(3) LA MONODIA NO LITÚRGICA Y PROFANA

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(3) LA MONODIA NO LITÚRGICA Y PROFANA
Los ejemplos más antiguos de música profana que se han encontrado son canciones con
textos en latín. Pertenecen al repertorio conocido bajo el nombre de canciones de
goliardos, y datan, aproximadamente, de los siglos XI y XII. Los goliardos eran
estudiantes o clérigos mendicantes que migraban de una escuela a otra en los tiempos
anteriores a la fundación de las grandes universidades permanentes. Su modo de vida
vagabundo, reprobado por las gentes respetables, se refleja en la temática de sus
canciones: vino, mujeres y sátira social.
Otro tipo de canción monofónica escrita durante el período que media entre los siglos
XI y XII es el conductus. Los conductus son un magnífico ejemplo de cuán vaga era la
línea que separaba en esta época la música sacra de la música profana. Originalmente se
cantaba en momentos en que un actor de un drama litúrgico o un celebrante de la misa o
cualquier otro oficio era formalmente conducido en procesión de un lugar a otro. Sus
textos eran versos métricos, como las secuencias del mismo período, pero su relación
con la liturgia era tan tenue que a finales del XII se llamaba conductus a cualquier
canción latina no litúrgica, generalmente de carácter serio, con texto métrico, sobre
algún tema sacro o profano. Un rasgo importante del conductus es que, por lo general,
su melodía era de composición nueva en lugar de tomada en préstamo del canto llano
(gregoriano) o de alguna otra fuente.
Pero la vertiente laica del Medievo se refleja con más claridad en las canciones con
textos en lengua vernácula. Uno de los primeros tipos conocidos de canción vernácula
fue la chanson de geste o “canción de gesta”, poema épico narrativo que relata las
hazañas de héroes nacionales, cantado según fórmulas melódicas sencillas y
transmitidos por tradición oral (razón por la que apenas se ha conservado nada de su
música).
JUGLARES
Quienes cantaban las canciones de gesta y otras profanas en la Edad Media eran los
juglares, clase de músicos profesionales que hacen su aparición en el siglo X. No eran
poetas ni compositores. Cantaban, bailaban y tocaban al son de canciones compuestas
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por otros o tomadas del dominio común de la música popular, improvisando muchas
veces sobre la marcha. Eran un grupo social marginado, que vagaba de castillo en
castillo y de aldea en aldea, pero muy importante para la difusión de la música que
producían los auténticos compositores: los trovadores, los troveros y los
minnesänger.
TROVADORES Y TROVEROS
Ambas palabras significan lo mismo: los que encuentran o inventan. El término
trovador se utilizaba en el sur de Francia, en la Provenza. Escribían en provenzal, en la
langue d´oc. Su arte se inspiró en la cultura hispano-árabe de la Península Ibérica y se
difundió rápidamente hacia el norte. Allí, los troveros escribían en la langue d´oïl,
dialecto del francés medieval que se convirtió en el francés moderno.
Trovadores y troveros florecieron en círculos de clase aristocrática, frente a la condición
marginal de los juglares. No obstante, un artista de cuna más baja podía ser aceptado
entre ellos debido a su talento.
La sustancia poética y musical de sus canciones no suele ser excesivamente profunda,
pero las estructuras formales empleadas son muy variadas e ingeniosas. El tema por
excelencia es el amor cortés, cuya pasión era más espiritual que carnal. A la mujer se la
adoraba desde la distancia, tanta que el amante se convierte más en un adorador que se
contenta con sufrir al servicio de su amor ideal. Curiosamente, las canciones en
alabanza a la Virgen María utilizan el mismo vocabulario e idéntico estilo.
TÉCNICA MUSICAL DE TROVADORES Y TROVEROS
El estilo es generalmente silábico, con ocasionales melismas. Es muy probable que se
improvisara durante la interpretación. El ámbito melódico rara vez excede de la octava.
Solían utilizar las escalas modales del Modo Protus y el Tetrardus. No se sabe
exactamente qué tipo de ritmo utilizaban: algunos estudiosos creen que se trataría de un
ritmo libre, no medido; otros opinan que se les aplicaba un ritmo bastante regular y que
la melodía se medía en notas largas y breves que se corresponderían con las sílabas
tónicas y átonas. El perfil melódico es muy definido y fácil de recordar.
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