NOVECENTISMO, GENERACIÓN DEL 14 O

Anuncio
NOVECENTISMO, GENERACIÓN DEL 14 O GENERACIÓN DE ORTEGA
(Introducción)
A los autores de la Generación del 98 les sustituyó una nueva generación, la
Generación del 14 (toma su nombre del inicio de la Primera Guerra Mundial),
conocida también con la denominación de Novecentismo (es decir, movimiento que
inaugura un nuevo siglo el de 1900) o Generación del Ortega (por ser José Ortega y
Gasset el líder ideológico de este grupo de intelectuales y artistas).
Los autores del 98 eligieron el problema de España como obsesión: el país
debía regenerarse y reformarse para salir de su aislamiento, de su penuria, de su
atraso moral, económico y cultural. Los noventayochistas inicialmente, en su etapa
juvenil, eran radicales en sus propuestas, pero conforme avanzaron sus obras y sus
vidas, en torno al problema de España llegaron a posturas individualistas y
escépticas. Desconfiaban de que la política fuese capaz de regenerar a la nación, por
eso sus soluciones eran más bien espirituales y utópicas: regenerar España exigía
conocer la esencia de lo nacional, su alma, su ser eterno, más allá de las
circunstancias.
Los novecentistas, sin embargo, más allá de la conciencia crítica, el
individualismo y el escepticismo de los miembros del 98, participaron activamente
en la vida española a través de la política, fueron conscientes de la importancia de su
actividad como pensadores e intelectuales y por eso la prensa se convirtió en un
instrumento valiosísimo para la difusión de sus ideas renovadoras.
(Desarrollo)
Los rasgos característicos del Novecentismo son los siguientes:
-Intelectualismo: sus miembros poseen una sólida formación intelectual; la
razón, la inteligencia, la disciplina y el trabajo son la forma más adecuada para
analizar la realidad. Recuérdese que, sin embargo, el 98, la generación precedente,
exaltaba la bohemia, lo irracional, lo subjetivo y lo existencial; sus autores solían ser
autodidactas. Los novecentistas elogian la figura del intelectual y le atribuyen una
importante labor en la sociedad de su época. A ellos, a los intelectuales les
corresponde el examen distanciado, sistemático, disciplinado y objetivo de los
problemas de España.
-Europeísmo: frente al tradicionalismo y casticismo del 98, que olvidó pronto
sus ideales de europeizar España y españolizar Europa, y los sustituyó por la
búsqueda de la esencia de lo nacional a través del paisaje, la historia, la tradición del
alma española, los novecentistas quieren modernizar España, pero su visión es más
serena, rigurosa y menos pesimista que la de los autores del 98. El Novecentismo
tiene un ideal universalista, frente al “nacionalismo” del 98. El diagnóstico del autor
novecentista sobre los problemas de la nación les lleva a afirmar “España es una raza
que se muere por instinto de conservación” (denuncia de su aislamiento).
-Participación activa en la vida política y cultural del país: según los
novecentistas, se puede transformar la sociedad española a través de los resortes del
poder. Una minoría cultura, una élite de intelectuales y políticos puede llevar a cabo
este impulso de modernización. Ej: esta labor puede desarrollarse a través de una
nueva concepción de la educación, laica y crítica. Este proyecto se encarna en la
Institución Libre de Enseñanza.
-Esteticismo: El arte y la vida, para este movimiento, deben distanciarse. Por
eso, Ortega y Gasset, haciéndose eco de esta nueva actitud, plantea el concepto de
“deshumanización del arte”. El arte se justifica en sí mismo, es un “arte puro”, que
se opone al sentimentalismo y el realismo. El arte “deshumanizado” es el primer
paso en el camino del desarrollo de las Vanguardias.
La preocupación formal por la obra de arte les lleva a buscar la obra perfecta,
bien hecha; el arte se concibe como minoritario e intelectual. (Véase la poesía de J. R.
Jiménez). Frente a la inspiración como base de la creación, ahora el artista debe
tomar como punto de partida la depuración y la elaboración, la técnica. Se huye
también de la artificiosidad formal del Modernismo y se busca la esencia de lo
poético, un “arte puro”, deshumanizado e intelectual.
(Géneros literarios, autores y obras significativos)
Como es lógico, uno de los géneros más representativos de esta generación es
el ensayo, ligado a la actividad periodística). Es Un tipo de texto idóneo para la
reflexión, la crítica, el análisis. La Generación del 98 utilizó el ensayo para analizar
los temas que les preocupaban desde el individualismo y el subjetivismo. Los
novecentistas lo harán desde la reflexión y la objetividad. Los autores más
representativos son: José Ortega y Gasset, Eugenio D´Ors, Américo Castro, Salvador
de Madariaga, Claudio Sánchez Albornoz y Manuel Azaña.
Como ya se ha dicho, Ortega es el líder ideológico de esta generación. Fundó
la Liga para la Educación Política (1913) y la Revista de Occidente ( que entre 1923 y
1936 fue vehículo de difusión de las ideas más renovadoras en el terreno artístico y
filosófico; una revista de este tipo, que se hacía eco de las nuevas ideas europeas,
suponía la ruptura de España con su aislamiento cultural y la expresión de una
minoría intelectual y capaz de regenerar por fin España). Dos son los ensayos
fundamentales de este autor: La deshumanización del arte (1925), donde Ortega
definía un “arte nuevo”, minoritario, antirromántico, antirrealista, puro, intelectual,
deshumanizado, intrascendente. El placer estético ha de ser un placer inteligente, es
decir, que apele al cerebro y no al corazón. Este “arte nuevo” dividiría al público
entre los que lo entienden y los que no lo entienden. Este concepto de arte
“deshumanizado” está íntimamente vinculado a la concepción del arte de las
Vanguardias. La España invertebrada (1921) explica la decadencia de España como
fruto de un proceso de disgregación nacional, social; la indisciplina de las masas
causa todos sus males; así que la solución política es que esta masa esté dirigida por
una élite que dirija sus pasos.
En el género de la novela, los autores más representativos son: Gabriel Miró
(que mezcla novela y lírica), Ramón Pérez de Ayala (que une ensayo y novela),
Benjamín Jarnés y W. Fernández Flórez. En líneas generales, puede decirse que es
una novela antirrealista: para ello eligió el camino de la experimentación, del lirismo,
del humor, del intelectualismo. Es una “novela intelectual”.
En la lírica, se había producido el agotamiento del Modernismo. El
Novecentismo rechazaba lo romántico y sentimental; el objetivo de la poesía
novecentista es lograr la perfección como fruto de la inteligencia. El mejor ejemplo
de esta forma de lírica es la “poesía pura” de J. R. Jiménez.
Juan Ramón Jiménez, como ya se ha dicho al hablar de Antonio Machado, a
través de su propia trayectoria poética abrió nuevos cauces a la renovación de la
poesía española. Realizó a lo largo de toda su obra una constante depuración lírica,
de esencialidad poética, llegó a darle un contenido místico a la belleza y a concebir la
divinidad como conciencia pura de lo hermoso. La obra de este poeta evoluciona
desde el primer simbolismo de sus obras iniciales hacia un "anhelo creciente de
totalidad", de pureza estética en fusión absoluta con la belleza.
Juan Ramón Jiménez renueva la poesía del siglo XX en España posibilitando
la entrada de los movimientos de vanguardia y aleccionando con su ejemplo a toda
una generación de jóvenes poetas, la Generación del 27, que le admiró como maestro
aunque luego se distanció de él por su ideología elitista y por su poesía
"deshumanizada" carente de compromiso con la realidad.
Si hemos dicho de Machado que representa "la estética de la ética", Juan
Ramón Jiménez invierte su interés y centra su inquietud como poeta en hacer de su
actividad literaria la encarnación de "la ética de la estética". Es decir, su búsqueda
obsesiva es la consecución de la belleza a través de la poesía; este autor hace de la
dedicación a la poesía su propia vida. La poesía para él es una entidad en
permanente perfección, cuya búsqueda de absoluto es incesante, en constante
depuración. Si para Machado la poesía es "palabra en el tiempo", Juan Ramón
Jiménez pretende que la poesía encarne la eternidad, que sea perdurable por encima
de lo contingente.
Para Juan Ramón Jiménez, la prosa y el verso formaban parte de una
actividad común que era la lírica. Es muy significativo que, a la hora de su muerte,
en 1958, estuviese revisando, como hizo continuamente a lo largo de toda su vida, su
obra poética y reescribiendo en prosa los textos que fueron inicialmente escritos en
verso libre. Él había dicho: "No hay prosa y verso. Todo es prosa o todo verso. Para
mí todo es verso". Juan Ramón Jiménez plantea que la prosa, la suya, está llena de un
lirismo que no es exclusivo del verso. Uno de sus textos líricos, aunque escrito en
prosa, más innovadores y relacionado con el influjo de las Vanguardias es "Espacio".
Se trata de un "poema en prosa" que puede definirse como un conjunto de recuerdos
e introspecciones que surgen por asociación libre en la mente del poeta. Se trata de
no usar las técnicas habituales en la poesía para obligar al lector a hacer una lectura
menos rutinaria y automática. Realza principios estéticos de forma y contenido que
pasarían desapercibidos si se presentaran en moldes expresivos excesivamente
familiares y convencionales. El texto es una concesión del autor a algunos recursos
técnicos propios de la modernidad de las Vanguardias del siglo XX: la escritura
automática, la asociación de ideas aparentemente inconexas e irracionales, la
superposición espacio-temporal, el monólogo interior.
(Conclusión)
La figura de Ramón Gómez de la Serna, aunque pertenece a la G. del 14, es
esencial para entender la difusión de las Vanguardias en España y su asimilación por
parte de los jóvenes poetas de la Generación del 27. El concepto teórico ya lo había
desarrollado Ortega en La deshumanización del arte; el arte nuevo debía vaciarse de
contenidos “humanos”, debía entenderse liberado de la obligación de reflejar la vida
y la realidad y convertirse el mismo arte en su único objetivo. Ramón Gómez de la
Serna, a través de su revista “Prometeo” y las tertulias literarias del café “Pombo”
dio a conocer a los más jóvenes todos los “Ismos” que estaban surgiendo en Europa:
Surrealismo, Cubismo, Dadaísmo, Futurismo... Las Greguerías de Ramón Gómez de
la Serna son un buen ejemplo de este arte de Vanguardia que entiende la creación
artística como juego, innovación, originalidad. Según él mismo las define sus
“greguerías” nacen de la combinación de metáfora, humor e ingenio.
Descargar