la salutación todo lo que restaba de la tarde, que seria hora y media. Esta ceremonia que principio el Cacique superior Neculgud y la continuaron por su orden los Caciques mas antiguos y de mayor dignidad, se reduce a presentarse uno por uno a dos pasos del Mre. de Campo a quien da la bienvenida aquel, inclinando la cabeza y levantándola se llega al Gefe diciendo Maximari Señor le pone la mano derecha sobre el hombro izquierdo y con la izquierda en la que tiene el sombrero le da un pequeño golpe en la espalda y después se retira con otra inclinación a todo lo que corresponde el Mre. de Campo y todos los demás que tuvimos que sufrir esta larga y pesada bienvenida. Concluida la salutación, dio el Mre. de Campo gracias en nombre del Rey y del Presidente, a los Caciques que hospedaron y auxiliaron a las tropas que por sus tierras pasaron francamente y sin la menor extorsión a la Plaza de Valdivia; y enseguida reprendió a varios Caciques que havian convocado a otros para suscitar alborotos contra sus vecinos. Todo lo qual se les hizo entender por medio de los Lenguas. Muchos de los principales y mas bien inclinados se ofrecieron a dar aviso al Mre. de Campo en caso de nuevas pendencias o de sospechas de alborotos y convocatorias. A l toque de la Retreta se salieron de la Plaza los Caciques e Indios que se hallaban dentro de ella y se cerraron las puertas de esta hasta el dia siguiente, dia señalado para el Parlamento. El 27 a las nueve de la mañana congregados y sentados todos los caciques en el Patio de la Casa del Mre.- de Campo y por detras de los Caciques multitud de Indios e Indias en pie y hecha la misma salutación que el dia anterior, se dio principio al Parlamento, por medio de una corta arenga reducida a que S. M . Católica senti-