GUIÓN DEL PERIODO ISABELINO -Antecedentes: El liberalismo aspira a la eliminación de las características propias del antiguo régimen, a la vez que pretende construir otra sociedad basada en los principios liberales. -En lo político, la constitución se erige como la norma reguladora de la vida pública. Se rechaza la monarquía absoluta y se apuesta por la monarquía constitucional. Se establece la división de poderes y el sufragio universal (masculino). Se formula la nación como conjunto de los españoles, con igualdad de derechos políticos y como depositaria de la soberanía nacional. El liberalismo aboga por un estado unitario y centralizado. -En lo social, se eliminan los privilegios de la nobleza y el clero, así como el régimen señorial. Se proclaman los derechos del individuo y la igualdad de derechos. -En lo económico, defiende la propiedad privada libre y plena, se rechazan los bienes vinculados y los comunales, se planea la desamortización de los bienes raíces del clero, se aspira a la libertad de comercio e industria, a la libertad de contratación de los trabajadores y a la fiscalidad común (derivada de la igualdad jurídica). -No se rechaza la religión, pero se tiende a limitar el poder económico de la Iglesia (desamortizaciones) y aflora el anticlericalismo. -En las Cortes de Cádiz, entre las personas que buscan el cambio (dejamos a un lado a los absolutistas o serviles), se aprecia una distinción entre los liberales y los ilustrados reformistas (llamados constitucionalistas). Posteriormente, los liberales del Trienio (1820-1823) se dividirán en moderados y radicales o exaltados (doceañistas y veinteañistas, en otra denominación). La oposición al liberalismo vendrá de la mano de Fernando VII y los absolutistas, y más tarde, del carlismo. -Fernando VII deja sin efecto la obra legislativa de las Cortes de Cádiz y persigue a liberales y afrancesados. La oposición al absolutismo se plasmó en los pronunciamientos, prosperando el de Riego (Trienio Liberal). No obstante, las intrigas del monarca y el contexto internacional favorable al absolutismo (la Restauración desde 1814, con el Congreso de Viena y la Santa Alianza), desembocarán en la intervención de los 100.000 hijos de San Luis (el ejército francés al servicio de la Santa Alianza) y en la reposición de Fernando VII en su trono absoluto. -El triunfo del liberalismo: El conflicto dinástico sobre la sucesión al trono, que se inició con la muerte de Fernando VII, dio lugar a una dilatada guerra civil (1833-1840) entre carlistas (absolutistas) e isabelinos (liberales). El triunfo de los liberales hará posible la transformación de la antigua monarquía absoluta en una monarquía constitucional y parlamentaria. No obstante, el sistema liberal y representativo no se consolidará: el cambio de partido gobernante no será el resultado de unas elecciones sino de un pronunciamiento militar, con o sin apoyo popular. Además, el sufragio censitario y la manipulación de las elecciones dejaban el sistema político en manos de una minoría de propietarios y de las distintas camarillas políticas. 1 -Caracterización del periodo: -Los partidos de la alternancia: el moderado y el progresista (programas). Principales personalidades políticas: Narváez, Espartero. -El partido moderado era partidario de un sufragio muy restringido, favorable a la soberanía compartida, defensor de la elección regia de los alcaldes, la limitación de los derechos civiles y la existencia de cuerpos especiales de policía (la guardia civil). -El partido progresista era partidario de un sufragio más amplio, favorable a la soberanía nacional, defensor de unas elecciones municipales, la ampliación de derechos sin menoscabos legales y la creación de la Milicia Nacional (milicia ciudadana armada con mandos electos). -Escisiones de los partidos: La Unión Liberal (década de 1850, O´Donnell) de carácter centrista, se separa del moderantismo. El Partido Demócrata (desde 1849) defiende el sufragio universal y un ideario más social. -La alternancia a ritmo de sable: el protagonismo del estamento militar y los pronunciamientos, frente a unas elecciones (censitarias y falseadas) por las que los gobiernos convocantes no perdían las elecciones. -La modernización de España: Consolidación del liberalismo burgués (desvinculaciones, desamortizaciones del clero, libre empresa, libre mercado), modernización legal (códigos) y administrativa (provincias), desarrollo económico (ferrocarril). -La oposición al proceso: El Carlismo. -Antecedentes: La regencia en Seo de Urgell durante el Trienio Liberal. La Ley Sálica y la Pragmática Sanción. -Ingredientes de su programa: absolutismo (negación de la soberanía nacional), integrismo religioso, foralismo (frente al centralismo y uniformidad jurídica defendidos por los liberales), oposición a la forma en que se liquidó el Antiguo Régimen. -Base social: clero, campesinado (principal apoyo), parte de la nobleza (especialmente la pequeña nobleza). -Figuras: Carlos María Isidro, Zumalacárregui, Maroto, Cabrera. -Localización: Vascongadas, Navarra, zonas de Castilla la Vieja, Aragón, Valencia, Cataluña, Galicia, Extremadura y Andalucía. Sin impronta urbana. -Etapas: Sitio de Bilbao (1835), Expedición Real hasta las puertas de Madrid (1837), divisiones y Abrazo de Vergara. -El Convenio de Vergara. -Epílogo: Nuevas guerras carlistas (2ª: 1846-1849, 3ª: 1872-1876). La salida nacionalista tras el fracaso. 2 -Las etapas del periodo: -Regencia de María Cristina (1833 – 1840): -Régimen del Estatuto Real (1834 – 1835). Carta otorgada. -Periodo progresista (1835 – 1837). Consolidado tras el motín de los sargentos de La Granja (1836). Conde de Toreno y Mendizábal. La desamortización de Mendizábal y sus objetivos (enjugar la deuda pública y aumentar la solvencia del Estado, financiar la guerra carlista, ganar nuevos propietarios para la causa isabelina). La Constitución de 1837 (una constitución pretendidamente de consenso: soberanía esencialmente nacional, Congreso de elección directa y censitaria y Senado semielectivo y semidesignado, división de poderes, derechos ciudadanos). Sufragio restringido al 5% de la población mayor de 25 años. -Trienio moderado (1837 – 1840). Convenio de Vergara. -Regencia de Espartero (1840 – 1843): -La figura (Príncipe de Vergara y Duque de la Victoria): progresista, autoritario y populista. -La oposición de la Iglesia (nuevas desamortizaciones) y de Cataluña (librecambismo y bombardeo de Barcelona). La batalla de Torrejón. -Mayoría de edad de Isabel II (1843 – 1868) -Década Moderada (1844 – 1854). Liberalismo Doctrinario: Constitución de 1845 (soberanía compartida, sufragio censitario, senado por designación regia, designación de alcaldes por el gobierno, libertad de prensa, presupuesto para el culto católico). Narváez lidera, junto a Olózaga, González Bravo y Bravo Murillo. Centralismo y uniformidad: Comisión Nacional de Codificación. Ley de administración local y provincial (alcaldes designados por la Corona). Reforma fiscal de Alejandro Mon (contribuciones urbana y territorial, impuestos indirectos, etc) y saneamiento de la deuda. Creación de la Guardia Civil. Inicio del tendido ferroviario. 2ª guerra carlista (1846 – 1849). Concordato con la Santa Sede (1851, gobierno Bravo Murillo): presupuesto para el culto, inspección eclesiástica del sistema educativo. Trama iberista (unir a España y Portugal bajo la corona de los Braganza). -Bienio Progresista (1854 – 1856). -Vicalvarada, manifiesto de Manzanares (Cánovas) y revolución de Madrid. Gobierno de Espartero. -Ley de ferrocarriles de 1855: iniciativa extranjera y privada (especulación), promoción del trazado radial, mayor ancho de vía (razones), razones del fracaso. 3 -Constitución no nata de 1856 (idea de Soberanía Nacional, elecciones municipales, libertad religiosa, recuperación de la Milicia Nacional). -Desamortización de Madoz (1855) sobre bienes del clero secular y bienes municipales (de propios y de comunes), que supone la ruptura con Roma, con objetivos claros (amortizar la deuda, dar solvencia al Estado y financiar el ferrocarril). -Protesta social: inflación, consumos, quintas. O´Donnell disuelve el parlamento “manu militari”. -Hegemonía de la Unión Liberal (1856 – 1863). -Primera etapa dubitativa (tras O´Donnell, domina Narváez): Nueva vigencia de la Constitución de 1845. Ley de Instrucción Pública o Ley Moyano (1857, basada en el plan de Gil y Zárate de 1845) por la que las escuelas de primaria serán sufragadas por las alcaldías y se establece una enseñanza secundaria y superior (esta última, sólo en establecimientos públicos). Finalización de obras públicas: Canal del Ebro, Canal de Isabel II, desarrollo del ferrocarril y del telégrafo. Crisis de subsistencia de 1857 y conflicto social subsiguiente. -Segunda etapa de hegemonía de la Unión Liberal (1858 – 1863) con O´Donnell de presidente del gabinete: Aventuras exteriores para ganar prestigio: guerra de África (1859 – 1860: batalla de Los Castillejos, enero de 1860), expediciones militares a Méjico (1861 – 1862, por el impago de deuda pública contraída con Francia y España), Cochinchina (1857 – 1862: conquista de Saigón, 1859) y Perú (1862 – 18641), protectorado de Santo Domingo (1861 – 1863). Aumenta el aparato estatal (el funcionariado se adscribe a la Unión Liberal), crece el sector público y se desarrolla el capitalismo. -Monopolio moderado y crisis final (1863 – 1868). -Narváez protagoniza el periodo (con la anuencia de la reina). El partido progresista y la Unión Liberal se retraen políticamente. Fracasa la posible alternancia moderados – unionistas. -Crisis burguesa de 1866, de carácter especulativo (crac de los valores en bolsa de las compañías ferroviarias), financiero (banca) e industrial (sectores textil, ferroviario y siderúrgico), a la que se suma una crisis agraria (malas cosechas). Peligro de revolución social (acoplable a la conspiración política desde el referente de los demócratas). -Problemas finales: 1 La guerra contra Perú y Chile se desencadenará después (1864-1866), tomando como casus belli la protección española a unos colonos españoles en Perú, enfrentados a un hacendado peruano. Batalla del Callao (2 de mayo de 1866). 4 -Cuestión romana: La reina y el gobierno moderado apoyan a Pío IX frente al Estado Italiano. -Desprestigio de la reina debido a su poco ejemplar vida privada. -Conspiración progresista: Fracaso del pronunciamiento en el cuartel de San Gil de 1866 (numerosos fusilados, el general Prim marcha al exilio). Pacto de Ostende (Bélgica, agosto de 1866) entre progresistas, demócratas y unionistas, con un objetivo: derrocar a Isabel II. -Fallecimiento de los grandes líderes del momento: O´Donnell (noviembre de 1867) y Narváez (abril de 1868). -Revolución Gloriosa de septiembre de 1868 (había muerto Narváez, González Bravo en el gobierno): El almirante Topete subleva Cádiz al grito de “¡Viva España con honra!”. Juntas revolucionarias (ideario democrático y social, por el sufragio universal masculino y por la supresión de quintas y consumos). Batalla de Alcolea (28 de septiembre, con triunfo del sublevado general Serrano, unionista). Exilio de la reina a París (30 de septiembre de 1868). Los generales Prim y Serrano organizarán la nueva situación, dando paso al llamado Sexenio Revolucionario (1868 – 1874). 5