Amor y construcción en la era capitalista

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Amor y construcción en la era
capitalista
Por Daniela Dicipio
“El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con
su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no
humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella,
como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.”
Simone de Beauvoir.
Leí “la forma más refinada de amar hoy, es la libertad”, cosa
que particularmente me gustó y me hizo pensar que genera una
triple lectura. Primero la frase tiene una cosmovisión anarca
de la cuestión, en contraposición, si pienso que el amor es
una construcción, necesita ser conducida y, por último, la
libertad es lo más preciado y genuino que tiene cualquier ser
para paradójicamente ser.
Las relaciones en la era capitalista, crean una dependencia,
un servicio, un consumo hacia el otro que va en contra de las
libertades, gustos y de los tiempos reales de quienes forman
una pareja.
La pregunta es, ¿el amor de pareja existe?, es una pregunta
que encuentra su default en la realidad. La inmediatez de la
actualidad parece llevarse puesta la situación de construcción
verdadera. Es intensa, pero pasajera, fugaz como ingenua. Está
más relacionada a la pasión que al amor.
Algunos conceptos se fueron transformando en herramienta del
sistema capitalista, donde el amor es uno de ellos. Algo
ocurre cuando el amor se materializa, pareciera tener peso
propio pero por demás abstracto, como si fuera algo mágico y
para siempre, que sólo pasa, sin escapatoria, y necesita que
sí o sí funcione a pesar de la realidad.
El pensamiento heterosexual, la composición familiar, social y
cultural son construcciones que abonan al sistema, y necesita
de esos moldes para retroalimentarse, cerrando un círculo
perfectamente cínico y ficticio. La realidad y el ser son más
complejos y diversos de lo que se cree, porque justamente se
anula la capacidad cognitiva y el pensamiento crítico.
En un plano donde estos conceptos forman parte de una
estructura internalizada y creada, difícil de romper en lo
práctico, sólo nos sujeta en el quehacer cotidiano y en un
solo modo de vida, que se cae de maduro porque se sustenta de
verdades ficticias y abstractas. O sea el paso de lo
psíquicamente incorporado a lo real genera una frustración.
Este sujeto neoliberal, se frustra culpándose de situaciones
que no sólo se relacionan con la pareja, sino que impacta en
todos los ámbitos y en el modo de relacionarnos,
individualizando las situaciones.
La falsa conciencia de clase y la sociabilización del género,
que obliga primero a adecuarse en uno de los dos posibles,
hombre o mujer, a reconocerse mediante los estereotipos en uno
de esos dos sexos, ocupando roles y castigando socialmente a
quien se atreva a corromper con esta lógica.
El cuerpo de la mujer es una de las últimas fronteras del
capitalismo, este no es un dato menor, ya que la mujer produce
mano de obra y consumo en su vientre, y la construcción
familiar creada, heterosexual y de reproducción, necesita ser
abonada constantemente por todos los medios y políticas
sociales posibles, desde varios frentes, bienes culturales,
medios de comunicación que retroalimenta a esa estructura
psíquica.
Entonces, ¿De qué manera construimos juntos? Dicen que el amor
es decisión, agregaría ‘diariamente’, así de simple y de
complejo puede ser. Pero necesitamos destilar los hábitos
incorporados e impuestos, en todo tipo de construcción, el
egoísmo que muchas veces se tiene, es una acción narcisista
fomentada, lejos de ser ingenua.
Cuando las personas se conocen, se abren y dejan salir su
personalidad, reflotan características simpáticas y otras no
tanto, en ambas se construye. Eso es parte de la construcción
fuera del ideario creado por la industria cultural, por todos
los bienes culturales que consumimos diariamente de manera
irracional.
Si nos remitimos a la frase del che, que dice: Un verdadero
revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor.
Amor a la humanidad, amor a la justicia y a la verdad,
sabríamos que esas son las estructuras de una verdadera
construcción en cualquiera de los rubros que atraviesa nuestra
vida.
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