arte de los siglos XIX

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ARTE DEL SIGLO XIX
El arte de los siglos XIX y, sobre todo, XX se caracteriza por un cambio
perpetuo en el terreno artístico, como reflejo de una sociedad deseosa de
encontrar nuevas soluciones a los problemas que surgían en una sociedad en
constante transformación. En el siglo XIX se suceden dos movimientos:
Romanticismo y Realismo:
El ROMANTICISMO es un movimiento artístico y cultural que se desarrolla en
la primera mitad del siglo XIX, y es totalmente contrapuesto al
Neoclasicismo. El orden y la razón habían sido las “armas” del movimiento
neoclásico frente al Antiguo Régimen; una vez consolidadas las conquistas
revolucionarias, los románticos exaltarán la libertad y el sentimiento. El
artista no buscará la inspiración en la antigüedad clásica, sino en la Edad
Media, y en lugar de exaltar la razón, otorga primacía a las emociones. En
realidad el romanticismo llega a ser una pose adoptada por los artistas que
quieren evadirse de la sociedad de su época, con la que no se identifican.
El romanticismo es una actitud ante la vida, un canto a la pasión y al
sentimiento, un grito de rebeldía contra el siglo de la razón y las Academias, y
se desarrolla en el momento en que, caído el imperio napoleónico, surgen los
nacionalismos, que llevan a los pueblos a buscar su identidad, su
independencia y libertad. Los románticos se vuelven a la Edad Media, lo que
hará surgir un HISTORICISMO en arquitectura (neogótico, neorrománico...). Es
una época de apasionamiento y de gusto por lo extraño, lo exótico, lo
misterioso, la soledad... e incluso aparece la obsesión por la muerte y el Más
Allá. En pintura el paisaje cobra gran importancia.
LA PINTURA ROMÁNTICA:
En Francia la temática gira, sobre todo, en torno a las revoluciones y desastres
de la época, en un canto a la libertad y el patriotismo. Los pintores románticos
más importantes son:
Gericault pinta La Balsa de Medusa, sobre la historia real del naufragio del
barco Medusa: es un alegato social, denuncia la fragilidad de los medios de
comunicación de la época. Es un estilo emotivo, pasional, que utiliza el color
como principal lenguaje pictórico. Dramatismo, sentimientos desbordados.
Eugene Delacroix es un pintor apasionado, dramático. Es el principal pintor
romántico. Exaltación del color, que se impone a la línea del dibujo, y de los
sentimientos. Cultiva el paisaje, pero destaca sobre todo en sus temas
históricos y de canto a la libertad, con una gran potencia cromática. La
intensidad reemplaza a la medida y el equilibrio.
La barca de Dante (o Dante y Virgilio en los infiernos) es la obra por la que
Delacroix se dio a conocer, siendo enviada al Salón de París en 1822 y
adquirida por el gobierno. Los críticos la compararon con La balsa de la
Medusa de Géricault. Esta obra ilustra la importancia de la base literaria en
la temática romántica, que se acentúa en la figura de Delacroix. La obra se
basa en La Divina Comedia del poeta italiano medieval Dante, concretamente
en el episodio en el que este último, acompañado del poeta Virgilio, viaja al
infierno y al purgatorio.
En la imagen, el poeta, con un manto blanco verdoso y capucha roja, está de
pie a la izquierda. Están en el quinto nivel del Infierno, donde sufren condena
los coléricos. Las figuras escorzadas de los condenados están iluminadas por
un potente foco y en ellos se aprecia cierta influencia de miguel Ángel y
Rubens en sus robustas musculaturas. Virgilio, que le guía a través de su viaje
en el infierno y purgatorio, coronado con laurel, desprende serenidad y
compostura. La barca la conduce el barquero Caronte, con torso musculado y
su capa azul ondeando en la tormenta luchando por salir adelante con la
embarcación. Los cuerpos retorcidos de los condenados irradian
desesperación y sufrimiento. Los gruesos paños ondeados al viento ponen la
nota de color en una escena dominada por las tonalidades oscuras. El
ambiente infernal ha sido perfectamente logrado a pesar de cierta teatralidad.
El movimiento de las figuras desnudas nos muestra la desesperación humana
en su límite, estado que atraía mucho a Delacroix.
En la Matanza de Quíos homenajea a los colonos griegos de esa isla que se
levantaron contra la dominación turca. Exaltación del nacionalismo y de la
lucha por la libertad. Delacroix, al igual que otros artistas y literatos (Ej. Lord
Bayron) sintió gran atracción por la guerra que los griegos sostuvieron con el
Imperio Turco para su liberación y la constitución de un Estado independiente.
Fruto de este interés es “La Matanza de Quíos”, una de las obras más
representativas del arte romántico.
Representa un grupo de griegos que ha sido masacrado por los turcos en la
brutal represión que tuvo como escenario la isla de Quíos, en 1822, cuando el
sultán mandó sus tropas para sofocar la rebelión. Murieron más de 20.000
personas y los niños y las mujeres fueron esclavizados. Éste y otros hechos
provocaron gran indignación en Occidente y animaron a Gran Bretaña y
Francia a intervenir (más tarde lo haría Rusia) en el conflicto a favor de los
griegos.
Desde el punto de vista artístico, Delacroix se vale del movimiento y la
perspectiva en escorzo para dar de fuerza y expresividad a la composición.
Utiliza para dar realce a la escena los rostros de los vencidos, cuyo abatimiento
contrasta con la soberbia del soldado turco que monta a caballo, sosteniendo
entre sus manos una mujer desnuda.
Predominan el color y el movimiento. El paisaje del fondo adquiere gran
importancia, destacando el cielo con sus peculiares tonalidades.
La Libertad guiando al pueblo es el primer cuadro de ideología política.
Representa un omento de la revolución de 1830 en París. Enorme dramatismo,
canto a la lucha del pueblo por la libertad. Extraordinario colorido, pasión. La
libertad no está representada de una forma abstracta, sino que es una figura
femenina alegórica muy sensual y real. El pueblo es la unión de clases: se
representa al burgués con su sombrero de copa y empuñando el fusil, al lado
un andrajoso y un herido que pide clemencia a Francia. Al fondo aparecen
brumas y humos de la batalla que diluyen un barrio francés bastante realista.
Mujeres en Argel representa la tendencia romántica hacia el exotismo oriental.
Representa a unas concubinas en el interior de un harén. Sensualidad,
erotismo, aire de misterio y aislamiento. (Delacroix viajó a África y sintió
fascinación por el mundo oriental y por la luz).
Hacia mitad de siglo comienza el REALISMO, como reacción ante la
idealización de neoclásicos y románticos. Pretenden reproducir la realidad
cotidiana. Tienen influencia del movimiento socialista y de la filosofía positivista,
por lo que los artistas profundizan en la faceta social del arte; políticamente
fueron republicanos y cercanos a la clase trabajadora comprometidos en la
lucha política y social. En Pintura la atención se dirige hacia el paisaje y los
tipos populares; frente al deseo de evasión del romanticismo, acentúan su
apego a la realidad presente. Ejemplo de esta tendencia es Millet, que
reivindica al campesinado, retratando campesinos resignados con su trabajo y
su suerte, pero trata sus temas con suavidad y delicadeza, bañando la escena
con una luz dorada que suaviza los contornos. Ejemplos son El Ángelus, Las
espigadoras y El sembrador.
Otro artista de esta tendencia es Honoré Daumier, cuyos temas tienen una
fuerte crítica social y humanitaria, como en El vagón de tercera, donde como
en gran parte de sus trabajos, desarrolla un tema reivindicativo de manera
magistral: la dura vida de las clases populares en las grandes ciudades. El
ambiente sórdido de los personajes genera en el espectador una sensación de
ternura que confirma la concienciación del pintor sobre olas desigualdades
sociales. La naturaleza grotesca en los rasgos de sus personajes, es una
característica desarrollada por su condición de gran caricaturista pero también
el resultado de su gran admiración por la obra de Goya.
Gustave Courbet busca la realidad en los temas populares, lo que le valió el
desprecio de la sociedad burguesa. Su mayor innovación es la elección de
temas costumbristas como motivos dignos de los grandes formatos, que
hasta entonces se reservaban a «temas elevados»: religiosos, históricos,
mitológicos y retratos de las clases altas. Reivindicaba la honestidad y
capacidad de sacrificio del proletariado y afirmaba que el arte debía plasmar la
realidad. Entre sus obras destacan Los picapedreros, la representación del
mundo del trabajo, de la dureza de la vida laboral, muy naturalista y Un
entierro en Ornans que provocó un escándalo en el Salón de 1850, por el
feísmo y vulgaridad de sus personajes. Se aplica un formato grande,
académico, a una representación de un tema cotidiano: un entierro, en el que
conviven burgueses y campesinos; el tratamiento es sobrio y sencillo. Su fuerte
realismo, vinculado con las ideas socialistas, hace de ella una pintura
revolucionaria. Su realismo es pesimista.
“El origen del mundo” es un famosísimo desnudo femenino, largamente
ocultado, que no se exhibió de manera continuada hasta fecha reciente, dada
su temática escandalosa. Su único tema es un primer plano de una vagina
muy real. Una imagen que aún hoy es muy fuerte, debió ser un escándalo en
su momento, desafiando además con su título la idea de la Creación que
aceptaba la Iglesia.
“El sueño” también escandalizó por sus connotaciones homosexuales.
En “Buenos días, señor Courbet (Bonjour Monsieur Courbet) se representó
a sí mismo en un encuentro con otros caminantes. No hay elegantes actitudes,
ni colorido sugestivo, ni grandeza. Puede hasta parecer infantil. Retratar a un
pintor (a sí mismo) en mangas de camisa, con bastón debió ofender al mundillo
de los artistas respetables. Pues ese es justamente su propósito.
En escultura Meunier hace lo mismo que los pintores: sus esculturas de
mineros denuncian la miserable existencia del proletariado fruto de la
Revolución Industrial.
ARQUITECTURA DEL XIX: HISTORICISMOS,EDIFICIOS DE HIERRO Y
MODERNISMO.
A-HISTORICISMO: La búsqueda de las raíces históricas nacionales propias
del Romanticismo, dio lugar en arquitectura al estilo historicista /neogótico,
neorrománico...) y más tarde al llamado eclecticismo, arte híbrido en el que se
asimilan y conjugan los lenguajes arquitectónicos del pasado.
Los beneficios de la Revolución Industrial fueron en parte empleados en
construcciones públicas y edificios monumentales. En Francia se hizo el
Teatro de la Ópera (Charles Garnier, 1860), de gran elegancia constructiva y
el Sagrado Corazón (Paul Abbadie, 1876), recreación de la arquitectura
bizantina, con planta de cruz griega y cinco cúpulas. También se llevó a cabo
el Plan de reforma urbana de París, de Haussman. Doce avenidas radiales
que parten del Arco de Triunfo de la Estrella, erigido por Napoleón. La red de
viviendas que surcan estas avenidas son de estilo neorrenacentista y
neobarroco.
En las iglesias y catedrales francesas y alemanas se usa preferentemente el
neogótico, que en Alemania se usa también en los deliciosos castillos de
cuento de hadas levantados por Luis II de Baviera.
En Inglaterra, la tradición gótica se impone en el Parlamento de Londres
(Charles Barry), pero el exotismo que proporciona el mundo colonial se
manifiesta en el Pabellón del Príncipe de Gales, en Brighton, que sigue los
modelos del arte islámico indio, con preciosas cúpulas bulbosas.
En España se construye la Basílica de Covadonga (Federico Aparici), que
recupera el neorrománico, aunque con elementos góticos, y el Congreso de
los Diputados, inspirado en el clasicismo grecorromano. En Cataluña, la
Universidad de Barcelona se hace en neogótico. Pero es el neomudéjar el
estilo que mejor define el eclecticismo español, que se mantuvo a principios del
siglo XX: plazas de toros y estaciones de ferrocarril, donde se usa el ladrillo
como material de construcción y con un repertorio decorativo basado en los
arcos califales de la mezquita de Córdoba, los paños de sebka de la Giralda y
las yeserías de la Alhambra. Ejemplos: Plaza de toros de las Ventas, en
Madrid, Pabellón mudéjar en Sevilla (en la Plaza de América), Estación de
Plaza de Armas en Sevilla…
B-EDIFICIOS DE HIERRO Y CRISTAL: Las nuevas técnicas de la Revolución
Industrial y los nuevos materiales hicieron posible la construcción de edificios
de hierro. Este material era más barato y rápido de montar, y además permitía
soluciones más atrevidas y funcionales. Se construyen puentes y se levantan
torres, como la célebre Torre Eiffel de París, de 300 m. De altura, obra del
arquitecto Gustavo Eiffel para la Exposición Universal celebrada en 1889 para
conmemorar el centenario de la Revolución Francesa. Gran esbeltez,
construida por un sistema complejo de arcos de hierro. Pronto se convirtió en
símbolo de la ciudad. A ella se accede por medio de ascensores y tiene en su
cima un mirador.
El mejor exponente de estas nuevas construcciones serán estas
exposiciones universales, que surgen al calor del desarrollo industrial y tienen
lugar en Europa y USA. En estos edificios, las estructuras metálicas se
revestían con planchas de cristal, logrando interiores luminosos (mercados,
estaciones de ferrocarril, pabellones de exposiciones...). El Palacio de Cristal
de Londres aplica a gran escala elementos prefabricados y formas modulares.
La construcción se reducirá a un problema de montaje.
Los avances técnicos europeos más el invento del ascensor, favorecieron la
aparición en América del Rascacielos, con la llamada Escuela de Chicago,
uno de cuyos creadores fue Louis Sullivan, autor del Auditorio de Chicago.
Los primeros rascacielos se empezaron a construir tras el incendio que
destruyó el centro de Chicago (1873); la reconstrucción permitió abandonar los
materiales de construcción inflamables y desarrollar los edificios en altura, para
resolver la necesidad de espacio y darán una nueva fisonomía a las ciudades.
Esta arquitectura está estrechamente vinculada a las grandes inmobiliarias que
especulan con el suelo urbano. Son edificios reducidos a un armazón metálico,
que permite abrir grandes ventanas apaisadas al exterior. Su distribución es
siempre idéntica: locales comerciales en los bajos, oficinas en los pisos y
servicios en la planta alta. Ejemplo: Almacenes Carson, en Chicago, de
Sullivan. Otro de los creadores de esta escuela de Chicago fue William Le
Baron Jenney, diseñador de grandes edificios comerciales.
C- EL MODERNISMO: Es un estilo eminentemente arquitectónico, pero no
exclusivamente. Se hace también mobiliario, joyas, vidrieras, cerámica... Es
un movimiento ornamental, que rompe con el eclecticismo y decora el fin de
siglo con obras refinadas. En Francia recibió el nombre de Art Nouveau. Es
un estilo de gran fantasía, en el que predomina la línea curva, basada en los
tallos vegetales y en la ondulación de la melena femenina. Uno de los primeros
modernistas es el belga Víctor Horta (1861-1947). Sus viviendas en Bruselas
combinan la estética modernista con el empleo de nuevos materiales
constructivos: Casa Tassel, donde priman los volúmenes curvos y el hierro en
soportes, barandas de escalera y balcones exteriores. Las columnas de hierro
simulan troncos florecidos de zarcillos, las lámparas parecen vides. Hace
también edificios públicos como la Casa del Pueblo (sede del Partido
Socialista Belga), con cemente y hierro y una estética modernista, inspirada en
el mundo botánico Destruida en 1965).
Pero el más genial arquitecto del estilo es ANTONIO GAUDÍ (1852-1926).
Recibe una
formación historicista, visible en sus primeros trabajos, donde se
acerca a los estilos gótico y árabe. El neomudéjar predomina en la villa El
Capricho, en Comillas (Santander). Planta muy movida y torre ascendente. El
neogótico aparece en el Palacio episcopal de Astorga, pero pronto supera esta
etapa con una inagotable imaginación que incorpora la naturaleza a la
arquitectura: flores, olas, escamas... que constituyen su universo
arquitectónico.
La Finca Güell se la encarga el empresario Güell como villa de recreo en
Barcelona, así como la Cripta de la colonia Güell, iglesia para la colonia obrera
donde vivían los trabajadores de la fábrica textil Güell. El empresario le encarga
también el Parque Güell, una ciudad-jardín que tiene una famosa columnata,
que es una obra fundamental de la arquitectura española. En estas obras su
estilo ya está formado y se define por la audacia técnica de sus arcos
parabólicos y columnas inclinadas, paredes y techos ondulados...Estas
fórmulas seguirá experimentándolas y llegarán a su punto culminante en la
Sagrada Familia. Usa materiales tradicionales: piedra, ladrillo, fragmentos de
cerámica integrados en la masa de cemento... El hierro y el cristal se usan con
fines decorativos, en los enrejados de forja y en las vidrieras emplomadas. Su
fuente de inspiración es siempre la naturaleza: botánica, geología,
zoología.
Ya en el siglo XX construye en el Paseo de Gracia de Barcelona dos obras
extraordinarias:
- La Pedrera, nombre por el que es conocida la Casa Milá, por simular un
muro de cuevas. Es una arquitectura viva y dinámica, llena de ondulaciones:
habitaciones y pasillos curvos, trapezoidales... Cada piso, cada ventana, cada
balcón es de forma diferente al inferior. Es una mezcla de formas alabeadas y
naturales. Enorme fantasía creadora (la esposa de Pedro Milá, el propietario,
se llamaba Rosario, y Gaudí, profundamente católico, proyectó el bloque como
una peana montañosa sobre la que se asentaría una escultura de la Virgen del
Rosario, con San Gabriel y San Rafael. Pero la oleada anticlerical durante la
Semana Trágica de 1909 atemorizó a Milá y le pidió que prescindiera de los
elementos religiosos.
También hizo la Casa Batlló. Se trata de una remodelación integral de un
edificio previamente existente en el solar. Tiene fachada en forma alabeada.
Las columnas tienen forma ósea, con representaciones vegetales. La
carpintería es igualmente de superficies curvas, y las ventanas son de vidrios
de colores de formas circulares. Gaudí conservó la forma rectangular de los
balcones del edificio anterior, añadiendo unas barandillas de hierro con forma
de antifaz. Otro elemento característico de la fachada es su revestimiento con
vidrios y cerámica de vivos colores, que crean diversos efectos visuales según
la luz que incide en ellos. Para su confección, picó el anterior muro y lo recubrió
de mortero de cal, sobre el que colocó los vidrios (del taller Pelegrí),
combinados en diferentes tonalidades; sobre estos vidrios esparció a todo lo
largo de la fachada una serie de discos de cerámica. Culmina la fachada una
bóveda formada por arcos cubiertos con dos capas de ladrillo, recubierta con
cerámica vidriada en forma de escamas en tonos rojo, verde y azul, que
recuerda el lomo de un dragón. En la parte izquierda hay una torre cilíndrica de
forma bulbosa, decorada con los anagramas de Jesús (IHS), María (M con la
corona ducal) y José (JHP), y rematada con la típica cruz gaudiniana de cuatro
brazos, orientada a los puntos cardinales.
Pero el proyecto que ocupó íntegramente su vida y donde aplica todo lo
ensayado anteriormente es la Sagrada Familia, que no pudo terminar. Según
su proceder habitual, a partir de bocetos generales del edificio improvisó la
construcción a medida que avanzaba. Una de sus ideas más innovadoras fue
el diseño de las elevadas torres cónicas circulares que sobresalen apuntadas
sobre los portales, y que se van estrechando con la altura. Las proyectó con
una torsión parabólica, que otorga una tendencia ascendente a toda la fachada,
favorecida por multitud de ventanas que perforan la torre siguiendo formas
espirales. Neogoticismo, pero muy personal. Las torres de perfil parabólico,
están horadadas para mejorar la resistencia al viento y conseguir musicalidad.
Presencia masiva de decoración vegetal.
EL IMPRESIONISMO
Es un movimiento esencialmente pictórico que pretende captar la realidad,
que para estos pintores es la apariencia puramente transitoria de las
cosas; más que una realidad existe una infinita serie de realidades. Quieren
representar el paisaje con sus elementos cambiantes, sus circunstancias,
que varían de un momento al siguiente; intentan atrapar la naturaleza en el
cuadro, tal como la veían: es la sensación visual del instante. Quiere, para
ello, unir visión y luz, por lo que la luz centra el interés de los
impresionistas.
La reacción hacia ellos fue de total hostilidad, lo que les hizo unirse para
luchar juntos por el triunfo de sus ideales estéticos (eran amigos entre ellos).
Su historia comienza en la exposición colectiva (30 artistas rechazados por los
certámenes oficiales), que fue criticada cruelmente. Uno de los principales
críticos fue el periodista Leroy, quien al burlarse del cuadro de Monet
“Impresión. Sol Naciente”, dio involuntariamente nombre a estos artistas al
llamarlos despectivamente “impresionistas”.
Como método de trabajo defendían la pintura al aire libre, frente al
ambiente cerrado del taller, que impedía ver los cambios que sufren las cosas
bajo las luces cambiantes (amanecer, mediodía, tarde...). El modelo sería el
paisaje, pero también les entusiasman los progresos (ej. estaciones de
ferrocarril, barcos de vapor...) y los acontecimientos de la vida moderna.
Regatas, carreras de caballos, ópera, ballet...
Llegaron intuitivamente a la teoría de los colores: básicamente existen
tres colores primarios (rojo, azul y amarillo) y otros tres complementarios (verde
naranja y violeta), que surgen al asociar los primarios. Pero en vez de
fundirlos con el pincel debe ser el ojo del espectador el que confunda los
toques próximos de colores primarios. Un color puro resalta a través de su
vecindad con su complementario (el efecto de combinar un color puro con su
complementario era magnífico). Usan, pues, colores puros. Para ellos,
además, los objetos sólo se ven en la medida que la luz incide sobre ellos, por
lo que hay que estudiar el color como modalidad de la luz. Incluso un mismo
tema es pintado repetidas veces sin más cambios que los matices de luz.
(Monet pinta cinco vistas de la Catedral de Ruan en cinco momentos distintos.
Aunque cada uno se singulariza por su peculiar manera de aplicar el pincel,
su pincelada es suelta: prefieren la mancha gruesa y pastosa al retoque de
las pinceladas, para captar mejor las vibraciones de la atmósfera. Usan toques
yuxtapuestos de colores sueltos que, de cerca, daba la sensación de que el
cuadro estaba inacabado. Por ello fueron acusados de no saber pintar, al
abandonar los contornos del dibujo.
Habitualmente los orígenes del Impresionismo se vinculan a EDOUARD
MANET, que fue el inspirador y maestro que rompió con la pintura anterior y
abrió nuevas perspectivas. Con el almuerzo campestre y Olimpia experimenta
una revolución pictórica en el color, la perspectiva, la luz y el modelado.
Además tiene una forma nueva de entender el desnudo. Hasta entonces se
justificaba porque eran escenas mitológicas o alegóricas, pero él desnuda a
una mujer cualquiera y en su Olimpia, aunque se apreció la firmeza del dibujo,
la delicadeza del modelado y el colorido espectacular, la mirada directa de una
prostituta era algo que la sociedad no podía aceptar. Usa grandes pinceladas
que forman masas uniformes, más que toques de color. Se inspiró en
Velázquez, Goya e incluso el Greco.
Pero el primer impresionista auténtico es CLAUDE MONET (1840-1926).
Es el paisajista del grupo y el único que se mantuvo siempre fiel al movimiento
impresionista. Quería pintar lo intangible, lo impalpable; su pasión por la
atmósfera lo llevó a diferentes ambientes europeos: la bruma del Támesis en
Londres, la luz del sur de Francia, los fríos paisajes nevados de los fiordos
noruegos... Le interesa el incesante cambiar de la luz en las diversas horas del
día, lo que le lleva al serialismo: reproducciones de un mismo tema para
comprobar los efectos cambiantes de la luz y el color en horas y estaciones
diferentes. Es decir, pinta series en las que repite la misma vista bajo todas las
iluminaciones posibles. Obras:
Serie de la catedral de Ruan
Serie de los nenúfares (Ninfeas), donde no existe cielo ni horizonte, sólo una
vegetación densa que refleja el agua: las formas están disueltas en charcos de
color.
Impresión, Sol Naciente, que dio nombre al movimiento. Espectacular imagen
de un amanecer, con el sol emergiendo entre la buma En este lienzo, la
presencia humana sólo se intuye. Monet representa de un modo esquemático
a los pescadores que salen a faenar en sus barcas, muchos de los cuales no
son más que pinceladas sueltas. Tan sólo el timonel está ligeramente más
detallado. Así como los rayos del sol parecen impregnar todo el cielo con
tonalidades amarillo-anaranjadas, en el agua su reflejo se limita a una estrecha
franja, realizada con pinceladas horizontales de color naranja que se van
espaciando a medida que se acerca el espectador .La niebla es el elemento
fundamental que invade la superficie, destacando esa humedad que invade la
obra y que atenúa las tonalidades, es decir, el color se condiciona a esta
atmósfera húmeda.
AUGUSTE RENOIR (1841-1919)
Prefiere las pinturas animadas por personajes, sobre todo femeninos. Su
interés por la figura humana es su mayor contribución al impresionismo. Es un
gran retratista. Retrató varias veces a Monet y dejó un retrato colectivo de sus
amigos, charlando despreocupadamente en los veladores del Moulin de la
Galette, donde refleja el placer de vivir de la Francia de su época, lleno de luz y
color, donde sigue fielmente los principios del movimiento: pintura al aire libre,
pincelada suelta, colores puros, eliminación del negro, sombras coloreadas,
disolución del dibujo, captación de la luz sobre los objetos.
Su admiración por lo clásicos, sobre todo hacia Rafael, le llevó a dudar de la
viabilidad de la pintura impresionista, y pasó a usar una pincelada más
académica a la vez que recuperaba el dibujo, como se puede ver en Las
bañistas y Los paraguas. Consiguió introducirse en los ambientes burgueses,
en parte por el abandono del impresionismo y la recuperación del dibujo.
EDGAR DEGAS (1834-1917)
Se interesa sobre todo por el movimiento y la captación de la luminosidad de
los interiores. Es el más atípico de los impresionistas: pintó poco al aire
libre. Es impresionista por su pincelada clara y el uso de colores puros.
Fue el cronista de las alta burguesía (era hijo de un banquero); pintó el
ambiente de los hipódromos a los que acudía la alta burguesía (En las
carreras) y se adentró en el mundo del ballet y la danza, centrándose en
las delicadas bailarinas, a las que pinta ensayando en la barra, atándose las
zapatillas, saludando al público...El tema femenino volvió a abordarlo en una
serie de obras de mujeres desnudas en la toilette: bañándose,
peinándose...como si hubieran sido sorprendidas en la intimidad. Sus
composiciones casi resultan instantáneas fotográficas. Usa óleo y pastel.
EL POSTIMPRESIONISMO
Reúne a los pintores que superaron la obstinación de los impresionistas por
captar la fugacidad del momento, sin renunciar a los logras técnicos obtenidos.
Son, sobre todo, tres grandes maestros que preludian las vanguardias
históricas del siglo XX: Cèzanne, el cubismo; Gauguin, el movimiento “nabi” y
Van Gogh el Fauvismo y el Expresionismo. También pertenece a este grupo
Toulouse-Lautrec (no entra en el programa).
Todos parten de la pintura impresionista, pero se cuestionan pronto la
necesidad de buscar nuevos planteamientos formales, buscando una salida en
la recuperación de la forma. Tienen también en común un sentido trágico en
sus vidas, que se concreta en el aislamiento (Cezanne), la locura y el suicidio
(Van Gogh) o la huida (Gauguin). Son el verdadero puente entre el siglo XIX y
el XX, por su inconformismo, su ruptura con la tradición y, sobre todo, su
enorme voluntad creadora.
PAUL CÉZANNE (1839-1906). Fue un artista fracasado hasta los 50 años. Es
el primer pintor del siglo XX. No concibe la pintura basándose sólo en la
mirada, como los impresionistas, sino en “la vista y el cerebro”, es decir, en los
sentidos y en la reflexión. Esto le llevó a centrarse en una investigación de las
formas que lo acercó a los principios del cubismo, basada en la simplificación
de las formas, tendiendo a la geometrización, la recuperación del dibujo y la
multiplicación de los puntos de vista. “En la naturaleza todo se modela
según la esfera, el cono y el cilindro y hay que aprender a pintar sobre las
bases de las formas simples”, dijo. Es la base del cubismo. Simplifica la
naturaleza en líneas perpendiculares y diagonales, con grandes pinceladas de
color que tienen volumen.
Su pintura trató pocos temas, trabajados en series con una gran
minuciosidad: los jugadores de cartas, las vistas de la montaña de Santa
Victoria y los bodegones de frutas se repiten una y otra vez en sus cuadros. En
su magnífica Manzanas y naranjas construye simplificando las formas,
modelando con planos de un color poderoso y, sobre todo, introduce una
variedad de puntos de vista sorprendentes: el plato con manzanas y la mesa
están vist6osa desde arriba, mientras que el frutero y la jarra tienen una
perspectiva lateral.
Sufrió críticas durísimas, lo que acabaría llevándolo a un aislamiento personal
que se concretó en su reclusión en ell sur de Francia (en la Provenza).
PAUL GAUGUIN (1848-1903)
Su vida es una novela de aventuras. Fue un gran viajero. Expuso con los
impresionistas, pero se alejó del grupo. Permaneció una temporada en Arles,
con su amigo Van Gogh, pero acabaron peleándose. Finalmente encontró su
paraíso en la Polinesia, concretamente en Tahití, y se convirtió en un gran
retratista.
Para él, no hay que quedarse en la apariencia, sino “buscar el fondo
misterioso del alma”; busca el mundo interior usando una técnica decorativa
que recuerda los esmaltes. Cree que la pintura no es el reflejo de la naturaleza,
sino algo autónomo. La luz pierde en él su importancia absoluta para llegar
a una exaltación del color (Principio en que se basará el fauvismo). En sus
cuadros aparecen zonas anchas de colores, como si realizara vidrieras, y
figuras grandes, contorneadas de manera nítida. Además renuncia a la
perspectiva, suprime el modelado y las sombras: pinta objetos
bidimensionales, contorneados por líneas negras, rellenando luego los
espacios libres con manchas de color aplanadas (influencia delas pinturas
japonesas). El color adquiere una intensidad poética excepcional. Es una
mentalidad ingenua y primitiva, que será seguida por los pintores del
movimiento Nabi (como Aristide Maillol; para ellos la pintura es una superficie
plana en la que se suceden una serie de colores armónicamente ordenados. El
tema o el contenido intelectual son secundarios).
Destacan sus series de mujeres tahitianas y su obra maestra es “De dónde
venimos? Qué somos? A dónde vamos?”, donde trata con su mentalidad
ingenua y primitiva una civilización sin contaminar. “Mujeres de Tahití” o “Mata
Mua” son otras e sus obras más conocidas.
VINCENT VAN GOGH (1853-1890)
Nacido en Holanda, hombre apasionado, sensible y desequilibrado. Fue
un prodigio de potencia y fertilidad creadora. Murió a los 37 años y dejó 879
cuadros, pero sólo vendió un lienzo en su vida (se lo compró su hermano y
protector Thèo). Trabajó como marchante de arte para una galería francesa,
pero la cadena de desengaños amorosos que sufrió agravó su carácter
depresivo y lo llevó a abandonar su trabajo, por lo que fue despedido. Su gran
apoyo moral y económico fue su hermano Thèo. Era visto como un
excéntrico peligroso.
Una crisis espiritual le lleva a volcarse en la pintura y cultiva una temática
social, con tonos oscuros y grises, como en los comedores de patatas o El
patio de la cárcel. Se va a París y en contacto con los impresionistas su
pintura se vuelve clara, colorista y alegre. Se instaló definitivamente en
Arlés, donde pasó temporadas internado en un hospital psiquiátrico. Se
entusiasmó con la luz de la región (Provenza) y pintó paisajes y figuras de
formas serpenteantes, flamígeras, que traducen su fuego interior. Los
cipreses llameantes, los suelos que parecen estremecidos por un terremoto, los
edificios de líneas retorcidas aparecen en sus obras y traducen su
atormentada vida de enajenado. Acabó suicidándose con un disparo en un
ataque de locura.
Pinta noches estrelladas, campos de trigales, olivos, cipreses, girasoles,
lirios...Representa escenas de interior, como su propia habitación, y una serie
de 43 autorretratos, donde ensayaba pigmentos y técnicas tomando su rostro
como referencia.
Algunas de sus obras más conocidas son:
Iglesia de Auvers-sur Oise, donde todo parece amenazado por un
cataclismo: el cielo con torbellinos de manchas azules, la iglesia gótica que
parece desmoronarse, los caminos que serpentean...es un mundo patético y
trágico.
Habitación del pintor en Arles. En sus notas indica que quiere sugerir reposo,
pero la intensidad del color y la inestabilidad de los objetos, torcidos y
ondulantes, traduce la inquietud de su temperamento.
Los girasoles, de formas ondulantes y tensas, que parecen traducir la
angustia del artista.
Florero con lirios, pintado dos meses antes de su suicidio. Refleja, como toda
su obra, una exquisita sensibilidad. Intenso colorido, dibujo de gran fuerza,
recortándose sobre el fondo amarillo. Sin espacio, profundidad ni modelado,
rompe definitivamente con la visión pictórica heredada del Renacimiento. Es la
culminación de una obra llena de magníficas creaciones.
Pocas veces en la historia del arte las formas han alcanzado esta función de
lenguaje del psiquismo: plasmó su realidad interior proyectándola sobre los
objetos cotidianos. Contornea con fuerza las figuras y usa el color,
poderosísimo, independiente de la luz. Pincelada cargada de pasta, enorme
fuerza visual. Antecedente del Expresionismo.
“El sembrador”, “La noche estrellada”, “campo de trigo con cuervos”,
“café de noche, exterior” y “café de noche, interior” son otras de las
muestras más conocidas de este pintor de trágica vida que dejó una extensa
obra, hoy enormemente valorada.
LA ESCULTURA DEL SIGLO XIX: Auguste RODIN
Auguste Rodin es el gran escultor del siglo XIX, de gran capacidad creadora.
Reaccionó contra los modelos estáticos que hacían los académicos y
centró su atención en la naturaleza. Su escultura tiene puntos de contacto
con el impresionismo de los pintores: abandonó intencionadamente el acabado
perfecto de la obra para dejar zonas pulidas junto con otras en bruto, con
acabado rugoso (como hizo Miguel Ángel con su non finito): así crea con la luz
claroscuros pictóricos y contrastes próximos al impresionismo.
Tiene influencia de Rubens y, sobre todo, de Miguel Ángel, cuya
terribilitá le impactó enormemente. Muchas de sus obras manifiestan una
vida interior y una fuerza colosal, de clara influencia miguelangelesca. Trabajó
con todo tipo de materiales, técnicas y formatos. Su espíritu apasionado lo llevó
hacia temas dramáticos.
Obras importantes suyas son:
Los burgueses de Calais, grupo en bronce de gran fuerza dramática. Son
figuras retorcidas, de enorme patetismo. La escena relata un episodio de las
guerras entre Francia e Inglaterra. La ciudad de Calais fu sitiada por Eduardo III
de Inglaterra y tras una feroz resistencia, el rey se ofreció a respetar la vida de
los pobladores de la ciudad si seis hombres notables de la ciudad, en su lugar,
se rindieran ante él, junto con las llaves de la ciudad, vestidos en camisón y
con una soga amarrada a sus cuellos. Esta es la escena representada.
Monumento a Balzac, también en bronce, concebido como un coloso egipcio,
una estatua cubo. Diseña un símbolo casi abstracto de la potencia creadora del
novelista. La poderosa cabeza domina sobre los amplios ropajes y el cabello es
lo que proporciona el movimiento. Gran fuerza expresiva y aproximación al
impresionismo. Fu encargado por la sociedad de la Letras de Francia, perro
provocó rechazo pues querían un retrato más tradicional, fiel al modelo. Rodin
se negó a modificarlo y devolvió el dinero del encargo.
Las puertas del Infierno, su trabajo más ambicioso y que quedó sin acabar,
como le ocurrió a su admirado Miguel Ángel. Encargadas para el Museo de
Artes Decorativas de París, pero el gobierno canceló el proyecto y el
gigantesco pórtico (550 por 370 cm.) quedó en el taller, donde Rodin siguió
añadiéndole elementos hasta su muerte. La iconografía está basada en La
Divina Comedia de Dante y en los poemas del poeta Baudelaire de su obra
“Las flores del Mal”, tratando de realizar una gran alegoría del amor y la
condena. Algunas de las más de doscientas figuras representadas las
reprodujo el autor más tarde de modo independiente, como es el caso de su
famosa representación de “El pensador”, así como “Las tres sombras” o “El
Beso”. Predomina el altorrelieve, llegando incluso a lo exento como es el caso
de los dos ejemplos citados. El conjunto recuerda al Juicio Universal de su
admirado Miguel Ángel. Son figuras retorcidas, que van abultándose desde el
relieve plano al altorrelieve tridimensional. Sus contemporáneos rechazaron la
mayoría de sus creaciones, salvo El Beso, aunque la crítica lo valoró y recibió
encargos públicos: el público no entendía sus creaciones más personales.
Tiene clarasn referencias clásicas: el dintel a modo de tímpano o el ático, así
como las pilastras en las jambas, como también los es su referencia a las
puertas del Baptisterio de Florencia de la Catedral de Florencia. Por otra parte
el papel de la luz, los claroscuros y la poco definida línea de sus figuras, que
parecen inacabadas (al igual que Miguel Ángel), son elementos que nos
permiten aproximarlo a los impresionistas.
El Pensador, observa desde el dintel de la puerta los horrores de los
condenados. Gran influencia de Miguel Ángel. Expresa una enérgica
concentración del rostro, los músculos tensos, manos fornidas, fuerza
contenida...
El Beso, es a la vez la exaltación de la belleza y del movimiento, con la
multiplicación de planos y la suave ondulación de la superficie.
Las tres sombras, en el ático de la puerta, son figuras sinuosas, de gran
fuerza.
En su plena madurez su obra deriva hacia formas simbólicas, como “La
Catedral”, reducida a dos manos en posición orante: las formas sugieren
dimensiones más allá de lo visible.
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