71| RODRÍGUEZ, Ventura (Ciempozuelos, 1717 - Madrid, 1787) Proyecto para el nuevo Templo de San Bernardo. Sección. 1753 Dib/14/6/13 Dibujo sobre papel amarillento verjurado grueso : pluma, pincel, tinta negra y aguada gris ; línea de encuadre 443 x 638 mm, en h. de 470 x 664 mm. Barcia n.º 1665. Este bellísimo dibujo, trazado con una delicadeza y minuciosidad en los detalles verdaderamente extraordinarios, forma parte del proyecto que Ventura Rodríguez presentó, en 1753, para la construcción, no llevada a cabo, de la iglesia de San Bernardo en Madrid, como figura, además, en la firma de la sección que se conserva en la Biblioteca Nacional. Por otra parte, el proyecto representa con precisión la cultura arquitectónica de Ventura Rodríguez en esos años inmediatos a la fundación oficial de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en 1752, en cuyas actividades había participado desde 1744, mientras existió la Junta Preparatoria. El arquitecto no solo era, además, académico de mérito de la Accademia di San Luca de Roma, sino que también había consolidado, al lado de Sacchetti, su papel en la obra del Palacio Real y en su Capilla Real, y estaba construyendo la iglesia de San Marcos de Madrid, a punto de terminarla, habiendo presentado los proyectos para la iglesia del Pilar de Zaragoza en 1750, entre otras muchas obras. Se trata, por tanto, de un momento de madurez excepcional que continuaría, con expectativas luego no cumplidas, durante los años sesenta, aunque muchos de sus proyectos más ambiciosos no se construirían. Años, pues, en los que su cultura libresca y la experiencia práctica, a las que deben añadirse sus relaciones con otros artistas y arquitectos, le confirmaron en sus preferencias por la arquitectura romana moderna, la que vio a través de estampas y tratados, muchos de los cuales poseía en su biblioteca, como ya se ha visto (Chueca 1942; Reese 1976; Blanco 1995-1996). Sus referencias, en los proyectos, en las obras construidas, en los dibujos sin finalidad aparente y en sus escritos, son precisas: Carlo Rainaldi, Carlo Fontana, Bernini, Borromini, Juvarra, Guarino Guarini, Ferdinado Bibiena, Pozzo, entre otros. Y las fuentes grabadas que utilizó las conocemos por su biblioteca y también por las bibliotecas a las que podía tener acceso, la de sus amigos (Felipe de Castro) y las otros artistas y arquitectos, también italianos, la de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (que había visto crecer en esos años) y, posiblemente, las de nobles e intelectuales con los que mantenía estrecha relación. Además del conocimiento de obras francesas, del Vitruvio de Perrault a las obras de Jacques-François Blondel o de Cordemoy, las fuentes visuales fundamentales de su arquitectura fueron las publicadas sobre la arquitectura de Roma moderna, y entre ellas las obras de Francesco Borromini o Carlo Fontana (ya citadas en B 1659 y en B 1661, que poseía en su biblioteca) y las de Givanni Giacomo de Rossi, Insignium Romæ Templorum (Roma, 1684) y Disegni di vari altari e cappelle nelle chiese di Roma (Roma, 1688-1690), o la muy influyente de Domenico de Rossi, Studio d’Architettura Civile (Roma, 1702, 1711 y 1721), muchas de ellas presentes también en su biblioteca (Blanco 1995-1996). Y debe tenerse en cuenta que, en esos años, los tratados y repertorios mencionados eran referencias habituales en la arquitectura europea y en la misma arquitectura italiana, especialmente en la Accademia di San Luca. Ocurre con otros muchos proyectos de estos años, pero lo que es evidente es que en el proyecto para la iglesia de San Bernardo, que conocemos solo por esta sección, se reúnen, como en compendio, las referencias de la arquitectura romana citadas, vistas además, como resulta transparente, en las estampas de los tratados y repertorios mencionados. Ya Ceán (1829, t. 99 IV, p. 241), que debía haber visto el proyecto completo, así como otros dibujos de Ventura Rodríguez, de cuya colección también se hicieron eco Antonio Ponz y Jovellanos, lo describía de la siguiente y precisa manera: «Era elíptica su planta, y semielípticos el presbiterio y la entrada, adornada interior y exteriormente con el orden corintio, mucha escultura y ornatos del buen gusto romano». Como señalaron Chueca (1942) y Reese (1976) las referencias tipológicas, con la planta oval y el prolongado ábside, convertido en retrocoro por Ventura Rodríguez —y en este proyecto era la primera vez que lo hacía—, tenían ilustres precedentes en la arquitectura romana, de la iglesia de San Giacomo degli Incurabili en la via del Corso, comenzada en 1592 por Francesco da Volterra, o S. Andrea al Quirinale de Bernini, a las iglesias de Carlo Rainaldi en la Piazza del Popolo en Roma, terminadas por Bernini y Carlo Fontana (véase, en este catálogo, B 8448, con bibliografía a la que remito). La fachada fue reconstruida hipotéticamente en un apunte por Chueca (1942), señalando, con razón, que su composición derivaba de la de Sant’Andrea al Quirinale de Bernini, aunque sin el entablamento convexo. La planta, sin embargo, siendo elíptica en ambos casos, difiere en su direccionalidad, disponiéndose el eje principal en el lado más corto de la elipse en la iglesia romana y en el más largo, como en San Giacomo degli Incurabili, en la de San Bernardo. No obstante, en esta última muchos elementos decorativos del interior, como los ángeles que sostienen las guirnaldas en la base de la cúpula o las capillas situadas en las diagonales de la planta que presentan en su acceso un motivo frecuente, como ya se ha comprobado (B 1662), en su arquitectura, el de la puerta arquitrabada, entre columnas o pilastras, con balaustrada y tribuna sobrepuestas, parecen préstamos evidentes de la mencionada iglesia del Noviciado de los Jesuitas, de Bernini, aunque se trate también de un recurso recurrente en la arquitectura posterior, incluida la de Juvarra. Algunos de esos elementos, desde la fachada a la corona de ángeles con guirnaldas, fueron usados también por Carlo Fontana en diferentes proyectos (Tovar 1992) y se trata, en todos los casos mencionados, de obras que Ventura Rodríguez conocía a través de los repertorios de estampas ya citados, incluida la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, de Borromini, cuya presencia en su anterior proyecto para la iglesia de San Marcos de Madrid ya fue puesta en evidencia por Chueca (1949). Reese (1976, il. 99) restituyó, por su parte, la hipotética planta elíptica que podía deducirse del alzado de la sección de este dibujo, concluyendo que estaba inspirada en la de Carlo Rainaldi para la iglesia de Santa Maria dei Miracoli, una de los dos iglesias gemelas que trazó en la Piazza del Popolo, abriendo el tridente de las vías del Corso, Babuino y Ripetta. Y, ciertamente, junto al modelo de la planta oval de San Giacomo degli Incurabili, señalado por Chueca, la referencia a Rainaldi es evidente, solo que la planta de Santa Maria dei Miracoli mencionada por Reese es circular, mientras que la que sí es elíptica es su gemela iglesia de Santa Maria in Monte Santo, proyectos todos que conocía Ventura Rodríguez gracias a las obras de Giacomo y Domenico de Rossi, entre otros. [DR] 100