DR ENRIQUE BRIZUELA VIRGEN, Colima

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DR ENRIQUE BRIZUELA VIRGEN, Colima
Como producto de varias entrevistas y encuentros casuales durante los
eventos del Colegio Médico o poco antes o después de las sesiones ordinarias
de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos pude conversar con Don
Enrique sobre diversos tópicos que nos interesaban a ambos, sin embargo el
motivo principal de estos encuentros era para mí era el conocer de primera voz
todo lo que pudiera sobre él y por ende lo relacionado con la medicina en
Colima. Estas charlas además de sus numerosos escritos me sirvieron como
base para redactar las lineas siguientes que palabras más o palabras menos
vendrán a formar parte de lo que a futuro será un libro, documento actualmente
en revisión en la Universidad de Colima, de tal manera que comenzare
diciendo que quien a la postre se convertiría en uno de los médicos más
prestigiados y durante sus últimos años de vida fuese el decano de nuestra
profesión en el Estado, nació en la ciudad de Colima 11 de septiembre de
1918, sus padres fueron el Sr. Francisco Brizuela (+). y la Sra. Ángela Virgen
Sánchez (+), sus hermanos fueron Alfredo casado con Elpidia Mercado, Mario
famoso deportista casado con Guillermina Covarrubias campeona de tenis, y
Arcelia buena administradora de sus bienes. Su esposa fue la distinguida
Señora y ameritada Profesora Amalia Castañeda Vizcarra (+), procrearon 3
hijos la mayor Melba Amalia, Enrique Brizuela Castañeda médico, y Enrique
Oscar Medico Cirujano Dentista.
En libro de su autoría llamado “Historia
de la familia Brizuela”, Don Enrique señala en su 10o capitulo pp. 85: Vivíamos
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en la calle Morelos frente al Jardín Núñez, este lugar constituía para mí y para
mis amigos y vecinos un campo de operaciones para juegos y competencias.
En nuestra huerta particular comíamos almendras y mangos, frutos que nos
producían placer pero también infecciones intestinales que mi madre curaba
con la consabida purga, a escoger: leche de magnesia, de aceite de ricino o de
sulfato, y más que un beneficio a la salud, el purgante era como un castigo a
nuestro descuido.
Continúa diciéndonos que era placentero conseguir una clavellina u otra flor o
encontrar el árbol que daba frutos de semillas redondas como moneditas, con
las que jugábamos; o pisar las bolitas del laurel de la India, que producían un
sonido especial. Teníamos un prado para jugar a las canicas –claro cuando no
teníamos que ir a la escuela-, a las zumbas y a la rueda.….. Contraje
matrimonio el l6 de febrero de l946 con la señorita Amalia Castañeda Vizcarra,
quien había sido mi compañera durante nuestros estudios en la normal de
maestros.
En l951 con lo que tenía ahorrado, adquirí un aparato de rayos X que, desde
luego, puse a disposición de mis compañeros médicos, fue de gran beneficio
para todos, se afinaron los diagnósticos y ayudo a reducir fracturas. El Dr.
David Jiménez Villalobos entonces jefe de los servicios coordinados de
salubridad y asistencia abono mi conducta con el gobernador el general Jesús
González Lugo, por lo que se me extendió el nombramiento de director del
Hospital Civil, el situado entonces por la calle 27 de Septiembre. Cuando
asumí la dirección procedí a revisar el edificio, era una construcción antigua, en
la azotea había varias toneladas de escombro de un segundo piso que había
sido destruido por los sismos del 1941, ello además de ser de un enorme
peso para el techo, guardaba humedad. El Coronel Otero Pablos me
proporciono $8,000.00 pesos mediante un vale en una cajetilla de cigarros el
que canjee en la tesorería. El trabajo en el hospital era extenuante y delicado,
trabajábamos con muchas carencias. El Dr. Alfonso Retana Mejía era el
subdirector, era un medico de mucho prestigio profesional y de gran calidad
humana, el doctor Enrique Antonio Voges Herrera, medico auxiliar y pediatra,
de un disciplina ejemplar y el doctor Daniel Solórzano Maldonado, como
médico general, medico de mucha experiencia y simpatía. En las
intervenciones quirúrgicas era obligado estar Retana, Voges y yo; ellos me
auxiliaban en la cirugía, partos, heridos, etc. No contábamos con médicos
internos, ni practicantes o pasantes, todo el trabajo lo hacíamos los médicos
asistidos por enfermeras empíricas. El personal médico era insuficiente para la
población que día a día aumentaba. Nos turnábamos en la guardia el doctor
Retana y yo.
Varios años después y ante la necesidad de disponer de un sanatorio con
todas los avances de la época y las bondades permitidas en la localidad, nos
reunimos un buen grupo de medicos y fueron adhiriéndosenos algunas
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personas de la iniciativa privada y así se proyecto y luego lo construimos y
equipamos, y pocos meses después se inauguro esto en los primeros meses
del año de l974 un moderno edificio adecuado, este se llama Centro Médico de
Colima.
Regresando con los datos biográficos, don Enrique Brizuela nos informo que
su educación primaria y secundaria la curso en Colima, hizo la carrera de
profesor de primaria en la Normal de Maestros en esta ciudad, y fue profesor
de banquillo en la Escuela primaria Miguel Hidalgo de Colima. Posteriormente
hizo solicitud a la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara y
previo a su ingreso se le hicieron exámenes de suficiencia, con lo que se le
revalidaron la mayoría de las materias correspondientes al plan de bachillerato,
dado que en Colima aun no estaban reglamentados estos estudios pre
universitarios de pre licenciatura. Logro su ingreso después de haberse
colocado entre los cinco primeros lugares en el examen de admisión.
Aprovecho al máximo la experiencia de los excelentes catedráticos de la
época, efectuó su internado de pregrado durante dos años en el Hospital Civil
“Fray Antonio Alcalde” donde adquirió importante experiencia quirúrgica y
ginecológica.
El Dr. Brizuela desde sus tiempos de
estudiante de medicina y en sus vacaciones auxiliaba en sus operaciones al Dr.
Juan G. Velasco cirujano general autodidacta y relacionado familiarmente con
el; ya establecido en la ciudad de Colima fue su ayudante de planta durante
varios años; así refiere practicaron numerosas cirugías de todo tipo inclusive
de tipo urológico entre ellas la prostatectomìa abierta. Operaban en el Hospital
Civil el de la calle 27 de septiembre y comento al autor de estas lineas, que
supo que en una ocasión durante la guerra cristera el doctor Velasco atendió a
un herido por proyectiles de arma de fuego a nivel del abdomen, se trataba de
uno de los jefes de dicho movimiento armado, como llego muy grave murió
durante el acto operatorio, y como afuera del hospital había una cuadrilla de
soldados cristeros se vio en la necesidad de meterse a la cajuela de un auto
para salir del hospital ante la posibilidad de que pudiera sufrir una agresión.
Apunta Don Enrique que el Dr. Velasco ideo para mejorar su técnica quirúrgica
en las uretrotomias internas, un benique perforado en el extremo distal el que
introducía desde la cistotomía y hacia el periné, y ahí “telescopiaba” éste a la
punta de una sonda de Foley que sacaba hacia el abdomen y después dejaba
en la vejiga., eso le dio buenos resultados en tres pacientes. En ocasiones el
Dr. Velasco le decía al Dr. Brizuela, después de varias horas de cirugía difícil
y hasta ese momento infructuosa, mira ¡vamos a emplear ahora la técnica de
cambio de mano! Pásate para este lado y ahora tú eres el cirujano, y ello daba
por lo general buenos resultados. Se recibió como Médico Cirujano y Partero
en el año de 1944
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Hace algunos años la periodista de “Milenio Colima”
Elizabeth Castillo le hizo una entrevista la que se transcribe:
“”El gesto amable y la atención médica recibida por parte
del médico, que le curó las graves lesiones que le produjo la caída de un
caballo, fueron razones suficientes para que Enrique Brizuela Virgen, de tan
sólo 7 años de edad, mostrara interés por ser doctor. Sin imaginar, en aquel
entonces que se convertiría en uno de los fundadores de la radiología en
Colima - previo a el tanto el Dr. Juan G. Velasco como el Dr. Ortiz Mariotte
habían traído un aparato de Rayos X a Colima- y en uno de los eruditos que
más contribuciones ha hecho al sector salud de la entidad.
Para cumplir su sueño de estudiar medicina, que empezó a
forjar en 1925, Enrique tuvo que pasar por una serie de peripecias porque la
Universidad de Guadalajara no quería aceptar el título que acreditaba sus
estudios de bachillerato, que le extendió la Escuela Preparatoria Normal en
Colima, pues el entonces Gobernador Salvador Saucedo cerró esta institución
educativa y expidió títulos de maestros a los alumnos aun sin concluir sus
estudios. Aunque tuvo la oportunidad de iniciar una carrera hospitalaria en
Guadalajara, en 1945 regresó a su ciudad natal porque sabía que en Colima
tenía mucho por aportar, sobre todo a favor de la población de escasos
recursos. “Me encontré con un Colima plenamente desamparado desde el
punto de vista sanitario, predominaban la poliomielitis, el sarampión, tosferina,
enfermedades gastrointestinales. Se morían los niños como moscas”, comenta.
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Fotografía: El doctor Brizuela a la izquierda haciendo Cirugìa en el Hospital
Civil de Colima, le acompaña el doctor Enrique Vogues como ayudante y funge
como anestesiólogo el doctor Alfonso Retana, los 3 formaron un grupo de
amistad y trabajo armonioso.
Ganarse la confianza de los colimenses no fue cosa fácil para el doctor recién
titulado y recuerda que “no me llegaban enfermos y ni practicaba cirugía, por lo
que me fui a trabajar a Cuauhtémoc, pero nunca logré tener suficiente clientela;
en cambio, un brujo que estaba a la vuelta del lugar en donde yo daba
consulta, tenía una apretura de gente”. Fue en Coquimatlán que se dio a
conocer como doctor; a finales de 1945 le dieron la dirección del Hospital Civil
de Colima y el puesto de médico sanitario en el Centro de Salud.
Como médico sanitario, tuvo la encomienda de atender
los problemas sífilis y otras enfermedades venéreas. Durante 5 años atendió
con penicilina la sífilis, hasta que en 1952 fue desterrada.
Por azahares del destino acudió a El Salitre, Michoacán, a atender a un
hombre enfermo de tifoidea porque ninguno de los doctores colimenses quería
trasladarse a aquel pueblo cercano a Villa Victoria, por ser tiempo de lluvias.
La hazaña del galeno colimense cobró fama entre la población de la zona rural
de Colima, Jalisco y Michoacán, y cada vez más personas de esas
comunidades le visitaban.
“Eran pacientes muy pobres a quienes no le
cobraba la consulta, pero quienes como una forma de agradecimiento me
llevaban queso, fruta, huevos, gallinas e incluso, en una ocasión una persona
me llevó un venado”.
Como se ha señalado en renglones anteriores, pero ahora nos lo comenta de
manera directa Don Enrique que cuando llega a la Ciudad de Colima se
convierte paulatinamente en un
medico de muchas generaciones de
Colimenses, un profesionista de excelencia que aun hasta pocos años antes de
su desceso atendía a su numerosa clientela en su consultorio frente al jardín de
“la concordia”, aun se le recuerda en sus visitas a domicilio donde
prácticamente consultaba o “recetaba” a todos y cada uno de los integrantes
de la familia.
Pocos años después de su llegada y en el antiguo centro
de Salud por la calle Madero cerca de donde ahora se encuentra una
institución bancaria de origen Británico, se ocupo de la consulta de
Venereología –enfermedades venéreas o de transmisión sexual- , y según dice
“pudo pararse el cuello” puesto que habiendo desde muchos años antes
numerosos casos de Blenorragia –gonorrea- , Sífilis y Chancro blando, pudo
curarlos al comenzar a utilizar la penicilina., poco antes solo existía en el
mercado farmacéutico el Prontosil (Sulfas), la gonorrea se manejaba con
lavados uretrales con permanganato de potasio al 1:1000 –aplicado un una
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jeringa de vidrio con el extremo proximal en Y, por la que por un lado se
ingresaba la solución a la uretra y por el otro lado salía- .
Después de su graduación le intereso la
Radiología, así llevo varios cursos de Radiología básica, Técnica radiológica,
Tórax, Aparato digestivo (UNAM), y radiología urológica. En la Escuela de
Enfermería de la Universidad de Colima impartió clases de Biología e Higiene,
y Enfermería quirúrgica. Fue médico de la Secretaría de Salubridad y
Asistencia específicamente del Centro de Salud “A”, en donde entre otros
padecimientos manejaba a los pacientes con tuberculosis pulmonar, actividad
de la que se jubilo por años 30 de servicios. Como se ha señalado fungió como
Director del Hospital Civil y según me comento de él fue la inquietud de que se
enviaran a médicos generales a efectuar cursos a México y Guadalajara para
habilitarlos como especialistas. El mismo doctor Brizuela tomo dichos cursos y
posteriormente esto es años después trabajo como radiólogo en el Hospital
General de Zona con Medicina Familiar No 1 del IMSS, pero esto sería hasta
la muerte del Dr. Jorge Ochoa de la Paz quien fue el 1er Médico Radiólogo
certificado como especialista radicado en Colima y quien había estudiado la
especialidad en el Hospital Civil de la Universidad de Guadalajara y en el
afamado Gabinete particular del doctor Carlos Ramírez García en la ciudad de
Guadalajara.
Respecto a las actividades del Dr. Brizuela
dentro de la política me comento que ocupo el cargo de Regidor del H.
Ayuntamiento de Colima durante los años de 1950-1953 y de 1959-1961, fue
candidato a diputado federal, según menciona el pueblo nunca se equivoca, le
decían: “Gano pero le hicieron topillo”, dado que se declaro abiertamente
católico, lo que molesto a los jerarcas del PRI en esa época. Se desempeño
también como Presidente de la Comisión Federal Electoral. En 1962 fue
presidente del Club de Leones de Colima, adquiriéndose durante su gestión la
cueva de la calle de Victoria y de la Vega que todavía está en funciones, hasta
poco antes de morir seguía siendo socio del mencionado club de servicio
social y fue uno de los más entusiastas. Fue también presidente del patronato
del Hospital Civil en l954, y Presidente del Consejo Municipal de Colima, así
como Presidente del Patronato pro remodelación del Templo San Felipe de
Jesús (Beaterio).
En esta fotografía de los 1950s aparecen el Personal médico, paramédico y de
servicios del Centro de Salud “A” de Colima aun hoy día situado en la esquina
que forman las calles Juárez y la avenida 20 de noviembre, entre los medicos
observamos de pie en segundo término y de izquierda a derecha al Dr. Voges,
le siguen el Dr. Llerenas, el Dr. Brizuela ocupa el 5º sitio, después el Dr. Alfredo
Juárez Brito –Director-, el Dr. Rafael Meillon, Dr. Alfonso Retana, y el Dr. Jose
Quevedo.
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Don Enrique Brizuela fue autor del libro de lectura y escritura llamado “Método
esquemático”, que conlleva el aprendizaje con el uso de los dos hemisferios
cerebrales. Editor del Boletín de los Leones desde 1989 y por muchos años.
Se dice pintor autodidacta con pinturas reminiscentes del Colima de ayer
(Colección). Como asociado de numero de la Sociedad Colimense de Estudios
Históricos (SCEH) de la que en el año 2010 fue el secretario ha publicado las
siguientes “Alforjas históricas Colimenses”:
1.-La ciudad de Colima en la década de los años treinta, 2.-Remedios, materia
medica y boticas de colima, y 3.-Acciones en la lucha por la preservación de la
salud y la vida en Colima hasta el año de l965.
En la Alforja antes señalada con el número uno, en sus páginas el Dr. Brizuela
refiriéndose a los médicos y a los hospitales a partir del primer cuarto del siglo
XX nos dice:“”Había once médicos que se dedicaban a todas las ramas de la
medicina, cirugía y partos. No había especialistas ni enfermeras tituladas para
atender los partos las futuras madres preferían los servicios de las parteras
empíricas, pero los médicos sustituyeron poco a poco en esta década a las
comadronas. Continua narrando que no había sanatorios y el Hospital Civil
era el único lugar para practicar intervenciones quirúrgicas, encontrándose en
la ahora llamada cerrada de 27 de septiembre con Manuel Gallardo. Recetarse
con un medico no era oneroso y por lo tanto no desquiciaba la economía de los
pacientes. Las medicinas eran económicas y preparadas directamente por
expertos boticarios con formulas galénicas y surtidas en forma de jarabes,
capsulas, polvos, supositorios o pomadas. En ese tiempo las botellas vacías no
se tiraban a la basura, se lavaban y se vendían en las diferentes boticas…sic.
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En la Alforja señalada con el número dos, Don Enrique dice:“” En
los albores del siglo XX varias boticas funcionaban eficientemente en Colima, la
de don Cosme Suarez, la del profesor don Carlos Morrill con dos farmacias la
Americana y la de San Vicente de Paul. La botica de don Manuel Álvarez
renombrado farmacéutico titulado que llenaba a satisfacción los requerimientos
de los facultativos, tenía como ayudantes a don José R. Anzar y a don Raúl
Cárdenas, cuando en l918 el dueño cambio su residencia a Guadalajara sus
aprendices abrieron sus boticas.
También estaba la botica de don Alfonso Herrera que fue vendida
en l925 a Don Juan Cárdenas, este contrato a dos jovencitos de l3 años para
lavar botellas y trastes, además llenándolos de jarabes y pomadas: ellos fueron
Guillermo Cárdenas, hermano de don Juan, y Jesús “el pollo” Macedo, se
aplicaron tanto en su trabajo, que después fueron diestros en la preparación de
las recetas, después abrieron sus boticas.
En la segunda década del siglo XX don Miguel Andrade inaugura
su botica muy completa y bien presentada, con elegantes frascos de porcelana,
especiales para los medicamentos, otra particularidad era la de expender
refrescos de soda con sabores de manzana, grosella y limón. El profesor
Federico Linares abrió su farmacia la que funciono hasta su desceso. Todas
ellas surtían formulas “galénicas” u oficinales, sic.
En la Alforja señalada con el número 3 dice el Dr. Brizuela: “”La doctora Luisa
Oldenbolurg titulada en l898 en la Universidad de California, se estableció en
Colima y practico algunas operaciones intraabdominales, sin embargo no fue
aceptada por la población por ser mujer, regreso a los Ángeles California,
después de perfeccionarse en Alemania, fundó en los EU un sanatorio aun
existente.
Antecedieron al doctor Brizuela en el quehacer medico en
Colima, o fueron sus contemporáneos:
1.-El Dr. Salvador González Ventura (1) quien desde l923 se inclino por la
urología, Dr. Salvador Vizcaíno (2) en l924 se inclino por la pediatría, el Dr.
Juan Velasco Galindo también llamado Juan G. Velasco (3) quien según otras
fuentes también se intereso por la urología, En l924 llego el Dr. Federico
Linares Hinojosa (4), En l925 llega el Dr. Miguel de la Madrid Bejar (5), En
l927 el Dr. Luis Bayardo Anzar (6) quien practico la pediatría en la ciudad de
Colima luego se traslado a Manzanillo en donde también hacia radiología, En
l930 llego el Dr. Felipe Salazar Carrillo (7) quien fue director del Hospital Civil,
se decía que fue un excelente cirujano, En l930 el Dr. Daniel Solórzano
Maldonado (8), médico general de gran carisma y popularidad quien abrió el
Sanatorio Colima el que después vendió al IMSS, En l934 vino el médico
militar Aurelio Gayan Duron (9), Desde l939 está en Colima el Dr. Miguel
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Trejo Ochoa (10) quien se inclino por la Obstetricia, en el mismo año vino a
Colima el médico militar Alberto Consejo Sainz (11).
En l943 se estableció aquí durante una temporada el Raúl Veillon (12)
también médico militar, en l945 el Dr. Jesús Calderón (13), Otro médico militar
más que vino en l943 pero que se quedo aquí fue Alfonso Retana Mejía (14),
Nuestro biografiado Dr. Enrique Brizuela regreso a Colima en l945 (15),
propuso y organizo el servicio médico escolar examinando a los alumnos de las
escuelas primarias de la ciudad. Fue director del Hospital del Sagrado Corazón
y primer director del hospital civil y organizo la prestación de servicios por
especialidad, En l946 llego a Colima el Dr. Roberto Palencia n(16) , poco
después el Dr. Ramón Peralta Sánchez (17) quien ejerció poco tiempo, el Dr.
Luis Fernández (18) llego en l946 después de un tiempo de ejercer se dedico
a labores agrícolas, en l946 llego el Dr. David Jiménez Villalobos (19) , a
quien siempre le intereso la Ortopedia y traumatología aprendidas en parte del
Dr. Verduzco originario de Cuauhtemoc, en l954 el Cirujano Dr. Casimiro
Ramírez Jaime (20) buen cirujano general de quien muchos aprendieron, en el
mismo año el Dr. Alfredo Cervantes Ochoa (21) quien se dedico al laboratorio
de análisis clínicos, en l955 hizo presencia en la ciudad el Dr. Raúl Ochoa y
Ochoa (22) primero dedicado a la dermato sifilo leprologia y posteriormente a
la anestesiologìa,
También en 1955 llegaron a Colima los doctores Alfredo Huerta Duarte (23)
quien se dedico a la otorrinolaringología, y su esposa la doctora Ma dolores
evangelista Romero (24) quien después curso la Maestría en Salud Publica, y
el Dr. José Quevedo Morrill (25) excelente pediatra autodidacta, y el Dr.
Alfredo Juárez Brito (26) primer epidemiólogo de carrera que se estableció en
el Estado de Colima y quien ocupara dicho encargo a nivel estatal alternándolo
con la dirección del centro de salud “A” casi recién inaugurado.
En el año de 1956 se estableció en Colima por un tiempo el traumatólogo
originario del poblado de Cuauhtemoc Dr. José Verduzco Curiel (27) ,
también en l956 también se establecieron en Colima los médicos Miguel
Antonio Núñez Solórzano (28) quien destacara como cirujano, traumatólogo
ginecólogo y obstetra y fundador del Sanatorio Núñez ya desaparecido, Jorge
Ochoa de la Paz (29) - quien fue el primer Radiólogo de carrera-, Rafael
Meillon Lomeli (30) quien se convirtió en cirujano general y Gineco obstetra
fue director del Hospital Civil una temporada, Gustavo Vázquez (31) , J y
Guadalupe Granados Novela (32) quien fue habilitado como anestesiólogo,
el Cirujano General Dr. Jesús Velazco Márquez (33) llego en l957, el médico
cirujano general y militar Leonel Ramírez García (34) , Rafael Pineda
Mendoza (35) cirujano pediatra de carrera, y Raúl Sevilla Ramírez (36)
Ginecólogo y Obstetra.
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En 1959 se establece en esta ciudad el médico militar J. Jesús Ruiz Estrada
(37) quien después haría Salud Publica, durante el mismo año el también
médico militar Gonzalo Magaña Abarca (38). En el año de 1959 también se
estableció en Colima el Cirujano de tórax y Cardiovascular Pedro Cervantes
Ochoa (39), en l960 llega el Dr. José Jaramillo, en el mismo año el Dr. Rafael
Briseño Montes (40) quien se inclino por la pediatría, y el doctor Francisco
Ortega Lozano (41) médico familiar del IMSS por excelencia, Rogelio
Cárdenas Alcaraz (42) médico internista regreso a su terruño en el año de
l962, el dermatólogo Juan Castillo Vázquez (43) se estableció entre nosotros
en l962, el Dr. Jaime García González (44) estuvo una temporada en Colima
lo mismo que a partir de l963 el urólogo Martell de la Mora Ceballos (45). El
doctor Fermín Fernández Ahumada (46) llego a Colima en 1963,en l964
viene a establecerse en su tierra el Dr. José Reyes Llerenas Ochoa (47)
magnifico cirujano general militar, y un año después el doctor Nicanor Chávez
Sánchez (48) también cirujano general.
Como antecedente en sus labores de escritor debemos señalar que al Dr.
Enrique Brizuela, ya en 1930 se le había otorgado el 1er lugar en el concurso
antialcohólico organizado por el Gobierno del Estado (Dibujos) el que se le
premio con 30 monedas acuñadas en plata, años después obtuvo el 2º lugar en
un concurso del cuento. Fue un buen deportista, disfruto de la natación, y en el
año de 1961 obtuvo el primer lugar en el campeonato de tenis –dobles-,
Recibió una copa de plata como campeón de Golf. Hasta hace poco tiempo
aun le gustaba hacer deporte, siempre cultivo la pintura y hasta hace pocos
años nos seguía deleitando a quienes hemos tenido la oportunidad de
escuchar sus magnificas interpretaciones en el piano.
El dia 20 de septiembre del año 2012 escribí unas lineas EN MEMORIA suya,
las que publicaron 2 periódicos de la localidad, destaco algunos de sus
renglones:
“Apenas el reciente día 12 a instancias de nuestro Presidente de la SCEH Noé
Guerra, sesionamos en la casa del doctor, asistimos alrededor de una docena
de consocios a pesar de que a las 7 de la noche la hora de la cita se desató
una fuerte lluvia en la zona centro de la ciudad, fuimos recibidos por él con su
característica amabilidad de siempre, le dio mucho gusto el vernos; me permití
obsequiarle un libro y una revista, Cuauhtémoc Acoltzin hizo lo propio con un
CD, le dirigimos algunas palabras varios de nosotros, él nos mencionó que a
pesar de su delicada enfermedad seguía escribiendo, se encontraba haciendo
algo respecto a lo que había venido sucediendo en la ciudad y sus
transformaciones desde hace alrededor de noventa años, ya que nos dijo
contar con 94 años de edad. Hizo alusión a que fue uno de los primeros niños
en Colima que fueron vacunados contra la viruela, para ello nos recordó de
aquella famosa expedición del Dr. Balmis quien trajo la vacuna
al nuevo continente, recordó también cómo cambió la panorámica de las
enfermedades localmente cuando se iniciaron las campañas de fumigación y
habló sobre otros muchos tópicos interesantes, en el ínterin nos acompañó su
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hija Melba; después de alrededor de 40 minutos y no sin antes tomarse varias
fotografias con el grupo se disculpó dado que deseaba irse a descansar.
Fotografía: Mujeres y Hombres de letras e Integrantes de la Sociedad
Colimense de Estudios Históricos (SCEH) asociación que tanto quiso y tanto
honro don Enrique; cuando les recibió en su casa en donde se hizo la sesión
ordinaria mensual de septiembre del año 2012 esto pocos días antes de su
lamentable desaparición física, nos acompaña la distinguida dama y amiga
nuestra Melba hija del doctor.
Don Enrique además de ser el decano de la medicina en Colima fue
también un excelente pianista con una de sus magistrales interpretaciones
escuchándose como fondo, el entonces locutor don Carlos Pizano Saucedo y él
fueron los principales protagonistas del primer programa de la XERL. Ganó
premios de pintura desde niño, e hizo varias exposiciones de sus obras ya
como adulto, fue un enamorado de la historia y como miembro de la SCEH
publicó primero un libro con relación a la familia Brizuela, y poco después la
Universidad editó otro con respecto a la Medicina en Colima el que
prácticamente es autobiográfico. Escribió numerosos ensayos en la Revista
Histórica y en otras, varias en relación con aspectos médicos y otros de tipo
costumbrista. Como uno de los medicos destacados de Colima su fotografía
ocupa desde hace 4 años sitial de honor en el Salón Galería “Nuestros
Médicos” de la Casa del Médico en Colima.
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