PODER JUDICIAL DE ENTRE RIOS SALA CIVIL y COMERCIAL II- CONCORDIA "MUNICIPALIDAD DE CONCORDIA C/ SOGYN S.R.L. S/ APREMIO” (EXPTE: 1335) CONCORDIA, 20 de noviembre de 2012 VISTO: Estos autos caratulados "MUNICIPALIDAD DE CONCORDIA C/ SOGYN S.R.L. S/ APREMIO (EXPTE: 1335)", venidos a despacho para resolver el recurso de apelación concedido a fs. 146, Y CONSIDERANDO: I.- Que la resolución apelada de fs. 138/141 vta. manda llevar adelante la ejecución promovida por la Municipalidad de Concordia contra Sogyn S.R.L..Para así decidir rechazó la excepción de inhabilidad de título y la inconstitucionalidad deducidas por la ejecutada con asiento en que el aspecto exterior del título no presenta vicio que lo invalide, el Municipio actor cuenta con potestad tributaria suficiente para habilitarlo al cobro de la tasa motivo del pleito que fuera reconocido por la misma demandada en su obrar anterior a la instancia judicial, y en que no se observa perjuicio irreparable que afecte a la legitimada pasiva que justifique el tratamiento de la inconstitucionalidad planteada.II.- Tal pronunciamiento fue apelado por la ejecutada a fs. 145, recurso que se concedió a fs. 146, se sostuvo a fs. 147/151 vta. y no fue replicado por la contraria.Sostiene la impugnante que: la Municipalidad local no le presta - ni está en condiciones de hacerlo - ningún servicio que justifique la pretensión de la misma de percibir la tasa por inspección de Higiene Sanitaria, Profilaxis y Seguridad, hecho que tampoco fue demostrado a lo largo del proceso pese a tener aquélla la posibilidad de hacerlo; el fallo objetado es incongruente, por cuanto previo al mismo el anterior magistrado admitió abrir la causa a prueba pero luego soslayó considerar el resultado de tal actividad procesal, esto es que el hecho imponible alegado por el Estado para aplicar el tributo no se condice con la realidad; la inexistencia del crédito por ausencia del presupuesto fáctico invocado autoriza que el análisis del título no quede circunscripto a la forma extrínseca del mismo y torna inconstitucional la normativa que viabiliza el tributo y, por último, cuestiona la imposición de costas, ya que le asistió razón bastante para interponer la defensa que dedujo.III.- De acuerdo al ordenamiento de forma la excepción de inhabilidad de título debe referirse a la faz externa del instrumento base de la ejecución y se configura cuando "...se cuestione la idoneidad jurídica de aquél, sea porque no figura entre los mencionados por la ley, porque no reúne los requisitos a que ésta condiciona su fuerza ejecutiva (existencia de cantidad líquida, exigible etc.), o porque el ejecutante o el ejecutado carecen de legitimación procesal en razón de no ser las personas que figuran en el título como acreedor o deudor." (Cfr. Palacio, Lino E., Derecho Procesal Civil, T. VII, pág 424, Ed. Abeledo Perrot).El título ejecutivo constituido por el certificado de deuda expedido por la Municipalidad de Concordia y agregado a fs. 4 de estas actuaciones, goza, así y en principio, de autonomía, abstracción e independencia respecto de las obligaciones que genera.- 1 Esa pauta legal formal no es absoluta, ya que cede cuando mantenerla cause un agravio o lesión que, por su magnitud y circunstancias de hecho, pueda ser de tardía, insuficiente o imposible reparación ulterior (C.S.J.N., Fallos: 308:90; 319:2325; 321:2278).Por ello es que, frente al convencimiento del juzgador respecto de la falta de legitimidad de la deuda que se ejecuta no cabe acceder a lo requerido con sujeción al derecho ritual desentendiéndose de la normativa sustancial, máxime cuando ésta es de naturaleza constitucional.El paradigma que da prioridad a la prevención del daño por sobre su reparación, de incipiente consagración legislativa a través de la reforma introducida por la ley nº 17.711 (2499 ap. 2º del Cód. Civil) y hoy motivo de regulación expresa y amplia en el proyecto del Código Civil y Comercial (arts. 1710 y 1711), impone evitar manifiestos detrimentos provocados por estricta aplicación de preceptos que derivan en resoluciones con alcance de cosa juzgada formal, es decir provisorias (art. 539º del C.P.C. y C.), mal anteponiendo las mismas y sus fundamentos a lo que pudiera corresponder según el derecho de fondo.Bajo dicha perspectiva estimamos que, en el presente, debe verificarse si el título que se ejecuta contiene una obligación tributaria que, con arreglo al derecho material, es válida en cuanto se ciñe al sistema legal positivo presidido por nuestra Carta Magna (arts. 31 de la Const. Nacional y 1 de la Const. de Entre Ríos).Sobre la calidad de contribuyente de la tasa ejecutada respecto de los nosocomios privados que prestan un servicio vinculado con la salud (como ocurre con la parte ejecutada: ver fs. 15, 19/22 vta. y 39 ap. 3º), este Tribunal concluyó recientemente (Cfr. autos "Sanatorio Concordia S.A. c/ Municipalidad de Concordia s/ Ordinario", Expte. Nº 1143, fallo del 30-102012) a través de votos diferenciados en lo argumentativo pero coincidente en la solución, en que aquélla no constituye una obligación tributaria exigible por el Municipio de Concordia por las siguientes razones en lo que aquí interesa: (a) "Como se sabe, el presupuesto de hecho que emana de la ley para poder exigir el pago de la tasa es: la prestación efectiva o potencial de una actividad de interés público que afecta al obligado. Entonces cabe analizar aquí la norma municipal y la descripción que ella hace de las circunstancias configurativas del hecho imponible, para en su caso ver si la misma es aplicable al caso concreto. Según el art. 18 del TÍTULO II CAPÍTULO I- del CÓDIGO TRIBUTARIO MUNICIPAL -TASA POR INSPECCIÓN DE HIGIENE, SANITARIA, PROFILAXIS Y SEGURIDAD: "La Tasa prevista por este Título es la prestación pecuniaria que se debe realizar al Municipio por los servicios de: a) Registro y control de actividades empresarias, comerciales, profesionales, científicas, industriales, de servicios y oficios y toda otra actividad que fuera ejercida a título oneroso; b) De preservación de salubridad, de moralidad, seguridad e higiene...". Veremos que ninguno de los servicios individualizados como a) y b) aparecen como prestados por el municipio a la actora. En efecto, la ley Nº 3818, cuyo texto obra agregado en expte. administrativo acordonado, ya en su art. 1º declara bajo el contralor y garantía del estado provincial a las profesiones del arte de curar y sus ramas conexas, las que cumplen una función social y como tal están supeditadas en su ejercicio privado al interés y conveniencias generales, factibles de ser declaradas de utilidad pública. En esa línea de razonamiento y télesis normativa es que por el art.13 de dicho texto legal, se reserva el estado provincial la facultad de habilitar los locales donde se 2 ejerzan tales profesiones, a través del Ministerio de Salud Pública. Mas precisamente, en referencia a Sanatorios y Policlínicos, el art. 128 dice que esos establecimientos estarán bajo la vigilancia inmediata de ese Ministerio con facultades de inspeccionarlos a efectos de comprobar si cumple con las disposiciones de la ley y sus reglamentaciones, reiterando los arts. 132 y 134 que dicho organismo autorizará, previa inspección, los locales donde se instalarán sanatorios. El art. 136 por su parte prevé el funcionamiento de consultorios dentro de los sanatorios para lo cual también debe solicitarse la correspondiente autorización al Ministerio de Salud Pública, quien está facultado por el art. 203 a iniciar sumario contra los infractores de la ley sea por denuncia o de oficio, estando los funcionarios de policía obligados a comunicar al Ministerio las infracciones que lleguen a su conocimiento bajo sanción en caso de guardar silencio. Las disposiciones citadas no dejan duda alguna que todo lo relativo a inspecciones y autorizaciones son de competencia exclusiva de la Provincia por intermedio del ministerio citado. Ello surge claramente vgr. de las Resoluciones Nº 60 que data del 28-011987 del expte. administrativo Nº 1226380 por la que el Subsecretario de Salud Pública Provincial aprueba la inspección realizada al local y autoriza la farmacia interna del sanatorio actor (ver fs.50/52)...Ante ello, el argumento defensivo esgrimido por la accionada en cuanto a que el cobro de la tasa por inspección de higiene sanitaria, profilaxis y seguridad se justifica porque en el sanatorio se presta un servicio a la comunidad y que dicho establecimiento se encuentra bajo el control municipal por estar en juego el interés público, cae por su propio peso...Lo hasta aquí dicho demuestra que el tributo en cuestión -conforme art. 18 CTM- está fuera de los límites de la potestad fiscal municipal, no surgiendo a lo largo del proceso - ni siquiera descripto en el responde- cual es la prestación de servicios de inspección de seguridad e higiene por parte de la comuna, los que como vimos están reservados sólo al ámbito provincial por los fundamentos dados en el art.1º de la ley 3818...Por lo expuesto ante la ausencia de una prestación efectiva de servicios por parte de la demandada -ausencia de presupuesto de hecho, la norma municipal en lo que refiere a la tasa en cuestión, no es de aplicación al caso..."; (b) "...tanto la Nación como las Provincias y los Municipios tienen potestad tributaria (arts. 5, 75 inc. 2., 123 y 126 - a contrario sensu - de la Const. Nacional; arts. 1, 8 ap. 2º, 19, 79, 122 incs. 7º, 11º y 12º, 240 inc. 25º, 243 inc. 1º y 244 de la Const. Provincial; Código Tributario Municipal y Ley Orgánica de Municipios Nº 10.027 y su modificatoria Nº 10.082). Con arreglo al art. 123 de la Const. Nacional los municipios gozan de autonomía financiera, aspecto que "comprende la libre creación, recaudación e inversión de las rentas para satisfacer los gastos del gobierno propio y satisfacer sus fines, que no son otros que el bien común de la sociedad local" (Cfr. HERNÁNDEZ, Antonio María (h.), "Derecho municipal", ed. LexisNexis, Buenos Aires, volumen I, "Teoría general", pág. 386), y el art. 231 de la Constitución provincial asegura la "autonomía institucional, política, administrativa, económica y financiera a todos los municipios entrerrianos, los que ejercen sus funciones con independencia de todo otro poder", y permite a los municipios con más de diez mil habitantes dictar sus propias cartas orgánicas. A tal efecto, el art. 237 prevé la convocatoria a convenciones que las establezcan; los municipios que no lo hagan se regirán por la ley orgánica de municipios (art. 239). No obstante, la autonomía tributaria municipal está supeditada, en cuanto a su contenido y alcance, a la autoridad provincial (arts. 5 y 123 de la Const. Nacional y 1 3 de la Const. Provincial; Cfr. C.S.J.N., Fallos: 312:327 y su reajuste en Fallos: 314:495; Gelli, María Angélica, "Constitución de la Nación Argentina", La Ley-2001, pág. 752) o, al decir de algunos autores, a las "normas del Derecho Público provincial" (Cfr. Rosatti, Horacio en "TRATADO DE DERECHO CONSTITUCIONAL", Rubinzal-Culzoni-2011, pág. 603), esto es, leyes y constituciones federales. Por ello y por la dependencia que le cabe respecto del Estado Nacional en materia tributaria, es que la mayor parte de la doctrina especializada coincida en que el poder tributario de los municipios es "derivado", en cuanto no surge de las Constituciones provinciales sino de lo que le reconozcan los entes federales, mientras que la potestad tributaria de la Nación y de las provincias es "originaria", porque nace en las respectivas constituciones (Cfr. Villegas, Héctor Belisario, ob. cit., Astrea-2003, pág. 307). Esa subordinación de los municipios en materia tributaria a la legislación pública provincial en virtud de la cual las provincias pueden fijar un sistema económico-financiero al cual se ajuste la organización comunal, tiene como frontera no privar a los entes municipales de las atribuciones mínimas necesarias para desempeñar su cometido. En tal sentido la Corte Federal (in re "Municipalidad de la Ciudad de Rosario c. Provincia de Santa Fe", el 4 de junio de 1991, Fallos: 314-495), cuya doctrina debe ser seguida por los tribunales inferiores (S.T.J.E.R., Sala Civil y Comercial, in re "Municipalidad de Victoria c/ Industrias Jhon Deere Argentina S.A.", del 26-07-2010), ha dicho "que la necesaria existencia de un régimen municipal impuesta por el art. 5 de la Constitución nacional, determina que las leyes provinciales no sólo deben imperativamente establecer los municipios, sino que no pueden privarlos de las atribuciones mínimas necesarias para desempeñar su cometido. Si tales entes se encontrasen sujetos en esos aspectos a las decisiones de una autoridad extraña —aunque se tratara de la provincial— ésta podría llegar a impedirles desarrollar su acción específica, mediante diversas restricciones o imposiciones, capaces de desarticular las bases de su organización funcional". En esa dirección el derecho público provincial supremo, esto es la Constitución, reconoce a los entes municipales la potestad de "establecer, recaudar y administrar sus recursos, rentas y bienes propios (art. 240, inc. 11), o sea, "los ingresos que obtiene el Estado preferentemente en dinero, para la atención de las erogaciones determinadas por exigencias administrativas o de índole económico-social" (Cfr. Giuliani Fonrouge, Carlos M., "Derecho financiero", novena edición, actualizada por Navarrine y Asorey, ed. La Ley, tomo I, pág. 195), integrando esos ingresos lo recaudado a través de los tributos, y que el tesoro municipal estará formado por "lo recaudado en concepto de impuestos, tasas, derechos, contribuciones, cánones, regalías y demás tributos" (art. 243 inc. 1º.). Pero, a renglón seguido la ley superior local si bien acepta que los municipios ejerzan "de modo exclusivo su facultad de imposición respecto a personas, cosas o actividades sujetas a su jurisdicción" (la exclusividad, en su exégesis apropiada, significa que las municipalidades no pueden poner en práctica el poder tributario concedido fuera de su jurisdicción: arts. 75 inc. 2 de la Const. Nacional y 8 ap. 2º, 79, 122 incs. 7º, 11º y 12º de la Const. provincial), fija como tope de esa prerrogativa el respeto de "los principios de la tributación y la armonización con los regímenes impositivos provincial y federal" (art. 244). Los principios básicos de la tributación son aquellos previstos en los arts. 122 incs. 7 y 11, y 79 de la Const. de la provincia de Entre Ríos; ellos son los principios de legalidad, capacidad 4 contributiva, progresividad y proporcionalidad, a los que cabe sumar los principios de igualdad, equidad y no confiscatoriedad (art. 16, Const. Nacional). La armonización de la facultad tributaria municipal con los regímenes impositivos provincial y federal implica la correspondencia, proporcionalidad y razonabilidad que la primera debe tener con sus pares nacionales y provinciales para lograr el fin propuesto; en otras palabras, que el medio - tributo - utilizado para obtener recursos no sea semejante al practicado por la provincia o la nación, constituyendo así un obstáculo al desarrollo económico (v.g.r.: la imposición de un tributo - denominado tasa, derecho o contribución por el municipio - que configura un impuesto municipal a los ingresos brutos). A su vez esta armonización contemplada constitucionalmente habilita legalmente la doble o múltiple imposición (entendiéndose por tal la concurrencia de dos o más gravámenes sobre el mismo objeto o hecho imponible en un determinado período fiscal a un mismo contribuyente), siempre que se respeten por los distintos niveles de Estado sus competencias tributarias conforme a la Constitución (Cfr. Naviera de Casanova, Gustavo, "El poder tributario de los municipios de provincia en Argentina. Análisis tras la reforma constitucional de 1994". Revista Iberoamericana de Derecho Tributario, n° 5, Madrid, 1997, p. 454; Soler, O., "Abuso del Estado en el ejercicio de la potestad tributaria", La Ley, 2003, p.65.; Giuliani Fonrouge, Carlos M. Ob. cit., p. 356, con cita de Fallos 185:209; 210:276; 210:500; 217:189; 220:119; 240:280; 249:657; 257:127; Rodríguez Usé, Guillermo F., "Doble Imposición Internacional", Derecho Fiscal, Tomo XXXII, p. 772; Villegas, Héctor Belisario. Curso de finanzas, derecho financiero y tributario, 8va. Edición actualizada y ampliada, Ed. Astrea, p. 278/279; Horacio A. García Belsunce, "Algo Más sobre la confiscatoriedad en la tributación". La Ley, 1990-E, p. 668; CSJN, Fallos: 170:114), motivo por el que es insuficiente la mera alegación de aquélla para dejar sin efecto o declarar la inconstitucionalidad de un tributo. Continuando con la compatibilidad tributaria exigida constitucionalmente, el test para verificar el poder tributario de un ente municipal debe provenir de la interpretación armónica de las disposiciones de la Constitución Nacional, Constitución provincial, la Ley Orgánica de cada municipio o - en su defecto - la Ley de Municipios, y el Código Fiscal local, lo cual nos revelará sobre los alcances de aquella capacidad y sus límites. En síntesis y en lo que aquí interesa: a) el municipio tiene poder tributario reconocido por las Constituciones de la Nación y de la Provincia; b) tal potestad tributaria está subordinada a los límites que le establece la Constitución y las leyes de la provincia, restricciones que, para ser válidas, no deben privar a los municipios de las prerrogativas mínimas que fuesen menester para alcanzar sus fines; c) la Constitución local reconoce a la municipalidad demandada activar su capacidad tributaria en relación a personas, cosas o actividades sujetas a su jurisdicción, siempre que opere dentro de ésta y acate los principios de la tributación y la armonización con los regímenes impositivos provincial y federal; d) la doble o múltiple imposición no está prohibida a condición que el ente estadual no transgreda la potestad tributaria correspondiente a otra administración de acuerdo a las leyes de superior jerarquía, es decir, que los hechos imponibles que se diseñen para los tributos municipales no sean parecidos o idénticos a los que recauda la Nación y la Provincia, o se aplique tributos iguales sobre la misma porción de la base imponible... Los arts. 18º y 19º del C.T.M. (Código Tributario Municipal), Parte Especial, disponen una tasa que grava una actividad 5 onerosa de los privados por servicios que efectivamente presta el municipio, independientemente de su utilización concreta por parte del contribuyente u obligado al pago, "lo que no es presupuesto indispensable para que surja la obligación tributaria" (Cfr. Villegas, Héctor Belisario, ob. cit., Astrea-2003, pág. 905). Por lo visto, el nacimiento de la tasa está supeditado, según presupuesto normativo preindicado y desde el aspecto material, a que el contribuyente ejerza una actividad lucrativa, de modo que el cobro de aquélla sólo es posible, en mi parecer, si dicha tarea onerosa sólo es posible por la prestación que brinda el municipio y por la cual éste le reclama el tributo. Aparece así, desde mi óptica, la ilegitimidad de la pretensión tributaria Municipal que no se supera con la denominada teoría de la permisión, según la cual lo que no está vedado está permitido (art. 19 de la Const. Nacional), tesis que, de conformidad a abonada doctrina autoral, es la que recepta nuestra Constitución provincial. En primer término, porque el hecho imponible - actividad lucrativa - según esa normativa municipal es análogo - y propio - al gravado con el impuesto - provincial - a los ingresos brutos (art. 147º, 149º, s.s. y c.c. del C.T.F. de la provincia), como también es similar la base imponible de ambos tributos (arts. 20º del C.T.F. Municipal y 151º del C.T.F. provincial; Cfr. Villegas, Héctor Belisario, ob. cit., Astrea-2003, pág. 888), lo que torna desajustado jurídicamente el cobro perseguido - bajo la denominación de tasa - en un doble sentido: (a) porque desconoce la competencia tributaria exclusiva que en la materia cuenta el Estado provincial (arts. 126 - a contrario sensu - de la Const. Nacional; 8 ap. 2º y 122 inc. 7º de la Const. Provincial; 1º, Anexo II al Título II del Libro II del Código Fiscal de la provincia; 15 de la Ley Orgánica de Municipios Nº 10.027), lo que infringe el art. 15º de la Ley Nº 10.027 y conlleva desatender la manda constitucional según la cual no hay transferencia de competencias, servicios o funciones sin la respectiva reasignación de recursos, aprobada por la provincia interesada en su caso (art. 75 ap. 6º de la Const. Nacional y 246 último parágrafo de la Const. de la provincia); (b) dado el derecho de los municipios de coparticipar en ese tributo provincial (arts. 243 inc. 2º, 245 y 246 inc. b) de la Const. provincial; 15.- de la Ley Nº 8492; 1º inc. b) de la Ley Nº 9638, y 147º, 148º, ss. y cc. de la Ley Impositiva Nº 9.622), la percepción de la tasa más el impuesto se ve de tal suerte duplicado, con el consiguiente perjuicio patrimonial e injustificado del contribuyente y, por ende, del derecho constitucional de propiedad del mismo (arts. 17 de la Const. Nacional y XXIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre aprobada el 02-05-1948 en Bogotá, Colombia). En segundo término, porque el extremo fáctico condicionante de la posibilidad de exigir el tributo controvertido, cual es la efectiva e individualizada prestación de un servicio - oneroso - por la administración municipal conforme al derecho judicial vigente, relevante y autorizado (Cfr. C.S.J.N., Fallos 312:1575), ... aparece en la defensa y crítica del Municipio desdibujado, impreciso, indefenido...Es que no es viable reconocer judicialmente aquéllo respecto de lo cual el sujeto procesal pasivo - sobre el que pesa la carga de acreditar y puntualizar ciertos hechos sobre los que gira la contienda - debe ser concreto y específico, aptitud requerida no sólo por cuestiones de buena fe y probidad procesal sino para que tanto la contraria como el juez puedan ejercer cabalmente sus funciones: la primera mediante el pleno ejercicio de la garantía constitucional de la defensa en juicio, y el segundo resolviendo conforme a derecho (art. 18 de la Const. Nacional)...Por lo demás - obiter 6 dictum -, no constituye un asidero viable aquéllo planteado por el municipio en cuanto al silencio anterior del sanatorio frente a su propósito de cobro de la tasa, a la luz de los arts. 784, 792, cc. y ss. del Código Civil y la doctrina que los informa...; (c) "...Que las constancias de autos y la disposiciones legales mencionadas, revelan que los aspectos atinentes a la habilitación y control de los centros asistenciales de salud, entre los que se encuentra la entidad accionante, es de competencia del Estado provincial a través del Ministerio de Salud y Acción Social, careciendo por ello el municipio accionado de facultades para requerir gravámenes por un servicio que no le brinda a aquélla...".Esa decisión basada en normas de fondo, por lo antedicho al inicio, es la que debe imperar para resolver esta controversia, máxime cuando la jueza anterior abrió la causa a prueba (v fs. 47 y vta.) ampliando los límites de cognición y permitiendo a cada parte ofrecer todo aquello que apoyaba el derecho cuya declaración y defensa proponía.En esa dirección encontramos que la Constitución Nacional, como base jurídica de la materia tributaria, además de la civil, comercial, penal, laboral, contencioso administrativa, es "una especie de rueda de bicicleta, donde la llanta sería la Constitución y los rayos serían el conjunto de leyes, decretos, resoluciones, disposiciones, acordadas, etc., reguladoras de las materias citadas" (Cfr. MARANIELLO, Patricio A., "Declaración de inconstitucionalidad de oficio", Librería del Turista-2008, pág. 1).Todo lo que no está dentro de tal cuerpo normativo o deriva de él, está fuera del Estado constitucional de derecho, con arreglo al principio de legalidad (arts. 18 y 19, in-fine, de la Const. Nacional; art. 9 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica; art. 15:1 y 15:2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), y estar fuera del Estado, es volver a la barbarie (Cfr. CARNOTA, Walter F. y MARANIELLO, Patricio A., "DERECHO CONSTITUCIONAL", LA LEY-2008, pág. 298).El "derecho constitucional tributario" (Cfr. Beltrán - Bulit Goñi - Casás Corti - García Belsunce - Spisso - Tarsitano - Villegas, "Estudios de Derecho Constitucional Tributario", Depalma, Bs. As. 1994, pág. 44) establece en el art. 4 de la C.N. los principios constitucionales de la tributación, conforme a los cuales tal prestación pecuniaria coactiva creada por el ente estatal debe ajustarse y compatibilizar con los mandatos de los arts. 16, 17 y 75 inc. 2º de la Ley Suprema (C.S.J.N., Fallos: 187:495 y 223:233), esto es, no fracturar la igualdad frente a la ley, no afectar el derecho de propiedad y responder a los principios de concertación, solidaridad, equidad, automaticidad y funcionalidad.El principio de la igualdad formal, consagrado por el art. 16 de la Const. Nacional (y completementado por otras normas que también coronan esa regla: arts. 4, 8, 14, 14 bis, 15, 20, 37, 43, 72 incs. 2, 19 y 23, todos de la Const. Nacional; art. II de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; arts. 10 y 21 inc. 2) de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; arts. 3 y 25 inc. c) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; arts. 1, 8 y 17 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Ley Antidiscriminatoria Nº 23.592) implica evitar la discriminación prejuiciosa, la diferencia de categorías - creadas genuinamente por el derecho - basada en datos inadecuados, la hostilidad contra grupos de personas o contra individuos de esos grupos (Cfr. Kiper, Claudio Marcelo, "La discriminación", en La Ley, 1995-B, 1027).- 7 Con asiento en lo antedicho apreciamos que el crédito invocado por la actora y del que nace el título ejecutivo exhibido no se ajusta a la normativa de fondo.Ello por cuanto: (1) infringe la igualdad, ecuanimidad y proporcionalidad tributaria (arts. 4 y 16 de la Const. Nacional) al imponer a ciertos integrantes de la sociedad que desarrollan una actividad lucrativa el pago de una prestación que no se brinda y que, a su vez, reposa fácticamente en la misma causa que genera otro tributo - ingresos brutos, en el que coparticipa la ejecutante - que tiene base análoga para la incidencia económica, dando lugar tal situación a una superposición tributaria lesionante de derechos patrimoniales; (2) transgrede el derecho de propiedad (arts. 14 y 17 de la C.N., art. XXIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y 23 de la Const. de Entre Ríos), el que comprende a "todos los intereses que un hombre puede poseer, fuera de sí mismo, fuera de su vida y de su libertad y se integra con todos los derechos que tengan un valor reconocido, ya sea que surjan de las relaciones de derecho privado o de actos administrativos" (Cfr. C.S.J.N., in re "Bourdieu c/ Municipalidad de la Capital", Fallos 145:307), al trasladar injustificadamente al Fisco una parte sustantiva de los ingresos de quien es tenido por contribuyente (Cfr. Gelli, María Angélica, "CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ARGENTINA", La Ley-2001, pág. 132); (3) se presenta irrazonable (arts. 16, último parágrafo, 28 y 33 de la Const. Nacional a contrario sensu) por la falta de asiento fáctico y jurídico predominante; (4) afecta la garantía de la tutela de los intereses económicos del sujeto sindicado como deudor (art. 42, Const. Nacional).En tales condiciones el aducido crédito impositivo no puede recibir amparo judicial, cualquiera fuere la vía procesal elegida para demandarla, pues la constitución es la fuente de validez de todas las demás normas positivas (Cfr. CARNOTA, Walter F.- MARANIELLO, Patricio A., ob. cit., LA LEY-2008, pág. 36/49); el valor justicia está por encima del puro ritualismo de la ley; no debe tolerarse el enriquecimiento indebido (art. 499 del Cód. Civil) ni todo aquello que constituye un supuesto de ejercicio contrario a los fines que la ley tuvo en miras al reconocer la prerrogativa prevista en el art. 530º inc. 4. del C.P.C. y C. (prohibición de discutir la legitimidad de la causa del débito), es decir, el abuso del derecho (art. 1071 del Cód. Civil, menos aún cuando su ejercicio no compatibiliza con el interés general), como tampoco el detrimento de los derechos de un tercero - ejecutada - (art. 19 de la Const. Nacional).La administración de justicia no puede ni debe resultar indiferente a las consecuencias jurídicas de las sentencias que se avizoran disvaliosas ( CSJN, 24-05-74, La Ley Online AR-JUR-45-1974 ) y que contienen una elevada probabilidad jurídica (art. 901 del Cód. Civil) de provocar daños irreparables una vez efectivizadas sobre bienes del ejecutado (Cfr. Mosset Iturraspe, Jorge, "El juicio ejecutivo y la excesiva onerosidad sobreviniente", LL, 1982-D-285), derivación ésta que lejos está de conformar una decisión que acate el principio constitucional de afianzar la justicia contenido en el preámbulo de la Carta Magna Federal y que afecta, sin dudas, la seguridad jurídica.Recientemente la Corte Federal adoctrinó que, por sobre las formas y la tipificación exacta del caso traído a resolver, deben primar los principios rectores del derecho positivo, so pena de pecar el pronunciamiento judicial de excesivo rigor formal manifiesto y no resultar el mismo una aplicación 8 razonada del ordenamiento jurídico vigente (Cfr. causa "M. de S., R.", La Ley 16-10-2012, sentencia del 26-09-2012).Con relación a esta temática el derecho autoral sostiene que “no cabe admitir o tolerar, con fundamento meramente fiscalista, una actitud autónoma, independiente de todo límite legal o judicial que, sin meritar las consecuencias globales de tal accionar, y el perjuicio que se pudiere derivar para el afectado, sino en toda comunidad, incluyendo al propio fisco. La autoridad recaudatoria ha de tener presente que no existen dos jueces paralelos con capacidad para decidir sobre la cuestión de fondo. Sólo al magistrado judicial, por mandato constitucional, le corresponde esa atribución” (Cfr. Andrade, Daniel A, LLBA, 2006-322).Por su parte, el derecho judicial ha sostenido que: “Nadie discute la necesidad —y, más aún, deber— del Estado de ejercer su potestad en materia tributaria; nadie cuestiona sus facultades para disponer medidas tendientes a combatir, del modo más eficaz posible, la evasión fiscal. Pero deviene igualmente indiscutible que todo ello debe ejercerse dentro del marco que le otorga la Constitución Nacional. La manera de 'perseguir' y castigar a quienes transgreden la ley no es, precisamente, infringiendo la Ley Suprema. Nada, ni aun la más loable de las intenciones, lo justifica y está claro que corresponde y compete al Poder Judicial el velar por el estricto cumplimiento" (ver "in re": "AFIP c. Hemodinamio Río cuarto S.R.L. s/Ejecución Fiscal - Exp. 545-A-2001" Excma. Cámara de Apelación Federal de b IV Circunsc. Judicial de Córdoba - Fecha 13/11/2000, citado en La Ley Online).Así las cosas, la excepción de inhabilidad de título debe prosperar, porque la deuda tributaria y su correlativo derecho tributario sustantivo (Cfr. Villegas, Héctor Belisario en "Curso de finanzas, derecho financiero y tributario", Astrea-2003, pág. 400) invocados, carecen de eficacia y, por ende, de exigibilidad (Cfr. C.S.J.N. in re "Dirección General Impositiva c. Angelo Paolo Entrerriana S.A."., “ Fisco Nacional c. Municipalidad de Resistencia s/ejecución fiscal", ídem. 04/05/1995, Fallos, 318:646; ídem. en autos * "Fisco Nacional D.G.I. c. Banco 1784 S.A.", CS, 14/05/2002, LA LEY, 2002E, 471; DJ, 2002-2-934; ídem. en la causa "G.C.B.A. c. Roman S.A.", CS, 14/06/2001, LA LEY, 2001-F, 909; 2002-A, 976.), lo que resta habilidad e idoneidad jurídica al documento de fs. 4 por contraponerse al derecho constitucional (Cfr. CNCiv. en Pleno, 21-08-44, LL, 35-630) y las normas que lo reglamentan, lo que no implica adentrarse en la causa de la obligación: "La cuestión es mucho mas sencilla. Se trata solamente de saber, antes que nada, si no nos encontramos ante un título viciado que perdió protección de la presunción de legitimidad" (Cfr. Villegas, Héctor Belisario, ob. cit., Astrea-2003, pág. 494).Ante estas circunstancias "no hay razón para postergar la decisión, remitiéndola a un posterior juicio de conocimiento" (Cfr. Fenochietto-Arazi, "CÓDIGO PROCESAL...", Astrea-1983, T. 2, pág. 746).Esa solución vuelve innecesario el estudio de las demás defensas objetivas.IV.- Las costas deben ser soportadas, en ambas instancias, por la actora apelada vencida (arts. 65° y 544 del C.P.C. y C.).Por todo lo que precede, S E R E S U E L V E: 1) ADMITIR la excepción de INHABILIDAD DE TÍTULO interpuesta por la demandada y, en consecuencia, RECHAZAR la ejecución promovida por la 9 MUNICIPALIDAD DE CONCORDIA contra SOGYN S.R.L., REVOCÁNDOSE la sentencia dictada a fs. 138/141 vta..2) IMPONER las costas de ambas instancias a la pretensa ejecutante vencida. 3) DIFERIR la regulación de honorarios para su oportunidad. REGÍSTRESE, NOTIFÍQUESE y, en estado, BAJEN. FIRMADO: GALIMBERTI. TABORDA. MANSILLA ES COPIA Liliana E. MORNACCO Secretaria 10