Leche a la medida - Consorcio Lechero

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#LECHERIA
Leche a la medida
Sebastián Ganderats
Gerente del Consorcio Lechero
La industria láctea supo ver en el mercado interno una gran
posibilidad. Logró un importante alza en el consumo y hoy
busca crecer en base a una oferta de productos que satisfaga
necesidades específicas.
ES UNA EVOLUCIÓN que ha ido de
la mano con el desarrollo de Chile.
A principios del siglo XX, la carretela con caballo era la forma con la
cual los chilenos podían acceder a
la leche fresca del día. Hoy, en góndolas de supermercados con decenas de líneas de productos lácteos,
el consumidor chileno tiene acceso
permanente a distintos formatos,
presentaciones y sabores.
Con un consumo per cápita por
sobre los 140 litros, las chilenas y
chilenos de todas las edades tienen un fácil acceso a los lácteos en
todos sus tipos. Y aquí surge una de
las primeras oportunidades para
hacer crecer el consumo interno.
Tenemos una brecha grande con el
consumo sugerido por la FAO, el
cual asciende a 182 litros de leche
28
a g o s t o / 2015
per cápita al año. Es decir que hay
un espacio por conquistar.
El mercado interno abre un desafío para el desarrollo de nuevos productos lácteos. Es una oportunidad
porque todavía quedan espacios por
explorar. Y esto abre puertas tanto
para la gran industria como también
para la mediana y pequeña, que tiene
mucho que avanzar en certificación,
pero que cuenta con un potencial
enorme en los nichos de mercado.
Una reflexión: si hace no mucho
tiempo, consultábamos por los tipos
de quesos, cualquier chileno conocía
el Chanco y el Gauda. Hoy, la oferta
y, sobre todo, el paladar de nuestros
compatriotas, ha variado. Nos falta
para llegar a los casi 600 tipos distintos de quesos que poseen los franceses, pero hemos avanzado mucho.
El crecimiento en el consumo
de lácteos ha ido de la mano del
aumento del ingreso per cápita. Y es
que una de las fortalezas es la conciencia, a todo nivel socioeconómico, de su rol nutricional.
El trabajo del Dr. Fernando
Monckeberg para combatir la desnutrición en Chile, bajar los tristes
índices de mortalidad infantil de los
’60, se basó en el acceso a leche en
polvo para todos los niños bajo control de niño sano en consultorio. El
resultado fue increíble: se controló
la desnutrición, bajó la mortalidad y
la leche estuvo presente en las mesas
de todos los estratos. Su consumo se
disparó en Chile en los ’70. Los productores y la industria hicieron lo
propio para cumplir con la demanda
y lo lograron en forma exitosa.
INSUSTITUIBLE E INNOVADORES
Como Consorcio Lechero lanzamos recientemente el
portal web “Gracias a la leche”, donde reafirmamos el valor
irreemplazable de la leche. Nuestra convicción se ha basado
en aportar información científica que demuestra su aporte
al crecimiento, nutrición y salud gracias a su consumo.
Tal como se dijo en Chilelácteo, la leche es un producto insustituible para todas las edades y todas las etapas
de la vida humana. Los desafíos estarán en continuar con
los estándares de calidad de leche desde el predio, donde
los productores nacionales han hecho un trabajo notable,
como también en no dejar de diversificar la oferta, investigar, generar conocimiento y seguir avanzando en el
desarrollo de productos para consumidores específicos.
Ese es un desafío en crecimiento, apuntando a necesidades como las de las personas de la tercera y cuarta edad;
consumidores con requerimientos nutricionales puntuales y otros. No olvidemos a los consumidores “gourmet” que también demandan productos más innovadores y de sabores distintos, como ocurre con los quesos.
EL ACCESO
La facilidad de acceso es una herramienta que contribuyó a acercarlos y a democratizar su consumo. Eso es
innegable. Mejoró la infraestructura, la cantidad de leche
y los ingresos. Junto a ello, la diversificación en la oferta
de lácteos generó una demanda que fue creciendo en el
tiempo. La inclusión de lácteos en la mochila escolar, por
ejemplo, yogur, manjar, queso y leche en cajita, han contribuido a acercar el consumo a los niños.
Creemos que la accesibilidad a buenos productos,
con una conciencia colectiva que conoce el rol de los lácteos, fortalecieron el consumo. Esto fue refrendado por
Promolac, campaña orientada a promover el consumo,
durante más de diez años.
Queda por crecer. El consumidor chileno debe saber
que hay un producto que se adecúa a sus necesidades, en
formatos accesibles y para todos los bolsillos.
Los lácteos funcionales también hacen su aporte. La
inclusión de Omega 3, lactobacilos u otros, ha contribuido
a entregar nuevos formatos que han abierto sus puertas a
más consumidores. Y el mercado interno los posee.
Para Chile, el desafío sigue siendo continuar con una
paleta variada para el consumidor. Si éste pertenece a
un grupo con necesidades puntuales, ¡adelante!, ahí hay
mucho por hacer. Quienes tienen el colesterol alto o buscan un producto “diet”, tienen un lácteo a su disposición.
En vez de decir un “traje a la medida”, hablemos de
“leche a la medida”. Esa es la tarea para el mercado interno y también para el exportador. Continuar diversificando, con creatividad e investigación, reiterando la importancia de la leche en la nutrición humana, va a ser una de
las claves para seguir participando con protagonismo en
las mesas chilenas.
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