1. Escribe la biografía de Juan Ramón Jiménez

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1. Escribe la biografía de Juan Ramón Jiménez
Biografía de Juan Ramón Jiménez.
Nació en Moguer, Huelva, el 23 de diciembre de 1881. Era hijo de Víctor Jiménez, riojano,
exportador de vinos y de la andaluza Purificación Mantecón. Comenzó la carrera de
Derecho, la que dejó inconclusa, en la Universidad de Sevilla.
Su vida fue signada por el dolor, la depresión y la muerte. Su padre falleció en el año 1900,
y a partir de 1931, su esposa, Zenobia Camprubi, comenzará a sufrir los efectos de un
cáncer terminal, que desencadenará su deceso, el 28 de octubre de 1956. Tres días antes,
la Academia Sueca lo había condecorado con el Premio Nobel de Literatura.
Sufrió las consecuencias de la Guerra Civil Española, que lo obligaron a abandonar su tierra
y dirigirse a Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico.
En su obra se encuentra la influencia del modernismo de Rubén Darío y de los simbolistas
franceses. Su nombre colma la literatura española contemporánea.
Denominado por Rodó, el Andaluz universal, escribió una vasta obra, que podemos
distinguir en dos etapas:
Entre 1898 y 1916 se impone con una poesía sobria, señoril, buscadora de lo esencial,
influida por Bécquer, Góngora, Verlaine, Heine y Rubén Darío. Su sensibilidad se expresa
en poemas de perfecta estructura formal. Mencionamos en este período: Rimas (1902),
“Arias tristes” (1903), “Jardines lejanos” (1904), “Elegías” (1907), “La soledad sonora”
(1911), “Pastorales” (1911), “Laberinto” (1913) “Platero y yo” (1914) y “Estío” (1916).
“Platero y yo”, es sin duda, su obra más conocida, redactada en prosa, sobre la simple y
candorosa vida de un borriquito.
Entre 1916 y 1949, el poeta se traza una línea estética más esencial y austera. Con su
primer viaje a América descubre el mar como apertura a lo trascendente. Así comienza una
búsqueda poética de la eternidad. Ejemplos de sus creaciones de esta etapa son: “Diario de
un poeta recién casado” (1916), “Primera antología poética” (1917), “Eternidades” (1918),
“Piedra y cielo” (1919), “Poesía” y “Belleza” (1917-1923).
Entre los elementos de su poesía encontramos:
La abstracción intimista, de cuyo uso son ejemplos: “Nada”, “Vigilia”, “Nostalgia” “Hastío”,
“Soledad”,
“Te
soy
fiel”,
entre
otras.
La simplicidad: lo cotidiano, el detalle simple, la nota popular, los sentimientos comunes de
la humanidad, se subliman y vibran, discreta y recatadamente en sus poemas. Bien pronto
dejó de lado los sonoros y brillantes recursos modernistas. Sus temas son accesibles y
comunes. Halla su inspiración en el hogar, en el campo, en el amor, en el episodio de la
calle o la casa, en el vuelo de la mariposa y en la muerte de Platero.
La pastoral: consustanciado con la veta más auténtica de la poesía lírica española, casi no
hay página ni poema donde no aparezca una referencia bucólica. Por ejemplo “El pastor” y
“Mañana de la cruz”.
Es Juan Ramón Jiménez, el más diestro regidor de la metáfora en la poesía
contemporánea. Con ella vibra, con ella abstrae, con ella explica y se evade.
Su descripción suele reducirse a una mera yuxtaposición y enumeración de elementos.
El énfasis, reflejo del poder emotivo, ese tono exaltado y a la vez sereno a que ha llegado la
poesía en este autor, se señala frecuentemente por medio de un recurso gramatical
simplísimo: la puntuación. Los signos de exclamación se convierten a la vez en recurso de
expresión psicológica y de musicalidad y la interrogación traduce el misterio y la inquietud.
En la última década de su vida escribió “Los romances de Coral Gables” (1948) y “Animal
de fondo” (1949), donde se acerca a una religiosidad inmanente y panteísta, a una
búsqueda de Dios dentro de sí mismo y de su obra. Ésta tendencia llega a su culminación
en “Dios deseado y deseante”, donde se identifica definitivamente con el Creador.
Falleció el 29 de mayo de 1958, en Puerto Rico. Sus restos fueron trasladados a España,
donde descansan en el Cementerio de Jesús, de Moguer.
2. Que es la poesía como genero literario
Poesía, (del griego ποίησις 'creación' < ποιέω 'crear') es un género literario en el que se
recurre a las cualidades estéticas del lenguaje, más que a su contenido. Es una de las
manifestaciones artísticas más antiguas. La poesía se vale de diversos artificios o
procedimientos: a nivel fónico-fonológico, como el sonido; semántico y sintáctico, como el
ritmo; o del encabalgamiento de las palabras, así como de la amplitud de significado del
lenguaje.
Para algunos autores modernos, la poesía se verifica en el encuentro con cada lector, que
otorga nuevos sentidos al texto escrito. De antiguo, la poesía es también considerada por
muchos autores una realidad espiritual que está más allá del arte; según esta concepción, la
calidad de lo poético trascendería el ámbito de la lengua y del lenguaje. Para el común, la
poesía es una forma de expresar emociones, sentimientos, ideas y construcciones de la
imaginación.
Aunque antiguamente, tanto el drama como la épica y la lírica se escribían en versos
medidos, el término poesía se relaciona habitualmente con la lírica, que, de acuerdo con la
Poética de Aristóteles, es el género en el que el autor expresa sus sentimientos y visiones
personales. En un sentido más extenso, se dice que tienen «poesía» situaciones y objetos
que inspiran sensaciones arrobadoras o misteriosas, ensoñación o ideas de belleza y
perfección. Tradicionalmente referida a la pasión amorosa, la lírica en general, y
especialmente la contemporánea, ha abordado tanto cuestiones sentimentales como
filosóficas, metafísicas y sociales.
Sin especificidad temática, la poesía moderna se define por su capacidad de síntesis y de
asociación. Su principal herramienta es la metáfora; es decir, la expresión que contiene
implícita una comparación entre términos que naturalmente se sugieren unos a los otros, o
entre los que el poeta encuentra sutiles afinidades. Algunos autores modernos han
diferenciado metáfora de imagen, palabras que la retórica tradicional emparenta. Para esos
autores, la imagen es la construcción de una nueva realidad semántica mediante
significados que en conjunto sugieren un sentido unívoco y a la vez distinto y extraño.
El arte de combinar rítmicamente las palabras no es lo único que distingue a la poesía de la
prosa, pero hasta el siglo XX constituía la mejor forma de diferenciar ambos géneros. La
versificación tiene en cuenta la extensión de los versos, la acentuación interna y la
organización en estrofas.
La rima (coincidencia de las sílabas finales en versos subsiguientes o alternados) es otro
elemento del ritmo, igual que la aliteración, que es la repetición de sonidos dentro del verso,
como en éste de Góngora: «infame turba de nocturnas aves», donde se repite el sonido ur y
también se juega una rima asonante en el interior del verso entre infame y ave. La rima es
consonante cuando todas las letras de la última sílaba coinciden en dos o más versos
próximos. Se llama asonante cuando sólo coinciden las vocales.
La poesía en lengua castellana se mide según el número de sílabas de cada verso, a
diferencia de la poesía griega y de la latina, que tienen por unidad de medida el pie,
combinación de sílabas cortas y largas (el yambo, la combinación más simple, es un pie
formado por una sílaba corta y otra larga). En la poesía latina los versos eran
frecuentemente de seis pies.
Por el número de sílabas, hay en la poesía en lengua castellana versos de hasta 14 sílabas,
los alejandrinos. Es muy frecuente el octosílabo en la poesía popular, sobre todo en la
copla. Las coplas de Manrique se basan en el esquema de versos octosílabos, aunque a
veces son de siete, rematados por un pentasílabo. A esta forma se le llama «copla de pie
quebrado». La irregularidad silábica es frecuente, incluso en la poesía tradicional. Por
ejemplo, en poesías de versos de once sílabas se pueden encontrar algunos de diez o de
nueve.
Las estrofas (grupos de versos) regulares, de dos, cuatro, cinco y hasta ocho versos o más
corresponden a las formas más tradicionales. El soneto, una de las más difíciles formas
clásicas, se compone de catorce versos, generalmente endecasílabos (once sílabas),
divididos en dos cuartetos y dos tercetos (estrofas de cuatro y de tres versos), con distintas
formas de alternar las rimas.
La alternancia de sílabas tónicas (acentuadas) y átonas (sin acento) contribuye mucho al
ritmo de la poesía. Si los acentos se dan a espacios regulares (por ejemplo, cada dos, tres o
cuatro sílabas), esto refuerza la musicalidad del poema. Mantenida esta regularidad a lo
largo de todo un poema, se logra un efecto muy semejante al del compás musical.
La poesía del siglo XX ha prescindido de la métrica regular y, sobre todo, de la rima. Sin
embargo, la aliteración, la acentuación y, a veces, la rima asonante, mantienen la raíz
musical del género poético.
El papel que juega la poesía en el siglo XXI, es de vital importancia ya que esta aunado con
el avance tecnológico y científico.Surgen nuevas corrientes de Poesia, nuevas formas de
manifestación, como: la Biopoesia, Metapoesia, la poesía ecologista, transmodernista entre
otros.
El Día Internacional de la Poesía fue proclamado por la Conferencia General de la UNESCO
y se celebró por primera vez el 21 de marzo de 2000. Su finalidad es fomentar el apoyo a
los poetas jóvenes, volver al encantamiento de la oralidad y reestablecer el diálogo entre la
poesía y las demás artes (teatro, danza, música, etc.)
3. Investiga que es la poesía en prosa y en verso
•
Poesía en prosa
El poema en prosa es un género poético breve de ideación moderna. Este enunciado no
es más que la constatación de una entidad literaria como serie morfológica en un grado
suficiente y distintivo respecto de otras entidades de categorización análoga empírica e
históricamente reconocibles. Comenzaremos, pues, por situarnos en un momento posterior
al de la cuestión ontológica del género, cuyo aspecto metafísico en la actual circunstancia
doy por sobrentendido, y cuya concreción real queda conceptualmente asumida en la
explicación definitoria anterior. Asimismo, doy por resuelta la cuestión nominalista del
término "poema en prosa", no por carecer de interés histórico literario, que evidentemente lo
tiene, sino por presentársenos ahora como una realidad dada y básicamente no discutible
en orden al argumento teórico que aquí se pretende. La calificación de poético remite
básicamente a este predomino artístico por encima de su alternativo extremo ensayístico.
La calificación de brevedad en principio no es más que, dentro del relativismo comparativo,
una mera comprobación cuantitativa apenas sujeta a alguna especulación. El uso del
concepto de "ideación" aquí de algún modo se propone salvaguardar, en lo posible, un
sentido de creación originaria que en mi consideración de fondo le es previo (como después
veremos) y, de otra parte, hacer patente un aspecto de "intención" e incluso doctrinal o
programático. En fin, la especificación de modernidad responde a un fenómeno histórico así
sustanciado.
Es posible afirmar, al menos sobre la base de nuestros estudios anteriores, que el poema
en prosa, junto al ensayo y el fragmento, constituye la única entidad de género literario
nuevo y de valor general producido en tiempos modernos (es decir con posterioridad o a
partir de la Ilustración neoclásica), a no ser que además tomásemos en cuenta algún
importante género importado de otra civilización, caso que con relevancia representa el
haiku de origen japonés medieval, cuya novedad se atiene al aspecto de contraste por
lejanía y subsume, precisamente, la exotización romántica.
Hay una cierta e interesante relación entre poema en prosa, fragmento y ensayo en virtud,
en primer término, por supuesto, de la coincidencia histórica y subsiguientemente de interés
o función literaria en tal sentido determinada. En segundo término, en virtud de las
condiciones tanto de novedad como de brevedad que a todos ellos afecta. Es de subrayar
que el aspecto revolucionario moderno estéticamente representado por los géneros
literarios atañe en su conjunto y de manera distintiva a estos tres géneros y a los términos
referidos, y en sentido artístico a poema en prosa y fragmento sobre todo. Existe una
diferencia constitutiva del fragmento respecto del poema en prosa y el ensayo, que es la de
su carácter neutralizable o de marco, en razón del cual el fragmento puede alojar o
ejecutarse plenamente bien como texto ensayístico (claro, con rasgo de fragmentado) o
bien como texto poético, en prosa o en verso (con rasgo de fragmentado), en uno y otro
caso, como es evidente, siguiendo cualquiera de las posibilidades realizativas. Por el
contrario, poema en prosa y ensayo pueden entrar en mutuo empréstito, como tendencia,
según veremos, pero no configurarse en posibilidad de asumir de modo alternativo y de
pleno el rasgo definitorio de marca de género que en el fragmento sí se determina. Ello
habla de la restringida entidad genérica de este último y un inocultable sentido de ambigua
arbitrariedad que lo asiste. Ciertamente, poema en prosa y ensayo poseen una larga
genealogía y múltiples antecedentes premodernos, incluso relativos al mundo originario. No
es mi propósito entrar ahora en esta indagación, pero recuérdese cómo los maestros
presocráticos elaboraban un discurso, aun versal, que podríamos hacer simultáneamente
relativo, a partir de la proyección literaria actual y aun con todas las limitaciones y
salvedades que se quiera, tanto al poema en prosa como al ensayo, y al tratado, figura así
de lo primigenio e indistinto. La autonomización genérica del poema en prosa presenta,
pues, no sólo el establecimiento moderno de una configuración de entidad novedosa
individualmente caracterizada sino también, de algún modo, un retorno al origen, su
reificación simétrica.
Existen dos factores poetológicos operativos en la cultura de la modernidad que
determinan su proceso constructivo en conjunto. Estos factores son reducibles a principios:
integración de contrarios y supresión de la finalidad, principios que tienen por objeto la
superación de límites, la progresiva individualidad, la libertad. La génesis del género del
poema en prosa describe un proceso constructivo especial que se fundamenta en el
principio ya establemente romántico de integración de contrarios o intromisión de opuestos,
principio cuya actuación afecta a la generalidad de las operaciones literarias relevantes y en
sus más diferentes planos desde el final de la Ilustración neoclásica. Piénsese, por ejemplo,
en la polimetría, por referirnos a un fenómeno de base material; o piénsese en la
tragicomedia; y así poesía y prosa. Es decir, se trata, a fin de cuentas, de rupturas de la
ortodoxia del orden clásico promovidas por la revolución moderna del arte y del
pensamiento con el propósito de alcanzar la originalidad, que es el primer atributo del genio
según la sanción kantiana, y posteriormente la novedad vanguardista, que no es sino la
radicalización de lo mismo en un periodo artístico subsiguiente. En todo ello también se
encuentra, en su plano de más fondo, la aspiración a la síntesis enunciada por Friedrich
Schiller en términos tanto poetológicos como estéticos generales que conducen al ideal o a
la utopía artística y son un modo esencial de neoplatonismo subsistente. Por su parte, la
génesis del género del ensayo constituye un fenómeno análogo, el de la integración de arte
y pensamiento. Y en este caso, la condición eficiente viene de manera directa determinada
por el principio de supresión de la finalidad del arte y el establecimiento de la libertad
kantiana, sin la cual no es concebible. Naturalmente, toda esta fenomenología que permite
una definición o asunción abstracta, se refiere a una realidad particular histórica, en la cual
tienen lugar las circunstancias y se forjan las peculiaridades. Desde el punto de vista de la
circunstancia histórico-literaria, es de subrayar que el poema en prosa se presenta
condicionado y encauzado por la actividad traductográfica, por el ejercicio de traducir en
prosa composiciones poéticas compuestas en verso en su lengua original (o, en
convergencia con lo referido, el mero traslado a prosa de un texto concebido en forma
versal). He aquí la razón principal de un cierto sentido de manipulación que en ocasiones
aqueja al poema en prosa y es mucho más frecuente en el fragmento. En cualquier caso, y
como he dicho en alguna otra ocasión, el poema en prosa es susceptible, en el grado que
fuere, de incorporar todos aquellos elementos característicos del poema en verso a
excepción de este rasgo de distribución versal y aquellos otros subsidiarios cuya realización
sólo de éste dependen.
•
Poesía en verso
Un verso (del latín versus, que significa "par de surcos", [es el movimiento de ida y vuelta
ejecutado por el labrador al arar la tierra]).
Corresponde a cada una de las líneas que componen el poema, Ejemplo " Por el valle
Claro". El verso es la primera unidad ordenada, esto es, ajustada a un número determinado
de silabas y a un ritmo(medida y cadencia)
Conviene distinguir claramente entre verso, que es una forma literaria, y poesía lírica, que
es un género literario. Si tenemos clara esta definición, entenderemos por qué puede haber
y hay, por ejemplo, obras narrativas, dramáticas y didácticas escritas en verso e,
inversamente, que existan poemas escritos en prosa en vez de en verso. Ejemplo: el verso
es un conjunto de terminaciones.
Se han compuesto versos en distintas culturas siempre en torno a un recurso literario
concreto: así, la poesía hebrea compuso versos fundándose sólo en el paralelismo
semántico. La poesía germánica medieval, por el contrario, se fundaba en la aliteración de
al menos tres palabras por cada verso y la poesía grecolatina clásica en la repetición de
unas secuencias determinadas de sílabas largas y breves y la poesía europea tradicional en
la rima y el ritmo acentual. Por otra parte, el rechazo que las vanguardias europeas del siglo
XX, especialmente el Surrealismo, experimentaron por la tradición literaria, incluso la
métrica, introdujo un tipo de verso más extenso, el versículo, que no rima ni posee ritmo
acentual, sino que funda su poeticidad en repeticiones de motivos y campos semánticos.
Fernando Pessoa decía en su Libro del desasosiego que la poesía se encontraba entre la
prosa y la música. Es así en tanto que el verso es una prosa provista de algunos de los
elementos que forman la música, gracias a lo cual toda canción con letra ha de estar escrita
en verso para poderse adaptar a la música instrumental. Esos elementos que adquiere el
verso de la música son el tempo, el ritmo, el compás y la melodía. El tempo viene dado por
una velocidad de enunciación marcada por el número fijo de sílabas de la recitación, el ritmo
por la colocación o situación fija de determinados acentos, el compás por la alternancia de
diferentes tipos de versos y estrofas y la melodía por la repetición de una rima o un estribillo
o bordón concreto.
El verso suele darse dentro de una estructura literaria fija que se compone de una métrica
definida, un ritmo conseguido por la ubicación de las sílabas tónicas y átonas y una rima
recurrente; a estas secuencias fijas se les llama estrofas. La disciplina que estudia las
clases de versos y estrofas se denomina métrica.
Existe una gran variedad de estructuras en el verso, comenzando por una división inicial
entre verso rimado o con rima y el verso suelto o verso blanco sin rima, pero con un número
fijo de sílabas y con unos acentos concretos. Por otra parte, el verso libre es un verso sin
rima ni cantidad preestablecida de sílabas.
La creación del verso se remonta hacia las composiciones griegas clásicas, en la que el
verso no era rimado, sino que consistía en la repetición de determinada secuencia de
sílabas largas y breves y el compás acentual o ictus.
El verso rimado tiene un origen probable en la región de la península itálica en el Medioevo,
donde nacen composiciones versificadas que persisten hasta hoy en día como en soneto, la
canción o el madrigal. Del latín vulgar, su paso al español es sencillo y se encuentran
composiciones versificadas en rima y con metro desde casi el principio del idioma español,
en el siglo X, las denominadas jarchas.
El verso es la forma natural en que nació la literatura en lenguas vernáculas o lenguas
romances; siempre ha precedido el verso a la prosa,
4. Que es la generación del 27
La llamada Generación del 27 fue una constelación de autores que surgió en el panorama
cultural español alrededor del año 1927, en que se conmemoró el tricentenario de la muerte
del poeta barroco Luis de Góngora. Estos autores aprovecharon esta fecha para reivindicar
la poesía que este autor compuso en la última época de su vida (culteranismo),
desprestigiada por la crítica decimonónica. Tanto escritores como profesores e intelectuales
celebraron en homenaje a Góngora una serie de actos (conferencias, etc.) en el Ateneo de
Sevilla en ese año que se ha venido a considerar el acta fundacional del grupo. En cierta
forma, fue galardonada con el Nobel en 1977 por la figura de Vicente Aleixandre.
Todos los integrantes de La Generación del 27 han fallecido, el último de los cuales fue
Rafael Alberti, el 28 de octubre de 1999.
En los autores del 27 es muy significativa la tendencia al equilibrio, a la síntesis entre polos
opuestos (Lázaro), incluso dentro de un mismo autor:
Entre lo intelectual y lo sentimental. La emoción tiende a ser refrenada por el intelecto.
Prefieren inteligencia, sentimiento y sensibilidad a intelectualismo, sentimentalismo y
sensiblería (Bergamín).
Se observa muy bien en Salinas.
Entre una concepción romántica del arte (arrebato, inspiración) y una concepción clásica
(esfuerzo riguroso, disciplina, perfección). Lorca decía que si era poeta "por la gracia de
Dios (o del demonio)" no lo era menos "por la gracia de la técnica y del esfuerzo".
Entre la pureza estética y la autenticidad humana, entre la poesía pura (arte por el arte;
deseo de belleza) y la poesía auténtica, humana, preocupada por los problemas del hombre
(más habitual tras la guerra: Guillén, Aleixandre...).
Entre el arte para minorías y mayorías. Alternan el hermetismo y la claridad, lo culto y lo
popular (Lorca, Alberti, Diego). Se advierte un paso del "yo" al "nosotros". "El poeta canta
por todos", diría Aleixandre.
Entre lo universal y lo español, entre los influjos de la poesía europea del momento
(surrealismo) y de la mejor poesía española de siempre. Sienten gran atracción por la
poesía popular española: cancioneros, romanceros...
Entre tradición y renovación. Se sienten próximos a las Vanguardias (Lorca, Alberti,
Aleixandre y Cernuda poseen libros surrealistas; G.Diego, creacionistas); próximos a la
generación anterior (admiran a Juan Ramón, Unamuno, los Machado, Rubén Darío...);
admiran del XIX a Bécquer (Alberti, ("Homenaje a Bécquer") Cernuda "Donde habite el
olvido"...); sienten auténtico fervor por los clásicos: Manrique, Garcilaso, San Juan, Fray
Luis, Quevedo, Voldemort, Lope de Vega y, sobre todos, Góngora.
Integrantes de la generación del 27 por orden cronológico:

Fernando Villalón (1881-1930).

León Felipe (1884-1968).

Benjamín Jarnés (1888-1949).

César Barja (1890-1952)

Rogelio Buendía (1891-1969).

Pedro Salinas (1891-1951).

Juan Guerrero Ruiz (1893-1955)

Jorge Guillén (1893-1984).

Miguel Valdivieso (1897-1966).

Josep Moreno Gans (1897-1976).

Antonio Espina (1894-1972).

Mauricio Bacarisse (1895-1931).

Rafael Laffón (1895-1978).

Juan Larrea (1895-1980).

Gerardo Diego (1896-1987).

Antonio de Lara (1896-1978).

José Fernández Montesinos (1897 - 1972)

Agustín Espinosa (1897-1939).

Amado Alonso (1897-1952).

Gregorio Prieto (1897-1992).

Dámaso Alonso (1898-1990).

Juan José Domenchina (1898-1959).

Concha Méndez (1898-1986).

Federico García Lorca (1898-1936).

Vicente Aleixandre (1898-1984).

Ernesto Giménez Caballero (1899-1988)

Edgar Neville (1899-1967)

Rafael Porlán (1899-1945)

Emilio Prados (1899-1962).

Paulino Masip (1899-1963).

Rafael Dieste (1899-1981).

Juan Chabás (1900-1954).

Guillermo de Torre (1900-1971).

Enrique Jardiel Poncela (1901-1952)

Pedro Garfias (1901-1967).

Pedro Pérez-Clotet (1902-1966).

Rafael Alberti (1902-1999).

Luis Cernuda (1902-1963).

Felipe Alfau (1902-1999)

Agustín de Foxá (1903-1959).

José López Rubio (1903-1996)

Antonio Oliver (1903-1968).

Alejandro Casona (1903-1965).

José María Hinojosa (1904-1936).

Juan Gil-Albert (1904-1994)

Joaquín Romero Murube (1904-1969)

José María Souvirón (1904-1973).

José María Luelmo (1904-1991)

Ernestina de Champourcín (1905-1999).

Miguel Mihura (1905-1977).

Pedro García Cabrera (1905-1981).

Emeterio Gutiérrez Albelo (1905-1937).

Manuel Altolaguirre (1905-1959).

Miguel Hernández (1910-1942).

Federico Rolón (1910-1942).

Antonio Molina Espinosa (1906-1978).

Luis Miguel Naranjo (1906-1978).

Rafael de León (1908-1982).

Pablo Neruet.

Alejandro Collantes de Terán (Sevilla, 1901 — ibídem, 1933)
5. Que es la guerra civil española.
Se conoce comúnmente como Guerra Civil Española al conflicto bélico que estalló tras un
fallido golpe de estado de un sector del ejército contra el Gobierno legal y democrático de la
Segunda República Española y que asoló el país entre el 17 de julio de 1936 y el 1 de abril
de 1939, concluyendo con la victoria de los rebeldes y la instauración de un régimen
dictatorial de carácter fascista, a la cabeza del cual se situó el general Francisco Franco.
No obstante, España ya había sufrido varias guerras civiles en el siglo anterior;
actualmente, para éstas últimas se suele preferir el nombre de Guerras Carlistas.
La Guerra Civil Española ha sido considerada en muchas ocasiones como el preámbulo de
la Segunda Guerra Mundial, puesto que sirvió de campo de pruebas para las potencias del
Eje y la Unión Soviética, además de que supuso un desenlace, principalmente a raíz de la
llamada Revolución social española de 1936, entre las principales ideologías políticas de
carácter revolucionario y reaccionario (o contrarrevolucionario) que entonces se disputaban
en Europa y que entrarían en conflicto poco después: el fascismo, el carlismo, el
constitucionalismo de tradición liberal burguesa y el Socialismo de Estado del PCE y la
Komintern (liderada por el régimen de Stalin en la URSS), y los diversos movimientos
revolucionarios: socialistas, comunistas, comunistas libertarios, anarcosindicalistas o
anarquistas, y poumistas. Los partidos republicanos defendieron el funcionamiento
democrático parlamentario del Estado por medio de la Constitución vigente, la Constitución
de la República Española de 1931. Los anarquistas de la CNT (y muchos comunistas del
POUM) defendían la implantación de un modelo libertario, aunque tuvieron que renunciar a
todo su esquema teórico al aceptar la participación en el gobierno a finales de 1936. 2 Los
nacionalistas defendieron su autonomía. La mayoría de revolucionarios buscaban bien
implantar la dictadura del proletariado, 3 4 o bien eliminar la coerción de cualquier estructura
jerárquica, fundamentalmente a través de una economía de carácter comunista y autónomo,
y una organización política basada en órganos de base y comités, sintetizado todo ello en la
consigna del comunismo libertario.5 Muchos militares sublevados y los falangistas
defendieron, en palabras del propio Franco, la implantación de un Estado totalitario. Los
monárquicos pretendían la vuelta de Alfonso XIII. Los carlistas la implantación de la dinastía
carlista, etc. En ambos bandos hubo intereses encontrados.
De hecho, estas divisiones ideológicas quedaron claramente marcadas al estallar la Guerra
Civil: los regímenes fascistas europeos (Alemania e Italia), Portugal e Irlanda apoyaron
desde el principio a los militares sublevados.
El Gobierno republicano recibió el apoyo de la URSS, único país comunista de Europa,
quien en un primer momento movilizó las Brigadas Internacionales y posteriormente
suministró equipo bélico a la República. También recibió ayuda de México, donde hacía
poco había triunfado la revolución.
Las democracias occidentales, Francia, el Reino Unido y Estados Unidos, decidieron
mantenerse al margen, según unos en línea con su política de no-confrontación con
Alemania, según otros porque parecían preferir la victoria de los sublevados. No obstante, el
caso de Francia fue especial, ya que estaba gobernada, al igual que España, por un Frente
Popular. Al principio intentó tímidamente ayudar a la República, a la que cobró unos 150
millones de dólares en ayuda militar (aviones, pilotos, etc.), pero tuvo que someterse a las
directrices del Reino Unido y suspender esta ayuda.
En cualquier caso, esta alineación de los diferentes países no hacía más que reflejar las
divisiones internas que también existían en la España de los años 1930 y que sólo pueden
explicarse dentro de la evolución de la política y la sociedad española en las primeras
décadas del siglo XX.
Algunos ven en estas profundas diferencias político-culturales lo que Antonio Machado
denominó las dos Españas. En el bando republicano, el apoyo estaba dividido entre los
demócratas constitucionales, los nacionalistas periféricos y los revolucionarios. Éste era un
apoyo fundamentalmente urbano y secular, aunque también rural en regiones como
Cataluña, Valencia, País Vasco, Asturias y Andalucía. Por el contrario, en el bando
nacional, el apoyo era básicamente rural y burgués, más conservador y religioso. Sobre
todo fueron aquellas clases más o menos privilegiadas hasta entonces, (burgueses,
aristócratas, muchos militares, parte de la jerarquía eclesiástica, terratenientes o pequeños
labradores propietarios, etc.) que tras la victoria del Frente Popular veían peligrar su
posición o consideraban que la unidad de España estaba en peligro.
El número de víctimas civiles aún se discute, pero son muchos los que convienen en afirmar
que la cifra se situaría entre 500.000 y 1.000.000 de personas. Muchas de estas muertes no
fueron debidas a los combates, sino a las ejecuciones sumarias, paseos, que ambos
bandos llevaron a cabo en la retaguardia, de forma más o menos sistemática o
descontrolada. Los abusos se centraron en todos aquellos sospechosos de simpatizar con
el bando contrario. En el bando nacional se persiguió principalmente a sindicalistas y
políticos republicanos (tanto de izquierdas como de derechas), mientras en el bando
republicano esta represión se dirigió preferentemente hacia los falangistas, burgueses,
aristócratas, militares, simpatizantes de la derecha o sospechosos de serlo, sacerdotes y
laicos de la Iglesia Católica, llegando a quemar conventos e iglesias y asesinando a trece
obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 religiosos, 263 monjas y millares de personas vinculadas
a asociaciones confesionales o meramente católicas practicantes. Es incalculable la pérdida
en el patrimonio histórico y artístico, pues se destruyeron unas 20.000 iglesias —entre ellas
varias catedrales— incluyendo su ornamentación (retablos e imágenes) y archivos
Tras la guerra, la represión franquista se cebó con el bando perdedor, iniciándose una
limpieza de la que fue llamada España Roja y de cualquier elemento relacionado con la
República, lo que condujo a muchos al exilio o a la muerte. La economía española tardaría
décadas en recuperarse.
Los simpatizantes republicanos vieron la guerra como un enfrentamiento entre «tiranía y
democracia», o «fascismo y libertad», y muchos jóvenes idealistas de otros países
participaron en las Brigadas Internacionales pensando que salvar a la República Española
era la causa idealista del momento. Sin embargo, los partidarios de Franco la vieron como
una lucha entre las «hordas rojas» (comunistas y anarquistas) y la «civilización cristiana».
Pero estas dicotomías son, inevitablemente, simplificaciones: en los dos bandos había
ideologías variadas, y muchas veces enfrentadas (por ejemplo, anarquistas contra
comunistas en uno, falangistas contra monárquicos y carlistas en el otro).
6. Escribe una valoración personal de Platero y Yo.
A veces nosotros los humanos somos tan incomprensibles que no analizamos ni pensamos
antes de hablar o hacer algo, hay tantas veces que nos sentimos mal, tenemos melancolía
t, tristeza angustia o alguna otra cosa pero te sientes mal porque a veces no tienes a nadie
en quien confiar y decirle tus secretos y angustias pro eso es que hoy en día quizás ya no
existan los amigos tal es el caso de Platero y Yo. Platero era un lindo y tierno burrito tal
como que sino tuviera huesos y fuera de algodón tal como cuenta la obra lamentablemente
la vida es dura y un día Platero murió pero ahora en día yo se que nadie o la mayoría de
personas no podrían tener u burro en su casa pero tal vez una mascota esa que llena de
alegría y esperanza tus casas, por ejemplo el cuenta La Tristeza relata lo triste que se
siente un señor por la perdida de su único hijo, de su única familia , y a nadie lo interesan es
como que si lo escucharan solo por educación o por el compromiso, pero no es así la vida
no es así dios nos regalo esto para que compartiéramos, para que así como El se hizo
carne nosotros podemos hacernos una sola familia entregada completamente a ti, pero
bueno así es la vida pero aunque sea así no esta bien que solo nos acostemos y digamos
que esa es la voluntad de Dios pero no nosotros también tenemos que aportar nuestro
granito de arena por que de granito en granito se hace un arenal.
Este es un libro que a mi me ha gustado e impactado mucho y en verdad tenemos que
aceptar que muchas veces un animal es mejor que una persona que no comprende a los
demás y hoy gracias a este libro entendí el verdadero significado de l verdadero amigo de
hombre.
``¿Qué mas te da el pasado a ti, que vives en lo eterno, que, como yo aquí, tienes en
tu mano grana como el corazón de Dios perenne, el sol de cada aurora? ´´
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