Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) EL PERSONAJE DE TEATR PERSONAJE GENERICO Por Francisco Nieva------_... FRANCISCO NIEVA, ha reetizsao una notable labor escenoqréños, como la de «La Dama duende», en Nueva York, o los figurines y decorados de «Marat­ seae». La dirección y montaje de «Los ba"'os de Argel», y el estreno de «Coronada y el toro», son algunos de sus últimos éxitos. S on escasos los estudios hechos sobre un tema que tor dramático debiera profundamente apasionar: e perduración de los personajes fijos a través de las tomando, como es natural, los que tempranamente aparece teatro griego, Ya, en éste, el de corifeo, sin carácter p determinado, sino de carácter explicativo y funcional al del personaje central, ya es uno. La tipología de los pe fijos, donde realmente comienza a aparecer es en la c nueva de Menandro. Menandro es legatario del gran arcaico pero inicia con brillantez y delicadeza la comedia tumbres --esencialmente de costumbres que pudiéramos burguesas- con la adopción de personajes típicos: el valentón, el avaro, el misántropo, la doncella casta pero in y avispada, etc. Fue sin duda un modelo profundamente • BAJO la rúbrica de «Ensayo» el Boletín Informativo de la Fundación Ju publica cada mes la colaboración original y exclusiva de un especialista sobre de un tema general. Anteriormente fueron objeto de estos ensayos temas rela Ciencia, el Lenguaje, el Arte, la Historia, la Prensa, la Biología, la Psicología, la Europa . El tema desarrollado actualmente es el de la Literatura. En números anteriores se han publicado: Literatura e ideología, por Franci ráin, Catedrático de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad Compl Dovela actual, por José María Martina Cachero, Catedrático de Literatura Espa Universidad de Oviedo; Tres modelos de suprenscionsiided; por Claudio G Catedrático de Literatura Comparada en la Universidad de Harvard; Lectura iDg diseccióD critics del texto litersrio: la novela, por Francisco Ayala, novelista, en 3 porEnsayos.Fundación todo el teatro Juan helenístico, al que un preceptismo e Colección March(Madrid) mente riguroso ha tildado de decadente. La comedia lega todo ese rico y fecundísimo hallazgo al teatro r éste a la comedia del Arte. En este último género se ejemplos más próximos y más entrañables de los per tipología fija, que prolongan sus avatares a través d comedias llamadas «a soggetto», es decir la comedia co propuesto, desarrollado aleatoria e improvisadamente p especializado en un tipo. Así Pantalón lleva la másc hombre anciano y su estado social es el de un burgués bre simple y de buena fe, aunque generalmente enam víctima de un rival más joven, sea un criado, sea de hijo de cualquier otro personaje intrigante. También él un buen padre de familia, tanto como un hombre tanto como un avaro o un crítico desengañado de las c de su tiempo. Arlequín, juvenil, travieso y elegante es asaz complejo, lleno de ingenio y de malicia; y emp Colombina, que parece su reverso de tipo femenino, h llante, humorista y feliz. Tales tipos pasaron fácilmente a la moderna comedi de Moliée a Marivaux, con otros nombres. Personaje riencia rea 'sta, pero, en realidad , disimulados símbolos, complejos .ue los sencillos y lineales del actual teatr simbólico G realista. Los caracteres de la comedia delI representación de tipos a la vez genéricos e individual mera vista parecen con vencionales, pero analizándolos sentación de lo humano adornado con cantidad de m veamos por qué. ~ y crítico literario; Espacio y espacialidad en la novela, por Ricardo Gu en el Departamento de Lenguas Románicas de la Universidad de Chicag Historia Contemporánea, por José -Carlos Mainer, Profesor de Literatur la Universidad de Zaragoza; España-extranjero: un matrimonio de con Domingo Pérez-Minik, escritor y crítico literario; Literatura e Historia de la Francisco Rico, Catedrático de Literaturas Hispánicas Medievales de la Uni noma de Barcelona; Precedentes de la poesía social de la postguerra españ guerra y guerra civil, por Guillermo Camero, escritor y director del Departa ratura Espailola de la Universidad de Alicante; Lengua coloquial y literatur Seco Reymundo, miembro de la Real Academia Española y director de su Lixicografia; La literatura infantil en la actualidad, por Carmen Bravo Yilla y critica literaria; La poesía española actual, por Victor García de la Conch de Literatura Española de la Universidad de Salamanca; Literatura y p Lorenzo Gornis, Doctor en Derecho y profesor de Ciencias de la Informaci cero, hoy, por Diego Catalán, Director del Instituto Universitario «Semina Pidal .., Enseñar literatura, por Andrés Amorós, profesor de Literatura en Complutense y critico literario y teatral; y, La encrucijada de la novela L actual, por Rafel Conte , crítico literario. 4 Lo que parece un corto elenco de tipos o de situaci apoyaba en la capacidad de cada actor para reflejar la dentro de un tipo determinado, pero cargando sobre ello cantidad de matices personales que, en simbiosis con el los hacían cambiar y evolucionar según el tiempo y la si De igual modo que el actor, los aceptan y los hacen evo los autores, según sus propias e individuales opciones. entrañable de los ejemplos es, para nosotros, el gracioso de español, sin la menor duda un trasunto del Arlequín italia cubierto por Lope de Vega. Así es como surgen las «inge las «soubrettes» -avispadas confidentes, generalmente d íntimas y sobradamente refinadas- que también aparece tipos fijos en el teatro francés. Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) En cuanto al actor, especializado en tipos, esto no de ser una ventaja por su fuerza expresiva y poder de con Pongamos otro ejemplo: en Francia, una «ingenua» de te podía, sino muy raramente, representar a una noble hero lo cual, en las cerradas categorías del antiguo teatro, le er sible pasar a ser una primera actriz. Pero tal imposibilidad de llevar consigo una gratificación. El público se desplaza ver a una famosa «ingenua» lucirse en papeles cortos co posibilidad de brillo como una primera actriz. Era e manera esa especialización la que la convertía en maestra de un género. Como tipo de teatro era insustituible. Asim famosa «soubrette» del teatro francés ocupaba el sólido pu «gracioso» en el teatro español. La especializada en «soub en ingenuas no representaba siempre el mismo tipo de una suyo, en realidad, era una profundización variadísima l imprevistas reacciones. En suma, el hallazgo de un tipo fue una de las más grandes y hábiles apoyaturas del tea creación de caracteres nuevos, de caracteres plenos no nunca fácilmente accesible. Así pues, el mejor truco cons emplear al actor especializado -con sus propios, individ específicos recursos- como franco colaborador en la cons de un personaje. Porque dejando aparte la comedia a «so la comedia improvisada, para el autor este aparente pie de la adopción de un tipo fijo, se convertía, pues, en un e y en un factor de confianza. Sin el papel de la «soubr hubieran dejado de escribir estupendos tipos de «soubrette 5 graciosos confidentes el teatro francés. Plegarse a Colección Ensayos.Fundación Juan en March(Madrid) era, a fin de cuentas bastante más creador que huir de el Insistamos sobre ello. La actriz capacitada y especial tipo de «ingenua» o en el tipo de «soubrette» es, a la real -la actriz- y un personaje de teatro, reflejo estil vida. La voz prestada por el autor toma, por medio d pretación especializada e individual a la vez, un énfasi gular. El tipo está dado, no tanto por la cualidad má positiva de lo escrito, sino porque «existe» realmente sona y como personaje, en el teatro y fuera de él. La limitación de los «tipos» en cada época y estilo ha sido más eficaz para hacer que viviese el teatro mismo. Y por las obras maestras como por la infinidad de com aún pasando sin pena ni gloria, sostenían el interés g del espectador por el teatro. Se le podía negar todo v obra en la que interviniese Colombina, pero la ex Colombina no se ponía en duda. Así eran posibles sonoros con malos textos. En la próxima representac menos afortunada, allí estará «ella», igualmente viva, compleja, variada y casi insondable. No sabemos po autores modernos nos sentimos tan superiores como p nos un recurso así, por qué se lo niega el teatro, siend tan eficaz. Vemos, sin embargo, cómo no se lo nie -arte hoy mucho más vivo que el teatro- con la c un James Bond, degradado trasunto del propio y tra quín. No es ni siquiera explicable la pretensión de comedia sea totalmente original, cuando, en realidad, de tipos o «prototipos» que polarizan el interés del porque en realidad lo representan según las aspiracion de cada época- se ha revelado tan enérgico y efecti identificación del público con el personaje. Y, por en propia trama de la comedia a través de estos interme simpáticos. Al renegar de la especialización tipológica d intensidad de la representación tiene forzosamente que es tanto la comedia la que pone en valor a Arlequín, quín el que transmite una nueva vida a cada situació peor expresada formal y literariamente en la comedia por ejemplo, acepta tácitamente la regla del compartim tado de tipos, tratando de desbautizarlos sólo con obje tar mejor una situación realista; pero está claro que no 6 ella sino en la mera superficie. En ello se manifiesta el Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) -más tarde cumplido por otros autores- de destipificar personajes de teatro en vista a la creación de un universo p Pero Colombina, Pantalón y Arlequín permanecen indestro bajo otras apelaciones aleatorias y en vista de una consecu de apariencia más realista, más lejana de lo que se conside tópico. Tratando este tema se revela con particular nitidez la juv y potencia de un arte. Hemos visto cómo en momentos de tud del cine norteamericano los tipos representados por Cooper - una variación seria y romántica de Arlequín- p ser uno y distintos; pero, genéricamente, esos tipos eran lo aptos para expresar los sueños y las realidades de una de nada sociedad. Hemos visto la soterrada perpetuación de C bina en los papeles netamente genéricos interpretados desde Pickford hasta Marilin Monroe. El cine, apoyado en su pod atracción -surgida de la aplicación de una nueva t dramático-visual- no tuvo escrúpulos en adoptar estética los tipos fijos. El «star systern» no es tanto una consecuenc carácter puramente económico como una necesidad estética propia industria cinematográfica en intensificar la anécdota d tica y el interés del público por medio de la repetición con ciones de los «tipos fijos» . La aparición de nuevos tipos o prototipos es claramente table en el cine y lo curioso es meditar sobre la cantidad de culas oscuras y mediocres que han sido necesarias para c marlos, darles presencia real y una real autoridad, al marg la propia anécdota ffimica. Recordemos de nuevo al más re de los ejemplos: James Bond. Recuerdo de nuevo que el hallazgo de un tipo no es en alguno fácil ni accesible. El compromiso entre la «mujer fa la heroina noble que se manifiesta temporalmente duran años en que Greta Garbo se halla en activo como «especi en ese cometido no puede ser más revelador. La descenden Pickford y de Garbo, de Musidora o de Marlene Dietri fácilmente catalogable. Son en total tipos genéricos por los q han manifestado cantidad de películas de consumo y a muestras excelentes del arte cinematográfico. 7 Aunque parezca frívolo e inadecuado, no hay sin Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) lo que Manad llama el azar y la necesidad. En rea pura repetición se asiste a la renovación; y la aparició tipos acaece por la repetición exhaustiva de los ya que sobreviene un determinado quiebro en su enfoque señalado anteriormente la evolución caracterológica d italiano de Pantalón. El tipo, aparentemente conv realidad tiene vida propia por ser símbolo y proto realidad y de un deseo. El cow boy personificado mitad realidad, mitad ensueño épico. Más, aparecido gen de todas partes seres humanos con capacidad de con entera eficacia. Señal cierta de que están en la ensueño y como realidad. Igual que surgieron las Co pasado y las mujeres-araña del cine mudo. Esta últim de hetaira deseada por el burgués de principios de siglo Llegamos, pues, a la conclusión de que el teatro vitalidad profunda de la sumisión al mito , es decir, d ción del héroe o de la heroina, anecdóticamente int en el devenir trágico, pero con una existencia típica margen mismo de la tragedia y de la anécdota. Pocos somos en verdad los autores modernos intentado esa recuperación, no demasiado coaccion superstición realista o naturalista. Ionesco con su tip ger, yo mismo con el de las diferentes encamaciones de Coronada. Uno se pregunta si el nuevo interés d debiera fundarse en el repertorio de tipos fijos que s determinada concepción de la realidad, tanto como una aspiración. No es tanto la obra excelente lo qu teatro, sino unos personajes a la vez dependientes e tes de él, algo con vida y existencia propias. No pues, la vitalidad del cine -espectáculo realmente p la desvitalización teatral, acaecida por el secuestro q guesía decadente ha hecho de él, o por el secuestro miento político tendencioso, así como su mala ten literariamente impecable, cosa que al cine no le pre En realidad lo que hoy echamos de menos en el t tipología genérica y una repetición con variaciones mito que muestran una perfecta adecuación a las nec los sueños en los más varios estratos de nuestra soci lución. Porque ¿qué es la evolución sino una forma 8 miento y conservación «con accidentes»? Evolucionar no e sariamente mejorar cambiando voluntaria y testarudament «seguir viviendo» bajo las diferentes y aleatorias pruebas circunstancia real. Lo menos que se le puede pedir a la que se defina y concrete por medio de símbolos cuya mi humanarse ante nosotros, hacerse realidad en el arte, en el táculo, como trasunto fiel de la vida y de sus sueños. Es d «toda la realidad». Es imposible crear voluntariamente un mito o un s Mitos y símbolos existen plenamente en la conciencia del y a un mito no «se le crea», se le encuentra, se le adivi este caso, crear es, ante todo, creer, como diría Unamuno. en lo creado. ¿Desde cuándo el teatro comenzó a desalojarse de car de tipos y de mitos? Es ya lejano en el tiempo el drástico desalojamiento héroes del mundo teatral. Con la hipertrofia de las ide comenzó a surgir el teatro de tesis, último espasmo de la de conciencia de la sociedad burguesa en decadencia. Tes tractas y con intenciones de un mesianismo racionalista, lo en el área conservadora que en el área marxista. O como r lismo mesiánico, que tanto da lo uno como lo otro. Si tenemos en cuenta los orígenes del héroe teatral -y orígenes son religiosos (o festivo-religiosos)- se nos hará e que la carencia de héroes populares -aún del tipo encarna Cooper O Connery- y, en este caso en el teatro se d duda a la extrema evolución racionalista de nuestra cultura cual el teatro está mucho más contaminado que el cine, éste un arte más joven y más popular. Creer exclusivament hombre y en sus ideas, instintos y necesidades no es mal modo esto puede engendrar una mística con sus héroes pondientes, es decir sus figuras simbólicas. Sin embargo, e nalismo de primera mano no ha producido en teatro mitos nados, sino ideas O mitos mentales más vulnerables pugnables. En teatro no vale tanto una simple idea co simple «mito». El mito tiene vida más larga, porque tien más autónoma y más libre, como la tiene Colombina, la i y la «soubrette» o «el gracioso» del teatro español. La i ideología, al querer sobreponerse y dominar a los mitos, lo piriza y los deja sin vida propia. Les insufla una vida Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) 9 cerebral, es decir,Juan demasiado ejemplar y didáctica pa Colección Ensayos.Fundación March(Madrid) No hay mitos morales ni inmorales, sino simples m «tout court», Cambiemos, pues, los mitos morales po reales y veremos aparecer personas y, a la vez, perso teatro. El teatro agoniza en las manos voluntariosas y las ideologías. Ante las cuales el arte se tiene que ren desaparecer inevitablemente. Es disparatado creer que Orestes o Hamlet pue morir o matar por motivos humanitarios o benéficos en un programa de partido, en lugar de odiar perfecta adulterinas madres, sin más. Por ejemplo, morir o m PSOE resulta en sí tan poco trágico que, visto desde de cierta responsabilidad artística y filosófica, sólo pábulo a una caricatura sainetesca del héroe trágico. E que hacerse respetar ante la política y salir por sus bajar la cabeza ante la galopada de Atilas en burro una política de barrio, de campanario o de región. Pero nos desviamos del tema. Un examen sociol comedia dell'Arte nos revela, en consecuencia, que el identificación del público se opera a partir del tipo tea intérprete -literatura, arte y realidad-. Mito, escri prete forman una unidad representativa. Dentro de elI ces son innumerables. Pantalón es el hombre ma empresa; representa el eje social del patriarcado d tiene responsabilidades familiares, es padre, tío, espos diente de Colombina. Un pretendiente siempre burlad pues, una soterrada y artística rebeldía al orden soci mente aceptada por ese mismo orden, pues Pantalón es irreductible. Arlequín, su oponente, es travieso, a veces devasta pícaro, juvenil , en parte inadaptado al orden jerárquic Pantalón ocupa un puesto relevante. Arlequín represen generacional. La cantidad de matices en estos personajes pudie fin. PANTALON: Inteligente, pero viejo. Viejo, pero respetable. Respetable, pero cornudo. 10 Buen padre, pero incomprensivo. Incomprensivo, pero bienintencionado. Bienintencionado, pero engañado. ~ngañado, pero respetable... Etc., etc., etc... Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) ARLEQUIN: Joven, pero pobre . Pobre, pero ingenioso. Ingenioso, pero desgraciado. Desgraciado, pero apuesto. Apuesto, pero atolondrado. Atolondrado, pero seductor. Seductor, pero pobre ... etc., etc., etc... En Arlequín y Pantalón tenemos dos tipos de emblemá que representan dos bandos sociales opuestos y complement Dos generaciones contiguas en continuidad y litigio naturale decir, cientos, miles de tipos en situaciones concentradas en emblemas teatrales autónomos, independientes, llamados Arl y Pantalón. Toda la grandeza, independencia y humanidad del mítico puede quedar humillada y desbaratada por la menor sión ideológica a cuando voluntaria y enfadosamente, tende samente, el autor pretende dominar al mito. Apliquémoslo ejemplo, al personaje de Pantalón y obtendremos resultados daderamente hilarantes. PANTALON: Viejo, inteligente, pero socialista. Socialista, pero respetable. Cornudo, pero socialista. . Socialista, pero incomprensivo. Bienintencionado, pero socialista. Socialista, pero buen padre ... etc., etc., etc... Se acabaron los matices humanos y la ideología gana los partidos o arrastra un fracaso ridículo, según la cosa se en serio o en broma. Por un lado, extraemos en conclusión el ser socialista redime de todas las faltas y errores o que las faltas y errores se justifiquen por ser socialista. Nos h quedado con el rojo y el negro. Entremedias... nada. Hemos baratado un mito. Lo netamente afirmativo o negativo con 11 Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) ción a una ideología, excluye por completo los huma ficantes rasgos ampliamente sociales que contribuy terizar densamente el personaje-persona, o la perso denominada Pantalón. No puede darse el tipo entero identificatorio por su variedad conflictiva en con «realidad». Teatralmente hemos desbaratado esa realid Los héroes trágicos no pueden adoptar una postu impersonal. En suma, Medea no puede matar a tiempo que defiende la exitencia de los niños depa tercer mundo. Es imposible. Romeo tampoco se pue considera frívola la muerte de Julieta, incapaz de pasión y considerar la tragedia de las madres arge Plaza de Mayo. El público no puede ir al teatro a e civismo, utilidad, practicidad, tanto como no puede i de lo mismo a los personajes que se le muestran. jamás hubieran sufrido Pantalón, Colombina, Arleq brette» o el clásico «gracioso» de nuestro teatro Colombina de la comedia italiana, esa «soubrette» de cés -prima hermana suya- nacieron coquetas, gr ponsables, conformistas y críticas, según el humor No son un modelo de nada, sino un tipo dado, un ti la vez convencional y real. Son «una vida de teatro » ble y vulgar, tan real e irrefutable como un sueño. y ya hemos llegado a un tope o extremo que s un principio. El personaje de teatro, para serlo realm de ser seleccionado por la razón, sino impuesto en rante realidad por el ensueño acrítico. Son de u insoslayable, irrefutable, y están expuestos a la ace rechazo como lo es toda realidad impuesta por sí poseedores de una arcana vitalidad, cuya definición tiva o negativa, se aleja a medida que se profundiza la quiere atrapar íntegramente. Están vivos estos p principio tan convencionales y típicos; huyen y se desvelan y se ocultan. Son familiares y monstruo Mercuccio y Falstaff, sueños de irrefutable presencia, de la realidad acrítica como cualquier especie vegetal ¿Por qué han muerto los personajes fijos y sus si vados, pero de significación tan extensa como Cel Juan? Porque el teatro ha perdido esa juventud crít 12 Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) vía, en gran parte, conserva el cine como espectáculo pop Porque el nacimiento espontáneo de estos personajes ha durante mucho tiempo vigilado, contenido, evitado por el p miento racionalista, engarfiado en el teatro, entendido éste guía ejemplar de las masas y balanza de la razón y de la justic La vitalidad del espectáculo dramático -tanto en cine en teatro- reside en la aparición del personaje genérico que viene a cada época como si nos fueran impuestos por la rea acrítica del sueño de la vida. Así Arlequín, TilI Eulespiegel, P tomas, Drácula. Su duración y su desarrollo postergan cons mente una definición final. Su vida les pertenece. Acaso no puede definir hasta que no mueran y su vida desafía en mu casos a los siglos. Es decir, que, incluso, si se les desent siguen viviendo. Esto es un personaje de teatro, un verdad auténtico personaje, porque devoran a sus autores, los suplan hasta los burlan. Muchos de ellos se diría que se vengan sumergen en el anonimato. ¿Quién fue el inventor de la m fatal en el cine? No lo sabemos. Y si lo supiéramos nos imp ría un bledo. El personaje de teatro no es un retrato como ha creí ingenuo racionalismo aplicado al arte por sociólogos y por p cos. Un verdadero personaje no se deja jamás retratar de una A veces, a los auténticos personajes, con pocas palabras les y es mucho más lo que ocultan que lo que revelan . En eso r su misterio. La realidad de un personaje no se funda en realidad -por ello no puede ser un retrato-, no se fund una realidad que no sea la suya propia por ser realidad soña compendio y suma de muchas realidades que se dieron cita composición de su tipo genérico. Un verdadero personaje e toda una raza. Celestina y Colombina son ellas mismas y, vez, la raza de Colombinas y Celestinas que llevan consigo. N don Juan o Cordelia, son los donjuanes, las Cordelias... No pues, un retrato singular y unívoco, porque los personajes de tro, a la vez que parecen unívocos, son plurales. Sin proponé Freud refrendó lo que es un personaje de teatro al unirlo siempre a un conflicto de la psique: Edipo soy yo. No solam Edipo, también mi psique, en sus profundidades, está sujeta bién a las veleidades frívolas de Colombina y a las dolorosas ciones de lago. Todos los buenos personajes son yo. Por 13 Colección Ensayos.Fundación Juan March(Madrid) Colombina transita por la comedia dell' Arte y pasa Marivaux sin perder nada de sus encantos ni de identidad. Hoy día, la equitativa balanza de lo comercial, lo lo político no hace sino pensar y contrapesar los «po personajes y su mensaje utilitario, sobre todo en existen tantos escrúpulos para entrar confiadament porque, como espectáculo popular, el 'cine está vivo pone todavía personajes que semejan resurrectos tip comedia dell' Arte, tales como la vampiresa, la inge boy, de extraordinaria presencia mítica, jalonada miles de anécdotas, como seres cuya vida no se ago paso del tiempo. Finalicemos. Todo cuanto he venido diciendo ción del personaje mítico y genérico es, a la vez, mis aspiraciones estéticas en teatro en un sentido retorno a las fuentes, a los orígenes . Todo mi traba tido -logrado o no logrado- en la búsqueda del p la horrorizada huida del retrato, cosa que ha desco crítica preceptista y a una minoría comprometida en no considero teatro; cosa que también ha desvelad aburrimiento que del teatro tenían otras generacione y de lo cual me alegro muy especialmente. De esa a búsqueda del personaje libre han surgido Coronada monja, la Señora Tártara. He renegado del retrato personaje. Porque así es. Me siento muy lejos del ideas y muy cerca del teatro de los personajes. Sie saben, dentro de su primitivo origen mítico, mucho Posiblemente también ellos sienten su destierro, lo la área inmensa -pero tan ignorada y desdeñada ho tasía acrítica y de la gratuidad generosa de lo poétic teatro dirigido política e ideológicamente no es para Desde luego, la fotografía tampoco lo es. Hay poco ninguno. Acaso el teatro ni siquiera existe. El teatro personajes. A través de este pequeño análisis af podamos entrever de qué pasta real e irreal son esos C<;)S que nos alegran y torturan, rebeldes, inde magníficos. 14