Reglas explícitas: La mejor garantía de continuidad en la empresa

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Económico
Reglas explícitas, la mejor garantía de continuidad en las empresas familiares
Ernesto G. Niethardt(*) / Especial para LA MAÑANA Mencionamos en la nota anterior que se
han identificado ciertas fortalezas de las...
Ernesto G. Niethardt(*) / Especial para LA MAÑANA
Mencionamos en la nota anterior que se han identificado ciertas fortalezas de las empresas
familiares. En este sentido, una que ha despertado el interés de los investigadores, es su
foco en la continuidad y la prudencia que esto conlleva.
Así se ha advertido que el objetivo de la continuidad cambia la estructura mental y las
actitudes, incide de manera significativa en lo que se hace en la empresa, y deriva en una
mayor prudencia y moderación.
Las empresas familiares analizan el riesgo con más cuidado. Contraen menos deudas y es
poco probable que crezcan bruscamente o que distribuyan todas sus utilidades. Las
empresas familiares necesitan ser muy eficientes en el uso de los activos porque, en
general, sienten aversión por las deudas y tienen menos acceso al crédito que el resto de
las empresas. De allí que haya muchas empresas familiares operando en actividades que no
hacen uso intensivo de sus activos. Aunque sin duda hay ventajas cuando una empresa
puede recurrir a un banco o al mercado de capitales, estas limitaciones financieras
también son positivas porque estimulan el ingenio y la creatividad.
Desafíos diferentes
¿En qué difieren los desafíos que enfrentan las empresas familiares de las que no lo son? En
primer lugar, habitualmente en el comienzo, todos los miembros de la familia trabajan y
conviven durante largas jornadas casi todos los días de la semana.
La empresa lo es todo e interfiere con la vida personal de los integrantes de la familia
porque se sienten responsables de ella. En segundo lugar, estas empresas suelen tener
dueños que se preocupan por la empresa las veinticuatro horas del día y participan de
forma activa en ella, porque lo que está en juego no es sólo su dinero sino también su
prestigio personal, lo que sin duda tiene sus ventajas. Y por último, las empresas
familiares, por lo general, cuentan con una mayor lealtad de sus empleados.
Las empresas familiares también pueden adoptar enfoques distintos sobre la gestión
empresaria, porque están más impulsadas por valores y piensan más en el largo plazo. Su
orientación al largo plazo les permite implementar estrategias que en el corto plazo
pueden parecer inadecuadas, pero que a la larga pueden resultar válidas.
Gracias a que piensan en el largo plazo, las empresas familiares pueden comprar y vender
contra lo que dictan las creencias convencionales del mercado. Su principal preocupación
no es el desempeño del próximo año, entonces las decisiones se toman para garantizar una
supervivencia para los próximos cinco, diez o veinte años.
Por esa razón, un objetivo recomendable que debería tener toda empresa familiar
preocupada por su continuidad, es el de promover una planificación teniendo en cuenta
sus características particulares, sus ventajas, desventajas y desafíos específicos. Si bien
hay muchas diferencias entre las empresas según la industria y el sector, la cultura
familiar y el enfoque de negocios que se tenga, también hay muchas similitudes que se
pueden identificar. Entre ellas esta el desafío que enfrenta la primera generación, de
aceptar y dejar hacer a la segunda generación.
También es similar la necesidad de crear un equipo de hermanos que sea colaborador y
cooperativo, y que pueda manejar con éxito los conflictos que sin duda se les presentarán.
De ahí la necesidad de pensar en estos problemas y de identificar alternativas,
considerando las ventajas, desventajas y consecuencias de las diferentes opciones. No hay
una sola respuesta correcta a un problema, lo aconsejable es elegir el camino que parezca
más adecuado entre las opciones disponibles. De ahí la necesidad de poner el énfasis en la
planificación, pensando sobre todo en la gobernabilidad de la empresa y la familia, a
medida que las empresas maduran, crecen en tamaño y complejidad. Para ello se deben
analizar las reglas, los principios y la filosofía con los cuales se rige, gobierna y administra
la empresa. Por eso, en general, se recomienda a las familias que sean más formales y
explícitas respecto de las normas que las rigen.
(*)Consultor de empresas familiares
[email protected]
La Mañana de Córdoba, Suplemento Económico del 2 de septiembre de 2007
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