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CONFIGURACIÓN Y VIABILIDAD INSTITUCIONAL DEL DEFENSOR DEL
PUEBLO EN MARRUECOS
Alberto Anguita Susi
Prof. Titular de Derecho Constitucional
(Universidad de Jaén)
Las principales características del modelo de “Ombudsman parlamentario” se
encuentran condensadas en el art. 54 de la Constitución Española, cuyo análisis va a
servirnos para hacer un estudio comparativo entre la figura del Defensor del Pueblo en
España y Marruecos.
a) Es un órgano comisionado del Parlamento, elegido por éste. La conexión
entre la forma parlamentaria de gobierno y la actuación del Defensor del Pueblo
resulta evidente en el caso español, dado que esta figura controla, de forma neutral e
indirecta, la actuación del ejecutivo en su condición de director de la Administración
pública. Por ello resulta una tarea compleja analizar una institución plenamente
consolidada en la órbita de la democracia parlamentaria en un sistema político, como
el marroquí, en el que la forma de gobierno queda lejos de ser una monarquía
parlamentaria, dado el rol y las atribuciones que se otorgan al Rey por el art. 42 de la
Constitución Marroquí de 2011. De hecho, el Defensor en Marruecos es nombrado por
Dahir, lo que hace que quede vinculado a la esfera del ejecutivo, encabezado por el
Rey. Asimismo conviene tener en cuenta que el proyecto de reglamento interior del
Defensor del Pueblo marroquí debe ser sometido a la aprobación del Rey antes de su
publicación en el Boletín Oficial del Estado.
b) Cuya función es proteger y defender los derechos de los ciudadanos. El
Defensor del Pueblo se caracteriza por su prioritaria tarea de “defender” los derechos
fundamentales a través del “control” instrumental de las distintas administraciones; si
bien es cierto que esta tarea no es plena ni definitiva pues la “tutela” propiamente
dicha de los derechos corresponderá ejercerla a los tribunales de justicia, frente a los
cuales el Defensor actuará de manera complementaria y promocional.
La nueva Constitución de Marruecos de 2011 consagra en el Título II (arts. 19 a
40) una auténtica parte dogmática, complementada con una serie de instancias
destinadas a la protección de los derechos y libertades y del buen gobierno, entre las
cuales el art. 162 prevé: “El Defensor del Pueblo es una institución nacional
independiente y especializada que tiene por misión, en el marco de las relaciones entre
la administración y sus usuarios, defender los derechos, contribuir a reforzar la
primacía de la ley y difundir los principios de justicia y equidad y los valores de
moralización y de transparencia en la gestión de las administraciones, de los
establecimientos públicos, de las colectividades territoriales y de los organismos
dotados de prerrogativas de poder público”.
La configuración del Defensor del Pueblo marroquí como una instancia de
protección de los derechos ha tenido su plasmación en el art. 49 del Dahir que regula
esta figura, en el que se le encomienda la tarea de promocionar el intercambio y la
difusión de los valores y objetivos perseguidos por los Ombudsman y las Instituciones
de mediación y difusión de la cultura de los derechos humanos.
c) Que supervisa a tal fin la actividad de las distintas Administraciones públicas.
El “nuevo perfil” constitucional del Defensor Marroquí como órgano cuya misión es
proteger los derechos de los ciudadanos no debe hacernos olvidar, sin embargo, que
su configuración legal (arts. 17 y 18 del Dahir) incide en las facultades de mediación y
conciliación a la búsqueda de la solución más equitativa entre el ciudadano y la
administración. El Defensor del Pueblo en Marruecos está claramente influenciado por
el modelo administrativista del Médiateur francés, tal y como lo demuestra la
atribución legal de una serie de medios tendentes a garantizar que la Administración
cumpla con las recomendaciones formuladas por aquél.
d) Que rinde cuenta al Parlamento de las actuaciones desarrolladas mediante la
presentación de Informes. El art. 37 del Dahir que regula el Defensor del Pueblo en
Marruecos establece que éste debe “someter” a su Majestad el Rey un informe anual
sobre el balance de la actividad desarrollada, que será publicado en el Boletín Oficial
una vez que se haya presentado y puesto en conocimiento del Rey, de tal forma que
éste podría negar la publicación de ciertos aspectos contrarios a su gestión. Es más, el
art. 39 del Dahir resulta especialmente significativo a este respecto cuando afirma que
el Defensor del Pueblo debe “presentar”, no someter como cuando hablaba del Rey, al
Parlamento una exposición sintética del contenido del Informe, lo que lo aparta del
“modelo parlamentario” de Ombudsman.
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