fiInvestigamos para reducir la sensación de ‚apetito

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“Investigamos para reducir la sensación de ‘apetito’ como tratamiento para personas obesas”
https://idescubre.fundaciondescubre.es/2015/04/20/investigamos-para-reducir-la-sensacion-de-apetito-como-tratamiento-parapersonas-obesas/
- ¿Por qué Irlanda?
Cuando terminé mi tesis (2012) en el Instituto de la Grasa (Sevilla), comencé a buscar nuevas alternativas en el
extranjero hasta encontrar trabajo en una de las instituciones más prestigiosas del mundo como es el
Alimentary Pharmabiotic Centre de la Universidad de Cork, en Irlanda.
- ¿Cuál es tu función allí?
Trabajo como investigadora postdoctoral de un proyecto financiado por una empresa de productos lácteos.
Asimismo, superviso estudiantes y he colaborado, por necesidades del centro, como lab manager (coordinadora
de laboratorio).
- ¿Qué investigación estás desarrollando ahora?
Consiste en la identificación de nuevos microorganismos, llamados probióticos, con capacidad para regular el
apetito como tratamiento para la obesidad y enfermedades relacionadas con ésta como puede ser, por ejemplo,
la diabetes.
Imagen de Cristina Torres en el laboratorio.
¿Cuál es el objetivo principal?
Una de las metas principales de la investigación es frenar esta epidemia causada, principalmente, por el estilo de
vida occidental (bajos niveles de actividad física, mala alimentación, consumo de tabaco o alcohol, etc.).
- Acabas de presentar (14/04/2015) nuevos resultados en la conferencia internacional Pharma-Nutrition
celebrada en Filadelfia (Estados Unidos). ¿De qué avances se trata?
Describen la capacidad de determinados probióticos para modular el ‘apetito’ de forma que la idea es disminuir
la sensación de hambre a horas inadecuadas. De este modo, hemos demostrado que algunas especies de
bacterias como Lactobacillus y Bifidobacterium, son capaces de inhibir o suprimir esta actividad.
- ¿Dónde podemos encontrar estas bacterias o aliados contra el ‘picoteo’?
En la flora intestinal de las personas sanas. Estas bacterias son las encargadas, junto a otras especies, de digerir
la fibra alimenticia que no se asume durante la digestión. Ya trabajamos para confirmar estos avances y
desarrollar, posteriormente, experimentos con animales para validar estos resultados in vivo.
Cristina Torres, junto a su equipo de trabajo, en los
Acantilados de Moher (Irlanda).
- ¿Qué diferencias encuentras entre investigar en Irlanda en comparación con España?
En Irlanda, a nivel general, se invierte mucho en investigación y esto se refleja en los laboratorios. Es decir, a la
hora de pedir cualquier tipo de material para tu proyecto, en la mayoría de los casos, facilitan los recursos
necesarios para satisfacer esas necesidades. Es precisamente disponer de este tipo de recursos en corto espacio
de tiempo donde encuentro una de las mayores diferencias.
- ¿Cómo es tu día a día trabajando como investigadora?
Es un poco ‘estresante’. Trabajamos a destajo. También muchas horas. En mi caso tengo los fines de semana
libre ya que, de momento, no investigo con animales. No obstante,existen otras responsabilidades o exigencias
ya que el proyecto está financiado por una empresa y hay que presentar los resultados a tiempo, aunque
reconozco que igualmente son bastante flexibles.
- ¿Cuáles son los principales desafíos a los que te enfrentaste o enfrentas?
El idioma. No hablar inglés en profundidad es algo que te puede limitar en el trabajo, por ejemplo, en reuniones
semanales, exposición de resultados al grupo, llamadas telefónicas, etc. Después de varios meses lo superé.
Además, otro reto importante es vivir lejos de los tuyos. Es algo a lo que nunca te acostumbras, de hecho, he
tenido momentos en los que he pensado hacer las maletas y volverme, volver a estar cerca de mi familia y
amigos, del sol, de las tapas y recuperar también los paseos por las calles del centro de Sevilla que tanto echo de
menos.
- ¿Cómo los superaste?
Supongo que aún lo estoy superando, con el apoyo de la gente maravillosa que aquí también me rodea y
especialmente el de mi pareja, a la que conocí gracias a esta experiencia.
Cristina Torres en Cork (Irlanda).
- ¿Qué te gusta más de trabajar en un país como Irlanda?
Es una experiencia multicultural. Es fantástico percibir que estás rodeada de personas de muchas
nacionalidades. Asimismo, estoy muy satisfecha con mi puesto de trabajo, ya que se adecua a mi formación y
expectativas.
- ¿Cómo es la cultura irlandesa?
Son los ‘andaluces’ del norte de Europa. Es decir, más simpáticos o ‘salaos’. Son muy colaborativos y amables
ya que te ayudan en todo lo que pueden, incluso sin conocerte. Esto es algo muy curioso. Recuerdo un día que
llovía muchísimo y estábamos esperando el transporte público (suele tardar). De repente se detiene un taxi y nos
dice: “Si vais al centro podéis subir gratis porque el autobús no va a llegar”. El taxista nos llevó y no consintió
que le pagáramos.
¿Y qué tal la comida?
Desde mi punto de vista, un poco desastre, incomparable a la dieta mediterránea que tenemos nosotros. Ellos
comen patatas a todas horas y cocinadas de todas las maneras posibles. También son buenos con las
hamburguesas. En general, no tienen la tradición de cocina que tenemos nosotros, tampoco la materia prima. No
suelen comer pescado a pesar de ser una isla y adoran los dulces con mucha mantequilla. De hecho, tienen un
museo dedicado a la mantequilla en el centro de Cork.
- ¿Cuál es la mejor lección que has aprendido de vivir y trabajar en Irlanda?
Principalmente para darme cuenta de que sí era capaz de trabajar lejos de casa, en otro país, cultura o idioma.
Imagen de la Universidad de Cork (Irlanda).
- ¿Recomiendas trabajar fuera?
Rotundamente sí. Es una experiencia que al menos una vez en la vida todos deberíamos vivir. Abres la mente, te
enriqueces culturalmente y aprendes muchas cosas de ti mismo que no sabías.
- ¿Cuáles son tus perspectivas de futuro?
Sinceramente me gustaría volver a España, aunque ahora probablemente es muy difícil y aún me queden unos
años más fuera. Algo que tengo muy claro es que esté donde esté voy a seguir luchando por hacer carrera en
investigación.
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