recuento de un difícil tránsito por este mundo

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36 policía
Redacción
[Huasteca Hoy]
CIUDAD VALLES. Un agitado
pasado revive tras la muerte de
la maestra Dora Hilda Mayorga
Cruz, quien estuvo detenida por
ocasionar la muerte accidental
de dos personas, y a la postre su
padre y hermano fueron encarcelados, al ser acusados de secuestro y homicidio.
Dos niñas se quedaron sin
madre, pues el pasado jueves
ésta fue ultimada a balazos en las
afueras del restaurante de mariscos El 7 Mares, que se ubica en la
carretera al Ingenio, cerca del
fraccionamiento La Curva.
La víctima fue Dora Hilda de
30 años, educadora de profesión,
que laboró para una guardería
del IMSS que se ubica a inmediaciones de la colonia Altavista.
secuelas de un accidente
Desde 2005 la mujer quedó con
una discapacidad para caminar,
debido a las múltiples fracturas
que sufrió en un accidente automovilístico que presuntamente
ocasionó al andar bajo los influjos del alcohol.
Pero al menos quedó con vida,
porque en ese accidente murieron un hombre de edad avanzada
y un menor de edad que viajaban
en un vehículo que fue impactado por el coche de Dora, hecho
que tuvo lugar en el cruce que
conforman las carreteras VallesRioverde y Valles-El Naranjo, al
poniente de esta localidad.
Aunque en ese entonces fue
llevada de emergencia a un hospital, Mayorga Cruz fue custodiada por policías ministeriales, ya
que estaba acusado de haber cometido un doble homicidio imprudencial, y por lo tanto al salir
del nosocomio iban a llevarla directo a prisión.
Descubrimiento casual
A mediados de julio de 2003, en
Ciudad Valles fue secuestrado un
empresario de la industria metalúrgica identificado como
HUASTECA HOY
sábado 10 SEPTIEMBRE 2016
Recuento de un difícil tránsito por este mundo
El fin de una
vida marcada
por la tragedia
La maestra Dora Hilda, asesinada
frente al restaurante El 7 Mares,
enfrentó episodios fatales durante
sus 30 años de existencia; quedó
inválida en un accidente donde
provocó la muerte de dos personas, y
su padre y hermano fueron detenidos
por secuestro
Humberto Navarro Velázquez, y
por más de un año sus familiares
trataron de negociar con los delincuentes, sin poner al tanto a
las autoridades policiales.
En un principio los secuestradores querían varios millones de
pesos, y se comunicaban con la
familia Navarro esporádicamente, pero da la casualidad que en
2005, luego del accidente de
Dora Hilda, las llamadas telefónicas fueron más constantes e
incluso el monto del rescate que
pedían fue disminuyendo
drásticamente.
La última cifra que se informó de manera oficial fue 300 mil
pesos, y los parientes pactaron
entregar el efectivo en el basurero de Tamuín. Ahí hicieron el intercambio, y ya con su familiar a
salvo, los afectados pusieron la
denuncia correspondiente.
Los elementos de la Policía Ministerial del Estado obtuvieron las
características de un sospechoso
en base a varios testimoniales, y
era Sergio Antonio Mayorga Castillo, padre de Dora Hilda.
Al hombre lo habían visto merodeando constantemente las
oficinas del Ministerio Público,
porque no quería que su hija pisara la cárcel, pero tampoco tenían dinero para pagar la fianza
que había fijado el fiscal por la
muerte de las dos personas en el
accidente; sin embargo, en poco
tiempo inexplicablemente obtuvo el dinero y pagó.
Lo peor estaba por venir
Mayorga Castillo fue detenido y
llevado a prisión por el presunto
secuestro del empresario, y habría
dado información a los ministeriales sobre otras personas involucradas en el secuestro, entre
ellas su hijo Sergio Antonio Mayorga Cruz, quien fue capturado
meses después pero a los pocos
días quedó en libertad debido a
irregularidades en su detención.
Mientras estuvo en poder de
las autoridades, Sergio Antonio
habría confesado el plagio y asesinato de un niño de apenas cinco años de edad en el municipio
de Rioverde, por el que habrían
cobrado un rescate de medio millón de pesos.
Luego de obtener las evidencias necesarias, los ministeriales
consiguieron una orden de aprehensión en su contra.
El 29 de julio de 2004, el niño
Salvador de tan sólo 5 años de
edad, fue secuestrado en el municipio de Rioverde, y su osamenta
apareció casi un año después en
el fondo de un barranco en la Sierra Gorda, en los límites de San
Luis Potosí y Querétaro, exactamente en el kilómetro 4+200 de
la carretera que conduce de Tancoyol a Landa de Matamoros.
Fue Sergio Antonio Mayorga
Cruz quien presuntamente guió
a los agentes ministeriales al sitio exacto donde estaban los restos del menor, y a los pocos días
fueron detenidos otros integrantes de la presunta banda de
secuestradores.
Adiós familia
Quienes conocieron a Dora Hilda aseguran que después del accidente vehicular y de la
detención de sus parientes, ella
cambió drásticamente en su forma de ser; hizo muchas amistades por su amabilidad e incluso
era muy apegada a los niños de
la guardería donde laboraba.
Pero en lo familiar siguieron
las desdichas, porque a pesar de
que se casó y tuvo hijos, a últimas
fechas su relación sentimental se
fragmentó, y, con su muerte, el
destino decidió apartarla de su
madre y de sus hijas.
INFORTUNIO. Diversos hechos lamentables enfrentó la mentora en vida. (Archivo-HH)
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