La casa de Hitler complica a Austria

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LATERCERA Domingo 4 de enero de 2015
Mundo
15 de Salzburger Vorstadt
Con la Anexión de Austria en 1938, la casa de Hitler fue adquirida
por el Partido Nacionalsocialista (nazi). El 2 de mayo de 1945 fue
ocupada por militares estadounidenses, que impidieron que
fuera volada por las tropas alemanas.
El edificio donde nació el líder nazi en Braunau am Inn es arrendado por el Ministerio austríaco del
Interior para evitar un mal uso de parte de los seguidores del Führer. Por ahora se encuentra vacío.
Por Bethany Bell (BBC)
La casa de Hitler complica a Austria
Adolf Hitler vivió en
el pueblo hasta los
tres años. Su familia
había arrendado
unas piezas del
edificio.
FOTO: AP
B
raunau am
Inn es un
pueblo pequeño y bonito en el
norte de
Austria,
justo con la frontera con
Alemania. Pero tiene un
fuerte legado. Cerca de la
plaza principal está el número 15 de Salzburger
Vorstadt: un sólido ex hostal del siglo XVII, donde
Adolf Hitler nació en 1889.
La familia de Hitler, que
arrendó algunas habitaciones en el segundo piso, no
era originalmente de Braunau. Su padre, Alois, había
sido asignado en el lugar
para trabajar como funcionario de aduanas. Adolf
Hitler sólo vivió en ese edificio por unas pocas semanas, luego que su familia
se fue a vivir a otra dirección en Braunau.
Abandonaron el pueblo
para siempre cuando Hitler
tenía tres años. El volvió
brevemente a Braunau en
1938, cuando iba camino a
Viena, después de anexar
Austria a la Alemania nazi.
Los habitantes dicen que
la casa aún atrae a algunos
neonazis. “He visto gente
de Italia o Francia que viene para acá, con un propósito de adoración”, dijo Josef Kogler, un profesor en
Braunau. “Un francés, creo
que era profesor de histo-
RR Vista exterior de la casa de nacimiento de Hitler en Braunau am Inn, Austria.
ria, vino y me preguntó por
el lugar de nacimiento de
Hitler. Es difícil de entender”, añadió.
Por estos días la casa está
cerrada y vacía. El Ministerio del Interior austríaco
está tan preocupado por la
posibilidad de que los neonazis usen el edificio como
un sitio de peregrinaje que,
desde 1972, se lo ha arrendado a la dueña, Gerlinde
Pommer, para evitar que
tenga un mal uso.
Pommer actualmente recibe cerca de US$ 6.400
mensuales, según han se-
ñalado funcionarios del
pueblo. Por muchos años la
casa fue usada como centro
de cuidado diurno para gente con necesidades especiales. Sin embargo, en 2011,
ellos se tuvieron que ir.
El historiador local, Florian Kotanko dice que
Pommer no estaba de
acuerdo con hacer arreglos
al lugar. “Ella no acepta
ninguna propuesta para
que la casa se use como oficinas o que se utilice de otra
forma”, dijo. “No permite
ningún cambio en la casa,
así es que no se puede arre-
glar ninguna habitación,
no puedes construir baños
modernos o poner un ascensor. Es difícil”, añadió.
En los últimos tres años,
se han realizado varias propuestas sobre cómo usar la
casa. Estas incluyen, con-
vertirla en departamentos,
un centro de educación de
adultos, un museo o un
centro para hacer frente al
pasado nazi.
Incluso, un parlamentario
ruso ofreció comprar la
casa y volarla.
Considerando que no hay
ningún acuerdo a la vista, el
Ministerio del Interior solicitó, recientemente, a otras
oficinas gubernamentales
federales y regionales que
presenten propuestas para
decidir qué hacer con la casa.
El vicealcalde de Braunau,
el social demócrata, Guenter Pointner dijo que el ministerio ahora está considerando terminar el contrato
de arriendo con Pommer.
Ella no estuvo disponible
para hacer comentarios sobre este tema.
La pelea sobre la casa ha
desatado recuerdos molestos para este próspero y pequeño pueblo.
Algunos, incluyendo el
segundo vicealcalde de
Braunau, Christian Schilcher, del nacionalista Partido de la Libertad, piensa
que es tiempo de dar vuelta la página. “La gente está
cansada”, sostuvo. “Este
tema es un problema para
la imagen de Braunau.
Queremos ser un hermoso
y pequeño pueblo, con visitas de turistas. No somos
los niños de Hitler”, añadió.
Pero otros, incluyendo
Florian Kotanko, dicen que
ignorar la historia empeora las cosas. “Tienes la conexión entre Braunau y
Hitler aún sin la casa”, dijo.
“Todos pueden leer que
Hitler nació acá”, añadió.
Braunau ahora planea
realizar una exhibición sobre la casa y los vínculos
con Hitler en el museo local. Por muchos años, los
austríacos y los habitantes
del pueblo estaban reticentes a hablar sobre el pasado nazi, pero Florian Kotanko dice que eso está
cambiando.
“Alguna vez la gente se
negó a hablar sobre los hechos, pero ahora hablan al
respecto”, sostuvo. “Es una
cuestión de cómo lidiar con
la historia”, añadió.b
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