La gran legislación revolucionaria mexicana cámara legislativa del Estado de Jalisco Guadala jara, 1948 - 1949 Doce años después de realizar el mural del Palacio de Gobierno, Orozco regresa a Guadalajara para pintar al fresco la bóveda de 240 metros cuadrados del Salón de Sesiones del Poder Legislativo. Será el último mural que logre concluir. Lo comienza a mediados de 1948 y lo concluye en agosto de 1949, unas cuantas semanas antes de su muerte. Cuatro pasajes relevantes de la historia de México son los motivos del mural, encarnados en igual número de personajes de la historia patria, Hidalgo, Morelos, Juárez y Carranza. No obstante el peso emblemático de esta cuarteta de prohombres —figuras esenciales del imaginario nacionalista— Orozco logra una composición atractiva por la riqueza del color y la vigorosa pincelada, especialmente en el grupo de esclavos que rodea al cura de Dolores al momento de firmar el decreto de abolición de la esclavitud. La composición y el dibujo de los héroes de la historia, de corte clásico, contrastan con el delirio plástico —un portentoso barroco en rojo y negro— de la acordada de esclavos, plena de dramatismo. Como en las piroxilinas de esa etapa, Orozco toma de los elementos del martirio y la degradación del esclavo una inspirada expresión de la que surgen cuerpos humillados y lacerados en diversas y patéticas posturas. Con esta pieza se cierra el ciclo de José Clemente Orozco. Más de cinco mil metros cuadrados de pintura mural en México y Estados Unidos. En cada uno de los muros intervenidos, sin importar el tema o intención central, aparece el hombre combatiendo por sus ideales; a veces, en esa lucha sin cuartel el hombre de todas las épocas ofrendará la libertad o la vida por sus convicciones. Orozco también fue ese ser en la batalla de la vida y de las ideas. El hombre, sí, “el delicado monstruo” (Baudelaire dixit), nuestro prójimo, nuestro hermano. La gran legislación revolucionaria mexicana cámara legislativa del Estado de Jalisco Guadala jara, 1948 - 1949 Twelve years after painting the mural at the Palacio de Gobierno, Orozco returns to Guadalajara to paint al fresco the 240-square-meter vault in the assembly room of the Legislative Power Chamber. This will be the last mural that he finishes. He starts working on it in mid-1948 and completes it in August 1949, a few weeks before his death. Four relevant episodes of Mexican history are the subject of the mural and they are embodied in the same number of personalities in the history of our country: Hidalgo, Morelos, Juárez and Carranza. In spite of the emblematic weight of these foursome of great men—essential figures in the nationalist imaginary—Orozco achieves an appealing composition thanks to the richness of color and the vigorous brushstroke, specially seen in the group of slaves surrounding the priest from Dolores at the moment of signing the decree abolishing slavery. Of a classical approach, the composition and drawing of the heroes of history contrast with the plastic delirium—a prodigious baroque in red and black—of the very dramatic line of slaves. As in the pyroxylins of this period, Orozco takes up from the elements of martyrdom and degradation of the slave an inspired expression where humiliated and wounded bodies emerge in different pathetic postures. With this mural José Clemente Orozco’s cycle closes: more than five thousand square meters of mural painting both in Mexico and the United States. In each of the intervened walls, regardless of the subject or central intention, we will find Man fighting for his ideals. Sometimes in this relentless combat, at all times Man will offer his freedom or his life for the sake of his convictions. Orozco was also that man in the battle of life and ideas. Man, yes, “that monster frail” (Baudelaire dixit), our equal, our brother. José Clemente Orozco