Lar, Persia y los imperios de la pólvora

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Lar, Persia y los imperios de la pólvora
Autor: Marc Morató-Aragonés Ibáñez
Contacto: [email protected]
Resumen
Situada entre el Golfo Pérsico y el corazón milenario del imperio persa, Laristán
se ha visto beneficiada (o todo lo contrario) por la cercanía al centro de poder y su
situación de intermediaria entre los exóticos productos de Oriente y también de
Occidente. No resignándose a ser un peón de la dinastía safávida, las autoridades de Lar
mantuvieron frecuentes contactos con los portugueses, jugadores recientes en los
conflictos geopolíticos de Oriente Medio. El presente trabajo tiene como objetivo seguir
el desarrollo de Lar durante los siglos XVI y XVII, a la sombra de los grandes imperios
de la pólvora.
Palabras clave: Lar, valiato, safávida, Ormuz, otomano, mogol, Portugal, Shiraz.
Abstract
Located between the Persian Gulf and the ancient heart of the Persian empire,
Laristan has benefited (or the opposite) for proximity to the center of power and status
of intermediary between exotic products from East and West. Not resigned to be a pawn
of the Safavid dynasty, Lar authorities had frequent contacts with the Portuguese, recent
geopolitical players in the Middle East. This paper aims to further the development of
Lar during the sixteenth and seventeenth centuries, in the shadow of the great empires
of gunpowder.
Key words: Lar, valiate, safavid, Hormuz, ottoman, Mughal, Portugal, Shiraz.
2
Persia y Lar antes del siglo XVI
Dadas las difíciles condiciones climáticas de Lar, desde antiguo la población
local estuvo compuesta mayoritariamente por grupos nómadas y/o por núcleos
poblacionales situados en los diferentes oasis (Lar, Gerash y otros). Tal y como
atestiguan las variadas piezas de bronce halladas en Lar, las gentes de la zona sabían
cómo trabajar los metales y mantenían el contacto, ya antes del advenimiento de la
dinastía aqueménida, entre las poblaciones costeras del Golfo Pérsico y los pueblos del
interior. Puesto que era inviable su aislamiento debido a razones geográficas, los nativos
de Lar ya debieron desde antiguo mantener continuos intercambios humanos y
culturales, tanto con los grupos de la península arábiga como con los del interior de
Persia, teniendo siempre un papel en los grandes acontecimientos políticos de la región.
La primera gran dinastía persa en establecerse en la meseta iraní, al norte de Lar,
fue la aqueménida, compuesta originariamente por criadores de ganado. Tal y como
sucedería tantas otras veces a lo largo de la historia, estos persas aqueménidas,
caracterizados por la rudeza y “pureza” de los nómadas, ocuparían un puesto de
dominio sobre una población sedentarizada y urbana (recordemos que se trataba de la
civilización de Elam, muy próxima a la antigua Mesopotamia). Cuando Ciro I el Grande
(555-529 a.C.) derrotó al rey meda y estableció su dinastía, también empezó a construir
los cimientos burocráticos de un imperio que se verían reflejados años después con la
construcción de una gran capital imperial, Persépolis (518-516 a.C.) junto a otras
menores: Susa, Ecbatana y Pasargada (donde se construirá el mausoleo de Ciro). Buena
parte del éxito de la administración imperial aqueménida se debió a la aceptación del
soberano de las dinastías locales, por lo que, dado que no se han documentado
conflictos entre el Antiguo Lar y Persépolis, se puede suponer que la organización
tradicional nativa fue respetada. Es más, el historiador griego Heródoto señala que,
debido a la cercanía de Persépolis y a los sólidos lazos que se establecieron entre persas
y locales, fueron posiblemente incluidos en la provincia de Persia, por lo que no tenían
obligaciones tributarias1.
Darío I (521-485 a.C.), llegado al poder en unas circunstancias especialmente
conflictivas, dará un nuevo impulso a la expansión del imperio, dirigiendo campañas
militares sobre los territorios del Norte de la India y la famosa campaña de Maratón
1
Heródoto, Los nueve libros de la historia (Vol I). (Barcelona: Ed. Obras Maestras, 1976), p.238
3
(490 a.C.). Invirtió asimismo importantes recursos en la construcción de Persépolis y en
la organización de un Camino Real por tierra que facilitara las comunicaciones internas.
Además, es en su periodo cuando se inician las incursiones persas sobre los territorios
orientales de la península arábiga, con lo que, los antiguos larís, debieron ser los
primeros en beneficiarse2. De esta complicidad entre el centro del imperio y Lar
debieron surgir las bases del Ajami, el actual dialecto de Lar, que tiene una importante
base de lengua pahlavi (nombre con el que se conocen los antiguos dialectos de la
región de Fars y que son la base del persa moderno).
El saqueo y destrucción de Persépolis (330 a.C.) por el ejército del rey Alejandro
Magno debió suponer un duro golpe para la economía de Lar, al haberse quedado sin su
mayor comprador. A los pocos años la desintegración del imperio macedonio de
Alejandro y la repartición del mismo entre los generales del fallecido monarca (323
a.C.) conllevaran un periodo de graves tumultos entre las distintas potencias e
inestabilidad hasta la consolidación en el corazón de Persia de la dinastía seleucida. El
hecho que los seleucidas trasladaran la capitalidad del imperio a Seleucia (cerca de
Babilonia, en Iraq) y a Antioquia, alejó a los larís de la privilegiada posición que habían
ostentado con los aqueménidas. La posterior dinastía parta (247 a.C. – 224 d.C.) no
cambió en demasía el papel de Lar en el imperio. El posterior ascenso de la dinastía
autóctona sasánida supuso, además de la consolidación de un imperio persa a la altura
del antiguo aqueménida, la regeneración de las redes comerciales a través del Golfo
Pérsico de la que se benefició enormemente la población de Lar (no es coincidencia que
la lengua Ajami sea lo más parecido a la lengua Pahlavi, hablada en la Corte sasánida de
Ctesifonte, y que la religión mayoritaria en Lar fuera el zoroastrismo, también muy
vinculada a la Corte persa).
La conquista árabe de Persia (634-651) llegó en un momento de grave fragilidad
política interna en un imperio sasánida que, por otro lado, se había enfrentado en las
últimas décadas al imperio bizantino en devastadoras guerras de conquista que habían
llevado prácticamente a ambas al colapso económico. Tras la derrota de Najaban (641),
Yazdigird III, el último sha sasánida escapó al interior de su imperio dejando las
provincias centrales y sureñas a merced de los invasores árabes. En el 644, desde la
2
Cómo parte del sequito persa, formaron parte de la vanguardia de 10.000 persas del ejército de Jerjes
que cruzaron el primer día el puente de barcas en dirección a la península griega en el 480 a.C. (Heródoto,
Los nueve libros de la historia (Vol II). (Barcelona: Ed. Obras Maestras, 1976), p. 158.
4
refundada ciudad portuaria de Basora y la provincia del Juzestán (en la que actualmente
el árabe es lengua hablada), las fuerzas árabes se lanzaron a la conquista del corazón de
la cultura persa, conquistando la ciudad de Shiraz, no muy lejos de donde se había
hallado Persépolis. Cabe señalar que, el hecho de que la lengua Ajami tenga menos
influencias árabes que el persa moderno es indicativo que, bien fuera mediante las
armas o mediante el acuerdo político, los árabes no entraron en Lar con tanta fuerza
como en otros sitios3.
Aunque el Islam fue reconocido como religión oficial por las dinastías políticas
de Oriente Medio, eso no trajo unidad política a Persia, dividida en muchos Estados
entre los que destacaron: el emirato samánida (819-999) en el este, y el emirato buyí
(934-1055) en el oeste, con capital en Shiraz y Lar bajo su zona de influencia. Mientras
los primeros eran de confesión islámica sunita, los segundos se declararon chiitas (y
paradójicamente actuaron como “protectores” del califa sunita, la máxima autoridad
político-religiosa de Bagdad). El régimen buyí se vino abajo con la llegada de los turcos
selyúcidas, llegados de Asia Central en contingentes tribales, su superioridad militar y
confesionalidad sunita les permitió expulsar a los buyís de Bagdad y ocupar su lugar
como “protectores” del califato. Desde ese momento, los turcos, presentes desde Asia
Central a la península de Anatolia, empezaron a jugar un papel clave en las relaciones
políticas de la región, fuera como jefes militares o como soberanos.
Algo que caracterizará la región en los siguientes siglos será la crónica
inestabilidad política, fruto de las continuas incursiones de pueblos nómadas orientales.
El imperio corasmio, a pesar de su enorme extensión (Irán, Afganistán y Asia Central)
no fue rival ante las hordas del mongol Gengis Khan que en un par de años (1218-20)
entregó los restos del otrora poderoso reino en herencia a su hijo Hulagu. A la muerte
sin hijos de su descendiente Abu Said (1305-1335) el iljanato (nombre con el que eran
conocidas las cuatro grandes subdivisiones del primer imperio de Gengis Khan) quedó
dividido en numerosos reinos locales, quedando Lar bajo control de la dinastía
3
Aunque técnicamente los zoroastrianos no pertenecían al colectivo que el Corán denominaba “gentes del
libro” (cristianos y judíos), su religión será respetada por los nuevos amos a cambio de una serie de
tributos.
5
muzzafarida4. No dura mucho esta situación, pues en las últimas décadas del siglo XIV
despunta un nuevo conquistador oriental llamado Timur Lang, turco pero con algún
vínculo sanguíneo que lo relacionaba con el conquistador mongol Gengis Khan. En
1392, en una de sus campañas más ambiciosas, Timur Lang conquista las ancestrales
tierras de Fars y aniquila a la familia gobernante muzzafarida, luego se dirige a Bagdad
que conquista sin grandes contratiempos para luego someter a las tribus turcas Aq
Quyunlu y Qara Quyunlu. Al morir Timur Lang en 1405 y estallar las peleas entre los
parientes del conquistador, las tribus antes mencionadas se apoderan del flanco
occidental del imperio timúrida e inician sus propias disputas territoriales. Lejos de las
estepas de Asia Central, origen de todos estos guerreros, Lar asistía expectante a una
inestabilidad generalizada que no parecía fuera a tener fin.
Breve historia de los imperios de la pólvora
El término de “imperios de la pólvora” fue acuñado por primera vez en 1974 por
Marshall Hodgson y William McNeill de la Universidad de Chicago a la hora de
referirse a los imperios: otomano, safávida y mogol; ya distinguidos anteriormente por
el estudioso ruso Bartold por su capacidad de tomar exitosamente con artillería
fortalezas de piedra5. A pesar de las enormes diferencias geográficas, sociales y
económicas, los tres imperios emplearon parecidos mecanismos políticos e
institucionales a la hora de cimentar el poder de su dinastía y expandirla frente a otros
poderes regionales.
De origen turco, las tres dinastías (safávidas en Persia, otomanos en lo que hoy
es Turquía, y mogoles en el Norte de la India) emergieron como potencias regionales a
principios del siglo XVI6 bajo la larga sombra de lo que había sido el gran (y efímero)
4
A pesar de la inestabilidad política, no fue un periodo duro para la economía de Lar. El mismo Ibn
Battuta hablaba a principios del siglo XIV de los ricos bazares de Lar, cada vez más importantes (VVAA,
The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge: Cambridge University Press, 1968-1986), p. 421).
5
Douglas E. Streusand. Islamic Gunpowder Empires: Ottomans, Safavids, and Mughals. (Boulder,
Colorado: Westview Press, 2011), p.2-3
6
Si bien los turcos otomanos ya se habían consolidado en la parte occidental de la península de Anatolia
durante el siglo XV y en 1453 habían obtenido un sonado renombre al apoderarse de Constantinopla.
6
imperio de Timur Lang. Y es que el conquistador centroasiático fue un gran promotor
de escuelas ideológicas de gran trascendencia como la de Herat, permitiendo además
por primera vez en mucho tiempo que las cofradías religiosas islámicas pudieran
moverse libremente por su imperio7. El bagaje ideológico de las escuelas de
pensamiento y la existencia de cofradías internacionales pueden ser señaladas como
explicaciones al establecimiento de imperios estables en la región, pero dicha
argumentación cojea sino tenemos presente la introducción de las armas de fuego a lo
largo del siglo XV, y que se generalizará en la siguiente centuria. Estas nuevas
circunstancias servirán a estos imperios como tapón frente a la llegada de nuevas
oleadas de guerreros centroasiáticos.
Para comprender la importancia que tuvo la nueva organización imperial en los
tres imperios (safávida, otomano y mogol) me referiré antes a un caso coetáneo, muestra
de la crónica inestabilidad de los regímenes turcos de siglos anteriores: los uzbekos
shibanidas. Procedente de Transoxania (Asia Central), Shibani khan (1451-1510), un
caudillo turco que además era descendiente lejano de Gengis Khan, hubo de negociar
con muchos clanes tribales y sobretodo hacer méritos en el campo de batalla para reunir
un digno ejército bajo su mando. En 1500 era suficientemente poderoso como para
apoderarse de Samarcanda, la ciudad más prospera de Asia Central y antigua capital del
conquistador Timur Lang, su descendiente Babur hubo de abandonarla ante el guerrero
uzbeko. Aunque Shibani trató de legitimarse mediante matrimonios con la casa real
timúrida e hizo grandes donativos a la cofradía Naqshbandi, cuya influencia política era
considerable, Shibani tuvo dificultades para mantener cohesionado su ejército incluso
en los momentos de triunfo8. Todo el proyecto imperial shibanida se desvanecería al
morir el caudillo, puesto que todos sus hijos y jefes tribales empezaron a disputarse el
liderazgo, favoreciendo así la expansión de sus enemigos safávida y mogol. Años más
tarde reaparecía un candidato uzbeko capaz de sostener el mando supremo, Abdalah
Khan II (1533-1595), sin embargo su muerte volvió a traer la anarquía sobre Asia
7
Estas cofradías religiosas islámicas se caracterizaban por una menor jerarquización que sus equivalentes
cristianas, creciendo en su interior interpretaciones heterodoxas de la religión, encabezadas habitualmente
por sufís. Tendrán algunas de estas cofradías una importancia crucial en el devenir de los “imperios de la
pólvora”.
8
Nurten Kiliç, “Change in Political Culture: The Rise of Sheybani Khan” en L’heritage timouride. Iran-
Asie centrale-Inde XV-XVIII siècles , ed. Maria Szuppe (Tachkent: Ed. Edisud, 1997), p.63
7
Central y años después quedaron los shibanidas apartados del poder mientras sus rivales
sureños (safávidas y mogoles) disfrutaban de un periodo de máximo esplendor.
Puesto que Lar formó parte siempre (de una forma u otra) del imperio safávida,
la explicación que daré a continuación será la más escueta de este apartado. Nacida de
una cofradía religiosa chiita con un fuerte componente sufí, la dinastía safávida
persiguió unos objetivos político-religiosos que, si bien fueron aplicados también por
los otomanos, le dieron un carácter agresivo y la aislaron ideológicamente de sus
vecinos9. Tras el turbulento reinado de Ismail (1487-1524), caracterizado por los
continuos enfrentamientos con otomanos y uzbekos, llegó el largo gobierno de su hijo
Tahmasp (1524-1576) quien dedicó buena parte de su reinado a contener las
aspiraciones de turcos y tayikos (nombre con el que es conocida la población nativa
persa). El nieto de Tahmasp, Abbas (1571-1629) conseguirá reforzar la autoridad de la
monarquía gracias a la inclusión de elementos procedentes del Cáucaso, conocidos
popularmente como ghulams, logrando estabilizar su imperio y ser respetado por su
poderoso vecino otomano. Las profundas reformas de tiempos de Abbas consolidaron el
poder del sha durante muchos años, sin embargo con el tiempo debilitaron la capacidad
militar del reino que hubo de asistir impotente a la conquista de su capital Isfahán
(1722) a manos de un pequeño ejército afgano. Tras este episodio, el prestigio de la
dinastía safávida se vino abajo y no tardaron algunas de las tribus turcas en tratar de
recomponer el imperio bajo nuevas dinastías (Afshar, Zand y Qayar).
El imperio otomano es quizás el caso de imperio de la pólvora más exitoso,
debido a su longevidad y a la enorme capacidad de adaptación a las crisis. Osmán I
(1258-1326) fue el primer miembro reconocido del linaje real, que llegó a Anatolia
junto a otras muchas tribus vasallas de los turcos selyúcidas huyendo de la presión de
los mongoles. Fue el nieto de Osmán, Murad I (1326-83) quien además tenía sangre
bizantina, el primero en intitularse sultán y en extender su imperio al interior de Europa,
hasta regiones como Serbia. También se empezó a generalizar durante su reinado la
formación de unidades militares compuestas de antiguos esclavos de origen cristiano,
los jenízaros. Así como sucedió con las unidades de mamelucos en Egipto, y luego
9
Una política que en palabras de Douglas Streusand buscaría: “imponer una nueva identidad religiosa a la
población general” (Douglas E Streusand. Islamic Gunpowder Empires: Ottomans, Safavids, and
Mughals. (Boulder, Colorado: Westview Press, 2011), p.4)
8
ocurriría con los ghulams en Persia, los jenízaros tan solo guardaban lealtad a su sultán,
sirviendo de contrapoder a los caudillos tribales turcos.
El hijo de Murad, Bayaceto (1360-1403) lideró la primera gran expansión del
imperio otomano, sin embargo su crecimiento ascendiente llamó la atención del
conquistador Timur Lang que le atacó y derrotó en la batalla de Angora (1402),
haciendo cundir el caos en el imperio otomano durante décadas. Mehmet II (1432-1481)
consiguió gran renombre cuando se apoderó de Constantinopla (1453), y con esta
prácticamente toda Grecia. La segunda gran expansión del imperio la protagonizaría
Selim I (1465-1520), determinado a tener un reinado estable, fue especialmente
expeditivo en la eliminación de sus parientes (posibles rivales al trono) y mostró una
gran agresividad hacia la expansión de los safávidas chiitas, promocionando una visión
del sunismo igualmente radical. Su reinado se vio coronado por el éxito, aplastó al sha
Ismail en Chaldiran (1514) y conquistó el sultanato mameluco (1517), declarándose
asimismo “protector de los santos lugares”10. Su hijo Solimán I (1494-1566) continuó la
labor de su padre, llevando el imperio a su máxima expansión: desde Hungría hasta los
Estados corsarios de Argelia. Sin embargo, tal y como sucedería posteriormente en el
imperio safávida, las reformas otomanas destinadas a fortalecer la monarquía
terminaron por agotar militar y políticamente el imperio que se vería sumido en un gran
número de crisis palaciegas. Sin embargo, la dinastía otomana aprendió, como tantas
otras veces, de sus vecinos (en este caso europeos) y fue adaptando la maquinaria
imperial hasta que, derrotada en la Gran Guerra (1914-1918), la dinastía fue
reemplazada por una república turca (1922).
El imperio mogol fue otro caso de dinastía exitosa con una gran capacidad de
adaptación a medios muy distintos. Babur (1483-1530), el primero de esta dinastía,
inició su andadura en el reino de Fergana, una parte del complejo mosaico político de
Asia Central pues, aunque era descendiente del conquistador Timur Lang, no faltaban
parientes dispuestos a ocupar su lugar en el poder. Presionado por la cofradía
Naqshbandi, Babur luchó sin descanso frente a los invasores uzbekos por el control de
Samarcanda hasta que se vio empujado a Kabul. Aunque para Babur y sus
descendientes era necesario recuperar Turan (nombre que daban a Asia Central), en
10
No pudo proclamarse califa debido a que la familia real otomana no descendía en modo alguno del
linaje del Profeta, como si lo hacía por ejemplo el linaje safávida.
9
1521 Babur no desaprovechó la oportunidad de invadir el norte de la India, invitado por
algunos nobles enfrentados a su soberano lodi. No era un fenómeno extraño, los mismos
lodis también eran guerreros centroasiáticos que habían llegado a la India invitados por
otros, y lo mismo había sucedido con sus predecesores; se trataba pues, de una región
que importaba guerreros extranjeros. Dueño de la región en 1526, Babur murió dejando
el reino a su hijo Humayun (1508-1556) quien hubo de lidiar con la competencia de
soberanos locales y de sus propios hermanastros rivales al trono. Vencido por sus
enemigos, Humayun se tuvo que exiliar en Persia al amparo del sha Tahmasp (1544) y a
cambio de recuperar su reino en la India, hubo de entregar Kandahar al sha y convertirse
temporalmente al chiismo.
Consciente de la debilidad institucional del linaje timúrida, Akbar (1542-1605)
el hijo de Humayun, promovió en su Corte el culto a cofradías islámicas locales como la
chisti y desde la década de 1570 promovió un culto sincrético en el que era el cabeza de
la religión. A fin de no depender de las tribus turcas que habían seguido a su padre y a
su abuelo, Akbar promovió la emigración a su imperio de persas chiitas y ascendió a
numerosos hindúes, creando una Corte de lo más heterogénea. Su biznieto Aurangzeb
(1618-1707), también un gran conquistador (durante su reinado se sometió
prácticamente todo el subcontinente indio), no compartía el interés por la religión
sincrética de Akbar, asumiendo un sunismo más intolerante que sus predecesores. El
poder de los mogoles se debilitó en las décadas siguientes, muestra de ello fue el saqueó
de Nadir Sha Afshar (1739) y la victoria de la Compañía Británica de las Indias
Orientales en Plassey (1757). Con el tiempo, el poder del emperador mogol fue
volviéndose cada vez más nominal a medida que los británicos se afianzaban en el
poder hasta que, tras la rebelión india de 1857, fueron exiliados de su imperio.
Tras esta rápida pincelada al mundo de los imperios de la pólvora, podemos
observar que en los tres casos, la dinastía real reforzó su autoridad mediante la
vigilancia de sus herederos y el ascenso de colectivos cuyo único aliado es el mismo
soberano. En este contexto, de un mundo de fronteras desdibujadas y amplios contactos
interimperiales, resulta particularmente interesante observar el papel que jugó Lar. Lejos
de las áreas de dominio tribal turco, los larís eran identificados como un colectivo
propio, aunque con más afinidades a los denominados tayikos que a los turcos. En la
ruta a un Golfo Pérsico, revalorizado por estos imperios de la pólvora, Lar tuvo a lo
largo de los siglos XVI y XVII una relación privilegiada con un nuevo actor político
10
como fueron los portugueses. En mi opinión, la comprensión de la realidad de Lar será
en un futuro fundamental para la comprensión del imperio safávida y de sus vecinos.
Sha Ismael y Lar
A comienzos del siglo XVI Lar era regida por una dinastía de hukkam (cuya
traducción sería la de gobernadores)11
12
, nominalmente vasallos de la confederación
tribal turca Aq Quyunlu. Esta confederación, renacida tras la muerte del conquistador
Timur Lang (1405) había dejado sus asentamientos en Anatolia Oriental para
convertirse en potencia hegemónica de Persia gracias a las habilidades de su líder Uzun
Hasan (1425-78), sin embargo al morir éste no tardaron en surgir problemas internos
hasta que en 1490 estallaba una guerra abierta entre los distintos pretendientes al trono y
clanes de la confederación.
Si bien los principales conflictos entre parientes acontecieron en Azerbaiyán
(norte de Persia) donde estaban asentadas las principales tribus turcas y la propia capital
de la confederación, Tabriz, no ha de subestimarse la importancia que tuvo Lar y la
región de Fars en la política Aq Quyunlu. Uruch Beg (o Don Juan de Persia) definía así
Shiraz, ciudad principal de la provincia: “La principal ciudad, metrópoli y cabeza de la
Persia, es Xiras (Shiraz), ciudad puesta sobre las riberas del río Bendeamir, que
antiguamente se llamó Persépolis, abrasada por Alejandro Magno… Pues dentro de lo
murado tiene más de sesenta mil vecinos (Shiraz)… En esta ciudad de grande comercio,
por pasar los mercaderes del Zagatay (posiblemente turcos chagatai) a la India por
medio de ella, y ser como una aduana o puerto seco, y pertenecen al Farsi o Farsistán
los estados de Lar”13. Si bien Uruch Beg escribía sobre la provincia de Fars y Lar en los
primeros años del siglo XVII, se puede suponer que ya en la primera década la región
11
VVAA, The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge : Cambridge University Press, 1968-1986),
p.4
12
Por su parte, Chardin describe a las gentes de Lar y Ormuz en el XVIII vistiendo colores muy vivos (el
negro era percibido como un color diabólico) y a las mujeres con anillos y joyas colgados en un costado
de la nariz ((John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.217)
13
Uruch Beg, Relaciones de Don Juan de Persia. (Prol. D. Narciso Alonso Cortés). (Madrid. Graficas
Ultra, S.A. 1946 (Orig.1604)) p.59
11
había recuperado parte de la prosperidad que se le atribuyera en tiempos pretéritos,
muestra de ello es que Majd al-Din Shirazi fuese uno de los visires del gran Uzun Hasan
i que para lanzar su último intento de atacar a los otomanos reuniera a sus fuerzas en
Shiraz (1475).
Pedro de Texeira, coetáneo de Uruch Beg, explicaba la prosperidad de Shiraz en
los siguientes términos: “De Xiraz se llevan para otras partes mantenimientos, lanas,
corambres, y otras cosas en que abunda…”14 15 y de Lar señalaba que: “la ciudad Lar,
o Lara como la decimos los Portugueses, de donde toman nombre los Laris moneda de
plata finísima muy conocida y corriente por todo Oriente, ésta es cabeza de un Reino,
hácense en ella los mejores arcos de tirar de toda la Persia”16. Existió a lo largo de
todo el siglo contactos entre Shiraz, cabeza de la provincia de Fars, y el territorio de
Lar, más allá del comercio o de la guerra, era habitual que los estudiantes larís
completaran su formación en Shiraz como es el caso del prolífico Muslih al-Din al-Lari
quien en 1494 se trasladaba a la capital de Fars17.
Originada en la ciudad norteña de Ardebil, la antigua cofradía safávida, fundada
a principios del siglo XIV por el miembro de un linaje turco azerí, gozaba de una gran
capacidad de adaptación en la Persia de los siglo XIV y XV debido a que no se adhería
a ninguna de las 4 principales escuelas sunitas y a que practicaba una serie de ritos sufís
muy populares en Persia18. Haydar, cabeza de la cofradía por derecho de sangre (146088) y sobrino del caudillo Aq Quyunlu Uzun Hasan, a fin de conseguir un poder
temporal que complementase su autoridad religiosa, se convirtió al chiismo
duodecimano19 proclamándose cabeza de un nuevo movimiento con el que pudiese
14
Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid:
Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610)), p.27
15
Chardin señaló en la segunda mitad del siglo XVIII que Shiraz seguía produciendo las mejores
manufacturas de cerámica esmaltada, es decir, vajilla de porcelana. También producían el vidrio más
refinado, mientras que industrias como la de la cercana Isfahán hacían la peor debido a la reutilización del
material (John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.267, 275)
16
Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid:
Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610)), p.349
17
Reza Pourjavady, Muslih al-Din al-Lari and His Samples of the Science. (Berlin: Oriens núm. 42,
2014), p.294
18
Colin Turner, Islam without Allah? (New York: ed.Routledge, 2014), p.59
19
En un momento en el que en Persia solo existían comunidades duodecimanas en Rayy, Lahijan y Qom.
12
atraer bajo su manto legitimador a tribus turcas de la Anatolia Oriental, incomodas ante
la influencia de otomanos y Aq Quyunlu. Estos seguidores de la cofradía, reconocidos
por su ardor guerrero y turbantes rojos (por los que serán llamados “quizilbash” por sus
detractores). Las ambiciones de Haydar pronto tropezaron con los intereses de sus
parientes Aq Quyunlu, quienes apoyaron a los enemigos de Haydar, llevando al cofrade
a una muerte prematura y tomando bajo custodia a sus hijos, herederos legítimos del
linaje safávida. Los siete ahl-i ikhtisas, principales caudillos tribales de la cofradía,
aprovecharon el vacío de poder ocasionado por la guerra civil y se llevaron a dominios
amigos en 1494 a Ismail, uno de los hijos del difunto Haydar.
En 1499 juzgaron los ahl-i ikhtisas que Ismail, con apenas 12 años, ya estaba
preparado para abanderar la causa safávida frente a unos Aq Quyunlu que habían
acabado dividiendo el imperio en dos mitades. Antes de atacar la capital enemiga,
Tabriz, se lanzaron los quizilbash sobre el rey de Shirvan (el que se había enfrentado a
Haydar en 1488) y lo mataron, completando así la deuda de sangre safávida 20. A
continuación los quizilbash golpearon al ejército de Alvand, el Aq Quyunlu que
dominaba Tabriz, y al tomar posesión de la ciudad, Ismail proclamó el chiismo
duodecimano como religión oficial del nuevo Estado (1501). En 1503 derrotaría en
Hamedan a Murad, el otro gran caudillo Aq Quyunlu, con lo que ya podía cerrar su
puño sobre el sur de Persia.
A pesar del integrismo demostrado por Ismail en sus proclamaciones, la realidad
es que el nuevo chiismo duodecimano que encabezaba se presentó doctrinalmente muy
semejante al sunismo tradicional de las comunidades tayikas21. Se formalizó entonces
un pacto no escrito entre el sha y los líderes turcos y tayikos, mientras que el primer
colectivo mandaría sobre los ejércitos, el segundo conservaría sus latifundios y
ostentaría los puestos elevados de la burocracia (de ahí la consideración de los turcos
como “hombres de espada” y los tayikos como “hombres de pluma”). Este pragmatismo
del primer safávida no siempre se cumplió, dándose episodios de gran violencia en la
20
Roger Savory, Iran under the safavids (Cambridge: Cambridge University Press, 1980), p.25
21
Colin Turner, Islam without Allah? (New York: ed.Routledge, 2014), p.74
13
conquista de Fars (1503) donde los miembros de una rama de la cofradía Naqshbandi
fueron asesinados junto a 4.000 personas22 23.
Aunque conquistó Shiraz en 150324, aun pasarían 5 años para que los hukkam de
Lar reconocieran al sha Ismail como soberano. Esta dilación bien puede explicarse por
la capacidad combativa de los larís frente a unos quizilbash, alejados de las tierras que
conocían, bien por la determinación de Ismail de eliminar antes a sus rivales políticos
del mar Caspio. No se hizo esperar mucho Ismail que, antes de dirigirse a la conquista
de Diyarbakr (1508-9), recibió el acta de sumisión del hukkam de Lar25. Confirmado el
dominio del hukkam larí sobre Lar y Garmsirat (en la costa del Golfo Pérsico), pasará a
ser denominado desde entonces valí por la cancillería oficial26. Esta autonomía mantuvo
lejos de los centros de poder larís a los victoriosos quizilbash, mientras en sitios
próximos como Fars, sha Ismail concedió a perpetuidad la provincia a la tribu turca
Dhulqadr.
Necesitado de continuas victorias militares con las que sustentar su poder frente
a los belicosos quizilbash, Ismail proseguirá sus campañas bélicas en todos los frentes
contra enemigos más poderosos. Con el fin de asegurar la región oriental de Jorasán,
Ismail llegó a un acuerdo con Babur por el que, una vez vencido el uzbeko Shibani
Khan, Babur recuperaría Samarcanda y legitimaria las conquistas safávidas del
22
Hamid Algar, “Naqshandis and Safavids. A Contribution to the Religious History of Iran and her
Neighbors” en Safavid Iran and her neighbors, ed. Michel Mazzaoui (Salt lake city: Ed. The University
of Utah Press, 2014), p.22
23
La animadversión de la dinastía safávida a la cofradía sunita Naqshbandi se explicaría por la profunda
difusión que tuvo esta tras la muerte de Timur Lang (1405), con miembros influyentes en las cortes
otomana, uzbeka y mogol.
24
La venganza safávida, antes manifestada contra el rey de Shirvan, también tubo cabida en el sur donde:
“pasó esto en los 911 de la Hixara, fuése de allí a Xiraz, a donde (Ismael) promulgó un edicto que todo el
que se había hallado en la guerra contra su padre Aydar (Haydar) fuese muerto, y por este bando
perecieron de treinta a cuarenta mil hombre” (Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira…
(Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid: Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994
(orig.1610)), p.303).
25
Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc.,
2001), 90.
26
El valí no dejaba de ser el gobernante de una dinastía local, autónoma dentro del imperio. Según
Sanson (finales del siglo XVII) en el imperio safávida hubo 10 valís: Georgia, Lar, Hoveizeh, Marv,
Lorestan, Mazandaran, Daghestan, Herat, Kandahar y Kerman. (Ídem, p.84).
14
territorio. Las fuerzas de Ismail aniquilaron a Shibani Khan y su ejército en Marv
(1510), sin embargo la oposición de una población sunita a la presencia safávida
conllevaron a la muerte del vakil (una suerte de primer ministro del sha) en 1512 y al
retroceso de los coaligados. Enfrentado al sultán otomano Selim por las convulsas
tierras de la Anatolia Oriental, Ismail planteará una batalla campal contra un enemigo
superior en número y mejor armado. Derrotado en Chaldiran (1514), el prestigio de
Ismail decaerá entre los suyos, no tardando en salir voces contestatarias de entre los
caudillos quizilbash. La muerte de Ismail, 10 años después de la batalla, abrirá un
periodo muy convulso en el que los grandes líderes tribales lucharán entre sí por el
control de Tahmasp, el heredero al trono.
Los portugueses en el Golfo Pérsico
El espacio geopolítico de Oriente Medio se vio asaltado a principios del siglo
XVI por los portugueses quienes, aprovechando la forma tradicional de navegación
desarmada (en Europa las flotas estaban muy militarizadas) impusieron sobre los
Estados costeros una serie de tributos a cambio de su “protección”. Si bien este era un
negocio rentable, el objetivo de los portugueses fue en todo momento el de acceder a
especias orientales como la pimienta a fin de venderla monopolísticamente en Europa.
El almirante Alfonso de Albuquerque (1453-1515) comprendió que debido a la
inferioridad numérica de los portugueses, la única forma de conservar el dominio sobre
el mar era la de establecer una serie de fuertes estratégicos a lo largo del Golfo Pérsico y
de la India con lo que, no solo harían dependientes a los comerciantes nativos de su
voluntad, sino que mantendrían alejados a futuros expedicionarios europeos.
Uno de los más afectados por la irrupción portuguesa en el Golfo fue el sultán de
Ormuz. Trasladado su reino de tierra firme a la isla de Ormuz en el 130027, poco antes
de llegar la flota del Almirante luso, el sultán ormuzí Ayaz se había trasladado a la isleta
próxima de Gerun donde en 1507 fueron a buscarle los portugueses, exigiéndole un
tributo y el permiso para construir un fuerte en la isla de Ormuz (enclave desde el que
27
VVAA, The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge: Cambridge University Press, 1968-1986),
p. 421
15
extenderían este nuevo imperio marítimo)28
29
. Potencia hegemónica en el mar, los
portugueses se apoderaron también de Muscat (costa de Omán), instalando en el enclave
una factoría comercial y obligando a los líderes beduinos de Muscat a reducir las
hostilidades con Ormuz30, cerrando los lusos con esta conquista y la de Bahréin
prácticamente todo el Golfo. Aunque el sultán de Ormuz era un vasallo nominal del sha
persa, la carencia de una flota safávida impidió al sha Ismail tomar represalias contra los
portugueses (en un momento en el que por otro lado libraba batallas en tierras frente a
otros enemigos).
Al igual que la Persia continental, las relaciones políticas entre los locales
pasaban por un periodo conflictivo. Ante la protección que brindaban los portugueses a
Turan Sha IV, sultán de Ormuz, el gobernador vasallo de Qalhat se alzó contra estos en
151931. En 1521 estallaría una nueva insurrección de las tribus de Omán contra los
intereses portugueses32, insurrección que bien pudo estar motivada por la ocupación del
Egipto Mameluco por los otomanos y el deseo de estos de competir a los portugueses el
control de los mares. En 1529 Nuño de Cuña asestaba un duro golpe al sultanato
otomano al apoderarse de Basora (con lo que completaban la estrategia de
Albuquerque), sin embargo terminaran abandonándola a los otomanos en el 1547.
Entonces las guerras de los otomanos con los safávidas y la falta de madera en Basora
con la que construir nuevas flotas llevó a que los contendientes tuvieran una postura
más conciliadora (aunque cada cierto tiempo hubo tentativas de quitarse enclaves) y
priorizara el elemento comercial hasta el punto que los turcos acudían a Ormuz y que
había portugueses instalados en la Basora otomana33.
28
Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid:
Fundación Universitaria española, 2006), p.26
29
Y cuya lealtad se ganaron entre otros motivos, por entregarle en señorío las islas de Bahréin (Ídem,
p.36).
30
Dejanirah Couto, “New insights into the History of Oman in the Sixteenth Century: a Contribution to
the Study of the Evolution of the Muscat Fortifications”, en Anotaçoes e Estudos sobre Don García de
Silva y Figueroa e os “Comentários” da embaixada à Pérsia (1614-1624) Vol. III, VVAA. (Lisboa: Ed.
Centro de História de Além-Mar, 2011), p.136
31
Ídem, p.139
32
Ídem, p.137
33
Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid:
Fundación Universitaria española, 2006), p.27
16
La presencia de los portugueses en la región no solo sirvió para monopolizar la
piratería y arbitrar entre las autoridades isleñas34, también se interesaron por los asuntos
de la Persia continental implicando directamente a Lar. Tras establecer con los larís
unos tratos que garantizarían a los locales recibir armas de fuego y a los otros
probablemente suministros para su fuerte de Ormuz, Portugal fue autorizado por estos a
establecer una factoría comercial en Gamru, en la costa.
El gobierno de Lar bajo el sha Tahmasp
Nacido en el año 1514, Tahmasp vivió toda su infancia bajo la sombra de los
quizilbash, primero como mirza (príncipe) y a partir de 1524 como sha. Lejos de formar
un gobierno común como hicieran los ahl-i ikhtisas a la muerte de Haydar, los
principales caudillos quizilbash combatieron entre sí por el control del joven Tahmasp,
dominando en los primeros años la facción Takkalu. Sin embargo tras la desastrosa
actuación de la caballería Takkalu frente a los uzbekos en la batalla de Jam (1528),
ganada gracias a las armas de fuego del centro del ejército safávida, el sha Tahmasp
promocionó a un miembro del grupo Shamlu por encima de los Takkalu. No tardó el
Shamlu en coalición con otras tribus en atacar a los Takkalu que, finalmente
perseguidos por orden del sha, muchos de estos se pasaron a los otomanos en 1530.
Consciente de las ambiciones del líder Shamlu, en cuanto pudo Tahmasp acusó a
Shamlu de colaborar con los otomanos e hizo ejecutarlo (1533), pasando a reinar en
solitario35.
Estuviera o no relacionado, el caso es que a la muerte de Shamlu el sultán
otomano Solimán declaró la guerra al sha safávida; una guerra legitimada por el hecho
que los dinastas safávidas promovían prácticas como la maldición a los primeros califas
sunitas y cuyo objetivo final era el de convertir Persia en un Estado vasallo de los
34
En tiempos de Felipe II se daba el caso que Mirturuxá, hijo del sultán de Ormuz y de una hija de Raix
Nordim acudió a la Goa ocupada por los portugueses a pleitear con su hermanastro mayor por la
sucesión, aludiendo a que el otro era un bastardo y por tanto ilegitimo para reinar (ídem, p.30).
35
Según fuentes venecianas de la época, Tahmasp tenía entre 50 y 70 khans (o sultanes) bajo su control,
de los que 12 gobernaban Isfahán, 3 su capital Qazvín, mientras que Lar tenía un beg (termino turco
para noble) y un khan (Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda
Publishers Inc., 2001, p. 99), p.101)
17
otomanos (Solimán llegó a servirse de familiares de Tahmasp para ese fin). Tahmasp
respondió a las sucesivas invasiones otomanas (1533, 1548, 1553) con tácticas de tierra
quemada, dificultando las líneas de abastecimiento del sultán, e incluso llegó a
promover expediciones en los reinos georgianos bajo influencia otomana con las que se
hacía con cuantiosos botines y numerosos esclavos que en un futuro serían la base de
apoyo al sha, los ghulam. Agotados los recursos de ambos contendientes, finalmente
accedieron Solimán y Tahmasp a firmar un acuerdo de paz en Amasya (1555) por el que
se reconocían mutuamente, cortaban las redes clientelares con los enemigos del otro (los
safávidas dejaban de apoyarse en las tribus turcas de Anatolia Oriental) y se repartían
los reinos de Georgia.
Es conocida la actitud que tuvo Tahmasp hacia Humayun, el emperador exiliado
mogol, cuando llegó en busca de apoyos a la capital safávida, Qazvín (1544): no le
prestó apoyo y ni siquiera le garantizó su seguridad hasta que no se convirtió al chiismo.
A pesar de esto, la relación de Tahmasp con la religión presenta numerosos matices
puesto que, además de renunciar oficialmente a algunas costumbres de su padre en el
tratado de Amasya (1555), en 1533 designaba a al-Karaki como máxima autoridad
interpretativa de la sharia, con lo que renunciaba a la pretensión de Ismail de ser “ el
vicario de Dios”36. Esta designación tendría consecuencias en la vida pública: se
cerraron tabernas, se prohibió la prostitución y muchos cofrades sunitas fueron
perseguidos37.
El Lar de mediados de siglo había cambiado mucho en relación a lo que había
sido cuando se integró en el imperio safávida en 1508, convirtiéndose en un espacio
plurireligioso en el que, junto a la tradicional comunidad sunita empezaba a ganar peso
el chiismo ante la perseverancia de los ulemas, y a parte empezaba a instalarse una
comunidad judía que en el siglo XVII tendrá una gran relevancia. En 1540 Membré
señalaba que en Lar: “su rey es el rey Soprassi, pero él es un vasallo del Sofí (sha)”, sin
embargo sabemos que el valí de Lar, llamado Ibrahim, fue llamado a la Corte por
36
37
Douglas E. Streusand, Islamic Gunpowder Empires... (Boulder, Col : Westview Press, 2011), p.164
Se sospecha que lejos de limitarse a lugares políticamente claves como Qazvín, la persecución a
estudiosos sunitas habría llegado a Lar, siendo esta la razón que llevó a Muslih al-Din al-Lari a emigrar a
la India, donde terminaría sirviendo a un Humayun sunita como sadr (administrador de las cofradías)
(Reza Pourjavady, Muslih al-Din al-Lari and His Samples of the Science. (Berlin: Oriens núm. 42, 2014),
p.295)
18
Tahmasp a servir como diván-begi38 39, cosa que indica la enorme confianza que le tenía
el sha al acercarlo tanto al tesoro. No se limitaba la influencia de Lar en la Corte al
ejercicio de funciones políticas, es sabido que Qazi Ahmad Ibrahimi
Husayni al-
Qummi (1546-1606) en su “historia general” se basó entre otros, en los escritos de
Muslih al-Din al-Lari40. Estas concesiones a los notables de Lar por parte de la Corte
podrían explicarse debido a la necesidad del sha de contar con la lealtad de los larís
frente a unos turcos tornadizos, y por la proximidad de la región al imperio otomano (si
bien Lar nunca llegó a ser invadida).
Lar antes de las reformas del sha Abbas
A pesar de la longevidad de su reinado, el sha Tahmasp no consiguió a lo largo
del mismo neutralizar las ambiciones de los quizilbash que, al morir el sha de forma
natural en 1576, empezaron a competir entre ellos, apoyando a uno u otro de los hijos
del sha difunto. Pari Khan Khanum, hija de Tahmasp y clave en las luchas de la Corte,
decidió a dar su apoyo al segundo hijo mayor de su padre, Ismail, frente a las
aspiraciones de la incipiente facción georgiana. Pero este sha Ismail II pronto perdió la
confianza de su hermana y de buena parte de los quizilbash, en parte debido a sus
tendencias sunitas, por lo que esta hizo envenenarlo (1577) y llamó a gobernar a
Muhammad Khodabanda, primogénito de Tahmasp y desechado originalmente por su
parcial ceguera (que en la cultura política persa le impedía reinar). Junto al nuevo sha
Muhammad vino su esposa Mahd-i Ulya, perteneciente a la familia real de Mazandaran
(un valiato como Lar), la verdadera dirigente en la sombra no tardó en deshacerse de su
cuñada Pari Khan (1578) y, dada su enemistad con los círculos quizilbash, empezar a
promover tayikos en la Corte, política que terminaría generándole graves problemas.
Al margen de las luchas cortesanas en Qazvín, la primera medida que hubo de
tomar el sha Muhammad fue la de vaciar el tesoro real para pagar los sueldos atrasados
38
Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc., 2001),
p.90
39
Según las cuentas de Minadoi, Ibrahim de Lar podía reclutar 18.000 hombres soldados (Ídem, p.136)
40
Sholeh A. Quinn, Historical Writing During The Reign of Shah’Abbas… (Salt Lake City: The University of
Utah Press, 2000), p.19
19
de su ejército41 con lo que su gobierno no fue cuestionado directamente durante algunos
años, sin embargo la inestabilidad política en la periferia pronto se hizo sentir. Asid
Mubarak del reino árabe de Ahwaz quien se había aprovechado ya de las rivalidades
otomano-safávidas para expandir su reino por Basora, tomó durante el reinado de
Muhammad Shustar y Dezful, con lo que hacía frontera con el mismo Lar 42. La
inexistencia del Estado safávida también tuvo su reflejo en Lar, donde el valí de Lar
quiso reforzar su presencia casando a su hermana con el sultán de Ormuz43.
Al fallecer sin hijos el sultán de Ormuz (1582), quedó su esposa al mando del
reino y, aprovechando la coyuntura, el valí de Lar reclamó el territorio en base a su
parentesco, dirigiéndose al Bandel (en el Golfo) donde conquistó enclaves como la
fortaleza de Shamil. Esta acción desagradó a los portugueses que, por órdenes de Don
Gonzalo de Meneses, el capitán de Ormuz, dirigieron una expedición en 1583 al Bandel
y expulsaron a los hombres del valí. Un frustrado valí renunció a su expansión en tierras
ormuzís e informó entonces de los incidentes al sha Muhammad. Apenas 10 años más
tarde, se cerniría sobre Lar una nueva catástrofe, así explicada por Pedro Teixeira:
“hubo en el año de la redención humana 1593 en el mes de Setiembre en esta ciudad,
un terremoto que derribando más de 1.200 casas, y arruinando la mayor parte de los
muros, y muchas cisternas, que no tiene aquella tierra otra agua que las que en ellas se
coge de la lluvia, mató tres mil personas”44.
Mientras Lar, Ormuz y Ahwaz viven sus propios conflictos, en la Corte la
situación se complicaba todavía más con el asesinato de Mahd-i Ulya, esposa del sha,
por unos quizilbash descontentos con sus políticas pro-tayikas. Incapaz de responder de
forma enérgica a los levantamientos de sus subordinados, el sha Muhammad irá
cediendo terreno hasta que en 1587 el caudillo de la tribu Ustalju, por entonces guardián
del príncipe Abbas, dio un golpe de Estado en Qazvín. Vencido definitivamente,
41
La política que se había seguido durante años de alimentar a la tropa sobre el terreno aún se mantendría
hasta 1587, cuando solo los 30.000 hombres de Shiraz y Jorasán cobraban en efectivo (Willem Floor,
Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc., 2001), p.136)
42
Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid:
Fundación Universitaria española, 2006), p.38, 43
43
44
Ídem, p.77
Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid:
Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610), p.350
20
renunció Muhammad a la corona, entregándosela a un joven Abbas y a su “protector”
Ustalju. Ante la precaria situación interna y externa de la monarquía, el nuevo sha hubo
de ceder en 1590 buena parte de sus provincias occidentales al imperio otomano (entre
estas se hallaba Tabriz, la antigua capital) viéndose obligado a trasladar la Corte a
Isfahán, en el centro de su cada vez más reducido imperio45.
Pero Abbas se asemejaba más a su abuelo Tahmasp que a su padre Muhammad,
puesto que en cuanto pudo y sirviéndose de un joven ghulam georgiano a su servicio,
que con el tiempo será conocido como Allahverdi Khan, hizo asesinar a su “protector”
Ustalju (1589) y tomó directamente las riendas de poder, apoyado en todo momento por
esa facción ghulam. El carácter bélico de Abbas no tardaría en fijarse en la isla de
Ormuz, llave del comercio en el Golfo, por lo que proyectando en 1591 la invasión de la
misma, preguntó a sus consejeros que había en ella y le contestaron así: “… que el
terreno era estéril, y los moradores míseros y mezquinos, pero que con la contratación
de los mercaderes era de grandísima importancia, hizo burla (Abbas), y diciendo que él
había perdonado a sus pueblos noventa mil tomanes de aquella rentas, desistió de la
empresa”46. En ese momento los uzbekos de Abdalá eran el problema más acuciante del
joven sha, sin embargo no tardaría en llegar el día que los ojos del sha volvieran a
detenerse en el Golfo Pérsico.
El periodo georgiano
Si algo caracterizó el gobierno de Lar fueron las profundas reformas que
introdujo, tanto en la Corte como en la administración del reino. Una de estas,
posiblemente la más ambiciosa, pretendía monopolizar desde la Corona la exportación
de la producción sedera en vistas a reforzar su posición diplomática con los Estados
occidentales (prácticamente toda la seda que consumían procedía de las provincias del
45
Una vez traslada la capital a Isfahán, la ruta comercial a través de Lar sumó un nuevo producto
destinado a la Corte: los dátiles de las regiones de Juzestán y Sistán; conocidos como los mejores del
imperio, desembarcaban en el puerto de Jarún y luego hacían el camino a Isfahán pasando por Lar y
Shiraz (John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.157)
46
Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid:
Fundación Universitaria española, 2006), p.36
21
mar Caspio) y al mismo tiempo debilitar uno de los mayores ingresos económicos de las
tribus turcas establecidas en la tradicional Ruta de las Caravanas 47. Con el fin de
alcanzar sus objetivos monopolistas, Abbas realizó a lo largo de su reinado numerosas
tentativas comerciales y diplomáticas con las naciones europeas instaladas en el Golfo
Pérsico, que mediante el transporte marítimo esquivarían la ruta de comercio a través
del imperio otomano; y por otro lado se sirvió de las compañías comerciales armenias,
que empleó directamente bajo su servicio, y no dudó en trasladar por la fuerza desde sus
aldeas natales en el norte a los barrios de Isfahán (la mayoría de estos procedían de un
pueblo llamado Julfa, por lo que a su llegada a Isfahán se les hizo un barrio llamado
Nueva Julfa)48.
Por otro lado, Abbas supo aprovechar las difíciles circunstancias heredadas de su
padre para llevar a cabo una serie de reformas radicales: arrebatando algunas provincias
mamalek (del reino) del interior gobernadas por quizilbash, y convirtiéndolas en
khasseh (del soberano) que gestionarían visires, en la mayor parte de los casos ghulams.
No se limitó a eliminar la amenaza de los caudillos turcos, centralizó el imperio
mediante la eliminación de las dinastías locales (curiosamente de los territorios
vinculados al negocio de la seda): Gilan (1592), Lahijan (1595) Mazandaran (1596-8) y
otros49. Otros como Asid Mubarak de Ahwaz, salvaron la vida devolviendo todas sus
conquistas al soberano safávida y enviando a su hijo a la Corte, donde contraería
matrimonio con una hija del sha, siendo desde entonces un títere más en la política de
Abbas50.
El encargado de llevar a cabo buena parte de estas reformas fue Allahverdi Khan
(1560-1613), el georgiano cristiano que se convirtió al Islam y ascendió hasta lo más
alto de los ghulams asesinando a los enemigos políticos del sha. Poco antes del año
1600 se inició en la Corte del sha en Isfahán un intenso debate, a raíz de la llegada de
una embajada en nombre del rey Felipe III de Castilla, en el que se debatió si era más
47
Ina Baghdiantz-Mc Cabe, The Shah’s Silk for Europe’s Silver… (Atlanta: Ed. University of
Pennsylvania Armenian texts and Studies, 1999), p.20, 33
48
Ídem, p.54.
49
VVAA, The Cambridge history of Iran (Vol.6) (Cambridge: Cambridge University Press, 1968-1986),
p.269
50
Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid:
Fundación Universitaria española, 2006), p.43
22
conveniente iniciar una guerra contra el imperio otomano (y recuperar las posesiones
perdidas en 1588) o lanzarse sobre Lar y Ormuz, a fin de reafirmar los antiguos lazos de
vasallaje. Allahverdi se decantó a favor de la guerra contra el otomano, y las agresivas
embajadas del sultán no hicieron más que declinar la opinión del sha Abbas en favor de
una guerra en el oeste (y no en el sur) por lo que designó una embajada de respuesta al
rey de Castilla (en la que figuraría Uruch Beg) con la que cerrar una alianza frente al
turco51.
Ormuz, capitanía de los portugueses, quedó por unos años libre de la presión
safávida debido a estas embajadas diplomáticas; no sucedió igual con el valiato de Lar,
que se convirtió en objetivo del sha y de su general Allahverdi Khan, entonces khan de
Shiraz, bajo el pretexto que los larís asaltaban las caravanas comerciales que por sus
tierras pasaban52. Una argumentación que también comparte Teixeira: “… (Abbas)
destruyó el Reino de Lar a que decimos Lara, en la Persia con muerte del Rey que fue
preso, a causa de los latrocinios y violencias con que trataba las Caroanas de
mercaderes que allí pasaban…”53. Fuera el robo (o extorsión) de las caravanas por los
larís el verdadero motivo, o simplemente la necesidad del sha de controlar más
eficazmente el comercio con Ormuz, el caso es que Allahverdi invadió Lar con un
ejército muy superior al del valí Hanbraincan (¿Hanbrain Khan?) que se rindió al
georgiano bajo la promesa de conservar la vida54. Anticipándose a una posible respuesta
portuguesa, Allahverdi les conquista Bahréin con la ayuda de un traidor en el interior, y
luego incumple la promesa hecha al valí, haciéndole envenenar en su celda y
apropiándose de Lar en 1602.
Ni el capitán de Ormuz ni el georgiano están dispuestos a desprenderse de
Bahréin por lo que movilizan sus ejércitos, el primero sobre las islas del Golfo, y el
segundo sobre la fortaleza de Comorán en manos lusas. Una comisión de la orden
51
52
Ídem, p.85
El robo de caravanas no era un asunto menor en el imperio persa, Chardin habla de Zael Khan,
gobernador de Kandahar, quien seria llevado a Isfahán acusado de complicidad en el robo de una rica
caravana ((John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.73)
53
Pedro Texeira, Relaciones de Pedro Teixeira… (Introducción de Eduardo Barajas Sala). (Madrid:
Miraguano ediciones; Ediciones Polifemo. 1994 (orig.1610), p. 305
54
Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid:
Fundación Universitaria española, 2006), p. 37
23
religiosa agustiniana es enviada a entrevistarse con el sha a fin de resolver el conflicto y
recordarle sus compromisos en la guerra contra el otomano. Estos comisionados son
muy bien recibidos en Shiraz por el hijo de Allahverdi, Imam Quli Khan; pero de
camino a Isfahán son interceptados por Allahverdi, a quien acaba de confirmar el mismo
sha el gobierno de Bahréin a su hijo Imam Quli y a él, el señorío sobre Lar. Mientras la
comisión agustiniana hace camino a Isfahán primero, y luego a Qazvín (donde el sha se
ha trasladado con sus ejércitos), sin los guías y el transporte que les arrebató
Allahverdi55, el capitán de Ormuz no pierde el tiempo y apoya la rebelión de 1602 de
los larís contra Allahverdi y la guarnición persa, llevando incluso vituallas y municiones
a las plazas turcas en contra de lo pactado con el sha56.
Para cuando los comisionados alcanzaron al sha Abbas, este había obtenido una
clara victoria militar sobre los otomanos (1603) y recuperado muchas de las posesiones
cedidas en 1588. No queriendo retraerse de las concesiones dadas a su general
Allahverdi, Abbas da una tregua a los portugueses al ordenar al georgiano que deje el
asedio de Comorán y, en acto de buena voluntad, hace pregonar en Isfahán, Shiraz y la
tumultuosa Lar el libre comercio con Ormuz57. Dándole una salida controlada por mar a
la producción sedera, Abbas consigue finalmente su objetivo de distraer unos recursos
que de otro modo beneficiarían al sultán otomano; los beneficios del monopolio sedero
también llegarían a los bolsillos del nuevo dirigente georgiano de Lar que llevaría a
cabo reformas en los baños públicos y el bazar con los que buscaba congraciarse con la
gente. No lo consiguió del todo pues en 1605 se sublevaba Lar sin el apoyo portugués;
Allahverdi se presentó de inmediato con 15.000 jinetes y en menos de 20 días destruyó
las fortalezas larís y castigó a los rebeldes58.
Malentendidos y fracasos en las embajadas entre el rey castellano y el turco
iranio llevaron en 1608 a una situación límite en el Golfo Pérsico donde, después de
55
No se trata de un simple retraso, teniendo en cuenta que normalmente el viaje de Ormuz a Isfahán
suponía un mes de camino. Chardin cuenta que en el viaje de una delegación de la Compañía francesa de
las Indias Orientales a Isfahán en 1668, llegaron a Shiraz destrozados y hubo algunos muertos entre los
viajeros (John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.43)
56
Luis Gil Fernández, El imperio luso-español y la Persia safávida. Tomo I (1582-1605). (Madrid:
Fundación Universitaria española, 2006), p.178
57
Idem, p.269
58
Ídem, p.273
24
años de combatir a los otomanos, se encontraba el capitán de Ormuz que el principal
peligro procedía de Isfahán. Ese año los portugueses dieron apoyo a los rebeldes larís y
Allahverdi, enterado de los movimientos lusos, hizo bloquear el comercio de Ormuz,
tanteando por primera vez otras compañías comerciales europeas (holandesas e
inglesas) a fin de compensar el desequilibrio naval59. Muerto Allahverdi de forma
natural (1613), su hijo Imam Quli le sucederá en sus funciones, conquistando el
pequeño puerto de Jerún (luego llamado Bandar Abbas) en 1614 a los portugueses,
amenazando al propio sultán de Ormuz que, con el permiso portugués, reconocerá el
dominio safávida y empezará a pagar tributo al sha. Ya sin el peligro inminente
otomano en la frontera y con una buena flota inglesa como aliada, Imam Quli dirigirá un
ejército que en 1622 conquistará Ormuz a los portugueses, expulsándolos al fuerte de
Muscat y terminando con toda posibilidad de sublevación exitosa a los larís.
Provincialización de Lar
A finales del reinado de Abbas, Lar se hallaba en una situación irregular bajo el
control de la dinastía georgiana de Allahverdi Khan. De las 11 provincias con un
begler-begi (comandante en jefe), dos todavía conservaban el valiato (Luristan y
Shahrezur), cuatro se mantenían bajo control quizilbash y las restantes cinco por los
ghulams, de las que una gran provincia de Fars (en la que Lar se hallaba incluida) era
regida por Imam Quli Khan60, dueño de prácticamente toda la frontera meridional del
imperio. A la muerte de Abbas (1529) y ascenso al trono de su nieto Safí I (1611-1642),
el primer sha safávida criado en el harén, la enorme influencia de Imam Quli Khan fue
entendida como una amenaza a la misma altura que los caudillos quizilbash por lo que,
instigado por su visir Saru Taqi (1579-1645) hizo asesinar en 1633 a Imam Quli y a
toda su familia (exceptuando un hermano del mismo que pudo huir a Georgia).
Por lo demás, sha Safí y Saru Taqi compartían la estrategia del difunto Abbas al
considerar que las provincias mamalek debían convertirse en khasseh bajo control de un
59
Ídem, p.38
60
Willem Floor, Safavid Government Institutions. (Costa Mesa (California): Mazda Publishers Inc.,
2001), p.97
25
visir dependiente de la Corte y solo leal al sha. Dada la situación irregular durante los
años de gobierno georgiano y al hecho que las sucesivas rebeliones larís (1602, 1605 y
1608) habían diezmado las filas del antiguo valiato, no tuvo problemas el visir Saru
Taqi en convertir Lar en una provincia khasseh en 163661. Un visir con funciones
administrativas y fiscales, y un darugheh encargado de justicia y milicia (aunque esta
última función podía asumirla el visir) dirigirían la provincia desde entonces, teniendo
el enclave de Lar un kotval (castellano) bajo la autoridad del khan encargado de
controlar la guardia nocturna y mantener la paz en el bazar62.
No era Lar un enclave cualquiera pues según visitantes como Le Bruyin, el
castillo tenía los mejores cañones de toda Persia63. Otro visitante extranjero, Herbert,
describía así el castillo de Lar: “…que tiene almenas y plataformas, sobre el cual se
montan 12 cañones de bronce y dos basiliscos (del saqueo de Ormuz en 1622). Dentro
del fuerte hay muchas casas pequeñas y cabañas que alojan a los soldados, que a veces
tienen armamento suficiente para dar lanza, arco y pistola a 3.000 hombres”; unos
cañones, sin embargo, que no eran utilizados de forma efectiva para el combate y que
más estaban de adorno en ceremonias especiales64. Las tropas del castillo, pero, si
fueron utilizadas, por ejemplo en 1639 el sha Safí autorizaba a su visir en Lar que
movilizará a las tropas locales para repeler las incursiones de unos merodeadores
nómadas65. Y es que al parecer, el bandidaje no llegó a desaparecer en la región tras el
tumultuoso periodo georgiano. Cuando alguien robó a los miembros de la Compañía
Francesa de las Indias Orientales objetos por un valor de 60 tomanes (en moneda de
Qazvín), el sha emitió un edicto por el que conminaba a los gobernadores e intendentes
de Lar y el puerto de Jerún a que encontraran a los ladrones, de los contrario se harían
cargo con sus bolsillos de las pérdidas66.
Aunque el tratado de Zuhab (1639) entre otomanos y safávidas había alejado los
peligros de una nueva guerra a gran escala, la sociedad larí continuó estando
fuertemente armada tal y como nos indica la vida de Abdu-r-Razzaq K. Lari, registrada
61
Ídem, p.115
62
Ídem, p.122
63
Ídem, p.235
64
Ídem, p.190
65
Ídem, p.114
66
John Chardin, Travels in Persia. NY: Dover Publications Inc., 1988 (orig.1713), p.116
26
en el libro mogol Maathir al-Umara, una extensa lista con las biografías de los oficiales
que sirvieron a las órdenes del emperador mogol. Este Abdu-r-Razzaq había
abandonado voluntariamente la Persia de Solimán I (1647-94), nieto de Safí I, para
servir con un sequito de larís al gobernador de Haidarabad. Su coraje en la batalla llevó
a que fuera reconocido como mansabdar (funcionario imperial)67 por el emperador
Aurangzeb (1618-1707). En 1697 recibía un rango que le proporcionaba 4.000 soldados
a su servicio, de los que 3.000 eran jinetes, un puesto nada desdeñable; sin embargo
Abdu se marchó apresuradamente a realizar el hajj (peregrinaje a La Meca), tras el que
prefirió retirarse a Lar. Aurangzeb no lo aceptó y envió a uno de los hijos de Abdu,
Abdul-Karim, con un decreto imperial ordenando a Abdu que regresara a la India y se
trajera consigo 1.000 jóvenes larís. Abdu accedió, pero murió de camino a la India68.
Lar no desaparecería del mapa con el siglo XVII, siguió jugando un papel
importante en los difíciles acontecimientos que siguieron a la caída de la dinastía
safávida. En 1708 y a raíz de la situación crítica de la Corte, Lar dejó de ser una
provincia khasseh69 por la presión de grupos rebeldes en el interior del imperio. En 1722
la capital Isfahán era saqueada por un reducido ejército afgano y la dinastía safávida
perdía toda la credibilidad por lo que uno de los caudillos quizilbash, Nadir Sha Afshar,
se coronaba en 1736 e iniciaba la purga de sus enemigos políticos en un clima de guerra
civil. La muerte llegó a Nadir Sha en 1747, siendo su reino disputado por su parentela,
aunque sería uno de sus vasallos, Karim Khan Zand, mucho más dialogante, quien se
haría con la práctica totalidad del imperio. Desde su capital en Shiraz, Karim Khan re
fortificó el castillo de Lar y lo hizo operativo para las guerras con los Afshar y demás
potencias internacionales. A pesar de sus precauciones, Karim Khan será asesinado en
1759 y su puesto ocupado por un tercer contendiente, también de un clan quizilbash,
Muhammad Qajar, que inaugurará una dinastía que traerá al fin la estabilidad al antiguo
territorio safávida.
67
68
John F. Richards, The Mughal Empire (Melbourne: Cambridge University Press, 1993), p.301
Nawwab Samsam-ud-dawla Shah Nawaz Khan; Abdul Hayy (trad. H.Beveridge). The maathir-ul-
umara (Vol I-II), (http://www.panjabdigilib.org, consultada junio 2015), p.70-71
69
Willem Floor, Safavid Government Institutions (Costa Mesa, California: Mazda Publishers Inc., 2001),
p.115
27
Conclusiones
Tras observar los dos siglos de coexistencia de Lar y los conocidos como
“imperios de la pólvora” considero que puede apreciarse el papel activo de la región en
un mundo que, si bien era mucho más estable políticamente que el que le precedió,
experimento numerosos cambios a lo largo de esos 200 años. Si bien las autoridades de
Lar se sometieron nominalmente a la dinastía safávida en 1508, no fue hasta casi un
siglo después que, fruto de un proceso de centralización proyectado por la Corte en
Isfahán, hubo Lar de soportar un gobierno foráneo. Hasta entonces había tenido una
política autónoma que le había llevado a buscar sucesivas alianzas con portugueses y
ormuzís, y al mismo tiempo a enfrentarse con estos por unos espacios de influencia
regionales. Dada su posición privilegiada entre el interior de Persia y los puertos del
Golfo, Lar siempre recibió una atención especial de la Corte tal y como atestiguan las
continuas reformas del castillo y la acumulación de armamento de guerra en el mismo.
Lejos de tener una historia limitada al ámbito safávida, personajes notables de Lar
mantuvieron contactos con los otros imperios de la pólvora (véase Muslih al-Din al-Lari
en los imperios otomano y mogol, o Abdu-r-Razzaq K. Lari en el mogol). Con todo,
confío que el presente trabajo, con todas sus faltas y defectos, pueda servir en un futuro
de aliciente a estudios más especializados sobre la interacción de los imperios de la
pólvora con su periferia y, sobretodo, al estudio de la región de Lar.
28
Imagenes
Castillo de Lar (Del autor)
29
Castillo portugués de Ormuz
(https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/e/e4/Portuguese_Castle_%28H
ormuz%29.jpg)
30
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Lar, Persia y los Imperios de la Pólvora by Marc Morató-Aragonés Ibáñez is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional License.
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