Perros de paja y Amarga pesadilla Director: Saín Pecklmpah. Intérpretes: Diislin Hofjmnn, Sttstm G torne, Película norteamericana, ¡971. Director; John Boorman. Intérpretes: Jolin Voight, liurl Reyncild.s. filíenla norteamericana. 1972. Perros de ¡Hija y Amarga Pesadilla (Deliverance), además de ser films de excelente realización, son reflexiones en imágenes sobre la violencia ds la sociedad contemporanc; El tema ha sido tratado en toteas abundante en el cine moderno, peto h;iy matices. Por ejemplo, en Naranja mecánica también hay violencia, pero tCubrick ;im;i ni hombre, on cambio Pcikimpuh y Boorman parecen odiarlo. En ambas películas demuestran no sólo que el hombre es el lobo del hombre, sino que revelan las condiciones —a veces sin mucru elaboración psíquica— en quu ser;s aparentemente mansos pueden llegar a presidir un carnaval de crueldad. En Aiiiurxa Pesadffla se treta de un grupo de cu&tiO burócratas (John •> liglh, Buri Reynolds. Ned Beatty y Ronny Cox) que trulan de domar un río rebelde en un hermoso fin ile semana. Fl pasco tiene mucho de ritual: el cauce surá absorbido por l,i represa que se aleará en breve en medio del paisaje. Asi, el ágil río Stiatooga subirá hasta transformarse en una enorme laguna pacífica, cuya quieta superficie verdosa ocultará historias de horror, de victimas cobradas otrora en su vertiginoso cauce inclinado. Buornian ensaya en su película la formulación al revés de la aseveración de Rousseau. Aquí el hombre es socialmente bueno, y es la naturaleza quien lo corrompe. Los cuatro hombres, con escasa habilidad p.tra la vida en el salvajismo se van integrando a ese mundo y dan rienda suelta a sus instinlos defensivos, probando que pueden ser primitivos cuando tratan de sobrevivir. Su enemiyo permanente es la naturaleza jamás domada, que se venga de diferentes maneras: mata al más inocente quien la observó con admiración poética y le cantó sus mejores baladas; deja lisiado al deportista que se proclamaba conocedor y caudillo del paraje: impregna de temor y duda las almas de los que la conocieron. arrebalándoles para siempre la paz. La llegada al mundo agreste, abandonando los automóviles para ingresar al torrentoso riacho, es la entrada al mundo de la pesadilla. Los seres fantasmagóricos que habitan en el apartado lugar —producto del cruce entre parientes— son oráculos que vaticinan la tragedia con rostros inexpresivos cargados de amenazas. Después de conocer la mueca burlesca de sus sonrisas y la retenida agresividad, se marchan ¡t boyar marcados por el destino. Naturaliümo primitivo En Perros de paja, el matemático David Summer < Dustin Hoffman) 58b ignora qué le espera en la bucólica campiña de Cornwall, en la costa inglesa. Allí vive algo mitad luna de miel, mitad retiro para finalizar las complicadas ecuaciones a que se dedica para elaborar su tesis aritmética. Su joven esposa inglesa (Susan Cieorgel es oriunda del lugar y es asediada por sus anliguos amigos y pretendientes, lillos. a su ve/-, ansian vengarse del intruso que parece despreciarlos con su superioridad intelectual y que se hizo dueño de la joya femenina de la región. Las dos terceras parles iniciales del film describen et ambiente y presentan ¡i los personajes. La apariencia pacífica, el tono de comedia de costumbres, no anuncian la orgía de violencia que ha de desatarse al desenlace. El distraído matemático organiza la defensa de su hogar y de su dignidad, como un caballero feudal que no permite que los bárbaros tomen por asalto su castillo. Con fría determinación —sin errores de cálculo— elabora los capítulos terribles de su resistencia y en forma sistemática va dando cuenta de los brutales asaltanles. Si se considera que David es un producto de la sociedad de consumo, que se ha asilado en la campiña de Inglaterra para huir de los convulsionados campos universitarios y de los contiuos excesos de represión del blück power, puede afirmarse que Pcirkimpah sostiene' que por muy tranquilo que parezca el norteamericano medio, es una bestia que espera la ocasión para dar rienda suelta a sus instintos de fiera. Reconociendo que Peckimpah (£</ pandilla salvaje) y Boorman (A que marropa) profesan un cinc afincado en la violencia, hay que sostener que aquí han llegado a la perfección estética en su utilización como instrumento para conocer al ser humano, Pese a la impronta de pesadilla que tienen ambos films, he omitido deliberadamente usar el término "surrealismo", porque las imágenes carecen de connotaciones oní- ricas y, al revés, están impregnadas de un naturalismo primitivo que les da su razón de ser y su fuerza crí tica. Ambas películas proponen un orden de deas anejantes. En Fcrn>\ tle paja, la crueldad visceral se muestra como algo establecido en el alma del hombre. En Amarga pesadilla, este impulso conductor además está amplificado por el ámbiti) inhóspito y brutal de un enemigo mucho mayor: la naturaleza. En las dos cintas los personajes que recibieron la "bendición" de la violencia, que conocieron la fiera que dormía dentro dtr ellos, ya no serán los mismos. Aquí hay ausencia absoluta de Dios, y esta falta es la clave definitiva de las conductas: la crueldad se establece con facilidad en quienes han cerrado sus almas H la luz redentora. Ellos han elegido bajar la vista hacia la tierra que pisan, creyendo que así estarán a salvo de sus peligros, y se han negado a elevar su mirada hacia las esrellas, donde encontrarán el verdadero camino, la ruU! que ha de liberarlos del error.