italia 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 sin estudios 0,55 0,50 0,52 0,63 0,61 0,69 0,57 0,54 0,56 0,65 0,64 0,71 primaria 0,87 0,85 0,80 0,90 0,88 0,85 0,87 0,86 0,81 0,91 0,89 0,86 secundaria 1,22 1,23 1,11 1,16 1,17 1,07 1,21 1,21 1,11 1,16 1,16 1,07 universidad 1,50 1,62 1,98 1,40 1,49 1,75 1,48 1,57 1,89 1,38 1,46 1,70 Notas: Renta en relación a la media (=1) Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para renta inicial. Para renta final véase apéndice. Tabla 12. Proporción de población infantil de acuerdo con nivel educativo del sustentador principal en España e Italia España 1980 1990 sin estudios 0,280 0,145 primaria 0,570 0,582 secundaria 0,071 0,168 universidad 0,078 0,105 Italia 1986 1991 1995 sin estudios 0,038 0,015 0,022 primaria 0,604 0,593 0,543 secundaria 0,292 0,295 0,354 universidad 0,066 0,096 0,082 Notas: Toda la población = 1 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS También podemos observar una distribución fuertemente polarizada entre los niños cuando consideramos el número de perceptores de renta en sus hogares y el número de niños en los mismos (véanse las Tablas 13-15). De forma adicional, este tipo de polarización extendida se incrementó de forma pronunciada en ambos países a lo largo de los años ochenta, aunque se redujo en el caso de Italia a comienzos de los noventa. El primer efecto fue debido a un aumento en la polarización simple acompañada de una reducción en la heterogeneidad intragrupo. El segundo efecto se debió a lo 22 contrario. Como en el caso anterior (por nivel educativo), la inclusión de las transferencias en especie no altera la tendencia descrita. Todos los grupos en España aumentaron en tamaño relativo salvo los de más de dos niños. El grupo económicamente más vulnerable, con a lo sumo un perceptor de rentas y más de dos niños, experimentó el mayor deterioro en términos de renta, constituyendo el único grupo con una caída en términos absolutos. Los grupos con las mejores posiciones y con los mayores progresos son aquéllos sin niños adicionales y con dos perceptores. La existencia de perceptores adicionales, en muchos casos miembros del hogar ya retirados, no mejora la renta de los niños. En Italia, la posición de los grupos fue muy similar a la resultante en el caso de España. El grupo mejor posicionado fue el de niños en hogares con dos perceptores y un único niño, y el peor el de un perceptor a lo sumo y más de dos niños adicionales. La distancia entre ambos grupos fue mayor que en España en 1990. Los ochenta se caracterizaron por un deterioro en la posición de los niños en hogares con un perceptor y más de dos niños, y una mejora en los hogares con dos percpetores, incluso si tenían más de dos niños. Este proceso cambió durante los noventa. La introducción de las transferencias en especie en ambos países, principalmente educación, mejoró la posición de la población infantil en hogares con más de dos niños. 23 Tabla 13. Polarización entre los niños por composición del hogar en España e Italia: β =1, α =1,3 Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos P* ER ε P* 1980 0,798 0,021 0,224 0,812 1,79 0,809 1,38 0,822 3,12 1990 0,860 0,026 0,166 0,872 1,40 0,867 0,91 0,880 2,39 Cambio (1) P* Cambio (1) P* Cambio (1) España Cambio 1980-90 Italia 7,77 22,50 -25,58 7,36 7,27 7,01 1986 0,860 0,026 0,166 0,869 1,01 0,867 0,80 0,875 1,77 1991 0,931 0,039 0,108 0,921 -1,01 0,935 0,80 0,929 -0,21 1995 0,866 0,041 0,175 0,869 0,27 0,879 1,45 0,882 1,79 Cambio 8,18 45,70 -35,06 6,01 7,82 1986-91 Cambio -6,89 6,32 61,70 -5,69 -5,98 1991-95 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año 6,07 -5,02 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS La polarización regional extendida entre los niños cayó en España y creció en Italia durante los años ochenta (véanse las Tablas 16-18). En España la reducción de la distancia entre los pobres y los ricos redujo el nivel de polarización simple, y los grupos mostraron mayor heterogeneidad intragrupo,13 mientras en Italia el incremento en la polarización extendida fue debido al aumento en la identificación al interior de las regiones. En España, las regiones que eran más pobres en 1980 incrementaron su peso en la población, mientras que en Italia este grupo (el Sur) redujo su tamaño relativo. Durante los años noventa, la polarización regional extendida se redujo también en Italia debido al efecto conjunto de un pronunciado aumento en la heterogeneidad intragrupo y un menor incremento en la distancia entre el Sur y el Norte. En ambos países, el gasto público en educación aporta el mayor beneficio para los niños residentes en las regiones pobres, mientras que el gasto en salud apenas tuvo efecto sobre las rentas relativas en ambos países, excepto en Italia en 1995, donde también benefició más claramente a las regiones pobres. 13 Este resultado es también válido para el conjunto de la población, pero depende crucialmente de la elección de la renta como variable relevante. En Gradín (2000) se muestra que para toda la población la polarización de gasto por comunidades autónomas aumenta durante los años ochenta, considerando cada comunidad como un grupo. 24 Tabla 14. Renta media de los niños por composición del hogar en España e Italia Renta Inicial Renta Final Con Educación España 1980 1990 1980 With health care 1990 1980 Con ambos 1990 1980 1990 n<=1, c=1 1,12 0,98 1,09 0,95 1,13 1,00 1,09 0,97 n<=1, c=2 1,04 0,89 1,02 0,90 1,04 0,89 1,02 0,90 n<=1, c>2 0,83 0,68 0,86 0,73 0,84 0,69 0,86 0,74 n=2, c=1 1,45 1,51 1,39 1,41 1,43 1,50 1,38 1,41 n=2, c=2 1,27 1,33 1,24 1,29 1,26 1,31 1,23 1,27 n=2, c>2 0,91 0,96 0,93 0,99 0,91 0,96 0,93 0,98 n>2, c=1 1,29 1,21 1,26 1,19 1,28 1,20 1,25 1,18 n>2, c=2 1,08 1,11 1,08 1,11 1,08 1,09 1,07 1,10 n>2, c>2 0,84 0,81 0,88 0,86 0,85 0,82 0,88 0,86 Italia 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 n<=1, c=1 0,90 0,90 0,91 0,89 0,88 0,92 0,90 0,92 0,92 0,90 0,89 0,92 n<=1, c=2 0,85 0,75 0,71 0,89 0,80 0,78 0,85 0,77 0,74 0,89 0,82 0,80 n<=1, c>2 0,63 0,57 0,64 0,72 0,66 0,74 0,65 0,60 0,67 0,73 0,69 0,76 n=2, c=1 1,42 1,50 1,53 1,31 1,37 1,38 1,41 1,46 1,49 1,30 1,35 1,36 n=2, c=2 1,23 1,30 1,30 1,18 1,25 1,23 1,22 1,27 1,27 1,17 1,23 1,21 n=2, c>2 0,84 1,08 1,11 0,87 1,08 1,09 0,85 1,07 1,10 0,88 1,07 1,08 n>2, c=1 1,29 1,34 1,38 1,26 1,32 1,36 1,27 1,31 1,33 1,25 1,30 1,32 n>2, c=2 1,08 1,07 1,12 1,10 1,08 1,15 1,08 1,06 1,10 1,09 1,07 1,13 n>2, c>2 0,96 0,83 0,72 1,04 0,86 0,83 0,95 0,84 0,74 1,04 0,86 0,83 Notas: -Renta en relación a la media global (=1) -n=número de perceptores; c=número de niños Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para renta inicial. Para renta final (véase el apéndice). 25 Tabla 15. Proporción de población infantil por composición del hogar en España e Italia España 1980 1990 n<=1, c=1 0,075 0,094 n<=1, c=2 0,248 0,269 n<=1, c>2 0,319 0,195 n=2, c=1 0,045 0,081 n=2, c=2 0,098 0,156 n=2, c>2 0,112 0,094 n>2, c=1 0,016 0,032 n>2, c=2 0,030 0,045 n>2, c>2 0,057 0,035 Italia 1986 1991 1995 n<=1, c=1 0,124 0,116 0,122 n<=1, c=2 0,273 0,259 0,281 n<=1, c>2 0,118 0,111 0,151 n=2, c=1 0,134 0,132 0,129 n=2, c=2 0,202 0,254 0,221 n=2, c>2 0,076 0,067 0,074 n>2, c=1 0,023 0,020 0,011 n>2, c=2 0,031 0,026 0,009 n>2, c>2 0,019 0,014 0,002 Notas: -Toda la población=1 -n=número de perceptores; c=número de niños Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS 26 Tabla 16. Polarización regional entre los niños en España e Italia: β =1, α =1,3 Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos P* ER ε P* 1980 0,828 0,049 0,221 0,832 0,47 0,836 0,91 0,840 1,42 1990 0,804 0,037 0,233 0,816 1,50 0,813 1,00 0,826 2,63 Cambio (1) P* Cambio (1) P* Cambio (1) España Cambio 1980-90 Italia -2,85 -23,22 -1,85 -2,75 -1,69 1986 0,834 0,051 0,217 0,854 2,40 0,841 0,85 0,860 3,15 1991 0,861 0,051 0,190 0,864 0,34 0,873 1,40 0,877 1,82 1995 0,834 0,068 0,234 0,848 1,69 0,849 1,85 0,862 3,42 Cambio 3,27 0,69 -12,38 1,18 3,83 1986-91 Cambio -3,14 33,43 23,18 -1,83 -2,72 1991-95 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año 1,94 -1,62 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS Tabla 17. Renta media de los niños por área de residencia en España e Italia Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos España 1980 1990 1980 1990 1980 1990 1980 1990 pobre 0,80 0,85 0,83 0,88 0,80 0,86 0,84 0,89 media 1,05 1,06 1,05 1,05 1,05 1,06 1,04 1,05 rica 1,22 1,17 1,18 1,12 1,21 1,16 1,17 1,12 Italia 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 Norte 1,17 1,20 1,25 1,14 1,16 1,19 1,16 1,19 1,23 1,13 1,15 1,18 Centro 1,10 1,11 1,06 1,08 1,08 1,05 1,10 1,11 1,06 1,08 1,08 1,05 Sur 0,83 0,84 0,76 0,86 0,87 0,82 0,83 0,85 0,79 0,86 0,88 0,83 Notas: Renta relativa a la media global (=1) Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para la renta inicial. Para la renta final véase el apéndice. 27 Tabla 18. Proporción de población infantil por área de residencia en España e Italia España 1980 1990 pobre 0,395 0,416 media 0,315 0,319 rica 0,290 0,266 Italia 1986 1991 1995 Norte 0,386 0,395 0,372 Centro 0,156 0,168 0,179 Sur 0,458 0,437 0,448 Notas: Toda la población = 1 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS La polarización extendida por empleo u ocupación del sustentador principal (véanse las Tablas 19-21) permaneció estable durante todo el periodo en ambos países, ya que los cambios en la polarización simple fueron en buena medida compensados por los cambios en el término de identificación intragrupo. Destaca de forma particularmente relevante lo ocurrido en Italia entre 1991 y 1995, cuando la polarización simple creció de forma pronunciada, pero fue completamente compensada por el correspondiente aumento en el nivel de falta de identificación interna. La población infantil que se benefició más del crecimiento económico de los años ochenta en España fueron los niños en hogares donde el sustentador era o bien autoempleado o bien retirado; en Italia fueron aquellos niños cuyos sustentadores no trabajaban o estaban retirados. En España los niños en hogares donde el sustentador no trabajaba eran los que estaban en la peor situación y los que más empeoraron en ese periodo, lo mismo que ocurrió en Italia durante los noventa. En general, los que habitaban en hogares donde el sustentador no trabajaba o estaba retirado constituían los grupos que se beneficiaron en mayor medida del gasto público en ambos países. 28 Tabla 19. Polarización entre los niños según situación profesional del sustentador principal en España e Italia: β =1, α =1,3 Renta Inicial Renta Final Con Educación Con Sanidad Con ambos P* ER ε P* 1980 0,775 0,036 0,261 0,794 2,37 0,786 1,31 0,803 3,61 1990 0,773 0,030 0,257 0,800 3,52 0,782 1,20 0,809 4,75 Cambio (1) P* Cambio (1) P* Cambio (1) España Cambio 1980-90 Italia -0,36 -16,89 -1,27 0,77 -0,47 0,74 1986 0,761 0,025 0,264 0,798 4,83 0,770 1,24 0,805 5,83 1991 0,760 0,016 0,256 0,780 2,59 0,780 2,59 0,797 4,91 1995 0,766 0,050 0,284 0,787 2,86 0,787 2,77 0,807 5,37 Cambio -0,12 -35,57 -3,07 -2,24 1,21 1986-91 Cambio 0,72 205,22 10,90 0,98 0,90 1991-95 Notas: (1) Cambio porcentual respecto del valor de la renta inicial en el mismo año -0,98 1,16 Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS 29 Tabla 20. Renta media de los niños por situación profesional en España e Italia Renta Inicial Renta Final Con Educación España 1980 1990 No trabajan* Empleado Autoempleado ** Retirado Italia No trabajan Autoempleado ** 1990 1980 Con ambos 1990 1980 1990 0,90 0,65 0,91 0,70 0,90 0,68 0,91 0,72 1,08 1,05 1,07 1,04 1,08 1,05 1,07 1,04 0,87 1,07 0,89 1,06 0,88 1,06 0,90 1,06 0,65 0,76 0,70 0,80 0,67 0,77 0,71 0,81 1986 1991 1995 1986 * Empleado Retirado 1980 Con Sanidad 1991 1995 1986 1991 1995 1986 1991 1995 0,54 0,68 0,36 0,61 0,81 0,53 0,56 0,69 0,41 0,63 0,81 0,56 0,99 1,01 1,08 0,98 1,01 1,06 0,99 1,00 1,08 0,99 1,01 1,06 1,11 1,11 1,02 1,10 1,07 1,00 1,10 1,11 1,01 1,09 1,07 1,00 0,80 1,01 0,95 0,87 1,07 1,04 0,81 0,99 0,94 0,87 1,06 1,03 Notas: -Renta relativa a la media global (=1) -* Todos los tipos de inactividad excepto por retiro, o desempleo -** Trabajo por cuenta propia o empresario Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS para la renta inicial. Para la renta final véase el apéndice. Tabla 21. Proporción de población infantil según la situación profesional en España e Italia España 1980 1990 0,147 0,089 0,652 0,677 0,149 0,170 Retirado 0,052 0,065 Italia 1986 1991 1995 No trabajan* 0,019 0,005 0,085 Empleado 0,700 0,738 0,650 Autoempleado** 0,243 0,244 0,222 Retirado 0,038 0,013 0,042 No trabajan * Empleado Autoempleado ** Notas: -Renta relativa a la media global (=1) -* Todos los tipos de inactividad excepto por retiro, o desempleo -** Trabajo por cuenta propia o empresario Fuente: Construcción propia usando la base de datos LIS 30 7. Conclusiones Los años ochenta se caracterizaron tanto en Italia como en España por una leve reducción en los niveles de polarización social entre grupos de rentas. Sin embargo, esto contrasta con el importante incremento de la polarización intergeneracional en ambos países. En ese periodo se observa una creciente homogeneidad interna de los grupos de edad, a la vez que hay un deterioro de la posición económica relativa de los niños frente al resto de los colectivos de población, pese a su cada vez menor peso poblacional. En Italia en los primeros años noventa cae la polarización intergeneracional debido, en parte, a la mayor desigualdad dentro los grupos de edad o a la mejora de renta de las personas mayores, pero continúa de forma inquietante el deterioro de la posición económica de la población infantil, a la vez que se disparan los niveles de polarización de los grupos de renta que conforman este colectivo. En este trabajo hemos mostrado, por tanto, que existen claros síntomas de alarma que justifican la preocupación existente en amplios sectores por la posible exclusión social de la población infantil en las sociedades española e italiana. Dentro de la población infantil, la peor posición económica le corresponde a los niños que habitan hogares con otros niños y a lo sumo un perceptor de rentas, lo que los convierte en el grupo más vulnerable, resultado consistente con Cantó y Mercader (1998), que mostraron el creciente riesgo de caer en la pobreza de este colectivo infantil en España. Este grupo representa respectivamente el 20% de todos los niños en 1990 en España (pese a haber reducido su tamaño) y 15% en Italia en 1995 (dado su creciente tamaño en los primeros noventa). Si el sustentador del hogar además está desempleado, su situación se agrava en ambos países. La intervención pública ha contribuido en alguna manera a mitigar esta tendencia, aumentando las oportunidades para los niños a través de la provisión directa por parte del estado de servicios esenciales tales como la educación y los cuidados sanitarios a los niños, pero no fue capaz de revertirla ante la ausencia de una política de rentas diseñada específicamente para proteger a este colectivo, al contrario de lo que ocurre en otros países europeos. Este deterioro de las condiciones de vida relativas de los niños contrasta con las mejoras experimentadas por la población de más edad. Las instituciones de bienestar de ambos países son más efectivas en la reducción de los riesgos que entraña la edad avanzada que los que origina la infancia. 31 Referencias Agenzia Sanitaria Italiana (1999), N. 1/2, 7/14, enero, 1999. Akerlof, G.A. (1997), “Social Distance and Social Decision”, Econometrica, Vol. 65, Nº 5, 10051027. Atkinson, A.B. 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España: El gasto total en sanidad en España fue, de acuerdo con Bandrés (1993), de 1.487.946 y de 2.554.100 millones de pesetas de 1990 en 1980 y 1990, respectivamente. Estas cifras incluyen el gasto en diferente prestaciones sociales y sanitarias en especie: hospitales, atención primaria y 33 especializada, atención farmacéutica, servicios sociales (atención a discapacitados, ancianos, etc.) provistos por el gobierno central y las comunidades autónomas. De cara a calcular la cuantía de las transferencias en especie consideramos la existencia de diferencias en el coste de prestación de servicios de acuerdo con la edad y el sexo. En ausencia de información sobre los costes reales, utilizamos la información disponible acerca del diferente uso que los grupos de población hacen de estos servicios. La estimación fue hecha basándonos en las “Encuestas de Morbilidad Hospitalaria” del Instituto Nacional de Estadística. Sobre la base de este uso de servicios hospitalarios, construimos pesos que asignamos a cada grupo de población para obtener el gasto por persona protegida, tal y como se muestra en la Figura a1. Figura a1. Gasto sanitario por persona protegida en España pesetas de 1990 250.000 gasto 200.000 150.000 100.000 50.000 0 <1 1-4 5-14 15-24 25-34 35-44 45-54 55-64 65-74 75+ edad mujeres- 80 mujeres- 90 hombres- 80 hombres- 90 Para el caso del gasto en educación, utilizamos los datos de gasto y número de estudiantes por nivel educativo y comunidad autónoma correspondientes a los cursos 1980/81, 1990/91 de Uriel et al. (1997). En el caso del gasto en universidades consideramos el gasto para todo el estado dado que hay comunidades sin universidades y la movilidad geográfica de estos estudiantes es mayor. De acuerdo con esto, dividimos el gasto agregado (corriente y de capital) por el número de estudiantes en cada caso (cada comunidad y nivel), el gasto medio por estudiante fue respectivamente para 1980 y 1990 expresado en pesetas de 1990: 79.120 y 127.686 para educación primaria, 156.280 y 233.049 para secundaria, y 190.978 y 354.486 para universidades. Italia: 34 Los datos de transferencias en especie se derivan de las estadísticas oficiales publicadas anualmente en la Relazione Generale sulla Situazione Economica del Paese, con cifras de gasto en educación y sanidad del gobierno central. Los datos sobre educación son los gastos medios por estudiante y nivel educativo del Ministerio de Educación Pública. Los datos sobre gasto indivisible se atribuyen a cada estudiante de acuerdo con la contribución del gasto medio de ese estudiante al gasto total. Los gastos no incluyen el correspondiente a guarderías y escuelas infantiles realizados por las administraciones locales. El gasto público en sanidad se atribuyó a cada persona según su edad por medio de los coeficientes oficiales utilizados para dividir el fondo nacional de salud (Fondo Sanitario Nazionale) entre las regiones italianas en 1999. El coeficiente se clasifica según la edad en tres grupos de atención: farmacéutica, especializada y hospitalaria. Los coeficientes farmacéuticos proporcionan una agrupación adicional según el sexo. Algunas imputaciones fueron necesarias para calcular el gasto público en hospitales, para la atención especializada en hospitales y prevención y asesoramiento – no reportado – del gasto reportado en bienes y servicios y personal. El gasto en capital se atribuyó a cada grupo dependiendo de su contribución al gasto total. La imputación final de gasto por grupo de edad se muestra en la Figura a2. Una descripción detallada del proceso de imputación está disponible para quien la s solicite. Figura a2. Gasto sanitario por grupos de edad en Italia miles de liras italianas de 1990 4000 3000 hombres- 1995 2000 mujeres- 1995 hombres- 1991 1000 mujeres- 1991 hombres- 1986 mujeres- 1986 >=75 45-64 25-44 65-74 edad 15-24 5-14 1-4 0 0 35 Figura 1: España - Distribución de la renta con y sin transferencias en especie. 1980-1990. 36 Figura 2: Italia - Distribución de la renta con y sin transferencias en especie. 1986-1991-1995. 37 Figura 3: España- Distribución de la renta con y sin transferencias en especie. Grupos de edad 1980. 38 Figura 4: España- Distribución de la renta con y sin transferencias en especie. Grupos de edad 1990. 39 Figura 5: Italia- Distribución de la renta con y sin transferencias en especie. Grupos de edad - 1986. 40 Figura 6: Italia- Distribución de la renta con y sin transferencias en especie. Grupos de edad - 1991. 41 Figura 7: Italia- Distribución de la renta con y sin transferencias en especie. Grupos de edad - 1995. 42