la toma de cádiz por la escuadra anglo

Anuncio
Nº 12, Abril
LA TOMA DE CÁDIZ POR LA ESCUADRA
ANGLO-HOLANDESA EN 1596
Por Félix Gil Feito
Universidad de Cádiz
Introducción.
Probablemente, el siglo XVI sea uno de los más apasionantes
respecto a lo que acontecimientos bélicos se refiere de la historia
de nuestro país. España se presentaba ante el mundo como el
Imperio donde nunca se ponía el sol, haciendo gala de un poderío
militar y naval al que ninguna otra nación podía hacer sombra.
Sin duda alguna, el siglo XVI, fue un siglo español. Pero, como
todo gran Imperio, cuenta con una larga nómina de enemigos.
En el caso concreto que nos ocupa, la segunda mitad del XVI
supuso una etapa en la que las relaciones de España con otras
naciones europeas entraron en un proceso de degradación que se
vería rematado en la década de los años 80 con diversas guerras
y escaramuzas por medio mundo.
España contaba en el último tercio de siglo con dos frentes de
conflicto bélico y religioso. Por un lado encontramos a uno de
los tradicionales enemigos de la Corona española, Inglaterra, que
desde hacía algún tiempo se había convertido en un problema
para España por motivos bien distintos. El primero de ellos es
el que hace referencia al tema religioso, siendo sabido por todos
que durante el reinado de Isabel I, Inglaterra se había convertido
36 Delaguerra
al protestantismo. Este hecho, evidentemente, chocaba con los
principios que la Corona española defendía en consonancia
con el Papado. El protestantismo debía ser atajado antes de que
otras naciones fueran influidas por sus preceptos y la doctrina
católica se viera perjudicada como religión dominante en el
viejo continente.
El segundo punto de conflicto entre las dos naciones sería el
del monopolio comercial que ejercía España sobre las Indias, y
que perjudicaba como es natural el comercio que pudiera acaparar Inglaterra y otras naciones con América. Este problema
adquirió especial relevancia tras la anexión de Portugal a España
en 1580, pasando los vastos dominios portugueses en América a
manos españolas, y con éstos, la práctica totalidad del continente.
Esto suponía que España aumentaba su poderío comercial de
tal forma, que otras naciones europeas que tenían intereses en
América, se quedaban con una cuota de volumen comercial
ridícula en proporción a la española.
La escalada de tensión entre España e Inglaterra alcanzó su
punto álgido en 1588, cuando la Gran Armada -que no Armada
Invencible, ya que esta denominación proviene de las fuentes
inglesas para subrayar la importancia del fracaso de la armada
española, y dotar al asunto de cierta ironía- partió hacía Inglaterra con la intención de invadirla, si bien, en el destino de esta
poderosa flota no estaba escrito llegar a buen puerto.
Descargar