MODUS OPERANDI

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DIPLOMADO EN INVESTIGACIÓN
PSICO-CRIMINO-DELICTIVA
ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI
Lic. HILARIO AGUILAR MUÑOZ
JEFE DE GRUPO
Julio de 2006.
OBJETIVO: LOS PARTICIPANTES AL FINAL DE LA ASIGNATURA PODRÁN
ANALIZAR EL MODUS OPERANDI DE MANERA PRACTICA PARA LA
INVESTIGACIÓN DE LOS DELITOS.
DIAGRAMA DE CONTENIDOS
UNIDAD 1
MODUS OPERANDI Y SUS
FUENTES DE INFORMACIÓN
UNIDAD 2
ANÁLISIS DEL MODUS
OPERANDI
UNIDAD 3
INTELIGENCIA CRIMINAL
TOTAL: 20 HORAS
PROGRAMA DESARROLLADO
INTRODUCCIÓN
UNIDAD 1
MODUS OPERANDI Y SUS FUENTES DE INFORMACIÓN
1. MODUS OPERANDI
1.1
1.2
1.3
1.4
1.5
1.6
1.7
CONCEPTO.
TEORÍA
FACTORES
OBJETIVO
DEDUCCIONES DE DATOS
UTILIZACIÓN DE DATOS
FUENTES DE INFORMACIÓN DEL MODUS OPERANDI
1.7.1
1.7.2
1.7.3
1.7.4
DOCUMENTALES
HUMANAS
TÉCNICAS
INDICIARIAS ( LUGAR DE LOS HECHOS)
UNIDAD 2
ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI
2. ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI
2.1
2.2
2.3
2.4
CUADRO ESQUEMÁTICO.
ESTADÍSTICO.
CARTOGRÁFICO.
ESQUEMATIZACIÓN DE RELATOS.
UNIDAD 3
INTELIGENCIA CRIMINAL
3. INVESTIGACIÓN DEL MODUS OPERANDI EN INTELIGENCIA CRIMINAL
3.1
3.2
3.3
ANTES
DURANTE
DESPUÉS
4. CONCLUSIONES
5. CONTROLES DE LECTURA
UNIDAD 1
MODUS OPERANDI Y SUS FUENTES DE INFORMACIÓN
1. MODUS OPERANDI
1.1 CONCEPTO.
La manera mas sencilla de definir a este termino es como “la forma de operar de un
delincuente”, en el cual se toman en cuenta todas las particularidades de la comisión
del hecho delictivo, para estar en posibilidad de realizar un correcto análisis de las
conductas desplegadas, nos proporcionara cierta predicción del perfil criminal del
sujeto. El primer material publicado que se refirió al modus operandi apareció en
1913, escrito por el mayor sir. Llewelyn W. Atcherley, entonces alguacil en jefe de la
policía montada del oeste Yorkshire, Inglaterra.
Para Scotland Yard se conoce como el índice de métodos. Este es un índice de los
métodos usados en la perpetración de los delitos, con índices adicionales de
deformidades y características, propiedades robadas y otros datos. Las
peculiaridades del delincuente, métodos, técnicas, descripciones, herramientas
usadas, etc. Son cuidadosamente informadas, anotadas y puestas en un índice para
propósitos de consulta. Al hacer un correcto análisis del modus operandi estaremos
en posibilidad en cierto grado de predecir la conducta delictiva, cuando esta es
reiterativa o analizar el delito globalmente si es que s un evento.
1.2 Teoría del modus operandi.
La teoría del modus operandi se basa en que el delincuente, al igual que todos los
seres humanos es una criatura de hábitos. Este puede crearse intencional o
accidentalmente. Una vez que se ha realizado una cosa por primera vez, la memoria
ayudará y determinará después si se repetirán o no las acciones anteriores.
También dependerá del éxito o fracaso del acto previo o de la sensación de placer o
disgusto que se experimente cuando se comete. Cuando se tiene éxito por primera
vez, es muy probable que se repita el acto de la misma forma quizá poniendo en
práctica lo que se crea sean las mejores iniciativas.
Un ejemplo claro es que si el delito que se cometió tuvo éxito durante las primeras
horas de la madrugada, es probable que el delincuente continúe operando a la
misma hora. Los hábitos o métodos siempre estarán influidos por los éxitos o
fracasos. No puede decirse que un delincuente usará siempre los mismos métodos o
herramientas, o que confinará sus ataques al mismo tipo de edificio o contra la
misma clase de gente, pero el delincuente habitual está inclinado a utilizar el mismo
patrón con frecuencia metódica, suficiente para ayudar a un investigador a su
identificación. La evolución del modus operandi en estos casos estará influida por las
características de personalidad del sujeto
El método de operación puede establecerse por un solo acto o por una combinación
de actos, que incluye los propios de un delincuente que no estén relacionados pero
que componen un patrón de comportamiento para ese individuo en particular, esto
puede ser un detalle en el método de operación, en algunos casos puede ser el
elemento tiempo, en otro la propiedad robada. Y estos detalles en particular vendrán
a establecerse como una “firma” en cada uno de los eventos.
1.3 Factores que influyen el modus operandi.
Todos los delitos son motivados por la combinación de dos factores:
1. Oportunidad, sea accidental o creada y
2. Necesidad, sea real o imaginaria.
Estos dos factores entran en acción por el deseo, sea normal o anormal. Los medios
para satisfacer el deseo se citan como motivo o intento, los cuales aunados a la
oportunidad, dan como resultado la comisión del hecho delictivo.
Siempre que cualquiera de los factores (oportunidad, necesidad, deseo, motivo o
intento) sean disimbolos, a los del ultimo atentado del delincuente, el resultado de la
combinación de factores diferirá de la anterior. Así mismo el patrón del modus
operandi del tipo de delito con frecuencia será distinto.
El conocimiento es otro de los factores adquiridos por los delincuentes para
ayudarse en sus delitos. La información se obtiene por el estudio, por la asociación
con otros delincuentes que comunican sus técnicas o por su experiencia.
Como ejemplo de esto se tiene que delincuentes que se encuentran en el interior del
reclusorio siguen realizando extorsiones telefónicas o incluso físicas valiéndose de
conocidos o de sus familias que se encuentran en el exterior del mismo para cobrar
los rescates.
1.5 Deducciones derivadas de los datos del modus operandi.
El archivo del modus operandi es un método ordenado de registrar y codificar la
información diseñada para revelar hábitos o prácticas de los probables
responsables. Algunas de las deducciones que pueden resultar del estudio de los
datos del modus operandi son:
Un robo sin violencia, puede indicar no solo que el delincuente no es físicamente
agresivo o que no confía en el mismo, sino que también el objeto del ataque se
podría obtener de forma en forma subrepticia con más facilidad.
Un robo de manera furtiva puede indicar que el probable responsable es conocido
por la víctima, que es de la comunidad y podría ser identificado posteriormente.
El delincuente está familiarizado con los hábitos que la víctima desarrolla en
determinados lugares ellos y con la forma en que conduce sus negocios.
La ocupación o experiencia del delincuente puede estar indicada por las armas,
herramientas elegidas para el delito, así como la habilidad con que son utilizadas.
En robo a casa habitación, los puntos de entrada (ventanas, puerta trasera, azotea,
etc.) Pueden ser resultado de la observación de ausencia de un sistema de alarma o
vigilancia residencial.
La selección de una víctima determinada puede ser el resultado de que haya
discutido en voz alta sus negocios en lugares públicos, de guardar grandes
cantidades de dinero en las oficinas o traerlas consigo, a la contratación libre de
eventuales, sin un método de selección de personal.
Un probable responsable con incapacidades físicas puede quedar eliminado si el
tipo de delito exige una persona ágil a menos que se encuentre evidencia de un
cómplice más apto físicamente. Esto lo podemos apreciar en el robo de arte sacro
que ha acontecido en diversos estados del país en donde la entrada la realizan por
las ventanas altas descolgándose con cuerdas y utilizando gatos hidráulicos para
forzar los barrotes.
1.6 Utilización de los datos del modus operandi.
Es una de las maneras que se tiene de organizar la información para poder
analizarla de una forma mas sintetizada. La información que arroja el cuadro
esquemático del modus operandi se puede utilizar para lo siguiente:
A. Identificación. Ya que la información de testigos de los hechos puede
ayudar a la identificación del probable responsable recopilando la
información sobre características físicas que se repiten en las
descripciones de los delincuentes tales como facciones, cicatrices,
huellas, deformidades, estatura, peso, incluso hasta alias o apodos.
B. Prevención. Como un medio de prevención los datos del modus pueden
indicar hora y lugar de los hechos. Ya sabiendo esto, y sin la información
suficiente del delincuente, se puede colocar un auto policial rotulado, con
el propósito de disuadir la comisión del hecho delictivo a esa hora y en ese
lugar determinado.(ampliar)
C. Detención. Esto debido a que si se logran determinar características de
tipo de víctima, hora del día, día de la semana, comercios, casas o locales
determinados en caso de robo, aislando ciertos patrones de operación,
intentando proyectar estos datos a futuro para el propósito de realizar una
detención en flagrancia.
D. Y aclarar otros casos relacionados, debido a que el delincuente realiza los
ilícitos con la misma forma de operar, una vez atrapado el delincuente, se
pueden llamar a otras víctimas para una probable identificación, una vez
que se haya determinado el modus operandi del delincuente.
Al tratar de entender lo relativo a la mente criminal, el investigador debe determinar
factores como los siguientes:
-
Cuando fue cometido el delito
Cual fue el motivo
Que conocimientos previos tuvo el delincuente.
Cuales fueron los hábitos del delincuente
Como era la personalidad del delincuente
Como se planeo el ilícito
Factores favorables para la comisión del hecho.
1.7 Fuentes de información del modus operandi
Documentales.

Documentales. Se refiere a información plasmada en algún medio de
comunicación tales como; libros, revistas, periódicos, videocintas, etc., en
archivos de alguna dependencia pública o privada.
Federales
Públicos
Locales
Tipos
Restringidos o
no restringidos
Privados
Varios
Dentro de los archivos públicos se encuentran los de carácter Federal y los de
carácter Local.
Federales:
Tratándose de autoridades federales en muchas ocasiones es restringida la
información que se solicita.
Por ejemplo; cuando se investiga al representante de una sociedad, se acude al
Registro Público de la Propiedad o Cámara de Comercio y Fomento Industrial para
conocer como está constituida la sociedad, quiénes son los principales accionistas,
con qué se identificaron y el domicilio que manifestaron; o por otro lado, si se cuenta
con el nombre de una sociedad mercantil se acudirá al Notario o al Archivo General
de Notarias para saber como se constituyó la sociedad, los principales accionistas,
el capital que se aportó y domicilios de las personas que se están investigando.
En la Secretaria de Educación Pública por medio de la Dirección General de
Profesiones se pude obtener información sobre las personas que tienen o están
autorizadas para ejercer una profesión, la fecha en que realizaron el examen
profesional, así como él número de cédula profesional; ya que es común encontrar
personas que se ostentan con cédulas profesionales falsas.
Locales:
Dentro de las autoridades locales se encuentran la Secretaria del Transporte
encargada de expedir las licencias para conducir; el Instituto Mexicano el Seguro
Social o el ISSSTE, donde se pueden ubicar domicilios y posible identidad de
afiliados a ellas.
Las oficinas recaudadoras de Distrito Federal, también proporcionan información
relacionada con los contribuyentes como son el pago de predio, agua y tenencia
vehicular.
En cuanto a antecedentes de personas que estuvieron relacionadas con algún delito
se pueden ubicar con mayor facilidad en la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal; en las fichas signalécticas, conocida también como Archivos
Nominales. El AFIS y CARAMEX. Son sistemas utilizados por la procuraduría para la
identificación de personas.
Dentro de los archivos Privados se encuentran todos los Bancos y empresas de
iniciativa privada y el Internet donde se pueden obtener datos de ejecutivos, datos
de clientes y posiblemente el historial de la empresa.
Humanas
1.
2.
3.
4.
Entrevista al denunciante, víctima, testigos e informantes.
Análisis de la declaración de la víctima.
Comparación de retratos hablados.
Investigación en vía pública.
Técnicas


Técnicas.- se refiere a la actividad propia del investigador dirigida a conocer los
sucesos en sus diferentes etapas (vigilancias y seguimiento).
Recopilación de información de personas e informantes.
Es la información que se obtiene mediante la interlocución con otras personas, en
este sentido se puede obtener información, ya sea de personas que estuvieron
presentes durante el hecho, (testigos o informantes), o bien, hacer que una persona
durante un proceso de interés para el investigador se haga presente (infiltrado).
La habilidad para conseguir información es la principal cualidad de un investigador;
esta se obtiene y se desarrolla de varias maneras:

Estableciendo relaciones con diferentes núcleos sociales (cantineros, choferes,
tenderos.)

Cooperando con investigadores y teniendo relaciones de trabajo con

Anotar y conservar apuntes permanentes sobre delincuentes y su núcleo social,
elaborar un archivo delincuencial.

No pasar por alto anotaciones eventuales o casuales y registro de datos fugaces.
ellos.
Informante.
Es la persona que proporciona información pudiendo ser los siguientes motivos.
A. Miedo
B. lucro
C. venganza
D. gratitud
E. competencia.
Es necesario que el investigador maneje al informante de manera conveniente ya
que los contactos que haga deberán ser evaluados tanto los motivos e intereses del
informante.
Tampoco resulta conveniente desarrollar una situación de gran simpatía, para hablar
acerca del informante se le debe llamar “fuente” y no utilizar el término “informante”,
a éste no se le debe permitir hacerse cargo de la fase de investigación.
Indiciarias
Investigación en el lugar de los hechos.
Lugar de los hechos. Es donde se efectuó de manera material el hecho ya sea con
o sin violencia en donde se lleva a cabo una entrevistas a posibles testigos directos,
indirectos o de zona, haciendo una observación general del lugar, para después
establecer búsqueda en las inmediaciones, para la posible localización de los
probables responsables.
Lugar del hallazgo. Es el lugar donde se encontró directamente el cuerpo u objeto
es un lugar secundario al de los hechos y como su nombre lo indica es el lugar
donde se encuentre el objeto relacionado con la investigación y por consiguiente, no
es el lugar donde se realizó la conducta delictiva. Estos pueden ser lugares abiertos
o cerrados en los cuales se deberá utilizara la metodología de búsqueda de indicios
para cada caso, que pueden ser la vía publica estacionamientos, pensiones,
terrenos baldíos etc.
La protección del lugar de los hechos.
Se podrá dar el lugar abierto o lugar cerrado.
La protección del lugar de los hechos o del hallazgo se dará siempre y cundo exista
evidencia o presunción de que el objeto se encuentra relacionado con otros hechos
delictivos, es responsabilidad del primero que se presente al lugar del hallazgo,
debido a que en ese lugar se encuentre los indicios que serán necesarios e
indispensables para la investigación.
Observación del lugar
Concepto de observación.
Consiste en un proceso ordenado con un plan definido, que permite llevarla a cabo
en forma detallada, minuciosa, pronta, imparcial, directa y sobre todo objetiva,
reflexiva y analítica.
Observación activa:
a) El lugar.
b) La víctima.
c) Las circunstancias.
Se deben tomar las siguientes consideraciones para el:



Lugar
Víctima
Circunstancias
PRIMERO: El lugar. Se debe determinar si el lugar es de los hechos o del hallazgo,
posteriormente, ubicar el lugar como abierto, cerrado o mixto y por último, la técnica
que se va a desarrollar para el estudio de los indicios.
SEGUNDO: La víctima. El investigador debe plantearse diversas preguntas de
acuerdo a las características de la víctima, recuerde usted, que se observa y analiza
el hecho.
TERCERO: Las circunstancias. Son las condiciones climáticas, de iluminación,
geográficas y las dificultades que pudieran presentarse en el lugar.
Todos los indicios deben ser fijados en la posición en la que fueron encontrados. A
la postre esta actividad evita que se dude de la relación del indicio con el hecho en
su conjunto, o bien, con el sujeto o sujetos implicados en la indagatoria.
Es importante mencionar que sí el investigador no encuentra indicios, no quiere decir
que no existan.
Es importante que el investigador realice una observación rápida y general del lugar
del suceso y de sus alrededores, para hacerse una idea de lo ocurrido para
continuar con una observación más detallada.
Se procederá a inspección del lugar, seguidamente se buscarán pruebas e indicios
documentos, armas, herramientas, huellas, manchas que permitan la identificación
el mismo.
Técnicas de observación.
Para tener éxito en la investigación, se debe trabajar de manera coordinada, con
tranquilidad, orden y seguridad en todo lo que hacemos, por lo tanto debemos
primeramente ponernos de acuerdo con el personal para que se designen trabajos
específicos y se empiece la búsqueda de indicios.
Las técnicas de observación que a continuación se explican son herramientas útiles
para los investigadores en la escena del delito y con ellas podemos limitar un lugar,
de manera imaginaria, para la búsqueda de indicios y lograr el esclarecimiento de
los hechos.
a) Espiral.
Una vez señalado el indicio principal, se debe proceder a observar los de alrededor
en forma de espiral y hasta la periferia del inmueble, numerando y anotando todo lo
relacionado con el hecho. Aunque también se puede empezar la búsqueda desde la
periferia hasta el centro.
En cualquier tipo de delito es posible aplicar este tipo de técnica, pero es muy
importante establecer una ruta por la cual se va a caminar durante la búsqueda
debido a que se pueden perder o borrar algunas huellas importantes, por ejemplo:
huellas de algún zapato. Por lo tanto, debemos darnos cuenta por donde vamos a
caminar y al mismo tiempo buscar indicios.
b) Abanico.
Se debe de observar desde un punto en específico, es recomendable que sea desde
la puerta principal y desde ahí hacer un barrido con la vista de tal forma que se
observe todo el lugar. La persona que esté realizando la búsqueda y se apoye de
esta técnica, deberá permanecer estático en el punto que haya elegido e iniciar su
búsqueda de manera ordenada, de tal forma que no tenga que estar revisando
nuevamente el lugar. Debe hacer la búsqueda bien desde la primera vez, podrá
revisar visualmente las veces que sean necesarias pero deberá evitar volver a la
escena en otro momento para repetir la operación, porque eso querrá decir que no
realizó bien su trabajo desde los primeros momentos.
c) Círculos concéntricos.
Esta técnica de observación inicia en el centro de cada habitación del inmueble,
marcando imaginariamente círculos concéntricos de tal forma que limitemos la
búsqueda por bloques y nos dediquemos a buscar cualquier cosa que nosotros
mismos califiquemos como significativa para la investigación. Después de que
encontremos todo lo posible en uno de los círculos debemos de pasar al otro y así
sucesivamente hasta llegar al extremo de la habitación.
d) Por zonas.
Debemos de recordar que
son tridimensionales, por
los
muros,
techos,
hacia abajo y de abajo hacia arriba, con el fin
inspeccionar.
Podemos seleccionar las zonas de la
habitación e ir revisándolas visualmente
zona por zona, hasta que logremos
identificar los indicios de cada una. Por
ejemplo: cuando se trata de un homicidio
por arma de fuego, encontraremos en el
piso casquillos, cabellos, ropa o sangre.
En la pared quizá haya salpicadura de
sangre o huellas digitales de algún
probable responsable o cualquier otra
todas las escenas del crimen
tal motivo, se deben revisar
puertas y ventanas de arriba
de que no quede nada sin
cosa importante para la investigación y en el techo, quizá esté la bala incrustada o
también haya restos de sangre.
Los números del dibujo anterior indican: El 1 es el piso; el 2, 3, 4 y 5 representan
los muros o paredes; y el número 6 es el techo.
e) Zig – Zag.
Podemos iniciar la búsqueda desde la puerta principal y terminarla en uno de los
extremos de la habitación, como ya se mencionó es indispensable cuidar el camino
que se seguirá para no pisar ningún indicio, debido a que con esta técnica debemos
entrar al lugar prácticamente se pisa todo, entonces, debemos evitar pisar por el
camino más común y además poner mucha atención a las huellas que se
encuentren en el piso para no alterarlas.
Aunque lo ideal es que se encuentren los indicios desde la primera vez que se
realicen las técnicas, se recomienda que una segunda persona apoye en la
búsqueda de indicios siguiendo la misma ruta de búsqueda del primero, pero a unos
cuantos pasos atrás de él.
Algo que siempre se debe mantener en mente es que toda la información que
nosotros obtengamos, deberá ser ordenada y reportada a nuestros superiores con
toda claridad, con el fin de que si en algún momento tenemos que dejar la
investigación para que otra persona la continúe, la retome desde el punto en que
nos quedemos y no tenga que volver al lugar de los hechos.
Métodos para la búsqueda y localización de indicios.
En lugares abiertos (calle, carretera, bosque, etc.) se establecerá un cerco de
protección (sí el caso así lo amerita) alrededor del objeto sí se encuentra relacionado
con otros hechos delictivos éste cerco será de acuerdo al delito.
La búsqueda se iniciará preferentemente del objeto a la periferia, en espiral (puede
hacerse también por cuadrículas). Tratará de determinarse la forma de llegada del
objeto al lugar de los hechos, sobre la base de huellas de pisadas, rodadas, entre
otras.
En lugares cerrados La búsqueda se iniciará en el elemento principal después,
con las áreas circundantes, buscando en botes de basura, azoteas y sí es posible se
inspeccionarán las habitaciones o próximos al lugar del hallazgo.
Se determinarán las vías de entrada y salida todos los movimientos realizados
antes, durante y después de la comisión del hecho. De ello, puede deducirse la
posible ayuda de otras personas.
Se observará el estado en que se encuentran zaguanes, puertas y ventanas:
abiertas, cerradas con llave, con cerrojo, etc., sí es preciso abrir puertas o ventanas,
tocar llaves o cerrojos, se hará con precaución, para no destruir posibles huellas.
La fijación del lugar
Será un medio para dejar constancia permanente de un hecho. Y se podrá hacer por
los siguientes métodos.
Los métodos de fijación son:
 Escrito.
 Fotográfico y
 Planimétrico.
Se efectúa una vez que ha sido estudiado y fijado el lugar de los hechos, donde
después de un minucioso examen y selección exacta de todos los indicios, se
levantan con técnicas adecuadas, se embalan y etiquetan con sus datos de
procedencia, para finalmente suministrarlos al laboratorio.
Tendremos que hacer una clasificación de cómo operan los delincuentes esto lo hacemos en el modus
operandi que es la forma o el hacer conductual o material de uno o más sujetos en la comisión del
delito y de esto depende al estudio de los cuadros esquemáticos del modus operandi.
Principios rectores de la criminalística.
Los cuatro principios que hacen válido el método que utiliza la criminalística para
resolver los problemas que se le plantean, con relación a casos concretos y
particulares, son los siguientes:
Principio de intercambio.
Este principio fue formulado por Edmond Locard, investigador francés, quien nos
dice: “TODO CONTACTO DEJA UNA HUELLA”, y que lo podemos expresar de la
siguiente forma: Que al cometerse un hecho delictivo se realiza un intercambio de
material sensible entre la víctima, el victimario y el lugar en que se cometió.
Este principio se puede concretar en la siguiente frase pronunciada por el
investigador mexicano Don Carlos Rougmagnac: “NO HAY MALHECHOR QUE NO
DEJE ATRÁS DE ÉL, ALGUNA HUELLA APROVECHABLE”.
PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA DE CARACTERÍSTICAS.
Este principio nos permite deducir, siempre que encontramos un vínculo
lógico entre las características de los instrumentos empleados, las
acciones realizadas y los resultados, después de hacer un cotejo
minucioso. Lo que nos llevará a través de comparaciones entre dos
objetos o más a corroborar o comprobar si corresponden marcas,
huellas o indicios entre sí, con un tercero, como por ejemplo: si dos
casquillos fueron percutidos y eyectados por una arma de fuego, ésto
desde luego auxiliándonos con el microscopio de comparación y si es
posible, demostrar fotográficamente la similitud o bien la diferencia de
características.
PRINCIPIO DE RECONSTRUCCIÓN DE FENÓMENOS O HECHOS.
Este principio nos permite inferir mediante el estudio del o de los indicios (material
sensible significativo) localizados y fijados en el lugar y tomando en consideración su
ubicación, naturaleza, cantidad y morfología, cómo es que se desarrolló el hecho,
motivo de la intervención pericial y la experimentación de laboratorio a la que fue
sometida, así mismo fundamentada por la petición realizada por el agente del
Ministerio Público, quien solicita la intervención.
PRINCIPIO DE PROBABILIDAD.
Este principio nos permite deducir con base en las características encontradas
durante el cotejo, la conexión entre un probable responsable con el delito, de
acuerdo al conjunto de indicios implicados en la comisión del hecho, estableciendo
conforme al número de características encontradas, si dos indicios son iguales o no,
o pertenecen a un mismo grupo o clase, aportando fiabilidad de encontrar las
mismas características en una población determinada.
Los anteriores principios proporcionan los medios para poder identificar un indicio de
acuerdo a sus características y la relación que guarda con la escena del crimen y las
personas implicadas en los hechos. La evidencia sensible es un mundo diverso y
variado, por lo tanto, las técnicas que se utilizan son vastas para cada caso
concreto.
UNIDAD 2
ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI
2. ANÁLISIS DEL MODUS OPERANDI
2.1 Cuadro esquemático del Modus Operandi.
Para la realización de este cuadro utilizara el método deductivo que es de lo general
a o particular.
Para el establecimiento del cuadro esquemático del Modus Operandi ordenaremos
los datos siguientes:
















Nombre de los denunciantes.
Lugar de los hechos.
Hora y día de la semana.
Número de sujetos que participan.
Nombres y apodos.
Arma utilizadas.
Frases utilizadas en el momento de interceptar a la víctima.
Forma de sometimiento de la víctima.
Media filiación.
Retratos hablados.
Testigos.
Sospechosos.
Objetos robados.
Vehículos utilizados en el ilícito.
Herramientas utilizadas.
Observaciones.
Hoja de vaciado de datos.
Nombre
apodos.
o Nombre
del Lugar de los Día y hora.
denunciante.
hechos.
Objetos
robados.
Frases
Testigos.
Media filiación. Retratos
hablados.
Vehículos
Forma
de
introducirse.
Número
sujetos.
Sospechosos.
de
Observaciones.
utilizadas.
utilizados.
Para la elaboración de la tabla de modus operandi, por ejemplo del delito de robo a
transeúnte, se sugiere realizar un formato que sea homogéneo, único y compartido
por los investigadores. El cual se vaciará en una base de datos u archivo, esto
facilitara los análisis y así estar en condiciones de poder relacionar los modus entre
sujetos y bandas. Entre mas específicos estén los rubros y abarquen el mayor
numero de modalidades mayor será la posibilidad de relacionarlos.
EJEMPLOS de modus operandi para el caso de robo de vehículos
1.-
Al llegar la víctima al lugar en donde se estaciona, es seguido por uno de los
delincuentes. Y sí regresa antes que se roben el auto, avisa, ya sea por medio
de chiflido y/o por teléfono celular.
2.-
Estudian el vehículo que se van a robar, para darse cuenta de la hora que es
estacionado diario y a la hora en que vuelve a circular.
3.-
Al acudir a estacionamientos públicos por seguridad para que no se roben el
auto, en este lugar le hacen una copia de la llave del auto y averiguan por
medio de la tarjeta de circulación el domicilio, para posteriormente por medio
de otro miembro de la banda, llegan al domicilio ya ubicado, para robarse el
vehículo en mención.
4.-
En las zonas escuelas como C.U. ubican perfectamente los vehículos, ya que
caminan diario los circuitos y tiene estudiado el horario, tanto del vehículo que
se quieren robar como de los rondines que hace la vigilancia interna de C.U.
5.-
En los estacionamientos de autoservicio, llegan a bordo de otro vehículo
robado y semi desvalijado, el cual dejan en el estacionamiento y se roban
otro, para lo cual les sirve el boleto de estacionamiento del vehículo que
ingresaron, ya que en estos lugares no hay quien apunte las placas del
vehículo que ingresa.
VEHÍCULOS CON VIOLENCIA.
1.-
Al llegar aun semáforo al hacer alto total es amagado y desapoderado del
vehículo.
2.-
Al descender del vehículo afueras del domicilio es esperado por varios sujetos
que amagan y amenazan con hacer daño a la familia y se llevan el auto.
3.-
Al circular en aluna calle, choca adrede otro vehículo en forma ligera y al
hacer alto total descienden para desapoderarlo del vehículo.
4.-
Otra forma al hacer alto en esquina o a media calle, es que adelante del
vehículo que se van a robar se para otro vehículo y por la parte atrás llega
otro vehículo que se para tanto que no permite maniobrar al conductor y
descienden de cualquiera de los vehículos y amagan al conductor para
robarse el vehículo.
Ejercicio establezca diferentes modus operandi para el delito de abuso sexual o
violación.
2.2
ESTADÍSTICO.
En base a diferentes datos en un delito presentar un análisis estadístico, para
sacar sus respectivas conclusiones.
(consultar casos de delitos sexuales o violencia familiar)
2.3 CARTOGRAFÍCO.
En base a diferentes datos de lugares en donde se cometió un delito de una misma
categoría, realizar un análisis cartográfico en el mapa ubicando los puntos
específicos de criminalidad, los llamados “puntos críticos”.
2.4 Esquematización de los relatos.
Uno de los análisis operativos más utilizados, tanto por analistas como por
investigadores, es del grupo organizado de autores. En él se utilizan una serie de
herramientas entre las que destaca por su importancia la esquematización de
relatos. como quiera que sea en ella se aplica idéntica simbología en muchos
países de la Unión Europea, y
en la actualidad las principales agencias
norteamericanas como la D. E. A, el F.B.I, la N.A.S, y también la INTERPOL la
utiliza como mecanismo de trabajo de intercambio de información entre policías,
enseguida se presenta de manera reducida, en qué consiste la esquematización de
relatos.
La utilidad es fácilmente comprensible, dado que es mucho más cómodo representar
los lazos existentes entre personas físicas, o entre personas y organizaciones, con
la ayuda de un esquema, que describirlo en forma de texto. Tanto personas como
organizaciones, están representadas por diferentes identidades visuales, es mucho
más fácil tener una idea de su implicación en el seno de grupo de autores.
Los esquemas nos permitirán:



Visualizar fácilmente los relatos.
Obtener una vista general sobre informaciones que falten.
Interpretar con más comodidad los temas.
Los esquemas relacionados son los medios utilizados para representar claramente
los relatos citados en los textos escritos. Un esquema relacionado muestra de
manera visual las relaciones que existen entre personas, entre personas y empresas
y entre las mismas empresas. Además, el origen de los relatos esté representado de
manera gráfica por el empleo de símbolos precisos. Con la ayuda de estos
esquemas, es mucho más fácil formular ciertas hipótesis a partir de las
informaciones disponibles.
Realización del esquema de relaciones.
Para la correcta realización de un esquena, es necesario pasar por siete etapas a
saber:
1. Selección de información
2. Elección de las identidades significativas
3. Construcción de una matriz relacional
4. Inscripción de códigos relacionales
5. Contabilización de relaciones.
6. Diagrama de asociaciones provisional
7. Clarificación de diagrama de asociaciones.
Selección de información.
La información en principio la conseguirán los distintos investigadores siguiendo
claramente el plan de recogida definido por el jefe de la investigación y que permitirá
determinar dónde se debe encontrar la información.
Es aconsejable, en aras de un correcto orden y control, dotar a cada información de
un número de seguimiento e inventariarla. También es preciso clasificar las
informaciones cronológicamente y por tipo de documento.
Elección de identidades significativas.
Se deberá determinar qué es lo que se quiere recoger en el esquema. Se puede
tratar de nombres de personas, de empresas (sociedades, grupos, asociaciones…),
pero también de números de teléfono, cuentas bancarias, domicilios, o bien de
acontecimientos tales como agresiones, robos, … En cualquier caso se subrayará o
marcará lo que se quiera elegir.
Construcción de la matriz relacional.
Esta se construye a partir de los datos de individuos o grupos de individuos o
empresas con las que se cuenta, la construcción de la misma permite visualizar de
manera muy general, rápida y claramente las relaciones existentes entre las
diferentes entidades que se estudian.
Se recomienda se llene colocando en primer lugar todas las llegadas de la
información. Para más claridad, mencionen los nombres en la columna de la
derecha. Trabajar por orden de nombre de personas de arriba hacia abajo
(comenzando en la línea superior) y los nombres de sociedades u otras entidades
de abajo hacia arriba (comenzando en la línea inferior)
Inscripción de códigos relaciónales.
Cuando esté seguro de que una relación existe entre dos entidades y que puede
tener interés o importancia para el asunto que nos ocupa, marque esta relación con
un circulo negro (
). Si la relación no esta aun confirmada pero si es supuesta
se representara con un circulo vacío ( O )
Si la persona ocupa una función de dirección (director, accionista, empresario) en
una empresa, indique esta relación utilizando el signo más ( + ), cuando la
relación esté confirmada , y el signo ( - ), cuando la relación sea presunta.
Los símbolos de las suposiciones permiten su conversión en signos de certidumbre
a medida que avanza el análisis , un circulo vacío puede convertirse en negro y un
signo negativo en positivo.
Cuando las informaciones relacionales son resultado de las relaciones de
información, el cuadro siguiente ayudará a transformar los códigos de evaluación en
símbolos para la matriz relacional.
A1
A2
A3
B2
B3
C3
X3
Contactos
confirmados
A4
B4
C2
Contactos no
confirmados
Relación confirmada entre dos
entidades
(+)
Función de dirección confirmada de
una
Persona en una empresa.
Relación presunta entre dos entidades
C4
X2
X4
(-)
Función de dirección presunta de una
persona en una empresa.
Contabilización de relaciones.
La matriz relacional es fundamental para la elaboración del diagrama de
asociaciones. Sirve para representar cada relación pero también resalta el número
de relaciones de cada persona o entidad.
Las relaciones, consisten en contar el número de contactos de derecha a izquierda y
de abajo hacia arriba. Marcando los sentidos con una flecha se evitan errores.
La contabilización de relaciones tiene un doble objetivo:


Hacer resaltar la entidad que más contactos tiene (generalmente
ocupará el centro del esquema relacional).
Permitir un control de la exactitud del esquema relacional (contando el
número de relaciones dibujadas con relaci6n al número mencionado en la
matriz relacional).
Diagrama de asociaciones.- Mucha de la información que se utiliza en una
investigación está incluida en informes complejos y detallados. El problema básico
de los analistas de inteligencia es presentar la información de una manera
organizada y fácil de entender.
Los siguientes pasos deben seguirse al crear un diagrama de asociaciones:
1. Reunir toda la información obtenida por medio de informes, entrevistas y
vigilancias.
2. Leer la información para determinar nombres, organizaciones, números de
teléfonos, direcciones y números de licencias.
3. Construir un diagrama matriz de asociación.- Es un paso interno para crear un
diagrama de asociaciones. Se incluyen los nombres de individuos y
organizaciones.
4. Identificar los tipos de asociaciones.
5. Determinar la cantidad de asociaciones.
6. Dibujar un diagrama preliminar.
Se elaborará, según lo recogido en la matriz de relaciones. Para simplificar la
representación gráfica, las personas se representan mediante círculos y las
empresas mediante cuadrados (o rectángulos). Una vez representados personas
(círculos) y empresas (cuadrados), indicaremos las relaciones entre los mismos con
líneas. Líneas de trazo continuo en el caso de relaciones confirmadas y líneas de
trazo discontinuo en el caso de relaciones presuntas.
SIMBOLOS PARA DIAGRAGRAMAS DE ASOCIACIONES
Personas
Agencias, negocios, organizaciones.
asociaciones confirmadas
posible asociación; no está
confirmada.
Dirección, movimiento de dinero, de
drogas.
Esclarecimiento del diagrama de asociaciones.
Los diagramas de asociaciones muestran una correcta representación de las
relaciones indicadas en la matriz relacional. Pero las líneas que cruzan se pueden
confundir y hacer la interpretación más difícil.
El diagrama de asociaciones clarificado evitará que las líneas se crucen y deberá
crear un cierto equilibrio para hacer óptima la lectura visual.
INTELIGENCIA CRIMINAL
3. INVESTIGACIÓN DEL MODUS OPERANDI EN INTELIGENCIA CRIMINAL
Elementos para el establecimiento del Modus Operandi.
a) Antes.
Para el establecimiento de Modus Operandi es necesario saber la conducta que el
sujeto despliega antes de realizar la conducta delictiva.
Un robo sin violencia, o fraude, puede indicar no sólo que el delincuente no es
físicamente agresivo, o que no confía en sus poderes de persuasión, sino también
que el objeto del ataque se podría obtener en forma subrepticia con más facilidad.
Un robo subrepticio puede indicar que el ladrón es conocido por la víctima o que
intente permanecer en la comunidad y que podría ser identificado posteriormente, si
hubo contacto con la víctima durante la comisión del hecho delictivo.
Existen ocasiones en que el delincuente realiza una inspección previa del lugar
donde efectuará el ilícito, ya que puede desconocer las condiciones del lugar o las
medidas precautorias de seguridad tomadas por el dueño del mismo.
La selección de una víctima determinada puede ser el resultado de que halla
discutido en voz alta sus negocios en lugares públicos, de conservar sumas
elevadas de dinero en sus oficinas o traerlas en sus portafolios, a la contratación
libre de empleados eventuales, o al trato con personas que actúan en sociedades
inconvenientes.
Los puntos de entrada (ventanas, puerta trasera, azotea, etc.), pueden ser resultado
de la observación de la ausencia de un sistema de alarma o protección. El
conocimiento de las personas que frecuentan ciertas áreas a determinadas horas, y
la indicación de lugares que a horas específicas, frecuentan las personas que viven
allí, pueden dar como resultado el robo.
b) Durante.
Para el establecimiento de este elemento en el momento en que se está llevando a
cabo la conducta delictivo, qué actividades realiza el delincuente, frases utilizadas
por el delincuente en el momento que intercepta a la víctima.
Por ejemplo, si hablamos de un delito sexual, “esto es un asalto”, “coopera si no
quieres que te mate”, etc. si hablamos de un robo a casa habitación es necesario
establecer qué fue lo que robo, si sólo robo dinero y joyas o sólo robó obras de arte,
qué otra actividad realizó en el interior de la casa. Algunos delincuentes dejan como
sello característico que al encontrase en el interior del domicilio defecan y esta es
una característica del "Borrero".
c) Después.
Es necesario que una vez que el delincuente ha cometido la conducta delictiva,
saber cómo se fugó, por dónde se fuga y qué medios utiliza para fugarse, y si
hablamos de un robo a casa habitación, se sabe que el sujeto sale por la puerta
principal de acceso y tal vez se introdujo por la ventana, entonces decimos que se
fuga por la puerta de acceso y que posiblemente utilizó algún vehículo para trasladar
los objetos robados y darse a la fuga en el mismo vehículo.
d) Forma de operar.
Se refiere al proceder del delincuente y ayuda a determinar si el robo fue en el día,
durante la tarde o en la noche, aquí tenemos que establecer si el sujeto se dedica al
robo con violencia a pasajeros en microbús, o se dedica al robo a transporte y si ese
robo se lleva en las avenidas o ejes que confluyen en la Central de Abastos, o si es
un sujeto que realiza sus ataques sexuales en las inmediaciones de los parques
deportivos.
e) Incidencia delictiva.
Se da por medio del registro cartográfico y se deberá integrar con los siguientes
elementos:
Las bases de identificación cartográfica, demográfica y socioeconómica para la
referencia de conductas delictivas y las acciones para prevenirlas y perseguirlas.
Los registro de los índices delictivos y su referencia cartográfica, identificación, tipo
delictivo, tiempo y lugar de comisión.
Ubicación de áreas de conflicto y zonas de incidencia criminal en los perímetros
correspondientes.
Señalamiento de ubicación de las organizaciones criminales y sus tendencias.
Es necesario saber a qué delincuente nos enfrentamos tomando en consideración
los riesgos que podemos tener en el momento de su detención, a continuación se
señalan algunas características de ellos.
i.
Delincuente ocasional. Regularmente delincuentes primerizos o sujetos
que ocurren al delito por necesidades específicas. Cometen robos
diversos, sin planes preestablecidos o estrategias dirigidas, actúan en
grupo y desarrollan sus actividades básicamente en robo a transeúntes,
de auto partes, pequeños negocios, en transportes públicos o repartidores.
Suelen recurrir a la violencia, están armados y regularmente enfrentan a la
policía al momento de su captura. No cuentan con medio económicos para
enfrentar un procedimiento penal, fácilmente llegan al homicidio o en la
comisión de delitos agravados.
ii.
Delincuente habitual. Sus robos son habituales, es el autor intelectual y
ejecutivo, frío y calculador, rara vez violento, si es capturado tiende al
soborno y pocas veces se expone a enfrentar a la policía, es un sujeto que
realiza planes para efectuar sus delitos, utiliza cómplices para obtener
datos o información sobre el delito que va a cometer.
iii.
Delincuente profesional. Es el delincuente que se caracteriza por ser
autor intelectual y regularmente va a tener funciones de administración,
dirección o supervisión, tiene a su mando gente que es la encargada de
delinquir, se apoya en delincuentes verdugos que son criminales
irreflexivos, extremadamente violentos que manifiestan un desapego a la
vida humana, no sufren sentimientos de culpa, ni remordimiento alguno
por la privación de la vida o infligir cualquier clase de lesión física o moral.
Aún cuando proceden con planes determinados, no cuentan con una
agenda delictiva, regularmente actúan bajo el influjo de drogas o
enervantes, su conducta es incontrolada, suelen retar a la policía,
presentan características suicidas y se les considera como los más
peligrosos ya que es casi imposible definir cómo actuarán al ser
enfrentados por la policía, rara vez se someterán a la acción de la justicia.
Encuentran apoyo en el delincuente tipo vendetta o sicarios.
iv.
Delincuencia de mujeres y menores de edad. La mujer delincuente
cometen sus delitos regularmente sin violencia y en ocasiones e sutilizada
como señuelo para la ejecución de diversos delitos. Las conductas
delictivas y antisociales más frecuentes realizadas por las mujeres son:
prostitución, homicidio (predomina el delito de homicidio por identificación
emocional), robo, tráfico de drogas. Delincuencia juvenil. Encuentra sus
orígenes en una serie de factores internos (herencia, gestación,
deficiencia mental y enfermedades mentales) o externos (la familia, la
escuela, el grupo étnico, el barrio, la sociedad en general).
v.
Reincidencia. Se presenta cuando un sujeto delinque por segunda vez,
siempre que haya sido sentenciado por el mismo delito. Puede ser dos
tipos: Genérica. El sujeto delinque por segunda vez, al cometer un delito
de naturaleza diferente al primer delito. Específica. Se presenta cuando
el primero y el segundo son delitos de la misma naturaleza.
Aspectos que se deben tomar en cuenta en la investigación de delitos a través del
modus operandi.

La ocupación o experiencia del delincuente, está indicada por las
herramientas elegidas para el delito, así como la habilidad con que son
utilizadas.

Un probable responsable con incapacidades físicas, puede quedar eliminado
si el tipo de delito requiere o exige una persona ágil, a menos que se
encuentre evidencia de un cómplice más apto físicamente.
Información de modus operandi que debe de contener los informes.
1.- Hora del ataque o lugar y hora en que se cometió: debe anotarse la hora
exacta en que fue cometido el delito si se conoce; si se desconocen lugar y hora,
entonces debe anotarse en el informe todo el periodo. Muchos delincuentes
operan en horas específicas. Algunos perpetran sus delitos sólo en determinado
día o fin de semana, y así la hora constituye una característica para la
identificación.
2.- La persona atacada (tipo de víctima): esta subdivisión es congruente debido
a que los delincuentes suelen escoger como víctimas a personas que ejercen
determinada ocupación o pertenecen a cierta clase social. La información que aquí
se desea es el tipo de persona atacada, incluyendo sexo, edad, color, raza,
religión. No se utiliza el nombre de la víctima en el caso de que se trate de un
delito sexual o de secuestro.
3.- Propiedad atacada: aquí se describe el sitio donde fue cometido el delito,
especificando el lugar y el espacio. Para mejores propósitos de los informes
anotados en esta sección, calle, callejón, acera, carretera, lote vacío o campo,
pueden considerarse como el “lugar atacado”.
4.- Forma de ataque (punto de entrada): esta sección requiere información
respecto a cómo se cometió el delito y por qué fue posible. Este tipo de
información está determinado por la clase de delito que se cometió. En el caso de
robos muestran lo que indujo a la víctima a entregar sus propiedades. En “forma
de ataque” podría escribirse “golpes”, “amenazas”, “atada y amordazada”, etc., En
casos a robo a casa habitación, la forma de ataque se refiere al lugar de entrada y
a la forma en que fue efectuada la entrada, desprendimiento de las chapas, muro
horadado, etc. En casos de fraude, “forma de ataque” podría ser la presentación
de un cómplice a la víctima como una persona de importancia en la política, los
negocios, u otros campos.
5.- Medios de ataque (herramientas o equipo utilizado en la comisión de un
delito): debe informarse primero el objeto o el instrumento utilizado, para lograr la
entrada, en cuanto el tamaño y luego en cuanto al tipo: una pata de cabra, un gato
hidráulico, taladro, etc. La forma de ataque también puede ser “fuerza corporal”.
En el cuerpo del informe deben detallarse las marcas dejadas por el instrumento.
6.- Móvil del delito (por qué se cometió el delito o se intentó): el objeto podría
ser obtener dinero, joyas, pieles, armas de fuego, etc., (cualquier objeto sin
considerar su valor). En delitos en contra de las personas, “forma de ataque” o la
razón por la cual se haya cometido el delito, puede ser rescate, venganza o la
perpetración de otro delito, como homicidio. El objeto del ataque en un homicidio
puede ser robo o violación. En otro caso de homicidio podría ser procurarse una
propiedad o una herencia, satisfacer apetito sexual, etc..La propiedad identificable
que se anota en un informe como robada y después encontrada en posesión de
un sospechoso, tiende a conectar a esa persona con el delito.
7.- Peculiaridad del delincuente: esto se refiere a los hábitos personales
exhibidos por el mismo: tomó alimentos durante el delito, uso guantes, bajó las
persianas de las ventanas, dejó una nota, dañó maliciosamente la propiedad,
pretendió ser un cliente, defecó en alguna parte de la propiedad, etc. Algunos
delincuentes mientras cometen un robo permanecen callados y muestran
serenidad en sus actos; otros se muestran excitados y son demasiado
exagerados. Algunos perpetran actos sádicos o perversos que establecen su
“peculiaridad”. En términos generales, mientras más extraña sea la conducta, es
más importante su valor en la identificación del delincuente. Sin embargo el
investigador astuto y rápido descubrirá en todo delito alguna característica
individual que lo ayudará a identificar al culpable. La peculiaridad puede haberse
presentado, antes, durante o después de la comisión del delito.
8.- Frases utilizadas: cite en sus declaraciones palabra por palabra, si es posible.
En la investigación e informe de cualquier delito en dónde la víctima conversó con
el delincuente, debe darse atención especial a lo que el sospechoso dijo e hizo, lo
mismo a la descripción física. El probable responsable puede pronunciar mal una
palabra en particular o usar una expresión, muletilla, amaneramiento o dialecto
que ayudará a su identificación. Los hábitos de dicción rara vez cambian, en
especial cuando el individuo se encuentra bajo tensión y las órdenes tales
como:”levanten las manos”, “esto es un asalto”,”si gritas te mato”, “levántense”, “te
sacaré las tripas”, inconscientemente forman parte del modus operandi del
delincuente.
9.- Medio de transporte usado u observado: incluye año, marca, modelo, color,
número de placas y señas particulares (características extrañas), si se observó a
un vehículo llegando o abandonando la escena. Los datos descriptivos como tipo
de neumáticos, tapones, cubre asientos, emblemas, escapes, antenas, son útiles
para identificar un automóvil. También debe informarse de cualquier otro medio de
transporte o de viaje.
Se sugiere del siguiente trabajo sobre los homicidios de DeSalvo se
realice la hoja de vaciado de modus operandi teniendo como metodo el
deductivo, de lo general a lo particular, y se determine el antes, durante
y después. El perfil delincuencial del sujeto Y explique como utilizaría el
análisis estadístico en este caso así como la cartografía delictiva.
Al hablar de asesinos seriales nos surge la duda el por que este tipo de personas
actúan como lo hacen creando en nosotros ciertas dudas que nos hacen pensar y
analizar como son sus vidas que es lo que pasa por sus mentes para reaccionar de
esta forma y cometer los asesinatos llegando hasta este extremo.
La mayoría hemos pensado en delinquir o cometer un asesinato Es más en algunos
de los casos más de uno hemos llegado a pensar matar al estar en momentos de
trauma de mucha tensión
¿Pero qué es lo que diferencia a un asesino serial de un ciudadano normal que en
un día estresante piensa en asesinar a su padre, madre? ¿Cuáles son las
anormalidades existentes?, ¿Cuál es el modus operandi de cada asesino?.
¿ Quien era Albert DeSalvo?
Albert DeSalvo: sospechoso de los asesinatos en serie de Boston de los años 60.
“no era tan siniestro como parecía...
Matar a un ser humano es una extraña experiencia.”
“su sangre corre lentamente, deja un pequeño hilillo bermellón que lleva a un gran
círculo color escarlata. Es joven y bella, a muerto con honor y sin sufrimiento,
consciente de cual iba a ser su fin, su rostro no se ha visto perturbado ni por la
lágrima ni por el miedo, en cierta manera me siento orgulloso de aquella joven que
postrada a mis pies, desnuda y sobria camina con irrevocables pasos para no volver.
Un preciso corte hecho por mi mano ha sesgado su vida. Los ojos verdes como el
agua de un profunda mar aún están abiertos mirándome y quizá maldiciendo que
gente como yo habitase la tierra. Siento un profundo gozo viendo aquella silueta
recortada en el suelo y gozo aún más sabiendo que mi obra ha sido un trabajo
perfecto. Ahora llega hasta mi ese cúmulo de sensaciones que hacen que me pueda
olvidar de cualquier remordimiento, llega el éxtasis, comparable a lo que sienten los
que el polvo les siega el cerebro penetrando poco a poco pero con fuerza. Siento
que voy a morir ante tal gozo, siento que me tiembla todo el cuerpo, me siento dios,
todo el mundo está a mis pies, la luz se proyecta, y se refleja, la tiniebla se disipa, el
cielo y el infierno se juntan en uno, dios le da la mano a la bestia y ésta ríe ante dios.
Estos son los momento que me hacen que mi vida se haga llevadera, momentos
efímeros que merecen ser inmortalizados como obras de arte. Ni el más caro de los
cuadros, ni el mejor de los libros, ni el más sublime acorde se puede comparar a la
belleza del asesinato. La alevosía es la mejor de todas las drogas y el pintar a la
muerte la mejor de todas lar recompensas.-”
¿Quién es el estrangulador de Boston?
Cuatro décadas después de que un obrero se confesara culpable de una serie de
asesinatos y violaciones, los adelantos de la ciencia genética sugieren que el
“estrangulador de Boston”, quizá esté libre.
Los avances de la genética forense han agregado dudas al misterio del famoso
estrangulador, supuesto responsable de la violación y el asesinato de una docena de
mujeres.
Esto, no sólo resucita las dudas sobre la culpabilidad de DeSalvo, sino sobre la
existencia de un solo criminal -al que la crónica policial y la fantasía popular
bautizaron como 'el estrangulador de Boston'.
Y las dudas tienen ramificaciones: si DeSalvo no es el violador y asesino de 13
jóvenes en Boston entre el 14 de junio de 1962 y el 4 de enero de 1964 es posible
entonces que el verdadero criminal siga suelto, o que hayan sido varios violadores y
estranguladores, y que también están libres.
Características de su infancia:
Nacido en Chelsea, Massachussets, en septiembre de 1931, deSalvo fue, para
variar, el producto de un hogar violento. Frank su padre, un plomero con tendencias
alcohólicas, golpeaba con frecuencia a Charlotte, su mujer y a sus hijos, e incluso,
fue encarcelado en dos ocasiones antes del divorcio que dividió a la familia en 1944.
Albert, el tercero de seis hermanos, se convirtió muy rápido en víctima de su
progenitor. En una ocasión, el pequeño Albert fue golpeado en la espalda con un
tubo de plomo por no moverse lo suficientemente rápido. Cuando tenía 7 años
observó como su padre despedazaba de un golpe los dientes de su madre y rompía
cada uno de los dedos de una mano de ésta, doblándolos hacia atrás.
No es casual entonces que uno de los juegos preferidos de esa criatura que crecía
en un ambiente de sadismo permanente, fuera el colocar juntos en una caja amplia a
un perro hambriento y a un gato, para ver cómo el felino le sacaba los ojos al
famélico can; el mejor amigo del hombre, excepto de Albert, por supuesto.
Muy niño aprendió a robar aleccionado por su padre; de hurtos menores pasó muy
rápido al robo a casa-habitación con saldos mayores. A los 12 años ingresó a una
correccional de menores donde aprendió otras mañas, sí, pero de algún modo, pudo
escapar así, de las clases gratuitas de hurto y extrema violencia que impartía Frank,
su padre.
Finalmente, después de un largo historial de arrestos juveniles, se unió al ejército a
los 17 años y fue enviado a Alemania donde permaneció 5 años. A pesar de que
inicialmente se comportaba como un recluta indisciplinado, pronto se ganó la
simpatía de varios superiores y encontró en el boxeo una ligera tabla de salvación;
sobre todo al conquistar el campeonato militar de peso medio durante su estancia en
Europa.
Historia de desarrollo de Albert DeSalvo
Infancia y matrimonio.
Nació en Chelsea, Massachussets en septiembre de 1931, producto de un hogar
violento.
Padres:
Frank: plomero con tendencias alcohólicas, golpeaba a su mujer y a sus hijos.
Encarcelado en dos ocasiones.
Charlotte: máma de Albert DeSalvo.
A los 12 años ingresó al correccional de menores.
A los 17 años se unió al ejercitó y fue enviado a Alemania durante 5 años.
Irmgard: Esposa de Albert DeSalvo.
Joven de clase media, alemana.
Se la llevó a E.U.A. En 1958.
1958 nacimiento de Michael su primer hijo.
Judy su segunda hija, quien nació con cadera deformada.
El estrangulador de Boston
“Albert DeSalvo”
Asesinatos cometidos “1962-1964” principalmente en Boston Massachussets.
METODOLOGIA DE INVESTIGACION
Toda investigación sobre un homicidio del que se sospeche que puede ser obra de
un asesino en serie, comienza con el exhaustivo análisis de la escena del crimen.
Este análisis no se circunscribe a la clásica búsqueda de indicios, vestigios y
pruebas forenses presente en todas las investigaciones de homicidio, sino que
abarca otros muchos aspectos y consideraciones de tipo psicológico basados en los
estudios y la experiencia acumulada hasta la fecha.
Esta técnica se basa en la teoría de que en multitud de ocasiones, la conducta y
personalidad del criminal quedan reflejadas en la escena del crimen de igual modo
que la decoración de un hogar refleja el carácter de sus moradores.
El investigador puede obtener valiosísimos datos acerca del autor de los hechos
buscando pautas y tratando de identificar características de personalidad del
criminal, siendo capaz de detectar e interpretar pistas e indicios que por su propia
naturaleza no se prestan a las técnicas de recogida ordinaria: emociones de rabia,
odio, amor, irracionalidad, etc.
El resultado de este particular análisis psicológico de la escena del crimen de la
dinámica delictiva y de la victimología suele ser la obtención del perfil criminológico
del presunto autor de los hechos.
¿Como ubicaba a sus victimas?
Tipo de victimas:
Mujeres de edad avanzada
Estudiantes de 20 y 30 años, en las cuales se encontró una mujer de color.
Vivian solas en pequeños departamentos.
Fanáticas de la música clásica.
Mantenían relación con hospitales.
Métodos de estrangulamiento:
Utilizaba prendas de sus propios guardarropas.
Estrangulamiento con nudos muy peculiares
Personalidades de Albert DeSalvo.
“el medidor”
Elocuente impostor de busca-talentos a finales de los 50.
Objetivo: registrar las estadísticas corporales a las mujeres con una cinta métrica,
manoseando partes intimas durante el proceso.
“el hombre verde”
Llamado así por sus ropas de trabajo.
Inicia una racha de ataques sexuales en diversas áreas cercanas tales como
Massachussets, Connecticut, New Hampsphire, Rhode Island.
Asesino aproximadamente a 300 mujeres, pero confesó que había asesinado a mas
mujeres.
Víctimas del estrangulador de Boston
Se inicia la investigación en junio de 1962.
Es autor de al menos 11 crímenes detectados por la policía hasta la captura de éste,
en 1964.
Las víctimas eran preparadas para enfermizas fotografías necro-porno.
El cambió de ancianas a jóvenes se debió a que iba de una obsesión sexual a otra.
Victimas asesinadas por DeSalvo
Anna Slesers
Asesinada 14 junio de 1962
Nina Nichols de 68 años
Helen Blake
Enfermera jubilada
65 años
Sophie Clarck
Joven negra
20 años
Patricia Bissete
23 años
Asesina horas antes de la llegada de 1963.
Beverly Samans
23 años
Asesinada 6 mayo 1963
Evelyn Corbin
Asesinada 8 septiembre 1963
58 años
Joan Graff
23 años
Asesinada 23 de noviembre 1963.
Mary Sullivan
19 años
Asesinada 4 enero
METODO DEL CRIMEN CLASIFICACIÓN
Los agentes de la autoridad especialistas en asesinatos seriales, juntos con
psicólogos y psiquiatras han establecido que existe una característica fundamental
en la forma de cometer el asesinato, que determina la existencia de dos tipos de
asesino: el organizado y el desorganizado. La mayoría de los asesinos seriales son
organizados (3/4) del total de casos; esto porque usualmente su inteligencia esta por
encima del promedio. El resto, los desorganizados, son criminales solitarios en
extremo y sus crímenes muestran una irreprimible frustración, se da por sentado que
tienen un bajo nivel intelectual e inclusive padecen de algún desorden mental. Esto
último sucede, a la par de que son ya sociópatas.
Método del asesino organizado (Gacy, Bundy por ejemplo):
Se transporta a la escena del crimen en automóvil de modelo reciente, mismo que
usará para después llevar a la víctima viva o muerta.
Podemos resumir que el asesino planea detalladamente el crimen y se acostumbra
rápidamente a la dinámica.
Lleva consigo el instrumental para matar (cuerda, esposas, cloroformo, etc.)
La violación y tortura ocurren antes del asesinato, para gratificación del psicópata. El
crimen resulta un proceso alargado con el propósito de realizar la fantasía del
criminal, queda consciente de que el asesinato deja evidencia de sus acciones, por
lo que tratará de esconder o destruir las posibles pistas. Esconde, entierra o
destruye el cuerpo de la víctima, para evitar o alargar su posible captura.
El asesino puede en un futuro interesarse en el crimen (por él mismo cometido)
participando en las pesquisas de la policía o llamando a las hot lines dispuestas para
los familiares de las víctimas.
Método del asesino desorganizado (Berkowitz, Chase):
Usualmente llega y se va de la escena del crimen caminando, aunque también
puede llegar en auto.
El asesinato ocurre, "al calor del momento". No hay la exhaustiva planeación para
cometer el crimen.
No carga con un el clásico kit de herramientas para matar, tal vez use sus manos o
alguna arma punzocortante. Tal vez también use una pistola.
No existe contacto con la víctima hasta que el fatídico momento ocurre.
El ataque del asesino será furioso y decisivo. La víctima recibirá rápidas heridas que
serán desde un principio mortales.
Este tipo de asesino no se interesa por la evidencia que queda después del crimen.
Simplemente se marchará sin mayores consideraciones.
No se interesa por esconder el cuerpo de la víctima a quien deja donde haya muerto.
El asesino puede cometer canibalismo con el cadáver, e inclusive tomar "souvenirs"
para apaciguar su fetichismo.
Después del asesinato, no se interesará gran cosa por el asunto y tenderá a olvidar
el incidente.
El modus operandi ("manera de actuar" en sentido literal) es generalmente entendido
como los actos ejecutados por el delincuente para la comisión del delito y cuya
característica común es su repetición en sucesivos hechos similares.
La idea se basa en la tendencia del comportamiento humano a la adquisición de
hábitos propios, fenómeno bien conocido y estudiado por la psicología.
Desafortunadamente, en muchas ocasiones la errónea interpretación del concepto
como algo estático, es decir, que no cambia con el tiempo, ha limitado grandemente
las posibilidades de éxito en su aplicación. Es muy frecuente la inclinación de los
investigadores a pensar que, una vez identificado el modus operandi de un
delincuente, aquel permanece invariable.
Esta rigidez impide a menudo relacionar casos al detectar la variación de uno o
varios de los elementos que componen un modus operandi determinado,
desechando por tanto la citada relación. Ello supone un grave error, ya que otra de
las. características del comportamiento humano es la capacidad de aprendizaje.
El modus operandi es una conducta aprendida, dinámica y maleable.
Así, variará frecuentemente entre el primer delito y los siguientes, y su grado de
evolución es un útil indicio acerca de la personalidad y circunstancias del
delincuente. Ejemplo de ello sería el caso en que se detecta un refinamiento
sustancial y súbito en un modus operandi de un delincuente conocido, lo que puede
significar un reciente encarcelamiento durante el cual ha perfeccionado su técnica a
través del contacto con otros delincuentes más avezados (Douglas y Munn, 1992).
Como ya se ha visto, la respuesta de la víctima también tiene una significativa
influencia en la evolución del modus operandi, sirviendo al agresor de experiencia y
referente para el futuro.
Otro aspecto importante en el estudio de la conducta del delincuente es la
denominada " firma" o sello personal. La distinción con el modus operandi se
fundamenta en que los actos ejecutados y que conforman éste son (al menos desde
el punto de vista del criminal) necesarios para llevar a cabo con éxito su acción.
Por el contrario, los actos que configuran la firma son innecesarios desde el punto de
vista práctico, van más allá de las acciones imprescindibles para cometer el crimen y
son parte integral del comportamiento del sujeto, que se ve compelido a realizarlos
con el fin de satisfacer ciertas necesidades de origen psicológico. En consecuencia,
la identificación de estas necesidades así como de sus causas constituye un asunto
de vital importancia para el investigador en orden a la futura elaboración del perfil
psicológico del presunto autor de los hechos.
En este sentido es útil el estudio de los actos realizados por el asesino con su
víctima durante todo el proceso criminal (si le vendó los ojos, si desfiguró su rostro,
si se llevó trofeos o recuerdos, si hubo cautiverio previo, desmembramiento,
necrofilia o inserción de objetos, etc.).
No obstante, este sello personal puede no llegar a manifestarse en cada delito,
debido a contingencias inesperadas tales como interrupciones o respuestas;
imprevistas de la víctima (Douglas y Munn, 1992).
¿ Como describen al asesino y Quien lo describe?
HURKOS
SENSITIVO HOLANDÉS CON CAPACIDADES DE VIDENCIA.
LLEGA EL 29 ENERO A LA CD DE BOSTON.
DESCRIBE AL ASESINO COMO:
HOMBRE DELGADO, 1.70 MTS, 60 O 70 KILOS, CICATRIZ EN EL BRAZO
IZQUIERDO, NARIZ PUNTIAGUDA Y UNA SEÑA PARTICULAR EN UN PULGAR.
FUE CAPTURADO POSIBLE SOSPECHOSO CON AMPLIO HISTORIAL DE
ENFERMEDADES MENTALES Y CUYA DESCRIPCIÓN CORRESPONDÁI A LA
PERFECCIÓN, PERO SE COMPROBÓ SU INOCENCIA.
HURKOS FINALIZÓ SU COLABORACIÓN EN FEBRERO DE 1964.
SE DIO UNA RECOMPENSA POR LA BÚSQUEDA DEL ESTRNGULADOR.
3 DE NOVIEMBRE FUE DETENDO UN PRESUNTO SOSPECHOSOS. EL
SOSPECHOSO COMÚN CONFESÓ UNA LARGA SERIE DE VIOLACIONES AL
HOSPITAL PARA ENFERMOS MENTALES ALLÍ TRABO UNA AMISTAD CON UN
PERSONAJE CLAVE; GEORGE NASSAR, BRUTAL ASESINO CONVICTO.
NASSAR DEDUJÓ QUE SU COMPAÑERO DESALVO ERA SIN DUDA EL
ESTRANGULADOR CON LAS MISMAS CARACTERÍSTICAS QUE PREDIJÓ
HURKOS.
LAS AUTORIDADES SOMETIERON A INTERROGATORIO
CONFESÓ QUE ANEXÓ UN PAR DE ASES MAS A SU CUENTA.
A
DESALVO;
NUEVAS VÍCTIMAS
MARY MULLEN
85 AÑOS
ASESINADA 28 JUNIO DE 1962
“MANIFESTÓ ALBERT DESALVO QUE FUE UNA MUERTE ATRIBUIDA A UN
ATAQUE AL CORAZÓN, CUANDÓ DESALVO ENTRÓ A SU DEPARTAMENTO.”
MARY BROWN
69 AÑOS
ASESINA EN 9 MARZO DE 1963.
VICTIMA SOBREVIVIENTE
CAMARERA ALEMANA
FEBRERO DE 1963
Método del asesino organizado (Gacy, Bundy por ejemplo):
Se transporta a la escena del crimen en automóvil de modelo reciente, mismo que
usará para después llevar a la víctima viva o muerta.
Podemos resumir que el asesino planea detalladamente el crimen y se acostumbra
rápidamente a la dinámica.
Lleva consigo el instrumental para matar (cuerda, esposas, cloroformo, etc.)
La violación y tortura ocurren antes del asesinato, para gratificación del psicópata.
El crimen resulta un proceso alargado con el propósito de realizar la fantasía del
criminal.
El criminal queda consciente de que el asesinato deja evidencia de sus acciones,
por lo que tratará de esconder o destruir las posibles pistas.
Esconde, entierra o destruye el cuerpo de la víctima, para evitar o alargar su posible
captura.
El asesino puede en un futuro interesarse en el crimen (por él mismo cometido)
participando en las pesquisas de la policía o llamando a las hot lines dispuestas para
los familiares de las víctimas.
Método del asesino desorganizado (Berkowitz, Chase):
Usualmente llega y se va de la escena del crimen caminando, aunque también
puede llegar en auto.
El asesinato ocurre, "al calor del momento". No hay la exhaustiva planeación para
cometer el crimen.
No carga con un el clásico kit de herramientas para matar, tal vez use sus manos o
alguna arma punzocortante. Tal vez también use una pistola.
No existe contacto con la víctima hasta que el fatídico momento ocurre.
El ataque del asesino será furioso y decisivo. La víctima recibirá rápidas heridas que
serán desde un principio mortales.
Este tipo de asesino no se interesa por la evidencia que queda después del crimen.
Simplemente se marchará sin mayores consideraciones.
No se interesa por esconder el cuerpo de la víctima a quien deja donde haya muerto.
El asesino puede cometer canibalismo con el cadáver, e inclusive tomar "souvenirs"
para apaciguar su fetichismo.
Después del asesinato, no se interesará gran cosa por el asunto y tenderá a olvidar
el incidente.
El modus operandi ("manera de actuar" en sentido literal) es generalmente entendido
como los actos ejecutados por el delincuente para la comisión del delito y cuya
característica común es su repetición en sucesivos hechos similares.
La idea se basa en la tendencia del comportamiento humano a la adquisición de
hábitos propios, fenómeno bien conocido y estudiado por la psicología.
Desafortunadamente, en muchas ocasiones la errónea interpretación del concepto
como algo estático, es decir, que no cambia con el tiempo, ha limitado grandemente
las posibilidades de éxito en su aplicación. Es muy frecuente la inclinación de los
investigadores a pensar que, una vez identificado el modus operandi de un
delincuente, aquel permanece invariable.
Esta rigidez impide a menudo relacionar casos al detectar la variación de uno o
varios de los elementos que componen un modus operandi determinado,
desechando por tanto la citada relación. Ello supone un grave error, ya que otra de
las. características del comportamiento humano es la capacidad de aprendizaje.
El modus operandi es una conducta aprendida, dinámica y maleable.
Así, variará frecuentemente entre el primer delito y los siguientes, y su grado de
evolución es un útil indicio acerca de la personalidad y circunstancias del
delincuente. Ejemplo de ello sería el caso en que se detecta un refinamiento
sustancial y súbito en un modus operandi de un delincuente conocido, lo que puede
significar un reciente encarcelamiento durante el cual ha perfeccionado su técnica a
través del contacto con otros delincuentes más avezados (Douglas y Munn, 1992).
Como ya se ha visto, la respuesta de la víctima también tiene una significativa
influencia en la evolución del modus operandi, sirviendo al agresor de experiencia y
referente para el futuro.
Otro aspecto importante en el estudio de la conducta del delincuente es la
denominada " firma" o sello personal. La distinción con el modus operandi se
fundamenta en que los actos ejecutados y que conforman éste son (al menos desde
el punto de vista del criminal) necesarios para llevar a cabo con éxito su acción.
Por el contrario, los actos que configuran la firma son innecesarios desde el punto de
vista práctico, van más allá de las acciones imprescindibles para cometer el crimen y
son parte integral del comportamiento del sujeto, que se ve compelido a realizarlos
con el fin de satisfacer ciertas necesidades de origen psicológico. En consecuencia,
la identificación de estas necesidades así como de sus causas constituye un asunto
de vital importancia para el investigador en orden a la futura elaboración del perfil
psicológico del presunto autor de los hechos.
En este sentido es útil el estudio de los actos realizados por el asesino con su
víctima durante todo el proceso criminal (si le vendó los ojos, si desfiguró su rostro,
si se llevó trofeos o recuerdos, si hubo cautiverio previo, desmembramiento,
necrofilia o inserción de objetos, etc.).
No obstante, este sello personal puede no llegar a manifestarse en cada delito,
debido a contingencias inesperadas tales como interrupciones o respuestas;
imprevistas de la víctima (Douglas y Munn, 1992).
CARACTERÍSTICAS DE UN ASESINO SERIAL
Los asesinos seriales suelen tener de veinte a treinta años, son varones blancos,
heterosexuales que son sexualmente disfuncionales y con la autoestima baja. Sus
alborotos metódicos casi siempre son sexuales en su naturaleza.
Sus matanzas normalmente son parte de una fantasía detallada que los lleva a un
clímax en el momento de su arranque asesino. Los asesinos seriales generalmente
matan a extraños con períodos de tranquilidad entre cada crimen. Muchos disfrutan
de la sodomía (penetración anal), el canibalismo (comer carne humana), la necrofilia
(tener sexo con cadáveres) o la pedofilia (sexo con niños) y conservan como trofeos
las partes del cuerpo, como muestra de la evolución de su trabajo.
En su mayoría se interesan por las mujeres y niños de su misma raza. Las
prostitutas, peatones y conductores estacionados son las víctimas elegidas. A
algunos asesinos homosexuales les gusta atrapar adolescentes y gays. Los
asesinos seriales hembras tienden a ser "viudas negras" que matan una sucesión de
maridos, amantes, u otros miembros de la familia. Ellos también pueden ser
enfermeras u otros profesionales médicos que se vuelven "Ángeles autoelegidos de
la Muerte" que asesinan a bebés, a gente mayor, o a enfermos terminales en un
esfuerzo para liberarlos de su sufrimiento.
El siguiente texto se proporciona para apreciar la utilización de la investigación científica del
delito de acuerdo al modelo frances del antes, durante y después
SERVICE DE COOPERATION
TECHNIQUE INTERNATIONALE
DE POLICE
-oOo-
DELEGATION DE MEXICO
La investigación
del crimen.
Redactado en México, en enero y febrero del 2000
por el Comandante de Policía Jean Pierre CODERCH
del Servicio de Cooperación Técnica Internacional de Policía.
GLOSARIO :
Capitulo I
A- La investigación criminal
B- La inspección del cadáver
IIIIII-
Antes
Durante
Después
C- La investigación de un caso
Capitulo II
A- la Toma de declaración
- la toma de denuncia
- la toma de confesión
- la declaración de un menor
p. 04
p. 11
p. 13
p. 15
p. 21
p. 25
p. 56
p. 64
p. 65
p. 66
B- El caso estudiado
p. 70
C- El fichero Canonge
- el fichero manual Canonge
- el fichero informatizado Canonge
p. 75
p. 76
p. 100
Capitulo III
I- Los resultados de los diferentes peritajes p 106
II- Los informantes
p. 118
III- Otros métodos de inteligencia
p. 123
IV- El caso estudiado
p. 126
A- LA INVESTIGACION CRIMINAL :
La investigación criminal representa el medio, a través del cual, se descubren los
indicios que permiten llevar a cabo la persecución de los delitos con éxito.
Los tres principios que rigen al investigador son :
 una profunda preocupación por los derechos humanos
 una estricta legalidad
 el empleo de métodos apropiados.
Cualquier investigador sabe que, para llevar a cabo con éxito una
investigación criminal, es necesario contestar las seis preguntas básicas del
periodismo, ya que las dos profesiones son muy parecidas en ciertos puntos. En
efecto, contestar a la pregunta
Quién :
Es conocer la identidad del imputado,
Qué
:
Es enterarse de lo sucedido,
Cuándo
:
Es tener el dato, sumamente importante, de la hora y el
día,
Dónde:
Es identificar el lugar de los hechos,
Por qué
:
Es tener conocimiento del motivo del ilícito,
Cómo :
Es determinar las circunstancias del caso.
En varios países las palabras de policía judicial designan a los que cumplen
con funciones de policía judicial, y en México a la policía judicial o a la policía
ministerial. Pero la policía judicial es también una función durante la investigación
criminal. Esta función de policía judicial, la define en Francia, el articulo 14 de
nuestro código de procedimientos penales :
“La policía judicial constata las infracciones ante la ley penal, recolecta las
pruebas para identificar a los autores y los entrega a la Justicia, mientras un Juez de
Instrucción no conoce del caso”.
Aquí se define entonces el trabajo del investigador :

constatar las infracciones

recolectar las pruebas

buscar a los autores

entregarlos a la Justicia
Esta definición subraya la importancia fundamental de la inspección en
materia de investigación, ninguna investigación no puede iniciar sin constatar esta
infracción.
Esta inspección permitirá encontrar evidencias que nos conducirán a
identificar el autor de este ilícito.
Para hacer una buena inspección se necesita .

material adecuado, para recolectar las evidencias en buenas
condiciones,

metodología para no olvidar detalles en el lugar de los hechos

un acordonamiento del lugar de los hechos, para permitir a los
que están encargados de la inspección, trabajar con calma y con
más eficiencia.
La investigación criminal inicia cuando los que tienen funciones de policía
judicial, en el sentido general, se enteran de la comisión de un acto delictivo. El dato
que va a permitir iniciar la investigación puede tener diferentes fuentes :

llamada de la central de radio de la policía (alarmas bancarias)

denuncia de la víctima

de iniciativa (por ejemplo en flagrancia)

llamada de un testigo.
Cuando ya se tiene conocimiento de la comisión del hecho, y después de
averiguar, en ciertos casos, la certeza de este dato, tendremos que avisar ciertas
personas, como son el Agente del Ministerio Público y los criminalisticos de campo si
es necesario, y luego transportarnos al lugar de los hechos para hacer una
inspección previa.
La central de radio, en la cual se encuentran normalmente operadores que
conocen perfectamente la ciudad, tiene un papel muy importante ya que nos va a
enterar en seguida, de la peligrosidad del lugar en donde se sucedieron los hechos.
Este sencillo trabajo de inteligencia es muy importante, ya que va a condicionar el
número de funcionarios que van a asistir al acto de inspección y el material que nos
vamos a llevar.
No se actuará de la misma forma, si uno tiene que hacer una inspección en
una calle de la colonia Doctores o Buenos Aires en el Distrito Federal, que si el
mismo acto tiene que realizarse en el Paseo de la Reforma.
Es obvio que en el primer caso tendremos que llevar con nosotros varios
funcionarios encargados de prestar seguridad mientras estaremos haciendo la
inspección y que será preferible cargar chalecos antibalas y armas largas, para
repeler cualquier agresión.
Antes de salir de la oficina y con los datos que tenemos, referente a la
peligrosidad del lugar en donde se va a hacer la inspección, vamos a recuperar el
material adecuado para actuar en condiciones optimas de seguridad y de eficiencia.
Se necesitara dar instrucciones para que la policía preventiva o municipal se
encargue de acordonar perfectamente el lugar de los hechos.
Llegando al lugar de los hechos, y después de haberse reportado con la
central de radio para anunciar nuestra llegada en el lugar de la inspección, la
primera cosa que hay que hacer es contactar a los policías uniformados que para
que acordonen la escena del crimen, para enterarse de lo ocurrido y conocer los
primeros elementos recopilados.
Aunque parezca anodino, es sumamente importante contactar a los
uniformados cuando uno llega en el lugar de los hechos, por varias razones :
 enterarse de cómo viene el acordonamiento del lugar y aportar ciertas
modificaciones si se necesitan.
 Conocer si la escena del crimen se encuentra tal como lo encontraron los
uniformados cuando llegaron o si hubieron algunas modificaciones.
 Saber si hubo testigos del hecho y dónde se encuentran.
 Enterarse de si existen algunos indicios, tales como número de vehículos
para
 fuga de los asaltantes, nombre de la víctima o de los autores.
Si existen testigos tenemos que separarlos después de una primera
entrevista, para enterarnos muy rápidamente de lo que pasó. Estos datos sirven
para hacer unas primeras difusiones si son necesarias, ya que no es muy
aconsejable tomar la declaración de los testigos en el lugar de los hechos, es
preferible tomarlas en nuestra oficina.
Se distribuye después el papel que desarrollará cada uno de los funcionarios
del grupo de investigadores, en Francia la costumbre es que el policía de grado más
alto, con más experiencia en estos asuntos, se encargue de la inspección y el del
menor grado haga las funciones de secretario, anotando todo los detalles de la
inspección.
Antes de empezar la inspección, se hace un recorrido muy rápido de la
escena del crimen, ya sea en espírala, en cuadrantes o en zigzag, para intentar
localizar los diferentes indicios que se pueden encontrar en este lugar. Pisadas,
soportes de huellas dactilares, trazas de violencias, trayecto de fuga, casquillos o
proyectiles, gotas de sangre, colillas de cigarrillos o cualquier objeto que nos
parezca interesante para la investigación.
Este recorrido rápido de la escena del crimen, nos debe permitir entender, lo
que ocurrió en este lugar, identificar los indicios y marcarlos en el suelo con señales,
para facilitar el trabajo de los expertos.
Después, dejaremos actuar a los expertos, para fijar la escena del crimen con
fotografías y un plano, para levantar las huellas dactilares, recuperar los elementos
como proyectiles, casquillos o armas para enviarlos a la balística.
Después de la actuación de los peritos, vamos a iniciar la inspección,
inspección que veremos con más detalles en la última parte de la ponencia. Las
etapas más importantes de esta inspección son la identificación de la víctima, la
recolección de los indicios, la ubicación y la descripción de las heridas, determinar la
hora aproximada de la muerte.
Cuando está plenamente identificada la víctima, es necesario entregar estos
datos a la sede de nuestra unidad, para iniciar un trabajo de búsqueda en los
archivos delincuenciales y si encontramos algunos datos sobre la víctima, esto nos
dará un enfoque para nuestra investigación. Es cierto que si la víctima era conocida
como vendedor callejero de droga, es en este ámbito que vamos a orientar nuestra
investigación.
Mientras algunos se encargan de la inspección, otros se van a encargar de
las investigaciones de vecindario. Esta tarea es muy importante, ya que es la que
nos va a permitir encontrar testigos del hecho delictivo. Esta investigación se hace
en los lugares cercanos de la escena del crimen, pero se necesitara hacerla también
en todo el trayecto de fuga si se logra determinarlo.
Cuando se logra determinar la hora aproximada de la muerte, en los casos de
homicidios, la investigación de vecindario se hará en los días que siguen la
inspección.
Regresaremos el día siguiente de la inspección a la misma hora determinada
de la muerte, y la semana siguiente, el mismo día y a la misma hora supuesta de la
muerte, para quizás, encontrar una persona que está en un lugar determinado a
cierta hora o en ciertos días, y que hubiera sido testigo de los hechos, pero que
como cualquier individuo, testigo de hechos tan graves, no va a esperar la llegada
de la policía.
Se puede pensar en una persona que sale de una oficina o de su casa a la
hora de los hechos o un vendedor callejero o una tienda abierta en un momento
determinado, quienes se encontraban en la escena del crimen, pero que no vamos a
encontrar una hora después cuando se llega al lugar de los hechos. Estas personas
son testigos importantes que no se van a presentar por su propia iniciativa, pero que
podemos identificar haciendo estas investigaciones de vecindario.
Ya después, se procede al levantamiento del cadáver, averiguando que los
indicios y la ropa del cadáver sean embalados, rotulados y entregados a los peritos
para se hagan los peritajes pertinentes.
Vamos entonces a regresar a nuestra oficinas, encargándonos de llevar a los
testigos, siempre teniéndolos aislados, para impedir que se pongan de acuerdo y
tener al final una sola versión de los hechos, la cual puede ser muy diferente de lo
que pasó realmente. Ocurre muy a menudo que una persona que no vio casi nada
de la escena, pero que tiene mucha influencia sobre los demás, alcance a dar su
versión, falsa, y a persuadir los otros de que esta versión es la buena. Este
aislamiento debe continuarse en nuestras oficinas, ya que no sirve para nada aislar
a los testigos en el lugar de los hechos y en el trayecto, para dejarlos después solos
durante horas sentados todos en un mismo banco en el pasillo de las oficinas, para
que se coordinen.
Regresando a la oficina hay otros pasos muy importantes a seguir. La primera
cosa es enterarse de lo encontrado en los archivos delincuenciales referente al caso.
Estos datos pueden ser completados por una búsqueda en diferentes
entidades como la secretaria de hacienda, para conocer los bienes que detiene la
víctima, ubicar su domicilio si todavía no lo tienen ubicado, conocer con Telmex sus
números de teléfono, sus celulares o beeper, para solicitar más tarde el listado de
las llamadas efectuadas o recibidas en las diferentes líneas telefónicas, una de ellas
puede ser una cita con el homicida o tener algo que ver con el asunto.
Si la víctima ha sido detenida, ver con la Secretaria de Gobernación en donde
fue detenida, con quién y cuáles fueron los asuntos que condujeron esta persona a
la cárcel. Muy a menudo los delincuentes siguen trabajando en las mismas áreas, es
decir que un estafador sigue estafando, un atracador atracando y un narcotraficante
en los asuntos de estupefacientes. Estos datos nos permitirán encontrar en que
ámbito debemos orientar nuestra investigación y mover a nuestros informantes.
En Francia, en los casos de asesinatos, y más que todo en cualquier asunto
de arreglos de cuentas, siempre interceptamos la línea telefónica de la víctima y
hacemos un cateo de su casa en seguida, para intentar encontrar durante esta visita
domiciliaria agendas o documentos que nos van a permitir orientar nuestra
investigación. La intervención telefónica legal, muy restringida en México, es de uso
común y corriente en Francia en los asuntos graves. Nos ha dado buenos
resultados, pero ya con el uso de los celulares es más difícil para nosotros policías
interceptar llamadas telefónicas.
En Francia, la ley impone a los policías en las investigaciones de homicidio,
asistir a las autopsias. Es para nosotros una fuente de datos muy importante para el
arranque de la investigación. Nos permite tener muy rápidamente el dictamen de los
médicos legistas y enterarnos de como sucedió la muerte.
Confortar nuestras observaciones, en el lugar de los hechos, con el peritaje
de los expertos y sobre todo intercambiar lo que nosotros vimos durante la
inspección, con las constataciones del médico.
Este intercambio es importante para las dos partes, para el médico legista
para saber como se encontró el cuerpo, cuales eran las condiciones climáticas
(lluvia, calor), y para el investigador, permite aclarar ciertas dudas.
Tomemos las declaraciones de los testigos y los que son susceptibles
identificar a los autores del acto, los citaremos en nuestras oficinas de criminalista de
campo para confeccionar un retrato hablado y consultar los archivos especializados
como es el fichero Canonge.
Este fichero es un fichero particular, en el cual la clasificación no se hace con
los nombres, apellidos y fecha y lugar de nacimiento de las personas como en los
ficheros tradicionales, sino con los datos morfológicos de las personas archivadas.
Estos datos son la raza y el sexo de la persona, su contextura y su estatura,
cicatrices, tatuajes y señas particulares, su edad. Este fichero permite, con los datos
recopilados en la declaración del testigo, presentarle una serie de fotografías
correspondientes al individuo descrito por el testigo, sin tener que presentarle un
montón de fotos con el riesgo de dañar la imagen que el testigo tiene en su mente.
Con los diferentes datos recopilados con los testigos, la inspección, los
informantes, vamos a iniciar la búsqueda del autor del hecho punible. Si logramos
ubicar el autor después de algunas vigilancias y seguimiento se va a llevar a cabo la
detención del imputado. En Francia, con las personas peligrosas, intentaremos
detenerlas cuando salgan de su casa, evitamos, cuando lo podamos, hacer detener
personas peligrosas en sus casas, y si no podemos actuar de manera diferente
solicitamos el apoyo de los grupos de choque de la policía.
Siempre después de la detención del autor, hacemos un cateo de su
casa o de su departamento, para buscar elementos que nos permitan involucrarlo en
el asunto tratado. Estos elementos pueden ser armas en materia de homicidios, pero
también documentos, la vestimenta descrita por los testigos en la cual pueden
subsistir algunos residuos de disparo
En Francia después de la detención tomamos la declaración del autor con su
confesión.
Vamos a aprovechar la detención del individuo para hacer su reseña, este
acto sencillo durante el cual se tomarán varias fotos del individuo, foto de frente de
perfil y de pie, y se va a llenar la ficha decadactilar, es sumamente importante, ya
que es la memoria de la policía y no hay policía judicial sin memoria. Además son
estos datos que se van a almacenar en nuestros ficheros especializados como son
el fichero Canonge y el fichero automatizado de huellas digitales, sistema conocido
en México como sistema AFIS.
En los casos graves, como son los casos de homicidios no hacemos careos
para no arriesgar la vida de los testigos, pero muy a menudo hacemos un
reconocimiento en fila de personas, presentando a los testigos, para una última
identificación formal, al imputado dentro de un grupo de personas de rasgos
similares.
Para terminar el último acto es recopilar todas las actas que van a conformar,
el expediente para presentar antes de un término de 48 horas al imputado al
Procurador de la República, con todo el expediente. Como lo vimos en la primera
parte de la ponencia, el Procurador después de apreciar los cargos que tenemos en
contra de la persona, abre una información ante un Juez de Instrucción y la policía
ya no podrá más actuar si no con la orden escrita de este Juez, es lo que llamamos
en Francia la comisión rogatoria.
B- La inspección del cadáver :
Vamos a estudiar ahora la inspección del cadáver, con más detalles, es decir
para ubicarnos en el tema de la investigación criminal, y para ser más preciso
iniciaremos esta inspección cuando los investigadores llegan al lugar de los hechos.
Para entender la importancia de la inspección del cadáver, hay que hacer
notar que en materia de homicidio hay tres actores :
 el autor ya sea material o intelectual,
 el testigo,
 la víctima.
En el lugar de los hechos, en la mayoría de los casos, vamos a encontrar
algunas veces, muy escasas, al autor del acto, muchas veces al testigo, y casi
siempre a la víctima. Esta observación hace que la víctima sea el elemento esencial
que nos va a permitir iniciar en buenas condiciones la investigación. Por eso en
todos los casos la primera cosa que tenemos que hacer es buscar quién es la
víctima y si se puede porqué es la víctima.
Para estudiar en detalles la inspección del cadáver, vamos a dividir esta
ponencia en tres partes : lo que hacemos antes de la inspección, durante y después.
Un refrán define perfectamente la inspección : OJOS SI - MANOS NO, lo que
significa que antes de ser manual la inspección tiene que ser visual, y esto les
evitará pisar la escena del crimen dañando así muchas evidencias.
La inspección del cadáver sirve para :
 identificar a la víctima, o por lo menos conocer su descripción morfológica para
una eventual identificación,
 determinar las causas de la muerte,
 enterarse si la muerte fue natural,
Si fue un suicidio,
Si la muerte fue accidental o criminal,
 Buscar evidencias e indicios
 Identificar a los testigos eventuales
 Identificar a un autor

1- ANTES :
Llegando al lugar de los hechos, como lo vimos anteriormente hay que
enterarse de lo que ocurrió hablando con los policías uniformados que acordonaron
la escena del crimen mientras llegaban los investigadores.
Vamos a delimitar una área restringida y acordonar esta área con cinta
amarilla o con policías uniformados para impedir la entrada de cualquier persona en
esta área. Este acordonamiento permite trabajar con seguridad y tranquilidad
durante la inspección, lo que es fundamental para la eficiencia de este acto.
En Francia la alteración de los indicios es una contravención o un delito según
los casos y esta pena se puede aplicar a cualquier persona, por ejemplo a los
policías preventivos, quienes llegando en el lugar de los hechos recuperan armas y
casquillos o evidencias aunque sea para entregarlos a la policía ministerial, pero
violan la ley dañando la escena del crimen.
Esta infracción prevista por el articulo 55 de nuestro código de procedimientos
penales comenta :
“ en cualquier lugar en donde un crimen se ha cometido, está prohibido, a
toda persona no habilitada, sin incurrir en la pena de multa prevista para las
contravenciones de 4a categoría, de modificar la escena del crimen y levantar
muestras, antes que los investigadores hayan hecho las primeras constataciones.
Sin embargo si estas modificaciones o levantamientos se hicieron por razones
de seguridad o de salubridad pública, o para auxiliar a las víctimas, no se cometerá
la infracción.”
La multa es de 800 dólares y en ciertos casos cuando esto se hizo para
obstaculizar la verdad, la contravención se convierte en delito, la persona incurrirá
en una pena de 3 años o 5 años si se trata de alguien que tiene poderes de
investigación
Antes de iniciar la inspección del cadáver, tendremos que averiguar los signos
de vida o de muerte, es obvio que si la víctima presenta signos de vida, la primera
cosa que hay que hacer es auxiliarla, antes de empezar la inspección.
Como ya lo hemos visto, aislaremos a los testigos para impedir que tengan la
oportunidad de entregarnos una versión común de los hechos. Cada uno puede
tener una parte de la escena y es el investigador, y solo el, quien tiene que juntar
todos los elementos de este rompecabezas.
Se hace después una inspección rápida del lugar de los hechos. Esta
inspección rápida de la escena del crimen, permite notar si en algún lugar se
encuentran evidencias o indicios. Si este es el caso hay que protegerlas, si son
manchas de sangre, huellas dactilares o pisadas, se señalaran con una tiza o con
una escarapela tratándose de casquillos, proyectiles, las armas o colillas.
Esta visita es obligatoria cuando la inspección se hace en un recinto cerrado,
como lo pueden ser una casa o un departamento. Siempre hay que tener en la
mente, que aunque el lugar sea acordonado, el homicida todavía puede estar
presente en el departamento, escondido en un cuarto o en cualquier lugar, y que en
un momento dado, durante la inspección puede surgir, arma en mano y disparar
para intentar fugarse.
Por eso esta visita del lugar de los hechos se tendrá que hacer respetando las
normas de seguridad, que uno puede emplear durante un cateo por ejemplo.
Hallando un arma de fuego, y sobre todo si la inspección se hace en un
campo abierto, la levantaremos sin tardar, antes tendremos que fijar esta evidencia
con una serie de fotos, ubicarla en el plano, quizás buscaremos huellas dactilares,
pero tendremos muy rápidamente que sacarla de la vista de la gente. Es un riesgo
muy grande dejar un arma en el lugar de los hechos, la vamos entonces a recuperar,
pero antes de embalarla y rotularla, se necesita neutralizarla. Neutralizar un arma es
descargarla es decir, si se trata de una pistola, sacar el proveedor y sacar el
cartucho que puede tener en la recamara. Cada una de las diferentes partes de esta
arma, se van a colocar en bolsas de papel diferentes, para mandar todos estos
elementos al laboratorio de balística, y a su vez una bolsa diferente para cada uno
de los elementos. El investigador que manda un arma, a un laboratorio sin
neutralizarla, se convierte en asesino.
Cuando ya se han localizado las diferentes evidencias, vamos a fijar la
escena del crimen. Con una serie de fotos, fotos generales o de conjunto, como es
la foto del barrio donde se encuentra el inmueble, en el cual ocurrieron los hechos,
fotos de semi-conjunto por ejemplo la entrada del inmueble, la puerta del
departamento en el cual fue hallado el cuerpo, el cuarto donde está el occiso, para
seguir con fotos de detalles de la víctima y de las evidencias encontradas, para
finalizar con la foto de identificación del rostro de la víctima.
Después vamos a levantar un plano, en este plano que debe ser muy
completo deben aparecer los muebles de los cuartos, los puntos fijos en campo
abierto, el cadáver, la ubicación de las evidencias, la identificación de los puntos
cardinales. Para amarar un punto en un plano se necesita hacerlo desde un punto
fijo como son los postes, los arboles, la esquina de una calle, un muro., nunca lo
hagan desde un objeto que puede ser desplazado (mueble, vehículo....).
2- DURANTE :
Ya vamos a iniciar la inspección del cadáver, con la descripción general del
occiso (sexo, posición, descripción morfológica), una descripción detallada de sus
prendas, para describir, al final, las particularidades y las heridas de la víctima
desnuda.
Iniciamos la inspección anotando si es un hombre o una mujer, un adulto o un
niño. Anotaremos el color de la piel de la víctima, teniendo en cuenta que la
putrefacción va a dar una coloración negra a la piel. Teniendo en cuenta esta
observación determinaremos la raza de la víctima.
Una de las otras anotaciones es la posición del cadáver. Las posiciones más
comunes son decúbito dorsal o decúbito abdominal, sentada, de lado derecho o
izquierdo, ahorcado. Pero podremos encontrar otras posiciones, por ejemplo fetal o
flotando si se trata de un ahogado.
El siguiente paso importante, es la identificación de la víctima que nos
permitirá entregar rápidamente estos datos a nuestra oficina para que un funcionario
a su vez inicie la búsqueda en los archivos delincuenciales.
La identificación puede ser el hecho de las declaraciones de familiares, o de
testigos que van a identificar el occiso, o de manera más sencilla encontrando una
identificación en sus bolsillos (credencial de elector, pasaporte...).
Anotaremos después algunos detalles inherentes a la persona humana como
son la contextura de la persona (delgada, normal, gorda o obesa, corpulento), la
altura de la víctima y si no hemos logrado identificarla, vamos a determinar su edad
aparente.
Después de estos datos, vamos a describir sus prendas y su calzado para ubicar el
occiso en su medio social para iniciar la investigación.
El Cuerpo
La primera descripción que haremos es la descripción de las heridas
aparentes, teniendo en cuenta que no somos médicos legistas. Debemos
únicamente conformarnos en describir las heridas, y ubicarlas sin intentar determinar
si es un orificio de entrada o de salida dejado por un arma cortopunzante o un arma
de fuego. Para ubicar las heridas en el cuerpo humano no se necesita utilizar los
términos médicos, una línea vertical divide el cuerpo humano en una parte izquierda
y una parte derecha, y después uno puede ubicar las heridas o las señas
particulares hablando de la cabeza, del tronco en su parte alta, mediana y baja, lo
mismo para los brazos y las piernas y la pelvis.
Localizadas las heridas, nos interesaremos en los derramamientos, son unos
datos muy importantes que nos van a enterar si el cadáver fue movido o no. Los
derramamientos que observamos son la nasorragia (derramamiento de sangre que
tiene su origen en la nariz de la víctima, la bucoragia cuya origen es en la boca y
otorragia en las orejas.
¿Como nos vamos a enterar si el cadáver fue movido o no? De la manera
mas sencilla, si encontramos el occiso en decúbito dorsal y los derramamientos van
de la parte inferior del rostro del occiso hacía la parte superior del cráneo, esto
quiere decir que esta víctima fue traída a hombros boca abajo.
Algunos signos externos que presenta el cadáver nos van a permitir
determinar la hora de la muerte. Estos signos son la temperatura del cuerpo, en una
inspección normal vamos solo a determinar si el cuerpo es caliente, tibio o frío, pero
con material adecuado (termómetro), se podrá determinar la hora aproximada de la
muerte, ya que un cadáver pierde, durante las 5 primeras horas, en condiciones
normales de clima, un grado por hora para llegar poco a poco a la temperatura
ambiental a las 24 horas. Por supuesto que entra en cuenta la contextura del
individuo, el cadáver de un niño se enfría más rápido que el de un adulto.
La deshidratación del cuerpo, que es la evaporación de una parte del agua
que contiene el cuerpo, permite también determinar la hora aproximada de la
muerte. Esta deshidratación se nota más que todo en los ojos del occiso, si los ojos
tienen un aspecto vidrioso y el cadáver tiene los ojos abiertos la muerte ocurrió hace
más de 45 minutos, si el cadáver tiene los ojos cerrados y vidriosos esto significa
que la muerte ocurrió hace más de 24 horas. Más allá de este tiempo, la
deshidratación se traduce por el apergaminamiento de la piel y de los labios.
Otro factor que nos da algunas indicaciones sobre la hora de la muerte es la
flexibilidad de las articulaciones de la víctima o rigideces cadavéricas. Vamos a
anotar durante nuestra inspección si encontramos un cadáver flácido, semi-flácido o
rígido. La rigidez inicia alrededor de la segunda hora de muerte, empezando por el
cuello y la boca del occiso, ganando después poco a poco todas las otras partes del
cuerpo, brazos y piernas para ser totales a las 8 horas de muerte. Estas rigideces
permanecen durante unas 24 horas para desaparecer en la forma progresiva de
cómo aparecieron. Es decir que van a desaparecer de la nuca y de la boca, de los
brazos y finalmente de las piernas. Encontraremos un cadáver flácido a las 48 horas
más o menos. Este fenómeno puede modificarse según las condiciones
ambientales, un clima frío acelera su instalación y el calor la retarda.
Unos de los otros factores es el estado de putrefacción del cuerpo. Este
fenómeno inicia con una mancha verde abdominal que aparece a las 36 horas
después del fallecimiento, en la parte abdominal. Después esta mancha verde va
ganando poco a poco todo el cuerpo para ser completo a los 8 días. Al mismo
tiempo inicia la putrefacción gaseosa, que proviene de la degradación de los tejidos
orgánicos del cuerpo.
El resultado de la descomposición química produce gases, los cuales
penetran en los tejidos hinchando el cuerpo del difunto.
Una particularidad que acompaña siempre la putrefacción es la aparición de
una fauna cadavérica. El estudio de esta fauna, llamado científicamente,
entomología forense, ha dado excelentes resultados.
Esta ciencia está más
desarrollada en Francia, por el instituto de búsqueda criminal de la Gendarmería
Nacional (IRCGN) en Rosny sous Bois cerca de París.
Para demostrar la eficacia de esta ciencia, les voy a dar un ejemplo de un
caso ocurrido cerca de París. El 15 de julio, se encontró en un bosque el cuerpo de
una mujer en un estado de putrefacción muy avanzado. Las conclusiones del médico
legista después de la autopsia era que la muerte había ocurrido en un lapso de
tiempo que no podía ser superior a 6 meses. Los investigadores tenían entonces
que iniciar sus averiguaciones desde el 15 de febrero, buscando en las fichas de las
desaparecidas.
El estudio de las muestras entomológicas que se realizaron en el cuerpo de la
difunta durante la autopsia y en el lugar de los hechos durante la inspección,
permitieron determinar que la primera actividad de estos insectos se situaba entre el
13 y el 24 de junio, con una época favorable los 14, 15 y 16 de junio. Los primeros
elementos de la investigación y sobre todo la identificación posterior de la víctima
permitieron confirmar los resultados de estos análisis.
Esto permitió a los investigadores iniciar las averiguaciones empezando
desde el 10 de junio y no desde el 15 de febrero.
Las prendas :
En Francia, durante la inspección del cadáver y en el lugar de los hechos, se
desnuda a la víctima. Este acto se hace con cierta metodología.
Cuando se le quita una prenda al occiso, hay que describirla con su color, su
talla, la marca, anotar las anomalías tales como las raspaduras o un botón
arrancado que pueden ser signos de lucha entre la víctima y su homicida.
Se registra la prenda, describiendo las pertenencias encontradas en esta
prenda (agenda, llaves de vehículo o de departamento, tarjetas, identificaciones),
estas pertenencias pueden ser una fuente de datos muy importantes para la
investigación. No las vamos a devolver a la familia, mientras no hemos sacado
fotocopias o fotografías.
Las prendas serán embaladas, pero para evitar la putrefacción no tenemos
que empacarlas, húmedas, en bolsas de plástico. Se dejan secar a temperatura
ambiente, antes de empacarlas en bolsa de papel.
Al final, las vamos a rotular describiendo la naturaleza, el color, la talla, la
marca, el aspecto y las particularidades. Para identificar al caso anotaremos
después los nombres y apellidos de la víctima, la fecha y la hora de la inspección y
al lugar de los hechos, y para identificar a los investigadores se debe también anotar
la Brigada a la cual pertenece el funcionario encargado de la inspección, su
identificación y el número del expediente.
El cuerpo desnudo :
Cuando esté desnudo el cadáver vamos a iniciar una inspección más
completa. Para no olvidar detalles es aconsejable hacer esta inspección con el
cadáver boca al piso (decúbito abdominal) o de espaldas al piso (decúbito dorsal), y
después voltear la víctima para seguir con la inspección.
En un primer tiempo anotaremos las particularidades del cuerpo que
podríamos llamar naturales, tales como tatuajes, cicatrices, prótesis o amputaciones
con sus respectivas ubicaciones.
Se anotan después las livideces cadavéricas. Este fenómeno ocurre por el
depósito de la sangre en las partes declives o bajas del cadáver, provienen de la
degradación de la sangre y su deposito en los tejidos, con una coloración roja vinosa
externa, en las partes de presión del cadáver en el suelo no hay este deposito y la
coloración roja no aparece, por eso se llama a este fenómeno livideces. Las
livideces aparecen después de una hora del fallecimiento, y son susceptibles de
modificaciones dentro de las doce primeras horas posteriores a la muerte, ya que
después de este tiempo la fijación de los pigmentos se hace permanente.
La observación de estas livideces, y averiguando si desaparecen o no con
una digitopresión permitirá tener una idea de cuantas horas pasaron antes de
descubrir a la víctima, y además de determinar en ciertas ocasiones si el cadáver fue
movido o no. En efecto si encontramos un cadáver decúbito dorsal presentando
livideces cadavéricas en el pecho, eso significa que la víctima fue volteada después
de 12 horas de su muerte.
Seguiremos después anotando y ubicando las heridas en el cuerpo, teniendo
en cuenta que no somos médicos y que no podemos emplear términos médicos sin
el riesgo de equivocarnos en la ubicación de la herida. La manera muy sencilla
descrita hace algunos minutos de localizar las heridas parece ser la más adecuada
para nosotros los investigadores. Describiendo estas heridas hay que tener mucho
cuidado en las afirmaciones que hacemos, por ejemplo en la frase : “notamos la
presencia de un orificio de 8 milímetros correspondiendo a la entrada de un proyectil
de arma de fuego” tendremos que preferir “notamos la presencia de un orificio de 8
milímetros, el cual podría corresponder a un orificio de entrada de un proyectil de
arma de fuego”. Hay que tener mucho cuidado ya que a veces lo que creemos es
muy lejos de la realidad. Unos de mis primeros asuntos en la Brigada de Homicidios
en Marsella fue la inspección del cadáver de un anciano, que encontramos sentado
en una silla y amarrado manos atrás. Había sido torturado y presentaba en la frente
dos orificios de unos 5 milímetros de diámetro. A sus pies, encontraron un cartucho
percutido de calibre 30/30 que podía corresponder al tamaño de los impactos. Con
todos estos datos anotaron en el acta que el cadáver presentaba dos orificios de
entrada de arma de fuego sin buscar más allá.
La necropsia reveló que los orificios procedían de un arma tipo destornillador,
y nos toco entonces volver al lugar de los hechos para encontrar en un tanque de
agua el destornillador. Este asunto pasó en un recinto cerrado y logramos hallar días
después el destornillador, si eso hubiera ocurrido en la calle, es casi seguro que
nunca hubiéramos encontrado el destornillador dos o tres días después de la
inspección.
Esto para demostrar que la inspección es únicamente el acto de constatar, sin
dejarnos influenciar por lo que pensamos o los comentarios de los testigos.
Estudiaremos en fin las manos de la víctima para averiguar si no encontramos
debajo de las uñas de la víctima varias substancias orgánicas como piel, pelos o
cabellos que pueden pertenecer al autor del homicidio. Estos residuos podrán, con el
análisis de la ADN, permitir identificar plenamente al delincuente si logramos
detenerlo.
No hay que olvidar que cualquier análisis en laboratorio es un cotejo, no se puede
mandar, a los servicios periciales, un cabello preguntando cómo se llama su
propietario.
Antes de hacer la necrodactilia, que es el levantamiento de las huellas
dactilares del occiso, se necesitará, a veces, hacer la prueba de absorción atómica
en las manos del occiso, la cual está remplazando en varios países el guantelete de
parafina o las diferentes pruebas que existen (de Walker, del rodizonato de sodio o
prueba de Harrison-Gilroy).
Para determinar la hora y el día de la muerte, que son como ya lo hemos
visto, unos elementos sumamente importantes de la investigación en materia de
homicidios, tendremos que combinar los diferentes signos que hemos encontrado a
lo largo de la inspección, tales como la deshidratación, la putrefacción, las rigideces
y las livideces cadavéricas, el enfriamiento y por último la fauna cadavérica.
Estudiaremos al final de la ponencia un gráfico que nos permitirá determinar
aproximadamente la hora de la muerte.
Con esto finaliza, en el lugar de los hechos, la inspección del cadáver, pero
antes de regresar a la oficina tenemos que hacer varios actos.
3- DESPUES :
En primera, vamos a inspeccionar el lugar donde se encontraba el cadáver,
ya sea el cuarto en una casa o departamento, o en un campo abierto los alrededores
inmediatos. En un cuarto, vamos a averiguar si los accesos (ventanas, puertas), no
presentan trazas de violencia, haremos también la inspección de las paredes, para
intentar encontrar impactos de proyectiles. Si encontramos un proyectil incrustado en
un muro, tendremos que sacarlo con mucho cuidado sin dañar con un cuchillo o otra
herramienta la superficie de la bala, ya que el estudio balístico, se hace sobre las
marcas que dejan las rayas del cañón.
Si uno no puede extraer este proyectil sin dañarlo se necesitara llamar a los
expertos o arrancar una parte del muro para sacarlo sin daños, recuperando una
parte del yeso del muro cerca del impacto para eventualmente analizar si hay restos
de huesos o tejidos humanos, o trazas de sangre.
Antes de sacar el proyectil tendremos que medir la distancia del suelo hacia al
impacto, eso nos podrá dar, con las medidas que nos proporcionará el médico
legista, la altura de las heridas en el cuerpo de la víctima al suelo y una
aproximación de la distancia de tiro, una línea de fuego que podrá a veces
permitirnos imaginar si el tiro fue un tiro de reacción (arma a altura de la cintura) o
apuntando a la víctima (arma a altura de los ojos). Un disparo con el arma a altura
de la cintura se podrá considerar que tal vez que fue un acto de legitima defensa o
una reacción dictada por la rabia, apuntando a la víctima con premeditación y con
reflexión son muchas veces dos sentimientos que dictan este acto.
Seguiremos con la inspección de los demás cuartos de la casa o de los
alrededores más lejanos, para encontrar otros indicios o el trayecto de fuga para
nuestra investigación.
En fin regresando a la oficina, lo más importante es la búsqueda en los
archivos :

delincuenciales referente a los individuos sean víctimas o
testigos,

Fichero Canonge si se tiene una descripción del homicida,

fichero automatizado de las huellas dactilares para las huellas
halladas en el lugar de los hechos,

Fichero sistematizado de balística en algunos países,

Fichero automatizado de ADN.
El croquis de los pasos de la inspección se parece a un X, vamos de lo
general a lo particular, para volver a lo general, y de la misma manera que hacemos
esta inspección, se redacta el acta de inspección del cadáver.
la salida de la Oficina
las vías de acceso al lugar de los hechos
el barrio
ANTES
el edificio
el departamento
el cuarto
DURANTE
El cadáver
Inspección del cuarto
Inspección de la casa o del departamento
DESPUES
Inspección de los alrededores
El vecindario
El regreso a la oficina
Para determinar la hora de la muerte :
Hay que tener en cuenta la temperatura ambiente
Caliente
Tibio
Frío
- 1 grado celsius / hora aproximadamente
Empiezan
las rigideces
rigidez
total
Cuello
y la
boca
1
4
0
Los
brazos
Desaparecen
rigideces
las
Las
piernas
Cuello Los
y la boca brazos
Las piernas
8
12
24
36
48
Empieza la putrefacción
Aparecen las
livideces
Se fijan las
livideces
Se desplazan las
Livideces o desaparecen
a la digitopresión
Una mancha verde
aparece en la fosa
ilìaca derecha
La mancha se extiende
al abdomen durante las horas
siguientes, y después a todo el
cuerpo
C- LA INVESTIGACION DE UN CASO :
Después de estudiar en sus líneas generales, la investigación criminal y la
inspección del cadáver, vamos para ilustrar este curso, seguir un caso de
investigación en materia de atraco de un banco con el homicidio de un cliente.
Estando en la oficina, el día lunes, reciben una llamada telefónica de la central
de radio, comentando que les acaban de avisar que en el banco BANAMEX, ubicado
en el # 12 de la calle Musset, en la colonia Libertadores, de esta ciudad, dos o tres
individuos armados acaban de perpetrar un atraco a este establecimiento financiero.
Las primeras informaciones hacen mención que hubo algunos disparos en el
interior del banco, y que, a lo peor, algunas personas se encuentran heridas. Los
asaltantes lograron huir con el dinero robado.
Como encargado de la investigación, es necesario llamar a los expertos de
los servicios periciales para que se encarguen de la toma de pruebas pertinentes y a
unas patrullas de policía judicial, para prestar seguridad y acordonar el lugar de los
hechos e iniciar las investigaciones.
Durante del trayecto rumbo al banco, para realizar la inspección, la central de
radio les avisa que una patrulla de la policía preventiva, llegó al lugar de los hechos,
y que les acaban de reportar que en el banco se encuentra un cliente asesinado, y
que el vigilante herido fue trasladado al hospital después de recibir los primeros
auxilios.
Se necesita enseguida dar las primeras instrucciones por radio a los
uniformados que se encuentran en el lugar de los hechos :
-
Acordonar el lugar de los hechos,
Separar a los testigos y aislarlos, hasta nuestra llegada al lugar de
los hechos,
Informarse del hospital en el cual será atendido el vigilante.
Llegando al lugar de los hechos, anotaremos la hora de nuestra llegada, y nuestra
primera diligencia será contactar a los uniformados para enterarse de lo que paso y
de los primeros datos que hayan recopilado, saber si hay testigos del hecho y donde
están para tener una primera versión de lo ocurrido. Anotaremos los nombres y
apellidos de los policías uniformados con su identificación.
Vamos a entrar al edificio, con el uniformado de la Policía Preventiva que ingresó al
banco para enterarse de los hechos, para intentar definir cual fue el camino que
siguió en el establecimiento bancario.
La primera cosa que necesitamos hacer, después de haber definido el camino que
siguió el uniformado, es averiguar los signos de vida o de muerte del cliente.
Después de habernos enterado de que el cliente se encuentra sin vida, haremos un
recorrido muy rápido de la sala de clientes del banco, para intentar encontrar huellas
o indicios del acto delictivo, y los vamos a señalar con una escarapela para facilitar
el trabajo de los expertos de los servicios periciales.
Después de estos primeros pasos dejaremos actuar a los expertos de los servicios
periciales, que son el fotógrafo, el planimetrista, el dactiloscopista y el experto en
balística.
El fotógrafo se encargará de sacar unas fotos generales para ubicar el banco en la
calle Musset, mostrando las diferentes vías de acceso y de escape en esta parte de
la colonia. Se tendrá también que anexar al álbum fotográfico, un mapa de la colonia
en el cual aparecerá el banco, y las diferentes vías así como todos los elementos
exteriores al banco que se fotografiarán. En este plano aparecerán igualmente los
nombres de las diferentes calles y los sentidos de estas vías, y si es necesario los
números de las casas de enfrente en las que se encontraron indicios.
Durante las investigaciones de vecindario, por ejemplo, tendrá que figurar, si se
logra determinar, en dónde estacionaron el vehículo los delincuentes a su llegada al
banco, y en qué lugar fue encontrado.
Plano del barrio :
1
6
Fontaine
La
Rimbaud
2
2
4
6
Musset
3
4
Banco
12
Allan Poe
Mistral
5
Fotografías generales
Fotografías generales :
La fotografía n° 1 muestra la calle Musset desde un punto lejano, para
ubicar el banco en esta calle,
La fotografía n° 2 nos muestra la calle Rimbaud, con el vehículo de los
delincuente estacionado en esta calle,
La fotografía n° 3 nos da una vista, amplia, de la fachada del banco,
La fotografía n° 4 nos enseña la entrada del banco en la calle Musset,
La fotografía n° 5 nos da otra vista del banco en la calle Musset, con la
ubicación del cajón de estacionamiento que ocupaba el vehículo de los delincuentes
a su llegada al banco antes del asalto,
La fotografía n° 6 es la del vehículo estacionado, abandonado por los
delincuentes.
Luego de estas primeras fotos generales, seguiremos con unas fotos semigenerales, del interior del establecimiento bancario. Al mismo tiempo, el
planimetrista levantará un plano del banco, amarrando y ubicando los diferentes
detalles y los indicios encontrados y señalados durante el primer recorrido que
hicimos, cuando llegamos al lugar de los hechos.
Para fijar un objeto o un indicio en un plano, se necesitan tres puntos de
amarraje, estos puntos tienen que ser puntos fijos que no se puedan mover. Es
obvio que no vamos a amarrar un objeto, en campo abierto a partir de un vehículo
estacionado, ya que éste puede salir de su estacionamiento en cualquier momento,
y perderíamos nuestra referencia, tampoco en el interior de la cubierta de una mesa
o de una silla, ya que estos muebles pueden ser movidos de su posición inicial.
Para amarrar los indicios vamos entonces a preferir, en el exterior, la esquina
de unas calles, el marco de una puerta o un árbol y, en el interior, un rincón formado
por dos muros, una ventana o una puerta interior.
Lo importante es que todas las personas que ingresan al lugar de los hechos,
sean las mínimas posibles, es decir que sólo ingresarán los expertos de los
servicios periciales, el Agente del Ministerio Público y su asistente. Todos deben
estar equipados con guantes para no dañar las evidencias.
Plano del banco :
Caja
Fuerte
Silla
Puerta
Mesa
Ventanilla 1 X
X
Muerto
12
Traza de zapato con sangre
X
Ventanilla 2
Sangre
Cámara
11
Mesa
10
Colilla 9
Cenicero
8
7
Sangre
X : casquillos
Estacionamiento
: impactos y proyectiles
vehículo delincuentes
Fotografías semi-generales :
Fotografía
7 : fotografía de la puerta de entrada del banco en la cual aparecen las manchas de
sangre en la acera de la calle Musset.
Fotografía 8 : vista general del interior del banco en la cual aparecen: el
cuerpo del occiso, las ventanillas y la cámara,
Fotografía 9 : vista del lugar que ocupaba el vigilante herido y de las
manchas de sangre,
Fotografía 10 : vista de las ventanillas y de la cámara de seguridad del
banco,
Fotografía 11 : vista general de las ventanillas, de la puerta de
comunicación del banco, lado cliente y lado empleados, y del cuerpo del occiso,
Fotografía 12 : vista general del cuerpo de la víctima.
A continuación, seguiremos con unas fotos de detalles, como son las
fotografías de las heridas, los casquillos encontrados, los impactos en las paredes y
los proyectiles, las manchas de sangre en el lugar en donde se encuentra el cuerpo
del occiso y en la parte del banco en la cual se encontraba el vigilante herido. Se
tomará una foto de la huella del zapato con sangre.
En fin, sacaremos una foto de identificación del cadáver.
Dejaremos entonces actuar al planimetrista, quien nos va amarrar los
diferentes indicios y huellas en el lugar de los hechos, así como todos los muebles.
Deberán aparecer también, en el plano, las medidas de los diferentes cuartos que se
encuentran en el lugar de los hechos, aquí anotaremos las medidas del área de
clientes del banco y las medidas del área de empleados.
Si logramos definir el lugar de estacionamiento del vehículo de los
delincuentes cuando llegaron al banco, mediremos también la distancia de este lugar
hasta la puerta del banco. Puede también aparecer en el plano el ancho de la acera
que se encuentra delante del banco en la calle Musset.
Ubicaremos los casquillos en el plano, aunque estas medidas no son muy
importantes, lo más importante son los impactos de los proyectiles en el muro del
banco.
X
X
X
Después de estas primeras operaciones, vamos a iniciar la investigación,
entrevistándonos con los testigos de este atraco, estos testigos han sido
previamente aislados, y los vamos a interrogar uno a uno para que nos cuenten lo
que ellos percibieron del asalto y del homicidio del cliente.
Ya que uno de los testigos fue trasladado a un hospital, vamos a mandar de
inmediato a un grupo de investigadores, para tener también la versión del vigilante,
mientras estemos haciendo la inspección del lugar de los hechos. Necesitamos tener
la versión del vigilante, ya que si alguien nota un detalle que los demás testigos no
notaron, es interesante tener su testimonio, mientras nos encontramos en el lugar de
los hechos.
Además, tenemos que iniciar la investigación con las entrevistas a los
diferentes testigos, para difundir los datos que ellos mismos nos van a proporcionar
con el fin de iniciar la búsqueda de los autores de este ilícito por medio de las
diferentes patrullas de Policía. Estos datos tendrán que ser entregados lo más
pronto posible a la central de radio, la cual se encargará de hacer una difusión a las
diferentes patrullas de Policía Judicial, Preventiva y de Tránsito y de Policía
Municipal, y decidir si es necesario ubicar los primeros retenes.
Los policías preventivos aislaron, en este caso, a tres testigos, más el
vigilante herido. Uno de ellos es el Jefe de la Agencia bancaria, el otro es el cajero y
el tercero era una clienta que se encontraba en la ventanilla 2 atendida por el cajero.
Vamos entonces a entrevistarnos con ellos para dejarles decir su versión de los
hechos, sin interrumpirles, nos conformaremos con hacerles algunas preguntas al
final para definir algunos detalles.
Es importante dejar a los testigos contar su versión sin interrumpirlos, para no
dañar los recuerdos que tienen de los hechos, será también conveniente anotar en
una libreta todos los detalles que nos van a dar durante esta narración.
Director de la agencia : Eran las 10.25 de la mañana, él se encontraba
sentado en la mesa, detrás de la ventanilla n° 1, sólo escuchó la orden de unos de
los delincuentes que imponía a la gente que no se moviera, que levantara las
manos, y también la orden que iba dirigida al cajero para que entregara el dinero.
Después de uno o dos minutos escuchó como tres disparos, y los gritos de la
cliente que se encontraba en la ventanilla n° 2.
Cuando el cajero le comentó que los delincuentes se habían ido, se asomó a
la ventanilla n° 1 para corroborar lo dicho por el cajero y notó la presencia de un
cliente, bañando en un charco de sangre, cerca de la puerta blindada que da
acceso al área de clientes del banco y al área de empleados. Notó también la
presencia del vigilante, tendido en el suelo, cerca de la puerta exterior del banco.
Fue entonces cuando llamó a la Policía para contarle los hechos. Después de
llamar a la policía salió al área de clientes del banco y fue en este instante que se
enteró de que el cliente había sido herido a balazos, y que el vigilante había sido
golpeado en la cabeza por uno de los delincuentes. Para preservar la escena del
crimen en perfecto estado, se conformó con cerrar la puerta del banco para no dejar
entrar a clientes o curiosos.
A pregunta expresa, él nos comentó que no tocó nada de la escena del
crimen.
Preguntamos también si la cámara de vigilancia del banco había grabado la
escena, a lo que el Director nos comentó que esta cámara funciona perfectamente y
que la grabación debía encontrarse en la videograbadora y que estaría dispuesto a
entregarla para nuestra investigación.
El Director nos comenta que no conoce al cliente muerto, es la primera vez
que esta persona se presenta en este banco.
Cajero ventanilla n° 2 : se encontraba en su puesto de trabajo, atendiendo a la
cliente, cuando su atención fue llamada por la presencia de un individuo,
encapuchado, vestido de color oscuro, quien lo apuntaba con un arma corta, y quien
le ordeno que levantara las manos y que le entregara el dinero que tenia en la caja.
Mientras estaba sacando los billetes de su cajón, oyó un primer disparo y
simultáneamente otros dos, y es cuando se percató de que este hombre
encapuchado disparaba en dirección de un cliente que se encontraba entre la mesa
y la puerta de acceso que permite pasar del área de clientes del banco al área de
empleados.
En este momento percibió la presencia de un segundo individuo cerca de la
puerta de entrada del banco, en el lugar en donde normalmente se encuentra el
vigilante, y notó enseguida que el vigilante yacía al pie de este segundo delincuente.
Después de haber tomado el dinero de la caja, el delincuente encapuchado se
dirigió hacia el cliente muerto para arrancarle un bolso que tenía éste en su hombro
izquierdo y los dos individuos desaparecieron corriendo por la puerta del banco. En
este momento informó a su Director, el cual se encontraba escondido en el área de
empleados del banco, que los delincuentes habían huido con el botín. El director
salió para enterarse de lo sucedido, y para cerrar la puerta del banco.
A pregunta nuestra el cajero nos comentó que el segundo individuo no estaba
encapuchado, pero que no nos podía dar una descripción de este delincuente.
Nos informó que los delincuentes robaron más o menos de 40 a 50.000 pesos
en billetes de 20, 50, 100, 200 y 500 pesos, pero que no tiene ninguna posibilidad de
identificar estos billetes.
No conoce tampoco al cliente muerto.
De lo el cajero pudo percibir, parece que el individuo encapuchado tenía una
pistola automática.
Testigo : Se encontraba haciendo una operación de depósito en la ventanilla
n° 2, cuando ocurrió el asalto al banco. Se enteró de la agresión cuando el individuo
encapuchado, que se encontraba detrás de ella, grito que era un asalto y que todos
pusieran manos arriba.
El sujeto se acercó a la ventanilla para tomar el dinero que le estaba
entregando el cajero, fue en ese momento cuando el individuo volteo frente al cliente
que se encontraba del otro lado de la ventanilla, y le disparo tres veces matándolo.
Después de haberle disparado, y mientras el cliente agonizaba en el suelo, el sujeto
se acerco del herido y le arranco un bolso de cuero color marrón que el muerto tenia
colgado en su hombro.
Fue en el momento, cuando el individuo comenzó a huir hacia la salida del
banco, que el testigo se percató de que un segundo individuo, sin capucha y
armado, se encontraba en la puerta del banco con el vigilante caído a sus pies, en
medio de un charco de sangre.
Los dos individuos huyeron, saliendo del banco, hacia la calle izquierda, y
algunos segundos más tarde, con rechinidos de llantas, un vehículo que podría ser
un NISSAN Tsuru de color morado, arrancó a gran velocidad en la calle Musset.
A nuestra pregunta, la señora contesta que no pudo ver cuántos individuos
estaban en el vehículo.
No conocía al cliente muerto que entró algunos minutos después de ella.
El individuo, que estaba encapuchado con una capucha de color negra, medía
como 1,75 m., corpulencia normal, vestido con jeans y chamarra de color negra,
calzado con tenis blancos, armado con arma corta tipo pistola de color negra. No
notó nada extraño en la voz, si no que el individuo debía estar resfriado, ya que tosía
muy a menudo.
No se fijó en los detalles de vestimenta del segundo individuo y no podría
describirlo.
Con estos detalles, vamos a llamar la central de radio para difundir los datos
del presunto vehículo en el cual huyeron los asaltantes y la descripción sumaria del
homicida.
Al mismo tiempo, y antes de empezar la inspección del lugar de los hechos,
vamos a enviar algunos elementos de policía judicial a los alrededores del banco
para iniciar la investigación de vecindario.
Inspección y levantamiento de los indicios :
Comenzaremos levantando los casquillos, y los guardaremos de manera
separada en una bolsa de papel, rotulando la bolsa y anotando en ésta el número
de la escarapela correspondiente, para estar conforme al plano que se levantó y las
fotografías que sacó el experto.
Cada uno de los tres casquillos será guardado en una bolsa diferente para
que durante el transporte o la manipulación de estas evidencias, los casquillos no se
raspen unos contra otros, lo que podría añadir algunas marcas en los casquillos o
dañar las que dejó el arma. Estos tres casquillos constituyen las evidencias n° 1, 2 y
3.
Examinando el cadáver del cliente, notamos que sólo presenta en el pecho
dos heridas. Ya que contamos tres casquillos, parece que uno de los proyectiles no
alcanzó tocar a la víctima.
Debemos entonces encontrar un impacto en el muro opuesto a partir de la
posición que ocupaba el delincuente encapuchado.
El examen de la pared nos permite notar la presencia de tres impactos y de
tres proyectiles en el muro.
Necesitamos entonces anotar la ubicación de estos impactos referente a la
separación del área de clientes y del área de empleados del banco, y sobre todo, a
que altura del suelo se encuentran.
Los designaremos con diferentes números y, con un cuchillo, sacaremos los
proyectiles, sin tocarlos para no dañar las estrías dejadas por el cañón del arma,
haciendo con el cuchillo un hueco más grande en el yeso de la pared del banco.
Colocaremos el proyectil en una bolsa de papel que rotularemos, anotando el
número con el cual fue designado este proyectil.
En una hoja de papel recuperaremos el yeso que extrajimos de los
alrededores del impacto del proyectil en el muro, y lo colocaremos en una caja, por
ejemplo de rollo fotográfico, la cual rotularemos de la misma manera, anotando el
número de proyectil correspondiente.
Los proyectiles constituyen las evidencias n° 4, 5 y 6 y las cajas con su
contenido de yeso, las evidencias 7, 8 y 9.
El examen del cuerpo del occiso :
Vamos a describir al occiso, sin tocar el cuerpo :
El individuo que yace sin vida en el suelo es un hombre de unos 40 años de
edad, de raza blanca, sin ningún detalle morfológico anormal, aparentemente.
La víctima se encuentra decúbito dorsal, con la pierna izquierda doblada y el
brazo izquierdo doblado, la mano izquierda muestra la palma. Su cabeza, del lado
izquierdo mira, hacia el muro de separación del área de clientes y del área de
empleados del banco.
El cuerpo de la víctima hace un ángulo de 45 grados con relación a la pared
izquierda del banco, la cabeza está dirigida hacía el muro de separación del área de
clientes con el área de empleados del banco a 0,70 centímetros de la pared, y los
pies están dirigidos hacía la puerta de entrada del establecimiento bancario.
Las piernas hacen un ángulo de 120 grados más o menos, la pierna derecha
del cuerpo esta casi paralela al muro izquierdo, distante de 1,85 metros del muro
izquierdo del banco. La pierna derecha está doblada, el muslo paralelo a la
separación, y la parte baja de la pierna casi paralela a la pierna derecha de la
víctima.
El brazo derecho del cadáver esta paralelo al muro del banco a una distancia
de 0.87 centímetros, y forma un ángulo de 45 grados con el cuerpo de la víctima, el
brazo izquierdo está doblado, en su parte alta forma un ángulo de unos 45 grados
con el cuerpo, el antebrazo está dirigido hacía la separación del área de clientes con
el área de empleados, formando un ángulo con la parte alta del brazo de unos 90
grados.
Su estatura es de 1.77 metros y su corpulencia es normal. Cuando se
registró a la víctima no se le encontró ninguna identificación, en sus prendas,
notamos la presencia de un celular, prendido, de marca NOKIA, de color negro,
colgado a la cintura del occiso. Este celular constituye la evidencia n° 10.
La víctima está vestida con un traje color marrón, cinturón color café, camisa
amarilla y corbata color roja y naranja. Viene calzada con unos zapatos de cuero fino
color café y trae unos calcetines color beige. Su vestimenta no presenta trazas de
lucha.
Notamos que en la parte alta media izquierda del tórax, es decir cerca del
corazón, la víctima presenta dos heridas separadas de 5.5 centímetros, casi a la
misma altura, que pueden corresponder a dos orificios de entrada de proyectiles de
arma de fuego.
Notamos que la camisa de la víctima presenta manchas de sangre cerca de
las heridas y que, en el suelo, entre el brazo izquierdo y la pierna izquierda,
constatamos la presencia de un charco de sangre perteneciendo a la víctima. Cerca
del charco de sangre y, a 15 centímetros de la parte baja de la pierna izquierda,
entre la rodilla y el tobillo de la víctima, notamos la presencia de una pisada
incompleta dejada por un zapato, con la suela presentando estrías, y diseñada en el
suelo con sangre.
La huella de zapato que no se puede levantar será fotografiada con una cinta
métrica testigo.
Se levanta con un pedazo de tela de algodón, que dejaremos secar a
temperatura ambiente, antes de embalarlo y rotularlo como evidencia n° 11, y como
evidencia n° 12, con otro pedazo de tela de algodón, un poco de la sangre del
charco que se encuentra bajo la víctima, para análisis.
El cadáver presenta unos derramamientos de sangre, tipo bucoragía, dirigidos
de la comisura de los labios izquierda hacia el suelo, que deja pensar que la víctima
no ha sido movida.
En el bolsillo derecho de los pantalones de la víctima encontramos un juego
de llaves de automóvil, conformado por tres llaves y un llavero con publicidad de un
supermercado “CARREFOUR”. Este llavero y las tres llaves constituyen la evidencia
n° 13.
La víctima tiene un reloj funcionando, de marca “LIP”, de metal color plata con
el extensible de metal color plateado, en la muñeca izquierda, este reloj constituye la
evidencia n° 14, y presenta en su anular de la mano izquierda un anillo de metal
color amarillo, que constituirá la evidencia n° 15.
El reloj y el anillo no contienen ningún número o inscripción.
Volteando el cadáver notamos que en la parte izquierda alta del tórax la
víctima presenta dos orificios de proyectiles, que pueden corresponder a dos orificios
de salida dejados por los proyectiles de un arma de fuego.
El dactiloscopista se encargara de levantar las huellas del cadáver
procediendo a una necrodactilia.
A continuación seguiremos con la inspección del área de clientes del banco.
Notamos a la izquierda de la puerta del banco, la presencia de un charco de sangre,
y de algunas manchas de sangre que van del charco hacía afuera del banco.
Algunas machas de sangre permanecen todavía en la acera delante de la puerta del
banco.
Levantamos con una tela de algodón una muestra de sangre para análisis.
Esta muestra constituye la evidencia n° 16.
Cerca del charco de sangre y del cenicero, notamos la presencia de una
colilla de puro a 1.55 m. del muro izquierdo del banco y a 2.05 m. del muro del banco
que abre en la calle Musset. Levantamos esta colilla y la empacamos en una bolsa
de papel y la rotulamos para mandarla a los servicios periciales para análisis. Esta
colilla constituye la evidencia n° 17.
Mientras nos encontrábamos haciendo la inspección al interior del banco, el
grupo de investigadores encargado de la investigación de vecindario a los
alrededores del banco, encontró en la calle Rimbaud, calle perpendicular a la calle
Musset, un vehículo de marca Nissan tipo Tsuru de color morado que presenta los
aspectos de un vehículo robado abandonado.
De inmediato nos transportamos a la calle Rimbaud para efectuar la
inspección de este vehículo. Notamos que el vehículo de marca NISSAN tipo
TSURU de color morado se encuentra estacionado de manera autorizada, frente al
n° 6 de la calle RIMBAUD, a unos 100 metros de la entrada del banco BANAMEX.
El vehículo tiene las cifras de sus placas de matricula delanteras y traseras,
tapadas con una cinta adhesiva de color marrón. Las puertas, tanto traseras como
delanteras, no están cerradas con llave. Debajo de la cabrilla, los alambres sueltos
dejan suponer que este vehículo es un vehículo robado.
Solicitamos al fotógrafo sacar algunas fotos de este vehículo, para ubicarlo en
la calle Rimbaud y con la calle Musset, una foto general del vehículo, con las placas
tapadas, y una serie de fotos del interior del vehículo.
El velocímetro indica : 86521 – El velocímetro diario indica 802,3 kilómetros.
Al pie del asiento delantero del vehículo encontramos una capucha de color
negro. Antes de levantar esta evidencia, pedimos al fotógrafo fotografiarla. Esta
capucha sin ninguna identificación se coloca en una bolsa de papel y se rotula como
evidencia n° 18.
El trabajo del dactiloscopista no permite levantar ninguna huella dactilar en el
interior del vehículo, y en los espejos tantos internos como externos.
En la guantera del vehículo encontramos el seguro y la tarjeta de circulación
del vehículo, registrado con el número de matricula 77 BM, a nombre de la
Embajada de Francia - # 339 Campos Eliseos – Col. Polanco Chapultepec en
México D. F.
Con el apoyo del dactiloscopista, levantamos las cintas adhesivas que
disimulan las placas de matricula delanteras y traseras del vehículo. Estas cintas
protegidas con soportes plásticos rígidos y transparentes, constituyen las evidencias
n° 19 y 20. Aparecen entonces las placas de matricula 77 BM, vehículo diplomático.
Después de averiguar que el número de serie y el número motor
corresponden a los que están anotados en las credenciales del vehículo, entramos
en contacto con la sede de nuestro servicio para enterarnos si el vehículo fue
reportado robado y en que condiciones ocurrió el robo.
Ordenamos que el vehículo sea llevado a la sede de nuestro servicio para ser
restituido a su legitimo propietario después de su audición. El vehículo constituirá la
evidencia n° 21.
En este momento de nuestra inspección, llega al lugar de los hechos, el grupo
de investigadores que estuvo entrevistando al vigilante del banco en el hospital.
Nos informan que el vigilante sólo padece de una herida superficial en el
cráneo, y que pudo dar su versión de los hechos. Se encontraba en su puesto de
vigilancia, en el rincón izquierdo, cerca de la puerta de entrada del banco, eran más
o menos las 10.30 de la mañana. Su atención fue llamada por un vehículo que se
estacionó mal, en el ángulo de la calle Mistral con la calle Musset, cerca de la
entrada del banco. De este vehículo salió el pasajero delantero quien se dirigió hacía
el banco, como el conductor se quedó en el vehículo, el vigilante no quiso ir a
recomendarle que tenía que estacionarse bien, ya que como estaba en el vehículo
podía moverlo si en cualquier momento estaba molestando el tránsito.
El pasajero entró al banco en donde se encontraban ya dos clientes, una
señora en una de las ventanillas y un hombre desconocido cerca de la puerta
blindada que separa el área de clientes del área de empleados del banco.
Este último cliente se acerco a una mesa fija que se encuentra en el muro
derecho del banco, y sacó unos formularios para llenarlos, y en seguida se acercó al
vigilante con un puro en la boca para pedirle si tenía un encendedor.
Mientras el vigilante estaba buscando su encendedor en sus bolsillos e iba a
prender el puro, el individuo saco un arma de su cinturón y le asesto un golpe en la
cumbre del cráneo con la empuñadura de su arma. La vista del vigilante se
obscureció y se envaneció, para despertarse en un taxi que lo llevaba al hospital.
El individuo que se acercó al vigilante era un hombre de 30 años
aproximadamente, midiendo 1.80 metro, de corpulencia normal, con bigote negro, de
cabello negro corto, tez trigueña, sin ningún acento particular o signos morfológicos
distintivos, vestido con un jeans color azul, de una camiseta de marca NIKE de color
blanca, de una chamarra de color negra, y portaba unos tenis tipo basket color
blanco sin poder definir la marca de estos últimos.
El vigilante puede reconocerlo en foto o en persona, si el individuo le es
presentado.
El vigilante comentó que le robaron su arma tipo revolver marca SMITH AND
WESSON, calibre 38 especial, de 4 pulgadas con 6 cartuchos en el tambor.
Los médicos mencionaron que el vigilante saldría del hospital el día siguiente
a las 8.00 de la mañana, y los investigadores nos comentan que lo citaron una hora
después en nuestra oficina, para tomarle su declaración.
Antes de regresar a nuestra oficina, solicitamos del Director del banco que
nos entregue el videocasete de la cámara de seguridad del banco. Este videocasete
constituirá la evidencia n° 22.
La inspección terminada, las evidencias recopiladas y dejadas a cargo de los
expertos de los servicios periciales, invitamos a todos los testigos, después de haber
tomado sus identidades, a seguirnos a nuestra oficina para tomar sus respectivas
declaraciones.
Encargamos a los servicios municipales llevar el cuerpo del occiso al
anfiteatro para que se proceda a la autopsia.
A las 12.30 del día lunes, dejamos el lugar de los hechos para regresar a
nuestras oficinas y redactar el acta correspondiente.
Se puede colocar, en el anverso del rótulo, el registro de custodia.
A continuación daremos a conocer en forma clara y sencilla los principios
básicos que rigen los procedimientos de Cadena de Custodia que se
deben aplicar a los elementos materia de prueba que las autoridades
recolectan durante el proceso de investigación y que colocan a disposición
de los peritos para su respectivo estudio.
Sea esta pues, una invitación a todo aquel que participe en una investigación
judicial y que recolecte, embale, envíe, transporte, reciba o analice elementos que se
puedan considerar como futuras evidencias en un juicio, para que tenga presente
que en ese momento el mismo se constituye en un eslabón más de esta cadena,
cuyo fin no es otro que el de custodiar el material probatorio, y por lo tanto se
convierte en el responsable de velar por su integridad, seguridad y preservación.
1 . La Cadena de Custodia es el mecanismo que garantiza la autenticidad de los
elementos probatorios recolectados y examinados, esto es, que las pruebas
correspondan al caso investigado sin que se dé lugar a confusión, adulteración,
ni sustracción alguna. Por lo tanto, todo funcionario que participe en el proceso
de Cadena de Custodia debe velar por la seguridad, integridad y preservación
de dichos elementos.
2.
La cadena de custodia está conformada por los funcionarios y personas bajo
cuya responsabilidad se encuentren los elementos probatorios respectivos,
durante las diferentes etapas de¡ proceso penal. Por consiguiente todo
funcionario que reciba, genere o analice muestras o elementos probatorios y
documentos, forma parte de esta cadena.
3. La Cadena de Custodia se inicia con la autoridad que recolecta los elementos
probatorios, desde el mismo momento en que se conoce el hecho
presuntamente delictuoso, en la Diligencias de Inspección de Cadáver o
Inspección Judicial y finaliza con el juez de la causa y los diferentes funcionarios
jurisdiccionales.
4. Los procedimientos de Custodia deben aplicarse a todo elemento probatorio,
sea este un cadáver, un documento o cualquier otro material físico. Esta misma
protección y vigilancia debe ejercerse de manera idéntica sobre las actas y
oficios que acompañan este material.
5. Es responsabilidad de todo funcionario que participa en el proceso de Cadena
de Custodia conocer y ejecutar los Procedimientos Generales y Específicos
establecidos para tal fin.
6. Cada uno de los funcionarios que participen en el proceso de Cadena de
Custodia es responsable de control y registro de su actuación directa dentro del
pro ceso.
7. Al momento de recolectar los elementos probatorios se debe dejar constancia en
el acta de la diligencia correspondiente, haciendo la descripción completa de los
mismos, registrando su naturaleza, el sitio exacto de donde fue removida o
tomada y la persona o funcionario que los recolectó.
8. Toda muestra o elemento probatorio debe tener el "Registro de Cadena de
Custodia", el cual debe acompañar a cada uno de los elementos probatorios a
través de su curso judicial. Por consiguiente toda transferencia de custodia debe
quedar consignada en el registro indicado: Fecha, Hora, Nombre, y Firma de
quien recibe y de quien entrega.
9. Toda muestra o elemento probatorio y contramuestra o remanente de esta, debe
llegar debidamente embalada y rotulada.
10.
Todo funcionario que analiza muestras o elementos probatorios, debe dejar en
el dictamen constancia escrita de la descripción detallada de los mismos, de
las técnicas y procedimientos de análisis utilizados, así como de las
modificaciones realizadas sobre los elementos probatorios, mencionando si
éstos se agotaron en los análisis o si quedaron remanentes.
11.
La Cadena de Custodia, implica que tanto los elementos probatorios como los
documentos que los acompañan, se deben mantener siempre en lugar seguro.
El primer trabajo del investigador es intentar entender lo que pasó. Por eso
tiene que apoyarse en los primeros testimonios que tomó y también en la inspección
que realizó. Lo importante es entender pero sin quedarse con esta imagen como si
fuera la verdad, esta visión de los hechos tiene que ser muy flexible, el investigador
no puede quedarse con esta línea de investigación muy rígida y correr el riesgo de
equivocarse y de arrancar una investigación en una dirección errónea.
En este caso, los diferentes testimonios y la inspección dejan pensar que los
hechos ocurrieron de la manera siguiente :
El día lunes a las 10 horas 20 de la mañana, en una sucursal del banco
BANAMEX, ubicado en el # 12 de la calle Musset en la colonia Libertadores se
encontraban el Director de la sucursal, el cajero, una cliente realizando unas
operaciones en la ventanilla nª2, un cliente desconocido esperando su turno y el
vigilante cerca de la puerta de entrada del banco.
Llegó un vehículo de marca NISSAN tipo TSURU de color morado, con dos o
tres individuos a bordo. Este vehículo estacionó al cruce de las calles Mistral y
Musset y el pasajero delantero salió del vehículo y entró al banco.
Este individuo se acercó al vigilante con un puro en la boca, para solicitarle un
encendedor. Mientras el vigilante estaba buscando el encendedor en sus bolsillos y
cuando lo iba a prender, este individuo sacó un arma de su cinturón y le asestó un
golpe en la parte alta del cráneo con la empuñadura de su arma, hiriendo
superficialmente al vigilante, pero el golpe lo hizo desmayar. Este individuo robó el
arma del vigilante, revolver SMITH AND WESSON, calibre 38 especial, cañón de 4
pulgadas con 6 cartuchos en el tambor.
La inspección que hicimos en el lugar de los hechos, nos permitió hallar,
quizás, la colilla del puro del individuo. El testigo está en capacidad de dar una
descripción precisa del individuo y de reconocerlo si le es presentado.
Neutralizado el vigilante, el segundo o el tercer individuo, si se contempla el
hecho de que un conductor quedó o no en el vehículo, ingresó en la sucursal del
banco, encapuchado, armado con una pistola. Se acercó a la ventanilla nº 2 e
intimidó con una orden al cajero para que le entregase el dinero, en este momento el
asaltante se encontraba detrás de la cliente que estaba siendo atendida en la
ventanilla nº 2.
Después de haber recuperado el dinero que le entregó el cajero, el individuo
volteó hacia el cliente que se encontraba cerca de la puerta de separación del área
de clientes al área de empleados del banco y le disparó tres veces, alcanzando a
herirlo mortalmente con dos balazos, el tercer balazo no impactó en el blanco.
Cuando yacía el cliente en el suelo, el individuo encapuchado se acercó a la
víctima y le arrancó un bolso de cuero color marrón que el cliente tenía colgado a su
espalda izquierda. Se halló cerca del cuerpo de la víctima una huella de zapato
diseñada con sangre, la cual podría pertenecer al homicida.
No se puede dar ninguna descripción del individuo, sino sus rasgos
morfológicos generales y que tosía mucho durante el atraco. En este momento de la
investigación uno tiene que interrogarse sobre el hecho de que uno de los asaltantes
estaba encapuchado. Hay varias explicaciones, el individuo es muy conocido de los
servicios de Policía y no quiere ser identificado, o vive en el barrio o es cliente del
banco, o es conocido de unos de los testigos o del vigilante.
Se logró descubrir la capucha en el vehículo abandonado en la calle Rimbaud
cerca del banco.
Los dos asaltantes salieron del banco con el dinero y el bolso de cuero de la
víctima, para meterse en el vehículo estacionado y arrancar precipitadamente y
desaparecer en la calle Rimbaud, donde abandonaron el vehículo NISSAN tipo
TSURU, robado, para posteriormente huir con un medio de transporte, hasta este
momento, desconocido.
A continuación vamos a recopilar todas las evidencias que encontramos en el
lugar de los hechos y en los alrededores del banco para tratar de dar un enfoque a
nuestra investigación.
Evidencias n° 1, 2 y 3 : Tres casquillos de calibre 9 m/m que provienen de la
pistola que disparó el individuo encapuchado.
Tenemos tres casquillos debemos encontrar por lo menos tres proyectiles.
La posición de los tres casquillos nos permite confirmar la posición del
individuo que disparó, ya que la mayoría de las pistolas automáticas proyectan sus
casquillos del lado derecho del arma, pero uno nunca puede tomar en cuenta la
posición de estos casquillos para determinar la posición exacta del que disparó, ya
que disparando varias veces con la misma arma, los casquillos nunca van a caer en
el mismo lugar, uno puede darse cuenta de eso en un stand de tiro.
Las marcas dejada por el arma en el cartucho nos pueden dar una idea de la
marca del arma que estamos buscando.
Solicitaremos un examen balístico para estas evidencias, para determinar si
posible obtener el tipo de arma que disparó estos cartuchos.
Evidencias n° 4, 5 y 6 : Tres proyectiles encrustrados en el muro del banco,
que corresponden a los tres disparos.
Estos proyectiles son muy importantes, ya que si logramos hallar el arma
correspondiente a la pistola que fue disparada, podremos hacer un examen balístico
y cotejar las estrías que aparecen en los proyectiles encontrados en el lugar de los
hechos y los proyectiles disparados durante el examen balístico.
Hasta hace muy poco, los ficheros de los servicios periciales de balística, eran
ficheros manuales, pero ya en algunos países estos ficheros están informatizados, lo
que permite una búsqueda más rápida y un cotejo de los patrones en el sistema a
nivel nacional y no local o estatal.
Otro de los datos importantes que vamos a sacar de estos proyectiles, y más
que todo de su ubicación, es la medida del suelo a la posición en la cual los
encontramos en el muro.
Esta medida junto con otras medidas, que vamos a solicitar al médico legista
durante la autopsia y la posición del cuerpo en la sala, nos van a dar unas
indicaciones muy importantes como lo veremos durante el segundo curso.
En fin dos de estos proyectiles atravesaron el cuerpo de la víctima y el otro no
impactó el blanco, esto implica que uno de los tres no debe presentar trazas de
sangre, de hueso o de tejidos de la víctima. Por eso es muy importante
diferenciarlos y colocarlos en bolsas diferentes, ya que será muy importante tener la
ubicación en el muro de los proyectiles que mataron a la víctima.
Solicitaremos para estos proyectiles dos exámenes, un examen balístico para
revelar las estrías dejadas en el proyectil por el cañón del arma disparada, para un
cotejo eventual si hallamos esta arma, y un examen biológico para determinar en
cuáles proyectiles aparecen restos humanos.
Evidencias n° 7, 8 y 9 : Como en los proyectiles, vamos a encontrar
mezclados con el yeso del muro, trazas de sangre, de hueso o de tejidos humanos,
en los impactos de los proyectiles que atravesaron y mataron a la víctima. Estos
análisis vendrán a confirmar los resultados de los análisis de los proyectiles.
Solicitaremos para estas evidencias unos análisis biológicas para confirmar
los análisis anteriores de las evidencias 4, 5 y 6 y para encontrar restos humanos y
determinar así cuáles fueron los impactos en el muro, que corresponden a los
proyectiles que mataron a la víctima.
Evidencia n° 10 : El teléfono celular de la víctima nos va a dar algunos datos
importantes para la identificación de esta persona, y permitirnos, a lo mejor,
entender por qué los hechos ocurrieron de esta manera.
Apagando y encendiendo el celular aparece en pantalla el número del celular,
con este numero vamos a solicitar de la empresa de teléfonos celulares que nos den
la identificación del titular de esta línea.
Algunos celulares tienen en memoria las últimas llamadas registradas,
llamadas recibidas o llamadas hechas a partir de este teléfono. Estos datos son
sumamente importantes, ya que unas de estas últimas llamadas puede tener algo
que ver con el asunto.
De todos modos, cuando tengamos identificado el numero de teléfono,
tendremos que solicitar el listado de las llamadas efectuadas a partir de este celular
y, si es posible, el listado de las llamadas recibidas, pero sobre todo, solicitaremos,
en todos los casos, la identificación de los propietarios de estas líneas telefónicas,
ya sean teléfonos fijos o teléfonos celulares.
La evidencia n° 11, nos puede permitir identificar la clase de zapatos que
tenía el homicida, aún si esta huella no es completa y sea solo parcial, es muy difícil
que esta evidencia nos dé una orientación para la investigación.
Lo más interesante es que la suela de este zapato presentó estrías, y quedó
empapada de sangre para dejar una traza en el suelo. Durante su caminata el
individuo fue dejando poco a poco, en el suelo, la sangre de la víctima depositada en
la parte alta de las estrías de la suela de su zapato, pero la sangre que se depositó
en el fondo de la estría desaparecerá muy difícilmente, siempre van a quedar
algunas trazas de sangre en la estría, y si logramos identificar al homicida y hallar
durante el cateo, unos zapatos correspondientes a los zapatos descritos por el
testigo, tendremos que mandar estos zapatos al laboratorio de biología de los
servicios periciales, para que determinen si existen en las suelas de los zapatos,
trazas de sangre humana, y si esto se diera, que hagan un cotejo con la sangre de la
víctima.
La evidencia n° 12 : una muestra de la sangre de la víctima. Esta muestra se
levanta con un pedazo de tela de algodón, que vamos a empapar directamente en el
charco de sangre que se encuentra debajo del cuerpo de la víctima. Lo dejaremos
secar a temperatura ambiental, lo depositaremos en una bolsa de papel y lo
rotularemos para mandarlo a los servicios periciales.
Esta muestra nos permitirá hacer un análisis de sangre para determinar el
grupo sanguino al que pertenece la víctima, y más que todo nos servirá de patrón
para cualquier análisis ulterior, por ejemplo, el análisis de huellas de sangre en la
suela del zapato del homicida.
Es más fácil para los investigadores levantar en el lugar de los hechos una
muestra de sangre, que dejaremos secar, que una muestra de sangre fresca con la
cual tendremos problemas de conservación. Será más fácil al médico legista
levantar esta muestra de sangre fresca durante la autopsia.
La evidencia n° 13 : un juego de tres llaves de automóvil con un llavero
“Carrefour”, encontrado en el bolsillo derecho del occiso. En el lugar de los hechos,
si encontramos las llaves de un vehículo en las pertenencias de la víctima, tenemos
que averiguar si estas llaves no permiten abrir unos de los vehículos que se
encuentran estacionados cerca del lugar de los hechos.
En este caso, ya que no se encontró ninguna identificación en los bolsillos del
occiso, uno puede pensar que tenía su cartera en el bolso de cuero marrón que le
fue robado por el homicida. La presencia de estas llaves en su bolsillo, es el reflejo
natural de una persona que llego con su vehículo y que pensando que no va a
demorarse, va a guardar en su bolsillo, las llaves del vehículo después de haberlo
estacionado.
Encontrando el vehículo estacionado en la calle Allan Poe, lo vamos a
registrar y a identificar. Este vehículo es un VOLKSWAGEN tipo Passat de color azul
con placas de matricula n° 801CJP del Distrito Federal. Los diferentes documentos
encontrados en el interior del vehículo nos permiten identificar al propietario, y no a
la víctima, como por ejemplo al Señor A. FULANO DE TAL, que vive en el # 25 de la
calle García Lorca – Colonia Libertadores, cerca de la sucursal del banco Banamex.
Solicitaremos al encontrar este vehículo, que el fotógrafo saque una serie de
fotos del vehículo interior y exterior y que el dactiloscopista se encargue de levantar
las huellas dactilares que se pudieran encontrar en el interior del vehículo para hacer
un cotejo con las huellas levantadas durante la nacrodactilia que se practicó sobre el
occiso.
Las evidencias n° 14 y n° 15: No presentan un gran interés en el marco de la
investigación, nos permitirán por lo menos identificar al occiso, presentando estos
objetos a los familiares de la víctima, cuando los encontremos.
Estas evidencias serán de inmediato devueltas a la familia, cuando se logre
identificar plenamente a la víctima. De la misma manera devolveremos el vehículo y
sus llaves a la familia de la víctima después de haber fotografiado, levantado las
huellas y registrado el vehículo. Estas evidencias, después de la identificación formal
de la víctima, no presentan ningún interés para el buen desarrollo de nuestra
investigación.
La evidencia n° 16 : esta muestra de sangre que puede pertenecer al
vigilante, se necesitará levantarla del charco de sangre pero también, si se puede,
de la acera delante del banco, para averiguar si esta sangre pertenece al vigilante y
descartar que pertenezca a alguno de los asaltantes.
Si este no es el caso y si el análisis muestra que las gotas de sangre en la
acera, por ejemplo, son de un grupo diferente al de la sangre del charco o del
vigilante, esto nos permitirá avanzar en la hipótesis que uno de los asaltantes ha
sido herido.
La evidencia n° 17 : Se levantó esta colilla de puro antes de conocer la
versión del vigilante, ya que se encontraba botada cerca de un cenicero y a
proximidad del puesto que ocupaba el vigilante.
Es cierto que después de un asalto bancario, será interesante recuperar todos
los objetos que uno puede encontrar en el piso del banco, ya que no es común que
un cliente de la sucursal bote al suelo un papel o una colilla de cigarrillo, el cliente en
la mayoría de los casos, se desplazará para botar un papel en los cubos de basura
dispuestos para este efecto en el banco, y para apagar un cigarrillo en los ceniceros.
Los asaltantes no se desplazarán para botar algo, lo dejarán caer en el suelo en
donde se encuentren.
Vamos a mandar esta colilla de puro a los servicios periciales en la área de
biología para intentar extraer el ADN.
Con los progresos que hace la ciencia, y sobre todo los avances muy
importantes realizados por los servicios periciales estos últimos años, podremos
extraer de esta colilla unas células humanas depositadas por el delincuente con su
saliva, que nos permitirán cotejar el ADN encontrado en la colilla del puro y el ADN
del individuo si logramos identificarlo y detenerlo.
La evidencia n° 18 : la capucha encontrada en el vehículo robado
abandonado por los delincuentes.
Examinando con mucha atención esta capucha, nos vamos a dar cuenta que
esta evidencia puede ser una fuente de datos muy importante para nuestra
investigación.
Podemos encontrar en la capucha unos cabellos o unos vellos del
delincuente, ya que las capuchas están confeccionadas, muy a menudo con
materias sintéticas y con la electricidad estática esta materia atrae mucho lo que son
cabellos y pelos. Podemos entonces en la parte interior de la capucha encontrar
cabellos o pelos que podrán ser cotejados con los del delincuente si logramos
detenerlo. Además estos pelos y cabellos pueden permitir extraer el ADN del
delincuente en algunos casos, más que todo si encontramos estos cabellos o pelos
con su raíz.
Durante la entrevista que tuvimos la testigo, esta señora nos comentó que el
delincuente estaba tosiendo mucho, ya que estaba encapuchado, las partículas de
saliva que expulsó el delincuente tosiendo, se quedarán en el tejido de la capucha.
De estas partículas de saliva se podrán extraer, en el laboratorio de biología de los
servicios periciales, el ADN del homicida.
Las evidencias 19 y 20 : Son unas bandas adhesivas que tapan las placas de
matricula del vehículo robado. Uno puede tener el reflejo de arrancarlas sin ningún
cuidado, para leer el numero del vehículo e identificar así al propietario o saber si fue
robado o no, para botarlas posteriormente.
Haciendo esto, se comete una falta muy grande, ya que es muy difícil fijar una
cinta adhesiva con guantes. Los delincuentes se protegen las manos con guantes
para manejar el vehículo robado, pero no lo hacen para fijar la cinta adhesiva, y las
huellas del delincuente quedarán grabadas en la parte pegante de la cinta.
En Francia, hay dos investigaciones famosas en las cuales se logró identificar
a los delincuentes, con las huellas que dejaron en las partes pegantes de cintas
adhesivas.
El primer caso, a principios de los años ochenta, fue en el asunto del
asesinato de un Juez en Marsella. La huella del proveedor de la moto robada,
utilizada por los sicarios, fue encontrada en la parte interna de una calcomanía
pegada en la moto y utilizada para disfrazar un poco la aparencia de la moto robada.
La búsqueda en estos tiempos fue muy larga, y duró varios meses antes de
identificar al individuo con su huella, ya que en estos momentos solo existían los
ficheros monodactilares y decadactilares manuales.
El segundo caso, es la identificación en el año 96 de un delincuente, durante
la ola de atentados que hubo en esa época en Francia. El individuo había
confeccionado una bomba con un cilindro de gas, y la colocó cerca del ferrocarril del
Tren de Gran Velocidad (TGV), entre Lyon y París, el fulminante venía pegado al
cilindro de gas con una cinta adhesiva. En esta cinta se encontraron las huellas del
individuo autor de esta tentativa de atentado, y con el sistema AFIS, con el cual
ustedes podrán contar dentro de muy poco tiempo, se logró en algunas horas
identificar al delincuente.
La evidencia n° 21 : esta evidencia no presenta un interés muy grande para
nuestra investigación. Podremos entregar el vehículo a su propietario después de
haber tomado su testimonio que puede ser importante.
La evidencia n° 22 : Es importante revelar las imágenes de este videocasete
para ver si logramos identificar a uno de los delincuentes y para corroborar las
versiones de los testigos.
Será también importante difundir a los otros Estados del país las fotos
sacadas de este videocasete, con algunos datos como lo veremos a continuación
para enterarse si en otros Estados no tienen conocimiento de algunos actos
similares al que estamos investigando.
Bibliografía:
ASESINOS SERIALES. A lo largo de la historia, han existido mentes ... Cuatro de los
asesinos seriales más famosos y con las mentes más retorcidas que ...
www.lavision.com.ar/ocio/interes/crimen_serial4.htm - 42k - En caché - Páginas similares
Después de realizar estudios de 36 Asesinos Seriales, la gran mayoría de los ... En estos
casos de Asesinos Seriales, el investigador ruso Dr. Alexander ...
www.grafologiauniversitaria.com/tema%205.htm - 73k - En caché - Páginas similares
Según Douglas, los asesinos seriales tienen tres ideas fijas -la manipulación ... La mayoría de los
asesinos seriales tiene coeficiente intelectual superior ...
www.alfinal.com/Temas/seriales.shtml - 76k - En caché - Páginas similares
Biografías Seriales de Asesinos Ted Bundy · Jeffrey Dahmer · John Wayne Gacy, &nbspTodos
sabemos cuáles son los asesinos seriales, pero nosotros sabemos
 HORGAN JOHN. LA INVESTIGACIÓN PENAL ED. MCGRAW HILL MÉXICO
1982
 DIENSTEIN WILLIAM. MANUAL CIENTÍFICO DEL INVESTIGADOR
POICÍACO. ED. LIMUSA MÉXICO 1974
 CODERCH JEAN PIERRE. LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL
MATERIAL PARA FICHAR
ANTOLOGÍA DE CUENTOS POLICIALES.
Prólogo
La novela policial ha logrado una insuperable vitalidad y un indiscutible favor del
público. En los ciento once años que precedieron al de 1952, calcula Igor B.
Maslowsli, en un documentado artículo aparecido en la Revue de Criminologie et de
Police Technique, de Ginebra, que se publicaron más de treinta y cinco mil novelas
policiales y antologías de cuentos : el conocido autor Will Scott escribió por sí solo
más de don millares. José Paolo Paes, en la introducción a su obra Maravilhas do
Conto Policial 1 dice con acierto: “Esta nueva canción de gesta encontró en el gran
público un auditorio entusiasta a incansable. Ningún otro género de literatura
popular, ni aun el de novelas por entregas, de recordabas memoria, tuvo un éxito tan
rápido y tan fácil”. Pese a la falta de estadísticas, puede afirmarse, sin terror a
equivocarse, que las historian de detectives monopolizan, desde hace más de un
siglo, las preferencias del lector común.
De la importancia que se concede a la novela policial da también alguna idea la
marcada diferencia en cuantía de los premios literarios que se adjudican en Francia,
pues mientras el Goncourt lleva consigo un cheque de cinco mil francos, con el que
no puede el autor premiado cenar don noches en un restaurante parisiense de
mediana categoría, el del Quai des Orfévres o, que se destine a las novelas
policiales, se premia con cien mil.
Por otra parte, si non acercamos en tal o cual país al quiosco de una estación de
ferrocarril o a un aeropuerto cualquiera, o bien a los instalados en calles, plazas y
paseos, encontraremos que este género es el predominante entre todos los demás
que en ellos figuran; aun en las librerías, así en las más sencillas y modestas como
en las más importantes, hallaremos siempre una sección dedicada a las novelas y
cuentos policiales, ante la cual de ordinario se aglomera un mayor número de
compradores.
No cabe desconocer este hecho ni negarlo. ¿A qué puede obedecer una preferencia
tan extendida? A nuestro juicio, una de las rezones más poderosas descansa en la
forma de desarrollarse la vide del hombre moderno. La prisa, la diversidad de
ocupaciones, la gravedad y complejidad de la mayoría de. las actividades en que el
hombre se emplea, forzado por las dificultades económicas, la constelación de
grandes y pequeñas contrariedades que lo rodean, y la angustia que las más de las
veces lleva consigo, requieren más que nunca un a manera de poderoso analgésico
que libre la mente de las preocupaciones cotidianas y que apartándola de ellas le
otorgue un cierto grado de reposo en forma de alejamiento o de evasión de la
realidad. No cabe esperar que este fenómeno se produzca por virtud de lecturas
más o menos sedantes, cargadas de retórica, bella literatura y poesía ; novelas
rosas, cuentos de hadas pare mayores, etc. ; ni mucho menos sombrías tragedias
quo puedan, coincidiendo a veces por azar con la especial coyuntura en quo se halle
sumergido el lector, contribuir a entenebrecer su espíritu y a insertarlo más
decididamente en aquella realidad de quo precisamente necesita escapar. La novela
1
Maravilhas do conto policial. Introducáo a Selecáo de José Paulo Paes, organizacáo de Fernando
Correia da Silva. Sáo Paulo. [Editora Cultrix, Ltda., 19581, 8.°
policial y sobre todo el cuento policial desempeñan este benemérito servicio
cumplidamente. Es más, el cuento, por su menor extensión, llena cabalmente, como
por dosis bien calculadas, los cortos espacios de tiempo de quo el hombre de hoy,
normalmente sobreocupado, puede disponer. La novela, dada su mayor extensión,
requiere para su lectura el empleo de varias horas, cuando no días. Ocupa y recrea
la mente durante ellos, y, si es obsesionante y despierta mucho interés, como
sucede con las mejores, pasa entonces a convertirse en otra preocupación más y,
por ello, llega a interferir en el trabajo, a incluso, en ocasiones, a ejercer un efecto
contrario al que se busca.
Para apreciar la capacidad de evasión de la novela y del cuento policial, baste
recordar quo fue el género literario quo exclusivamente acompañó al pueblo
londinense en los refugios durante los alucinantes bombardeos aéreos de la pasada
guerra mundial.
La novela y el cuento policial explotan la curiosidad del hombre, curiosidad quo con
él nace y lo sigue hasta la muerte, y a la quo debe en su mayor medida el progreso
humano. Sin la curiosidad, el hombre no hubiera alcanzado la serie innumerable de
descubrimientos, origen del bienestar presente: el triunfo sobre el dolor, las
enfermedades y la muerte. Sin espíritu de curiosidad, el hombre viviría la vida
siempre igual y embrutecedora de la selva. Por eso, la lectura de estas obras quo
explotan la curiosidad del hombre guarda estrecha semejanza con muchos otros
entretenimientos quo la tienen por base y se concretan en un frívolo ejercicio
intelectual, sin trascendencia como las charadas, el ajedrez, los acertijos y hasta
ciertos problemas matemáticos, livianos ejercicios de la mente, a la quo ocupan sin
herirla ni perturbarla. Terminado el juego, así como la lectura de este tipo de obras,
no queda huella, preocupación, ni vestigio alguno quo pueda perturbar el desarrollo
normal de las actividades profesionales. No fija en el subconsciente ese vivo dolor
quo otras lecturas producen y quo se manifiesta exteriormente con múltiples
síntomas y variados matices: irritación, amargura, preocupación, tristeza... De
ordinario, tales impresiones permanecen como flotando en el misterioso fondo de la
conciencia, mas a votes suben a la superficie y causan en el carácter inexplicables
anomalías.
La novela policial es, de otra parte, lectura corriente del hombre consagrado al
estudio, típica precisamente del trabajador intelectual. Existen, sin duda alguna,
ciertas concomitancias entre la investigación de un agente patógeno, un microbio, un
fenómeno físico, un accidente geológico y la pesquisa del autor de un crimen
misterioso, hábilmente entretejido por el arte y la inteligencia de un buen escritor. Al
correr de nuestra ya larga vida de bibliotecario hemos podido comprobar la rigurosa
exactitud de este aserto. Catedráticos, investigadores, hombres consagrados a la
ciencia, nos han confirmado de consuno su interés, cuando no su decidida
predilección, por la lectura de las obras de este género: unos con vivas
manifestaciones de elogio, patentes muestras de una erudición casi sorprendente y
un dominio casi perfecto de la materia; otros, con cierta timidez, hasta con rubor, por
considerar, sin duda, quo la novela y el cuento policial se salen de los límites propios
del arte literario y carecen, por lo tanto, del mínimo valor necesario para quo
hombres de elevada formación científica, quo, por añadidura, desempeñan puestos
de alto relieve en la vida intelectual, puedan justificar su asiduidad en el cultivo de
estas lecturas. Verdad es que la desmedida producción de pésimas novelas
policíacas, en las que con frecuencia ni el sentido común anida, ni lucen en parte
alguna las musas ni las bellas tetras, justifica la discutible posición que sostienen.
Como dice Del Rosal: “Ya no existe terror alguno por nuestra parte de decir, ya que
se expuso por los estudiosos de la cuestión, que la novela policíaca es un género
literario”. Simenon, que en un principio llamó al género “semiliterario”, ha tenido que
reconocer la plenitud artística y literaria de esta rama de las bellas tetras. Las
buenas novelas, los cuentos policiales, forman hoy, en efecto, todo un género
literario bien definido, Reno de dignidad y de arte, que ha merecido y viene
mereciendo que las plumas de los escritores más distinguidos, los de más alto
relieve en el campo de la crítica se ocupen con interés y hasta con marcado
entusiasmo de él. En el área de la literatura y del periodismo, sin salirnos fuera de
nuestra esfera nacional, recordamos, por ejemplo, a Nicolás González Ruiz, autor
del precioso artículo titulado “Filosofía y Pedagogía de lo policiaco” ( 2); en el del
derecho penal al docto Catedrático de esta asignatura en la Universidad de: Madrid,
don Juan del Rosal (3), que le ha dedicado un erudito y exhaustivo libro titulado
Crimen y Criminal en la novela policíaca, tan Reno de apasionante interés y de
maduras y bien ponderadas observaciones, que su lectura no desmerece de la
propia del cuento policial. En más de cuatrocientas páginas el autor examina el
género desde sus diversos puntos de vista, con la excepcional competencia que le
otorga su acreditada formación científica en materia de criminología y de derecho
penal, y entre otras cocas dice, a este respecto: “Pero ahora no es posible dar de
lado a una producción que inunda el mercado del libro, se imprime cada día más
cuidadosamente, suministra argumentos al cine y aroma su faz por entre la literatura
seria", y, para no citar más, en el de la Medicina, al docto Catedrático de Historia de
la Medicina y destacado filósofo don Pedro Laín Entralgo ( 4), que, en su estudio La
novela policíaca, ha tratado el género con la profundidad que caracteriza a toda su
obra y el interés que, como hemos dicho, despierta entre los hombres de ciencia.
“Acabo de tocar -dice en su citado trabajo- una de las notas esenciales de la novela
policíaca: su carácter estrictamente intelectual. Quienes piensan que la novela
policíaca (la buena, se entiende) es sólo un cercado de emociones para espíritus
infantiles o adolescentes, incurren en gravísimo error”. Y en otro lugar añade: “Los
supuestos históricos que prestan favor y consistencia a esta clase de novelas
pertenecen a nuestro tiempo”.
Como sostienen René Welter y Austin Warren en su erudito estudio titulado Teoría
literaria (5), el género debe entenderse como agrupación de obras literarias basadas
teóricamente tanto en la forma exterior (metro o estructura específicos) como en la
interior (actitud, tono, propósito: dicho más cómodamente, tema y público).
Condiciones que se dan en la literatura policial. Pero al tratar de géneros no se debe
confundir la teoría clásica, de carácter normativo y preceptivo, con la moderna, que
es principalmente descriptiva. Ni fija el número de género posibles, ni da reglas a
que atenerse a los autores, ni es ajena a la idea de que puedan mezclarse,
NCOLÁS GONZÁLEZ Ruiz, Filosofía y Pedagogía de lo policíaco. “El Español”, número 52, 20 octubre 1943
JUAN DEL ROSAL, Crimen y criminal en la novela policíaca. Madrid, Instituto Editorial Reus, 1947, 16.°
4
PEDRO LAÍN ENTRALGO La aventura de Leer, vol. 1279 de la Colección Austral. Madrid, Editorial EspasaCalpe S. A., 1956, 8.°, página 91, “La novela policíaca”.
2
3
4
RENÉ WELLER Y AUSTIN WARREN, Teoría Literaria. Madrid, l963
tendencia a que se inclinan los ases de la novela y del cuento policial moderno.
Weller y Warren consideran a que los géneros pueden constituirse sobre la base de
la inclusividad o "riqueza" lo mismo que sobre la de "pureza" (género por
acumulación lo mismo que por reducción).
No cabe, en fin, fijar un canon a la novela ni al cuento policial. Como dice con acierto
Juan Luis Alborg en su estudio Hora actual de la novela española (6): o Cada escritor
traza su propia meta y su camino ; la novela es un género esencialmente propio que
no admite patrones, y cada novelista puede cortar un sayo de su capa”. Coincidimos
con él en apreciar que han pasado los tiempos en que para apreciar o rechazar una
obra bastaba con descubrir si se acomodaba o no a las reglas de las preceptivas
literarias.
A esta tendencia en la novela moderna a abrir los brazos a las ideas más opuestas,
a los temperamentos más contrarios y a recibir las teorías estéticas más diversas, se
adelanta ya Maupassant al decirnos:
“Estos críticos, aunque no son productores, están atestados en una escuela y
rechazan como los mismos novelistas todas las obras concebidas y ejecutadas fuera
de su estética.
Un crítico inteligente debería, por el contrario, investigar aquello que es más
desemejante con las novelas ya hechas y alentar en lo posible a los jóvenes a que
intenten abrir derroteros originales. Todos los escritores, lo mismo Hugo que Zola,
han reclamado con insistencia el derecho absoluto, el derecho indiscutible a
componer, es decir, a imaginar, a observar, según su concepto personal del arte. El
talento promueve la originalidad, que es una manera peculiar de pensar, de ver, de
comprender y de juzgar. Por tanto, el crítico que pretenda definir la novela
ateniéndose a la idea que se ha formado según las novelas que a él le gustan, y
establecer ciertas reglas invariables de composición, luchará siempre contra un
temperamento artístico que surge con una nueva manera. La mayor parte de los
críticos no pasan de ser lectores, de donde proviene que nos amonestan sin razón o
nos lisonjean sin reserva ni medida. El lector busca en un libro satisfacer únicamente
la tendencia natural de su espíritu; exige del escritor que responda a su gusto
predominante de lector, y calificará de fijo como notables y bien escritas aquellas
obras o pasajes que agraden a su imaginación, idealista, jovial, picaresca, triste,
soñadora o positiva. En suma, el público está compuesto de grupos numerosos, que
cada cual, por su parte, nos grita: "Consuélame. Duérmeme. Entristéceme.
Enternéceme. Hazme soñar. Hazme reír. Estreméceme. Hazme llorar. Hazme
pensar ". Sólo algunos espíritus de selección pedirán al artista: “Haz algo bello en la
forma que mejor convenga con lo temperamento" .
Como dice Pérez de Ayala (7), a desde el momento que universalmente y de siempre
a todas estas obras se las llama novelas y no dramas y odas, es porque tienen algo,
lo esencial, de común entre sí ; es porque constituyen un género literario definido.
6
7
JUAN LUIS ALBORG, Hora actual do la novela española.
RAMÓN PÉREZ DR: AYALA, Principios y finales de la novela. Madrid, Taurus, 1958.
DIFERENCIAS DE LA NOVELA POLICIAL CON LA DE AVENTURAS Y LA
CRIMINAL O NEGRA
La novela policial guarda estrecha relación con la de aventuras, la de misterio y la
negra o criminológica. Coincide, la novela de aventuras con la policial en que “una y
otra narración según Laín Entralgo -sucesos graves y sorprendentes para la persona
que los soporta (robos, asesinatos, peligros extremados, etc.)”. Estos sucesos
sobrevienen azarosamente, allende toda previsión racional. Se diferencian en que el
peligro de la aventura puede o no consumarse ; en cambio, en la policial se
consuma siempre. En que el azar en la de aventura es puro ; en la policial es
forzosamente intencionado, al menos para el criminal; difieren también en rareza y
en oscuridad. En la novela de aventuras el crimen es siempre abierto, patente,
franco; el crimen, en la novela policial, es necesariamente complejo y oscuro,
misterioso, cometido ordinariamente por una persona calculadora, fría y metódica.
Por último, la oscuridad del crimen, la necesidad de llegar a ser descubierto
lentamente por medio de investigaciones minuciosas y prolijas, es de todo punto
contrario al sistema a que obedece en la novela de aventuras, donde el
descubrimiento del crimen se logra rápidamente, pasta, como suele decirse, de un
tirón. A ello obedece el que el crimen en la novela policíaca sea único o, a lo más,
doble, y en este caso estén íntimamente ligados entre sí, mientras que, en la de
aventuras, pueden ser varios a independientes sus circunstancias y, por tanto,
sucede en forma de episodios. Se distingue también de la novela de misterio y
terror, aunque ésta sea pariente por doble vínculo de la policial y mochas veces se
confunda con ella. En primer término existen numerosas obras policiales en las que
el miedo o el terror juegan un papel principal, como en El perro de los Baskerville, de
Conan Doyle, pero sin que oscurezca ni perturbe su carácter policial; en segundo
lugar actúan como reactivo del espíritu, pues ambas coinciden en disponer de una
fuerte capacidad para producir el alejamiento o evasión del lector. Su acción es tan
fuerte y eficaz, que durante nuestros servicios como bibliotecarios en los hospitales
de guerra, recetábamos este género de lectura a los heridos, a los que padecían
dolores físicos, comezones a hondas preocupaciones familiares. Transcurridos uno
o varios días, al acudir a renovarles la lectura, nos dijeron en múltiples ocasiones:
“Siga usted trayéndome libros de este género, pues mientras los leo me duele
menos la herida”... ”No me acuerdo de que me van a operar o... “Me olvido de la
situación en que se hallarán los míos o, etc.
La emoción fascinante del miedo, del terror, es tan antigua como la Humanidad.
Desde los tiempos más primitivos pasta nuestros días, el hombre ha vivido y vive en
continua posibilidad de experimentar los efectos de este peculiar estado de espíritu,
capaz de conmoverle más profundamente que cualquier otro. Sin esta emoción, los
toros, el circo, las carreras de automóviles y demás espectáculos de peligro
perderían su atracción, tanto para contemplarlos como espectador, como para
ponerlos en práctica. Los cuentos de aparecidos, fantasmas, brujas y duendes
figuran en todas las literaturas y en todos los tiempos. A su manifestación
cinematográfica acompaña en nuestros días el éxito popular.
Pese a todos estos puntos de contacto, la literatura del misterio y del terror se
diferencia fundamentalmente de la policial en que mientras en la novela de detección
el misterio ha de quedar necesariamente disipado, pues a disiparlo se dedica toda la
acción, en la del misterio, éste no se disipa necesariamente. El misterio puede
quedar tal como se ha producido o narrado, y precisamente en la confusión de
espíritu que deja reside el mayor atractivo y la fuerza superior de la obra. Si se trata
de una historia de apariciones y la aparición persiste pasta el final de la narración
como en el Diablo Amoroso o La Venus d' I lle, o como en ciertos cuentos de Edgar
Poe, su lectura nos sumerge en un estado de duda, de miedo, de terror, que es en
suma la reacción que el autor ha pretendido despertar en nosotros. Cuando el
misterio halla una solución y queda explicado como sucede en la mayoría de las
obras de Mrs. Radcliffe, entonces estamos propiamente rozando los límites de la
novela policial.
La novela policial, en fin, no time nada que ver con la novela de crímenes, la novela
negra, la que en alemán es conocida bajo el nombre de “Kriminal-roman”, porque,
aunque en la mayoría de las ocasiones el objeto del análisis se crea en torno a la
comisión de un crimen, no es ésta una condición indispensable, ya que las hay en
torno al descubrimiento de tesoros, etc., y en ningún caso se explota el crimen en
sus detalles sangrientos ni se desciende a la repugnante pintura de lo macabro.
EL DELITO Y LA LITERATURA
Si el delito es tema inexcusable de la novela y del cuento policial, no hay que olvidar
que desde otro punto de vista ha sido también el de las obras más destacadas y
eternas de la literatura universal.
Sin que esta idea nos lleve a afirmar, como hate Tomás de Quincey, entre las
densas brumas creadas en su cerebro por el alcohol y el insomnio, que el asesinato
es una de las Bellas Artes, nos unimos, sin embargo, a Quintano Ripollés (8) cuando
dice que ha sido fuente inagotable de inspiración literaria.
Procede, en efecto, recordar con dicho autor, aunque muy brevemente, que el
fratricidio de Caín abre las puertas de la literatura por excelencia la Biblia; los
grandes creadores del teatro griego, Esquilo, Sófocles y Eurípides, con sus
Orestíada, Edipo, Electra, Ifigenia, etc., nos dan el asesinato, el adulterio, el incesto
y otros delitos como fuente de inspiración y asuntos de sus obras, sin que a ello
ponga reparo la distinta condición de sus personajes, que son en Esquilo dioses, en
8
ANTONIO QUINTANO RIPOLLÉS, La criminología en la literatura universal. Ensayo de propedéutica
biológica criminal sobre fuentes literarias. Barcelona, Bosch, Casa editorial, 1951, 4.°
Sófocles héroes y en Eurípides hombres. Si recordamos someramente la literatura
latina, acuden los ejemplos en tropel, de los que apenas podemos exceptuar a un
Horacio y a un Virgilio; algunos llegan incluso a escribir sobre las mayores
degradaciones, como, por ejemplo, Ovidio, Tíbulo y más especialmente Suetonio,
con el hórrido desfile de Los Doce Césares.
En la Edad Media, Prudencio y otros escritores nos describen con minuciosidad los
macabros detalles de los feroces martirios a que fueron sometidos los primeros
cristianos; las literaturas romances en sus albores tienen como adobo indispensable
de sus obras crímenes y delitos a granel. Así, el Poema del Mio Cid, Los Siete
infantes de Lara, etc., en nuestra literatura; Los Nibelungos, Los Eddas, etc., en la
extranjera. Los famosos templarios medievales, tan bellamente estudiados por J.
Welter (9) precisamente por los fines perseguidos de ejemplaridad, incluyen en sus
páginas asuntos parecidos, que culminan en la propia Divina Comedia, de Dante,
con el incesto de Paolo y Francesca
Éste que de mí nunca se separó.
La boca me besó todo tembloroso.
El Renacimiento volvió los ojos a la impura temática de la tragedia grecorromana, a
la que en España añadimos nuestra famosa picaresca, con la que el arte literario
desciende a los más bajos fondos sociales. Otro tanto ocurre durante los siglos XVII
y XVIII sin que el esplendor de nuestra literatura en su más áureo período sea
excepción a la regla sentada. El siglo XIX añade a la declamación política,
meramente narrativa con fines moralizantes, el análisis profundo del alma del
delincuente, el estudio introspectivo del autor del delito, con lo que adquiere un valor
antes no conocido como contribución preciosa pare el estudio de la psicología
criminal. Inmortales han pasado a ser Julián Sorel, de Stendhal; Raskolnikov, de
Dostojevski; El Discípulo, de Paul Bourget; el Lafcadio, de Gide; el pícaro Vautrion,
de la Comedia Humana, de Balzac. Obras maestras de la literatura del siglo son, a
su vez: El Inocente, de Gabriel D'Annunzio; El retrato de Dorian Grey, de Oscar
Wilde; Les Souvenirs de la Cour d' Assizes, al que se ha calificado de verdadero
libro de texto de la ciencia penal; Los Tejedores y Floryan Geyer, de Haupmann,
donde se estudia magistralmente la criminalidad de las masas ; las obras, en fin, de
Franck Wedekind (10), Franz Werfel (11), Leonhard Frank (12) y Hermann Ungar (13),
en las que se analiza con vuelos de pediatría las psicosis infantiles; las novelas
típicamente paranoicas de Kafka, Die Verwandlung Des Prozess, y Berlin
Alexanderplatz, del admirable psiquiatra berlinés Alfred Doblin, en las que se estudia
de modo insuperable la influencia del medio.
9
J. T. WELTER, L' Exemplum daps (a littérature religieuse et didactique du molten áge. París, 1927, 4.°
10
Frühlingserwachen.
Nicht der Mörder, der Ermordete ist schu(dig
12 Die Rauberbande.
13 Knaben and Mörder.
11
Por último, esta producción se ve completada y aun superada, de una parte, por la
de origen nórdico, ante la que palidecen el existencialismo del francés Sartre con la
moral nietzcheana y los instintos desenfrenados de los personajes que pueblan las
creaciones de los Ibsen, Bjöernson y Strindberg, autores estos últimos de El
Periodista y El Padre, caracteres estudiados con más frecuencia y substancial
provecho en las cátedras de Derecho penal que en las de Literatura. De otra parte,
los rusos, atraídos de continuo por el análisis psicológico del delincuente y del
anormal, cuyos ejemplos son tan numerosos, que es difícil intentar enumerarlos sin
verse obligado a escribir la historia íntegra de la literatura rusa: Pushkin, Tolstoi,
Dostojevski, Andreiev, Gorki, etcétera. Materia de un interés absorbente y
admirablemente tratada por Ferri (14), Proal (15), Lafort (16) y otros muchos; Patrizi
(17), Benedikt (18), Galante (19), Sighele (20), Ziino (21); entre los nuestros, por Del
Rosal en su obra citada Crimen y criminal en la novela policíaca, y más concreta y
profundamente en el precioso libro de Quintano Ripollés La criminología en la
literatura universal, cuya deliciosa lectura, llena de profundas enseñanzas, no
dudamos en recomendar al público culto en general, a los amantes de la buena
literatura y, sin vacilación y en todo caso, al que quiera especializarse como escritor
en el género policial.
CUENTO O NOVELA
Se discute si el género policial se acomoda mejor al cuento o a la novela. A nuestro
juicio, y al de la mayoría de los escritores que han estudiado la materia, se adapta
mejor por sus condiciones y caracteres al cuento. Joáo Gaspar Simóens, en la
introducción al primer Volumen de la serie Ios mejores cuentos policiales, nos dice:
“Cuento policial no es lo mismo que novela policial”. En verdad así es: críticos y
especialistas sostienen con unanimidad que “la más genuina expresión del género
policial se encuentra en el cuento y no en la novela”. Esta afirmación es sostenida
por autores de la alta categoría de Ellery Queen, el crítico inglés H. Douglas
Thomson y muchos otros, y está confirmada, además, por la propia producción de
los creadores del género: Poe, Conan Doyle, Leblanc, Futselles, etc. Las
características del cuento policial difieren tanto de las propias de la novela, requieren
tan distintas aptitudes en el escritor, que pocas veces quienes más se destacaron en
la producción de magníficos cuentos policiales lograron escribir buenas novelas, y
viceversa.
La razón a que obedece, ello no obstante, el predominio en la producción de, la
novela sobre el cuento y la manifiesta inclinación del actor a escribir novelas antes
que cuentos, se explica por una razón de carácter económico. Es mucho más difícil
14
Les criminels dans la Littérature. París, 1902.
Le crime et le suicide passionels. París, 1900
16 Le type criminel d'aprés les savants et les artistes. Lyón, 1892.
17 La Psicologia a I' anthropologia criminale nel romanzo contemporaneo. Turín, 1892.
18 Kriminalanthropologie in der Kunst and in der Wissenschaff. Deutsche Revue, II, año 1898.
19 Due delinquenti nel Arte. Anonalo o, VII, 1895
20 Delitti a delinquents danteschi. Trento, 1897.
21 Shakespeare a la scienza moderna. Palermo, l 897.
15
componer una buena obra coma, que una larga regular. Cuando el escritor dispone
de un acertado asunto policial prefiere escribir una novela a un cuento, porque la
novela le producirá muchos más beneficios económicos que el cuento.
Por último, el cuento, después de gestiones nada fáciles y de esperas normalmente
muy prolongadas, sale a la luz pública en unión de otros trabajos, en una revista o
magazine, y nace bajo la amenaza de diluirse en la colección. Merced a ello resulta
dudosa la esperanza de que pueda aparecer algún día en forma de Volumen
independiente, o de llegar a figurar en la historia de la literatura de su país y aun de
contar en la propia bibliografía de sus obras, cuando no es el propio actor quien las
colecta y cataloga. Quienes como nosotros hayan tenido que acudir constantemente
a la redacción de múltiples revistas pare solicitar los derechos de traducción de los
cuentos que en ellas han aparecido, saben muy bien el grado en que quedan
sepultados en sus archivos todo género de noticias a su respecto y las
desesperantes dificultades que ofrece desenterrarlos.
El vivo interés que ha de despertar el género policial, rayano a veces en angustia, no
se presta a una lectura lenta y sosegada, a una lectura que exija varios días,
frecuentes interrupciones y mochas horas de dedicación, de todo punto
incompatibles con el género de vida y el tiempo de que para descanso se dispone
actualmente. Si el interés de la novela responde a las exigencias del género, el
lector, cuando ve llegado el momento de tener que suspender la lectura para
marchar a su trabajo, abrirá la novela por el final y satisfará su curiosidad en unos
minutos. Con ello habrá perdido el interés pare continuar la lectura y habrá frustrado
los deseos del escritor. Y si no obra así, por disponer de la suficiente fuerza de
voluntad pare vencer la tentación, cabe que uno de los más nobles fines del género
policial, la evasión, el apartar el pensamiento de la lucha diaria de los negocios, y los
problemas domésticos, pare lograr el descanso, se recargue con una preocupación
más, propia de la curiosidad despertado por conocer la solución que a la trama haya
dado el escritor. Teniendo en cuenta estas circunstancias, el género policial, por
todas sus características y fines, debe acomodarse a la extensión propia del cuento
y no a la novela, que, en la mayoría de los casos, no son otra cosa que cuentos
estirados, inflados con pasajes anodinos que quitan velocidad, acción, dinamismo y
fuerza al asunto principal, y que con frecuencia actúan de barreras por las que saltan
sin detenerse los ávidos ojos del lector tan pronto como las descubre o entra en
ellas.
¿ES RECOMENDABLE LA NOVELA POLICIAL? LA MORAL
Con harta frecuencia se combate el género policial desde la prensa, atribuyéndole aunque más directamente a su proyección cinematográfica -una influencia
perniciosa sobre las mesas menos formadas, los niños y los jóvenes. Esta posición
no sólo es sustentada por discretas plumas españolas, sino que halla también
periódicamente eco entre periodistas extranjeros de fama y reconocido prestigio. En
tanto que esta crítica sólo se concrete a esgrimir como argumento contra él la
influencia que la lectura ejerce sobre el lector, en el terreno de los principios, nada
tenemos que objetar. La bibliopsicología, que estudia esta materia, es toda una
ciencia en marcha. El libro es ante todo un o reactivo del espíritu”: ante él las
reacciones individuales son múltiples, insospechadas y may diversas. Un mismo
libro puede ser “medicine del alma” pare uno y veneno destructor pare otro; por ello,
la moderna bibliopsicología, fundándose en esta ciencia incipiente, estudia la
literatura desde el punto de vista de los efectos que las obras producen en el lector;
de las reacciones que pueden despertar en el individuo según su edad, estado de
salad, temperamento, carácter, gustos, aficiones, etc., con el fin de poder “recetarle”
aquella lectura que más le acomode y mayor provecho pueda reportarle. Nadie se
ha formado en la lectura de las obras científicas: la física, la química, la ingeniería...
El hombre debe propiamente su formación a la literatura recreativa. En la literatura
científica puede aprenderse a curar a un enfermo, resolver una ecuación, construir
un puente, etc. ; en la literatura de ficción es donde, con suma frecuencia, nos
encontramos y aun nos descubrimos a nosotros mismos. Donde se adquieren
nociones de toda índole social y familiar, donde se observe cómo se comporta el
hombre ante los más variados problemas: el amor, el trato con los padres y los
amigos, y aun con los enemigos, si se tienen, y donde se hallan soluciones vitales
pare nuestra propia felicidad. Su valor formativo es inmenso. La literatura de ficción
obra como el gas do óxido carbónico, que, por inodoro, no lo percibe el hombre
desde un principio, y sólo se da cuenta de él cuando los desmayos, el sudor frío y
los primeros síntomas de envenenamiento hacen acto de presencia ; en ello estriba
su mayor peligro.
Los mayores genios de la historia se han formado en los libros. Dícese que la Ilíada
modeló a Alejandro; la Cyropedia, a Escipión Emiliano; los Comentarios, de Julio
César, a Napoleón; que Tucídides se descubrió en Heródoto, Sófocles en Homero,
Epicuro en Demetrio, Silvio Pellico en Foscolo, Pushkin en Shakespeare... En los
Santos Evangelios, numerosos santos, religiosos y misioneros. Millares son, por otra
parte, también los que han descendido a crímenes repugnantes, que han pagado
con la vida, por el maléfico influjo de lecturas perniciosas. Estamos convencidos de
que si a un débil mental, aquejado de un complejo psíquico, se le alimentara
espiritualmente con las lecturas que cayeron en manos del asesino de Canalejas,
hay sobrados motivos para presumir que incurriría también en delito semejante.
Notorio es que la lectura de los libros románticos son perjudiciales a los románticos ;
las novelas introspectivas, dramáticas y psicológicas causan graves perturbaciones
psíquicas en las jóvenes entre los 10 y 16 años, en que la mujer sufre casi siempre
ciertos complejos de inferioridad, etc. Por ello, no es arriesgado pronosticar que
llegará un día en el que toda persona culta a inteligente, previo el análisis necesario,
poseerá y llevará consigo su ficha caracteriológica de lector, como llevan hoy las
personas, en los países más desarrollados, la ficha analítica de su sangre, tan
indispensable para salvar la vida en casos de accidente, operaciones, etc., y en que
a los dependientes de librería, como a los dependientes de farmacia, por razones de
no inferior peso, se les exigirá poseer el título de licenciado en Filosofía y Letras. Los
libreros realizarán de esta suerte una benemérita función de profilaxis social,
sustituyendo para bien del lector el libro que erróneamente se solicita por el que se
debió solicitar, el que puede infligir un daño por el que ha de reportar un bien,
ayudando así a los lectores a ser más felices, más sabios y mejores.
Ahora bien : ¿es que la novela policial, que termina siempre por el triunfo del policía
sobre el delincuente, del bien sobre el mal y, en definitiva, con el triunfo de la justicia,
puede considerarse como perniciosa? ¿No es más cierto que, por el contrario,
guarda gran semejanza con los libros de la caballería andante? Un escritor de tan
profunda a indiscutible formación católica, como nuestro querido amigo Nicolás
González Ruiz, ex redactor de El Debate y actual redactor del diario Ya, en su
artículo, varias veces citado, nos dice, a este respecto: o Lo épico-heroico se ha
hecho policíaco, en nuestra edad organizada. La epopeya real es colectiva y
metódica. Los heroísmos individuales son sumandos de la acción conjunta. El héroe
señalado pertenece a la esfera de lo genial a inaccesible para la mayoría. El hombre
medio se refugia en la imaginación para satisfacer sus ansias heroicas. Su historia
de caballerías es novela de detectives o película policíaca. Hay una línea ideal,
profunda y cierta, que conduce desde Palmerin de Oliva a Philo Vance. Una cohorte
numerosa, formada, en cabeza, por los pajes de las antecámaras y cerrada por los
dependientes de comercio, sueña en el triunfo de la justicia y del bien, sobre las
páginas primitivas y las pantallas modernas. con ellos, el rostro embozado, no
sabemos por qué, caminan algunos hidalgos y algunos profesores. Saquemos a la
luz, en cuanto nos sea posible, la evolución v la enseñanza de esta corriente
sentimental”. Y añade a continuación: o “Exactamente en la misma línea del libro de
caballerías, la novela o la película policíaca, nos ofrecen el case de la protección del
bueno desvalido contra el malvado poderoso”.
Por otra parte, el agustino R. P. Félix García, fine escritor y crítico de notorio
prestigio, en un interesante artículo titulado “De la novela policíaca”, inserto en el
diario madrileño ABC, coincide en apreciar las semejanzas que halla González Ruiz
entre la novela policial y los libros de caballería ; distingue, naturalmente, entre “la
plaga de novelas detestadas que constituyen una agresión al buen gusto, al sentido
común y no pocas veces a la moral, que invaden librerías y quioscos a granel; cómo
han de distinguirse las buenas novelas de Caballería, tan extensamente solicitadas
en su tiempo, de las disparatadas producciones en que más tarde se convirtieron,
sin que por ello haya razón para considerar el género come detestable”.
Hecha esta salvedad, el R. P. Félix García pregunta: o Ahora bien, ¿qué cabe
afirmar de la novela policíaca en relación con la moralidad? ¿Es el género policíaco
reprobable desde el punto de vista moral, tanto por su concepción come por su
desarrollo? Ni por su objeto, ni por su fin, ni por las circunstancias, existe motivo
alguno que haga condenable en sí mismo, o a priori, a un género literario que time
una finalidad determinada, que no sólo no implica oposición alguna con la moralidad,
sine que más bien, si se mantiene dentro de unos cánones estéticos y de una lógica
que condiciona rectamente el juego de los actos humanos en función, habrá que
decir que, sin pretenderlo, ha de resultar incuestionablemente moral. La inmoralidad
presupone una intención, una objetiva deformidad que lesiona los principios del
orden o de la honestidad. ¿Y hay algún principio o canon que determine una
exigencia inmoral de la concepción, en la estructura o en el desarrollo de la novela
policíaca? Torpeza insigne sería condenar un género literario, come tal género,
siempre que no implique un propósito, una intención o una ejecución que hiera las
normas de la moral, de la decencia o del buen gusto. Y nada hay en la novela
policíaca que, en principio y por definición, tropiece con los postulados del buen
gusto ni de la moral”.
Reconoce el citado autor que la novela policial puede ser causa de desvaríos y
exaltaciones imaginativas, chifladuras y hasta conducir al gansterismo y al
detectivismo, cuando actúa sobre temperamentos imaginativos y lectores juveniles.
“Pero - declara al mismo tiempo -no creo que el mal radique cabalmente en los libros
que, de suyo, hacen como ingrediente necesario el interés, la intriga, la
complicación, para retener y excitar la afición y el gusto del lector. El mal, más que
en los libros, estará, en este case, en la falta de moderación del lector... Los
estragos tan ponderados de la novela policíaca son, pues, más achacables a los
lectores incontinentes que a la novela, que, si es buena y cumple los requisitos de la
auténtica novela policíaca, por fuerza ha de interesar y de intrigar la imaginación con
sus peripecias y enredos. El peligro de la novela policíaca, come el del "cine", como
de tantas cosas que son lícitas, honestas y artísticas en sí mismas, hay que buscarlo
siempre en la inmoderación, en el abuse, en la contenida voracidad con que se
entreguen a ellos. Pero eso es ya un problema de educación, de formación
individual”.
Si alguna vez surge en el cuento un personaje atormentado y hermético, tocado de
manifestaciones psicopáticas depresivas, de vicios condenables, es de ordinario el
delincuente mismo; en tales casos, está descrito de modo y manera que excluye
toda posibilidad de inspirar sentimiento alguno de simpatía, razón por la cual lleva
consigo aparejada la condenación y la repulsa. La técnica obligada del género
policial se aparta y distancia de la pintura de sujetos anormales propia de la novela
psicológica, que tanto auge alcanza después de la segunda guerra mundial, en, la
que, con frecuencia, el protagonista se infiltra insensiblemente en el subconsciente
de aquellos lectores que, tocados de anomalías psíquicas, se identifican fácilmente
con él, por encontrar un otro yo, y acentuar en ellos su concepto amargo y pesimista
de la vida o bien fomentar en su espíritu la desesperación y el desencanto. Males
que la lectura del verdadero género policial no causa jamás por la acusada
diferencia de su técnica, método y propósitos.
El género policial, como hemos dicho, es narración ordenada de sucesos ficticios,
pero verosímiles, dirigidos a deleitar al lector, apartándolo de los problemas y de las
pequeñas contrariedades de la vida diaria, sumándolos a la empresa de descubrir y
entregar a la justicia al autor de un delito misterioso, mediante el empleo de la
técnica y el método propio de la investigación científica. No se da en él propicia
ocasión para contribuir con sus argumentos y descripciones a la corrupción de las
costumbres; tampoco a servir de instrumento moralista, eco de sermón, ni voz de
púlpito; pero siempre responde a un sentimiento moral y humano: el triunfo de la
verdad, del bien y de la justicia, lograda merced a actor que muchas veces exigen
actitudes rayanas en heroismo con riesgo de perder la vida y siempre el ejercicio de
la inteligencia y de la lógica en alto grado. Responde de todo en todo a la tendencia
del alma humana hacia lo extraordinario y lo maravilloso, hacia su deseo de hallar un
mundo mejor, más justo y más perfecto.
Por último, lo que nosotros pensamos sobre la materia lo resume el Reverendo
Padre Félix García con claridad y acierto en las siguientes breves palabras: o Creo
que en el caso de la novela policíaca, la auténtica y digna de llevar ere nombre, más
bien es dable señal para el lector sensato, no para el inmoderado a inteligente, una
fuente de estímulos, un acicate del ingenio, un reactivo de la imaginación, una huida
de la realidad cotidiana un manantial de sana alegría y un excitante del ímpetu
juvenil”.
SUS CARACTERES: SU DEFINICIÓN
No permiten las reducidas proporciones de un prólogo extenderse en la exposición
detallada y metódica de los caracteres propios del género literario que nos ocupa ;
por ello, nos limitaremos a dar aquí aquellas notas más generales, que pueden
contribuir a formar un juicio claro y preciso de él, en consonancia con los principios a
que responde y a las finalidades que persigue.
A este propósito obedece el que nos separemos del intento del conocido crítico J. L.
Borges, que ha redactado nada menos que todo un código comprensivo de los
principios y reglas a que debe someterse la novela policíaca. Los escritores que más
alto nivel alcanzan en nuestros días, tales como Simenon, a quien Mauriac
considera como el mejor novelista de nuestro tiempo, no se adaptan, sin embargo, a
los preceptor y reglas establecidos por dicho autor.
Las características de mayor relieve de la novela o cuento policial son:
Primera. La de aparecer escrito en un orden inverso; lo que debió ser materia del
último capítulo suele figurar en el primero. Es, por tanto, una obra que se escribe al
revés. El argumento se inicia con la aparición de un hecho delictivo con frecuencia
misterioso a la vez : robo, asesinato o ambas cosas a un tiempo... Después de la
descripción minuciosa del delito y de la aparición del policía y del detective, el resto
se consagra a la pesquisa del criminal por distintos procedimientos de observación
metódica, para llegar al final en el que se explica cómo se realizó el hecho, siempre
dentro de un respeto fiel a la clásica unidad de tiempo y de espacio.
La novela policial es, pues, una especie de problema matemático, de teorema; todo
lo demás es de carácter accesorio y meramente decorativo Si alguna vez se
extiende en el adorno más de lo debido, si no guarda la necesaria proporción y
equilibrio, puede perjudicarse y dañar su capacidad de sostener vivo el interés del
lector. Toda la técnica del cuento policial descansa sobre la batalla, llena de
incidentes, que se entabla entre el lector y el autor éste ha logrado ocultar su baza
hasta el final de la novela -dice con acierto Simenon-. En efecto, si se conociera de
antemano quién es el criminal, la lectura carecería de interés. Por ello, la novela
policial no es novela que se lea dos veces, salvo si el lector ha olvidado la trama,
caso que puede suceder, precisamente por la débil huella a influencia pasajera que
estas lecturas dejan en la mente del lector. No siempre el autor deja ver en su obra
todos los resortes del juego; sin embargo, en las buenas novelas policiales
ordinariamente se juega limpio, hasta el punto de manifestarlo claramente así el
mismo autor Del Rosal, que nos dice a este respecto: “Debe exponer al lector los
datos del problema, para que aquél discurra por su cuenta y calcule quién será el
autor”. En efecto, este principio se observa de tal modo, que no falta el desafío al
lector, como sucede con el Misterio del elefante, donde el autor, Ellery Queen, dice:
a Paréntesis y desafío... Lector, sin leer las páginas que siguen. ¿Quién mató a Mr.
French?”. El lector se encuentra en aquel momento de la narración en plena
posesión de todos los detalles necesarios para descubrirlo. Mientras este proceder
noble acrece normalmente el interés del lector por la lectura, la reserva a ocultación
del dato clave produce, por el contrario, un sentimiento de defraudación, da una idea
de burla que no se perdona fácilmente. Cuando, por añadidura, se recurre a trucos,
a máquinas infernales, etc., intervención de espíritus y demás zarandajas de lo
sobrenatural, la novela se hace acreedora al desprecio, y el autor se anota en la
memoria para no tornar a leer obra alguna de su restante, pasada o futura
producción. Desgraciadamente, son numerosas las de este orden. Así lo confirma
Del Rosal: "Lo que pass es que en la policíaca escasean las buenas y abundan más
las malas obras. Y para dar con alguna mediana tenemos que echarnos al coleto
mucha lectura de obras malísimas”.
Segunda. El delito surge perfecto a insoluble. Muchas veces está revestido de cierto
misterio, acompañado de circunstancias que infunden miedo y terror, sobre todo en
los escritos durante aquella etapa primera en que los campos de estos dos géneros
no estaban delimitados con precisión.
Tercera. Suele aparecer un sujeto sobre el que recaen las sospechas sustentadas
por circunstancias engañosas, hábilmente dispuestas a este fin.
Cuarta. La incapacidad del policía para descubrir el actor del delito y desvanecer el
misterio.
Quinta. La intervención de un detective dotado de fisonomia, caracteres y
condiciones no comunes, de aficiones selectas y costumbres excéntricas y hasta
extravagantes, que, desde un principio, inspira fe en que ha de dar solución al
problema.
Sexta. La conducta del detective, que, mientras fija las circunstancias y examina los
hechos, no descubre, en cambio, cómo va, merced a ellos, desenredando el
problema hasta llegar al final.
Séptima. La presencia de un compañero del detective, de mente menos despierta y
figura más normal, ampliamente dotado de simpatía, que de ordinario es el que
cuenta la historia y sigue Paso a paso con admiración al detective.
Octava. Kurt Steel añade todavía que las evidencias superficialmente convincentes
han de ser siempre falaces.
Novena. La intercalación de algún episodio amoroso con carácter meramente
decorativo y banal, que pretende dar gracia a la obra, aunque sin cometer nunca el
gravísimo error de separar la atención del lector del asunto principal.
Estos caracteres no se dan siempre ni se reúnen en su totalidad en cada una de las
obras; en su mayoría suelen alternar en ellas. En la enumeración de principios
hecha hemos seguido un orden de acuerdo con la importancia de cada uno de los
caracteres.
Laín Entralgo (22) define la novela policíaca, la verdadera, en la forma siguiente: “Es
un azar intencionado y dañoso, reducido a teoría por el juego irónico de una
inteligencia”. En esta definición se hace resaltar la intervención de la inteligencia. Del
Rosal, al comentarla, añade: “Por eso la novela policíaca llegó a feliz término a base
de derrochar arrobas de inteligencia a ingenio”. Desde luego, no cabe duda de que
la novela policial es fundamentalmente un ejercicio mental y que por su mecanismo
guarda semejanza con el juego del ajedrez y con las matemáticas. Thierry Maulnier,
influído por Dostojevski, non dice: “El hombre común se apasiona por las historian
de detectives, porque ellas le ofrecen un medio de fuga de la monotonía de la vida
burguesa, facilitándole el ingreso sin compromiso en los abismos de la vida
subterránea, la vida antiburguesa de los traficantes, contraventores y aventureros”.
Charles J. Rollo, ensayista norteamericano, concede a la literatura policial un
significado metafísico. “La lucha entre el crimen y la ley es una alegoría, al alcance
de todos, de la eterna lucha cósmica entre el bien y el mal. Identificándose con el
detective, soldado del bien, el hombre común sacia imaginativamente su sed de
justicia, siempre acerba en un mundo donde el derecho del más fuerte supera, hasta
ahora, las aspiraciones de los filósofos y moralistas.
Al tratar de su estructura, Laín Entralgo descubre un protagonista solo o rodeado de
un exiguo cortejo y un antagonista. En la acción distingue tres elementos: la víctima,
el antagonista (el criminal) y el protagonista (el detective). El suceso policíaco no le
pasa al policía protagonista, sino a la víctima del robo o del asesinato. El
protagonista no se halla en contacto directo con la acción: vive aparte, despegado
de ella. En esta distancia entre el héroe policiaco y la acción novelesca, en ese
desde fuera, encuentra Laín la nota fundamental que descubre la intervención de la
inteligencia.
Insistiendo sobre la misma idea añade en otro lugar: “Acabo de tocar una de las
notas esenciales de la novela policíaca: su carácter, estrictamente intelectual”. Como
se ve, este carácter es mantenido por todos los críticos del género. Del Rosal (23)
nos dice: “La trama interna de la novela está enhebrada toda ella con la finalidad de
22
Obra citada.
23
Obra citada
demostrar como posible un hecho aparentemente imposible de explicación alguna”.
Este juego de la inteligencia, este presentar un problema al lector y aun desafiarlo a
que pueda resolverlo facilitándole todos los datos de que se ha de valer el propio
autor, en una palabra, “el reto al lector o, se ha generalizado entre una notable
mayoría de los escritores de obras policiales.
El género parece no tener otra preocupación que plantear y resolver el problema
fuera de toda consideración del bien y del mal, y sin otro propósito que plantearlo y
resolverlo lo más limpiamente posible. No es, pues, una lucha por el bien, ni siquiera
por el triunfo de la justicia, sino una porfía entre dos inteligencias, en la que vence la
que demuestra poseer la superioridad.
Al desarrollo de la criminología y de los estudios de psicología, especialmente la
criminal, se deben avances y nuevas modalidades en el género que nos ocupa. Si
en un principio el cuento policial se escribía buscando al delincuente desde fuera,
andando el tiempo se ha pasado paulatinamente a escribirlo “desde dentro”, esto es,
a convertirlo en una obra de manifiesto carácter psicológico. Pudiera suceder que
este Paso obedeciera a la decisiva influencia que la psicología ha ejercido en la
novela, a contar de los escritores de fines del siglo XIX, tan típico en la producción
de obras maestras. Los escritores de la época de Conan Doyle buscaban el
delincuente desde fuera; su medio ambiente, su carácter, sus reacciones no
contaban para nada. Los modernos lo buscan, en cambio, desde dentro. Los
primeros se contentaban con explicar cómo, cuándo y por qué se realizó el hecho ;
los segundos, procuran justificar la comisión del delito mediante la descripción
caracteriológica del delincuente, en función de su coyuntura causal. La aparición de
una serie de circunstancias causales exteriores abre paso a la novela, ya que facilita
la descripción y el estudio del clima, del ambiente, de la sociedad en que el
protagonista se desarrolla y de los caracteres de cuantas personas y tipos le rodean.
Sin la presencia de tan varia coincidencia de circunstancias, el delincuente en
potencia no hubiera cristalizado en delincuente. Hay, pues, un vasto cameo para la
creación del delincuente protagonista: su personalidad, sus dotes intelectuales, sus
instintos, ambiciones, estímulos, intereses y, en una palabra, los impulsos vitales
que al contacto con la coyuntura causal han de explicar la comisión del delito. El
autor, valiéndose del detective, irá reconstruyendo paso a paso los hechos para
descubrir, con el auxilio del método y de la lógica, a su autor. La figura del delito es
de todo punto insuficiente para provocar el interés del lector por el cuento, ya se
trate de asesinato, robo, homicidio, estafa, etc.
El interés de la trama en la novela policial reside en su mayor misterio y en la mayor
suma de dificultades y complicaciones que ofrece la solución del problema
planteado; en las trabas que hay que vencer para hallar camino a la solución; en la
perfección y concordancia del cuadro de motivaciones creado, y en el rigor lógico y
el método seguido, que, paso a paso, va conduciendo a la solución. Aunque en el
curso de la novela cabe instalarse en la psiquis del criminal y, conforme a los
principios de la psicología criminal, seguir al detalle sus diferentes estados:
intelección o separación del deseo, deliberación, Judas o lucha, intención, propósito,
decisión y realización; no suele, sin embargo, formar parte del género literario que
nos ocupa este minucioso proceso introspectivo del delincuente; tema
insuperablemente tratado por novelas psicológicas del tipo de Crimen y castigo, de
Dostojevski, elevadas a tal grado de perfección, que ha Ilevado a los más
destacados tratadistas de la ciencia criminológica a afirmar que han observado
mejor la psicología criminal los escritores de ficción que los penalistas consagrados
a la observación científica directa de los delincuentes. La novela policial del estilo
Conan Doyle se sigue desde el punto de vista del detective, o a lo sumo, de su
ayudante, punto de vista que impide lógicamente conocer la descripción
introspectiva del delincuente, sus Judas, impulsos y decisiones; en una palabra, su
mundo interior.
De su personalidad y carácter sólo pueden obtenerse los datos que se desprenden
de su presencia física, de sus actos, conducta a historia. A ello obedece que el
detective procure hallar el mayor número de antecedentes de la vida anterior del
delincuente, esclarecer, además de los personales, los de su familia, amistades y
muy especialmente el medio social en que se ha desenvuelto. Del conjunto de estos
datos salen a veces en esquema los primeros indicios para seguir la pista, así como
los primeros rasgos que han de componer la silueta del delincuente. Si se logra una
descripción perfecta del carácter de alguna de las personas que se hallan
relacionadas con el delito, se ha encontrado el camino para ensayar una relación
entre esta persona y el hecho delictivo cometido. El camino más recto lo señala la
motivación. Cuando la razón del crimen obedece a instintos de naturaleza vital, ya
sean éstos la conservación de la vida o el amor, por ejemplo, se carece de cameo
para el desarrollo de la novela policial, porque los autores realizan sus actos con
arrebato, obcecación y violencia, y por ello, sin propósito de ocultar el crimen ni de
evadir la responsabilidad que Maya de derivarse de él. El criminal violento, el
criminal torpe, bruto, carece de condiciones para convertirse en protagonista de este
género, ya que por su carácter no se presta a rodear la comisión de su acto de ese
velo misterioso y de esa cuidadosa ocultación de detalles cuyo metódico
descubrimiento es la razón vital en que se apoya la novela policial. La violencia, por
otra parte, hace inútil toda investigación ulterior de la personalidad, porque la
violencia de por sí basta para motivar el delito. También se aparta de la novela cuyo
estudio nos ocupa el tipo del delincuente estúpido : sin un delincuente inteligente,
agudo y perspicaz, la siempre superior inteligencia del detective, poco tendría que
hacer, y el lector cerraría las páginas del libro, por muy elevada que fuese la calidad
literaria, invadido por el tedio.
En la novela policial hay una circunstancia siempre grata para el lector, a saber, el
triunfo de la justicia sobre el delito. La novela policial demuestra que el detective
siempre triunfa y que el delito es siempre castigado. Esta condición de happy end,
de desenlace gozoso, que se data inevitablemente en las novelas y en las películas
cinematográficas de antes de, la segunda guerra mundial y que venía a ser como el
exponente de optimismo de una humanidad, que creyó entonces que las guerras
habían terminado, es una constante en la literatura policial. Su lectura jamás deja
ese amargor de boca, ese disgusto instalado en el fondo misterioso del
subconsciente que nos dejan durante horas las novelas psicológicas posterior es a
la guerra mundial última, llenas de fracasos, injusticias, desgracias y dramas
obsesionantes, perturbadores y deprimentes. El detective se capta con rapidez
nuestra simpatía, y basta que su figura esté medianamente tratada para que se
introduzca en el ánimo del lector y despierte en él la decisión de adquirir cualquier
otra obra donde se trate de su intervención en nuevas aventuras. La simpatía que
engendra la figura del detective es tan profunda, que, con frecuencia, anula y
sustituye la personalidad y el nombre del propio actor; por ello se ve a los lectores
solicitar las obras que desean, por el nombre del detective, Ilámese Sherlock
Holmes, Poirot, Sexton Blake, etc. Cualquiera que haya observado el proceder del
público que rodea los quioscos de las estaciones, las librerías, o haya prestado
servicio en una biblioteca pública, habrá comprobado nuestro aserto. Privilegio que
sólo se extiende a las obras inmortales, como Don Quijote, Don Juan, Fausto,
etcétera, que los lectores solicitan el ochenta por ciento de las veces por el título de
la obra y no por su actor. Digno es de recordar a este fin el conflicto que se creó
Conan Doyle cuando decidió acabar con Sherlock Holmes... El público no toleraba la
muerte de su héroe policial favorito.
La observación minuciosa de los detalles a que se ciñe ordinariamente el detective
para deducir de ellos los rasgos y el carácter del actor del delito; la forma como se
cometió el crimen, la hora, el lugar, etc., alcanzaron su más alta cumbre en las obras
de Conan Doyle. Sorprende nuestro ánimo leer cómo de los más pequeños detalles
va Holmes sacando elemento tras elemento para fijar la motivación del delito y el
carácter y la personalidad de su actor. Sus procedimientos de observación y de
deducción son modelo en su clase y ejemplos no superados a nuestro juicio
después. Falta en Conan Doyle la observación psicológica, la utilización de los
avances, de la ciencia en la prueba criminal ; pero nos inclinamos a creer que ello
obedece a la presencia en el cultivo del género policial de escritores de reconocida
categoría, que después se dieron cuenta del mayor conjunto de datos y
oportunidades que brinda el estudio de la caracteriología en la reconstrucción de la
personalidad del delincuente. Las diferentes teorías y escuelas en que últimamente
se han dividido los técnicos y autoridades en materia de psicología, han tenido más
o menos definido reflejo en la novela policíaca de nuestros días. Así, por ejemplo,
Agatha Christie escribe bajo el influjo de las teorías psicológicas freudianas y lo
manifiesta, Ilegando a veces hasta la cita y a la alusión expresa.
Sería un error considerar que en la novela policíaca hay que seguir el mismo camino
de indagación que seguiría el jurista para apreciar el grado de intención y de
culpabilidad del delincuente. Este punto de vista se escapa al interés del lector y no
es, desde luego, objetivo en la técnica novelesca del género. Ello no quiere decir,
por tanto, que tales aspectos estén absolutamente excluidos de todo examen o
consideración; lo que sí puede afirmarse es que cualquier detalle, ya sea de índole
psicológica, antropológica, endógena o exógena que pueda contribuir a fijar la
motivación del delito, a probarlo y a resolver el nudo novelesco, esto es, al hallazgo
del delincuente y a la explicación del acto delictivo por un procedimiento inductivodeductivo, forma parte integrante de la técnica del género policial que nos ocupa. A
la variedad casi ilimitada de elementos endógenos y exógenos, así como de
circunstancias causales que pueden intervenir en la comisión del delito, se debe la
enorme proliferación de este género, que si sólo se moviese en la órbita de los
caracteres psíquicos del autor, a estas fechas habría desaparecido o estaría en
período de desaparecer. Igual sucedería si, de acuerdo con la teoría lombrosiana, se
moviese exclusivamente en torno a la idea del criminal nato. ¡Cuántas limitaciones
hubiera impuesto esta doctrina a la extensión del género! Por el contrario, se abre
camino a pasos agigantados la idea de que ciertas personas, cualquiera que sea su
grado de cultura, edad, sexo, estado, etc., pueden tornarse en criminales merced a
la intervención de una causa imprevista y de una coyuntura causal favorable
insospechada. Esta idea del hombre y del decisivo influjo que pueden ejercer sobre
su psiquis determinadas circunstancias ofrece un dilatado cameo al escritor para
crear sus tramas novelescas y rodearlas de ese misterio, de ese interés por
descifrarlo, en que la novela policial asienta la base principal de su notorio éxito.
EL PEOCEDIMIENTO PENAL Y EL GÉNERO POLICIAL
Como consecuencia de una rápida ojeada histórica al género, parece deducirse que
así como las narraciones de terror y de misterio se conservan con una cierta
regularidad, a través de los tiempos, en la literatura de todos los países, el cuento
policial se mantiene en gérmenes y sólo aparece con intermitencias y caracteres
poco definidos. Edgar Poe es quien, por primera vez, establece con perfecta claridad
la distribución en sus escritos entre los caracteres correspondientes al misterio, al
terror y a lo policial. Ello no impide que algunas veces estos caracteres se fundan
como en Thon Art of plan o como en The Speckled Band, de Conan Doyle. El género
policial, por otra parte, no podía prosperar en aquellos tiempos en que el
procedimiento para la persecución del delito consistía sucesivamente en el arresto,
la prisión, la tortura, la confesión y la muerte. Sólo cuando el delincuente logra
conquistar la compasión de la sociedad, de un lado, y de otro, la ciencia penal
adquiere cierto grado de desarrollo en el estudio del delito, su génesis, caracteres,
etc., es cuando, en los países más avanzados, se cambia el proceso criminal y se
prefiere mil veces antes tener un delincuente en la calle a encerrar en la prisión a un
inocente. Como consecuencia de ello recae sobre la policía la obligación de probar
al delincuente la comisión de su delito. Esta necesidad da origen y sostiene la
verosimilitud del género policial, y decimos verosimilitud, porque con ella basta.
Procede recordar aquí que para representar mejor la muerte de una tuberculosa,
cierta artista dramática a quien se había asignado el papel de protagonista en La
Dama de las camelias, acudió a un hospital de Paris y solicitó del director que se le
avisase cuando alguna paciente de esta enfermedad se hallase en trance de muerte,
para observarla y poder inspirarse en ella. Cuando recibía, conforme a sus deseos,
el aviso llegaba tarde o demasiado temprano. Cansada de no lograr su objetivo, se
decidió a desarrollar ante el médico director la muerte de una tuberculosa tal y como
ella la concebía, para conocer su opinión y guiarse de sus observaciones. Al
terminar su representación, el médico, con lágrimas en los ojos, le dijo: “Señorita, así
no mueren los tuberculosos, pero así deberían morir”. Este requisito del arte que tan
bien expresó Eca de Queiroz, el ilustre novelista lusitano, con certera Erase: “Sobre
la desnudez fuerte de la verdad el manto diáfano de la fantasía”, debe servir de
límite, de un lado, y acompañar siempre, por otro, al cuento policial. Cuando los
autores de segunda fila, que tanto han dañado y dañan al género, si es que en el
género pueden clasificarse esas obras que para resolver el juego o la trama acuden
a muertos que resucitan, apariciones, máquinas infernales, inexplicables resortes
escondidos, etc., y en una palabra, se traspasa la linde de la verosimilitud, el lector
medio se siente defraudado, cuando no burlado a inducido a engaño, y, como
consecuencia de ello, se aparta de la lectura de las obras de aquel autor, cuando no
de las del género mismo. Requiere, por tanto, el género policial acomodarse a un
sistema procesal penal y a una técnica policial que han de observar forzosamente el
detective y los policías.
Los procedimientos penales en el Reino Unido de la Gran Bretaña facilitaron, antes
que los de otros países, el desarrollo del género policial, ya que allí donde la policía
descubre al delincuente a base de torturas mentales o corporales, el cuento policial
no tiene vida posible, pues todo el juego y su interés descansa sobre los métodos
puestos en práctica para descubrir el delito y probar su comisión al delincuente.
El código penal británico, con su tradición deportiva y su “fair play for the criminal”,
como dice D. L. Sayers (24), favorece muy especialmente la producción de enredos y
tramas policíacas de difícil investigación y aclaración.
En esta misma línea, más tarde, se desenvuelve también la policía y el
procedimiento judicial en los Estados Unidos. Don Whitehead, en su The F. B. I.
Story (25), nos cuenta, por ejemplo, al tratar de cómo fue descubierto a identificado
por los agentes del F. B. I. el criminal Jack Graham, de quien trataremos más
adelante, nacido en Denver en 1932: “A la 1942 llegó a la prisión el doctor. Graham
fue sometido a un riguroso reconocimiento médico, al objeto de que constara
evidencia de que no se le había forzado a confesar su crimen por los métodos de
tercer grado y que, por tanto, podía acreditarse, mediante testimonio facultativo, que
se hallaba en pleno dominio de sus facultades mentales y en estado de absoluta
capacidad para libre y voluntariamente hacer o no la confesión de su delito.
Afirmó al doctor, en efecto, que no había sido objeto de malos tratos. En estas
condiciones firmó su confesión. Para llegar de esta forma a producir la confesión del
delincuente hay que reconocer que se requiere una actuación policial desempeñada
por técnicos, auxiliados por un magnífico material científico, bajo la dirección de un
experto de gran capacidad a inteligencia.
La conducta seguida por los detectives ingleses y la policía concentrada en el
mundialmente célebre cuartel de Scotland Yard han contribuido también al desarrollo
extraordinario alcanzado por este género, compartido en nuestro tiempo con la
también organización policíaca de los Estados Unidos, conocida por la sigla F. B. I, o
sea, el Federal Bureau of Investigation.
En la novela policial, en cuanto a estilo, han tenido eco apreciable las diversas
tendencias literarias que han triunfado en los últimos tiempos. El modernismo
reinante a principios de siglo, apadrinado por los Goncourt, con su exotismo oriental,
puesto de moda por parnasianos y simbolistas; el naturalismo francés; el
mesianismo ruso, con sus personajes atormentados, llenos de complicaciones
24
Great short stories of defection, mystery and horror, edited by Dorothy L. Sayers. Londres, Victor
Gollancz Ltd., 1950, 8.°
25 DON WHITEHEAD, The F.7;. 1. story, 4 Report to the people. [Nueva York, Randon House Inc, 1956], 4.°
psicológicas, tocadas de angustia; los movimientos de vanguardia que siguieron a la
segunda guerra mundial, antes reveladores de un estado de espíritu que de una
doctrine literaria, y sobre todo el psicoanálisis y la revolución surrealista, tuvieron un
influjo sucesivo sobre la literatura policial que ayuda a fijar su cronología y a
interpretar con acierto sus caracteres. Grate es reconocer que el romance negro,
exportado de América y llegado a Europa desde los puertos británicos, y que
representan los Spillane, Cain, Edogawa y Cantos otros, con sus personajes ebrios,
pornográficos y delincuentes, no ha tenido franco eco por fortuna en el género que
nos ocupa, que sigue, aunque de lejos, la limpieza de mires y las bases creadas por
Allan Poe y Conan Doyle. En el cuento policial moderno se mezclan y entrelazan con
exquisita arte el medio ambiente, la vide social con sus problemas y los avances
científicos de todo orden, sin olvidar los relativas a la psicología y al estudio de la
personalidad. Ni siquiera se escape a su esfera el sentimiento de angustia que
extiende cede vez más sus negras alas sobre el mundo moderno.
LA INVESTIGACIÓN POLICÍACA EN LA REALIDAD Y EN LA CREACIÓN
LITERARIA
No faltan desgraciadamente en la realidad, al escritor del género policial, ejemplos y
hechos en que inspirarse. En todos los países del mundo abundan los crímenes más
o menos misteriosos, muchos de los cuales quedan impunes por falta de un mínimo
de huellas y de vestigios indispensables sobre los cuales poder apoyar la
indagación. En Francia, por ejemplo, se dan unos 1600 asesinatos por año, entre los
consumados y los que quedan en grado de tentativa. De éstos, nada menos que del
quince al cuarenta por ciento terminan por archivarse bajo la lamentable rúbrica de
«Vaines Recherches o, investigación fallida. A base de estas cifras, puede afirmarse,
sin temor a errar, que desde 1947 seis mil quinientos asesinos se han escapado de
la acción de la policía francesa y viven, por lo tanto, sueltos por el mundo. Todavía
cabe añadir, sin temor a errar el cálculo, que probablemente quedarán muchos
crímenes más por completo ignorados, y, en resumen, que el número de asesinos
que viven en libertad, aun limitándonos a Francia, sea considerablemente superior al
calculado. En España se declararon en rebeldía en el año 1954 nada menos que
5752 delincuentes y 5521 en 1955. A título de ejemplo de estos casos recordaremos
aquí el siguiente, recogido por Muriel Reed: “M. D., que habitaba cerca de Yvetot, se
llevaba mal con su mujer. Cierto día Mme. M. D., que estaba encinta, se cae desde
lo alto de una escalera de piedra y muere sin haber recuperado el conocimiento. Los
gendarmes someten al marido a toda clase de. interrogatorios, sin hallar, pese a su
sólido fundamento, nada que pruebe su intervención en el accidente. En vista de
ello, se le concede la libertad. Unos meses más tarde el procurador recibe una carta
de M. D. que dice : Tengo el sentimiento de informarle que fui yo el que empujó a mi
mujer y que me encontrará ahorcado en el lugar llamado de La Quatre Chénes”.
Esta vez el delincuente, agobiado por los remordimientos, se hizo justicia a sí
mismo. No vacilamos en afirmar que un detective, en posesión de ciertos
conocimientos psicológicos y partiendo del hecho probado de que el matrimonio se
llevaba mal, hubiera podido descubrir el delito y lograr la identificación del
delincuente.
La mayoría de los funcionarios más destacados de la policía criminal de todos los
países, además de considerar, con frecuencia, de abominables la novela y el cuento
policial, y de aborrecer, por añadidura, a todos sus autores, desde Conan Doyle a
Simenon, quizá por el torpe papel que con harta frecuencia les reservan en sus
tramas, afirman que, esta literatura no aporta observaciones, procedimientos,
métodos ni datos utilizables en cualquier grado en el ejercicio cotidiano de su
profesión ni guardan relación alguna con el desarrollo de la pesquisa policial. En la
realidad, según ellos, la investigación criminal vive y se desarrolla de muy distinta
suerte. El delincuente, en la inmensa mayoría de los casos, no se cuida en modo
alguno de borrar las huellas de su acción criminal para asegurarse, la impunidad; lo
contrario sólo se da en las novelas y cuentos. Es justo reconocer que esta
afirmación, en cuanto se mantiene con carácter de relativa, es cierta. Verdad es
también que el delincuente, en el ejercicio de sus actos delictivos, no se vale con la
misma frecuencia de los procedimientos necesarios para asegurarse el éxito en la
ejecución de su delito y la coartada para lograr la impunidad, en los países de un
alto nivel de vida y de cultura superior que en aquellos otros menos desarrollados.
De aquí el que la opinión de los funcionarios de la policía criminal puedan tener
distinto fundamento, según el grado de desarrollo de los países en que actúan.
Contra la opinión expuesta, mantenida por la policía de investigación criminal, son
numerosos los casos en los que el éxito de la pesquisa se debe al empleo impecable
de los procedimientos v de los métodos seguidos por los escritores de la literatura de
detección en el desarrollo de sus tramas novelescas. Millares y millares de casos
podríamos traer a cuento en que no existen diferencias apreciables entre el lecho
real acaecido y el creado por la brillante imaginación del escritor. El mismo misterio
indescifrable, el mismo procedimiento de observación y, en suma, el mismo
sorprendente resultado.
Veamos, a título de ejemplo, si el caso que a continuación recordamos no responde
de todo en todo a los caracteres del cuento policial.
En un determinado hotel parisiense, entra y pide habitación una tarde cierto viajero
portador de una maleta de mano y de un baúl de grandes dimensiones. A la macana
siguiente abandona el hotel, dejando pagada y reservada la habitación por un mes.
Transcurrido éste, en vista de que el pasajero no se presenta, se da cuenta a la
policía, y en presencia de sus funcionarios y con las debidas autorizaciones se
procede. a abrir el baúl. El baúl contenía el cuerpo de un joven con claros indicios de
haber sido bárbaramente apaleado, primero, y estrangulado, después. El asesino
había hecho desaparecer toda suerte de papeles, marca del traje y cuantos detalles
pudieran haber servido para poder lograr la identidad de la víctima. Revisada la
prensa cuidadosamente y las reclamaciones presentadas a la policía, resultaba que
nadie había denunciado la desaparición de un joven durante los días de autos.
Como consecuencia de un registro del traje de la víctima más minucioso aún, se
descubrió, arrugado y sostenido por el dobladillo del forro de uno de los bolsillos de
la americana, un pequeño trozo de papel medio roto, escrito con la disposición que a
continuación se reproduce:
I. T.
POT
4.50
7.50
10.50
6.00
28-50
El Comisario encargado de instruir la investigación meditaba obsesionado todos los
días qué significado podría tener esta nota. ¿Qué habría de común en estas cifras?
¿Qué clase de productos o de gastos se sumarían en esta cuenta? ¿Qué
significarían las iniciales? Estaba convencido de que con estas cifras e iniciales se
podrían descubrir los motivos del delito e identificar al delincuente, como hubiera
podido estarlo el propio Sherlock Holmes. Cierto día, a fuerza de hacer
combinaciones numéricas con las citadas cifras, descubre que todas ellas eran
múltiplos de 0,75, y se da inmediatamente a pensar qué es lo que podría venderse a
este precio. Después de revisar muchos productos se fija en los croissants, y a
continuación toma la lista de los cafés y bares donde pudieran venderse, y coteja las
siglas I. T. P O T con los distintos títulos que aparecen en ellas, hasta tropezar con
el de Au Petit Pot, bajo el cual figuraban varios establecimientos. Inmediatamente,
los agentes procedieron a visitar los distintos proveedores de cada uno de ellos,
hasta ciar al fin con una panadería y pastelería de la cual había desaparecido, en
efecto, un joven hacía algo más de un mes aproximadamente. Las pesquisas
subsiguientes dieron a continuación con toda facilidad la identificación del
delincuente y su entrega a la justicia.
Otro caso de este tipo nos cabe recordar: el del asesinato de Mme. Payne en París.
Una tarjeta postal fechada facilitó asimismo el descubrimiento del delincuente, cosa
que en un principio parecía imposible. Mme. Payne era una señora de edad que
vivía sola, modestamente, en un barrio de París. Cierto día apareció muerta en su
departamento, rodeada de un charco de sangre. Como consecuencia de la
inspección ocular de la policía, resultaba que la anciana había ofrecido un vaso de
ron a su asesino, y éste, al servírselo, había cogido la botella por el cuello y había
dejado impresas sobre él sus huellas dactilares. Ahora bien, estas huellas digitales
no aparecían registradas en los archivos de la policía. Mme. Payne era viuda y no
tenía parientes próximos. Se tomó declaración a todos sus vecinos sin lograr dato
alguno que pudiera dar una pista para la detención del delincuente; asimismo, a sus
antiguas amistades, etc. Desde un principio se pudo comprobar que el motivo del
crimen había sido el robo. En las pesquisas no se olvidaron los electricistas,
fontaneros, vendedores, limpiadores y demás personas que con mayor o menor
frecuencia pudieran haber tenido trato con la víctima, sin lograr resultado favorable
alguno. Después de haber tomado declaración a más de ciento cincuenta personas,
la policía pasó a visitar a cierto conserje que de tarde en tarde solía ir a tomar el té
con Mine. Payne. El anciano demostró ser enteramente ajeno al delito, pero éste
tenía un hijo en provincias, empleado en la casa de cierto labrador. Sin pérdida de
tiempo, la policía escribió al agricultor citado, rodándole que les informara si dicho
joven se había ausentado de la localidad los días próximos al 17 de noviembre. La
contestación recibida fue afirmativa había pedido permiso por tres días y había
partido con dirección a París. Añadía que podía asegurar el día, porque conservaba
una postal fechada que su empleado le había dirigido amablemente desde París.
Los inspectores detuvieron al joven, cotejaron sus huellas dactilares con las
recogidas del cuello de la botella y el asesino confesó.
El descubrimiento del crimen de Graham (noviembre de 1955), en los Estados
Unidas, reúne asimismo, merced a su indagación científica y al misterio que en un
principio lo rodeaba, todas las características de un cuento policial.
Jack Gilbert Graham conduce a su madre, la señora King, al aeropuerto de Denver
para salir en el vuelo 629 con destino a Portland (Oregón) para pasar unos días con
su hija. Su equipaje, al ser sometido a la báscula, marcó 37 libras de exceso sobre el
límite concedido para cada viajero. Un empleado de la compañía, ante este hecho,
le hizo ver que mandando por correo las 37 libras de exceso se podría ahorrar 27
dólares. Tenía tiempo para aligerar el equipaje antes de la hora marcada para la
salida del avión. La señora King preguntó a su hijo: o ¿Crees que necesitaré todo lo
que llevo”?. A lo que el hijo contestó: “Estoy completamente seguro».
Inmediatamente después Graham se dedicó a extender las siguientes pólizas de
seguro: por 18.750 $ y 43.750 $, dos por 37.500 $, otras dos por 6.250 $. La señora
King las firmó todas menos una de las de 37.500, sin que se averiguara la razón. Un
triste presentimiento pareció influir sobre los pasajeros, piles de ellos dieciocho
suscribieron pólizas de seguro que sumaron la cifra total de 752.200 $, cifra rara vez
alcanzada en aquel aeropuerto por los seguros contratados para un solo vuelo. El
avión correspondiente al vuelo 629 llegó con once minutos de retraso sobre su
horario oficial. La señora King se despidió de su hijo, de su nuera y del nieto de 22
meses, y corrió a subir en el aeroplano, que retrasó doce minutos más su salida en
espera de un determinado viajero. A las 8,52, el aeroplano despegó y emprendió el
vuelo.
Los Graham se dirigieron al bar del aeropuerto a tomar algo de comer. Jack se sintió
enfermo de pronto y tuvo que ir a la sala de espera, donde padeció vómitos. A su
regreso parecía haberse recuperada de la indisposición sufrida. Cuando, poco
después, salían del aeropuerto y marchaban ya de regreso a casa, oyeron una
tremenda explosión. Más tarde, cuando al nombrar por la radio los nombres de los
pasajeros que habían perecido, oyó Jack pronunciar el de su madre, se desmayó.
Entraron en seguida en acción los laboratorios del F. B. l., juntamente con el equipo
de investigadores de la United Air Lines, la Douglas Aircraft Company y la Civil
Aeronautics Board. Había que discernir si el trágico accidente había obedecido a un
fallo del motor, a un error de los mandos, a un acto de sabotaje o si se trataba de un
crimen. Con este fin comenzó por llevarse a cabo una reconstrucción del aeroplano
con los medios disponibles y una localización del lugar que en él ocupaba cada
persona y cada objeto. Las víctimas fueron identificadas mediante la labor de. los
laboratorios del F. B. I.: nueve de ellas con el concurso de sus familiares y sus
efectos personales, y las otras treinta y cinco mediante las huellas dactilares
recogidas a través de los diferentes puestos civiles, oficiales y mercantiles que
habían desempeñado las víctimas.
Respecto al aeroplano, se acotó un espacio de terreno, se trazaron en él unas líneas
correspondientes al aparato, se dividió en retículas y se fueron colocando en cada
una de ellas los restos conforme a su trazado. Cada pieza, situada en el rectángulo
que debió haber ocupado, fue objeto de medidas, análisis y estudio detenido. La
cola se conservaba intacta, tal como si hubiera sido cortada del resto del aeroplano
por un cuchillo. El aeroplano quedó en cierto grado reconstruido pieza por pieza,
salvo el lugar propio del número cuatro de la cámara.
No hubo posibilidad de encontrar la pieza correspondiente a un agujero abierto en el
lado derecho cerca de la cola. Examinado por los ingenieros el metal donde se había
abierto el agujero, se supo que allí se había producido una explosión promovida por
agentes muy poderosos, superiores al que hubiera podido originar una explosión
normal. Los pedazos de metal procedentes de aquel trozo se habían infiltrado con tal
violencia en diferentes objetos, que forzosamente tenían que haber sido fruto de un
agente distinto, de una potencia de expansión superior. Cerca de aquel lugar de la
aeronave, por otra parte, no había tanque de gasolina alguno que pudiera justificar la
explosión. Era evidente que el accidente había sido consecuencia de un acto de
sabotaje.
El día 7 de noviembre el F. B. I. se puso en movimiento. En el plazo de veinticuatro
horas cien agentes, repartidos entre veinte ciudades, comenzaron la investigación.
Los familiares, amigos y personas con quienes las víctimas mantenían relaciones
comenzaron a ser objeto inmediato de investigación. Se buscaba la posible
existencia de enemigos de las víctimas o de relaciones comerciales, deudas, etc.,
que pudieran justificar la acción criminal descubierta.
La figura de Graham comenzó rápidamente a destacarse en la sombra. La primera
sospecha se derivó del hecho de que apenas si lograron encontrarse restos del
equipaje de su madre, la señora King. El informe sobre su vida pasada, recogida en
todos sus detalles, lo pintaban en síntesis como un delincuente juvenil, educado en
un hogar deshecho, cuyos excesos fueron perdonados por una madre
excesivamente indulgente. Con posterioridad, ya hombre, había cometido diversos
delitos y había estado encarcelado varias veces. Graham habló de un regalo que
había hecho a su madre y que lo había puesto en el equipaje para que cuando
llegara a su destino recibiera una sorpresa; justificó con este argumento la retirada
de varios enseres del equipaje de su madre y la colocación en él de una caja. No
pudo justificar dónde había comprado el regalo. El laboratorio del F. B. I., entretanto,
había descubierto que la explosión había sido originada por una carga de dinamita.
No se comprendía el motivo o razón que hubiera podido inducir a Graham al
asesinato de su madre. Aparecieron las pólizas de seguro; primeramente, la que la
señora King no había firmado. Graham, cercado a preguntas, terminó por confesar
su horrible delito. Durante diez días había estado trabajando en un taller de
electricidad, pagando a razón de 1.50 $ de alquiler, en la confección de la bomba.
Graham fue objeto del detenido examen de un médico, después del cual éste
informó que el delincuente se hallaba en pleno dominio de sus facultades mentales,
que no había sido objeto de malos tratos ni de tortura mental para forzarlo a
confesar su delito. Graham dictó en taquigrafía su confesión y la firmó después con
fría serenidad, no sin antes exclamar : Mi madre debe estar en el infierno, pues su
viaje no me ha producido dinero alguno».
Junto a estos casos cabría citar a millares aquellos que igualmente se descubren
conforme a los métodos descritos y a los procedimientos expuestos por los
escritores del cuento y de la novela policial. Pese al juicio que acerca de las novelas
policiales mantienen los beneméritos comisarios de la investigación criminal, la
novela y el cuento policial, como las fantásticas creaciones imaginarias de Julio
Verne en el campo de las investigaciones científicas, han precedido a los adelantos
de la técnica actual en el esclarecimiento de los cielitos y en la identificación del
delincuente, y han contribuido beneficiosamente al cumplimiento de la justicia en la
mayoría de los pueblos, impidiendo que muchos crímenes quedasen impunes y
ayudando a crear una fuerte voluntad y un espíritu de perseverancia y ansia de
perfección en la policía dignos del mayor elogio.
BREVE IDEA DEL DESARROLLO HISTÓRICO
Comúnmente se suele, señalar, con Locard (26), Lemonier (27), Frank Blighton (28),
etc., a Voltaire como el autor de la primera narración policíaca, aludiendo al capítulo
III de Zadig, si bien se acusa a Voltaire de haberse inspirado en el caballero de
Mailly, autor anónimo de Le Voyage et les aventures des trois princes de Sarendip,
traduit du persan (29). Veamos el argumento
Cuando salieron de su Estado, entraron en los de un grande y poderoso emperador
llamado Bahran. En el camino para llegar a la ciudad imperial encontraron un
conductor de camellos que había perdido uno y que les preguntó si por casualidad
no lo habían visto. Los jóvenes príncipes, que habían observado en el camino las
huellas de un animal de esa clase, le respondieron que lo habían encontrado; y para
que no dudase, el mayor de los tres hermanos le preguntó si el camello no era
tuerto; el segundo, interrumpiéndole, le dijo, si no le faltaba un diente, y el más joven
añadió si no era cojo. El camellero aseguró que todo eso era verdad. Pues vuestro
camello es el que nos hemos encontrado, pero hace ya rato que lo hemos dejado
atrás.
El conductor de los camellos encantado por la noticia les dio las gracias
humildemente y tomó el camino que le indicaban para buscar su camello recorrió
alrededor de veinte millas sin poder hallarlo, de suerte que se dio la vuelta muy
afligido. Al día siguiente encontró a los tres príncipes sentados a la sombra de un
plátano en la orilla de una hermosa fuente, donde tomaban el fresco. Se dolió ante
ellos de haber retrocedido tanto camino sin dar con el camello. “Y aunque me habéis
dado señales ciertas - les dijo - de que lo habéis visto, no puedo evitar el pensar si
no habréis querido reíros a mis expensas”. Entonces el primogénito tomó la palabra:
“Vos mismo podéis juzgar, por las señales que os hemos dado, si hemos tenido
deseos de burlarnos de vos ; y a fin de ahuyentar de vuestro espíritu la mala opinión
que tenéis:
“¿No es verdad que vuestro camello llevaba a un lado la mantequilla y a otro la
miel?” , y “¿No es verdad - añadió el segundo - que sobre vuestro camello había
una dama?”, y
“¿Que esta dama - interrumpió el tercero - estaba encinta”. “Después de esto,
“¿creéis que no os decimos la verdad?”.
El camellero, al oír sus palabras, creyó de buena fe que estos príncipes le habían
robado el camello, y resolvió recurrir a la justicia ; así, cuando llegaron a la ciudad
26
Dr. LOCARD, Policier de roman el de laboratoire. Lyon, 1937.
Mercure de France 1925, 10-15
28 Flynn's Magazine, 1924, 9-20.
29 L'année littéraire, I, 1767.
27
imperial, les acusó de pretendido latrocinio. El juez los detuvo como ladrones y
empezó el proceso.
La noticia de esta captura llegó a oídos del emperador...
Ordenó hacer comparecer delante de él a acusados y camellero. Los tres príncipes
protestaron entonces de su inocencia y declararon que lo de haber visto el camello
había sido sólo una broma. Pero entonces los detalles circunstanciales que habían
dado se. volvieron contra ellos, y nadie podía creer que no habían visto el animal
que tan minuciosamente habían descrito. El asunto amenazaba ya ponerse feo,
cuando fue encontrado el camello. El emperador ofreció sus excusas a los tres
príncipes, y en seguida deseó saber cómo habían podido dar indicios tan exactos del
animal sin haberlo visto.
Los príncipes le complacieron gustosos: el mayor tornó la palabra y dijo: “Yo he
creído que el camello era tuerto, porque cuando íbamos por el camino por el que
había pasado, observé que la hierba de un lado estaba mucho más comida que la
del otro, que no había sido tocada, aunque era mejor ; esto me ha hecho creer que
no tenía más que un ojo, pues si no, no hubiera jamás dejado la hierba buena para
comer la mala”. El segundo interrumpió el discurso: “Señor, yo he conocido que le
faltaba un diente en que he encontrado en el camino, casi a cada paso que daba,
bocados de hierba mascados a medias del tamaño de, un diente de semejante
animal”. “Yo - dijo el tercero - he pensado que era cojo, porque. al mirar sus pisadas
he observado que era preciso que arrastrase un pie para dejar tales huellas”.
El emperador quedó muy satisfecho con estas respuestas y, curioso por saber cómo
habían podido adivinar las otras características del camello, les rogó se lo dijeran
también, por lo que uno de los tres, para satisfacer su curiosidad, le dijo: “He
advertido, señor, que el camello llevaba a un lado una carga de mantequilla y en el
otro una de miel, porque en un espacio del camino el lado derecho estaba cubierto
de hormigas, que buscan grasa, y sobre el lado izquierdo había multitud de moscas,
que buscan miel”. El segundo dijo: “Y yo, señor, he creído que el camello llevaba
una mujer, porque en un lugar donde se había arrodillado, he observado la huella de
un zapato femenino al lado de la cual había un poco de agua, cuyo olor seco y agrio
me ha hecho conocer era la orina también de mujer”. “Y yo - dijo el tercero - he
conjeturado que esta mujer estaba encinta por las marcas de sus manos impresas
sobre la tierra, pues para levantarse más cómodamente, después de haber acabado
de orinar, se ha apoyado sobre sus manos para soportar mejor el peso de su
cuerpo”.
El emperador quedó tan contento con estas explicaciones que retuvo a los príncipes
en su palacio durante varios días.
Uno de los días que estos príncipes estaban sentados a la mesa y que les había
servido, entre otros platos, un cuarto de cordero de la mesa del emperador y un vino
exquisito, éste, que estaba en un lugar retirado, donde podía escuchar todo lo que;
hablaban, oyó que mientras comían el cordero y bebían el vino, tino de los príncipes
dijo: “Yo creo que la viña que ha dado este vino ha crecido sobre un sepulcro”. “Y yo
- dijo el segundo creo que este cordero se ha nutrido de la leche de una perra”. “Me
parece que estáis en lo cierto, pero no es una deducción tan grande como la que os
voy a confiar inmediatamente... “.
Sigue una historia de conspiración que no nos interesa; pero después los dos
príncipes son llamados a justificar su juicio sobre el vino que han bebido y la carne
que han comido, y tino dice que el vino le inspiró pensamientos fúnebres, y el otro,
que el cordero tenía un gusto peculiar a la carne de perro.
Mas, a su vez, Wilhelm Seele, en su documentado estudio, intitulado Voltaire Roman
Zadig on la Destinée, Eine Quellen Forschung (30), demuestra que su obra no fue
traducida del persa, sino del italiano, de la Peregrinaggio di tre giovanni figliouli del
Re di Serendippo. Per opera di M. Cristoforo Armeno dalla Persiana nell' Italiana
lingua trapportato (31), de donde se deduce que el armenio la había traducido a su
vez del persa. Seele, ello no obstante, señala una fuente árabe: las Mil y Una
Noches; pero Messac lo combate, toda vez que el cuento de los hijos del sultán del
Yemen no se encuentra en las traducciones europeas más antiguas de las Mil y Una
Noches, tomadas en su inmensa mayoría de la de Galland y sólo aparece en 1811,
merced al suplemento incorporado a dicha traducción por Scott. El cuento de los
hijos del Yemen corresponde, en líneas generales, al de los príncipes de Sarendip.
La historia de los profetas y de los reyes, escrita en árabe por Abou Djafar
Mohammed ben Djerin Al Tabari (838-923), sirvió (le base para la redacción de un
resumen abreviado, escrito por Balauine, ministro de los Sasaanidas, y en ella figura
una narración de los hijos de Nizar, que responde también, en líneas generales, a
dicho argumento, y que pone de manifiesto el posible origen árabe de dicha
narración :
Cuatro jerosolimitanos que habían ido a Atenas recurrieron a la hospitalidad de un
habitante de la ciudad, quien por la noche les ofreció un festín. Cuando abandonaron
la mesa los condujo a cuatro lechos, de los cuales uno estaba en mal estado, y se
apoyaba sobre otro. Una vez estuvieron acostados, se dijo: “Yo he oído decir que las
gentes de Jerusalén son muy sagaces; voy a enterarme de lo que hablan. Y fue a
esconderse en el interior de la habitación. El que estaba acostado sobre la cama
mala se levantó y les dijo a sus compañeros: “Vosotros creéis que estoy acostado
sobre un lecho, desengañaos, estoy acostado por tierra y suspendido por el aire”.
Otro añadió: “La comida que he comido huele a perro”. “Y el vino que hemos bebidoañadió el tercero--, tenía el gusto de una tumba". Y, finalmente, el último gritó: “¿Os
asombráis de todo esto? ¡Pues bien! Nuestro huésped es un bastardo”. “He aquí gritó el ateniense - una verdad y tres mentiras”.
Sin embargo, nuestro ateniense hizo averiguaciones. Diremos solamente, para
abreviar, que sus informaciones cerca del carnicero, panadero y de su madre le
obligaron a reducir las mentiras primero a dos, luego a una y por último a cero. La
explicación a cada afirmación es semejante a la de las versiones árabes.
La narración parece detenerse allí, pero una o dos páginas más lejos, dice -M. León,
se encuentra esto:
30
31
Leipzig, 1891.
Venecia, 1557.
Un ateniense que había venido a Jerusalén para aprender la sabiduría permaneció
allí tres años sin alcanzar su propósito. Al cabo de este tiempo compró un esclavo
tuerto y dijo: “¡Después de tres años y medio no he conseguido más que comprar un
esclavo tuerto!”. El comerciante le replicó: “Pero es un hombre muy inteligente y muy
clarividente”. Cuando salieron de la ciudad, el esclavo le dijo: “Apresúrate y
tendremos compañía”. “¡Hay entonces quien nos precede en este camino?”. " Sí, va
con ellos un camello tuerto que lleva dos niños v dos cargas, una de vino y otra de
vinagre. Está a cuatro millas de nosotros y el camellero es un pagano”. “¡Por los
clavos de Cristo!, ¿cómo con un solo ojo puedes ver que ese camello es también
tuerto?”. "Porque no ha pastado la hierba más que de un lado del camino”. “Y ¿cómo
sabes tú que lleva dos niños?”. “Porque se ha arrodillado y han marcado su huella
los pies de dos pequeños”. “¿Cómo sabes que lleva otras dos cargas, una de vino Y
otra de vinagre?”. “Las gotas de vino se sumergen en la tierra con el sol y las de
vinagre se hacen efervescentes”. “¿Cómo sabes que el camellero es un pagano?”.
“Porque ha. orinado en el camino Y un judío se aparta siempre de él”. “¿Cómo sabes
que están a cuatro millas de nosotros?”. “Porque no se reconoce la pisada de un
camello a más de esta distancia”.
La investigación sobre el origen de esta fábula no se detiene aquí. A las pretendidas
fuentes francesas, italianas, persas y árabes se une también la judía, ya que
todavía, merced a los trabajos publicados por Israel Levi (32), René Basset (33) y,
Sigmund Fraenkel (34), se han (lado a conocer algunas variantes de la misma fábula
tomadas de la -Midrasch Yalgout en la Midrasch Ekha Rabbati (35).
Aunque la escena en el Midrasch Yalgout se desarrolla en Roma, en verdad las dos
versiones son sumamente parecidas. En el Talmud, el cuento es más corto, el papel
de detective corre a cargo de dos prisioneros, y en vez de vino y vinagre se dan vino
y aceite. Ahora bien, ¿a quién corresponde la prioridad?
Todavía en la colección Alekeswara Kathra, que figura en la Makenzie Collection
(36), traducida del sánscrito, figura la misma narración con pequeñas diferencias.
Falta la escena de la comida, pero ésta aparece en otro fragmento de la obra india
intitulada Bytal Puchizi por lo cual se supone que ambas fueron traducidas del
sánscrito y que probablemente vivieron muchos años en la transmisión verbal (37).
Entre las ciencias de la Antigüedad que más elementos han podido proporcionar al
desarrollo de la indicación, como base para fijar el origen de la novela policíaca.
figura la « fisiognomía » o caracterología fisiognómica, conocida entre los árabes por
el título de Firasah y citada con frecuencia en las Mil y Una Noches:
Es una obra capital para la historia de la novela policial. De ella hemos tomado la
mayoría de los datos que ofrecemos en esta parte histórica. En las 698 páginas de
que consta se debaten, con fría observación, erudición pasmosa Y método
intachable, los problemas históricos referentes al género. era considerada como el
32
Revue des Études 188,5, 2.
Ilelusizze, 1884~1885
34 Zeitschrift für vergleichende Literatur. “Neue Folge", III, 220.
35 Edición de Semburg, fol. 72
36 I, 220, p. XXII.
37 REGIS MESSAC, Le “Detective novel el l' influence de la pensée scientifique París Eléonore Champion [Lille,
Desclée (le Brouwe et Cie] 1929, 4.°
33
arte de juzgar por su presencia exterior las cualidades de los animales y de, los
hombres. Los textos más antiguos, sin embargo, que aluden a ella, son griegos. Así,
por ejemplo, se atribuye al seudo Aristóteles el siguiente:
“Los que tienen la frente pequeña tienen el espíritu remolón: así los puercos. Los
que la tienen demasiado grande son (torpes) aletargados así los bueyes. Los que la
tienen redonda son obtusos: así los asnos. Los que tienen la superficie frontal más
extendida son, al contrario, astutos así los perros. Los que la tienen cuadrada y bien
proporcionada son magnánimos : así los leones.
“Los que tienen el cráneo voluminoso son inteligentes: así los perros. Los que lo
tienen pequeño son estúpidos: así los asnos”.
Recuérdese cómo de continuo Sherlock Holmes induce los caracteres de una
persona por el tamaño de su cabeza, por su nariz, etc., y aunque consideremos sin
fundamento científico muchas de sus inducciones, la moderna caracterología
confirma la exactitud de algunas de ellas. No cabe poner en duda el éxito alcanzado
en el terreno de las ciencias naturales, y más especialmente en el de la
Paleontología, gracias al empleo del método inductivo. Basta la presencia de un
hueso para que el naturalista nos describa con toda clase de pormenores los
caracteres del animal,
La similitud de estas palabras con otras de Sherlock Holmes, pese a las objeciones
que se les pueda poner, nos demuestra la filiación y cierta congruencia. Conan
Doyle y muchos otros se acercan en los procedimientos de sus personajes a los de
Cuvier. Se podría alegar que Cuvier aplicaba en sus trabajos la ley de correlación
orgánico, pero esta ley creada por él no tiene fundamento científico.
Tomás Huxley, refiriéndose a Cuvier, nos dice Recorred de principio a fin los ocho
volúmenes de su obra Recherches sur les ossements fossiles y no encontraréis otra
cosa que el método de Zadig en los razonamientos, gracias a los cuales se obliga al
fragmento de un esqueleto a revelar los caracteres del animal a que pertenece”. Nos
hallamos, por tanto, desde los más remotos orígenes de la novela de detectives, en
presencia de la ciencia y el espíritu científico.
Nosotros creemos que la anécdota que ha servido de base a los relatos que hemos
examinado, procede de un original griego, probablemente de una anécdota
fisiognómica como la del seudo Aristóteles. Pues si consideramos los textos de Nizar
y Al-Yaman como anécdotas fisiognómicas, no es nada inverosímil que no nos
encontramos ante una historia oriental, sino versiones orientales de un original
griego perdido.
No sería tan extraño, pues en otros casos de las Mil y Una Noches se han
encontrado también reminiscencias de autores griegos. Por ejemplo, en Simbad el
Marino, las venturas del personaje recuerdan mucho los relatos de los viajes
fabulosos de Ulises y sus compañeros. Lo mismo ocurre con las versiones judías.
En la versión del Yagoult, uno de los jóvenes sutiles dice: “Nuestro maestro tiene las
piernas en balanza; su madre ha debido tener relaciones culpables con un bailarín”.
Es una observación fisiognómica. En la segunda anécdota de Midrasch Ekha
Rabbah hay un pasaje muy semejante.
Dentro del ámbito de la literatura hebrea se ha querido ver también el origen de la
novela policíaca en la historia de los sacerdotes de Bel, texto incluido entre los
deutero-canónicos que figuran al final del Libro de Daniel. En dicha historia se
descubre la superchería realizada para hacer creer que el dios Bel, adorado en
Babilonia, se comía los alimentos que se le dejaban en el templo v que devoraban
los sacerdotes y sus familiares entrando subrepticiamente di noche, por un paso
secreto, merced a las huellas de los pasos que los sacerdotes del engaño dejan en
el pavimento, sistema que en numerosas ocasiones utilizan los escritores del género
para descubrir el crimen Y a su autor. Igualmente se señala también la historia de la
Casta Susana, mas ésta, como la anterior, se ha demostrado que han sido
concebidas y redactadas en la época helenística e introducidas tardíamente en el
Antiguo Testamento.
Dice Messac, con su máxima autoridad en la materia, que “la curiosidad griega ha
sentido vivamente la atracción por el misterio, y así encontramos a cada instante en
este pueblo dos tendencias aparentemente contradictorias: el gusto por lo
maravilloso y el gusto por la explicación racional de lo maravilloso. La segunda
tendencia ha contribuido mucho al desenvolvimiento de la ciencia y de la filosofía, y
la primera ha dado origen a una incomparable mitología. Pero se nos permitirá hacer
la observación de que la meta de la novela de detección es satisfacer
simultáneamente estas dos tendencias, excitando, primero, nuestra curiosidad por el
relato de acontecimientos misteriosos, y concentrando el interés sobre un personaje
encargado de disipar el misterio” (38). Añadamos que este gusto de los griegos por lo
singular e inesperado ha dejado quizá más huella de lo que la concepción tradicional
del ideal griego nos permitiría suponer. Hay tanta obra maestra consagrada, de la
que se podrían comparar ciertas páginas, si no con las de Conan Doyle con las de
Mrs. Radcliffe, y de la modalidad que se ha llamado a propósito del autor del
Udolphe, el misterio explicado. Recordemos a este fin que desde el principio del
Edipo Rey, por ejemplo, Edipo se encuentra en la posición de un juez de instrucción
que sigue el proceso contra él mismo. T. Sheppard lo confirma cuando en sus
comentarios a Sófocles dice: “Edipo toma ahora el tono de un juez que examina
cuidadosamente hasta la más vanal declaración para ver si posee valor de
testimonio” (39). Esta forma de desarrollar la trama es corriente en la moderna novela
policíaca y en su proyección al cinema en las películas de este género.
Esta situación coincide con la presentación de la obra de Maurice Landay: Le
Procureur Hallers, así como con el Caro-Bibi, de Gaston Leroux. Caro-Bibi,
injustamente acusado de un crimen, se escapa de presidio y se convierte en
detective para descubrir al verdadero culpable. Pero para hacerlo con mayor
facilidad se hace pasar por cierto marqués, terminando por descubrir que el tal
marqués es el verdadero culpable. Así las cosas, resulta que todos los esfuerzos de
Caro-Bibi se dirigían, sin que se dieran cuenta de ello, a su propia ruina, como en el
caso de Edipo. La imitación de Sófocles, realizada en este caso por Gaston Leroux,
ha sido consciente, ya que nos muestra a Caro-Bibi en uno de los capítulos
asistiendo a una representación de Edipo-Rey en la comedia francesa, que le lleva,
al escuchar los bramidos de Monnet-Sully, a exclamar: “¡He aquí un tipo de mi
especie!”.
38
39
Obra citada
J. T. SHEPPARD, The Oedipus Tyrannus of Sophocles. Cambridge, 1920.
Comprobamos, por tanto, que ya en Sófocles aparece una técnica sensacionalista
semejante a la empleada en las novelas de emoción. Desde otro punto de vista, y en
elogio del pueblo griego, puede decirse que mezcla, indudablemente, el juego de la
inteligencia al planteamiento y solución de la trama. No es tanto el desenlace lo que
esperan los atenienses, toda vez que a grandes rasgos lo conocen ya, pues la
fábula estaba desde antiguo difundida, sino el placer de ir viendo desarrollarse el
tema en una interesante v emocionante gradación.
Este placer graduado, de ir descubriendo poco a poco el misterio, es precisamente
la base del género de detección.
Fácilmente cabría construir una antología de anécdotas que confirman esta
afirmación, Y para muestra cabe recordar el tratado de Luciano sobre Alejandro,
entre otras.
Aquí, como en muchos otros casos, es el propio escribano quien desempeña el
papel de detective; en todos estos ejemplos de los que el Pseudoprofeta de Luciano
podría ser considerado como el tipo, tenemos los modelos Y el origen de un género
que se extenderá sobretodo en el siglo XVIII, y al que Mrs. Radcliffe ha unido su
nombre. Este género de misterio explicado ha provisto de numerosas aportaciones a
la novela de detección. Un texto muy notable para este estudio se halla en el libro IX
del Tratado de Arquitectura de Vitruvio, muy notable, ya que se vale de Arquímedes,
uno de los maestros más destacados de la ciencia griega, y de su proceso, para
formular su ley sobre la inmersión de un cuerpo en el agua.
Hieron, que disfrutaba en Siracusa del poder real y que se encontraba en una
situación próspera, había determinado depositar en un santuario una corona votiva
como ofrenda a los dioses inmortales. Se la dio a hacer a un patrono, por medio de
un contrato, con una cierta cantidad de oro medida a peso. El artífice, el día fijado, la
presentó al rey hábilmente ejecutada, y la balanza demostró que el peso era igual al
del oro entregado. Sin embargo, alguien denunció que mientras se hacía la corona
había sido sustraída cierta cantidad de oro y sustituida por otra semejante de plata
que se había añadido a la materia prima. Hieron, indignado por la mala acción y no
sabiendo cómo ni por qué medio hacer público el robo, pidió a Arquímedes que
reflexionase sobre el asunto Éste, cuando ya había recibido el encargo, fue un día a
los baños y observó que el agua se desalojaba en una cantidad igual al volumen de
la parte de su cuerpo que se hallaba sumergida, y habiendo caído por azar en el
modo de explicar este fenómeno, no pudo quedar quieto, sino que se levantó del
baño y, transportado de júbilo, deambuló desnudo por la habitación, proclamando
con sonora voz que había encontrado lo que buscaba. Después, corriendo, gritaba
en griego: "Eureka”, y, atendiendo a su descubrimiento, fabricó dos masas de un
peso exactamente igual al de la corona, una de oro y otra de plata. Hecho esto, llenó
hasta el borde un gran vaso, donde sumergió la masa de plata. El agua se desbordó
en volumen igual al de la masa que se había sumergido. Después retiró el bloque de
plata y volvió a llenar el vaso, midiendo con sextario el agua que vertía, hasta que
alcanzó de nuevo el borde. De esta manera encontró que era éste el volumen de
agua que correspondía al peso dado de plata. Después de esta experiencia,
sumergió de la misma manera el bloque de oro en el vaso lleno, y por igual
procedimiento, al ver el agua que rechazaba, halló que era una cantidad menor,
menor aún en proporción a la diferencia del volumen existente entre dos masas de
oro y plata del mismo peso. Por último, habiendo llenado una vez más el vaso y
sumergida en él la propia corona, descubrió que ella hacía desalojar una cantidad de
agua mayor que la masa de oro del mismo peso ; y así, partiendo de la cantidad de
agua suplementaria desbordada en el caso de la corona, hizo cálculos que le
revelaron la cantidad de plata incorporada al oro, y así se puso en claro el latrocinio
del contratista.
Nos dice Messac que Frank Blighton, en el n.° 1 de Flynn's Magazine, reprodujo esta
anécdota, haciendo notar su relación con la novela de detección, pero sin dar
ninguna referencia, y por cierto con extrañas deformaciones inspiradas por su
evidente deseo de ponerla al alcance de los lectores de bajo nivel cultural. En ella el
orfebre del rey Hieron es bautizado como Hammer N. Tongs; a Arquímedes se le
presenta resoplando en su hathtub, tal como si fuese todo un ciudadano
norteamericano, etc.
Sin caer en las exageraciones de Frank Blighton, puede decirse que Arquímedes en
este relato emplea el método inductivo, como un detective moderno, una especie de
detective científico.
La anécdota es probablemente apócrifa, mas para nuestros fines tiene un valor
evidente. La asociación de los elementos, el científico y el policiaco, no es por ello
menos notable, ya sea verdadera o falsa.
La ciudad es el apoyo más firme de la novela o cuento policiaco; puede afirmarse
que es su indispensable escenario. Desde la más remota antigüedad desempeña
este papel ; en Las Mil y Una Noches, por ejemplo, ya se dispone de este escenario.
Las aglomeraciones de El Cairo y de Bagdad ofrecían un magnífico campo de
experiencias para los ladrones y la comisión de toda clase de delitos, y, por tanto,
requerían la presencia de la policía. Fuera de las anécdotas inspiradas en la Firasah,
existen historias puramente policíacas en Las Mil y Una Noches. En los casos
difíciles, los protectores del orden estaban asistidos por un cuerpo de detectives
privados, hombres y mujeres, a quienes se designaba “Tauwabún” o los penitentes,
porque habían abandonado, para ser policías, una profesión menos respetable. Sus
aventuras hacen aún las delicias del vulgo. Pertenecen a esta categoría de cuentos
las historias de Ahmed, de Dalila, de Saladino y los tres jefes de policía, etc.
En resumen, el género policiaco tiene antecedentes en la más remota Antigüedad.
La India, Israel, Persia, Arabia lo registran, y más especialmente el pueblo griego,
adonde van a parar, al fin y al cabo, todas las referencias, debido a su carácter de
cima de la civilización europea.
Durante la Edad Media, el cuento policiaco no deja huellas dignas de mención. La
coyuntura religiosa y las ideas filosóficas no le son propicias en su afán de
deducción, y su práctica del silogismo no es época apropiada para el desarrollo del
cuento de detección.
El Renacimiento, con su gusto por la observación, contribuye a enseñar al hombre, a
partir de la realidad y de sus más pequeños detalles, Para elevarse a la verdad. Este
cambio de frente, recogido por el público, facilita la evolución, que ha de culminar en
Allan Poe. Bacon, el apóstol del razonamiento inductivo, abre la marcha. Tres siglos
más tarde, Rouletaville en el Misterio del cuarto amarillo habla el lenguaje del barón
de Veroulamio.
Para que el género policial se desarrolle, es necesario que se cree y se organice
sistemáticamente la policía, v que su aplicación a la pesquisa del delincuente
requiera ya el empleo de una técnica, aunque en un principio ésta sea imprecisa y
balbuciente. Las trampas, las raterías, los hurtos, en los grandes centros de
población, lo hacen de todo punto indispensable. A mediados de¡ siglo XVII surge la
policía, en la mayoría de los países, como una fuerza disciplinada.
Un género que en España es recogido por nuestro brillante Siglo de Oro como una
de las más preciadas y típicas de sus manifestaciones literarias nacionales, la
picaresca, aporta apreciables contribuciones a la creación de tipos y caracteres,
rindiéndole variados y valiosos servicios a la novela de detección. Perseguido el
delito, vigilados los delincuentes habituales, tuvieron éstos que acudir a toda clase
de mafias, tretas y subterfugios para ejercer sus actividades delictivas sin posibles
riesgos. El ingenio de manos de la picardía dieron a luz las artes de burlar las
nuevas organizaciones encargadas de perseguirles.
Famosas figuras de la delincuencia criminal de estos tiempos son objeto de notables
biografías, hábilmente narradas, con el propósito de despertar el interés de las
clases populares. De ellas se imprimen ediciones baratas en malos papeles, tintas
pardas y tipos apretados, en tiradas numerosas. El pueblo siente, bajo su influjo,
especial predilección por esta clase de lecturas y hasta cierta simpatía, contra lo que
fuera de esperar, por algunos de los más condenables bribones. Cartouche y
Maudrin son vivos ejemplos de este orden. Asimismo los británicos Sheppard, Dick
Turpin, etc., y Wild, inmortalizado por Fielding.
En este lado del canal florece toda una escuela de pickpockets bajo la dirección
técnica del famoso Walton, en cuya casa los discípulos aprendían a robar en los
bolsillos, llenos de campanillas, de un maniquí sin que éstas sonasen.
Los Newgate Calendars tienen su origen en las publicaciones impresas en forma de
hojas llamadas broadsheets, debidas a Lorrain, capellán que fue de la prisión de
Newgate. Estas hojas se señalan como la forma más antigua de la novela de
crímenes, y se dedicaban a difundir los procesos criminales que se seguían ante el
tribunal de Londres. Algunas de ellas llevan el nombre tenebroso entre los británicos
de Chronicles of Tyborn, tomado del lugar donde se realizaban las ejecuciones.
Junto a estas publicaciones figuraban también, como en Francia, las biografías de
los más famosos criminales: Lives of the more rernarkables criminals.
En el desarrollo de este proceso hacia la creación definitiva del género policial, del
cual sólo vamos encontrando elementos dispersos, surge Beaumarchais con su
fantasía titulada La Gaiété de l' amateur francais, que es toda una imitación del
Zadig de Voltaire, aunque sin perros, camellos ni caballos, ni el coloreado ambiente
oriental.
Los descubrimientos científicos y la difusión de la ciencia en el siglo XVIII dan origen
a que cobre un extraordinario desarrollo el género que Messac denomina con notorio
acierto “el misterio sin explicar”, al que hemos hecho va alusión, que persigue
proporcionar al lector el placer del miedo, seguido de la preocupación que engendra
el deseo (le averiguar su razón de ser. Autores como Schiller, Walpole y Mrs.
Radcliffe, a los que se señala, juntamente con otros de la misma época, como
creadores de¡ cuento policial, son más bien escritores de obras pertenecientes al
género del terror y del misterio. Godwin, en su Caleb Williams, donde parece que va
a dar con el género, se le escapa. Hay que confesar, ello no obstante, que en la
estructura lógica del relato está en germen la obra de Poe. Balzac representa un
paso más en el camino que vamos recorriendo. Desde un principio muestra gran
predilección en sus obras por los héroes criminales y réprobos. Supervivencia de la
novela negra, muy en boga entre los escritores pertenecientes a su generación. Así,
en Argow le pirate se aproxima a las biografías de bandidos célebres; en Le vicaire
des Ardenes nos ofrece todo un desfile de la máquina procesal penal con sus
testigos, pruebas de convicción, etc. En su relato Maitre Cornelius, el papel de la
deducción sube al primer plano de la escena. “Luis XI” es uno de los primeros
detectives puesto en escena por Balzac. No tenía ideas claras sobre lo que es
deducción, inducción e intuición; mas, en verdad, hay que reconocer que es uno de
los primeros que sabe reunir los hilos dispersos que requiere la composición de la
trama en la novela policial. Une tenebreuse affaire es quizás, entre sus obras, la que
más se acerca al género que nos ocupa, si bien las pistas que sigue se acercan más
al estilo de Cooper que al de Vidoc. La influencia sobre Balzac de A. Callet, P.
Coignard y Vidoc son notorias: de A. Coignard, por la naturaleza de sus vidas de
pícaros, aventureras, y de Vidoc, capturador de Coignard, por su actuación
policíaca, llena de inmensos peligros, pues se mezclaba con los propios ladrones y
criminales, haciéndose pasar por uno de ellos, a base del empleo de disfraces y de
transformaciones personales. Las memorias de Vidoc, que, por cierto, no fueron
escritas por él, han sido una fuente fecunda para los escritores franceses del siglo
XIX, tales como Dumas, Sue, Hugo, Balzac, etc.
Son numerosas las manifestaciones de este estado de espíritu, como la moda de
charlatanes al estilo de Cagliostro y de teorías como el mesmerismo, que es
solidario de la ciencia moderna en cuanto intenta dar explicación racional del
Universo. Todas las partes del Universo están en una estrecha dependencia unas de
las otras. Y, en efecto, el famoso fluido universal de Mesmer no está lejos de
desempeñar un papel análogo a la atracción universal de Newton.
Pero esta noción de interdependencia no es privilegio del mesmerismo: es la base
no sólo de muchas ciencias, sino también de muchas seudociencias. Todos los
métodos adivinatorios suponen una correspondencia entre los fenómenos
observados y los que el adivino anuncia. Pero esta correspondencia que flota
confusa en los siglos anteriores, toma un carácter de precisión y necesidad bajo el
influjo del pensamiento científico en el siglo XVIII y después. Ya se trate de estudiar
los rasgos del rostro, las protuberancias del cráneo, las líneas de la mano, todo tiene
como base que hay una relación invariable entre las facultades que pretenden
estudiar o descubrir y las particularidades físicas del cuerpo. Esta interdependencia
estrecha entre lo material v lo espiritual ha entusiasmado a espíritus místicos y
religiosos, como La Mettrie y Swedenborg.
Estas mismas observaciones pueden hacerse en la quiromancia, cartomancia y
muchas otras ciencias, comprendida la Christian science, que están influidas no sólo
por la Física y la Astronomía, sino por las ciencias de la naturaleza.
Entre todas las superestructuras de fantasía que se levantan sobre el terreno de la
ciencia, la que más nos interesa es la de Lavater (1741-1801). Él se envanecía de
estudiar la naturaleza del hombre, pero no pasaba de la superficie, de la fisiognomía.
Estudia los rasgos y cree tener pruebas de que sus modelos, si se parecen en lo
físico, se parecen también en lo moral : la famosa correlación universal. De estas
doctrinas nacen sus Phisiognomischen Fragmente zür Befördorung der
Menschenkenntniss und Menschenliebe, publicados, en cuatro volúmenes, de 1775
a 1778.
La insuficiencia y fragilidad de los resultados de este método no nos ofrecen dudas
sobre el razonamiento empleado : el inductivo.
Pero la debilidad científica de las teorías fisiognómicas científicas aumentan quizá su
interés desde el punto de vista literario. La “detectivenovel” y muchas otras formas
literarias crecen al margen de la ciencia y atraen la atención al mismo público de
Lavater y sus émulos. La ciencia de Lavater nos interesa tanto en relación con el
porvenir como con el pasado. Se relaciona con los relatos antiguos de que hemos
hablado como con representantes más modernos de nuestro género, comprendido
en ellos Poe. La fisiognomía de Lavater no es totalmente nueva: De varietati faciei
humanae discursus phisicus, de Marbitius; De conjectandis cujusque moribus et
latirantibus animi afflectibus, de Scipio Claramontibus, etc. Estas antiguas historias
vuelven a encontrar el favor del público gracias a Lavater.
¿La fisiognomía ha ejercido una influencia directa en la novela policial? Es difícil
contestar. Lavater mismo parece considerar la fisiognomía como un medio para
identificar a los criminales, no para descubrirlos. Además, muchas no lo toman en
serio: ironizan sobre el asunto. Diremos sólo que la ciencia de Lavater ha contribuido
a extender el uso habitual de ciertas formas lógicas y a vulgarizar el razonamiento
inductivo.
Por la influencia de Lavater se explican ciertas concepciones extrañas y
contradicciones aparentes del autor de Séraphita y de Splendeurs el Miséres des
Courtisanes. Contrariamente a lo que se podría creer, no hay una gran diferencia
entre las ideas que han presidido la concepción de Louis Lambert y las que han
inspirado Ferragus o Vautrin. Quizá la fisiognomía ha contribuido a hacer que
viajeros y exploradores encontrasen, entre los salvajes, razonamientos
seudoinductivos. Por ello, en efecto, la última vuelta, por la cual lo que Huxley llama
el método de Zadig y Walpole, la Sarendipity, va a venir a insertarse en el cuadro de
la Dovela policíaca, ya dispuesta desde hacía tiempo a recibirlo.
En esta difícil pesquisa de los orígenes del género policial, Maslowski ( 40), escritor
especializado en la materia, señala, por su parte, en Francois Gayot de Pitaval a su
primer creador, con su obra titulada Canses célébres el interessantes avec les
40
MASLOWSKI, Igor. B., Le roman policier continental " Revue de criminologie et de police technique,.
Ginebra, 1, 1952, XXII-XXXI.
jugements qui les ont décidées, donde la mayoría de los recitales van precedidos del
descubrimiento del crimen, y a continuación se hacen numerosos comentarios
acerca de los procedimientos que se han seguido hasta llegar a él y, sobre la
conducta observada por los jueces. policías, etc. Esta obra ejerció una influencia
notable en Alemania, i cuya lengua se tradujo, acompañada, en una de sus primeras
ediciones, de un prólogo escrito por Schiller. Arrastrado por su éxito, un jurista
eminente, A. von F. Feverbach, publicó en 1818 los primeros volúmenes de una
colección de causas célebres, que igualmente alcanzó un éxito clamoroso. Pocos
años después, H. von Kleist dio a luz su famosa obra Dei, zerbrochene Krug, a la
que se considera como una obra de pura detección. Ello no obstante, es a Adolfo
Müllner, autor de Der Kaliber-Aus dem Papieren eines Kriminalbeamten, a quien se
concede la prioridad en cualquier caso, incluso sobre el mismo Poe, a quien precede
en doce años. La obra citada es realmente interesante y ofrece en verdad caracteres
de obra de detección aunque no tan concretamente definidos como en Poe. En
Noruega, el fundador de la literatura nacional moderna, M. C. Hansen, publicó
Mordet pümaskinbygger Roolfsen, novela en donde se dan asimismo caracteres de]
género policial.
Durante los dos primeros decenios del siglo XIX surge en todos los países un diluvio
de publicaciones bajo el título común de “Causas célebres escritas conforme a las
normas y procedimientos empleados por Vidoc en sus famosas memorias”. Entre los
Kriminalautoren sobresale el alemán J. H. Donatus Temme, autor de las dos
colecciones tituladas Deutsche kriminalnovellen. La mayor parte de este período, por
lo que a Alemania respecta, se halla recogida en la obra de F. A. Steinmann, Die
Welt Verbrecher.
Coinciden los autores, pese a todo lo expuesto, en reconocer a Poe como el
verdadero creador del género policial. En sus obras se hallan en germen o en relieve
todas las características del género, a punto de afirmar, una autora de tan
reconocidos méritos y experiencia en la materia como Dorothy L. Sayers (1), que
The murders in the Rue Morgue constituye por sí misma un manual completo teórico
y práctico de la detección. En The Purloined Letter emplea ya el método de
investigación psicológica. En Thou art the Man utiliza el procedimiento de dar la
solución por el camino de la persona menos sospechosa. Entre The Gold Bug y The
Mystery of Marie Roget se desarrolla todo el estilo de Poe ; de lo romántico a lo
clásico, de lo sensacional a lo puramente intelectual. La novela policial en Poe no es
más que un problema matemático, cuya solución conduce al descubrimiento del
crimen. Dupin trabaja razonando, y su herramienta es la deducción. Si el crimen
resulta ser un producto de la casualidad o la obra de un loco, carece de campo para
que el detective ejerza su función ; pero si es obra de la razón, si es producto de la
inteligencia del hombre, no cabe duda de que empleando la razón se deberá
descubrir al criminal. -Mientras el prefecto en Poe fracasa sujetándose al empleo de
las más perfectas técnicas policiales, el detective triunfa merced a que observa lo
más sencillo y analiza, coteja y deduce. Como dice Del Rosal (2), “su exposición del
crimen y su modo de investigar se confunde a veces con la exposición de algún
catedrático de Lógica del Liceo francés”. ¡Como si no hubiera azar, como si la vida y
los actos humanos se ajustaran en todo y por todo a la consecuencia y a la lógica!
Mientras Poe camina de la teoría a la práctica Holmes va de la práctica a la teoría;
en orden al procedimiento caminan, pues, por sendas contrarias.
En el período que corre desde Poe a Doyle abunda lo sensacional, en sus formas de
melodramas de misterio y terror. Brillan en él figuras corno M. P. Shiel, la Baronesa
de Orczy, Le Fanu, y entre los alemanes, K. H. A. Söndermann, B. Müldener, A.
Steekfuss; los noruegos H. Meltzer y B. Muus, y los portugueses Eca de Queiroz y
Bamalho Ortigáo con su obra, tan conocida entre nosotros, El Misterio de la
carretera de Cintra. Sobresale en este período el escritor Wilkie Collins, con su obra
titulada The Moonstone, a la que Dorothy L. Sayers considera como la mejor novela
de detección que se haya escrito jamás ; con ella y con Checkmate se abre la
intervención de misteriosos problemas médicos y científicos en las novelas y en los
cuentos policiales, que tanto interés y volumen han dado al género, y que a partir de
entonces no cesa de aparecer en las tramas mejor urdidas. Con razón dice Laín
Entralgo (41) que "La novela policíaca se gesta entre Baltimore, San Petersburgo y
Londres desde 1845 a 1887”, aunque justo es reconocer, sin embargo, con
Maslowsky, que la contribución de los alemanes no puede ignorarse en razón de su
importancia.
La figura más destacada en el género policial es, sin duda alguna, Arturo Conan
Doyle. En 1887, la aparición de A study in Scarlet produjo una enorme sensación en
el campo de la novela policial, seguida a corto intervalo, por las Aventuras de
Sherlock Holmes y las Memorias. Las diferencias y semejanzas existentes entre
Dupin y Holmes pueden estudiarse en las páginas preliminares de The murder in the
Rue Uorgue, y las mismas en A Study in Scarlet. Su influjo en los escritores de toda
Europa fue enorme. En el período que corre desde 1905 a 1915 se publicaron
numerosas obras policiales de autores distinguidos y se crearon multitud de
personajes que con frecuencia suplantan a sus propios creadores: Raffles, Arsenio
Lupin, Philip Collin y otros muchos. Se imita a Conan Doyle en fondo y forma,
aventajando la producción del cuento a la de novela.
El ambiente, su coyuntura, le es harto propicia. El siglo de las luces ha cambiado el
mundo. El teléfono, la luz eléctrica, la fotografía, el automóvil y los avances de la
Química, la Física, la Medicina facilitan el desarrollo de tramas en un grado que
jamás se había logrado. Las poblaciones urbanas alcanzan, a su vez, unas
concentraciones de masas que sumen en el más completo anonimato la convivencia
humana. El delito dispone de medios y escenarios como jamás pudo sospecharse; la
ocultación es tan fácil como difícil la acción de la policía. Desde otro punto de vista,
la criminología, el estudio de la antropología criminal, la psicología anormal y demás
ciencias relacionadas con el delito, ofrecen, al amparo del positivismo reinante, un
campo nuevo de alto valor para el desarrollo científico del género. esta es a grandes
rasgos la coyuntura en que surge Conan Doyle. Sherlock Holmes con quien se
identifica el autor, posee un saber enciclopédico, no ha seguido estudios regulares,
pero se ha formado su propia cultura con un acopio de datos numerosos, con los
que asombra a sus profesores.
Como dice González Ruiz (42), “Sherlock Holmes- un perfil agudo y una pipa - tiene
mucho más de empírico que de especulativo; las bases de su especulación se
apoyan implacablemente en los sentidos corporales.
41
42
Obra citada.
Obra citada.
Si Holmes se quedara ciego, no podría resolver jamás un problema del que se le
suministrasen los datos”. En verdad, sus fuentes de investigación son el barro de
Londres, que conoce a punto de distinguir sus diferentes procedencias; las clases de
tabaco, la numeración antigua y moderna de las calles, etcétera. Junto a este arte
acude de vez en cuando a los recursos de los “fisiognomistas”, de donde toma datos
para construir la personalidad. Hay, en fin, un recurso valiosísimo en él, manejado
con arte exquisito : el misterio y a veces el miedo, ese gran promotor del interés.
José Rouletabille, con sus obras, a contar de la titulada El misterio del cuarto
amarillo, conduce la novela policial al terreno estrictamente intelectual. Los
testimonios de la realidad, si no concuerdan con la deducción lógica, son
rechazados por él.
Con Poe y Conan Doyle se cierra un ciclo del género policial. Con ambos se puede
conocer el delito, su género, cómo se llevó a cabo, qué pasos se dieron hasta llegar
a él. Las obras están construidas al servicio del personaje principal. A partir de ellos
el género policial pretende, como dice Del Rosal, comprender el porqué y el cómo se
cometió el delito, instalándose en la mente de quien ha cometido la acción criminal.
Robert Lutz, con su Detektivromance, la Tribunalbibliothek, y Friedrich Thieme, con
su Der Oflizialverteídiger, Unter Falschen Verdacht, Die Flucht des Kassieres y
varias obras más, son en Alemania los mejores representantes de Doyle y de su
técnica policial literaria, presididos por Albert Goldscheider, que, bajo el seudónimo
de Balduino Groller, alcanzó la máxima popularidad con sus novelas, y más
especialmente con sus famosas Aventuras de Dagoberto, que forjaron su gloria.
Junto a Groller, sin su sentido del humor ni su sencillez, figura Dietrich Theden, autor
de A uf der Flucht und andere Geschichten, Der Zweite Busse, Das lange Wunder
und andere Kriminalqeschichten. Hacia 1902 se publica la primera colección de
cuentos policíacos de Karl Peter Bosner, vienés, más conocido por sus novelas de
costumbres, que son las que le han proporcionado renombre; vienés era también
Hugo Neumann, que cultivó asimismo el género policial juntamente con sus
contemporáneos, los alemanes Moser, Tiaden y Amanda Wilcken. Florecen en estos
momentos los escritores sensacionalistas inspirados en las obras de violencia,
luchas y espionaje a lo Nick Carter y Nat Pikerton.
En Dinamarca, el barón Palle Rosenkrantz produce más de una docena de obras de
detección, que la crítica señala como modelos clásicos del género, principalmente la
titulada Mordet i Vestermarie. A este nombre hay que añadir, entre los escritores
daneses, a Otto Rung, a Sven Lange y a Carl Muusmann. En Noruega citaremos
entre otros el Almirante Sparre, Olaf Bulle, y Jens Zetlitz Kielland. En Italia pueden
citarse tres autores como los más famosos : Olivieri, Ottolengui y Capuana, pero
éstos no producen en realidad obras que respondan del todo a los caracteres
propios de la novela policíaca. El representante italiano más genuino del género es
Emilio de Marchi, con su obra titulada II capello del prete.
Entre los autores que han logrado mayor éxito universal en el género en nuestro
siglo descuella Edgar Wallace, que, por excepción, entre las grandes figuras, no ha
creado un personaje único de detective para su producción. Wallace es el Julio
Verne, el Salgari del género policial; el que ha creado y movido mayor número de
personajes Y de escenarios, pues sus obras se dan en ciudades y parajes que se
extienden a todos los continentes; sus episodios se suceden en el mar y en el aire ;
las tramas más distintas, variadas y geniales son temas de sus obras. La
intervención de lo maravilloso alcanza su esfera más arriesgada, llegando a bordear
con frecuencia los límites de la inverosimilitud, aunque sin caer resueltamente en
ella. Es también Wallace un enamorado, como los románticos, de las escenas
abracadabrantes, cadáveres insepultos, huellas de sangre, rumores extraños,
aullidos lejanos, pasos que se escuchan, y no se ve quién los da, puertas y
pasadizos secretos, y demás artificios conducentes a producir la inquietud y el miedo
en el lector. Wallace utiliza también en gran escala los adelantos de la ciencia y de la
técnica, y con su fértil imaginación trae a cuento empresas extraordinarias como el
rapto de todo un trasatlántico, en cuya búsqueda lanza nada más ni nada menos
que la escuadra inglesa. Wallace es entre los autores de la novela policial el que
más éxito ha alcanzado en el cinematógrafo, por la movilidad extraordinaria de sus
asuntos en escenarios y paisajes y por la riqueza de sus múltiples creaciones
fantásticas. Da un paso firme también hacia el descubrimiento del delito mirando a
los personajes hacia dentro ; esto es, mediante la observación psicológica.
S. S. van Dine, con su creación, el policía Philo Vance, entra de lleno en la
utilización de este medio para descubrir el misterio que rodea el crimen. Para
González Ruiz, Philo Vance es “el tipo de este orden más acabado y completo que
la novela ha regalado al cine”. En la titulada El visitante de media noche, que puede
citarse como un modelo de este género, el descubrimiento del autor del crimen se
realiza exclusivamente mediante la observación y estudio psicológico de los
personajes que intervienen en la obra y la meditada aplicación de un reactivo
adecuado para hacerlo saltar y descubrirse por sí mismo. Van Dine triunfa con su
Philo Vance en numerosas obras, sujetas a la misma técnica : el estudio psicológico
de los personajes. Desde El crimen de Benson, en que aparece por vez primera, a
El escarabajo sagrado, Los crímenes del obispo, etc., la observación y el análisis
psicológico, barajados con arte y buena lógica, sirven de base a toda su brillante y
excelente producción.
Los ilustres escritores americanos Frederick Dannay y Manfred B. Lee, que firman
sus obras en colaboración con el seudónimo de Ellery Queen, surgen con una nueva
aportación que revela la madurez plena del género y su notoria habilidad y talento en
la sólida construcción de sus argumentos. Es, desgraciadamente, normal entre la
inmensa pléyade de escritores mediocres de¡ cuento policial acudir a la intervención
de lo sobrenatural, a lo imprevisto, a casualidades traídas por los pelos, artificios,
engaños y otros recursos parecidos para descubrir el autor del delito y alcanzar el
desenlace: factores que impiden al lector utilizar sus propios recursos y entretenerse
en acompañar al autor en la pesquisa. Entre los que pudiéramos señalar como
buenos es corriente reservar o mantener en la sombra, y sólo ir facilitando, poco a
poco, aquellos hilos que han de conducir al esclarecimiento del misterio y
averiguación de la verdad. Ellery Queen entrega al lector todos los recursos
necesarios para deshacer la trama, todos los detalles e incidencias que han de
conducir al descubrimiento del culpable, llegando inclusive a suspender el relato
para encararse con el lector y desafiarle diciendo: Ya tenéis todos los elementos
para descubrir el misterio: ¿Donde está el criminal? ¿Cuál es la solución? Ellery
Queen teje su trama con hilos muy delgados, como con microscopio; baraja como
pocos los datos, los hechos, los caracteres, las motivaciones sociales y pasionales
que han intervenido y podido ejercer influencias causales. Las va desentrañando,
cotejando, pesando, midiendo con método científico, en el que no se perdona dato
alguno, por minucioso o marginal que parezca. Su producción tiene merecido éxito.
Se destaca también como tratadista e historiador del cuento policial.
Con sólo un año de diferencia había venido al mundo de la fábula el bonachón
Charlie Chan, creación de Earl Derr Biggers, policía inteligente, chino, en el que
brilla la paciencia y la perseverancia, virtudes natas entre los de si¡ raza, en la
investigación criminal. Sus obras han pasado con frecuencia al cinematógrafo y
obtenido éxitos lisonjeros.
Una técnica distinta en la elección del detective para el desarrollo de la ficción
novelesca policial está representada por Erle Stanley Gardner, con su detective
abogado Perry Mason, aparecido por primera vez en El caso de Velvert Claws. En
las obras de este autor, la profesión del detective abre una intervención más extensa
a lo jurídico en los argumentos Y en el proceso seguido para lograr la identificación
del delincuente. Sus obras son muy entretenidas, despiertan sumo interés, y los
ambientes y personas que describe producen una cierta placidez, dentro de los
caracteres propios del género.
Hércules Poirot, creación de la ilustre escritora inglesa Agatha Christie, es una figura
nueva y distinta de detective, cuya historia se cuenta en varios de sus libros y más
especialmente en un capítulo de la novela Tragedia en tres actos. Los personajes
del cuento policial dan siempre su biografía en el curso de sus aventuras, llegando a
hacer sombra a sus propios creadores : el lector exige con empeño conocer su vida,
sus modales, carácter, preferencias y aficiones. La biografía del autor, en cambio, no
sólo parece no interesarle, sino que, como hemos dicho, se solicitan con más
frecuencia las obras en librerías y bibliotecas por el nombre del detective que por el
propio del autor que lo ha creado.
Poirot es contrario al racionalismo, rehuye el razonamiento en tanto se apoya en una
serie de silogismos, habla voluntariamente mal el inglés, adopta actitudes de ingenio
y bobalicón, hasta rayar a veces en lo ridículo. Esta actitud, según él, le vale muchos
triunfos. Sus investigaciones no se apoyan exclusivamente en el estudio del medio
ambiente, de las circunstancias, ni en la psicología, ni en método o técnica especial
determinado La realidad, en su conjunto, el estudio del hombre y de la naturaleza
humana con el concurso de su feliz inteligencia, de la que se alaba a veces, son las
armas con que lucha y las que le facilitan el éxito. El medio social en que Poirot se
desenvuelve es muy elevado; busca la vida regalada y cómoda los viajes, el confort;
detesta el ejercicio y la actividad física. El delincuente para Poirot, no responde a un
tipo físico, ni a un carácter concreto, ni a efecto ejercido por un determinado medio
social, ni es tampoco el producto de una psicología anormal, etc. El delincuente para
Poirot puede ser algo de eso o nada de eso; de aquí el que sus procedimientos no
se acomoden a un método determinado e igual en la pesquisa. Verdad es que
Agatha Christie ha huido desde un principio de esta técnica, ya que al pintar un
detective no lo ha hecho a la manera de Conan Doyle con Sherlock Holmes, o de
Van Dine con Philo Vance; Poirot no responde física ni psicológicamente a las
condiciones ni a los tipos que imaginariamente parecen corresponder al detective.
Conforme a este punto de partida ha desarrollado después las actuaciones de
Hércules Poirot. La defensa y la protección que con frecuencia presta a ciertos
inocentes que en un principio resultan inculpados, despierta en torno a si figura
profundos sentimientos de simpatía, que culminan cuando, merced a su
intervención, él logra probar quién es el verdadero culpable.
En nuestros días, han adquirido una mayor intervención en la novela y en el cuento
policial los episodios amorosos, tocados a veces de un sensualismo más o menos
pronunciado, conducidos marginalmente o bien formando parte de la intriga
principal. Estas modalidades están latentes y son comunes a otras manifestaciones
del arte de nuestro tiempo: el cinematógrafo, con el exceso de besuqueos, y de
figuras que se desvisten, bailan y amartelan; la pintura y escultura, con sus
desnudos intencionadamente incitantes; hasta en arquitectura el arco de doble
centro, que evoca las curvas del bacinete humano, se emplea con harta frecuencia.
Los episodios amorosos, que sólo como diversiones marginales figuraban en el
género, ocupan cada vez mayor extensión y son objeto de una pintura más acabada,
de más minuciosas descripciones; por esta dirección tiende el género a tomar un
nuevo aspecto. Los autores que la cultivan, principalmente americanos, han
ensanchado mucho su mercado en el campo femenino. Autores como Peter
Cheyney dedican predilecta atención a la pintura de sus personajes masculinos,
dotándolos de gran belleza, “cierto misterio” y de “ese algo que gusta a las mujeres”,
en frase de ellos ; con lo que facilita a las lectoras la identificación del protagonista
con aquel que a cada una les gusta, acreciendo con ello notablemente el interés por
la lectura de estas novelas. Sus personajes beben y fuman sin cesar, y hasta
vomitan, como en los bellos y regocijantes lienzos y tapices de Teniers, y padecen
enfermedades ligeras, que reclaman, sin embargo los “mimos” y ternuras femeninas;
recursos que alcanzan siempre el éxito en los corazones propensos al
sentimentalismo de las lectoras. En la novela titulada Cinco perfumes y un crimen,
Vallon, el protagonista, enfermo del estómago, se pasa la vida bebiendo bacardí y
whiski sin cesar y... sin emborracharse. Las mujeres lo adoran y lo colman de
atenciones y delicadezas. De otra parte, al presentar a las mujeres cita sus perfumes
y sus trajes ; las viste y calza de distinto modo cada vez que aparecen en escena,
con la minuciosidad y competencia propia del más acreditado modista.
No figura en nuestra ANTOLOGÍA ningún cuento de Simenon, pese a las gestiones
que hemos realizado con este fin, ya que este autor es considerado en la actualidad
como uno de los escritores más representativos y de más valía en el género que nos
ocupa. Ello obedece a que Simenon, que ha hecho de la novela policial franca e
indiscutible obra literaria de grandes vuelos, no ha producido cuentos ni narraciones
cortas que puedan ser incorporadas en este obra. De, aquí su no inclusión, pero ella
no nos veda, en atención a si¡ mérito, de dedicarle unas líneas.
Se cuenta que Simenon niño había oído contar, en un viejo establecimiento de
baños sobre el Mosa, a un anciano de piel arrugada y manos temblorosas, historias
de robos, crímenes y asesinatos. Era un viejo comisario de policía. De aquellas
historias, muchas veces mal comprendidas, oídas a los ocho años, nació un día el
héroe policiaco Maigret. Simenon lleva siempre consigo una placa que le han
regalado en la prefectura de policía; con su número de orden y su nombre escrito en
ella: Comisario Maigret. Simenon aprecia más esta placa que ninguna otra
condecoración que pudiera otorgársele. El presidente Roosevelt, gran admirador de
Simenon, daba a leer a sus inspectores las célebres aventuras del Comisario
Maigret para que se inspiraran en sus procedimientos. En Suecia y en Dinamarca se
han aprobado numerosas tesis doctorales sobre sus escritos. Los más célebres
artistas cinematográficos del mundo no han vacilado y, es más, han tenido en gran
estima encarnar al célebre Comisario, que, en fin, se ha salido de las páginas de sus
obras para lanzarse a la vida en compañía de las figuras más excelsas creadas por
la fantasía humana, tales como Pedro Crespo, Don Juan, Fausto, etcétera. Su
nombradía se extiende a centenares de miles de lectores. Con si gran inventiva y su
estilo rápido, limpio de afeites retóricos, es de los pocos escritores capaces de
escribir una novela corta o un cuento en veinticuatro horas. Se dice que Maigret, en
treinta países diferentes, ha hablado ya veintiocho idiomas. Pasan de trescientos
cincuenta los títulos que lleva publicados. Simenon conoce la criminología y ha
asistido a la Audiencia como cronista de Tribunales, colaborando como tal en la
Gazette de Siege. De la experiencia lograda en esta profesión pasó al cultivo de lo
que él llamó al principio la “semi-literatura” de la novela policial.
Cuando Simenon propuso al editor Fayard la publicación de una serie de aventuras
policíacas en torno a la figura de un comisario general, Fayard lo trató de loco.
Simenon no se arredró, forcejeó con él, asumió la responsabilidad de una extensa
campaña de propaganda, aun en el terreno económico; por primera vez aparecieron
las fotografías adornando las cubiertas de los libros y se utilizaron con fines
publicitarios la radio y el cinematógrafo. Por último, organizó el “Baile de la
Antropometría” en honor de Maigret, que alcanzó singular resonancia e hizo de un
golpe la fama del Comisario Maigret.
Maigret se ha impuesto a su autor, como Sherlock Holmes a Conan Doyle. Simenon
se ha visto obligado a reseñar su carácter, sus aficiones, su fisonomía, sus
preferencias; a contar y describir también desde el lugar de su nacimiento hasta los
más íntimos detalles familiares. El público ni siquiera ha admitido un intento de que
su querido personaje se retirase. Tampoco pasa porque Maigret no haya tenido ya
un hijo que continúe las actividades profesionales de su padre. Maigret se ha
tornado en el mayor tirano entre las numerosas figuras creadas por la brillante
fantasía de un autor. Un día Simenon cede su pluma al propio Maigret, y éste
escribe en primera persona sus memorias, esclareciendo detalles y haciendo
observaciones que se habían escapado a Simenon y que el público le echaba en
cara en numerosas cartas recibidas. Maigret se ha impuesto de tal manera a
Simenon que hasta cuando sus dos hijos más pequeños le visitan por la mañana,
antes de partir para el colegio, le saludan diciendo: ¡Buenos días, Maigret!
Simenon es un gran novelista. Posee una extensa cultura, profundos conocimientos
psicológicos y una fantasía portentosa. A su “semi-literatura” policial ha contestado
Mauriac señalándolo como uno de los más destacado, novelistas de nuestro tiempo.
Ante la imposibilidad de estudiar en los prudentes límites de un prólogo la dilatada
producción alcanzada por el género, optamos por ofrecer a continuación una lista
cronológica resumida de las obras y de los autores que más han contribuido a su
floración, éxito y desarrollo.
Siglo XVII
Gayot de Pitaras. Canses célébres el intéressantes avec les jugements qui les ont
décidées (1738). Una de éstas fue prologada por Schiller. El primer esbozo de
cuento policial de este autor aparece en Der Geislerseher (1789).
Voltaire. Zadig (1748). Reconocido como el creador de los primeros rasgos del
género.
Siglo XVIII
G. T. Wilkinson. The Newgate Calendar (1814).
Francois Eugéne Vidocq. Mémoires de Vidocq (1828). Iniciador del género en
Francia.
Adolph Müllner. Der Kaliber (1829). Aus den Papieren eines Kriminalbeamten.
Edgar Allan Poe. -IIizrders in the Rue Morgue (1841). Fundador del cuento policial.
Siglo XIX
Charles Dickens. Bleak House (18,52).
H. Stahl. Deutsche Kriminalnovellen (1858).
Joseph Pfundhiller Die Schwarze Bibliothek (1863).
Fedor Dostojevski. Crimen y castigo (1866).
Emilio Gaboriau. L'Affaire Lerouge (1866). Le Dossier n.° 113 (1867). Monsieur
Lecoq (1869).
Wilkie, Collins. The Moonstone (1867). A este autor se le considera como el padre
de la novela policial inglesa.
Anna Katherine Green. The Leavenworth Case (1878). Primera mujer
estadounidense que cultiva el género.
Constant Guéroult. L'Alfaire de la rue du Temple (1879). La Bande a Fifi Vollard
(1881).
A. Conan Doyle. A Study in Scarlet (1887). El mejor escritor del cuento policial
dentro de su época. El que mejor supo adobar con los incentivos del misterio y el
miedo el cuento policial. El que fijó mayor número de caracteres al género.
Albert Goldscheider (Balduin Groller, seud.) Unter vier Augen (1890).
F. du Boisbobey. La vieillesse de M. Lecoq (1892).
Arthur Morrison. Martin Hewit: Investigator (1894).
Mark Twain. The Tragedy of Pudd' nhead Wilson (1894).
Jules Claretie. L'Accusateur (1897).
E. W. Hornung. The Amateur Cracksman (1899). Por primera vez se escribe un
cuento policial invertido.
Siglo XX
Barón Palle Rosenkrantz. Retsbetjente y Mordet i Vestermarie (1901).
E. Childers. The Riddle of the Sands (1903). Una de las primeras intervenciones del
espionaje como trama.
G. R. Benson. Tracks in the Snow (1906).
Jacques Futrelle. The Thinking Machine (1907).
Mary Roberts Rinehart. The Circular Staircase (1908).
Maurice Leblanc. Arséne Lupin (1907). Gentleman- Cambríoleur (1907).
Gaston Leroux. Le Mystére de la Chambre Jaune (1907). Le Parfum de la Dame en
Noir (1908).
Balduin Groller. Detektiv Dagoberts Talen und A benteuer (1909).
R. Austin Freeman. John Thorndyke's Cases (1909).
Dietrich Theden. Auf der Flucht und andere Geschichten (1909). El mejor autor
policial de esta época en lengua alemana.
Baronesa de Orczy. The Old man in the Corner (1909).
William Mac Harg y Edwin Balmer. The Achievements ol Luther Ti-ant (1910). Quizá
la primera obra en que se emplea la psicología en el descubrimiento del crimen.
Karl Peter Rosner. Der Herr des Todes (1910). Costumbrista.
A. E. W. Mason. At the Villa Rose (1910).
G. K. Chesterton. The Innocence of Father Brown (1911). Otorga al género un
delicioso matiz de humor que no destruye el interés por el argumento.
Sax Rohmer. The Mystery ol Dr. Fu-Manchu (1913).
E. C. Bentley. Trents Last Case (1913).
John Buchan. The Thirty-Nine Steps (1915).
J. S. Fletcher. The Middle Temple -,IIurder (1918).
A. A. Milne. The Red House ,1,Iystery (1922).
Agatha Christie. The Mysterious Affair of Styles (1920). En esta obra surge en
escena el después famoso Hércules Poirot, que culmina con El Asesinato de Roger
Ackroyd (1926).
Dorothy L. Sayers. Whose Body? (1923). Primera obra del Lord Peter Wimsey.
Philip Mac Donald. The Rasp (192,1). Primera intervención del Coronel Anthony
Gethryn.
Edgar Wallace. The Mind oF Mr. J. G. Reeder (1925). El autor de más imaginación,
el que maneja más extensiones geográficas, máquinas infernales, escenarios, etc.
John Rhode. The Paddington ,Uystery (1925). Aparición del Dr. Priestley.
Earl Derr Biggers. The House without a Key (1925). Se lanza al público la figura de
Charlie Chan por vez primera.
S. S. van Dine. The Benson Murder Case (1926). Con ella aparece la figura de Philo
Vance.
W. Somerset Maugham. Ashenden (1928).
Ellery Queen. The Roman Hat -Mystery (1929). En ella se presenta por primera vez
a Ellery Queen.
Rufus King. Murder by the Clock (1929). En este título aparece el famoso teniente
Valcour.
Harvey J. O'Higgins. Detective Duff Unravels (1929). Con esta obra se inaugura la
aplicación del psicoanálisis al género.
Dashiell Hammett. The Maltease Flacon (1930). Con este título se presenta al
detective Sam Spade.
David Frome. The Hammersmith Murders (1930). Surge en esta obra la figura de Mr.
Pinkerton.
Stuart Palmer. The Penguin Pool Murder (1931). En ella se hace la presentación de
Hildegarde Withers.
Francis Beeding. Death Walks in Eastrepps (1931). Esta obra se considera por
varios críticos como una de las mejores novelas de detección.
Erle Stanley Gardner. The Case ol the Velvet Claws (1933). En ella se presenta por
primera vez al abogado detective Perry Mason.
Rex Stout. Fer-de-Lance (1934). En ella hace su aparición Nero Wolfe. John P.
Marquand. No Hero (1935). Inicia la serie de Mr. Moto.
Daphne Du -Nlaurier. Rebeca (1938).
Nicholas Blake. The Best Murt Die (1938). Mabel Seeley. The listening House
(1938).
Ngaio Marsh. Overture to Deat (1939). Eric Ambler. A coffin for Dimitrios (1939).
Raymond Chandler. The Big Sleep (1939). En este título se presenta a Philip
Marlowe.
George Simenon. The Patience ol Maigret (1940). Autor con el que a nuestro juicio la
novela policial alcanza una de sus más altas cumbres.
EL FUTURO DE LA LITERATURA POLICIAL
Laín Entralgo (43) y con él otros críticos de no menor relieve consideran que la
novela policial está en trance de perecer. “Los resortes que condicionan su
popularidad son rigurosamente históricos, mudadizos, y no hace falta ser lince o
profeta para anunciar el pronto término de su ocasional auge”. Es evidente que la
novela o el cuento policial, cuando se condimentan exclusivamente con artificiosos
enredos bizantinos, cansan, aburren y agotan la curiosidad y el interés del lector.
Mas no creemos que, como los libros de caballería, respondan a “una moda un poco
añeja ya”, que dice el ilustre escritor citado, porque el género policial no obedece a
la manera de sentir y de pensar de una determinada generación ni a una coyuntura
histórica determinada, que haya fenecido por circunstancial y pasajera. El género
policial de mera intriga no vacilamos en reconocer que está en declive por un abuso
de enredos desorbitados y situados muy al margen de la realidad. Pero, en cambio,
los descubrimientos científicos y técnicos le brindan hoy nuevos horizontes,
riquísimas y variadas fuentes de inspiración llenas de interés y novedad. La maraña,
llena de calculados artificios más o menos teatrales y de ingenuas e inexplicables
casualidades, que de consuno abastecen la mayor parte de la flora moderna del arte
policial, tiene el camino abierto hacia el tedio y el hastío en un amplio sector de sus
más asiduos clientes anteriores, pero ello no basta para que aquellos otros autores
más cultos y estudiosos ofrezcan una nueva Era, que pudiera ser la áurea, de este
género
literario, sustituyendo el cuento y la novela de mero enredo policiaco por el científico.
No es posible escribir en los momentos presentes una mediana novela policial como
Fray Angélico pintaba sus Ángeles o Zurbarán sus Santos, encerrado en la celda, a
solas con su inspiración y su talento de artista. La novela policial exige hoy un
conocimiento científico de varias disciplinas, y entre ellas, de la criminología, la
psiquiatría, la caracterología y las dilatadas posibilidades que brindan los análisis
forenses. Todas las disciplinas consagradas al estudio de la génesis del crimen y del
delincuente son de un primordial interés para el escritor, especialmente desde que
Lombroso expuso sus teorías y más concretamente a contar de la publicación de la
obra de Enrico Ferri titulada Teoría de la imputabilidad. La etiología del crimen, el
conocimiento de las causas que han hecho surgir o han despertado la actividad
criminal, se ha convertido a partir de entonces en materia de observación científica y
de estudio intensivo, y con ello han dado origen a una fecunda literatura, de cuyo
conocimiento no cabe prescindir. Si el criminal y el delito tienen a veces concausas
bien definidas, que se apoyan en las circunstancias que rodean al hombre y en su
constitución física y mental, no cabe duda de que un método atinado de la
investigación criminal estriba en comprobar si se dan algunas de estas notas y
43
Obra citada
caracteres en torno a una de las personas que han surgido o se mueven alrededor
de un determinado hecho criminal.
EL MEDIO
Entre las causas a que con más frecuencia se debe el crimen, figura la inadaptación
social del delincuente, es decir, la incapacidad mayor o menor del individuo para
reaccionar a los estímulos del medio en que vive, en armonía con dicho medio. La
sociología moderna reconoce que la inadaptación social y el comportamiento
criminal obedecen a influencias mesológicas nocivas: una educación inadecuada,
una falta de calor afectivo en la edad juvenil y, sobre todo, de ternura por parte de la
madre, así como también los posibles traumatismos mentales y demás influencias
desmoralizadoras procedentes del medio circundante. Ello no quiere decir que
donde se dé este ambiente se obtenga necesariamente un criminal, pero sí cabe
pensar en buena lógica que si en un grupo de personas entre las cuales figura una
que ha cometido un delito, la comprobación de que existe una entre ellas en la que
se dan estas circunstancias puede conducir, con muchas probabilidades de acierto,
a descubrir al delincuente. De aquí que sobre esta tesis que pueda construir, con
lógica perfecta y verosimilitud, la trama de una novela policial. De otra parte, la
descripción de los barrios bajos, los próximos a los muelles en las ciudades
marítimas, con su población de gente aventurera e indescifrable, los cabarets, los
dancings las tabernas, brindan al escritor oportunidades singulares de describir todo
un mundo desconocido y lleno de curiosidad para el hombre medio. El paisaje -como
dice Amiel- es un estado de ánimo. El marco escénico puede ser la explicación del
protagonista e imponerse a él como causación psicológica y social.
Para el estudio de todo punto recomendable al escritor, de las reacciones entre la
persona Y su medio, pueden citarse numerosos tratadistas : Rinburg, Inghe, Riemer,
etc., que han intentado incluso medir su fuerza cuantitativa, ya que un hecho exterior
no desencadena las mismas reacciones en unas personas que en otras. Creemos,
por nuestra parte, que de ordinario el medio no siempre es el que crea la persona ;
más bien sucede que son las personas las que buscan y se procuran el medio que
mejor se acomoda a sus aficiones y carácter. Por ello, cuando el delincuente se
descarga atribuyendo, con harta frecuencia, su actuación delictiva al influjo
pernicioso de las malas compañías, no se debe olvidar que, en la mayoría de los
casos, éstas han sido buscadas y elegidas por él mismo. Ello no obstante, se ha de
tener en todo caso presente que en la realidad se dan delincuentes que han
padecido la prisión por muchos años y que han vivido en ella en constante contacto
con toda clase de criminales, sin que este medio ambiente haya ejercido sobre ellos
la más mínima influencia perniciosa. Cabe, pues, deducir de estas observaciones
que en los individuos sanos y bien conformados el influjo del medio puede hacerles
variar por excepción a presencia de un fuerte estímulo, un mal grave, etc., pero sólo
con carácter momentáneo o pasajero. Si perdurase, hay que pensar en la existencia
de una debilidad constitucional o de una lesión más o menos grave de tipo cerebral.
LA PERSONALIDAD Y EL CARÁCTER : LA TIPOLOGÍA
Por ello, los tratadistas acuden, además, al estudio, por métodos clínicos de todos
los componentes de la personalidad del delincuente, desde los que tienen su origen
en las disposiciones normales hereditarias, existentes en dosis variables en todos
los individuos, hasta los que son consecuencia de alguna lesión cerebral. Las
primeras proceden de una herencia anormal que no se encuentra en el conjunto de
los genes que constituyen el fondo hereditario de todos los hombres, sino que
pertenecen a alguno de ellos exclusivamente, ya procedan de un ataque de
naturaleza infecciosa, tóxica, traumática, o de sus análogas, sobrevenida en el curso
del desenvolvimiento del organismo, a partir desde la fecundación del huevo hasta el
momento actual. Ahora bien, si la inadaptación del hombre es un estado precursor
del crimen, si el criminal elige el medio en que mejor cree que ha de desarrollarse,
es evidente que interesa mucho al escritor conocer todos los rasgos personales del
individuo que pueden favorecer ese estado de inadaptación para su creación
artística.
Partiendo de la conclusión de que hay a la vez enfermedades y enfermos, demencia
y dementes, delitos y delincuentes, etc., y de que el hombre piensa, ama y sufre no
sólo con el cerebro, sino con todos y cada uno de sus órganos, aun lo que siempre
se han considerado como secundarios e inoperantes, consideramos de todo punto
indispensable que el escritor del cuento policial domine el conocimiento de la
moderna tipología o caracterología. No queremos con ellos sumarnos a la doctrina
de Bonald (44), quien afirmaba “que el hombre es un espíritu servido de órganos”, ni
a la de Cabanis, que, en sentido contrario, entendía “que el cerebro segrega el
espíritu como el hígado la bilis”; nuestra postura se halla más bien junto a Carrel,
cuando, con atinado símil, nos dice que lo espiritual y lo material van tan ligados en
lo humano como lo están en la estatua el mármol y la forma. Esta reunión de lo
material y lo espiritual participa de la mejor tradición aristotélico-cristiana y se halla
en San Agustín, Santo Tomás, San Alberto Magno, Suárez, etc. Es más, la
concepción unitaria y substancial psicofísica de la personalidad humana de la propia
escolástica, no ha sido superada por los psicólogos modernos y constituye uno de
los postulados fundamentales de la psiquiatría actual.
El estudio de la personalidad ha sido magistralmente llevado a cabo por las escuelas
psiquiátricas de Birbaum (45), Stern (46), Hoffmann (47), Kretschmer (48), Kronfeld (49),
etc.
Según Birbaum (50), la personalidad es “el conjunto de disposiciones biopsíquicas,
mediante las cuales se caracteriza la especial idiosincrasia individual” y, a su vez, la
biotipología, “la ciencia que estudia las causas que influyen en las relaciones entre el
cuerpo y el espíritu”. Su fin es facilitar los elementos para comprender mejor a cada
hombre, explicar sus actos y advertir los medios más eficaces para corregir a los
anormales.
Corresponde al sabio profesor de Marburgo, Kretschmer, la primacía en el estudio
de las relaciones entre el genio o manera de ser psíquica y la figura o forma
corporal, después de haber efectuado muchos miles de mediciones. Cervantes,
44
QUINTANO RIPOLLÉS, c. n. Obra citada.
Die psychopatischen Verbrecher. Berlín, 1926
46 Differentielle Pyschologie (Leipzig, 1921) y Allgemeine Psychologie auf personalischer Grundlage (La
Haya, 1935).
47 Das Problem des Charakteraufbaues. Berlín, 1926.
48 Körperbau und Charakter. Leipzig, 1921.
49 Lehrbuch der Charakter Kunde. Leipzig, 1932.
50 Obra citada.
45
anticipándose a su tiempo, no sólo justificó cuidadosamente la figura de Don Quijote
en las lecturas de los libros de caballería, sino que, además, dibujó en él y en su
escudero los dos biotipos, el asténico y el pícnico, con la misma propiedad con que
los ha trazado siglos después Kretschmer.
Partiendo de la mayor influencia de las glándulas de secreción interna o endocrinas
en el carácter, la escuela de Padua, con Giovanni, Viola y Pende, nos ha dado en la
actualidad otro cuadro de biotipo que reseñaremos brevemente a continuación, y,
por último, los organicistas Sheldon-Stevens nos han proporcionado otro, preferido
por los estudiosos norteamericanos, que también reproducimos con objeto de atraer
la atención sobre el tema y subrayar el interés que puede alcanzar la caracterología
en la redacción del cuento o novela policial.
La tipología kretschmeriana la resume Quintano Ripollés de la siguiente forma:
a) BIOTIPO LEPSOTÓMICO (o asténico en su extremismo). Afinidad con los
temperamentos esquizotímicos y, por ende, propensión a las psicosis
esquizofrénicas (dementia precox).
Características somáticas: Corporiedad estrecha y alargada, con tendencia a la
escualidez, a lo Greco Y Don Quijote. Manos huesudas, piel pálida y pobre en grasa.
Rostro ovoide, de eje corto. Perfil aguileño, de pájaro (Vogelgesichl). Occipucio
redondeado. Propensión al envejecimiento prematuro.
Características psíquicas: Frialdad e insensibilidad, al menos en lo externo.
Tendencias al aislamiento y al autismo egocentrista (a la introspección, en la
terminología psicoanalítica). Bipolaridad entre los estados (le irritabilidad y
embotamiento afectivo (proporción psicoestética). Predisposición al éxtasis y a las
pasiones fanáticas, en amor, política, arte y religión.
Características sociales: Aptitud para el despotismo de no importa qué tendencia
(Robespierre, como Calvino y Federico el Grande), para la filosofía pura (Kant) y
para el lirismo. Carácter de seriedad, pedantería y sistematismo, indiferencia por el
mundo real y, gusto por el refinamiento.
Caracteres psíquicos: Suelen coincidir con los del lepsotómico, pero con rasgos de
mayor dureza. Pobreza de reacciones por impermeabilidad a los excitantes de toda
índole. Lentitud en la comprensión y en la ejecución.
Caracteres psíquicos: Suelen coincidir con los del lepsotómico, pero con rasgos de
mayor dureza. Pobreza de reacciones por impermeabilidad a los excitantes de toda
índole. Lentitud en la comprensión y en la ejecución.
Caracteres sociales: Sociabilidad pasiva. Tranquilidad y lentitud. Cuando las
reacciones tardías surgen, suelen ser torpes, pero brutales. Pobreza de fantasía y
gusto por la rutina Lenguaje lacónico y vacilante. Timidez y constancia en el trabajo.
Deficiencia de finura espiritual.
c) BIOTIPO PÍCNICO. Afinidad con temperamentos ciclotímicos y propensión a las
psicosis cicloidales y maniacodepresivas. Antípoda del lepsotómico.
Caracteres somáticos: Adiposidad. Desarrollo en sentido de latitud con abundancia
de abdomen, pero cierta gracilidad en las extremidades inferiores. Rostro
pentagonal, amplio y blando. Frente despejada y abombada. Cráneo grande, de
forma redondeada, ancho, con notable tendencia a la calvicie.
Caracteres psíquicos: Reacciones de los extravertidos de Jung. Afabilidad,
bonachonería y, a menudo, humorismo. Sensibles al amor y al sentimentalismo,
pero con matices de materialismo y comodidad. Esto no obstante, suele darse en
ellos afición a las aventuras y experiencias, principalmente para causar sensación en
los demás. Inconstancia y actividad.
Caracteres sociales: Muy sociables, con tendencia al charlatanismo, por lo que
abundan en el biotipo los políticos oportunistas, los abogados enredadores y los
comerciantes hábiles. En literatura, propenden al realismo humorista, del tipo del Mr.
Pickwick, de Dickens.
La tipología de Pende (51), con base de individualización endocrina, describe los
tipos siguientes - sigue el autor antes citado:
a) TIPO TAQUIPSÍQUICO O LONGILÍNEO (Hipertiroideo). De constitución biológica
como el lepsotómico de Kretschmer, cuyo biograma se concilia con el suyo a la
perfección. Psicológicamente es intuitivo, sentimental, rápido en sus decisiones y
reacciones, con notoria deficiencia en los poderes de autocontrol. Dotes de cálculo
lógico y matemático. En el extremo del tipo se halla el “hipersomaticotónico”,
irascible e impetuoso, con tendencias catabólicas a consumir y disgregar.
b) Tipo BRADIPSÍQUICO (Hipotiroideo). Constitución afín al ciclotónico
kretschmeriano. Hipervegetativo y lento, apático, de humor calmoso, emotivo y
optimista. Resistente y lento. En el extremo del tipo está el “parasimpaticotónico”,
apocado, con falta de secreciones y tendencia anabólica a almacenamiento de
energía.
Sobre los datos kretschmerianos y pendianos, pero ya con referencia directa a la
criminalidad, el criminalista Di Tullio (52) ha trazado el cuadro antropológico siguiente:
a) TIPO ASTÉNICO (idéntico al kretschmeriano). Delincuentes fanáticos.
b) Tipo HIPERTÉNICO. Hiperfunción genital y suprarrenal, con tendencia al robo
violento y a la violación.
e) TIPO ESPASMÓDICO. Endocrinamente hipo paratiroide. Temperamento propio
de criminales rebeldes e indisciplinados.
d) Tipo DISTÍMICO. Caracterizado por la inestabilidad hormónica. Tendencia a la
delincuencia furtiva, de estafas y malversaciones.
Por último, la tipología organicista de Sheldon-Stevens ofrece los tipos siguientes
51
Trabajos recientes sobre endocrinología y psicología criminal. Madrid, 1932. (2) II criterio clinico
antropologico nella valutazione della pericolositá criminale. Roma año 1940.
52
The varieties of temperament. Nueva York, 1942
a) Tipo VISCEROTÓNICO. De cordialidad y sociabilidad, relacionable con el pícnico
kretschmeriano, aunque sin sus características somáticas adiposas.
b) Tipo SOMÁTICO De actividad muscular, relacionable con el atlético.
e) Tipo CEREBROTÓNICO. Inhibitivos, intelectualismo con tendencia al aislamiento
egoísta, equiparable al lepsotómico.
“La razón de ser de estos biogramas fundamentales -dice Quintano Ripollés-, a los
que pudieran añadirse diversas variedades, como el eidético de los hermanos
Jaensch, el psicoanalítico de Jung, los de Peritz, Hoffmann, Siemens y tantos otros,
es puramente orientador y escolástico”.
Más adelante añade: “Como corolario a lo dicho, y antes de pasar adelante,
conviene confesar que estas construcciones cerradas y geométricas no son
demasiado aptas para captar la variedad infinita de lo humano”. La boga dominante
es ésa, sin embargo, como lo fue de la frenología y la fisiognomía en otras
coyunturas culturales no muy lejanas.
LAS ALTERACIONES PATOLÓGICAS CEREBRALES
Fuera del campo de la caracterología y de las modalidades constitucionales -dice
Kinberg (53) -, todo cambio o alteración patológica del cerebro que ataque la función
orgánica de la personalidad propende a nublar no sólo la actividad interior del
organismo, sino también su actividad exterior. Por ello, cuando se trata de conocer el
grado de culpabilidad de un delincuente, hay que tener en cuenta su estado físico y
los accidentes que puedan haberlo modificado o interferido en él: las lesiones del
cerebro, parálisis general, demencia senil, arterosclerosis, confusiones mentales,
etc., dolencias que, apenas son conocidas, paralizan la actividad judicial y dan paso
a la reclusión del enfermo en clínicas o manicomios.
Sin embargo, el número de delincuentes con lesiones cerebrales graves es muy
reducido, estadísticamente. El mayor volumen de éstos se da más bien entre los
débiles mentales, los que padecen una inteligencia poco desarrollada en
combinación con malas formaciones morfológicas, mongolismo, microcefalismo,
cretinismo y otras alteraciones análogas de origen endocrino o bien hijas de
influencias perniciosas sufridas por el embrión. Penrose, entre otros, atribuye estas
alteraciones nerviosas a influencias físicas, por ejemplo: de los rayos X sobre el
embrión; nutritivas por falta de calcio, fósforo y vitaminas B, C y D ; infecciosas,
sífilis, rubéola, toxoplasmosis; sensibilización, cuando, por ejemplo, una mujer es Rh
negativa y queda encinta de un feto Rh positiva; la edad de la madre, cuando queda
encinta después de los 38 años, con riesgo de tener un hijo mongólico o con
hidrocefalia congénita, etc.
Las psicopatías, término muy discutido en la actualidad, dan origen a un buen
número de delincuentes. Las definiciones que de este término ofrecen los diversos
tratadistas son muy diversas, y en ellas se mezclan razones de orden moral, social,
clínicas, caracterológicas, etc. Cleckley, por no citar otros muchos la define como
una “persona con apariencia de bondad que depende de un super-ego deficiente,
causado por un complejo de Edipo parcial”. A los de este orden se les describe
53
OLOF KINGBERG, La science et la prevention du crime. Impact science et societé, 1954, 1 : 3-26.
como personas hábiles, atrayentes, de palabra fácil, incapaces de responder a los
sentimientos del honor, mentirosos, deshonestos, pobres en efectividad y con ciertas
anomalías sexuales.
En esta extensa gama de variadas causas que contribuyen a crear la personalidad
del delincuente existe una fuente riquísima de ejemplos y de matices diferentes, de
donde el escritor de la novela policial puede tomar los caracteres más adecuados y
las circunstancias mas propicias para la perfecta creación científica de su tipo
novelesco y la justificación artística del enredo o trama.
LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DEL CRIMEN Y LOS LABORATORIOS
POLICIALES
Si desde el punto de vista de la descripción del delincuente, el escritor moderno del
género policial científico viene obligado, como hemos procurado demostrar, a poseer
un conocimiento adecuado de las ciencias penales, de la criminología, psicología
criminal, caracterología, etc., desde el relativo a la actuación de la policía en la
pesquisa del crimen y en la identificación de su autor, viene obligado también a estar
bien informado de los medios científicos de que en la actualidad se dispone para
descubrir el delito y hallar al delincuente, y, sobre todo, probar de una manera clara,
evidente y precisa quién es el verdadero autor, sin recurrir en modo alguno al
empleo de la fuerza bruta ni al tormento psíquico.
Ocurre en nuestros días que así como para alcanzar la victoria en caso de guerra
tienen más influencia los hombres que visten por uniforme las batas blancas y se
mueven en los centros de investigación técnica y científica, que los mandos de la
infantería, en la identificación del delincuente Y en el descubrimiento del delito tienen
también superior importancia aquellos que silenciosamente trabajan en los
laboratorios consagrados a la investigación criminal.
Son los laboratorios, en verdad, los auxiliares más potentes y decisivos en la
pesquisa criminal, los que alcanzan el triunfo allí donde el policía y el juez no
aciertan a llegar con los recursos con que su profesión les dota.
Nos dice Nott-Bower que cuando Lord Trenchard (54) tomó posesión del cargo de
Comisario de la Policía Metropolitana de Londres, en 1931, comprobó que las
fuerzas de policía descansaban principalmente en la asistencia que le prestaban una
serie de expertos en la investigación científica de los delitos, ajenos por completo al
cuerpo de policía.
Convencido del valor de esta ayuda creó en 1935 el Laboratorio de Ciencia Forense,
establecido primero en Hendon y trasladado poco después a Scotland Yard.
A este laboratorio siguieron rápidamente seis laboratorios más para el servicio del
país. Estos centros de investigación han demostrado que sólo rnediante su
cooperación Ira sido posible probar la comisión de delitos que en etapas anteriores
jamás hubieran podido ser descubiertos ni identificados sus autores.
54
NOTT-BOWER, En ]a introducción a The scientific investigation of crime por L. C. NICKOLLS. Londres,
Butterworth sb. C.° 1956, 8.°
A este estado de cosas obedece que el autor de la novela v el cuento policial tenga
que documentarse y hacerse científico, para poder utilizar en el desarrollo de los
argumentos de sus obras tan indispensables conocimientos. En los cursos
organizados para la enseñanza (le la investigación criminal son sólo cuatro o cinco el
número de las lecciones consagradas al estudio de los indicios biológicos del delito ;
todas las demás tienen por objeto el estudio de las circunstancias exteriores.
Cuando estos estudios fallan y, a su vez, de los factores psicológicos no se deduce
la luz, el laboratorio es el único recurso inmediato. Es entonces cuando se necesita
hacer, por ejemplo, el análisis microscópico de una mancha de sangre, de unos
pelos, de las huellas dactilares, de una víscera (le la víctima, (le unas letras, de un
pedazo (te papel, etc., y todo ello ha (le realizarse con la ayuda de una serie de
aparatos y de procedimientos químicos que requieren un perfecto dominio de
técnicas que pertenecen al campo de las ciencias puras y aplicadas.
El hallazgo, hace unos años, de unas postales casi deshechas por la humedad en
uno de los dos cadáveres descubiertos en el río Tajo, condujo, merced a la
intervención del Dr. Aznar, Director de la Escuela de Medicina Legal de Madrid, que
practicó su análisis físico-químico a base de una gota de sulfocianuro amónico, a
descubrir en el entramado interior del papel unas direcciones correspondientes a
varios pueblos de Francia. Este descubrimiento facilitó la labor realizada a
continuación por la policía de investigación criminal y pudo llevarse a cabo la
identificación de las víctimas y la captura y condena de unos compañeros de
expedición que los habían asesinado y echado al río.
Gracias al descubrimiento y análisis de unos pelos que se encontraron en las uñas
de un hombre muerto, después de una breve lucha, en circunstancias extrañas,
pudo descubrirse al criminal y conocer los detalles del asesinato. El pelo, una vez
analizado, resultó ser de conejo teñido con anilina azul. Puesta en marcha la policía,
descubrió rápidamente que un compañero de trabajo de la víctima llevaba una
pelliza con cuero de piel de conejo teñido por igual procedimiento y del mismo color,
que confesó, ante la prueba, ser el asesino.
También cabe citar el caso de cierto mecánico que apareció muerto a martillazos en
la cabeza. La policía, después de numerosas pesquisas, sólo logró hallar, para
descubrir al autor del crimen, un martillo muy bien lavado. Sometido éste a estudio
en el laboratorio, se hallaron en el mango unos pequeñísimos agujeritos producidos
por la polilla. Con ayuda de microscopios se logró descubrir que en el fondo de los
mismos había minúsculas partículas de sangre seca ; sometidas éstas al oportuno
análisis, arrojaron las mismas características de la sangre de la víctima. La policía
sólo tuvo después que averiguar quién era el dueño del martillo. Descubrir al criminal
fue tarea sencilla.
No es fácil que se repitan ya casos como el de Mc Mazel, citado por Robinson, cuyo
cuerpo apareció un día acribillado a puñaladas. Su amigo íntimo Seberum, que hizo
el trágico descubrimiento y se apresuró a comunicarlo a la policía, fue
inmediatamente detenido. La policía no prestó atención al teatro del crimen ni a los
objetos que se hallaron junto al cuerpo de la víctima, alguno de los cuales hubiera
hecho diáfana luz sobre los móviles del delito v su autor. Seberum, después de ser
sometido a tormento durante tres horas, se confesó autor del crimen. Pocas horas
más tarde, el verdadero criminal se entregaba a la policía, impulsado por los
remordimientos. Por fortuna, los laboratorios y la investigación científica del delito
han desterrado los procedimientos antihumanos de la tortura y los suplicios que al
correr de los tiempos venían llevando a las cárceles y a la muerte a desgraciados
inocentes.
Entre las conquistas logradas, el análisis de las huellas digitales ha contribuido
extraordinariamente a la identificación de los delincuentes y a la prueba criminal en
la comisión de los delitos. Parece cuento, por su extremado interés, la historia, llena
de éxitos insospechables, del proceso seguido con las primeras aplicaciones de los
servicios prestados a la justicia por este procedimiento, cuyos orígenes se remontan
a ciertas prácticas realizadas desde los más remotos tiempos, y culminadas, merced
a Malpighi, profesor de la Universidad de Bolonia; Herschel, funcionario inglés de
Bengala; Tompson Inspector geológico en Nuevo Méjico, y más decididamente, a F.
Gulton.
Debemos a Sir E. R. Henry el sistema que se observa actualmente en la
clasificación de huellas, operación de la mayor importancia. Merced a dicho sistema,
cualquier impresión dactilar puede identificarse, entre millones de huellas, en el
plazo máximo de cinco minutos. La división dedicada a este servicio intercambia sus
impresiones digitales con sesenta y cinco naciones. Incorpora al archivo más de 12
000 huellas al año. Las comprobaciones que se solicitan se despachan siempre en
el mismo día.
Otro de los progresos más notables en materia de investigación policial se relaciona
con el estudio de las armas de fuego. Desde 1926, aproximadamente, se puede
afirmar que vivimos una era científica en la identificación de estas clases de armas,
muy especialmente debido a los trabajos realizados por Charles Waite y a Galvin
Goddard de los Estados Unidos. Como ejemplo notable de los avances logrados y
por su analogía con el cuento policial moderno, nos parece oportuno recordar el
siguiente caso. Un alto funcionario de la policía estadounidense se presenta a Waite,
investigador y perito en armas v le hace entrega de una bala completamente
deformada, extraída del cráneo de un conocido banquero víctima de asesinato. El
crimen estaba rodeado del más profundo misterio, y no había otra prueba en que
apoyarse para descubrir a su autor que la bala de plomo deformada. Waite, el
famoso perito, se hizo cargo del pedazo de plomo y rogó al policía que volviera al
día siguiente. Llegado éste, Waite le informa así: “Esta bala ha sido disparada por un
arma de antigua fabricación europea del calibre 32. El cañón tiene un rayado de seis
con desarrollo espiral de izquierda a derecha y paso de nueve pulgadas y media. El
arma está oxidada. La bala ha sido disparada con pólvora negra. El fabricante del
arma ha debido ser Nicolás Pieper, que ejercía su industria en Lieja en 1895”. El
inspector asombrado le preguntó: “¿Cómo ha logrado usted deducir tales datos a
presencia de una pieza de plomo tan pequeña, por añadidura deformada?”. Waite le
explicó: “Mi micrómetro me reveló un diámetro de 30, y la balanza de precisión, un
peso de cuatro gramos. Estas medidas las clasifican exactamente en el calibre 32.
Adherida a la base, encontré algunos restos de plomo sin quemar, señal de haberse
disparado con pólvora negra. La pólvora sin humo no deja jamás traza alguna sobre
el proyectil. La bala, a pesar de haberse aplastado contra la bóveda craneana de la
víctima, conserva la huella de seis ranuras en espiral del paso de nueve v medio y
hélice a la derecha, característica propia de la pistola automática del 32.
Consultados mis antecedentes, resultó que los fabricantes existentes de armas de
este calibre son cinco: Colt, Savage, Infallebre, H. T. R. y Remington. La Colt no
podía ser, porque tiene espiral en sentido contrario; la Savage tampoco, porque la
huella es dos veces más profunda y de paso más lento; las otras tampoco, por
razones parecidas. Quedó descartado el que pudiera ser, por tanto, un arma de
fabricación americana. Examinadas las armas extranjeras, rápidamente desestimé
las que tienen el rayado en sentido contrario, con lo que el campo de estudio quedó
limitado a sólo una media docena de marcas. Examinadas éstas, única que
respondía a los caracteres de la bala estudiada era la del cita Nicolas Pieper, de
Lieja. Este último dato, en fin, sirvió para arrestar inmediatamente a un artista belga,
sobre quien se habían acumulado otras sospechas, y que, en definitiva, resultó ser
el autor del crimen.
Progresos parecidos señalan los laboratorios en el análisis de los delitos cometidos
mediante el empleo de los venenos, entre los cuales los más corrientes son: el
arsénico, la morfina, la estricnina -el favorito de los médicos delincuentes-, el yodo,
el cianuro, el ácido fénico, el veronal, el fósforo, la heroína, la cocaína y el
cloroformo. Todos ellos son hoy fácilmente descubiertos merced a los adelantos
experimentados por la anatomía, fisiología, química biológica, etc. En la actualidad,
tan fácil es demostrar que una muerte ha sido producida por la administración de un
veneno cualquiera como por un hacha, un tiro o una puñalada.
La falsificación de escrituras y firmas es una de las fuentes más fecundas de
delincuencia. En esta materia, los avances logrados por la técnica pueden calificarse
de portentosos. Ello no obstante, las estadísticas de los Estados Unidos revelan que
anualmente las falsificaciones arrojan una pérdida de cien millones de dólares; sólo
Nueva York, por razón de pagos efectuados sobre documentos falsificados, más de
medio millón de dólares semanales. La identificación de los papeles, filigranas y
pastas papeleras ha alcanzado un grado extraordinario de perfección que cierra el
paso a la impunidad. Cuando la escritura no ofrece medio para demostrar la
falsedad del documento ese pequeño detalle, que ordinariamente olvida el
delincuente, lo facilita el papel. El descubrimiento de la falsificación de las firmas se
logra también por procedimientos técnicos muy distintos y de suma eficacia. Incluso
los que alcanzan la máxima perfección, precisamente al coincidir de todo en todo
con otra firma auténtica, ha servido para revelar la existencia de una falsedad y
descubrir la que precisamente ha servido de modelo, ya que, como ha demostrado
el Profesor Benjamín Pierce, distinguido matemático de la Universidad de Harvad,
sólo se da la posibilidad de coincidir exactamente una firma con otra en novecientos
treinta y un trillones de veces. Ni siquiera los argumentos morales de más peso y
crédito para desestimar una prueba ofrecen valladar a tales análisis. Recordemos a
tal fin el caso siguiente : Cierto joven de color, estudiante en una escuela militar de
los EE. UU., que había caído en desgracia entre sus compañeros de estudios, cierto
día recibió una carta anónima, en la que se le amenazaba con cortarle las orejas si
no abandonaba la escuela. Desoyó la amenaza, y unas semanas después apareció
con los lóbulos de las orejas cortados a ras de¡ cráneo. La policía sometió a estudio
las letras de todos los alumnos de la escuela, en busca del culpable, y con gran
asombro de todos se descubrió, merced a la letra, que el autor del anónimo había
sido la propia víctima, el estudiante mismo, que con el fin de conquistarse las
simpatías de sus compañeros concibió y llevó a fin tan desgraciada determinación.
Son sorprendentes los éxitos logrados en este orden respecto a las plumas
utilizadas, las tintas y demás instrumentos empleados en la escritura, así como los
misterios que han esclarecido en la realidad. Misterios y hechos que guardan tan
estrecha relación con el cuento policial, que a veces se leen con el mismo interés.
Los análisis ópticos, el tintómetro o microscopio en color (aparato que permite medir
con exactitud el índice de coloración), la fotografía, los rayos ultravioletas o luz
negra, los vapores de sulfato de amoníaco, etc., superan hoy en el análisis de la
escritura la creación más aventurada de cualquier imaginación, por fantástica que
parezca. La escritura a máquina, cuyo empleo impidieron los sultanes turcos en sus
dominios por temor a que los enemigos del régimen la emplearan en propagar ideas
sediciosas, dadas las garantías que ofrecen para la impunidad del mecanógrafo, no
resisten en verdad a los datos acumulados en los laboratorios a su respecto, merced
a los cuales, pueden los expertos, aun al primer golpe de vista, descubrir que el
texto ha sido mecanografiado con la máquina 2 de tal o cual marca, puesta a la
venta en el año 1915 y retirada en 1918, por ejemplo. En una misma serie se repite
lo mismo que con la firma de una determinada persona, que, aunque los teclados de
la máquina sean iguales, siempre existen pequeñas diferencias entre ellos; a veces,
la cabeza de una coma o el enlace de una n bastan para identificar un ejemplar.
Robinson recuerda a este respecto el caso policial siguiente: Cierto individuo
presentó una reclamación a la caja de compensación de los Estados Unidos, como
consecuencia de las heridas sufridas en un accidente ocurrido mientras prestaba
servicio en un determinado bosque forestal. En apoyo de su declaración
acompañaba un recibo del médico. La identidad descubierta entre los tipos de la
máquina utilizada en la carta y en la minuta del médico sirvió para poner en claro la
falsificación de la minuta y enviar al sujeto a expiar en prisiones su delito.
No cabe duda de que estas técnicas científicas, aplicadas al descubrimiento del
delito y del delincuente, dan temas y facilitan al escritor materia prima, de uso hoy
indispensable para sus obras.
Además del servicio que los avances de las ciencias físico-químicas y el desarrollo
de los aparatos auxiliares de la investigación prestan al éxito de la investigación
criminal, hay otra serie de disciplinas que facilitan temas al escritor de este género y
le ofrecen medios insustituibles para escribir la novela policial científica a que nos
venimos refiriendo. Entre estas materias figura en primer término la que estudia la
falsificación de los objetos de arte, industrias artísticas, dibujos, porcelanas, etc., que
ha dado origen al estudio y descubrimiento de una serie interesantísima de técnicas
que garantizan el éxito. La falsificación de los objetos de arte dispone hoy, además,
de una rica bibliografía en todos los idiomas, así como el arte de la restauración,
que, a su vez, es en gran medida también arte de falsificar. En las obras
consagradas a este arte y en las técnicas dedicadas al estudio de las falsificaciones,
tiene el escritor de la novela policial una cantera riquísima donde inspirarse para
forjar el enredo que el detective ha de desenredar después con ayuda de la técnica
apropiada. La obra de L. C. Nickolls, Director del Laboratorio forense de New
Scotland Yard, titulada The scientific investigation of crimen, es un instrumento de
trabajo de primer orden para el novelista policial, cuya lectura no vacilamos en
recomendar por su interés y valor científico.
A este orden pertenece también la publicada por el ilustre profesor de la Universidad
de Maguncia Dr. T. Wurtember, titulada Der kampfgegen das Kunstfaschertum in der
deutscher und schwerischen Strafrechtsplege, cuyo origen es el aumento creciente
de la estafa y de las falsificaciones en materia artística y la lucha de la policía y de la
justicia en Alemania y Suiza en su persecución. Además de la parte consagrada al
estudio de la caracterología del falsificador y de la falsificación a la luz de la
criminología, en su tercer capítulo analiza las actividades y actuaciones del
criminalista en el descubrimiento de la falsificación de las obras de arte, que se
considera como una actividad científica de carácter criminal. En este capítulo
estudia, además, la pureza de la falsificación, la forma de observarla, la crítica del
estilo, la copia y el contenido de la obra artística, la investigación de la configuración
manual de la obra de arte y los diversos métodos de investigación al servicio de la
pesquisa policial, tales como el procedimiento de la prueba de la aguja, el del
alcohol, la dactiloscopia, la microscopia, la microfotografía, la pinacoscopia, la
aplicación de los rayos infrarrojos, los propios de la investigación óptica, la
radiografía, la luz ultravioleta, utilizando las diferentes clases de lámparas, entre
éstas las de cuarzo, la del vapor de mercurio o de luz negra y el espectroanálisis.
Esta somera relación da idea de la riqueza de materiales científicos que se ofrecen
hoy al escritor del género policial para planear su trama o argumento sobre un tejido
científico, lleno de revelaciones, verosímil en todo caso, sólido sostén de la atención
continuada y de creciente motivo de interés para el lector cultivado.
LA ORGANIZACIÓN POLICIAL
Por último, el escritor del género policial, por el justo prestigio de que se ha rodeado
la policía londinense centralizada en Scotland Yard, que le lleva a utilizar con suma
frecuencia la intervención de sus agentes en la redacción de sus obras y los
servicios de dicha institución, está también obligado, para “no pintar como querer”, a
conocer, aunque sólo sea esquemáticamente, la organización y la forma de actuar
de dicha policía, así como también la americana, conocida por las iniciales F. B. l.,
no menos científica y admirable.
Scotland Yard (55). En la actualidad, el área de la policía metropolitana se extiende
por unas quince millas en torno a Charing Cross, distribuidas en once centrales o
divisiones pequeñas, otras once mayores, y la división del Támesis o de la policía
embarcada. De conformidad con la importancia de cada división, el Superintendente
dispone de tres o cuatro jefes de subdivisiones a sus órdenes. Cada uno de los
cuatro distritos en que las veintitrés divisiones se agrupan está controlado a su vez
por un comandante y un diputado comandante. El centro de esta estructura se halla
en la División A, que reside en Scotland Yard.
En Scotland Yard se hallan los departamentos siguientes -. A) de Administración, B)
de Tránsito, C) de Crimen, y D) de Organización. El cuartel general incluye además,
el E) Secretaría y el F) Asuntos jurídicos.
La sala de información está en estricta comunicación con todos los teléfonos
públicos y por dos vías con telefonía sin hilos con el área de los autos, patrullas de
55
Para un estudio sobre la materia recomendamos el preciso estudio histórico de DOUGLAS G.
BROWNE, The rise of Scotland Yard. A history of the Metropolitan Police, Londres George G. Harrap, T.
Co. Ltd, 1956, 8.°
motoristas, ambulancias v las lanchas de la división del Támesis. Cuatro mesas con
tablero de cristal están ocupadas con los Cuatro mapas reproducidos a gran escala,
correspondientes a los cuatro 'distritos policiales metropolitanos. Numerosos objetos
de diferentes hechuras ,y colores se hallan distribuidos sobre el tablero,
representando autos y hachas en acción, que cambian de posición continuamente,
conforme a los avisos que reciben por telefonía sin hilos, o bien se mueven
conforme a las instrucciones emanadas de la propia sala de información. Otro mapa,
el de la Map Room, se halla instalado en la planta baja. Se trata de un mapa enorme
del área londinense, a escala de sesenta pulgadas la milla, en donde figuran millares
de alfileres con cabezas de colores diferentes, a veces con pequeños banderines
adheridos que señalan el lugar donde se comete un delito, desde el hurto al
asesinato. Los colores y las banderitas varían de acuerdo con los tipos de delitos, y
en ciertas áreas, tales como las que corresponden al mayor tráfico comercial, las
banderitas son tan numerosas, que llegan a simular verdaderas colmenas. Un
segundo mapa vertical a escala de 25 pulgadas la milla, es quizás aún más
interesante. Está por completo destinado a la creciente industria de robar
automóviles. En él puede seguirse el camino elegido probablemente por los ladrones
para alcanzar alguno de los lugares de la capital donde son transformados o
despiezados para hacerlos desaparecer. En lo que fue en tiempos Scotland House,
al otro lado del patio se hallan algunas de las oficinas del Receiver y de su equipo.
Los arquitectos ocupan los pisos superiores y áticos. En el bajo están los talleres de
imprenta. Parte del departamento de tránsito ocupa las habitaciones sobre Cannon
Row Palace Station, cuartel general de la División A.
Aunque algunos despachos de la Criminal Department Division permanecen todavía
en el edificio central, en su mayor parte se ha trasladado al construido
especialmente para ella antes de la guerra pasada, el New Scotland Yard, situado al
Norte. En la parte superior está instalada la sección de huellas digitales, con su
enorme colección del Criminal Record Office Y los estudios fotográficos, así como la
sección de laboratorio. Los servicios de la biblioteca son rápidos v precisos y
abarcan los datos más insospechados y sorprendentes.
La policía ha sufrido recientemente cambios profundos en lo que respecta a
indumentaria, pues se han cambiado los uniformes. En cuanto a personal, hay que
señalar el considerable aumento del femenino, destinado a múltiples servicios, unas
1,500 mujeres en conjunto. Este incremento ha influido en las costumbres ; ahora,
por ejemplo, es fácil ver circular li los ordenanzas por las galerías llevando tazas de
té a los empleados, lo que presta al organismo un cierto carácter de bienestar
hogareño.
Facilitar las informaciones a la prensa es uno de los cargos más delicados de
Scotland Yard y al frente de él se halla siempre un oficial experimentado. El
considerable aumento del tránsito aéreo ha dado origen a la creación de una división
nueva que se ocupa de los aeródromos v aeropuertos. También se emplea
últimamente la televisión no sólo como órgano de información dentro del país, sino
también con el Continente. La educación de los perros de Alsacia sigue a la orden,
por la eficacia que tienen en el desempeño de ciertas investigaciones y capturas.
Uno de los departamentos que más ha progresado en razón de los maravillosos
avances de la técnica es el consagrado a la fotografía, donde se emplean
numerosos procedimientos para descubrir falsificaciones de documentos y obras de
arte, entre los que figura la aplicación de los rayos ultravioletas a infrarrojos.
También se rueda películas cinematográficas con diversos fines, incluso para la
enseñanza de las técnicas policiales.
La reputación de Scotland Yard es universal: a ello obedece, de una parte, el que
acudan a estudiar sus métodos policías de todos los paises (las enseñanzas se dan
en el Metropolitan Police Detective Training School), de otra parte, el que sus
oficiales marchen con frecuencia a organizarla a varias naciones, entre ellas Austria,
Alemania Occidental, Grecia, -Malaya, etc
El sueño dorado de Juan Vicetich, director que fue del Departamento de huellas
Digitales de Buenos Aires, está en vías de realizarse : la creación de una oficina
central internacional de huellas digitales de criminales. Después de la segunda
guerra mundial se ha iniciado esta organización e Paris en el Boulevard de GouvionSaint-Cyr, donde se ha instalado el cuartel general y el secretariado. En ella
participan todos los paises de Europa meno Rusia. En intimo contacto con esta
organización se mantiene la división C. I. D. de Scotland Yard.
Otro organismo asesor interesante es la Oficina de Información de la Asociación de
Escritores Policíacos, existente en Inglaterra. La misión de este Departamento
consiste en proporcionar a los miembros pertenecientes, a la Asociación cuantos
detalles técnicos necesiten - y que solo un experto puede determinar - para sus
relatos detectivescos. Por ejemplo: “Si un fusil se arroja a una charca o a un río,
¿cuanto tiempo se conservaran las huellas dactilares en condiciones de ser
identificadas?”. El autor que formuló esta; pregunta recibió una rápida y completa
respuesta del Superintendente Cherril, de Scotland Yard, la autoridad quizá mas
destacada de hoy en todo el mundo en materia de huellas dactilares.
Las consultas se dirigen a la Asociación por carta, y si se encuentran de
conformidad, ésta las transmite al técnico correspondiente que puede ser o no
miembro de la misma. Asi se evita una posible perdida de tiempo, ya que muchas
veces las cuestiones planteadas pueden encontrarse en libros o enciclopedias que
los interesados no se molestan en consultar.
Al tratar de la eficacia de este organismo, afirma Robinson (56) que ha convertido en
articulo de fe la imposibilidad de que los delitos queden impunes y recuerda que,
gracias a ello, entre 1930 y 1940 se cerraron mas de treinta penales en Inglaterra
por falta de clientela.
El F. B. I. time también un historial lleno de éxitos admirables ; su historia,
recientemente contada por D. Whitehead (57), escritor estadounidense, galardonado
con el premio Pulitzer por sus excelentes informaciones en asuntos nacionales a
internacionales, es, por su suspense y su impresionante interés, una verdadera
antología de piezas literarias policiales, que solo, se distinguen de los cuentos en
que son sucesos acaecidos en la realidad y no' frutos forjados por la imaginaci6n del
escritor.
56
H. M. Robinson, La science contre le crime. Paris, Payot, 1941
Recomendamos para el estudio de la materia el documentado libro de Dory WHITEHEAD, The F. B. 1.
stork. A rapport to the people. Nueva York, Random House Ins., afro 1956, 4.°
57
El F. B. I. se compone aproximadamente de unas 14 000 personas entre hombres y
mujeres. Su carácter más distintivo es el de constituir un equipo, una organización
especial en la que ni un solo caso debe su solución a una persona exclusivamente :
todo se persigue, estudia y resuelve en team, por equipo. Su existencia tampoco es
debida a una persona determinada, sino que es el resultado de la estrecha y
entusiasta colaboración de centenares de funcionarios de ambos sexos. Sus jefes,
que sostienen tradicionalmente esta afirmación, repiten una y otra vez que si el F. B.
I. no debe, en efecto, su creaci6n a una sola persona, en cambio, una sola persona
podría destruir su s6lida reputación. El personal del F. B. I. no tiene horas, ni día, ni
noche de excepci6n para el servicio ; esta siempre alerta, dispuesto a prestar
servicio allí donde se le reclame, sin que la perdida posible de la misma vida limite o
detenga el inmediato cumplimiento de su deber profesional.
No deja de tener importancia para el escritor del cuento policial el conocimiento al
detalle de los reglamentos que rigen al F. B. I, ya que, de otra suerte, pueden atribuir
a los agentes actos que les están prohibidos, reglamentos que denuncian la rigidez
moral en que se mueven. Esta prohibida a los agentes la ingerencia de bebidas
alcohólicas, la utilización de los coches oficiales (salvo en actos de servicio), el use
de la fuerza bruta contra las personas en la investigación, dar informes ni informar
de su actuación a nadie ni aun a sus propias mujeres, recibir donativos ni cualquier
otra manifestación análoga de gratitud, dejar de pagar sus impuestos con
puntualidad, etc.
La preparación para el ingreso en el F. B. I. dura dieciocho meses. La disciplina es
nervio de la preparación. El curso se divide en dos partes y comprende las materias
siguientes : técnica de la investigación policial, derecho procesal y los reglamentos
que fijan los deberes y atribuciones del personal del F. B. I. Junto a estas materias
aprenden a defenderse, a sacar con rapidez las armas y a utilizarlas, a no tirar
mientras se va corriendo (el never shoot white running es todo un lema del F. B. I.), a
disparar con ambas manos y en diferentes posiciones, echado en el suelo, sentado,
de rodillas, en movimiento, a tirar a imágenes móviles, a resguardarse de los
disparos, a manejar, además de los puñales, el rifle del calibre treinta, a practicar la
lucha jiu-jitsu, boxear, etc. Para realizar este entrenamiento se utiliza la Academia de
la Marina de guerra con base en Quantico, Virginia.
Para alcanzar este grado de sumo perfeccionamiento ha sido necesaria una
evolución durante años. Un primer periodo que comienza en el ano 1908, en que el
Presidente Teodoro Roosevelt solicitó la creación de una agencia de investigación
que le prestara ayuda en su cruzada contra el land threnes y los negocios fabulosos
de los Touts en el Este. En este periodo de 1908 a 1924 no se logró formar una
organización que contara con una dirección y una disciplina adecuadas. Sus
fracasos fueron varios, entre ellos no pudieron ser evitadas las consecuencias
destructoras del espionaje, llevado a cabo por el embajador alemán Von Bernstorff,
durante el periodo de la primera guerra mundial. En el se produce la terrible
explosión del “Black Tom” en los muelles de New York, que destruyó el mayor
arsenal de los Estados Unidos ; en la misma época se predicó la anarquía y se
fundó el Partido Comunista con intentos de derribar el Gobierno por procedimientos
de guerra y violencia. Anos en los que la corrupci6n hizo lamentable presa en la
administración del país y llegó a traspasar las puertas de la propia ciudad de
Washington, sede del Gobierno federal.
El período siguiente (1924-1933) señala el logro de la organización con un alto grado
de perfeccionamiento y de los servicios prácticos del F. B. I, realizados bajo la
inteligente dirección de Hablan Fírke Stone, firmemente apoyado por el Presidente
Hoover.
El tercero, desde 1933 a 1939, señala el terrible período en que las leyes de la
prohibición de bebidas alcohólicas dieron origen a la formación de bandas de
gansters”, contra las que hubo que luchar duramente y con graves riesgos de vidas.
En este período se hicieron conocidos del mundo los hombres trágicos de las
bandas de John Dillinger, Baker-Karpis y tantos otros, que con sus crímenes, robos
y asaltos llenaron de terror al Middle West. Durante este período se organizaron
ampliamente las enseñanzas para el manejo de las armas, tal como los sangrientos
duelos do la etapa lo exigían a diario.
El cuarto come de 1939 a 1945 y se caracteriza por el desempeño de una misión
nueva, acompañada de una gran responsabilidad: el Presidente Hoover hizo al F. B.
I. responsable, juntamente con la Marina y el Ejército, de la defensa del país contra
el espionaje. El F. B. I. pasó a ser no sólo una organización contra el crimen, sino
también un servicio secreto de información o Intelligence Service. Hay que
reconocer que, como consecuencia de su perfecta actuación, no se dio en esta
segunda guerra mundial ni un solo caso . parecido al del “Black Tom”, ni sabotajes
de trascendencia o importancia. Es más, el F. B. I. prestó por añadidura señalados
servicios de importancia suma a los gobiernos de las repúblicas de América Central
y del Sur contra la sutil labor del espionaje nazi. El servicio secreto, que hasta
entonces había sido esporádico y temporal, quedó organizado de manera fija y
atribuido al F. B. I.
En el periodo de 1945 a 1956, caracterizado por la llamada guerra fría, el F. B. I. ha
concentrado su labor en la lucha contra el crimen y contra el comunismo.
En el F. B. I. se, alinean ingenieros, médicos, hombres de alta formación científica
junto con comerciantes, artistas, marinos, farmacéuticos, deportistas, etc. Entre
estos se hablan, escriben y practican treinta idiomas diferente y numerosos
dialectos. Su moral se basa en el principio de que es tan importante descubrir al
inocente como al criminal en la investigación policial.
No vacilamos en llegar aquí en recomendar la lectura de la preciosa obra citada de
Whítehead a cuantos sienten afición por las obras policiales.
LA SELECCIÓN ANTOLÓGICA PRESENTE
Cualquier lector medianamente aficionado a la lectura del cuento policial descubrirá
la falta de algunos autores y la ausencia de ciertos cuentos que, a su juicio, no
debieran haber sido omitidos ; pero, pese a nuestro deseo, no cabe en un solo
volumen de limitada extensión dejar complacidos todos los gustos ni incluir una
representación de todos los grandes autores. El conseguir los derechos para traducir
obras de extensión tan reducida requiere trámites y da origen a expedientes y
gestiones de divisas que no guardan proporción alguna con la reducida importancia
a que pueden ascender los honorarios con que han de ser remunerados. A esta
circunstancia obedece el que con frecuencia los agentes literarios, intermediarios en
estas operaciones, se desinteresen de contestar a las camas y a los pedidos que les
transmiten. Mayores dificultades ofrece todavía la contratación de aquellos cuentos
que han visto la luz pública en magazines no especializados en la publicación de
cuentos policiales, pues normalmente ni guardan una documentación que les
permita comprobar si les corresponde o no el derecho a autorizar la traducción, ni se
toman interés en procurarla. Mientras se trate de obras sin derechos y que, por
tanto, han entrado en el régimen de dominio público, las dificultades son normales ;
mas cuando se trata de cuentos modernos, cuya traducción requiere la previa
redacción de un contrato y el pago de unos derechos en divisas, el problema, como
dijimos, requiere un tiempo y plantea numerosos trámites difíciles de resolver.
La selección se ha realizado, por tanto, dentro de las condiciones y reglas a que
debe circunscribirse una Antología de este carácter, y en casos como el que antes
indicábamos - Simenon --, con gran sentimiento, por nuestra parte.
En la ordenación de los cuentos hemos procurado atender a la cronología de los
autores, siempre que ello nos ha sido posible, pues en algunos casos nos ha sido
muy difícil y en otros imposible encontrar los más indispensables datos biográficos.
Por último, no hemos incluido en nuestra antología, salvo por excepción, los cuentos
policiales escritos por los autores no consagrados a este género, y que sólo
esporádicamente escribieron alguno, aunque éstos hayan alcanzado celebridad y
reúnan grandes valores literarios.
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