Breve historia del idioma español

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Breve historia del idioma español
Dr. Jon Aske
Salem State College
Primera parte: Los orígenes del español y las familias de lenguas El idioma español El idioma español—también llamado castellano—evolucionó a partir del latín vulgar (Vulgar Latin) hablado en la Península Ibérica [Iberian Peninsula] del siglo II AECi (200BC) al siglo V EC (500 AD). El latín hablado fue cambiando poco a poco a través de los siglos, cambiando en su pronunciación, en su gramática y en su vocabulario, dejándose de usar algunas palabras del latín, cambiando el significado de otras y creando palabras nuevas o tomándolas prestadas de otras lenguas. También el italiano, el francés, el portugués, el catalán y otras lenguas evolucionaron a partir del latín vulgar en diferentes partes del Imperio romano cuando éste se desintegró en occidente hacia el año 475. Para el año 1000, más o menos, podemos decir que lo que se hablaba ya no era la misma lengua (latín vulgar) sino distintas lenguas, pues eran ya tan grandes las diferencias entre ellas. Estas lenguas se llaman lenguas románicas (en inglés "Romance languages"), que es algo así como decir lenguas romanas, o de los romanos, los originales hablantes de latín. El inglés no es una lengua románica, pero tiene muchísimas palabras que proceden del latín y de lenguas románicas (sobre todo el francés antiguo). El latín vulgar La palabra vulgar aquí no tiene el significado normal (igual al del inglés vulgar), sino su significado original, es decir «popular». La palabra vulgar es originalmente un adjetivo derivado del sustantivo vulgo, que significa pueblo (people en inglés). (La palabra popular es el adjetivo derivado de la palabra pueblo, que viene del latín populus.) El latín vulgar no era lo mismo que el latín escrito o latín clásico[Classical Latin]; el latín escrito era una lengua muy elaborada para la escritura basada en el latín hablado en Roma unos tres siglos antes de nuestra era (300 BC). En los siglos desde que se codificó el latín escrito, el latín hablado cambió poco a poco a través de los siglos y cambió de maneras diferentes en diferentes partes del imperio que Roma formó en los varios siglos de su historia. Por tanto el latín vulgar o hablado mostraba mucha variación, siendo diferente en diferentes épocas y en diferentes zonas del Imperio. Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 1/21 Figure 1 El Imperio Romano en diferentes épocas Los romanos en la Península Ibérica Los romanos llegaron a la Península Ibérica al principio de su expansión por el Mar Mediterráneo, hacia el año 219 AEC (219 BC). Rápidamente conquistaron la costa mediterránea peninsular, pero les costó 200 años subyugar a los pueblos iberos [Iberian] y celtas o celtíberos [Celts / Celtiberian] que vivían en la península y que hablaban lenguas iberas y celtas. Con el tiempo, estos pueblos aprendieron el latín, la lengua de Roma, como segunda lengua y tras varios siglos de bilingüismo, perdieron sus lenguas originales. Estos pueblos se convirtieron en iberorromanos (ciudadanos romanos de Iberia). Los romanos de Roma se convirtieron en la clase alta de la península, pero siempre fueron una minoría. Además de los iberos y celtas había otro pueblo en el norte de la Península, el pueblo vasco [Basque people], que hablaba una lengua distinta, la lengua vasca o el vasco [Basque language]. Este pueblo no fue totalmente asimilado por los romanos como los demás antes de la caída del imperio, que tuvo lugar hacia el año 475 EC (475 AD), y es por eso que esta lengua todavía se habla en el País Vasco [Basque Country]. El país se llama Euskal Herria en vasco y su lengua euskara. Cuando el Imperio romano (Roman Empire) se desintegró, por su propio peso y por las invasiones de pueblos germánicos [Germanic peoples] del norte de Europa, las comunicaciones en el imperio de deterioraron durante muchos siglos. Esta época se conoce como la Baja Edad Media [Lower Middle Ages]. Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 2/21 Las malas comunicaciones entre las diferentes regiones donde se hablaba el latín vulgar provocaron que las diferentes variedades de este latín hablado evolucionaran y cambiaran de diferente manera en diferentes regiones de lo que había sido la “Romanía”, el mundo romano, de Europa occidental. Estas variedades o dialectos del latín vulgar cambiaron por su propia evolución natural (todas las lenguas cambian con el tiempo) y también por diferentes influencias que tuvieron, es decir los contactos que hubo entre el latín y las lenguas autóctonas pre‐latinas y las lenguas invasoras. En lo que ahora es Francia (los romanos la llamaban Galia [Gaul en inglés]) la lengua invasora era la de los francos [Franks], un pueblo germánico. En lo que ahora es España y Portugal (los romanos llamaron a la península Hispania, de donde viene el nombre España), las lenguas invasoras fueron el visigodo, lengua del germánico pueblo visigodo [Visigothic] que invadió en el siglo VI, y el árabe [Arabic], la lengua de los invasores musulmanes [Muslim] que estuvieron en la península del siglo VIII al XV. Algunas de estas variedades de lenguas románica o romancesii [Romance languages] se convirtieron en lenguas con literatura incipientes para el siglo XI y XII, y algunas de estas se convirtieron mucho más tarde en las lenguas nacionales que conocemos hoy en día como español, francés, italiano, etc. Figure 2 La Península Ibérica, mostrando las cadenas montañosas Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 3/21 Lenguas románicas Por ejemplo, lo que conocemos como italiano [Italian], el italiano estándar, está basado en la lengua románica hablada que evolucionó a partir del latín vulgar en Toscana [Tuscany] y en particular el dialecto de la ciudad de Florencia [Florence]. Lo que se conoce como dialectos o lenguas de Italia [Italian dialects], especialmente el siciliano [Sicilian], son en algunos casos muy diferentes del italiano estándar, tan diferentes como el español, el catalán, el gallego y el portugués lo son entre sí. Por razones no lingüísticas, sino más bien políticas y sociales, llamamos a estas variantes que no son mutuamente comprensibles, dialectos del italiano. Lo que conocemos como francés [French] está basado en la lengua románica que evolucionó a partir del latín vulgar en el norte de Francia, en particular la región de París. El francés no fue la única variante de prestigio que evolucionó en lo que ahora es Francia en la Edad Media. La lengua que evolucionó en el sur de la Galia, conocida como occitano [Occitan] (también conocido a veces como provenzal), era muy dinámica en la Edad Media y contaba con una rica literatura. Después de la Revolución francesa [French Revolution] en el siglo XVIII, el dialecto estándar del norte se impuso en todo el estado francés, con lo cual el occitano se encuentra en vías de desaparición en la actualidad. Y lo que conocemos como español es la lengua románica que evolucionó a partir del latín vulgar en la región de Castilla [Castile] en el norte‐centro de la Península Ibérica. El español [Spanish] o castellano [Castilian], como también se le conoce, es una de las varias lenguas románicas que sobreviven en la Península ibérica. Las razones por las que el castellano, un dialecto románico rural y poco típico se convirtió en la lengua dominante de la península y luego de gran parte de América [the Americas], tienen que ver con la reconquista [Reconquista] de la península de los invasores árabes y norte‐africanos que comenzó en 711 y duró en parte hasta 1492, cuando los Reyes Católicos (Isabel de Castilla y Fernando de Aragón) derrotaron al Reino de Granada [Emirate of Granada], el último reducto musulmán. El Reino de Castilla (Kingdom of Castile) fue el principal promotor de la reconquista y por eso su lengua, el castellano (más tarde llamado español) se convirtió en la lengua dominante en los territorios unificados por este reino, es decir en los territorios de la Corona de Castilla (the Crown of Castile). Otras lenguas románicas de la península que han sobrevivido la fuerte influencia política y económica del castellano son el portugués (en Portugal), el gallego (en el noroeste de España) y el catalán (en el noreste de España). Existen también otras dos lenguas románicas con pocos hablantes y muy influenciadas por el castellano, el asturleonés [Astur‐Leonese] y el aragonés [Aragonese]. El gallego [Galician], hablado en el noroeste de la península, dio origen al portugués [Portuguese] durante la reconquista, otra lengua mundial debido a su expansión a Brasil y partes de África, tales como Angola y Mozambique. Portugal se creó por la expansión hacia el sur del Reino de Galicia y fue colonizado por hablantes de gallego y por tanto los idiomas gallego y portugués son lenguas de cercano parentesco. Sin embargo, mientras que el portugués se convirtió en la lengua del Reino de Portugal [Kingdom of Portugal] que se creó en 1139, el gallego perdió su inicial prestigio como lengua al venir el Reino de Galicia a depender del Reino de Castilla en esa misma época. El gallego, aunque ha sobrevivido, no goza de mucho prestigio social en la actualidad y vive a la sombra del castellano. El catalán [Catalan] se habla en el noreste de la península, en Cataluña [Catalonia], que tiene como capital Barcelona, y tiene variedades dialectales que se hablan en la país valenciano y las Islas Baleares [Balearic Islands] (Mallorca, Menorca, Ibiza, etc.). El catalán es una lengua muy fuerte en Cataluña, donde goza de prestigio social y político. Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 4/21 Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 5/21 El vocabulario latino del español (y del inglés) La evolución del latín al castellano fue larga y compleja. Se puede decir que empezó a cambiar con la expansión del latín al norte de la península hace 2,000 años y que para hace 1,000 años lo que se hablaba en la región de castilla ya no era latín, sino una nueva lengua, el (romance) castellano. Aproximadamente el 75% de las palabras del español provienen del latín. Un 15% provienen del griego (helenismos) (que fueron recibidas a través del latín principalmente), un 4% del árabe (arabismos [Arabic loans]) y un 6% de otras lenguas, incluido el inglés (anglicismos). Dado que el inglés también tiene mucho vocabulario latino, resulta interesante comparar los vocabularios latinos de estas dos lenguas. En el vocabulario latino del español tenemos de distinguir dos tipos principales de palabras, según so origen: las palabras patrimoniales y las cultas (luego veremos que también existe un tipo intermedio, las palabras semicultas). Las palabras patrimoniales del español provienen del latín hablado (latín vulgar) con los cambios de pronunciación sufridos a través de los siglos. Por ejemplo, la palabra pueblo es una palabra patrimonial, que proviene del latín vulgar y está emparentada con la palabra del latín escrito POPULUS (caso nominativo o de sujeto, en singular; POPULUMiii sería el caso acusativo o de complemento directo, también en singular). Los cambios se pueden resumir así: la O se diptonguizó a ue; la P del medio cambió a b; la U del medio se perdió; la U final cambió a o; y la terminación S/M se perdió también.) El otro tipo palabras latinas en español son las palabras "cultas" (o cultismos, en inglés learned words), que son palabras latinas que el español en muchos casos había perdido y que luego (re)tomó del latín escrito para enriquecer su vocabulario cuando el castellano se convirtió en lengua escrita y oficial. Esto sucedió unos 1000 años después de que el español hablado empezara a evolucionar y cambiar del latín vulgar hasta convertirse en castellano. La palabra popular del español, la versión adjetival de la palabra pueblo, es un ejemplo de una palabra culta. No proviene del latín vulgar hablado, sino del latín escrito y fue introducida en el español escrito en la Alta Edad Media por los escritores medievales. La palabra latina era POPULARIS, así que sí que sufrió algunos cambios (perdió la terminación –is), pero no sufrió ninguno de los demás cambios que afectaron al sustantivo POPULUS “pueblo”. Por otro lado, al igual que el español se enriqueció en la Edad Media tomando muchas palabras del latín escrito de los romanos, el inglés, aunque no es una lengua románica, hizo lo mismo que el español, al mismo tiempo, pues en la Edad Media el latín era la lengua culta de toda Europa occidental. Esta es una de las razones de que el inglés tiene muchas palabras latinas como, por ejemplo, la palabra popular del inglés. Y es que el latín era la lengua de cultura en Europa en la Edad Media y hasta hace muy poco tiempo. Pero no todas las palabras latinas que tiene el inglés le llegaron de esta manera, a través de la escritura y del latín escrito. Hace casi 1000 años, en el año 1066, Inglaterra [England] fue conquistada por los normandos [Normans], un pueblo nórdico que se había asentado en la región de Normandía [Normandy] de lo que ahora es el norte de Francia y que hablaban una lengua similar a la lengua de la que desciende el francés moderno. Los normandos controlaron la política de Inglaterra durante unos 300 años y durante ese tiempo muchas palabras de esa lengua romance entraron en el inglés. Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 6/21 La palabra people, por ejemplo, es una de ellas. Antes de la llegada de los normandos el inglés usaba la palabra folk para ese concepto (como el alemán utiliza la palabra cognada volk, como en “Volkswagen”, el ‘carro popular’). La palabra people proviene de lo que en francés moderno es peuple, que originalmente proviene del latin POPULUS, igual que la palabra pueblo del español. Hay muchísmos pares de palabras similares en inglés, en los que un miembro del par es un latinismo y el otro es una palabra germánica nativa, por ejemplo: enter (latinismo) y go in (germánico), exit (latinismo) y go out (germánico), ascend (latinismo) y go up (germánico), descend (latinismo) y go down (germánico), etc. En ésta la principal razón (no la única) de que el inglés y el español tienen tantas palabras similares o cognados:iv enter‐entrar, ascent‐ascender, descend‐descender, etc. Estudiar la historia del español nos permite identificar la relación entre las palabras de estas dos lenguas. Familias y subfamilias lingüísticas Como hemos dicho, el español, junto con el portugués, el francés, el italiano y otras lenguas pertenece a la familia de las lenguas romances o románicas, porque todas ellas descienden del latín (la lengua de Roma). El inglés, aunque ha adoptado muchas palabras latinas, no es una lengua latina. El inglés pertenece a la familia de las lenguas germánicas [Germanic languages], lenguas que descienden de una lengua común, el proto‐germánico [Proto‐Germanic], una lengua que se hablaba hace más 2.000 años y que, como el latín, ya no se habla. Desafortunadamente no existe tanta información del proto‐germánico como del proto‐románico (es decir del latín vulgar). Entre las lenguas germánicas se encuentran el alemán (German), el holandés o neerlandés (Dutch), el noruego (Norwegian), el sueco (Swedish), el danés (Danish) y varios más. Aunque el español y el inglés no están directamente relacionados, si nos remontamos 6.000 años en vez de 2.000, resulta que sí que están emparentados, pues descienden de un antepasado común, una lengua de la que no tenemos ningunos datos directos, pero que se ha podido reconstruir un poco. A esta antepasado común se le llama proto‐indoeuropeo (Proto‐Indo‐European) y todas las lenguas que descienden de esta lengua se llaman lenguas indoeuropeas (Indoeuropean). Las lenguas celtas [Celtic], como el gaélico escocés [Scottish Gaelic] y el irlandés [Irish], y las lenguas eslavas [Slavic o Slavonic], como el ruso [Russian] y el polaco [Polish], también pertenecen a la familia indoeuropea. Otras lenguas indoeuropeas son el persa moderno o farsi [Persian], el pashto [Pashto] de Afghanistan, el urdu [Urdu] de Pakistan y el hindi [Hindi] de India. Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 7/21 Figure 3 La familia indoeuropea de lenguas, siguiendo la metáfora del árbol de familia Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 8/21 Figure 4 Principales macro‐familias lingüísticas (antes de la colonización europea de las Américas Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 9/21 Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 10/21 Las lenguas del norte de la Península Ibérica y su expansión durante la Reconquista Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 11/21 Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 12/21 Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 13/21 Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 14/21 Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 15/21 Segunda parte: Cómo era el latín y cambios fonéticos que sufrió en su conversión al español Algunas características del latín Como hemos visto, el latín era una lengua indoeuropea de la península itálica que se expandió por todo el Mediterráneo entre los siglos II AEC y V EC. Entre otras influencias que tuvo, la más importante fue del griego: El griego en aquellos tiempos era la lengua común del Mediterráneo oriental y se hablaba también en el sur de la península itálica Cuando Roma conquistó el sur de la península itálica y luego el Mediterráneo oriental, respetó el griego y no se impuso a él. Es más, el latín fue muy influenciado por el griego, una lengua indoeuropea también, que había evolucionado una forma escrita literaria muy rica y que los romanos usaron como modelo para la suya. “El alfabeto latino consta de 23 letras. Antiguamente sólo había 21, pero en los siglos I‐II a. C. se introdujeron la Y(y), y la Z(z) para la transcripción de palabras griegas. En el Renacimiento se introdujeron la J(j), y la V(v) para poder distinguir los alófonos consonánticos [j, w] de I y V de los correspondientes alófonos vocálicos [i, u]: A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T V X Y Z” [f] En latín clásico no existían letras minúsculas, sino solamente lo que ahora conocemos como mayúsculas. Las letras minúsculas fueron una invención de los escribas medievales Aunque solamente hay 5 letras vocales en latín, en la pronunciación se distinguía entre vocales largas y vocales cortas. Por ejemplo MALUM con a larga significaba 'manzana' y MALUM con a corta significaba 'malo'. Aunque los romanos no lo hacían, a veces se usa ahora una marca sobre la vocal para indicar si era larga o breve en latin: A larga = Ā, ā, como en MĀLUM “manzana”; y A corta = Ă, ă, como en MĂLUM “malo”. En latín, los sustantivos tienen diferentes terminaciones (endings en inglés), según la función sintáctica que tengan en la oración. Estos son los casos gramaticales. En latín clásico hay 6 casos para cada sustantivo y adjetivo y cada uno tiene forma singular y plural. El caso nominativo se usa cuando el sustantivo o adjetivo es parte del sujeto; el caso acusativo se usa cuando el sustantivo o adjetivo es parte del complemento directo de la oración, el complemento de ciertas preposiciones o el sujeto de infinitivos. En latín existían 5 posibles declinaciones (tipos de terminaciones, el equivalente de las conjugaciones en los verbos) para los sustantivos; así los sustantivos de la primera declinación tenían unas terminaciones, los de la segunda otras, etc. Por ejemplo la palabra que significaba amigo (masculino) era AMICUS si era sujeto (nominativo), AMICUM si complemento directo y AMĪCI si era posesivo (genitivo), AMICO si era dativo o ablativo (al amigo). En el plural eran, respectivamente AMĪCI, AMĪCOS, AMĪCORUM y AMĪCIS. (Las formas femeninas eran respectivamente en singular AMĪCA (nom.), AMĪCAM (acc.), AMĪCAE (gen.), AMĪCAE (dat.), AMĪCĀ (abl.) en singular y AMĪCAE (nom.), AMĪCĀS (acc.), AMĪCĀRUM (gen.), AMĪCĪS (dat. and abl.) en el plural.) Las terminaciones de casos latinas fueron erosionándose y se perdieron en el latín hablado, haciéndose cada vez menos distinciones de casos, y es por eso que las lenguas romances las abandonaron por completo, a veces remplazándolas por preposiciones (A personal para el acusativo de persona, A para el dativo, DE para el genitivo, etc). Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 16/21 Las palabras latinas patrimoniales del español provienen de la forma singular del acusativo (simplificada por la erosión de la terminación). Por eso decimos normalmente, por ejemplo, que la palabra amigo viene del latín AMICUM, que es la forma del acusativo, y no del latín AMICUS, que es la forma del nominativo singular. La M final es típica del acusativo singular, pero esa M se perdió en el latín hablado. El acusativo plural era AMICOS, de donde viene el plural con –S en español, es decir amigos. Tipos de palabras latinas en español Como el español desciende del latín, la mayor parte de su léxico (vocabulario) es latino. La palabra amigo, por ejemplo, es latina y viene del latín AMICUM. En inglés, por otro lado, el vocabulario básico proviene del inglés antiguo. La palabra friend, por ejemplo, viene del germánico. Cognados de la palabra friend son Freund en alemán y vrendin en holandés. Pero como ya hemos visto, el inglés tiene muchas palabras que provienen del latín que tomó durante la Edad Media y el Renacimiento del latín escrito, ya que el latín era la lengua escrita principal de Europa occidental durante los primeros 1500 años de nuestra era. Una de estas palabras tomadas del latín sería, por ejemplo, la palabra amicable “friendly”, que está derivada del latín AMICABILIS, que es un derivado del sustantivo AMICUM “amigo”, lo mismo que la palabra española amigable. Otro ejemplo sería la palabra strict del inglés, que llegó al inglés del latín STRICTUS en el siglo XV también. El español también tiene este cultismo, la palabra estricto (se añadió una e al principio porque en español las palabras no pueden empezar con la combinación de sonidos str‐). Sin embargo, el español también tiene una palabra patrimonial derivada de esta misma palabra latina STRICTUS, pero del latín hablado, transmitida oralmente de generación en generación, a saber, la palabra estrecho (“narrow”). Y es que el español, al igual que el inglés, tomó muchísimas palabras del latín durante estas mismas épocas para enriquecer su vocabulario escrito, ya que muchas palabras del latín culto (el clásico, escrito) no habían llegado al castellano hablado en la Edad Media. Para resumir, como ya hemos dicho antes debemos distinguir entre dos tipos principales de palabras latinas en español, más un tercero que es un tipo intermedio y un cuarto caso, que es especial: Palabras patrimoniales: son aquellas que se transmitieron oralmente a través de los siglos del latín vulgar; normalmente sufrieron muchos cambios de pronunciación y a veces también de significado; por ejemplo, del latín STRICTUS tenemos la palabra patrimonial española estrecho. Palabras cultas (cultismos): son palabras tomadas del latín escrito en los últimos 1000 años para enriquecer el vocabulario escrito del español. Estas palabras no han sufrido tantos cambios de pronunciación o significado como las palabras patrimoniales. Por ejemplo, del latín STRICTUS tenemos la palabra culta española estricto “strict”. Palabras semicultas (semicultismos): Son palabras que han sufrido algunos de los cambios que se podían esperar, pero no todos; estas son a menudo palabras eclesiásticas, por lo que la influencia del latín de la iglesia impidió que cambiaran del todo. Por ejemplo la palabra milagro, del latín MIRACULUM, es semiculta. Si fuera patrimonial, se diría mirajo (la combinación latina ‐CUL‐ siempre da ‐j‐ en español) y si fuese culta sería miráculo. La palabra siglo, del latín SAECULUM, si fuera patrimonial probablemente se diría sejo y si fuera culta sería século. Latinismos: Además también existen en el español algunas pocas palabras y frases que con ninguna o muy pequeña modificación provienen del latín. Estas son frases que se sienten como foráneas (extranjeras). El inglés también tiene muchas de este tipo. Por ejemplo: a priori, viceversa, modus vivendi, modus operandi, etc. Estas son palabras o expresiones que no han cambiado nada del latín. Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 17/21 Cambios de pronunciación Veamos ahora los cambios de pronunciación que tuvieron lugar durante la Edad Media, que nos permitirán reconocer palabras latinas en el español; también nos permitirán reconocer la conexión entre palabras latinas (cultas) en inglés y palabras latinas (patrimoniales) en español Terminaciones de las palabras 1. Sustantivos: la M final del acusativo: como hemos visto la m final del acusativo desaparece; el acusativo singular podía terminar en ‐AM, ‐UM, ‐EM: o ‐AM > a: AMICAM > amiga o ‐UM > o AMICUM > amigo (la U breve del latín siempre cambia a o en español) ƒ ‐EM > e/Ø (según el tipo de consonante precedente) (Ø = zero, nada, desaparece): CONSULEM > cónsul, NAVEM > nave 2. Infinitivos: En latín había 4 conjugaciones, de las que dos se juntaron para dar las 3 conjugaciones del español; todos los infinitivos latinos terminan en –RE: la E siempre desaparece: AMARE > amar Cambios en las vocales 1. Los diptongos latinos se convierten en monoptongos (que luego se pueden volver a diptonguizar): a. AE (pronunciado ai en latín) > e/ie: CAESAREM > césar; CAELUM > cielo b. OE (pronunciado oi) > e: POENA > pena (vd. ing. subpoena), OEDIPUM > Edipo c. AU > o: PAUCUM > poco (vid. ingl. paucity); AURUM > oro; TAURUM > toro; CAUSAM > cosa 2. Vocales en sílaba final: Como vimos, solo existen A, O, y E en sílaba final; E al final de palabra se convierte en semivocal “y” cuando está en hiato: REGEM > ree > rey 3. Vocales breves altas: a. Ĭ > e: LINGUAM > lengua, PILUM > pelo, SILVA > selva b. Ŭ > o: MUSCA > mosca, CURRERE > correr, TURREM > torre 4. Vocales breves medias tónicas: a. Ŏ > ue: CORNU > cuerno, PONTEM > puente b. Ĕ > ie: BENE > bien; HERBAM > hierba 5. Vocales intertónicas (vocales en sílaba interior que preceden o siguen a la vocal tónica) desaparecen: ASINUM > asno; DIABOLUM > diablo; REGULAM > regla : HONORARE > honrar; APERIRE > abrir Cambios en las consonantes 1. Consonantes al final de palabra: a. Se pierden excepto L y S: AMAT > ama; AD > a; ANIMAL > animal; MEL > miel; cuando se pierde la consonante final, si la vocal anterior es E, como vimos a veces esta también se pierde (esto sucedió más tarde): CIUITATEM >ciudade > ciudad; PANEM > pane > pan; b. La M de monosílabos no se pierde, sino que cambia a N: TAM > tan; QUEM > quien c. La R final sufre metátesis (cambio de lugar): INTER > entre; SEMPER > siempre d. CE final cambia a Z en la grafía después de la pérdida de la E: AUDACEM > audaz; VOCE > voz Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 18/21 2. Consonantes al principio de palabra: se conservan casi todas, pero: a. F > h, excepto cuando lo sigue una semivocal (ie, ue): FACERE > hacer; FUMUM > humo, FARINAM > harina “flour”; FONTEM > fuente, FERAM > fiera (Aunque cambió la pronuciación a [h], F se siguió escribiendo como F hasta finales de la Edad Media, cuando ya no se pronunciaba.) b. S inicial seguida de consonante: se antepone una e protética: SPUMAM > espuma, SPERARE > esperar c. I seguida de vocal se convierte en (semi‐)consonante y/j, según cuál era la vocal siguiente: IACERE > yacer; IAM > ya; IUNIUM > junio; IUVENEM > joven d. U seguida de vocal se convierte en consonante v/b: UITAM > vida, UOTA > boda e. La G seguida de e o i átonas (no acentuadas) se pierden: GERMANUM > hermano; cuando son acentuadas se convierte en y: GENERUM > yerno f. QU ([kw]) pierde la U cuando sigue una e, i, o a átona: QUEM > quien; QUINDECIM > quince. QUATTUORDECIM > catorce (pero QUANDO > cuando con cambio ortográfico Q>C, no de sonido; QUATTUOR > cuatro) 3. Consonantes en sílaba interior: a. Las consonantes oclusivas sordas (P,T,C/Q) entre vocales o vocal y R/L, se sonorizan (B,D,G): AQUAM > agua; LUPUM > lobo, UITAM > vida; ACUTUM > agudo, SECURUM > seguro, APRILEM > abril, FIDELITATEM > fidelidad b. Las consonantes oclusivas sonoras (B,D,G) a menudo desaparecen: CADERE > caer, LIGARE > liar; TENEBAM > tenía; DI, BI, BE, Vi, VE + vocal > y: HODIE > hoy, FOVEAM > hoya c. La I y la U invervocálicas, a veces desaparecen: MAIOREM > mayor, PEIOREM > peor/ UIUERE > vivir, RIUUM > río 4. Consonantes geminadas o dobles (en sílaba interior) a. La mayoría se simplifican: PASSUM > paso, AFFLUENTEM > afluente b. RR [ɾɾ] se convierte en un tipo diferente de erre: [r] (trilll, rolled r): TERRAM > tierra (misma ortografía pero diferente pronunciación) c. LL se convierte en una consonante lateral palatal: [ʎ]: CABALLUM > caballo (misma ortografía, pero diferente pronunciación; en la mayoría de los dialectos ahora LL = y = [j] o [ ]) d. NN se convierte en una consonante nasal palatal = “ñ” [ɲ]: ANNUM > año 5. R, L: a veces cuando hay más de una L/R en una palabra hay un cambio de una consonante a la otra: ARBOREM > árbol, PAPEREM > papel, MIRACULUM > miraglo > milagro 6. Grupos consonánticos primarios (en latín), es decir grupos de dos o más consonantes juntas: a. PL‐, FL‐ y CL‐ normalmente cambian a LL, aunque a veces se mantienen por influencia culta: PLANUM > llano (cultismo: plano), CLAVEM > llave (cultismo: clave), FLAMMAM > llama (cultismo: inflamar); FLOREM > flor b. ‐PL‐, ‐FL‐ y ‐CL‐ precedidos de consonante > ch: AMPLUM > ancho; INFLARE > hinchar, MANCULAM > mancha Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 19/21 c. ‐CT‐ cambia a CH (CT > it > ch): NOCTEM > noche; OCTO > ocho, DIRECTUM > derecho; cuando hay una a delante, esta se convierte an E: LACTEM > leche, LAITUCA > lechuga, FACTUM > hecho d. X (pronunciado = CS) hasta el siglo XVII se pronunciaba como “sh” en inglés; cambió a pronunciarse como la J y se cambió la ortografía: ALEXANDRIAM > Alejandría; EXERCITUM > ejército; EXEMPLUM > ejemplo e. LI seguido de vocal cambia a J en el español moderno (en la Edad Media se pronunciaba distinto): ALIENUM > ajeno, MULIEREM > mujer, MELIOREM > mejor f. TI seguido de vocal cambia a CI: NATIONEM > nación, GRATIAM > gracia; PRUDENTIAM > prudencia g. NS, PS, RS normalmente cambian a s: TRANS > tras, MONSTRARE > mostrar, MENSAM > mesa; IPSE > ese; URSUM > oso h. BT, PT > t: SEPTEM > siete i. MB > m: lumbum > lomo j. MN, GN, NE (seguido de vocal) y otros > ñ: SOMNUM > sueño, SIGNA > seña, TAM MAGNUM > tamaño k. (U)LT > it > ch: MULTUM > mucho l. ALT > aut > ot: SALTUM > soto m. ALC > oz: FALCEM > hoz n. Grupos de 3 consonantes: se mantienen si la primera es S y la tercera R, si no se pierde normalmente la central y a veces la primera: QUINCTUM > quinto; CONSTARE > costar 7. Grupos consonánticos secundarios: la pérdida de las vocales intertónicas creó nuevos grupos consonánticos: a. C’L , G’L, T’L > “j” [x]: OCULUM > OCLUM > [oʒo] > [oʃo] > “ojo” [oxo]; REGULAM > reglam > [reʒa] > [reʃa] > “reja” [rexa]; OVICULA > [oβeʒa] > [oβeʃa] > “oveja” [oβexa], ANNICULUM > añejo, VETULUM > viejo; C’L , G’L, T’L detrás de otra consonante > “ch” [ʧ]: MASCULUM > macho, CINGULUM > b.
c.
d.
e.
cincho M’N, M’R > mr > mbr: FEMINA > hembra; FAMINE > hambre, HOMINE > hombre M’L > mbl: TREMULARE > temblar N’R > ndr: INGENERARE > engendrar; a veces se da inversión de consonantes: VENERIS (genitivo de Venus) > viernes P’D, P’T, B’T, V’T > bd > (u)d: RAPIDU > rabdu > raudo; CIVITATEM > civdad >ciudad; CUPIDITIA > cobdicia > codicia Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 20/21 Referencias •
http://es.wikipedia.org/wiki/Latin •
http://es.wikipedia.org/wiki/Lenguas_romances •
http://es.wikipedia.org/wiki/Evoluci%C3%B3n_hist%C3%B3rica_del_lat%C3%ADn •
Latin Derivatives: English Words from Latin: http://www.geocities.com/gene_moutoux/latinderivatives.htm •
Declining a Latin Noun: http://www.dummies.com/how‐to/content/declining‐a‐latin‐noun.html Versión de este manuscrito: 24 de mayo de 2010 Notas i
AEC es abreviación de Antes de la Era Común (“before the common era”), es una expresión que se puede utilizar en vez de la abreviación a.C., “Antes de Cristo”, (en inglés BC, Before Christ) para secularizarla. La abreviación EC, Era Común, corresponde a la expresión AD “Anno Domini”, usada en inglés y en español, que en latín significa “Año del Señor”. ii
El sustantivo romance, en inglés y en español, proviene de un adverbio latino: romanice. El adverbio romanice significaba algo así como romanamente, a la manera romana. Hablar romance, pues, originalmente significaba hablar como un romano. Más tarde se le dio valor de sustantivo a esta palabra. La palabra romance en inglés también se refiere a un género literario [Romance literary genre], lo que en español son libros de caballerías. iii
El latín no tenía letras minúsculas, solo lo que ahora llamamos mayúsculas. Por eso a veces cuando escribimos una palabra del latín escrito (el latín clásico) la escribimos con letras mayúsculas). iv
En la lingüística se usa la palabra cognado (cognate) para referirse a palabras nativas que tienen el mismo origen. En la enseñanza de lenguas, sin embargo, se usa el término cognado para palabras prestadas (loanwords) también. Breve historia del idioma español (versión 2010‐05‐24), pág. 21/21 
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