Juegos de poder

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NOTA DE TAPA >>>
Juegos
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Obama: Afganistán,
Afganistán, Pakistán,
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Irán ee Irak.
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Virginia
Virginia Scardamaglia
Scardamaglia // Fotos:
Fotos: AFP.
AFP.
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>>>
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L
a región de Medio Oriente y
Asia del Sur, que es el hogar
de países como Irán, Irak,
Afganistán y Pakistán, ha sido
escenario de numerosos conflictos a través de la historia,
no solo entre ellos mismos, sino también a
través de intervenciones extranjeras. Es que
no solo la región es una valiosa fuente de
recursos naturales como el petróleo, sino
que ha sido muchas veces santuario de grupos islamistas extremistas, y, por lo tanto,
una importante fuente de preocupación y
atención constante para Estados Unidos.
Si bien poseen características distintas,
estos cuatro países comparten mucho: son
propietarios de recursos estratégicos; se
enfrentan a luchas religiosas entre chiítas y
sunnitas; pueden convertirse en aliados
estratégicos o en enemigos feroces de
Estados Unidos, según el momento; se
enfrentan actualmente a fuertes crisis económicas –provocadas en gran parte por la
estrepitosa caída en los precios del petróleo- e inestabilidades políticas, en las cuales
grupos insurgentes tienen un importante
rol; y podríamos seguir. Pero también tienen grandes diferencias, sobre todo en sus
intereses. Cada país juega su propio juego
en los vecinos buscando, en el caso de Irán,
consolidarse como potencia regional, y en
el caso de Pakistán, preservar su seguridad
ante enemigos históricos como India. En
el medio, Afganistán e Irak son parte de
una pugna de influencias por poner en el
poder a un “amigo sunnita”, funcional a
los intereses de Arabia Saudita, o a un
“amigo chiíta”, funcional a los intereses
iraníes. De esta forma, repasaremos el estado de situación en países donde la religión
es el principal criterio de identidad, conformando una manera de ordenación
social distinta a la que conocemos y a partir de la cual se intentan tejer influencias y
alianzas que acrecienten el poder de los
países en el tablero regional y mundial.
Una religión, diversas
creencias
Es bien sabido que dentro del Islam hay
diversas ramas que se disputan el poder
dentro de la misma religión, y este es un
factor importante a la hora de analizar la
actualidad de la región. La lucha más
intensa se da entre sunnitas –entre el 80 y
el 90% del total de musulmanes, que son
liderados por Arabia Saudita- y los chiítas
–una rama no tan extendida pero igualmente fuerte, liderada por Irán-. Pero,
¿cuáles son las diferencias entre los dos grupos? Básicamente, los chiítas consideran
que los sucesores de Mahoma debían ser
sus descendientes naturales, mientras los
sunnitas consideraban que el sucesor debía
elegirse dentro de la misma tribu del profeta. Esto, por supuesto, trae en la práctica
distintas concepciones del poder, de ordenación social y de la relación del hombre
con Dios.
La división surgió tras la muerte de
Mahoma en el año 632, que desembocó
en lo que se conoce como la “fitna” o “gran
discordia”. Después de la muerte del profeta, los creyentes decidieron institucionalizar el liderazgo de la comunidad creando
un califato. Los primeros califas (o “sucesores”) fueron elegidos por consenso. Pero
luego la comunidad se dividió en torno al
mecanismo de sucesión. Los “legitimistas”,
hoy conocidos como chiítas, pensaban que
el liderazgo de la comunidad debía recaer
en un miembro de la familia de Mahoma.
Por lo tanto, consideraban que los herede-
> Irán Una mujer sufragando durante las últimas elecciones del 12 de junio
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ros debían ser en primer lugar su primo y
yerno Alí, y luego sus hijos, Hasán y
Husein. Pero luego surgió otra corriente,
que dio origen al grupo hoy conocido
como sunnita, que descartaba la descendencia como criterio y consideraba que el
único criterio de sucesión debía ser pertenecer a la tribu de Quraish, de la que procedía Mahoma. Finalmente, surgió una
tercera corriente, que hoy tiene menor
importancia, compuesta por los jariyíes,
quienes pensaban que la dignidad califal
emana de la comunidad, y que esta debe
elegir libremente al más digno “aunque sea
un esclavo negro”.
Alí y sus dos hijos, Hasán y Husein, fueron
los tres primeros profetas del chiísmo. La
sucesión de Alí, de padre a hijo, se interrumpió en 872, con la desaparición del
duodécimo imán, conocido como “el
Madhi”. Según la corriente duodecímana
del chiísmo, este imán está vivo pero permanece “oculto”. Para los chiítas, el imán
tiene legitimidad, en nombre del Madhi,
para interpretar la Ley y transmitir los misterios divinos a sus sucesores. Los sunnitas,
por el contrario, están convencidos de que
Dios no ha podido abandonar a los creyentes con la desaparición del duodécimo
imán y de que no hay intermediación
entre el hombre y Dios. Los sunnitas se
presentan como los guardianes de la tradición del Profeta y consideran que la misión
principal del califa se limita a velar por la
aplicación y la observancia de la Ley, tal
como fue revelada en la profecía. Pero, a
pesar de estas diferencias, son más cosas las
que unen a chiítas y sunnitas que las que
los separan: todos los musulmanes creen
en un sólo Dios, en un libro único (el
Corán) y comparten los mismos principios
fundamentales éticos y morales.
Irán: la República
convulsionada
La República Islámica de Irán lleva este
nombre desde 1979, cuando se derrocó
a la monarquía del Sha Mohammad
Reza Pahlevi, aliado de Estados Unidos.
La “revolución islámica”, como se la
conoce, fue llevada adelante por el clero
chiíta bajo el liderazgo del Ayatolá
Jomeini, rechazando de esta forma la
“occidentalización” del gobierno. El sis-
> Disturbios Una muestra de los violentos incidentes que se dieron entre los opositores al regimen de Ahmadinejad y la Policía
> Irán
Un líder islámico pero no árabe
La República Islámica de Irán disputa la posición de potencia regional con Arabia
Saudita. “Irán objetivamente debería ser potencia regional si tenemos en cuenta los
datos de su población, recursos y PBI. El único problema es que los iraníes no son árabes sino persas, y es muy difícil que países como Arabia Saudita u otros acepten que el
orden regional del Golfo esté dado por un país no árabe”, explicó el especialista Paulo
Botta a DEF, quien destacó las grandes diferencias étnicas entre persas y árabes. “Hay
una conciencia nacional iraní muy importante, en el sentido que son musulmanes
pero son algo distinto al resto”, agregó. ¿Pero por qué un país persa es uno de los
mayores adeptos al islamismo, teniendo a su presidente como uno de los mayores
negadores del Holocausto judío? Para encontrar una respuesta debemos remontarnos
al siglo VII, cuando la expansión islámica llevó a la conquista de Persia. De esta forma,
se produjo la decadencia de la religión zoroástrica en los territorios iraníes y con el paso
de los siglos, la inmensa mayoría de los pueblos se convirtieron al Islam, sobre todo a
su rama chiíta. “Los iraníes tomaron la religión fruto de esa expansión islámica, pero
había una cultura previa muy importante que hizo que estos elementos culturales árabes fueran reformados al llegar a Irán”, indicó Botta. >
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tema político iraní es muy particular, ya
que hay funcionarios seleccionados
democráticamente, como el presidente,
el Gabinete o el Parlamento, y otros
seleccionados sin votación popular y claramente pertenecientes a una elite, como
el Consejo de Guardianes, un grupo de
teólogos y juristas que tienen capacidad
de vetar leyes o a candidatos electorales,
quienes son seleccionados por el Líder
Supremo, el Poder Judicial y el
Parlamento.
A Irán, que es el segundo país con mayor
población de Medio Oriente después de
Egipto –71,2 millones según la ONU, la
mayoría de la rama chiíta del Islam-, le
sobran los problemas, no solo a su interior sino también con el exterior. Ya es
conocida la disputa con la comunidad
internacional sobre el programa nuclear
iraní, que según el presidente Mahmoud
Ahmadinejad tiene fines pacíficos, pero
que es visto con desconfianza sobre todo
por Estados Unidos, que cree que Irán
está buscando obtener un arma nuclear.
Además, el presidente iraní es conocido
por negar el Holocausto judío, por lo
que ha sido duramente criticado y es
considerado extremista.
Al interior, hay una lucha entre conservadores y reformistas, encabezados por
Ahmadinejad y Mir Hussein Mousavi
respectivamente, cuya contienda electoral por la presidencia a mediados de
junio desató una cuasi guerra civil entre
ambos bandos. Los primeros proclamaron la victoria de Ahmadinejad –y obtuvieron el apoyo del líder supremo de
Irán, el Ayatolá Jamenei-, mientras los
segundos alegaron la existencia de fraude
electoral y reclamaron nuevos comicios.
Las razones de una batalla tan feroz son
varias pero hay una que se destaca. “La
oposición a Ahmadinejad es sobre todo
por la gran crisis económica que vive el
país”, explicó a DEF Paulo Botta, experto en asuntos iraníes de la Fundación
para las Relaciones Internacionales y el
Diálogo Exterior (FRIDE). Es que, a
pesar de ser el cuarto productor mundial
de gas y petróleo, la economía iraní está
marcada por la ineficiencia en el sector
estatal, por los altos niveles de inflación,
falta de inversión, desempleo y corrupción.
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>>>
Si bien ha experimentado un relativo
rápido crecimiento (aproximadamente
el 6% anual), la República Islámica se
enfrenta a grandes desafíos económicos.
En primer lugar, mantiene una dependencia de sus recursos petroleros, que
constituyen el 80% de su PBI. El gasto
estatal de la gestión de Ahmadinejad es
uno de los más altos que ha visto el país:
los recursos son utilizados en políticas
populistas, como el subsidio de necesidades básicas y el mantenimiento de los
empleos estatales –medidas que han costado entre 180 y 200 mil millones de
dólares, según estimaciones del
International Crisis Group-. Pero el
colapso del precio del petróleo provocó
que, tal como sucedió con el resto de los
países de la región, el país haya entrado
en una crisis importante.
Sin embargo, la economía no es la única
razón para oponerse a Ahmadinejad.
“Gran parte de la población tiene menos
de 30 años, y ven cómo se han visto
reducidas sus libertades con respecto a la
época del anterior presidente, el reformista Muhammad Jatami (19972005)”, explicó Botta, que tiene un blog
de noticias iraníes en español
(http://noticiasdeiran.blogspot.com).
“En último lugar, se oponen por el aislamiento internacional que ha causado
Ahmadinejad”, agregó.
> Amenaza
El programa nuclear iraní
Desde hace varios años Irán se lanzó al desarrollo de un programa nuclear, supuestamente con fines pacíficos o civiles. Sin embargo, la comunidad internacional teme que
el régimen iraní esté buscando obtener un arma nuclear. “Una de las razones por las
que Irán quiere tener un programa nuclear es porque ve que India, Israel y Pakistán tienen armas nucleares, y no todos ellos son amigos de Irán”, opinó el especialista Robert
Matthews de FRIDE. Si bien el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha
podido realizar algunas inspecciones, se le ha negado acceso a algunas áreas sensibles.
Según el último informe de la Junta de Gobernadores del organismo del 8 de junio
pasado, “Irán no ha suspendido sus actividades relacionadas con el enriquecimiento
(de uranio) ni su trabajo en los proyectos asociados con el agua pesada, como ha pedido el Consejo de Seguridad. Contrariamente a la petición de la Junta de Gobernadores
y las exigencias del Consejo de Seguridad, Irán ni ha aplicado el protocolo adicional ni
ha cooperado con el Organismo en relación con las cuestiones pendientes que suscitan preocupaciones y que deben ser aclaradas para excluir la posibilidad de que el programa nuclear de Teherán tenga dimensiones militares”. >
Irak: una alianza con el
enemigo
Tras seis años de presencia norteamericana y cientos de atentados, la situación
en Irak parece mostrar algunos destellos
de esperanza, con mejoras relativas en la
seguridad en los últimos meses. Pero, si
bien el número de atentados descendió,
el miedo sigue latente ya que no han
desaparecido. Quizás uno de los elementos más importantes para lograr este
avance ha sido la alianza entre las tropas
estadounidenses y un grupo sunnita
denominado “los Hijos de Irak”, ex
insurgentes que ahora juegan un papel
clave en el combate de Al Qaeda y la
mejora de la situación de seguridad.
¿Cómo y por qué? A través de sus milicias, “que conocen al enemigo” según
ellos mismos, y a cambio de un sueldo
> Irak Una mujer llora desconsolada sobre los restos de la explosión de un coche bomba en el norte de Kirkut
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AFGANISTAN
Presidente
Presidente
Hamid KKarzai
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millones
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Capital: Islamabad
Superficie:
S
uperficie: 803.940 kkm
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P
oblación: 176.242.949
176 242 949
Tasa
T
asa de analfabetismo: 50%
PBI:
P
BI: U$S 452.700 millones (2008)
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Sistema
gobierno:
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República
R
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semipresidencialista
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28
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Otros
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%
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Shiítas
19%
%
Musulmanes
M
usulmanes
sunnitas
71%
de 300 dólares mensuales, que le cuesta
al gobierno norteamericano unos 16
millones de dólares mensuales en salarios
para los cerca de 90.000 Hijos de Irak,
según publicó el diario El País de
España. Esta política no está exenta de
problemas. Si bien este aliado le cae
como anillo al dedo a las tropas norteamericanas, al gobierno del chiíta Nuri al
Maliki no le agrada, ya que considera a
estas milicias como un problema potencial a futuro.
Por otro lado, está la tan reclamada retirada de Irak. Si bien habrá próximamente un descenso de tropas en el país,
muchas de las cuales se movilizarán a
combatir a Al Qaeda en Afganistán,
Estados Unidos aún no se retirará por
completo. El presidente Barack Obama
prometió que a finales de agosto de 2010
habrá acabado la misión de combate y
habrán vuelto entre 90.000 y 92.000
soldados. Pero se quedarán hasta 2011
otros 50.000 para proteger a los diplomáticos estadounidenses implicados en
la reconstrucción, para adiestrar y asesorar a las Fuerzas Armadas iraquíes y para
agotar el plazo pactado por el anterior
presidente, George W. Bush. Del lado
iraquí, las opiniones sobre la permanencia de las tropas norteamericanas están
divididas: según la BBC, los sunnitas se
ven como uno de los grupos débiles ante
el gobierno, dominado por la secta chiíta. Por eso, si bien han venido luchando
contra el Ejército estadounidense, quieren que las tropas se queden un poco
más por miedo a una “venganza” chiíta
por los anteriores años de poder sunnita
bajo Saddam Hussein. Lo mismo temen
los kurdos en el norte, que son minoría
y consideran necesaria la protección del
gobierno chiíta.
A la luz de los hechos, los mayores problemas en Irak aún provienen de la oposición entre las tres facciones, chiítas,
sunnitas y kurdos. Hay rivalidades sobre
el mantenimiento de la influencia política, posiciones en el gobierno, la utilización de los ingresos estatales, el control
de los recursos y las ganancias petroleras,
tanto a nivel local, provincial y nacional.
Pero a esto se le suman los problemas
económicos, entre los que se encuentran
el alto desempleo –que alcanza hasta el
>>>
30% de la población-, la corrupción y
una creciente crisis presupuestaria debido a la caída en el precio del petróleo.
En este sentido, la economía de Irak se
enfrentará a grandes penurias este año y
el que viene si los precios del petróleo no
se recuperan. El tema es que Irak necesita los ingresos por petróleo para la
reconstrucción después de años de sanciones y guerra. La caída del precio del
petróleo, que pasó de un récord de 150
dólares el barril a alrededor de 40 dólares, fue un duro golpe para una economía dependiente de este recurso para su
supervivencia.
Afganistán: primer lugar en
la agenda norteamericana
Después de casi ocho años de intervención norteamericana para expulsar al
régimen Talibán del poder en Kabul, y
de un impasse donde se creía haber eliminado al grueso de los enemigos, la
coalición internacional basada en el país
se enfrenta a enormes desafíos para restablecer, una vez más, la seguridad. Lo
peor del asunto es que la situación no
solo no ha mejorado, sino que ha empeorado: ahora el conflicto se desplazó
también a Pakistán, lugar desde el cual
los talibanes afganos reciben apoyo, y la
seguridad es desafiada por una confluencia de grupos armados, no solo los talibanes centrados bajo el poder del
Mullah Omar.
Esta situación llevó a la administración
de Obama a diseñar una nueva estrategia, desplazando el centro de la lucha en
la región de Irak, a Afganistán y
Pakistán. Su plan tripartito contempla
un incremento de 17.000 tropas de
combate estadounidenses y 4.000 entrenadores, apoyados por más de 5.000 tropas de la OTAN; el aumento de los
recursos para la gobernanza y el desarrollo económico y social en Afganistán y
Pakistán; la aprobación de las negociaciones con líderes moderados de los talibanes; y un llamamiento a la diplomacia
regional entre los países vecinos de
Afganistán, en especial para el ambivalente aliado de Occidente, Pakistán. El
incremento de fuerzas ha sido criticado
por algunos especialistas, que consideran
que ya ha habido múltiples duplicacio-
nes de tropas que no han hecho más
que alimentar el resentimiento de la
población afgana contra el “invasor
extranjero”.
Por otro lado, el gobierno de Hamid
Karzai ha intentado convencer a mili-
> Afganistán
Los números
de la violencia
2008
• 1 intento de asesinato
al presidente Hamid Karzai.
• 150 bajas estadounidenses.
• 2.000 atentados en carreteras.
• 50 muertos en atentado a la
Embajada de India en Kabul.
• 40% de incremento en ataques
en el sector oriental controlado
por Estados Unidos.
• 74% de incremento en ataques
iniciados por la insurgencia
a comienzos de 2009. >
> Afganistán Un grupo mixto de soldados norteamericanos y afganos durante una misión de búsqueda de armamentos en el valle de Alougal
29
NOTA DE TAPA >>>
tantes talibanes de dejar las armas e integrarse al proceso político. En este sentido,
se encuentra en vigencia el Programa para
el Fortalecimiento de la Paz y la
Reconciliación, que acredita haber persuadido a 5.000 militantes talibanes a
renunciar a la violencia. Sin embargo, los
problemas más acuciantes, como la
corrupción y el narcotráfico, no han cesado. El comercio de drogas en Afganistán
representa cerca del 60% de la economía.
Desde la caída del régimen talibán en
2001, la venta se ha incrementado, llegando a proporcionar 93% del suministro mundial de opio, el ingrediente crudo
de la heroína. Gobiernos y organismos
internacionales han señalado que el narcotráfico ha ayudado a reforzar la insurgencia talibán y estiman que el movimiento podría estar recibiendo hasta 100
millones de dólares anuales de esta fuente, según la BBC.
Pero esa no es la única fuente de ingresos
de los talibanes: también reciben dinero
de organizaciones humanitarias, cuyos
recursos utilizan para proveer servicios
básicos y así ganarse a la población. Este
grupo de origen pashtún y sunnita tiene
las de ganar en un escenario conflictivo,
ante una población que está cansada de
años de guerra y de la presencia de
extranjeros en su país. “No todos los que
apoyan a los talibanes apoyan la sharia
–la ley islámica-, sino que los que no son
tan religiosos lo ven en términos nacionalistas, considerando a los talibanes como
los únicos que pueden expulsar a los
extranjeros del territorio”, explicó a DEF
Robert Matthews, especialista en temas
de Medio Oriente y Asia del Sur de
FRIDE.
Los datos económicos no ayudan, ya
que son de los peores en todo el mundo.
Si bien el crecimiento del PBI fue de
7,5% en 2008, el país aún es extrema-
> Teresa Bo
“La mujer iraní
está empezando
a trascender”
La periodista argentina, corresponsal de la cadena
qatarí Al-Jazeera, contó a DEFTV cómo se vive en Oriente
Medio.
-¿Cómo es Irán?
-Es un país fascinante. A nivel histórico, su pueblo está muy
orgulloso de sus tradiciones, de su historia y de sus luchas
internas. Pero, por otra parte, es una nación muy dividida por
lo que serían los sectores más conservadores y aquellos que
están empujando por un cambio, entre ellos, las mujeres y los
más jóvenes.
-¿Qué buscan las nuevas generaciones?
-Hace unos años se hizo una encuesta donde les preguntaban a los jóvenes dónde querían estar y muchos respondían en Los Ángeles. Son famosos los dentistas iraníes que
viven allí. Es un país que está orgulloso de ser quien es pero
que al mismo tiempo tiene sus debates como todas las
otras naciones del mundo.
-¿Cómo se vive la influencia de Occidente en Irán?
-Me sorprendí cuando fui a un centro de cirugía estética y vi
como las mujeres de los sectores de clase media alta piden
tener la nariz de Jennifer López o la boca de Angelina Jolie.
En contraposición a ellos están los sectores más pobres que
por lo general son los más conservadores dentro del Islam
chiíta.
-¿Cuál es la postura de las mujeres que ocupan puestos
estratégicos?
-Sucedió algo muy interesante en estas elecciones: la
mujer de uno de los candidatos se animó a criticar al régi30
men. Esta actitud tuvo una gran aceptación; se está
mirando con buenos ojos que las mujeres se animen a
trascender, a participar en política, algo que hasta hace
poco era impensado.
-A la hora de vestir, ¿es necesario cubrirse o puede vestirse
como si estuviera en Buenos Aires?
-No uso la ropa tradicional de la mujeres locales, pero sí un
saco largo ya que no se puede mostrar más de la rodilla para
arriba. También uso un velo en la cabeza. Hay dos sectores en
Teherán; uno, donde están los mercados que es más conservador, por ejemplo, no se puede hablar con los hombres, después hay otros sectores más abiertos donde podes sentarte a
tomar un café.
-¿Cuál es la concepción que tienen de la mujer occidental?
-Nos ven muy expuestas. Para las mujeres que viven en Irán
mostrar el pelo o la piel es algo que pertenece al ámbito privado y, únicamente lo comparten con sus maridos. Y aquellas
mujeres están muy orgullosas de ser conservadoras.
-¿En qué aspectos cree que sienten la opresión tanto las
mujeres como el resto de la sociedad?
-Hasta el día de hoy, las mujeres heredan la mitad que el resto
de sus hermanos varones y sus testimonios en un juicio
siguen valiendo la mitad que el de un hombre. Pero las mujeres se están organizando para hacer oír su voz y que sus derechos sean reconocidos. >
damente pobre, teniendo un 40% de
desempleo, y un PBI per cápita de apenas 800 dólares. Según un estudio del
Center for Strategic & Internacional
Studies (CSIS) de abril de este año, el
93% de los afganos percibe el equivalente a menos de 300 dólares mensuales, mientras la mitad recibe el equivalente a 100 dólares. Incluso el acceso a
los alimentos parece haber empeorado,
ya que el 63% de los afganos dice no
poder acceder a la comida que necesitan, un 9% más del mismo estudio llevado a cabo en 2007. Por último, cabe
mencionar los servicios básicos como la
electricidad, a la cual no tienen acceso el
55% de los afganos, mientras sólo uno
de cada veinte goza de energía durante
todo el día.
En este clima crítico, el próximo 20 de
agosto se llevarán a cabo elecciones
presidenciales y provinciales, ante lo
cual ya hay disputas entre el oficialismo
–liderado por el presidente pashtún
Hamid Karzai- y la oposición aglomerada en el Frente Unido Nacional -entre
quienes están los miembros de la
Alianza del Norte, que ayudaron a
Estados Unidos a derrotar a los talibanes en 2001-, ya que el mandato del
presidente termina el 22 de mayo y el
Frente alega que no legitimará su liderazgo tras esa fecha. Por el contrario,
consideran la opción de transferir el
poder a un presidente interino, presuntamente el líder de la Cámara Alta del
parlamento, Sibghatullah Mojadeddi.
Sin embargo, Karzai alegó que la
Constitución afgana sólo hace referencia a transferencias de poder por dos
vías: elecciones o muerte del presidente.
La Corte Suprema afgana respaldó esta
posición en marzo de 2009, permitiendo así una extensión del mandato de
Karzai, lo cual fue también apoyado por
Estados Unidos.
Pakistán: inestabilidad
importada
En 2008, después de casi una década de
la administración del militar Pervez
Musharraf, los paquistaníes eligieron un
gobierno democrático, que dejaron en
manos de Asif Ali Zardari, el viudo de la
ex premier asesinada Benazir Butto. La
situación no ha sido fácil para Zardari, ya
que varias zonas de Pakistán han caído
bajo control talibán al tiempo que el país
sufre diversas crisis, tanto en el ámbito
financiero, energético, de seguridad y alimentario. Si bien el país se aseguró
recientemente una asistencia de emergencia del FMI después de que China,
Arabia Saudita y Estados Unidos no
pudieran abastecer sus necesidades, no
parece ser suficiente ante una realidad
cada vez más caótica.
A pesar de varios años de crecimiento
continuo, Pakistán se deslizó rápidamente a una severa crisis económica en 2008,
a partir del incremento en el precio del
combustible y de los alimentos, combinados con la inestabilidad política desatada
por la declaración del estado de excepción por parte de Musharraf. El resultado
fue una rápida inflación, déficit en la
cuenta corriente y una declinación en las
> Pakistán Un simpatizante del grupo extremista islámico JUI-N en una protesta contra las operaciones militares anti talibán en el valle de Swat
31
NOTA DE TAPA >>>
inversiones extranjeras. La tasa de inflación pasó de 8,8% en enero a 23,9% en
octubre, y hubo una importante depreciación de la rupia con respecto al dólar.
A pesar de las nuevas políticas económicas del gobierno de Zardari, que incluyeron reformas fiscales, sobre todo con respecto a eliminar la evasión fiscal de los
grandes terratenientes, la situación no ha
mejorado. Las reservas internacionales
cayeron de 14,2 mil millones en 2007, a
4,1mil millones en 2008, algo que podría
poner en peligro el pago de su deuda
externa, que equivale a casi la mitad de su
PBI.
Pero quizás la mayor preocupación es la
seguridad. Durante los dos últimos años
Pakistán se ha visto sumido en una incesante avalancha de ataques terroristas,
mientras ha habido un importante avance de los talibanes en varias ciudades del
país. Ante esto, el gobierno ha respondido con dos medidas distintas: la primera,
el combate militar con una creciente
ayuda de Estados Unidos, que ha lanzado
varios ataques con aviones no tripulados
en la frontera de Pakistán con Afganistán.
Los enfrentamientos del Ejército paquis-
> Pakistán
La lucha contra
el terrorismo
• 1500 personas asesinadas en ataques terroristas entre 2007 y 2008.
• 11 mil millones de dólares invertidos por Estados Unidos para equipar mejor al Ejército paquistaní y
sus fuerzas de represión tras 11-S.
• 1.200.000 fuerzas de seguridad
hacen guardia en la actualidad en
los 1.100 puestos de control en la
frontera occidental del país.
• 3.000 terroristas asesinados y
4.000 capturados desde el comienzo de la lucha en FATA.
• 28% del presupuesto nacional
destinado al Ejército.
• 35% del PBI en manos de conglomerados industriales y financieros
en manos del Ejército. >
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taní, en tanto, se desarrollaron sobre todo
en el noroeste del país, en lo que se conoce como la Provincia de la Frontera
Noroccidental (NWFP, por sus siglas en
inglés), pero también en las zonas conocidas como Zonas Tribales bajo
Administración Federal (FATA, por sus
siglas en inglés). La segunda, adoptada
por el gobierno de Zardari, la negociación con ciertos líderes talibanes, que
incluyó la cesión de territorios, como el
valle de Swat –que luego fue escenario de
combates entre el Ejército y la insurgencia, ya que el gobierno paquistaní decidió
retomar el control de esa zona-, a cambio
de un cese el fuego. Esta medida ha sido
ampliamente criticada, considerando que
el otorgamiento de ciudades seguras no
hace más que fortalecer el poder talibán
para lanzar ulteriores ataques dentro del
propio Pakistán o seguir brindado apoyo
a sus correligionarios afganos. De esta
forma, los militantes han arrancado concesiones al gobierno sobre grandes franjas
de terreno en Waziristán del Norte y del
Sur, donde han fundado mini-Estados
fundamentalistas islámicos.
La historia se complica un poco más si se
tiene en cuenta el presunto apoyo en las
sombras de las Fuerzas Armadas y los servicios de inteligencia paquistaníes a los
talibanes, sobre todo los afganos, con el
objetivo de controlar las ambiciones de
India tanto en Cachemira como en
Afganistán. “El gobierno de Pakistán, y
no solo sus fuerzas de seguridad, estaría a
favor de un Afganistán dirigido por los
talibanes, ya que ven esto como el mejor
instrumento para crear un Estado
amigo”, opinó Matthews de FRIDE. De
esta forma, Pakistán estaría jugando un
doble juego de enfrentamiento y apoyo
con los talibanes.
Pero no solo las autoridades paquistaníes
apoyarían a los talibanes. Aunque la
población es mayoritariamente moderada
y partidaria de la democracia, el integrismo islámico se ha extendido a medida
que el abismo que separa a ricos y pobres
se ha ensanchado. “La simpatía de los
paquistaníes hacia los talibanes no se
encuentra solamente entre los pobres o
en el Ejército, sino también en personas
educadas, la clase media y varios medios
de comunicación, que no ven el conflicto
en términos religiosos, sino que ven a los
talibanes como los defensores del nacionalismo”, explicó Matthews. Esta es una
gran preocupación para Estados Unidos y
la comunidad internacional en general,
ya que Pakistán posee armas nucleares,
que podrían caer en manos extremistas si
estos grupos se hacen con el poder.
Múltiples juegos de ajedrez
La relación entre los países de la región se
asemeja a un gran juego de ajedrez en el
que cada uno mueve sus piezas intentan-
>>>
do mejorar su posición estratégica y en el
que cada país tiene sus intereses, a menudo contradictorios con los del vecino.
Tomemos por ejemplo Afganistán: mientras Irán busca la estabilización del país y
no quiere saber nada con un gobierno
talibán que sería la representación del
extremismo sunnita –quienes evidencian
un odio visceral contra los chiítas-,
Pakistán secretamente preferiría, como
hemos visto, que este grupo extremista
volviera al poder, ya que serían el mejor
instrumento para establecer un Estado
amigo y hacer frente así a los elementos
antipaquistaníes –originarios sobre todo
de India- presentes en el país. Y, por qué
no, podrían ser unos eventuales maravillosos combatientes en caso de desatarse
una guerra por el control de Cachemira.
“En 2002 Irán trabajó con Estados
Unidos, proporcionando inteligencia y
militares en Afganistán”, explicó
Matthews de FRIDE, que considera que
el tema del narcotráfico es uno de los
mayores problemas para los iraníes. Sin
embargo, Estados Unidos luego incluyó a
Irán dentro del “eje del mal” y estrechó
filas con Pakistán, “un error garrafal”
según Matthews, ya que ese país estaría
jugando un doble juego de apoyo y
enfrentamiento con los talibanes. La
situación en Afganistán también puede
verse en términos de la lucha por la
influencia entre los dos aspirantes a líderes regionales: Arabia Saudita e Irán. “A
los iraníes no les conviene un nexo entre
los saudíes, paquistaníes y afganos, todos
sunnitas, ya que perjudicarían a las minorías chiítas en esos países”, explicó
Matthews.
En Irak las cosas también parecen dirimirse en parte en términos de influencia
> Tensión Un policía afgano observa a una multitud durante la ceremonia de Año Nuevo en Ali Shuma
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NOTA DE TAPA >>>
religiosa. Irán está interesado en el mantenimiento de la integridad territorial de
Irak y su estabilidad, donde más del 60%
de la población es chiíta y donde luego de
años de poder sunnita, hoy preside un
líder de la etnia mayoritaria, Nuri al
Maliki. Además, Irán está a favor de una
retirada de Estados Unidos para así poder
incrementar su influencia en el país.
“Ellos están esperando cuidadosamente
que se vayan los norteamericanos. A mi
juicio, la influencia que ahora está debajo
de la mesa, va a surgir de forma muy
importante. Irak será un Estado muy cercano a Irán”, opinó Matthews. Por su
parte, el especialista Botta no considera
que la influencia será tan clara o directa.
“Hay que tener en cuenta que hay
muchas diferencias entre el chiísmo iraquí y el iraní, por ejemplo, en las escuelas
religiosas que siguen: mientras Irán se
basa en la escuela de la ciudad de Qom,
los iraquíes toman las enseñanzas de la
ciudad de Nayaf. Asimismo, Irak no
acepta el gobierno de los sabios de Irán”,
explicó el especialista.
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> Sociedad
La mujer en Medio Oriente
La situación de los derechos de la mujer en Medio Oriente varía de país a país. Allí
donde rigen regímenes extremistas que aplican la sharia, como el talibán, que aún
está presente en ciertas zonas de Afganistán y Pakistán, las mujeres no tienen derecho
a la educación, no pueden decidir con quién casarse, no pueden tomar sus propias
decisiones\ y no pueden participar de la vida política de la comunidad. En otros lugares, como en las zonas de Pakistán no extremistas o en Irak, las mujeres sí pueden votar
e incluso ser candidatas: tomemos por ejemplo el caso de la dos veces presidenta
Benazir Bhutto (asesinada en 2008), quien fue elegida por sufragio universal en 1988
y 1993. En Irán, por el contrario, si bien las mujeres pueden votar desde 1963, sufren
limitaciones a la hora de presentase como candidatas. >
La religión ha sido históricamente un factor importante en formar comunidades y
en la producción de fricciones y hostilidades entre chiítas y sunnitas, que se han
enfrentado durante siglos. “La disputa no
es entre dos grupos ideológicos como en la
Guerra Fría, sino que la cuestión religiosa
está muy metida en la política y la geopolítica”, sentenció Matthews. Pero, si bien la
religión fue, es y será un factor aglutinante,
no debe dejarse de tener en cuenta que no
todo se determina linealmente, como lo
demuestran las diferencias entre el chiísmo
iraní e iraquí o el apoyo de Irán al gobierno del sunnita moderado Karzai en
Afganistán. Lo cierto es que hay otros intereses y el juego es hoy en día mucho más
complicado que un simple “gobierno chiíta + gobierno sunnita = países enemigos”.
Los países se enfrentan a una partida de ajedrez cada vez más ardua, sin haber ganadores a la vista.
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