LA JUSTICIA EN MADRID. UN PANORAMA DESOLADOR.

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LA JUSTICIA EN MADRID.
UN PANORAMA DESOLADOR.
A principios de este año ha culminado el proceso de transferencias en materia
de Justicia, de forma que la Comunidad Autónoma de Madrid se ha hecho
cargo de las competencias que en Madrid correspondían con anterioridad al
Ministerio de Justicia.
Este hecho, y la proximidad de las elecciones en las que el gobierno autónomo
que resulte elegido comenzará desde el inicio de su mandato a
responsabilizarse de todas las competencias en materia de Administración de
Justicia, aconsejan abrir un gran debate sobre la situación de la Justicia en
nuestra Comunidad, su realidad actual y los posibles proyectos de
transformación.
Esta necesidad es evidente porque el desarrollo de nuestra Comunidad está sin
duda ligado a un funcionamiento eficiente de la Administración de Justicia. Es
evidente que un funcionamiento ágil y eficaz de la Justicia propicia una mayor
confianza en las relaciones económicas; y la mejor receta para combatir la
inseguridad ciudadana no pasa tanto por las grandes reformas legislativas
como por la aplicación rápida de la norma penal vigente.
Es impensable una sociedad moderna con una Justicia vetusta, porque en este
caso la Justicia se convierte en un lastre para el desarrollo económico, para la
seguridad de los ciudadanos y para el ejercicio por éstos de sus derechos.
Pues bien, la situación de la Justicia en Madrid resulta cuanto menos altamente
preocupante.
Tomando los datos de la Memoria del Tribunal Superior de Justicia referidos a
31 de diciembre del año 2001, últimos disponibles, la plantilla de jueces y
magistrados que ejercen en Madrid y en la Comunidad es absolutamente
insuficiente para atender una litigiosidad en permanente crecimiento, lo que ha
dado lugar a centenares de miles de asuntos pendientes. Así la Sala de lo
Contencioso-Administrativo tiene 51.057 asuntos pendientes, las Secciones
Civiles de la Audiencia Provincial de Madrid 22.130, los Juzgados de Primera
Instancia 52.269 y los de Instrucción 46.218, por citar sólo aquellos órganos y
tribunales en los que el retraso es más relevante.
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Especialmente preocupante es la situación de la jurisdicción penal y de familia.
En el primer caso, cada uno de los 46 juzgados de Instrucción de la capital debió
atender a 11.323 asuntos en el año 2001 cuando el número de asuntos máximo
que considera adecuado el Consejo General del Poder Judicial es en torno a los
6.000 y los juzgados de Familia superan en mucho las recomendaciones
máximas de este Consejo.
La acumulación de asuntos pendientes en el Tribunal Superior de Justicia y en
la Audiencia Provincial, pese a la existencia de planes específicos de apoyo,
contribuye a prolongar excesivamente los litigios de forma que la firmeza de las
resoluciones no se produce, particularmente en la jurisdicción civil y en la
contencioso-administrativa, sino transcurridos varios años desde el inicio de los
procedimientos. En la jurisdicción penal, los juicios de jurado deben retrasarse
casi un año por falta de salas para celebrarlos.
A ello hay que añadir unas deficientísimas instalaciones dispersas, en el caso de
la capital, en 16 distintas sedes judiciales, muchas de ellas vetustas, sucias y sin
las adecuadas condiciones para la prestación de un servicio público de calidad.
No hay un sistema informático adecuado que conecte e interrelacione los
distintos órganos jurisdiccionales y a éstos con los usuarios, como tampoco hay
programas adecuados para la gestión y tramitación de los asuntos.
La solución de estos graves problemas se ha diferido a la construcción de la
tantas veces prometida Ciudad de la Justicia. Pero lo cierto es que los proyectos
sobre la misma han ido aplazándose sucesivamente. Abandonada la idea de
edificarla en los terrenos del Canal frente a la Plaza de Castilla, o en las antiguas
cocheras del Metro, su construcción parece se vincula al proyecto denominado
Operación Chamartín. Pero con independencia del temor a que ese proyecto,
como los anteriores, fracase, se desconoce por completo cuándo se iniciarán las
obras y cuándo la ciudad de Madrid podrá disponer de esa sede judicial
moderna tantos años reclamada; y tampoco se sabe que sucederá hasta que
finalmente esté construida.
Si la situación de la Justicia en la capital no es buena, la de los otros partidos
judiciales de la Comunidad de Madrid es todavía peor. De los 19 partidos
judiciales en los que se divide la región de Madrid, 18 superan en materia penal
el máximo de 2.500 asuntos que el Consejo General del Poder Judicial considera
recomendables. Particularmente grave es la situación de Majadahonda con
4.804 asuntos en cada uno de los juzgados (el doble de lo aconsejable). En otros
10 partidos judiciales sus juzgados superan en más de 1.000 causas el límite
máximo aconsejable, como es el caso de Alcalá de Henares, Alcobendas,
Fuenlabrada o Navalcarnero por citar algunos de ellos. En materia civil,
Majadahonda, Navalcarnero o Torrejón de Ardoz superan también los módulos
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máximos previstos. No es extraño por ello que en algunos partidos judiciales un
juicio que debería celebrarse rápidamente, como es un desahucio por falta de
pago, tarde en celebrarse casi un año.
En cuanto a las instalaciones judiciales, son profundamente deficitarias en
varios partidos judiciales como Arganda, aunque es verdad que se encuentran
en construcción varias sedes judiciales (Parla, Fuenlabrada) que contribuirán a
mejorar el servicio.
En este marco es en el que va a entrar en vigor la nueva Ley de Juicios Rápidos
que no ha venido acompañada hasta la fecha por la creación de nuevos
juzgados. Por muchas ventajas que pueda ofrecer la Ley, es imposible que
produzca los beneficios queridos si no va acompañada de una generosa
dotación presupuestaria para llevarla a cabo.
Sería deseable que quienes se proponen gobernar la Comunidad de Madrid
fuesen conscientes del estado de nuestra Justicia, y que adquiriesen los
compromisos necesarios para ponerla en la situación que requiere una sociedad
moderna y desarrollada.
Madrid, 22 de enero de 2003
Javier Martínez Lázaro
Vocal Territorial de Madrid
del Consejo General del Poder Judicial
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