Junio 1985 - Fundación San Valero

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REFLEXIONES ANTE UNOS INTERROGANTES
En los anteriores Proyectos, meses de Abril y Mayo, se nos ha interrogado sobre una
serie de situaciones que se daban en la Escuela y en el profesorado en el presente
curso. Vamos a intentar contestar tanto a los hechos como a esas cartas abiertas al
profesorado:
En primer lugar, y creemos que así debe ser nuestro comienzo, asumimos nuestra
parte de culpa ante los hechos citados. Como responsables de las distintas
agrupaciones somos conscientes de nuestra responsabilidad ante todo lo que en ellas
ocurra.
Pensamos, también, que en la labor educativa y funcional de la Escuela, y en cada
una de las agrupaciones, estamos implicados todos: profesores, tutores,
departamentos, coordinadores, personal no docente, etc. Todos debemos recoger la
parte que, generosamente, nos corresponde.
La escuela, y dentro de ella los coordinadores, valora y cree que es fundamento
básico de la filosofía de la Escuela la función del equipo educativo, tutores y
departamentos. Cuando leemos que “los departamentos funcionan por libre”, que “no
asistimos a las evaluaciones”, que “hables con profesores que resumen su
planteamiento de vida educativa en pasar sin pena ni gloria”, etc., no dejamos de
pensar que los tutores, equipo educativo y departamentos tienen una labor clara y
constructiva en este sentido. Todos debemos hacer realidad esta para no
preguntarnos, como decía Santiago en el Proyecto del mes de Abril, ¿para que sirven
los departamentos, normas, etc.?.
Parece recogerse del artículo del mes de Mayo de J. Ignacio Hernández Morales la
idea de que se actúe más drásticamente (al menos como coordinadores eso nos
sugiere). Se decía: “Y ante estas cosas, ¿qué dicen los coordinadores?”. Una cosa
tenemos clara, nuestra relación en la Escuela no debe basarse en la Legislación
Laboral. Nuestra actitud debe ser de constante dialogo y seguimiento de los distintos
problemas que se puedan dar en el Centro.
Deciros que no se desconoce la problemática que apuntáis (salvadas las
matizaciones). Desde el principio de curso estamos sobre ello: se dialoga, revisamos,
insistimos, se van solucionando algunos problemas, etc. Por otro lado y, por qué no
decirlo, dentro de lo que permiten unas reflexiones publicas, creemos que este
seguimiento debe plasmarse en un cambio de actitudes ante esas situaciones. El
tiempo dirá: ¡Basta!.
Recalcamos, y son fundamentales las siguientes ideas:
-
No debemos olvidar el motivo fundamental por el que todos entramos a formar
parte de la Comunidad Educativa de San Valero.
Estamos en una Escuela con un ideal cristiano (Ver Fines de la Escuela
diocesana en A propósito de un Estilo Pedagógico).
El estilo de la Escuela, y por tanto del profesorado, se centra en el “A
PROPOSITO DE UN ESTILO PEDAGOGICO”, Las actitudes y valores que
debemos intentar vivir en nuestra Comunidad Educativa están aquí recogidos.
Esto es lo que nos debe mover a trabajar y a profundizar en nuestra labor educativa,
los mínimos en los que venimos insistiendo (puntualidad, asistencia, preparación de
clases, etc.) serán la premisa para poder aspirar a una mayor calidad en la línea de la
Escuela. Estaréis con nosotros, que es triste “reclamar” de los coordinadores el control
de esos mínimos, cuando son propios de cualquier profesional.
Las reflexiones son muy generalizadas. Da una sensación muy pesimista de la
realidad de la Escuela; incluso en los dos artículos hay reiteraciones sobre las mismas
ideas. No creemos que seamos nosotros quienes debemos hablar de los aspectos
positivos que se dan en todos los sentidos. Hay que valorar, también, la cara de la
moneda para decir toda la realidad y “apechugar” con ella.
Por ultimo, consideramos que todos nos debemos embarcar en una labor constructiva,
pensando lo que es mejor para nuestra Escuela. Los caminos deben ser el asumir
nuestra responsabilidad de educadores y de Comunidad Educativa que debe crecer y
redescubrirse en Común, en un trabajo realista, constante, diario y con un profundo
dialogo. Esto es posible a partir de la labor de los tutores, equipos educativos y
departamentos, donde verdaderamente está la realidad y cercanía educativa. Aquí es
donde debemos volcarnos todos porque aquí es donde estamos. Así lo creemos y por
ello nos vamos a esforzar en este sentido.
Las palabras, la mayoría de las veces, se las lleva el viento. El trabajo, la relación, la
respuesta en común, vivir unos valores, programar en los departamentos, revisarnos,
etc., es lo que queda y hace crecer. Preguntémonos todos (como profesor, tutor
integrante del departamento, coordinador, etc.) las cuestiones que nos plantea
Santiago y José Ignacio y las pongamos en práctica.
(Junio de 1985)
COORDINADORES:
JOSE. A. BELLO, ANTONIO TORREA, JESUS BURDIO.
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