Módulo 42: “El sionismo como revolución” - Almagro

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Módulo 42:
“El sionismo como revolución”
La oposición a Herzl
La oposición que surgió en los círculos sionistas desde el momento en que
Teodoro Herzl inició sus actividades, se afianzó tras el fracaso de las negociaciones con
el Sultán otomano y los contactos con los políticos europeos, incrementándose el
número de críticos y escépticos en el seno del movimiento.
Los cuestionamientos se dirigieron especialmente a tres de los principios
enunciados por Herzl:
• Su preferencia por la actividad diplomática, que en la práctica implicaba siempre
una acción individual, condenaba a la pasividad a los demás miembros del
movimiento. Los críticos argumentaban que la liberación del pueblo judío debía
ser realizada por el mismo pueblo y no a través de fuerzas ajenas, aunque fueran
ellas las potencias hegemónicas de la época. Cabe recordar que en el Tercer
Congreso Sionista (1899) se adoptó sin objeciones la fórmula del “Chárter”,
utilizada por los colonos ingleses de Rhodesia, que consistía en una concesión
de los gobernantes de un país para introducir en él colonos a los que se les
conceden todos los derechos.
• Para evitar la irritación y oposición de las potencias a las aspiraciones sionistas,
Hertzl solicitó a los miembros del movimiento que se abstuvieran de intervenir
en los conflictos políticos internos de los diferentes estados. La solicitud
condenaba a la inactividad y a la desprotección a los judíos en cuestiones
vitales, particularmente en el este de Europa, en el momento en que las
comunidades judías estaban comenzando a dar señales de actividad.
• El abandono de la actividad cultural a pesar de sus declaraciones acerca de la
necesidad de volver al judaísmo. Cuando en 1902 Hertzl publicó su novela
“Altneuland” en la que profetizó los progresos sociales y tecnológicos de la
futura colonización judía en Eretz Israel, no abordó en ella las cuestiones de la
cultura y el idioma. Hertzl sostenía que los inmigrantes traerían a su nuevo país
las lenguas de las naciones en las que habían vivido, y que la más vigorosa,
probablemente la alemana, sería la que finalmente se impondría. No cabe duda
de que en realidad lo que más temía era la controversia en el campo sionista
entre los ortodoxos y los librepensadores, ya que los rabinos desconfiaban de la
penetración de tendencias laicas en la educación y la literatura.1
Todos estos elementos dieron origen a la formación de un grupo fuertemente
opositor, compuesto por jóvenes maskilim, que se presentó en el Quinto Congreso
Sionista reunido en Basilea en 1901 con el nombre de “Facción Democrática”.
Encabezada por Leo Motzkin2, Jaim Weizman y Martín Buber3 entre otros, esta facción
1
La discusión en torno al tema del idioma nacional se abordará posteriormente.
Leo Motzkin (1867-1933) Dirigente sionista nacido en Rusia. En 1889 fundo en Berlín la Asociación de
Estudiantes Sionistas. Participo en los Congresos Sionistas desde sus comienzos. Lucho por la obtención
de la igualdad de derechos para los judíos de Rusia. Ejerció la presidencia del Comité de Acción Sionista
desde 1925 hasta 1933. Participo en la Conferencia de Paz de Versalles como integrante de la delegación
sionista.
3
Martín Buber (1878-1965) Filósofo judío sionista nacido en Viena. Fue uno de los directores del órgano
de la Organización Sionista Mundial “Die Welt”. Fue profesor de filosofía y especialista en Jasidismo y
2
1
exigió que se subrayaran los elementos nacionales del sionismo, que se mostrase
firmeza ante los prejuicios religiosos, que se democratizara el movimiento en la
composición de los congresos y sus diversas instituciones, y que se profundizara en la
clarificación de la ideología y en la actividad cultural. A pesar de la inconmovible
posición de Hertzl, se llegó a un acuerdo, y el congreso eligió comisiones culturales
para varios países. Disconformes, los opositores ortodoxos de la facción organizaron a
su vez una conferencia que se reunió en Vilna en 1902, en la cual se constituyó un
grupo denominado Mizraji - iniciales de las palabras “Merkaz Rujaní”, centro espiritual
- con el objeto de contrarrestar la actividad cultural “secular” de la organización
sionista, y defender el sionismo político. Con el tiempo, el grupo “Mizraji” se convirtió
en la principal fuerza del sector sionista religioso.
Jaim Weizman
Nació en 1874 en la ciudad de Pinsk, Rusia Blanca. Fue partidario
de la agrupación “Jovevei Sión” y formó una asociación para difundir el
idioma hebreo. Cursó estudios universitarios en Alemania y se especializó
en química. En 1898 participó en el Segundo Congreso Sionista celebrado
en Basilea. Posteriormente participó en otros congresos y se opuso a la
idea de asentar al pueblo judío en Uganda. En 1913 presidió la comisión permanente del
XI Congreso Sionista en el que aprobó la moción de fundar la Universidad Hebrea de
Jerusalén. Durante la Primera Guerra Mundial intensificó los esfuerzos políticos con el
fin de obtener la Declaración Balfour. En 1918 por iniciativa del gobierno británico
partió hacia Eretz Israel al frente de la delegación sionista y en 1919 participó en la
Conferencia de Paz de Versalles. En 1920 fue elegido Presidente de la Organización
Sionista Mundial. En 1925 inauguró la Universidad Hebrea de Jerusalén. En 1929 fue
elegido presidente del XVI Congreso Sionista, cargo desde el cual promovió la
creación de la Agencia Judía. En 1931 renunció a los cargos en la Organización Sionista
y retomó sus investigaciones científicas. Con la ascensión de Hitler al poder en 1933
encabezó el Instituto Central encargado de fomentar el asentamiento de judíos alemanes
en Eretz Israel. En 1934 fundó el instituto Sieff, precursor del instituto científico de
Rejovot. En el XIX Congreso Sionista fue elegido nuevamente Presidente de la
Organización Sionista Mundial. Con el estallido de la Segunda Guerra mundial,
Weizman ofreció el apoyo del pueblo judío a los aliados. Entre 1945 y 1947 influyó en
la opinión publica norteamericana para que ayude a la creación de un Estado judío y
formuló ante la Comisión Investigadora angloamericana la solicitud de que se resuelva
la creación inmediata del mismo. El 14 de mayo de 1948 se proclamó la independencia
del Estado de Israel y Weizman fue elegido Presidente por el Consejo Provisional. En
1949 inauguró la Asamblea Constituyente que recibió el nombre de Kneset y que lo
eligió como Primer Presidente de Israel. En el mismo año fundó el Instituto Científico
de Rejovot y colocó la piedra fundamental del Centro de Biología Experimental. El 9 de
noviembre de 1952 falleció en Rejovot a los 78 años de edad.
Las voces de duda en torno al camino emprendido comenzaron a oírse también
en el seno de la vieja dirigencia del movimiento “Jovevei Sión”. Así se expresó Moisés
Leib Lilienblum:
Etica de la Religión judía. En su libro “Yo y Tu” desarrollo su teoría filosófica. Se estableció en Jerusalén
en el año 1938 y enseño sociología en la Universidad Hebrea. Fue uno de los fundadores del Brit Shalom,
una asociación de intelectuales que buscaban vínculos con la población árabe y era partidaria de un
Estado Binacional en Israel. Junto con Franz Rosenzwaig tradujo la Biblia al alemán moderno.
2
...“Lo fundamental para nosotros en este momento, no es el juicio de los pueblos, sino
una vida histórica y normalizada; esto sólo se logra en Eretz Israel aún sin el Chárter y
la opinión de otras naciones. Nosotros comenzamos la empresa y nuestros hijos
concluirán la construcción de la nación. Nuestro trabajo constituye una labor histórica
que implica una construcción a largo plazo. Es una construcción que exige la
colocación de una piedra sobre otra, de un ladrillo sobre otro. En una palabra: se
emprende la construcción desde las bases y no desde el techo, porque la base es el
ishuv y el pueblo, y el techo - el Estado”...
“Reshit Hatzionut”, página 147
También Menajem Usischkin4 afirmó:
...“Para que la tierra se convierta en la posesión del pueblo que construye allí su
centro, se debe continuar con la aliá y la realización. El pueblo debe ser fiel y
entregarse con su alma a la empresa; él debe regar la tierra con el sudor de su frente.
Sin el derecho de propiedad sobre la tierra, jamás será la Tierra de Israel
judía”...ibídem, página 147
Consigna de trabajo
Reflexiona y responde:
a. ¿Qué innovaciones ideológicas formuladas por los grupos opositores enriquecieron el
proyecto original de Teodoro Hertzl?
b. ¿Cuál es el orden de prioridades que estos grupos propusieron al movimiento
sionista? ¿Cómo justifican su posición?
Herzl consideraba que la colonización sólo tendría sentido si se podía realizar
en tal amplitud y de acuerdo a una planificación tal que permitiera, a corto plazo, el
traslado de una parte considerable del pueblo judío a Eretz Israel. Como en las
condiciones existentes esta idea era imposible, Hertzl exigió de la Organización Sionista
que se limitara a crear las condiciones políticas para el establecimiento de una población
judía autónoma y, después de logrado esto, comenzar el trabajo de colonización.
También los Jovevei Sión intentaron, en un principio, conseguir del gobierno
turco el derecho de colonización; pero convencidos de su imposibilidad, resolvieron
abocarse al trabajo sin previa seguridad legal. Hertzl no estuvo de acuerdo con seguir
este camino. Hasta tanto no fuera lograda la meta política de la Organización Sionista,
el Chárter, que otorgue derecho para una nueva aliá, autodefensa, autonomía de los
colonos y colonización con un plan previamente determinado, no debía haber una nueva
ola migratoria, y sólo se debían fortalecer las colonias existentes por obra de los judíos
que ya se encontraban en el país.
Constantemente muchos sionistas exigían de la Organización Sionista Mundial
la iniciación inmediata de la acción colonizadora en Eretz Israel. Al disminuir las
posibilidades de conseguir inmediatamente el Chárter, creció en la organización la
influencia de la orientación que exigía con todas sus fuerzas “trabajo práctico”.
4
Menajem Ussishkin: nació en Rusia en el año 1863. Fundador del Movimiento de “Jivat Sión” y uno de
los promotores del sionismo político. Polemizo violentamente con Herzl cuando este planteo la
posibilidad de establecer un Estado judío en Uganda. Emigro a Eretz Israel en 1903. Fue el presidente del
Keren Kaiemet Leisrael desde 1923 hasta 1941. En el año 1921 fue presidente del Ejecutivo Sionista. Fue
uno de los fundadores de la Organización de Maestros y de las instituciones que dirigían a la comunidad
hebrea del país.
3
Las propuestas alternativas
Aunque cada vez se hacía más evidente el contraste entre la realidad y los
proyectos, y se consolidaba el movimiento opositor, el Quinto Congreso significó un
punto crucial en la evolución del movimiento sionista, y un cambio en la actividad
política de Herzl.
El Keren Kaiemet Leisrael
El Keren Kaiemet Leisrael es el fondo del movimiento sionista para la
adquisición de tierras en Eretz Israel, su preparación para la colonización, y su cultivo.
Su creación fue decidida por el
Quinto Congreso Sionista en 1901, aunque el organismo recién adquirió su
conformación integral y jurídica en 1907, en base a la idea propuesta por el profesor
Tzvi Herman Schapira en la conferencia de Katowitz de los Jovevei Sión en 1884.
El objetivo del fondo es redimir las tierras de Eretz Israel de manos extranjeras y
convertirlas en posesión de la nación; por eso no pueden venderse sino sólo arrendarse.
El Keren Kaiemet redimió más de un millón de hectáreas hasta la creación del
Estado, y se dedicó también a la desecación de pantanos y al desarrollo de la
colonización. Hasta la Primera Guerra Mundial su prioridad fue la ayuda en el
establecimiento de nuevos asentamientos poblacionales. Con la creación del Keren
Haiesod en el año 1920, cuyo objetivo era promover la población judía en Israel y el
desarrollo económico del país, el KKL pasó a dedicarse exclusivamente a la compra de
tierras.
Con el establecimiento del Estado de Israel, el KKL modificó su orden de
preferencias y se dedicó a la forestación, la construcción de caminos en zonas alejadas,
y el mejoramiento de las tierras. Fueron construidos más de dos mil kilómetros de rutas,
alrededor de quinientas mil hectáreas fueron preparadas para el cultivo, y se plantaron
ciento cinco millones de árboles a lo largo y ancho del país. En el transcurso de su
historia el KKL llevó el mensaje de Israel a las masas del pueblo judío a través de la
educación sionista, la “alcancía azul”, las estampillas, y las inscripciones en el Libro de
Oro, profundizando el vínculo entre cada individuo y la obra de reconstrucción de Eretz
Israel.
La organización adoptó el principio de “Gueulat Hakarka”, redención de la
Tierra de Israel, y creó para tal fin el “Keren Kaiemet”, el fondo nacional judío,
destinado a la compra de tierras.
Consecuente con su posición, Herzl reinició en 1901 las negociaciones con
Turquía. Si bien el Sultán Abdul Hamid no rechazó de plano la propuesta de hacer
4
concesiones en el problema de la colonización judía en Palestina a cambio de la ayuda
económica que necesitaba para sanear sus finanzas en desorden, Hertzl no logró
persuadir a los banqueros judíos, reticentes a arriesgar su dinero y su tranquilidad en un
emprendimiento incierto que además tenía un neto carácter político. A mediados de
febrero de 1902 Hertzl viajó nuevamente a Constantinopla respondiendo a una
invitación del gobierno; durante las negociaciones se pusieron en evidencia ciertas
discrepancias: mientras que Hertzl exigía que se concediera a los judíos una sola
porción de territorio en Eretz Israel, el Sultán ofreció establecer a los judíos en distintos
puntos del Imperio Otomano. Tras rechazar la propuesta, defraudado en su expectativa
de Turquía, Herzl depositó sus esperanzas en Inglaterra.
La primera oportunidad se le presentó en 1902, cuando fue invitado a prestar
testimonio ante la “Comisión Real británica de inmigración”, un comité encargado por
el parlamento para estudiar el problema de la creciente inmigración de judíos de Europa
oriental a Inglaterra.5 Lord Natan Rothschild, el primer judío que ocupó una banca en la
cámara de los comunes y era miembro de dicha comisión, lo convocó a un encuentro en
el cual se habló de las perspectivas que se abrían para la colonización judía en territorios
gobernados por los ingleses en el Cercano Oriente. Si bien el informe de la comisión
condujo finalmente a limitar la inmigración, la prédica de Hertzl creó una corriente de
opinión que sostenía que “de algún modo había que compensar al pueblo Judío”. Herzl
consiguió entrevistarse con el secretario de colonias británico, Joseph Chamberlain, y
con el secretario de asuntos exteriores, Lord Landsdowne, a los cuales sometió a
consideración un plan de colonización judía en el distrito de El Arish, en la península
del Sinaí, territorio egipcio bajo protección británica y próximo a Palestina. Obtenida la
conformidad del gobierno inglés para entregar el territorio, y a pesar del favorable
informe acerca de las posibilidades de colonización de la zona y la disposición del
gobierno egipcio a conceder cierta autonomía al territorio, el proyecto no prosperó.
Aparentemente, la negativa egipcia al proyecto de irrigación de la zona con aguas del
río Nilo fue la causa del fracaso y la más amarga de las desilusiones vividas por Hertzl.
Desanimado, se decidió a dar dos pasos trascendentales que provocaron una
fuerte reacción opositora en las filas de sus partidarios en Europa oriental. El primero
fue su visita a San Petersburgo, capital del imperio de los Zares, en agosto de 1903,
con el objeto de neutralizar las influencias provenientes del más firme aspirante a
heredar las posesiones del Imperio Otomano, convencer a las autoridades de que
interviniesen ante el Sultán a favor de su proyecto, y lograr que permitiesen la libre
actividad sionista en el estado ruso. Cuatro veces fue recibido Hertzl por Pleve, ministro
del interior y hombre clave en el gobierno del Zar. Tras la serie de encuentros, el
gobierno ruso se comprometió a apoyar la acción de las organizaciones dedicadas a la
emigración en masa de los judíos rusos y a interceder ante el gobierno otomano en
sentido favorable a las aspiraciones sionistas. Si bien Pleve no legalizó las actividades
del movimiento en Rusia, Hertzl se marchó con la esperanza de que existía allí alguna
posibilidad de mejora de la situación, siempre que los judíos se abstuviesen de realizar
propaganda nacional judía en Rusia misma. A pesar de las críticas formuladas por los
dirigentes sionistas de Rusia por las negociaciones directas con el ministro responsable
del pogrom de Kishinev6, el judaísmo ruso recibió a Herzl como a un rey, y depositó en
sus gestiones todas las esperanzas respecto a un destino mejor.
Profundamente impresionado por la terrible situación en la que se hallaban los
judíos de Rusia, los actos de violencia antisemita que se produjeron en Galitzia y
5
6
Ver módulo 36 “Las Tempestades Sureñas”
Ver módulo 36, páginas 134-141
5
Argelia7, y las limitaciones a la inmigración de judíos de Europa oriental a países de
occidente, dio el segundo de los pasos que lo alejaron de algunos de sus partidarios:
presentó en el Sexto Congreso Sionista reunido en Basilea entre el 23 y el 28 de agosto
de 1903 la propuesta de colonización de Uganda en África oriental. Era ésta la
primera oferta oficial por parte de un gobierno en el sentido de permitir el
establecimiento de un Estado Judío independiente y soberano en una región
determinada.
En la apertura de las sesiones pronunció el siguiente discurso:
...“El gobierno de Su Majestad propone al movimiento sionista el territorio de Uganda
en África oriental como un refugio para el judaísmo mundial. La nueva tierra no posee
el valor histórico y sionista que posee la Tierra de Israel; no obstante, no tengo dudas
que el congreso recibirá el obsequio con un cálido respeto. La propuesta es
asentamiento judío autónomo; cuando escuché la propuesta pensé en la situación de los
judíos del mundo... no vi una opción diferente y por eso solicito el permiso de proponer
la cuestión al congreso. No es Sión, y Sión no será esta tierra para nosotros. Esta
propuesta es sólo un medio para facilitar la salida de los judíos; pero atención: sobre
una base nacional judía”...
ibídem, página 152
Si bien al inaugurar el congreso Herzl advirtió que no se trataba de cambiar a
Eretz Israel por cualquier otro territorio, sino de una colonización auxiliar, necesaria
para aliviar inmediatamente la suerte de las masas judías perseguidas, esta propuesta
constituyó una sorpresa para todos los delegados, que no sabían nada de las
negociaciones emprendidas individualmente por Hertzl con el gobierno británico.
Muchos vacilaron acerca de la posición que debían adoptar, pero se manifestó una
fuerte corriente opositora, especialmente entre los delegados rusos miembros de la
facción democrática, y de la agrupación "Jovevei Sión”.
...“No hay razón en un Estado diferente, aunque la tierra allí mana leche y miel”...
...“Si tendremos una posesión territorial en Äfrica ¿De dónde sacaremos fuerzas para
formular ante los distintos gobiernos las peticiones sobre Eretz Israel?”...ibídem,
página 154
Iejiel Chelnov8 agregó:
...”Siento que algo que estaba oculto en lo más profundo de mi alma y me parecía
sagrado, preciado e intocable, es ahora, en esta casa, dañado y profanado...
(Se dirige a Hertzl)...”Dirígete al pueblo y dile que Sión es su patria; el gran pueblo
entenderá nuestro amor a la patria y no nos restará su ayuda en este objetivo.
Sobre esto hay que decir que el mero planteo de la pregunta está basado en una
concepción equivocada que irradia sobre nuestro movimiento una luz lamentable. No
fueron los sionistas quienes crearon a Sión en su corazón, sino Sión y la aspiración a
ella quienes crearon a los sionistas. Observad la historia de Israel y veréis que la
aspiración a la tierra, de la cual el pueblo fue separado por dos mil años, atraviesa
como un hilo de oro nuestra historia. Pueden ver que no se trata de un fenómeno
casual, sino de una tradición que se continúa por generaciones sin interrupción.
7
ver módulo 36, páginas 152-154 y 162
Iejiel Chelnov (1863-1918): activista de Jovevei Sión, de los primeros en unirse al movimiento sionista
en Rusia. Durante la Primera Guerra Mundial participó en las negociaciones que llevaron a la Declaración
Balfour.
8
6
Pueden ver que nuestro movimiento no fue creado por nosotros, sino que creció sobre
el trasfondo histórico, y recibió en este momento la nueva forma adecuada al espíritu
de nuestra generación. Pero no sólo sobre nuestros sentimientos influyó Eretz Israel,
sino también en nuestra sicología: se fijó y se arraigó en nuestras almas la profunda
conciencia de la existencia de un vínculo inquebrantable entre Eretz Israel y la cultura
de Israel.”…
Ibídem, página 155
Frente a estos argumentos
propuesta:
se encontraron importantes posiciones de apoyo a la
...“Miles de judíos de Rusia, Rumania y Galitzia se encuentran en una situación
desesperada y ¿ustedes quieren rechazar esta gran propuesta? No debemos juzgarla
como políticos sino como judíos; antes de sionista soy un ser humano; y como sionista,
como judío y como hombre afirmo: si tienen la posibilidad de salvar a un hombre, no
eviten hacerlo”...ibídem, página 153
Israel Zangwill9 expuso también su posición:
...”Al dejarles a otros el papel de desarrollar las colonias en Eretz Israel tiendo a
dirigirme a otro lugar en búsqueda de una Eretz Israel temporaria. Todo territorio
que sea judío, bajo bandera judía, salvará el cuerpo y el alma del judío. Me temo
que Eretz Israel de un solo salto es un esfuerzo demasiado grande para nosotros;
incluso lo fue para Moshe. Él tuvo que conducir a su pueblo cuarenta años por el
desierto. El Sinaí fue el primer recorrido, y aquellos que creen que nada sacro o
judío puede acontecer fuera de Eretz Israel, deben recordar que los diez
mandamientos y la Torá de Moshe fueron entregados antes de que los judíos
llegaran a Eretz Israel…
ibídem, página
154
En la misma dirección Max Nordau agregó:
...”Antes del objetivo de la colonización judía en Eretz Israel, puede haber una
estación intermedia, temporaria: la construcción de un edificio temporario para los
cientos de miles de nuestros pobres hermanos – sean o no sionistas: alcanza con que
sean judíos - para ellos... que ya comenzaron el camino del peregrinaje, que ya se
encuentran entre océano y océano, entre continente y continente. Si no hacemos nada
por su salvación, para esos millares debemos preparar inmediatamente un refugio
nocturno, antes de que podamos ver una vivienda fija por generaciones. Como un
refugio de este tipo quisiera ver la colonia en la que el gobierno británico está
dispuesto a darnos tierras en las condiciones conocidas; pero será éste un refugio
nocturno único en su género. Como todo lo que nosotros los judíos logremos hacer,
será único, política y socialmente; será un refugio nocturno, que más allá de dar abrigo
y alimento a sus habitantes, les servirá de medio de educación política y social, un
medio educativo que acostumbrará a los judíos y al mundo entero a la idea de que
nosotros, los judíos, somos un solo pueblo, un pueblo que tiene capacidad y está
9
Zangwill Israel: escritor judío nacido en Londres en 1864. Uno de los precursores del sionismo en
Inglaterra. Adhirió a las ideas de Herzl y el sionismo político y fue un activo participante en los
Congresos Sionistas. Líder de la corriente territorialista. Trabajo en educacion y en literatura. Falleció en
1926.
7
preparado para desempeñar todos los papeles de un pueblo culto que vive por sí
mismo”...ibídem, página 154
Ante lo cual Dizengoff10, representante de la comunidad de Kishinev, replicó:
...“El pueblo judío aspira a una patria y no a un refugio temporario”...ibídem, página
154
Consigna de trabajo
Completa el siguiente cuadro basándote en los testimonios leídos:
Territorialistas
Sionistas de Sión
Argumentos a favor de la
propuesta
Argumentos en contra de la
propuesta
Reflexiona y responde:
a. A partir de los discursos analizados, ¿qué elementos nos permiten distinguir entre un
centro nacional judío y una nueva diáspora?
b. ¿Consideras que la propuesta de Uganda se ajustaba al ideario sionista? Justifica tu
respuesta.
El debate que tuvo lugar en el Sexto Congreso se dirigió al centro mismo del
significado del sionismo, y a las estrategias y tácticas destinadas a resolver el “problema
judío”.
La facción territorialista planteó que todos los esfuerzos del movimiento
debían concentrarse en la colonización de un nuevo territorio, Uganda u otro, ya que
no existían posibilidades de conseguir los derechos para la colonización en Israel.
Algunos de sus miembros fueron aún más lejos en sus argumentos: la relación entre la
aspiración emancipadora e Israel era concebida como fruto del romanticismo
reaccionario que había invadido el movimiento, producto de la influencia ejercida por
los Jovevei Sión. El movimiento debía desarraigar de las masas judías el sentimiento de
retorno al pasado; Eretz Israel, con los valores religiosos y culturales ligados a su
ascendiente místico, representaba un factor que consolidaba el dominio del pasado,
convirtiendo al sionismo en un movimiento regresivo.
Los sionistas de Sión, por su parte, resaltaron que la emigración a Palestina, a
pesar de todos los obstáculos, era un hecho. Además postularon que Israel era el único
país que podía movilizar a las masas judías, y que todo proyecto de colonizar otro país
era una traición a los ideales de redención y renacimiento judíos, ambos ligados
indisolublemente a la Tierra de sus ancestros.
En una atmósfera plena de tensiones se elevó la propuesta de enviar una
comisión de investigación a Uganda para analizar las condiciones de existencia en ese
10
Dizengof Meir (1861-1936) participo en los primeros congresos sionistas y se opuso al “proyecto
Uganda”. En 1904 fundo la sociedad “Gueula” para la compra de tierras en Eretz Israel. Fue uno de los
fundadores de “Äjuzat Bait” el barrio hebreo en las afueras de Iafo que se convirtió en Tel Aviv en
1909. En 1911 fue designado primer alcalde de esa ciudad.
8
territorio. Los resultados de la votación fueron concluyentes: de quinientos delegados
solamente ciento ochenta y cinco contestaron negativamente. Los dirigentes de Jovevei
Sión se retiraron del recinto, tomaron asiento en una sala vecina y “lloraron por Sión”.
Estaban convencidos que el proyecto Uganda tiraba por la borda el ideal del
resurgimiento nacional, y anulaba la constitución fundamental del sionismo, el
Programa de Basilea. Profundamente conmovedora fue la indignación de estos
idealistas, que estaban dispuestos a seguir sufriendo largos años en el infierno ruso con
tal de que se alcanzara el renacimiento nacional en la Tierra de Israel, donde se
eliminara no solamente la miseria material, sino también el sufrimiento espiritual del
pueblo judío. La organización sionista no se dividió, pero los llamados “sionistas de
Sión” iniciaron una vigorosa campaña contra el plan Uganda. Encabezada por Menajem
Usischkin, quien reprochaba a los líderes occidentales el estar “cegados por la política y
la diplomacia”, la asamblea reunida en Jarkov en octubre de 1903 resolvió enviar un
ultimátum a Herzl exigiendo que la organización sionista se abstuviese de considerar
proyecto territorial alguno que no estuviese dentro de las fronteras de Palestina y Siria.
Consigna de trabajo
Reflexiona y responde:
¿A qué alude M. Usischkin cuando afirma que “los líderes occidentales están cegados
por la política y la diplomacia?”
Finalmente, el conflicto quedó superado al año siguiente en una prolongada
reunión del Ejecutivo Sionista, en la cual Hertzl pronunció un conmovedor discurso
reiterando su lealtad a la causa de Eretz Israel:
...“Nadie podría reprocharme que no he permanecido fiel al sionismo si insistiera en
decir: voy a Uganda. Me he presentado ante ustedes con el plan de un Estado Judío...
en el folleto que publiqué me referí a Palestina o la Argentina... Si yo digo que me he
convertido en sionista y sigo siéndolo, si todas mis aspiraciones están dirigidas hacia
Palestina, ustedes tienen suficientes motivos para creerme”
Issaiev, B., “Teodoro Herzl”, biblioteca popular judía, página 20
La sesión, que concluyó con un voto de confianza para el ejecutivo sionista,
garantizó la unidad y la paz en el movimiento.
Interesado en demostrar su fidelidad al ideal de Sión, Hertzl renovó sus
intentos diplomáticos ante el Sultán en Constantinopla, en Roma frente al rey
Víctor Manuel, y por último ante el Papa Pío X y altos dignatarios de la iglesia a los
cuales aseguró la preservación de los Santos Lugares de la cristiandad en Palestina. No
cabe duda que Hertzl estaba muy lejos de abandonar la idea del retorno del pueblo judío
a su tierra. Lo que apreciaba en la oferta era la enorme importancia política que
implicaba el hecho de establecer un contacto permanente y estrecho con la más
poderosa de las potencias europeas. La idea del Estado Judío pasaba con ello de la
esfera de los sueños y los proyectos - al dominio de los convenios, tratados y alianzas
entre estados. Seguramente el creador del sionismo político hubiera finalmente hecho
suyo el arte de navegar en el océano de la política inglesa si las dificultades con que
chocó en sus primeros pasos, y una grave enfermedad, no hubieran ocasionado su
prematuro fallecimiento en 1904. Vivió cuarenta y cuatro años, y de ellos, los últimos
diez los entregó sin retaceos al servicio de la causa sionista.
La muerte de Herzl fue sentida por el pueblo judío como una catástrofe nacional.
Miles de personas provenientes de todos los confines de la tierra se dirigieron a Viena a
9
fin de rendirle al gran líder un último homenaje. En todas partes se realizaron
ceremonias en recuerdo a su persona. “El pueblo judío se encuentra en la situación de
duelo, tal como un hijo frente a la muerte de su padre”- publicaba un diario de la época.
Un colono de Eretz Israel describió:
“La colonia Rishon Letzion se vistió hoy de duelo. Todas las actividades fueron
suspendidas y todos los comercios cerraron sus puertas. Toda la comunidad, sumergida
en hondo pesar, se congregó en la sinagoga local. Hombres, mujeres y niños lloraron
desconsoladamente la muerte del líder.”
“Reshit Hatzionut” página 159
Ajad Haam, uno de sus más fervientes detractores expresó:
“Grandes hechos realizó Hertzl por el pueblo judío; nos dio el congreso, la
organización, y algo de lo cual ni él mismo era conciente: nos devolvió a nosotros
mismos”ibídem, página 159
De acuerdo a su testamento, sus restos fueron trasladados a Israel en 1949, y
enterrados en el monte que desde entonces lleva su nombre.
Consigna de trabajo
Analiza el legado de Teodoro Herzl a la vida judía, consignando los aspectos más
destacados que marcaron su quehacer político.
Las iniciativas y acciones de Teodoro
Hertzl y las reacciones suscitadas por su obra
animaron un amplio y creciente movimiento
sionista que aglutinó las corrientes místicas con
las tendencias políticas a favor de la creación de
un Estado Judío en Palestina. Por haber sido
quien convocó al Primer Congreso Sionista en
Basilea - la primera reunión de una asamblea
nacional judía de alcance mundial - y por haber
fundado la Organización Sionista Mundial,
Herzl ha sido identificado más que cualquier
otra persona con el surgimiento del sionismo
político. Junto a destacadas figuras del quehacer
judío comenzó a traducir sus sueños e ideales en
política, y la política en acción. La significación
histórica de su actividad residió en que fue el
primero que logró abrir un camino para el
Tumba de Teodoro Hertzl en Viena
sionismo dentro del judaísmo y de la opinión
pública mundial. Extrayéndola del anonimato como fenómeno marginal de la vida judía,
Herzl convirtió la búsqueda de una solución nacional al problema del pueblo judío en
una cuestión debatida en la arena política internacional, a la que desde entonces no ha
abandonado.
10
La ruptura entre el sionismo de Sión y el territorialismo
La muerte de Herzl sirvió para abrir de nuevo la grieta que había empezado a
cerrarse en la reunión del Ejecutivo Sionista. Mientras que los territorialistas sostenían
que “es preferible sionismo sin Sión que Sión sin sionismo”, se incrementaban las
tendencias “prácticas” entre los “sionistas de Sión”. Este grupo sesionó en la ciudad
alemana de Friburgo y acordó, entre otras, las siguientes resoluciones:
• El movimiento sionista rechaza toda actividad destinada al asentamiento judío
fuera de Eretz Israel.
• Se debe acrecentar la actividad colonizadora y “práctica” en Eretz Israel, ya sea
como finalidad o como medio.
• Sólo podrá ser miembro del Ejecutivo Sionista aquél que acuerde con las bases
ideológicas instituidas en el “Programa de Basilea
Estas dos posiciones se opusieron abiertamente durante el Séptimo Congreso
Sionista reunido en Basilea en 1905. En él Zangwill expuso su postura:
...”Queremos salvar a decenas y a centenares de miles de emigrantes y establecerlos
sobre tierra propia como una comunidad judía organizada. La emigración judía es un
hecho concreto; cien mil hombres abandonan Rusia cada año. ¿Por qué habrán de
diseminarse y ser devorados por civilizaciones extrañas que reducirán toda su vida
espiritual?”..
Dubnow S., “Historia Universal del pueblo judío”- Tomo X- página 429
Aunque su posición era comprensible, la mayoría del congreso no podía avenirse
a la idea de esa fundamental revisión del programa del movimiento propuesta por los
territorialistas y resolvió:
“La
Organización
Sionista
se
atiene
firmemente al principio fundamental del Programa de
Basilea sobre la creación en Palestina de un hogar
legalmente asegurado para los judíos”. Además decidió
desarrollar la colonización en Eretz Israel en medida
modesta, y postergar el establecimiento masivo de judíos
hasta el momento de obtenerse una concesión oficial o
“Chárter”, para lo cual se debían emplear todas las
energías del Ejecutivo, al frente del cual se eligió a David
Wolfson, que se había destacado en la administración del
órgano financiero del movimiento. Wolfson intentó
reanudar las negociaciones con el gobierno turco para la
obtención del “chárter”, pero ellas fueron infructuosas
como antes, en vida de Hertzl.
David Wolfson
(1855-914)
Segundo Presidente
de la Organización Sionista Mundial
Israel Zangwill y el grupo de delegados que lo apoyó se retiraron de la
Organización Sionista después que el congreso rechazó la idea de un centro autónomo
fuera de Eretz Israel, hecho que ocasionó la ruptura del movimiento y la separación de
11
una minoría disidente, que fundó en Londres la Organización Territorial Judía - lTO.
Esta organización estableció en su programa:
...”Nuestro propósito es obtener un territorio con derechos autónomos para aquellos
judíos que no quieren y no pueden permanecer en los países donde viven ahora. Con
este fin, la organización se empeña en unir a todos los judíos que están de acuerdo con
sus objetivos de entrar en relación con gobiernos y con instituciones públicas y
privadas que puedan y quieran ceder a los judíos un territorio, y crear instituciones
financieras, oficinas de inmigración y también otros órganos necesarios para la
finalidad indicada”..
.ibídem - página 430
Esta propuesta fue realizada en el mismo año en que los pogroms
contrarrevolucionarios arrojaban de Rusia a decenas de miles de judíos que se reunían
en todos los puertos de Europa esperando emigrar hacia América. Los territorialistas
comprendieron que era necesario dirigir esta continua corriente migratoria a una colonia
libre de Gran Bretaña o de otro estado, más allá de los Estados Unidos cuya capacidad
de absorción estaba ya colmada, y allí, con el acuerdo del estado soberano, establecer un
núcleo judío autónomo.
Los dirigentes de la ITO, que contaban con adherentes en Inglaterra y en menor
medida en Estados Unidos y Rusia, reiteraron permanentemente la importancia de los
esfuerzos diplomáticos y formaron una “comisión geográfica” que se ocupó
inmediatamente en buscar territorios en distintas partes del mundo. La comisión
presentó a la conferencia territorialista una serie de proyectos a fin de examinar
propuestas de asentamiento en Canadá, Mesopotamia asiática, Australia, Sudamérica y
África; pero las gestiones realizadas no condujeron a resultados satisfactorios. Ello
obligó a los territorialistas a trasladar su actividad del ámbito de la colonización al de la
regulación de la emigración a los Estados Unidos. Con el propósito de apartar la
corriente de emigrados de Nueva York y de los Estados del Este a los menos poblados
Estados del Oeste y del Sur, organizaron en los principales puertos de Europa el
transporte de emigrantes a Galveston, Texas, un puerto del sudoeste del país. Desde allí,
un comité especial se encargaba de enviar a los judíos a los Estados vecinos y les
buscaba ocupación. En Kiev, una sociedad de emigración creada por la ITO,
seleccionaba a los emigrantes y los trasladaba por tren hasta los puertos de donde salían
los barcos hacia Galveston. Si bien era ésta una obra práctica de gran importancia en los
años de crecimiento de la emigración, implicó el alejamiento de los territorialistas de
su propósito inicial, que consistía en concentrar a los judíos, y no en diseminarlos.
El último intento de obtener un territorio autónomo judío consistió en la propuesta
realizada en 1912 para establecer judíos en Angola, una gran colonia portuguesa en el
África occidental. Con este fracaso, y a pesar de haber contado con el respaldo de los
judíos acaudalados, dispuestos a colaborar para que la fuerte oleada de inmigración
judía del este europeo fuese orientada hacia lugares apropiados, la organización
territorialista puso fin a su existencia. Según el historiador Simón Dubnow, la principal
causa de la falta de éxito de la organización radicó en que el traslado de los centros
judíos resulta de grandes y complejos procesos históricos y no de movimientos
artificialmente dirigidos.
Consigna de trabajo
Reflexiona y responde:
¿Por qué los territorialistas no habrán logrado materializar el objetivo de un centro
territorial propio?
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La irrupción del Socialismo en el Sionismo
A comienzos del siglo XX la aspiración de unir al
Socialismo con el movimiento nacional judío cristalizó en la creación
de la corriente sionista socialista, cuya influencia fue decisiva en la
obra de renacimiento nacional expresada en el pensamiento y la
acción de los hombres de la Segunda Aliá.
Entre las personalidades más destacadas e influyentes de la
corriente ideológica socialista se encontraba Aaron David Gordon
(1856-1922), un pensador original cuyas teorías sirvieron como
núcleo y expresión de las aspiraciones morales e ideológicas que albergaron los obreros
judíos de Eretz Israel. En tanto que la mayoría de los pioneros de la Segunda Aliá
eran jóvenes, Gordon llegó al país en 1904, cuando contaba con cuarenta y siete años de
edad. En un ensayo escrito en 1911, titulado “Algunas Observaciones”, Gordon planteó
dos alternativas con las cuales, en su opinión, se enfrentó la comunidad judía de Eretz
Israel. A una la denominó “el camino práctico de los prudentes... la continuación de la
vida del Galut, con toda la prudencia práctica de los cortos alcances”, mientras que la
otra lleva a “la auténtica vida de renacimiento nacional”. El Galut no es para Gordon
solamente un lugar físico: es también un contexto psicológico y existencial, y es posible
una vida de exilio en Eretz Israel, al igual que en cualquier otro lugar. Galut significa la
carencia de autoconfianza, la dependencia de otro, el enajenamiento de una vida
creativa. El exilio y la alienación van de la mano.
...”Existe un solo camino que puede llevarnos a nuestro renacimiento: el camino del
trabajo físico, de la movilización de todas nuestras energías nacionales... Hasta ahora
no hemos conseguido logros nacionales porque nuestro pueblo aun no ha pagado el
precio por ellos. Un pueblo puede adquirir un territorio solamente por su propio
esfuerzo, utilizando las potencialidades de su cuerpo y de su alma, desplegando y
revelando su yo intimo. Se trata de una redención recíproca, pero el pueblo esta antes,
el pueblo precede a la tierra. Pero un pueblo parásito no es un pueblo viviente. Nuestro
pueblo puede ser devuelto a la vida solamente si cada uno de nosotros vuelve a crearse
a través del trabajo y de la vida cercana a la naturaleza. Así es como, con el tiempo,
podremos tener buenos agricultores, buenos obreros, buenos judíos y buenos seres
humanos. Por el otro lado, si en Palestina continuamos los cánones de vida de la
diáspora, con el pequeño mercadeo y lo que trae aparejado, las generaciones que nos
hereden proseguirán por el mismo camino aun más vigorosamente”...Avineri S., “La
idea sionista”, página 175
Consigna de trabajo
1. Reflexiona y responde:
¿Qué significa para Gordon crear una nueva diáspora en Eretz Israel?
2. Argumenta por qué la posición de Gordon implicó una respuesta a la propuesta de los
territorialistas.
Para Gordon, un ser humano lo es íntegramente sólo a través del contacto directo
con la energía contenida en la naturaleza. Ello puede obtenerse únicamente a través del
trabajo físico, donde lo humano y lo natural se integran en una nueva totalidad. La
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existencia del pueblo judío en la diáspora constituye un modo distorsionado de vida,
porque el pueblo no solamente perdió su patria sino también su tierra y el trabajo que
ella implicaba, siendo arrojado a una existencia marginal ligada al comercio y a los
negocios.
...”El camino del renacimiento nacional abarca cada detalle de nuestras existencias
individuales. Se exige a cada uno de nosotros que se transforme, para que el judío
galútico que lleva dentro llegue a ser un judío auténticamente liberado. De esta
manera, el ser antinatural, defectuoso y escindido que hay en su interior podrá
convertirse en un ser humano naturalmente íntegro, auténtico consigo mismo, para que
su vida galútica, determinada por influencias extrañas que impidieron su crecimiento
natural y su autorrealización, dé paso a una existencia que le permita desarrollarse
libremente, hasta alcanzar su talla total en todas sus dimensiones”..ibídem, página 176
Según Gordon, no tendrá lugar un renacimiento nacional sólo con una
inmigración geográfica a Palestina. Esto tiene que incluir un “retorno al yo” a través del
trabajo físico, y ello solamente es posible para los judíos en gran escala en la tierra de
Israel. La emigración a Palestina sin revolucionar radicalmente las estructuras sociales
judías no es más que una transferencia del exilio a la Tierra de Israel. Eso explica la
profunda aversión que experimentó Gordon, frente al proceso de gradual transformación
de los antiguos pioneros en terratenientes y comerciantes dependientes del trabajo ajeno.
Así, Gordon se unió al sionismo obrero, no porque compartiera la idea de la
lucha de clases o la visión de una redención socialista universal. Para él, el sionismo
obrero constituía el intento de crear una infraestructura económica para la comunidad
judía en Palestina, basada en el trabajo judío, que era en su opinión condición sine qua
non para el renacimiento judío. Para Gordon el sionismo no representaba simplemente
ni sustancialmente una revolución política sino, sobre todo, una revolución
socioeconómica y psicológica, sin la cual la revolución política seria superficial y vacía
de contenido.
Gordon dedicó mucho estudio a esta conexión entre lo que llamó “una vida
auténtica y natural”, y el trabajo físico. En algunos de sus trabajos llegó a utilizar la
frase “religión del trabajo”- Dat Haavodá. A través del trabajo, un pueblo se ata y se
conecta con su tierra y su patria. Una vez que se aparta del trabajo agrícola, se
desarraiga y se encuentra en camino de perder el control de su patria. Esto fue lo que le
ocurrió al pueblo judío, y las consecuencias son un pueblo distorsionado y débil, con un
sistema de valores totalmente extraviado.
Para Gordon el sionismo es una praxis real, que puede ser llevada a cabo por
aquellos que deseen participar en esa trascendental rebelión del pueblo judío contra su
propia historia. Dialécticamente el sionismo se halla entonces cercano a los
mandamientos básicos de la religión judía en tanto que modo de vida práctico, y no un
sistema de ritos o doctrinas ceremoniales. Ello otorgó a Gordon la justificación teórica
para ver a su “religión del trabajo” como dueña de connotaciones cuasi-religiosas dentro
de la tradición judía, a pesar de su radical rebelión contra la tradición misma.
Gordon creía en el poder revolucionario y benéfico del trabajo, del trabajo
manual y del retorno a la naturaleza, como el motor central en el proceso de
regeneración del pueblo judío. El cultivo de la tierra, que redimiría los campos de su
esterilidad, aportaría también el derecho moral de posesión de la tierra, y produciría el
renacimiento ético y espiritual de la nación hebrea. Su prédica sobre la fuerza redentora
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del trabajo se plasmó en el concepto de “kibush Haavodá”, la “conquista del
trabajo”, que se convirtió en el lema de los hombres de la segunda aliá.
La consigna de la “conquista del trabajo” fue entendida en dos sentidos básicos:
• Ubicación del trabajo en la cima de la escala de valores del pueblo que retorna a
su tierra, como condición de establecimiento de las bases de la existencia
nacional y la creación de una sociedad basada en la justicia y la igualdad social.
• Conquista del mercado de trabajo en todas las ramas de la economía por parte
del obrero judío, y las mejoras en sus condiciones de trabajo. De aquí el
concepto de “trabajo hebreo” como expresión de un sentido nacional y clasista
por igual.
Gordon nunca se vio a sí mismo como socialista en ningún sentido doctrinario,
aunque su pensamiento se convirtió en guía ideológica del partido “Hapoel Hatzair”el Joven Obrero- fundado en Petaj Tikva a fines del año 1905.
De gran influencia en los círculos obreros y los miembros de la Segunda Aliá
fue también la corriente sionista socialista, surgida en 1904, inspirada en el ideario de
Najman Syrkin. Najman Syrkin (1867-1924) nació en la Rusia meridional, estudió
economía en Berlín, activó en el movimiento socialdemócrata alemán de principios de
siglo XX, y participó en el Primer Congreso Sionista. Su ensayo “El problema judío y el
estado socialista judío” (1898) se destacó como un análisis profundo de los dilemas de
la vida judía bajo la influencia de la modernización, la emancipación, los conflictos
nacionales, y la lucha de clases. Syrkin trató de integrar su comprensión del
problema judío dentro del espíritu de una amplia filosofía socialista de la historia,
y enfatizó la dimensión socioeconómica en su critica radical de los procesos de
integración que vivían los judíos en la sociedad europea. Fue uno de los primeros
pensadores judíos en encarar la discusión en torno a las relaciones entre el socialismo y
el nacionalismo judío, en tanto el sionismo representó un desafío al postulado
tradicional del movimiento socialista acerca de que solucionaría el problema judío a
través de la transformación revolucionaria de la sociedad. Como el liberalismo clásico,
el movimiento socialista veía al judaísmo solamente como una religión y no como una
comunidad basada en lazos étnicos y culturales. En consecuencia, según esta
concepción, el “problema judío” no necesitaba un tratamiento específico, dado que en
una sociedad socialista auténticamente liberada, todas las religiones desaparecerían. En
desacuerdo, Syrkin polemizó duramente con muchos pensadores socialistas de origen
judío que veían en un socialismo indiferenciado y cosmopolita la panacea destinada a
solucionar el “problema judío” en todas sus manifestaciones. Para él, los socialistas
judíos que siguieron esa misma línea de argumentación, eran culpables de dos pecados
que resultaban de su ignorancia acerca de la naturaleza especifica del “problema judío”:
no solamente negaron su legado judío, sino también las bases socialistas de su propio
pensamiento.
...”En lugar de gritar primero como judíos y después elevar esta protesta al
nivel de lo universal... hicieron lo contrario. Quitaron a la protesta su carácter judío,
suprimieron toda referencia a sus orígenes y así se convirtió ésta, en otra variedad del
asimilacionismo judío”...
ibídem, página 153
15
De acuerdo a Syrkin, el cosmopolitismo no significa solamente la presentación
de algunas ideas universales generalizadas, sino la construcción de una visión universal
de redención basada en la realidad existente y sus fundamentos particulares,
conservando sin embargo la conciencia acerca de sus orígenes históricos concretos. Al
pasar por alto esta particularidad fundamental, los socialistas judíos llegaron a veces a
un universalismo abstracto, árido y sin vida.
Syrkin también afirmó que por ser el sionismo socialista la expresión de un
pueblo oprimido, el socialismo judío es diferente de los movimientos socialistas de otras
naciones, como por ejemplo del socialismo alemán, que daría expresión a los intereses
de una gran nación dominadora. Por otro lado, si el proletariado judío permanece fiel a
sus raíces históricas, en su lucha de clases expresará una protesta que posee dos
aspectos: la de su opresión clasista y la de su opresión nacional.
...”Como movimiento de protesta contra el sufrimiento judío, el socialismo puede
convertirse en la posesión común de todos los judíos, porque este sufrimiento afecta a
todas las clases: tanto al proletariado como a la intelectualidad, a la clase media como
a la alta burguesía. La posición del proletariado judío es paradójica: constituye, a su
manera, una clase universal auténtica”...
ibídem página 155
Por otra parte, Syrkin sostuvo que aquellos socialistas judíos que pensaron que la
lucha de clases internacional puede resolver el problema judío sin ligarlo explícitamente
al renacimiento nacional judío, estaban equivocados. Si bien el movimiento socialista
condenaba el antisemitismo, bajo condiciones de presión política extrema podía –por
razones tácticas- encontrar prudente eludir responsabilidades en su lucha pública contra
él. Al respecto Syrkin menciona la actitud ambivalente del Partido Socialista Francés
respecto al caso Dreyfus, que al principio afirmó que los socialistas no tenían que
entrometerse en el conflicto acerca de cual de los oficiales era realmente culpable de
traición. El hecho de que Dreyfus fuera judío y se convirtiera en el centro de una
violenta campaña antisemita fue simplemente ignorado durante un tiempo considerable
por el partido socialista. Sea como fuere, Syrkin sostuvo que el socialismo fracasa en su
intento de encontrar una respuesta específica al problema judío, mientras que ve al
sionismo como una solución más realista y realizable.
...”El sionismo tiene sus raíces en la posición económica y social de los judíos, en su
protesta moral, en sus esfuerzos idealistas por llenar de nobles contenidos sus míseras
vidas, y es impulsado además por las fuerzas activas y creativas de la vida judía”...
ibídem, página 156
La cuestión acerca del por qué el sionismo debía ser socialista, era para Syrkin
mucho más que una simple elección entre dos alternativas, históricamente simétricas. El
capitalismo es un hecho de la historia, mientras que el socialismo es una visión. Todas
las sociedades existentes son capitalistas porque se desarrollaron de esa manera dentro
del proceso histórico, no porque se hayan constituido conscientemente como tales.
...”Es inconcebible que la gente esté de acuerdo con la creación de un Estado
autónomo basado en la desigualdad social, puesto que ello equivaldría a establecer un
contrato social de servidumbre. No podrá establecerse ningún nuevo contrato social a
menos que esté basado en la libertad. Es meta de la acción social consciente al
convertir la realidad social de hecho en una sociedad basada sobre fundamentos
racionales y de esta manera elevarla moralmente”...
ibídem, página 156
16
La diferencia entre capitalismo y socialismo constituyó el centro de la naturaleza
ética del pensamiento socialista de Syrkin. El capitalismo es el peso muerto de la
historia, mientras que el socialismo es el fruto de la praxis humana consciente. Dado
que el sionismo es también un acto de rebelión humana consciente, comparte este
elemento con el socialismo.
Respecto al asentamiento judío en Eretz Israel sostiene Syrkin que debería
establecerse a gran escala, llamando a un amplio sistema de planeamiento social. La
tierra y el capital primitivo serán de propiedad pública y no privada. Más aun: un
estado judío basado en la propiedad privada no sería capaz de prestar atención a las
necesidades de la más oprimida de las clases judías - el proletariado. Según él, un estado
judío basado en el capitalismo está destinado al fracaso.
...”Solamente fusionándose con el socialismo, el sionismo podrá convertirse en el ideal
del pueblo judío todo: del proletariado, de la clase media, de la intelectualidad. Todos
los judíos serán parte del éxito del sionismo, y ninguno será indiferente. La esperanza
mesiánica, que siempre ha sido el sueño más grande del judaísmo exiliado, se
transformará en acción política”..
ibídem, página157
Ber Borojov (1881-1917) nació en Poltava, Ucrania,
en el hogar de un maskil simpatizante del movimiento de los
“Jovevei Sión”, y creció cercano al movimiento socialista
revolucionario ruso, muy activo por aquellos años. Sobre este
panorama de aspiraciones conflictivas entre una visión
nacional y el socialismo revolucionario, desarrolló un
programa sistemático que devino posteriormente en una
síntesis singular: la integración del nacionalismo judío con
la doctrina marxista ortodoxa, basamento ideológico del
partido “Poalei Sión” (obreros de Sión), que se destacó en
Rusia y en Polonia y luego en Eretz Israel como el
movimiento sionista más influyente en la clase obrera. Tal
síntesis entre marxismo y sionismo no fue una tarea fácil. El marxismo clásico y
ortodoxo veía al nacionalismo como a un mero fenómeno “superestructural” - es decir:
consideraba que los intereses puestos de manifiesto en la lucha de clases son los factores
determinantes del progreso histórico, y la idea nacional no es más que una “ideología”
confeccionada por la burguesía para legitimar sus intereses de clase particulares. No
caben dudas de que esta posición no facilitaba el desarrollo del movimiento socialista en
zonas como Europa oriental, donde los conflictos nacionales, lingüísticos y culturales
estaban situados en el centro mismo de la conciencia política de comienzos del siglo
XX. En el intento de hallar una legitimación coherente con el marxismo para el
sionismo socialista, el argumento básico utilizado por Borojov era que en el marco de
sociedades multinacionales la emancipación de la clase proletaria debería ir de la
mano con la emancipación nacional, ya que su opresión social deviene también a
causa de su nacionalidad. De tal manera, la nacionalidad esta enclavada en la
estructura social, y no es meramente “superestructural”.
La lucha de clases siempre tiene lugar, según Borojov, dentro del grupo socionacional. De allí que la lucha de clases tiene en todos los contextos históricos un
carácter específico, determinado por la historia particular y singular de aquella sociedad
nacional. Dondequiera que surja la lucha de clases, ésta se integra a la lucha nacional, y
por lo tanto Borojov ve el conflicto clasista desarrollando características especificas:
cuando la totalidad de un grupo étnico es conquistada y sojuzgada por otro, el
17
conquistador trata de imponer su propia estructura de clase. El proletariado de la
sociedad sojuzgada se halla bajo una doble servidumbre: como clase, por la
burguesía de la nación conquistadora y lingüística, y, nacionalmente, por la
totalidad de la nación opresora.
...”Con mucha más claridad se advierte el nacionalismo en los pueblos oprimidos.
Ellos siempre se encuentran en su vida de producción sufriendo condiciones
anormales: falta de soberanía política, de libertad de lengua y de desarrollo cultural”.
ibídem página 163
Por lo tanto la lucha nacional se transforma en una lucha social de las clases
explotadas contra las clases explotadoras de la sociedad nacional dominante:
...”Un pueblo sin tierra, que se encuentra despojado de condiciones de producción
propias, de una base económica propia, que se halla encajado dentro de relaciones
sociales extrañas, ya formadas, se convierte en forma natural en un grupo específico y
solitario, al que no se le dará la posibilidad de aproximarse a la población que posee
una base. A ese pueblo siempre lo acechará la competencia nacional; y no estando
preparado para la lucha, sin una base económica sobre la cual pueda sustentarse, ese
pueblo se halla expuesto a una acrecentada explotación”...
ibídem, página 14
Según esta concepción, solamente después de emanciparse de la dominación
extranjera el proletariado de una nación oprimida puede llevar adelante una verdadera
lucha de clases dentro de su propia sociedad.
En 1906 Borojov publicó “Nuestra Plataforma”, donde trató de aplicar los
principios resultantes de la relación entre el nacionalismo y la estructura clasista al
problema judío. En el caso del pueblo judío, Borojov distinguió a tres grupos sociales
importantes, cada uno de los cuales desarrolló su propia actitud hacia el nacionalismo:
la alta burguesía, la clase media (que incluye a la intelectualidad), y la clase obrera con
las clases medias en proceso de proletarización. La alta burguesía, los estratos
acomodados de la sociedad judía, tienden generalmente a la asimilación. A causa de que
la movilidad social hacia arriba es más fácil para los judíos de occidente que para los de
Europa oriental, la asimilación es más común entre ellos.
No obstante, la continua corriente migratoria de judíos orientales, y los
frecuentes pogroms, recuerdan muy a menudo a la alta burguesía judía el miserable
destino de sus hermanos. Para Borojov, la alta burguesía consiguió solucionar sus
problemas materiales a través del éxito económico y la integración dentro de la sociedad
capitalista. Sin embargo, el antisemitismo constituye una seria amenaza a la asimilación
de la burguesía, porque recuerda a todos la identidad y las conexiones judías de los
estratos más asimilados de la sociedad judía. En consecuencia, a pesar de su riqueza y
status económico, los miembros de la alta burguesía judía no están seguros. En última
instancia el antisemitismo la amenaza tanto como a las clases más pobres. Los
capitalistas judíos son vistos por la sociedad no solamente como capitalistas sino
también como judíos, y es por esta razón que un mero análisis económico de su
posición no contribuye a una comprensión adecuada de su situación. El antisemitismo
trasciende las clases sociales a pesar de sus distintos orígenes sociales y económicos.
Más allá de toda crítica, Borojov no solo vio lo estático en la vida judía, sino
fundamentalmente lo dinámico. Enseñó a comprender que la vida judía, con todas las
peculiaridades específicas que creó en el carácter nacional y social del pueblo, es
18
comparable a un río impetuoso que conduce, en su carrera estígica11, al desarrollo de
procesos continuamente renovados que se originan unos en otros, y se influyen
mutuamente. Por eso la diáspora, que es la expresión de la absoluta anormalidad del
pueblo judío, no es tampoco para él un estado de anquilosamiento en la historia judía,
aunque, por lo expuesto, requiere de una solución integral que resuelva tanto las
necesidades nacionales como las sociales del pueblo judío. La solución no sólo es
necesaria sino también posible, porque ella se encuentra dentro de la línea de los
procesos estígicos del pueblo mismo, que influyen y deciden la marcha de la historia.
Este principio de los procesos estígicos lo aplicó Borojov respecto de las fuerzas
impulsoras que estimulan la emigración a Eretz Israel.
...”El proceso de la emigración judía a Eretz Israel es un proceso estígico. Nace del
hecho de que en los anteriores países capitalistas de la emigración judía les es a los
judíos cada vez más difícil pasar a las formas más altas de producción. La necesidad de
emigrar no se torna más débil entre los judíos. Al contrario. Por el hecho de que son
económicamente expelidos debido a la competencia nacional, ella se fortalece cada vez
más; por eso los judíos se ven obligados cada vez más a dirigirse a Israel, como el
único país semi-agrícola a donde puede emigrar la burguesía pequeño- capitalista
judía”...
Finkielsztejn J., “Ber Borojov”, página 16
Esta teoría sobre los procesos estígicos provocó duras críticas, dado que para sus
adversarios confiar en esas fuerzas podía debilitar la participación activa de las masas
judías en la regulación de la emigración a Eretz Israel. Pero Borojov en modo alguno
negó el papel del hombre para influir en los procesos, y menos aún la significación de la
lucha activa del hombre para alcanzar sus propósitos.
Para Borojov, la emigración a América es la respuesta pasiva de estas clases a su
conflicto, porque acepta como un hecho la existencia misma de una sociedad burguesa
en Estados Unidos, y busca una solución dentro de la estructura socioeconómica
existente. Además, las masas de inmigrantes judíos llevarán de este modo el problema
judío a países y continentes que no lo conocían anteriormente. Por ello, el espectro del
antisemitismo se difundirá abarcando nuevas zonas y clases. Los intentos de los
inmigrantes judíos de integrarse dentro de una fuerza de trabajo productiva fracasaran
igualmente, situándose nuevamente en ocupaciones marginales. La pirámide invertida
de la estructura social judía - una estrecha base productiva con una recargada
cúspide de clases medias e intelectualidad - se volverá a repetir en el Nuevo Mundo.
En cambio, la emigración a Eretz Israel sería la respuesta activa a la encrucijada
en la que se encuentran. Respuesta activa en tanto va necesariamente combinada con la
creación de un nuevo sistema social, que dará lugar al surgimiento de una sociedad
revolucionaria. Lo que exige el problema judío, en tanto que conflicto nacional, es una
solución territorial.
Borojov arribó a la conclusión de que únicamente Eretz Israel es el lugar viable
para una solución territorial del pueblo judío, pues sólo allí es posible crear una
sociedad judía desde sus cimientos, y donde podrían estructurarse y mantenerse un
campesinado y una clase obrera judía. Un pueblo no puede ser independiente en tanto
no controle su propia infraestructura económica. Por ende la independencia económica
judía es posible solamente en el marco territorial en el cual los judíos constituyan la
base de la pirámide social. Esto solamente sería posible en Eretz Israel a través de la
11
La palabra “stigia” en ruso y en idish proviene de la voz griega “stoigeión” que significa base,
principio, material primario; alude a algo desorganizado, que no esta dirigido ni encaminado.
19
actividad consciente del proletariado judío en aras de la creación de una infraestructura
productiva en la Tierra de Israel. En su polémica con aquellos socialistas judíos que
veían en la revolución mundial la solución al problema judío, Borojov sostuvo que sólo
a través del establecimiento de una sociedad judía en Israel la lucha de clases judía se
integraría dentro de la lucha universal del proletariado mundial.
Consigna de trabajo
Reflexiona y responde:
a. ¿Cuál es el lugar que ocupa el nacionalismo en la concepción marxista de Borojov?
Fundamenta tu respuesta.
b. ¿Cuál es, según Borojov, el conflicto esencial del proletariado judío? ¿Qué solución
propone al mismo?
c. ¿A qué llama Borojov “la pirámide invertida de la estructura social judía?”
d. ¿Por qué consideraba este ideólogo que la concentración nacional del pueblo judío en
Eretz Israel es la única solución posible a la cuestión judía?
La Segunda Aliá
A comienzos del siglo XX, el ishuv judío en Eretz Israel se encontraba en una
situación de incertidumbre y opresión. Los veinte primeros años de colonización dieron
un resultado limitadamente satisfactorio en el aspecto agrícola, y constituyeron un
fracaso total en cuanto a los logros en el campo nacional y cultural. Las sequías que
castigaron la zona, y las pesadas cargas tributarias que impuso el gobierno otomano,
desalentaron la actividad colonizadora. La incorporación de mano de obra árabe, la
influencia de la Alliance Israelite y los funcionarios del Barón Rothschild, que
propiciaron la preferencia por el idioma francés y su cultura, y las migraciones de los
hijos de los colonos que no se veían atraídos por las tareas agrícolas hacia Estados
Unidos, Australia o París, colocaron al nuevo ishuv en una encrucijada. A ello hay que
sumar que la actividad política del movimiento sionista se hallaba en un punto muerto
tras la crisis de Uganda y la muerte de Hertzl. Si bien los “Sionistas de Sión”
constituyeron un movimiento opositor que luchó por el logro de la continuidad de la
colonización en Eretz Israel, su actividad se limitó a exigir en los congresos la
reivindicación inmediata del trabajo en Palestina sin consecuencias prácticas tangibles.
A pesar de la perplejidad reinante, comenzaron a escucharse voces que
estimularon la continuidad de la obra emprendida y la renovación del sueño de
liberación nacional.
Iosef Vitkin12, decepcionado por el fracaso moral de la Primera Aliá y por la
declinación de la colonización judía, convoco a una nueva Aliá y a nuevos y mayores
esfuerzos. Su proclama, publicada en marzo de 1905, se difundió rápidamente entre los
jóvenes de Eretz Israel y de Rusia, despertando en el seno de estos grupos un
entusiasmo renovado.
“A la juventud judía cuyo corazón está con el pueblo y con Sión:
¡Hermanos!
Los caminos que nos conducen al logro de nuestros objetivos de renacimiento nacional
se encuentran hoy inmersos en una gran neblina. Hemos abandonado y despreciado el
12
Vitkin, Iosef (Rusia 1876- Rishon Letzion 1912). Realizó su aliá en 1898. Maestro de Kfar Tabor, una
de las colonias fundadas por la primera aliá, y uno de los fundadores del partido “Hapoel Hatzair”.
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rumbo más largo y difícil y quizás el más seguro, porque exigía tolerancia, energía y
valor. Desconcertados y desilusionados por cualquier postergación o impedimento
retrocedimos ante los obstáculos y los pequeños sacrificios. Nuestra lucha no exige
dinero como pensamos hasta ahora sino amor por nuestro pueblo y nuestra tierra,
heroísmo y paciencia.
¡Únete, disciplínate a ti mismo a vivir o morir! Olvida todos los preciosos vínculos de
tu infancia; déjalos atrás para siempre sin sombra de pesar, y responde al llamado de
tu pueblo.
¡Despierta, levántate juventud judía, y ven en ayuda de tu pueblo! ¡Nuestro pueblo se
extingue, nuestro país puede deslizarse de nuestras manos para siempre!
¡Apúrate, héroe judío, renueva los días del Bilu con más fuerza y vigor, porque un poco
más y estaremos perdidos
“Haraaión Hatzioní Veakamat Medinat Israel”, página 132
Consigna de trabajo
Reflexiona y responde:
¿Qué motivó a Iosef Vitkin a manifestar su llamamiento? Relaciona con el contexto
histórico.
La innovación del llamado de Vitkin consistió en que por primera vez exigió una
Aliá fundamentada en las necesidades del país, para salvar a la colonización judía del
derrumbe total. En la misma dirección Menajem Ussishkin, dirigente de los “sionistas
de Sión”, subrayó en su folleto “Nuestro Programa” (1904) la necesidad de reemplazar
la mano de obra árabe por mano de obra judía; de otro modo, afirmó, “toda la obra
colonizadora estará construida sobre arena o, mejor dicho, sobre un volcán”. Eran estas
expresiones de un poderoso afán por realizar hechos positivos y concretos en el marco
de la crisis surgida en el seno del movimiento sionista por el proyecto de Uganda, la
incertidumbre por la situación del ishuv judío, y la creciente ola de violencia contra los
judíos manifestada en los pogroms que estallaron en Rusia en 1903 y alcanzaron su
punto culminante con el fracaso de la revolución de 1905, en la que afiliados y
simpatizantes de varios partidos políticos se vieron desilusionados por sus resultados.
Así, de la insatisfacción del Galut, de las necesidades de la colonización en
Palestina, y del deseo de acción del sionismo socialista, emanó a comienzos de 1904 un
nuevo impulso para la realización nacional: la Segunda Aliá. Hombres del pueblo,
empapados de la fe en sus propias fuerzas y en las fuerzas de su pueblo, impregnados de
autoconciencia, lealtad y disposición para el sacrificio por el ideal, forjaron el cambio
decisivo a la empresa de renacimiento nacional en Eretz Israel.
La nueva ola migratoria que se inició en 1904 y se prolongó diez años, llevó al
país a unos cuarenta mil inmigrantes, en su mayor parte jóvenes y miembros
empobrecidos de la clase media, influidos en mayor o menor grado por los ideales
socialistas, procedentes de Rusia, Lituania y Polonia.
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David Ben Gurión con su familia en Plonsk
A pesar de que muchos de ellos terminaron por marcharse del país, los
integrantes de esta aliá no sólo incrementaron y vigorizaron la comunidad, sino que
además transformaron completamente su carácter, sus instituciones y sus aspiraciones.
El contacto con la situación reinante en el ishuv definió con creciente claridad
las metas y aspiraciones de los hombres de la Segunda Aliá. Hacia 1904 existían en
Eretz Israel unas veinte colonias judías en las cuales trabajaban en su mayoría obreros
árabes, hombres obedientes y dóciles, que se conformaban con bajos salarios y eran
expertos en las condiciones del clima y del trabajo.
En la zona de Iehudá y Shomrón los colonos de la primera aliá abandonaron el
trabajo de la tierra y se limitaron a cumplir el papel de capataces de sus obreros, al
tiempo que sus hijos emigraron de los poblados rurales para radicarse en las ciudades o
en el extranjero. Más allá de la depresión política y económica existente, lo que
verdaderamente consternó a los nuevos olim era la desmoralización que se apoderó de
la población judía.
En sus aspiraciones de conquistar todas las opciones de trabajo y enfatizar el
concepto de trabajo hebreo, los hombres de la Segunda Aliá se encontraron con la
oposición de los miembros de la Primera Aliá, renuentes a despedir a sus trabajadores
árabes.
“Fui jornalero”- declaró cierta vez David Ben Gurión en la Knesset, y había un dejo de
amargura de aquellos días en que debió soportar la diaria humillación de los
empleadores, judíos granjeros de las colonias de Iehudá, que elegían con total
indiferencia a los jornaleros que necesitaban para el trabajo del día. Veinte años atrás,
esos mismos granjeros habían sido idealistas y soñadores. Al llegar de Rusia,
conservaban todavía en sus corazones el ardor sionista. Pero con el paso de los años se
hicieron irreconocibles. Se transformaron en patrones. El oro del filántropo, el Barón
Edmond de Rothschild, fue el causante de este vuelco en sus corazones. El Barón, que
era un hombre de visión, compró tierras, creó colonias agrícolas, envió expertos e
instructores para ayudar a los colonos... Los primeros, después de una época de
ímprobos esfuerzos, consiguieron echar raíces en las colonias del Barón. Pero a
medida que el filántropo les facilitaba el dinero, iba enfriándose su ardor pionero. Ya
22
no salían a trabajar los campos, y por una salario irrisorio empleaban trabajadores
árabes.
Bar Zohar, M., “Ben Gurión, una biografía” página 27
David Ben Gurión
Nació en 1886 en Plonsk, Polonia. En 1903
participó en la fundación del partido “Poalei
Sión”. En 1906 emigró a Eretz Israel y trabajó
como obrero agrícola en diversos poblados. En
1909 se instaló en Jerusalén, siendo editor del
periódico “Äjdut” (Unidad), órgano de expresión
de los trabajadores judíos. Entre 1912 y 1914
estudió Leyes en Turquía y regreso a Eretz Israel al
comenzar la Primera Guerra Mundial. Poco
después fue expulsado por las autoridades turcas y
se dirigió a los Estados Unidos. Actuó en diversos
organismos sionistas y reclutó voluntarios para los
cuerpos judíos que luchaban con los Aliados.
Regresó a Eretz Israel en 1912 y se contó entre los
fundadores del partido “Äjdut Avoda”, siendo
elegido su presidente. En 1930 este partido se
unificó con “Hapoel Hatzair” (El Joven Obrero) y se constituyó el Partido del Trabajo
de Eretz Israel (Mapai). Como representante de Mapai, Ben Gurión participó en
diversos congresos judíos y en el Vaad Hapoel (Consejo Ejecutivo de la comunidad
judía en Eretz Israel). Entre 1921 y 1935 actuó como Secretario General de la
Histadrut. En 1933 fue nombrado presidente de la Agencia Judía. Como representante
de este organismo se presentó ante diversas comisiones británicas de investigación. En
1942 participó en el Congreso Sionista reunido en el hotel Baltimore en Nueva York
siendo uno de los creadores del denominado “Plan Baltimore”. Fue presidente del
Consejo Provisional del Pueblo que proclamo la independencia del Estado de Israel
siendo nombrado Primer Ministro y Ministro de Defensa. Desde este cargo ordenó la
creación de Tzahal (Ejercito de Defensa de Israel), sobre la base del servicio militar
obligatorio y ordeno trasladar las oficinas del gobierno israelí a la ciudad de Jerusalén
declarándola capital del nuevo estado. Ante las provocaciones árabes ordenó llevar a
cabo en 1956 la “Operación Sinaí”. Desempeñó un papel fundamental en el
acercamiento a Alemania occidental. Desde la creación del Estado hasta el año 1963
ejerció las funciones de Primer Ministro y Ministro de Defensa, con excepción de un
período entre 1953 y 1955 donde se estableció como pionero en el kibutz Sde Boker en
el Neguev. En 1963 renunció a su cargo definitivamente pero continuó siendo miembro
de la Kneset. Fundó un nuevo partido, Rafi, que posteriormente se unificó con “Mapai”
y “Ajdut Avoda” constituyendo el Partido Laborista Israelí. Falleció en 1973 y fue
sepultado en Sde Boker.
A pesar de su disposición para el sacrificio, resultó muy pesada la lucha por la
conquista de posiciones de trabajo en las colonias. En esos días, los obreros judíos de
Eretz Israel, decepcionados por el lento desarrollo de la colonización, buscaron nuevos
caminos para el logro de sus objetivos.
23
La siguiente proclama, firmada por representantes de diversas agrupaciones no
obreras, como docentes y periodistas, que apoyaron la causa de los colonos en pro del
trabajo hebreo puro, refleja el espíritu de lucha que impulsó a la acción a los hombres de
la Segunda Aliá:
...“ El trabajo hebreo es uno de los pilares del renacimiento de nuestro pueblo en su
tierra. Así como es imposible que un pueblo viva sin un idioma nacional y una tierra
propia bajo sus pies, es imposible que un pueblo no posea su propia masa de
trabajadores. Todo asentamiento que se construye sobre la base de trabajo extranjero
no tiene ninguna base de subsistencia”...“Haraaión Hatzioní Veakamat Medinat
Israel”, página 134
Consigna de trabajo
1. Analiza la siguiente frase: “El mandamiento del sionismo en aquellos días era
‘trabajo judío en la tierra judía’. Sólo así aseguraría el pueblo su derecho a la Tierra de
Israel”.
2. Relaciona la misma con la realidad creada en el campo del trabajo por los miembros
de la Primera Aliá
Los medios para el logro de la “conquista del trabajo”
A fin de realizar el principio de la “conquista del trabajo” y superar las
dificultades que presentaba la labor de colonización, los hombres de la Segunda Aliá
emprendieron diversos caminos:
• Creación de partidos políticos y organizaciones obreras.
• Apoyo del Movimiento Sionista a fin de fortalecer la posición de la clase
obrera judía en el ishuv.
• Creación de nuevos marcos de trabajo y asentamiento colectivo.
Creación de partidos políticos y organizaciones obreras.
La participación en organizaciones partidarias y federaciones obreras era una
actividad conocida y admitida por los inmigrantes de Europa Oriental a partir de la
experiencia desarrollada en sus países de origen. Con el fin de facilitar la lucha por
mejorar las duras condiciones laborales existentes en Eretz Israel y reforzar las
tendencias sionistas socialistas, los miembros de la Segunda Aliá enfatizaron la acción
política, creando marcos partidarios cuya intención fundamental era el logro de los
objetivos nacionales.
De esta forma definió el partido obrero “Hapoel Hatzair”, fundado en Petaj
Tikva en 1905 por inspiración de A. Gordon, sus metas básicas:
...”Conscientes de que mientras no exista en Eretz Israel un partido de obreros judíos,
grande en número y fuerte en calidad, no tendrá ningún sentido nuestro trabajo
nacional, nos proponemos como objetivo fundar un partido cuya función esencial sea la
realización del sionismo en general, y una preocupación particular en la conquista del
trabajo en manos judías...”
ibídem, página 136
24
El partido consideró que su tarea principal consistía en cimentar una agricultura
judía en la labor de trabajadores judíos, y su penetración en todos los sectores de la
economía del país, como así también la revitalización espiritual basada en el idioma
hebreo como lengua de uso diario y vehículo de creación cultural. Los mejores valores
literarios del país se integraron en el periódico del partido, llamado también “Hapoel
Hatzair”, cuya sección literaria fue dirigida durante cierto tiempo por el escritor Iosef
Jaim Brenner13.
Iosef Jaim Brenner
( 1881-1921)
Simultáneamente a la fundación del partido “Hapoel
Hatzair” varios miembros de la Segunda Aliá afiliados al
partido socialdemócrata “Poalei Sión”, fundado en Rusia en
1903 inspirado en el ideario de Ber Borojov, fundaron el
partido obrero socialdemócrata hebreo “Poalei Sión” afiliado
a la federación mundial de estos partidos constituidos en la
diáspora.
Su objetivo inmediato era crear en Eretz Israel condiciones sociales y políticas
normales. , que permitiesen a los obreros judíos plasmar los ideales socialistas
revolucionarios. Los Poalei Sión, que al principio publicaban sus escritos en idish,
comenzaron a editar en 1910 un periódico en lengua hebrea titulado “Heajdut” - La
Unidad.
En la práctica ambos partidos obreros se asemejaban en su plan de acción: la
conquista del trabajo, el énfasis puesto en los objetivos nacionales, y el fomento de la
cultura hebrea. Sus esfuerzos combinados establecieron las bases para la creación de
nuevas formas de asentamiento agrícola y organismos autónomos, que posteriormente
se desarrollaron para formar las instituciones independientes del ishuv.
No resulta así sorprendente que los miembros activos de estos partidos y sus
compañeros - Berl Katznelson, David Ben Gurión, Itzjak ben Tzvi, Iosef Shprintzak14
y otros - ejerciesen funciones ejecutivas en la comunidad judía de Eretz Israel y se
destacaran entre los políticos más importantes del futuro Estado Judío.
Además de la lucha por el derecho al trabajo, los obreros judíos trataron de
mejorar sus condiciones de vida, destacándose desde un principio su desarrollado
sentido de la solidaridad
13
Iosef Jaim Brenner escritor hebreo nacido en ucrania en 1881. En el año 1900 publico su primer cuento
“Miga de pan”. Durante un tiempo fue el redactor de folletos del Bund pero sus ideales lo aproximaron al
Movimiento Obrero Sionista y a la lengua hebrea. Sirvió en el ejercito ruso pero deserto y huyo a Londres
donde fundo el periódico hebreo “Hameorer”. En 1909 llego a Eretz Israel y se instalo en Jerusalén.
Durante la Primera Guerra Mundial residió en Iafo y enseño en el Gimnasio Hertzlia. Participo en todas
las publicaciones obreras. En 1920 vivió en la Galilea trabajando en la pavimentación de caminos. En
1921 volvió a Iafo y en mayo de ese año fue asesinado por árabes durante las revueltas que tuvieron lugar
en ese periodo.
14
Iosef Shprintzak: nació en Rusia y desde joven se enrolo en las filas del sionismo hasta convertirse en
líder del movimiento de los “Tzeirei Sión”. Se radico en Eretz Israel en 1908 y continuo como dirigente
del movimiento del “Hapoel Hatzair”. Fue uno de los fundadores de la Histadrut, ocupando el puesto de
Secretario General. En 1949 fue electo Presidente de la Primera Kneset.
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Itzjak ben Tzvi (1884-1963)
Dirigente fundador del Movimiento obrero y segundo
Presidente del Estado de Israel. Fundo con Borojov el
partido “Poalei Sion”. En 1907 llegó a Israel y se dedicó
a la actividad organizativa e ideológica de su partido. En
1908 se estableció en Jerusalén y fue uno de los primeros
maestros del Gimnasio hebreo. En 1909 participó en la
fundación de la organización “Hashomer”. De 1912 a
1914 estudió leyes en Constantinopla junto con Ben
Gurión. Al estallar la Primera Guerra volvió a Eretz
Israel de donde fue expulsado en 1915 y partió a Estados
Unidos, donde, junto a Ben Gurion, fundó “Hejalutz” y
promovió la movilización de voluntarios para que se
unieran a la Brigada Judía, con la cual volvieron a Israel
en 1918. Participó en el establecimiento del partido
“Ajdut Avoda” y luego, en la unificación con “Hapoel
Hatzair”, creándose Mapai en 1930. En 1931 fue elegido Presidente del Consejo
Nacional. Fue diputado por “Mapai” desde el establecimiento del Estado hasta 1952,
cuando se lo designó Presidente del Estado. En 1957 fue reelecto por segunda vez y en
1962, por tercera. En su memoria se fundó en Jerusalén un instituto de investigación
sobre Eretz Israel y las dispersiones judías.
Berl Katzenelson (1887-1944)
Dirigente e ideólogo del Movimiento Obrero en Eretz Israel.
Durante su juventud en Rusia activó en el movimiento socialista
judío. En 1909 llegó a Eretz Israel y se convirtió en la figura
central del Movimiento obrero. Fue uno de los fundadores de la
“Comisión de obreros de la Galilea” núcleo de lo que
posteriormente sería la Organización de Agricultores, de la
Confederación de Trabajadores y del partido “Poalei Eretz
Israel”. En la Primera Guerra Mundial se presentó como
voluntario en la Brigada Judía. Actúo a favor del establecimiento
de “Ajdut Avoda”, que en 1919 reunió a “Poalei Sión” con
grupos apartidarios. Representó a este partido y a la Histadrut
ante las instancias del Movimiento Sionista y del Movimiento Laborista Internacional.
Fundó el diario “Davar” y la editorial “Am Oved”. Se opuso tenazmente a la corriente
de izquierda radical en la Histadrut y también a los revisionistas encabezados por
Jabotinsky. Murió en Jerusalén y fue enterrado en el cementerio a orillas del Kineret.
Apoyo del movimiento sionista a fin de fortalecer la posición de
la clase obrera judía en el ishuv
Los círculos obreros y sus organizaciones buscaron caminos para fortalecer su
posición en el ishuv, intentando influir en las instituciones del movimiento sionista. Los
partidos “Poalei Sión” y “Hapoel Hatzair” aspiraron a una mayor representación en los
Congresos Sionistas con el fin de ubicar la cuestión del asentamiento en Eretz Israel
como prioridad en la actividad del Ejecutivo, y lograr su apoyo financiero a través del
26
Keren Kaiemet y el Anglo Palestine Bank15 para la construcción de nuevas colonias y
asentamientos.
Esta política de las organizaciones obreras confluyó con la posición de los
sionistas prácticos que, tras los fracasos en los esfuerzos diplomáticos para conseguir el
Chárter, orientaron el rumbo de los Congresos hacia la organización y desarrollo del
ishuv en Eretz Israel. Estas tendencias, y las necesidades coyunturales de la comunidad
en Israel, llevaron a la creación de la “Oficina Eretzisraelí”, al frente de la cual
designaron a Arthur Ruppin16. El objetivo de la oficina era materializar la fuerza de
las instituciones sionistas en Eretz Israel, y direccionar todas las actividades
relacionadas con la compra de tierras y el asentamiento.
Más allá de las buenas intenciones, el cometido de la Oficina Eretzisraelí era
muy difícil, pues, considerando a fondo la situación, no existían prácticamente medios
para el trabajo colonizador. Los escasos ingresos del KKL solamente podían ser
invertidos, de acuerdo a los estatutos, en la compra de tierras, mientras que el Anglo
Palestine Bank era sólo una pequeña institución de crédito que no podía invertir
capitales en empresas arriesgadas de colonización. Para atraer capitales privados a la
acción constructiva del país se creó en 1908, a propuesta del Dr. Ruppin, la “Jevrat
Hajsharat Haishuv”, sociedad privada para la compra de tierras. Su función era
adquirir terrenos, dividirlos en parcelas, y prepararlos para la colonización, con el objeto
de ayudar a los trabajadores que inmigraban faltos de medios a una exitosa adaptación
en el campo agrícola. Casi todas las tierras compradas por el KKL fueron adquiridas por
medio de la “Jevra”, lo mismo que una gran parte de las compras privadas. Junto a la
Oficina Eretzisraelí logró, además, absorber nuevos inmigrantes, crear barrios en las
poblaciones urbanas, y estimular nuevas y diversas ramas de la economía. De este modo
la Organización Sionista comenzó su trabajo práctico en Eretz Israel en las mismas
condiciones jurídicas en que lo habían hecho, veinticinco años atrás, los Jovevei Sión.
Creación de nuevos marcos de trabajo y asentamiento colectivo.
En los años 1907-1908, los obreros de Eretz Israel llegaron a la conclusión de
que la participación individual en el trabajo agrícola no llevaría a un progreso
significativo. El número de trabajadores judíos era muy pequeño como para lograr la
conquista de todo el trabajo en las colonias, y la competencia con los trabajadores
árabes era cada vez más difícil. Muy a menudo los nuevos olim se hallaban sin trabajo.
A fin de remediar la situación y en lugar de la obtención de puestos aislados de trabajo,
a comienzos de 1908 se llevó a cabo en Sedyera el primer intento colectivo, bajo
responsabilidad común de los obreros, de trabajo agrícola hebreo.
Mijael Bar Zohar relata en su libro el paso de David Ben Gurión por la colonia:
...”Sedyera era una colonia pequeña: dos filas de casas alargadas, de piedra, con
techos rojos. En el centro, entre cercas de basalto, ringlas de frutales, arbustos de
pimiento y eucaliptos, reptaba un sendero de tierra hacia lo alto de la loma, donde se
15
Inició sus actividades en 1903 y se desarrolló hasta convertirse en el banco más grande e importante de
la creciente población judía en Eretz Israel.
16
Arthur Ruppin (1876-1942) economista, sociólogo y dirigente sionista en Eretz Israel. Nació en
Alemania y fue director del Instituto Judío de Estadística en Berlín. Llego a Israel en 1908. Fue el
encargado de abrir en la ciudad de Iafo una oficina de la Organización Sionista. En 1921 ocupo el cargo
de Director del Departamento de Colonización de la Agencia Judía. Fue profesor de sociología en la
Universidad Hebrea de Jerusalén.
27
alzaba la escuela granja que dirigía el agrónomo Krausse, que daba ocupación a ocho
obreros y a algunos oficinistas. Vivían en Sedyera varias decenas de granjeros, de
todos los orígenes: ashkenazim, sefaradim, nativos de Polonia, Kurdistán y el Yemen, e
incluso algunos conversos rusos. Estaba aislada, y las aldeas árabes de la zona no se
mostraban muy amistosas. No sólo por el paisaje Sedyera era a los ojos de Ben Gurión
la verdadera Tierra de Israel. Al entrar en la colonia y conocer a sus habitantes, su
admiración aumentó. En Sedyera, todo el trabajo era hecho por manos judías. “Todos
los miembros de la colonia trabajan y viven del esfuerzo de sus manos. Los hombres
aran y siembran, las mujeres trabajan en el huerto y ordeñan, los niños cuidan de los
gansos y montan a caballo al encuentro de sus padres en el campo. Son campesinos con
olor a estiércol y a trigo joven, y rostros tostados por el sol”. En las cartas a su padre,
pintaba David con vivos colores su vida en Galilea: “Voy caminando detrás del arado
y veo a los terrones volviéndose hacia arriba, desmigajándose. Los bueyes caminan
lentamente... y hay tiempo para soñar y pensar. Y cómo no pensar que estás arando tu
propio terruño, y en torno a ti otros judíos aran la tierra de la patria; esta tierra que
ahora pisas, se te revela en todo su encanto y toda la plenitud de sus colores... ¿No es
acaso un sueño?”...Bar Zohar, M., “David Ben Gurión, una biografía”, página 31
Si bien esta organización fortaleció en sus miembros la fe en sus propias fuerzas
para llevar a cabo la empresa renacentista, la mayoría de los obreros se encontró
decepcionada por el lento desarrollo de la colonización. En esos días comenzó la
Organización Sionista su trabajo colonizador en Eretz Israel. La apertura de la “Oficina
Eretzisraelí” y la fundación de la “Jevrat Hajsharat Haishuv” indujeron la búsqueda de
nuevos métodos de colonización agrícola. En 1908 fundaron Kineret en Dleika-UmDyuni, la primera granja en la cual los obreros judíos se capacitaban en el trabajo bajo
la dirección de un ingeniero agrónomo, al tiempo que trabajaban las tierras arrendadas
al KKL. Cuando un conflicto estalló entre los trabajadores y la dirección de Kineret,
Ruppin decidió entregar a un grupo de seis obreros una parcela de terreno, las tierras de
Um Dyuni, a título experimental, para que la cultivaran bajo su propia responsabilidad y
dirección. El ensayo tuvo éxito, y en diciembre de 1910 un nuevo núcleo continuó la
tarea; así nació la primera kvutzá, el primer asentamiento colectivo independiente,
denominado Degania. Convencidos de la idea de que sólo colectivamente podrían
vencer las dificultades, crearon una sociedad comunitaria basada en la justicia social, la
igualdad y la cooperación como parte integral del esfuerzo de reasentamiento en su
patria histórica. Las duras condiciones de vida de aquellos tiempos –desocupación,
hambre, malaria, hostilidad por parte de los agricultores de las colonias, falta de
experiencia en el trabajo físico- contribuyeron a fortalecer y materializar el principio de
la conquista del trabajo en el marco de un estilo de
vida basado en la participación y
la
responsabilidad colectivas
Moshe Dayan
(1915-1981)
Degania fue el comienzo, y tras ella, se
organizaron otros grupos de trabajadores que
construyeron kvutzot, principalmente en el norte
del país. La kvutzá, o kibutz como se la conoció más tarde al ampliar sus dimensiones,
28
fue y sigue siendo el intento más audaz y original de fusionar el ideal nacional
judío y la creación de una sociedad basada en la justicia social y la igualdad en el
seno de la clase proletaria. Entraña un intento de modificar tanto la estructura de la
sociedad como los moldes de las relaciones humanas en su seno, más allá de la
esperanza de arribar al cambio del carácter del hombre. El kibutz se rebeló contra la
urbanización, al realizar un llamado al retorno a la tierra y a un estilo de vida basado en
la diaria interacción con el medio natural, y enfatizó la democracia y la reciprocidad
como valores estructurales de su funcionamiento. El kibutz es una sociedad comunitaria
organizada, fundamentalmente, por el hecho de que los medios de producción son
propiedad de todos sus miembros, y por la cooperación en ámbitos como el consumo, la
educación y la salud. Cada miembro trabaja según sus posibilidades y recibe según
sus necesidades. La vida colectiva del kibutz se basa en la participación directa. La
máxima autoridad en materia de decisiones es detentada por la asamblea general, abierta
a todos los miembros permanentes del kibutz; es decir: funciona como una democracia
directa en la que cada miembro (tanto hombres como mujeres) tiene igual voz y voto.
Los kibutzim han realizado una importante contribución a la actualización de la teoría
socialista. Parafraseando a Jean Paul Sartre, “el kibutz fue la más socialista de las
sociedades del mundo de su época”. Con el asentamiento colectivo se materializó el
principio de la “conquista del trabajo”, en el marco de un estilo de vida basado en la
participación, la justicia social y la igualdad.
La Aliá del Yemen
Uno de los primeros pasos que se dieron para el logro de la “conquista del
trabajo” fue el intento de quebrar la resistencia de los colonos de la Primera Aliá a
contratar mano de obra judía. Grandes esperanzas surgieron en torno a la idea de traer
judíos del Yemen; habituados a tareas pesadas y a un nivel de vida modesto, se
convirtieron en potenciales competidores del trabajador árabe. Algunos de ellos
llegados durante la Primera Aliá se adaptaron a las condiciones climáticas y de trabajo
del país sin dificultad. A partir de 1907-1908 se renovó la aliá oriental con la llegada de
un contingente de setenta familias oriundas del Yemen.
Con el fin de estimular la aliá yemenita Arthur Ruppin y los hombres de la
Oficina Eretzisraeli enviaron en 1911 a Shmuel Iavneeli, miembro de la Segunda Aliá,
hacia aquel país, convirtiéndolo en uno de los primeros shlijim (emisarios) del ishuv
judío en la diáspora. De esta manera relata Iavneeli la experiencia vivida:
...”En todo lugar en el que estuve se juntaban los hombres en torno a mi persona...
A ellos les hablaba acerca de Eretz Israel, de las nuevas colonias construidas, acerca
del movimiento nacional del pueblo judío... ellos me escuchaban con honda alegría y
preguntaban sobre el Kotel (Muro de los Lamentos) y la tumba de Rajel... yo les
replicaba: ¿por qué preguntan sobre sepulcros y piedras muertas? Pregunten acerca de
la renovación nacional, de los hijos de Israel que abandonan sus hogares en la
diáspora y se dirigen a Sión. La tierra comenzó a dar sus frutos y esta es la señal de
que la redención esta cerca... ¡Llegó la hora de que ustedes despierten!
Montado en un burro, Iavneeli recorrió el país; muchos veían en él al ansiado
redentor, conforme a la tradición que sostenía que el Mesías vendría a anunciar la
salvación en el lenguaje sagrado, montado sobre el lomo de un burro. Más allá de las
anécdotas, el éxito de la misión emprendida por Iavneeli al exhortar a los judíos a
radicarse en Eretz Israel suministró una solución parcial al problema de la mano de obra
29
agrícola judía. Cientos de judíos yemenitas respondieron a su llamado; a lomo de burro
o camello, por mar o por tierra, en un trayecto que duraba un año, emprendieron el
camino hacia Sión, establecieron sus propios barrios cerca de los grandes poblados, y en
su mayoría se dedicaron al trabajo de la tierra. Hacia 1913, trescientos diez de los
ochocientos trabajadores judíos de las colonias provenían del Yemen
Las actividades de este período se caracterizaron no solamente por las innovaciones
introducidas en la organización de los asentamientos, sino también por la revisión a que
sometieron los fundamentos económicos de éstos en general. Las colonias de Iehudá y
Shomrón basaban su producción en las plantaciones de árboles frutales y las del Galil
en el cultivo de los campos, y esto las hacía más sensibles a las fluctuaciones de los
precios y a las catástrofes naturales como las sequías. La concentración en una sola
rama de la producción impedía por otra parte la explotación racional del suelo y el
aprovechamiento total de la fuerza de trabajo. Con los resultados de los experimentos
realizados por el agrónomo Itzjak Wilkansky en Ben Shemen, cristalizaron nuevos
métodos de cultivos mixtos, que comprendían diversas ramas de producción, como
cultivos de plantas forrajeras, la cría de ganado, y la especialización en cría de aves.
No obstante, a pesar de los esfuerzos desplegados y los buenos resultados
obtenidos, el número de trabajadores judíos siguió manteniendo niveles relativamente
pobres.
Hacia 1914 había mil quinientos obreros judíos en las colonias, frente a unos
seis mil obreros árabes empleados en las mismas.
El desarrollo de las ciudades
La Organización Sionista concentró sus actividades en el fomento de la
colonización, pero también en el desarrollo de las ciudades. Con la ayuda del KKL, fue
posible la creación de un suburbio judío de Iafo, que rápidamente se desenvolvió como
la primera ciudad judía en Israel moderna: Tel Aviv. La población judía de Iafo, cerca
de cinco mil personas, que comenzó a crecer en forma constante a partir de la nueva
aliá, se extendía por los barrios no judíos o en viejos y sucios suburbios. A fin de
modificar esta situación, un grupo de sesenta hombres de clase media- comerciantes,
maestros y profesionales-fundaron en el año 1907 la sociedad “ Ajusta Bait” ( sociedad
de vivienda). Su finalidad era aminorar la carestía de la vivienda y mejorar las malas
condiciones habitacionales con la creación de un nuevo barrio en las afueras de la
ciudad.
La sociedad se dirigió al KKL, informándole que pretendía construir, sobre una
parcela que había elegido para tal fin, “ sesenta casas, en forma ordenada, en amplias y
bonitas calles, introduciendo en todo lo posible mejoras higiénicas de canalización,
aguas corrientes, etc., y de ese modo servir de ejemplo para la iniciación de una
colonización urbana judía”. Debido a que los miembros de la sociedad tenían invertido
su capital propio en negocios, pidieron al KKL que depositara trescientos mil francos en
el Anglo Palestine Bank para que lo entregara en calidad de préstamo a la sociedad, que
ya tenía en su haber cien mil francos en efectivo. Eso fue en el verano en que el Doctor
Ruppin visitaba por primera vez el país para investigar las posibilidades de
colonización.
El representante de la sociedad se dirigió a él a fin de de solicitarle que apoyara
el pedido de la agrupación. Ruppin visitó la parcela que se pensaba destinar a la nueva
población urbana, y llegó a la conclusión de que el plan merecía colaboración. El
Octavo Congreso Sionista autorizó el otorgamiento del préstamo, y en 1910 la mayoría
30
de los miembros de “Ajusta Bait” se instalaron en sus propios hogares. Así fue erigido
por primera vez un suburbio judío que reunía amplias condiciones estéticas e higiénicas.
En el extremo de la calle central se construyó un magnífico edificio destinado
al primer colegio secundario hebreo, el gimnasium “Hertzlia”. También la calle sobre la
que se construyeron las primeras casas llevó el nombre de Hertzl. En 1910, la nueva
población recibió el nombre de Tel Aviv, extraído del libro de Hertzl “ ALtneuland”. El
éxito de esta primera sociedad de construcción tentó a otras a seguir el mismo camino.
Un grupo de judíos de Iafo, en su mayoría artesanos y empleados de comercio, fundó la
sociedad “ Najalat Biniamín”, que logró con la ayuda económica del KKL, la
construcción de un nuevo barrio, vecino del anterior. A estos se unieron más barrios
levantados por empresas privadas, y hacia 1914 había ya en Tel Aviv ciento treinta y
nueve casas habitadas por mil cuatrocientos diecinueve judíos.
El empeño de fortalecer el desarrollo urbano alcanzó también a otras ciudades
como Haifa, Ierushalaim, Tiberíades, Hebron y Tzfat, en las cuales creció
vertiginosamente el número de pobladores judíos.
La conquista de la seguridad
Un problema que gravitó desde el primer momento
sobre los asentamientos judíos fue la cuestión de la seguridad. Ante la pasividad de las
autoridades turcas, beduinos nómades y campesinos árabes hostilizaban a los nuevos
colonos, dañaban sus propiedades, y frecuentemente producían robos de ganado y
cosechas. Para evitarlo, los colonos encargaban la vigilancia a jeques árabes, que a
menudo los explotaban o hacían causa común con los ladrones y merodeadores. En
algunos lugares, jóvenes judíos organizaron pequeños grupos voluntarios para las tareas
de vigilancia; pero esta disposición sirvió para agravar aun más la tensión existente
entre los asentamientos y sus vecinos. Los colonos judíos temían que el despido de los
vigilantes árabes provocara la cólera y el ansia de revancha de los pobladores de sus
aldeas. Los miembros de la Segunda Aliá, que habían huido de la inseguridad y las
persecuciones en sus países de origen, decidieron no depender más de la administración
inoperante ni de la “buena voluntad de los bandidos”, y se hicieron cargo ellos mismos
de la defensa de sus bienes y de su trabajo. En estas circunstancias, siendo cumplidas las
tareas de vigilancia en la mayoría de los asentamientos por árabes, y en algunas aldeas
por los jóvenes pioneros, un grupo de obreros judíos, miembros del partido Poalei
Sión, fundaron en 1907 la organización Bar Guiora, honrando la memoria de uno de
los kanaim más afamados en la época de la rebelión contra Roma. Su lema era “Con
sangre y fuego cayó Iehudá - con sangre y fuego se levantará”, y su principal objetivo el trabajo colectivo agrícola y la “conquista de la seguridad”. Entre las colonias
judías, Sedyera fue la primera en la “conquista del trabajo y de la tierra”, y también en
la “conquista de la seguridad”. La defensa de la colonia y de la granja escuela estaban a
cargo de guardianes cherqueses17, quienes tenían fama de valientes guerreros. Bastaba
su nombre para alejar de la pequeña población a los asaltantes árabes de la comarca.
Pero la “vigilancia judía” era una parte indivisible del sueño de los jóvenes pioneros, y
Bar Guiora estableció los primeros grupos de guardianes judíos en ella. De esas
comunas de trabajadores y guardias se fundó en 1909 la asociación “Hashomer” - El
Guardián- que se definió como la organización nacional que asumiría la responsabilidad
17
Miembros de una tribu musulmana originaria del Cáucaso que tras sucesivas guerras contra el Imperio
Ruso abandonó su lugar de origen y se dirigió a Eretz Israel.
31
por la seguridad de la mayor cantidad de asentamientos judíos posible. La condición del
Hashomer antes de asumir la vigilancia y seguridad de cualquier asentamiento, era que
se empleara en él solamente a trabajadores judíos. Sus miembros adquirieron algunos
fusiles, armas primitivas, y caballos árabes, y se ofrecieron a las aldeas judías para velar
por su propiedad y seguridad. El programa del Hashomer tal como fue aceptado en la
asamblea general realizada en 1909 dispuso:
•
•
•
•
Es nuestro objetivo desarrollar en nuestra patria un grupo de guardianes
judíos. Para el logro de tal fin disponemos:
Organizar a los guardianes que cumplen funciones en los actuales
asentamientos judíos.
Preparar y capacitar una guardia a través de la educación física, la equitación,
y el uso de armamento.
Mejorar y facilitar las condiciones de vida de los guardianes judíos a través de
la creación de instituciones y asociaciones dedicadas a distintos fines como así
también el incremento de los salarios de los mismos.
“Haraaión Hatzioní Vehakamat Medinat Israel”, página 155
Miembros de la organización Hashomer
La organización Hashomer fue estructurada como una asociación secreta que
actuaba en la clandestinidad. Sus miembros eran estrictamente elegidos, y se les exigía
una inquebrantable disciplina, valor, y perseverancia. A través de la incorporación de la
vigilancia hebrea sobre los poblados judíos el Hashomer sentó las bases para la defensa
del ishuv en su totalidad, y representó el inicio de la organización territorial de todas las
fuerzas de lucha de la población judía de Eretz Israel. La organización sirvió de ejemplo
y modelo educativo para los movimientos juveniles sionistas de la diáspora, y dejo su
marca en los anales de la defensa de la población hebrea de Eretz Israel.
Consigna de trabajo
1- Relaciona los conceptos de “autodefensa” y “conquista de la seguridad”.
2- Reflexiona y responde:
¿Por qué consideras que la “conquista de la seguridad” se convirtió, desde el punto de
vista ideológico, en uno de los objetivos de los hombres de la Segunda Aliá?
El renacimiento del idioma hebreo
En la misma época surgió otro factor unificador en la sociedad judía de Eretz
Israel: el idioma. Afluían al país inmigrantes de zonas tan alejadas las unas de las otras
como los confines de Rusia y las comarcas del oriente. Cada comunidad disponía de un
medio particular de comunicación o había adoptado la lengua del país en que vivía. Los
judíos de Europa oriental hablaban el idish, mientras que las comunidades que
32
habitaban el Imperio Otomano conservaban el español del siglo XV, el ladino; los
judíos persas hablaban un dialecto local; otros grupos se servían del árabe, del ruso o
del alemán. El hebreo era considerado una lengua sagrada o literaria, y si bien por ende
jamás cayó totalmente en desuso, para vehículo de comunicación cotidiano era
considerado una lengua muerta. Cientos de miles de judíos pronunciaban diariamente
plegarias en hebreo y jamás se interrumpió su evolución literaria y lingüística. Los
poetas escribían su lírica en hebreo, y los filósofos expresaban su pensamiento en este
idioma. Fue en hebreo que se escribieron las primeras obras literarias del siglo XIV, así
como el primer diario judío moderno. La lengua siguió viviendo su propia vida,
enriqueciéndose en el curso de las generaciones y adaptándose a las nuevas necesidades;
sólo hacía falta convertirlo en medio de comunicación cotidiana.
Eliezer ben Iehuda(1858-1922), cuyo nombre original era Eliezer Perlman,
fue uno de los primeros en propagar la idea sionista, y es conocido principalmente por
su papel en el renacimiento del hebreo como idioma diariamente hablado. Se estableció
en Ierushalaim en 1881, aun antes de haber comenzado la colonización en masa. Fue
uno de los primeros en abogar porque el hebreo fuera utilizado como lenguaje de
comunicación cotidiano y no, como lo afirmaban la mayoría de los maskilim, solamente
como un medio cultural e intelectual del pueblo judío. Con el fin de adaptar la lengua
bíblica a la terminología moderna emprendió una edición monumental: el Diccionario
de la Lengua Hebrea, base de la moderna lexicografía hebrea, y en sus estudios
enriqueció el idioma a través de la introducción de nuevos términos destinados a
posibilitar la adaptación del idioma a la realidad del mundo contemporáneo. Su
emigración a Eretz Israel obedeció a la fuerte convicción de que solamente con la
creación de una sociedad judía en la tierra ancestral de los judíos se ofrecía la
oportunidad para la creación de una literatura hebrea significativa y para el renacimiento
cultural hebreo.
...”Seremos capaces de resucitar al idioma solamente en un país en que la cantidad de
habitantes hebreos exceda al número de gentiles. Para ello, incrementemos la cantidad
de judíos en nuestra desolada tierra. Que los remanentes de nuestro pueblo retornen a
la tierra de sus antepasados. ¡Revivamos la nación, y su idioma también será
resucitado! Quienquiera que se interese por la resurrección del hebreo debe, en
consecuencia, tender a la creación de una concentración territorial judía en la tierra de
Israel.”…
Avineri S., “La idea sionista”, página 101
La emigración de Ben Iehuda a Eretz Israel, sus intentos de enseñar a su mujer
y a sus hijos a hablar en hebreo en el hogar, su amarga lucha contra la institución
religiosa judía de Ierushalaim que consideraba a su obra como un sacrilegio, fueron
consecuencias lógicas de la concepción que ve al renacimiento lingüístico del hebreo en
el marco de una transformación nacional revolucionaria que necesita de una amplia base
popular. Su síntesis de pueblo, idioma y tierra devinieron en un ingrediente central del
desarrollo de la ideología y la práctica nacionales judías. Junto a un grupo de entusiastas
profesores y escritores transformó al hebreo en vehículo primordial de la unidad cultural
de Israel. El renacimiento de la lengua sagrada se convirtió en culto de los jóvenes
33
miembros de la Segunda Aliá. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, el hebreo era
la lengua madre de la nueva generación.
Consigna de trabajo
Reflexiona y responde:
¿Por qué la propuesta de Eliezer Ben Iehuda habrá sido rápidamente aceptada por los
jóvenes de la Segunda Aliá?
La vida cultural
Durante el período en que se desarrolló la Segunda Aliá, el idioma y la cultura
hebreas se arraigaron profundamente en el país. Numerosos periódicos como “Hatzví”,
fundado por Eliezer ben Iehuda en 1908, y “Hajerut”, comenzaron a editarse, al tiempo
que diarios publicados por el movimiento laborista como “Hapoel Hatzair” y “Haajdut”
ejercieron una notable influencia sobre los jóvenes judíos tanto en Eretz Israel como en
el extranjero. Destacados escritores y pensadores hebreos como I. Brenner, S. Agnón18,
y la poetisa Rajel19, se radicaron en el país.
Renacimiento de la literatura hebrea en Eretz Israel; S Agnon, I.Brenner
Las organizaciones de carácter filantrópico como la francesa “Alliance
Israelite” (Kiaj) y la alemana “Hilfsverein der Deutschen Juden”, que habían fundado y
dirigían la mayoría de las escuelas del país, trataron de fomentar y reforzar en ellas las
lenguas de sus respectivas naciones. No obstante, el concepto de la educación hebrea
echó raíces, y el idioma hebreo fue gradualmente convirtiéndose en la lengua principal
de la enseñanza y la vida cotidiana de un creciente número de trabajadores y jóvenes.
De boca de los pequeños gradualmente pasó la renovada lengua al uso de la generación
18
Shmuel Iosef Agnón (1888-1970) gran virtuoso de la literatura hebrea moderna y uno de sus más
grandes representantes. Nació en Buczaz, Galitzia oriental y emigro a Eretz Israel en 1908. Se radico en
Alemania en 1913 y volvió a Israel en 1924 donde vivió hasta su muerte. Con su llegada al país estableció
estrechos vínculos con los escritores de la Segunda Alia y mantuvo relación constante con Bialik. Desde
su infancia estuvo en contacto con las fuentes judías así como con la literatura iluminista judía y la
literatura universal. Su obra guarda un estilo inspirado en las fuentes bíblicas, la Mishna y el Midrash.
Agnón recibió entre otros, el premio Israel y en 1966 se hizo acreedor del premio Nobel de literatura.
19
Rajel (1890-1931) Rajel Bluvstein fue la más famosa de las poetas hebreas de la Segunda Alia. Nació
en Saratov, Rusia, y en 1909 llego a Israel, uniéndose a la granja de capacitación Kineret. En 1913 residió
en parís, donde estudio agricultura y dibujo y no pudo regresar a Eretz Israel por el estallido de la Primera
Guerra Mundial. Durante la guerra se traslado a Rusia donde se dedico al trabajo con los niños de los
refugiados judíos. Después de la guerra volvió a Israel y se radico en Degania. Padeció tuberculosis y
debió abandonar el kibutz. Murió en Tel Aviv y sus restos fueron enterrados en el cementerio de Kineret.
Rajel fue una de los primero s poetas modernos. Su lenguaje muestra la influencia del hebreo coloquial
que se estaba desarrollando, así como del idioma bíblico. Sus poemas son breves y se caracterizan por su
claridad y emotividad.
34
mayor, que hablaba mayoritariamente en idish, y se creaba así el ambiente nacional con
que habían soñado los sionistas culturales. Para el logro de este proceso tuvieron una
importante participación la “Asociación de maestros de hebreo de Eretz Israel”,
establecida en 1903, y el “Centro de maestros” que estaba a su cargo, quienes
diseñaron el primer programa de enseñanza para las escuelas elementales. En 1906 se
fundó en Iafo (actual Tel Aviv) un instituto de segunda enseñanza, el Gimnasium
Hebreo “Hertzlía” que se convirtió en el modelo de las escuelas secundarias hebreas
de todo el mundo, y en 1909 - el Liceo Hebreo en Ierushalaim. En 1906 Boris Schatz
organizó en Ierushalaim la escuela de artes y oficios “Betzalel” a nombre del primer
artesano que construyó el santuario en el desierto. A pesar de los logros que se iban
obteniendo se produjo un grave conflicto social: la “disputa del hebreo”, que finalmente
contribuyó en forma decisiva a la adopción de la educación hebrea en Eretz Israel. En
1912 la “Hilfsverein” colocó en Haifa la piedra fundamental de la primera institución
de estudios superiores, el Politécnico Tejnión, a fin de preparar especialistas para las
futuras empresas industriales, y anexó a el una escuela de enseñanza media con los
fondos donados por filántropos de Rusia y Estados Unidos. Si bien en principio los
sionistas apoyaron el proyecto ya que veían en él un estimulo a la educación hebrea, en
una reunión del consejo directivo celebrada en 1913 se puso de manifiesto que la
“Hilfsverein” se proponía enseñar las ciencias y los temas técnicos en lengua alemana,
argumentando que el hebreo aun no había evolucionado suficientemente y que carecían
de textos científicos para los estudiantes. Esta decisión levantó una ola de protestas en el
ishuv: los alumnos de las escuelas se declararon en huelga y los profesores renunciaron
a sus cargos. El “Centro de maestros” anunció la apertura de nuevas escuelas, y con la
ayuda de la agrupación “Jovevei Sión” se inauguró una academia de maestros en
hebreo. A ellas se incorporaron numerosos docentes y alumnos, aunque quedó
postergada la apertura del Tejnión20. Hacia 1914 la lengua hebrea estaba ya sólidamente
afirmada en la red educativa del país.
20
El Tejnión fue inaugurado finalmente en 1925. Hoy es el instituto técnico superior del país; posee
laboratorios e institutos de investigación de los más avanzados en el mundo.
35
Betzalel 1913
Consigna de trabajo
Relaciona la frase “El ideal es crear un rincón para el espíritu judío, para una cultura
puramente nacional cuyo instrumento sea la lengua hebrea”, con la concepción sionista
de Ajad Haam
El origen del nacionalismo árabe
La intensificación de la actividad sionista y la expansión de los asentamientos
agrícolas por un lado, y los sucesos políticos que se desataron en el Imperio Otomano
durante este período por el otro, generaron el surgimiento de un movimiento árabe
opositor en Eretz Israel. Ya en los últimos años del siglo XIX circulaba entre la
población árabe la opinión de que debía ser prohibida la venta de tierras a los judíos;
pero en 1908, tras la “Revuelta de los Jóvenes Turcos” se produjo un importante cambio
de rumbo que impulsó el establecimiento de un movimiento nacionalista árabe
organizado. Como los griegos y los pueblos eslavos en la Turquía europea, los árabes
aspiraban a crear en Asia un Estado Árabe independiente. Cuanto más aumentaba el
separatismo nacional en el Imperio Otomano, más se hacía sentir el movimiento
nacionalista entre los árabes de Palestina, Siria y Arabia. Los pioneros de este
movimiento eran mayoritariamente sirios y libaneses, aunque también se desarrolló en
la Tierra de Israel; su actitud de recelo frente al sionismo se expresó en la creación de
periódicos árabes como “Al Karmil” en Haifa, y “Filastin” en Iafo; desde sus páginas se
dedicaron a incitar la resistencia contra la inmigración y el asentamiento judío. Este
hecho implicó un gran peligro para el centro judío en Eretz Israel, donde los árabes
constituían una inmensa mayoría. Hacia 1910 la población del país alcanzaba los
setecientos mil habitantes, de los cuales quinientos cincuenta mil eran árabes, ochenta y
cinco mil eran judíos, y el resto turcos, alemanes, franceses y americanos. La influencia
36
política de los judíos en esa provincia turca se torno aun más débil porque en su
mayoría se los consideraba súbditos de Estados extranjeros y, por consiguiente, no
podían participar en las elecciones parlamentarias. Ante los reiterados ataques a los
asentamientos judíos, los dirigentes del ishuv llegaron a la conclusión de la necesidad
de ocuparse y organizar la defensa por sí mismos. Al respecto señalaba Arthur Ruppin:
...”En todos los asentamientos hebreos los colonos desean comprar armas. Hay un
amplio movimiento que respalda esta tendencia. Exponen como argumento que tras la
autorización conferida en toda Turquía para su compra, los árabes se proveen de
armas y con ellas permiten atacar de palabra y de hecho los asentamientos judíos;
dejarían de hacerlo si supiesen que los colonos también las tienen”...
Ettinguer S., “Historia del pueblo de Israel”, Tomo III, página 1094.
A medida que se fue manifestando el carácter centralista de las autoridades
turcas y su tendencia antisionista, el ishuv fue tomando mayor conciencia del problema
de su seguridad. La dirección sionista intentó negociar con los representantes árabes,
pero no llegó a un acuerdo con ellos. Las negociaciones se interrumpieron con el inicio
de la Primera Guerra Mundial.
Bibliografía
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37
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