Casos fríos - Diario Hoy

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Trama URBANA
Suplemento de Justicia, Seguridad y Policiales del diario Hoy en la Noticia
La Plata, sábado 11 de marzo de 2006
Casos fríos
La misteriosa masacre
que nunca se resolvió
En 1968, una familia mexicana fue blanco de robos, violaciones, cuchilladas y tiros, en
una ruta de Estados Unidos. Ahora, un solitario investigador quiere reflotar el caso
Contra los molinos de viento. Brooks Long quiere develar el misterio
El escenario, 38 años después. Aquí, la familia fue torturada y muerta
EL
SECUESTRO DE
Cuando reventó un neumático de
su Buick Special en un tramo aislado
de Texas, a 65 kilómetros de la frontera mexicana, Manuel Arellano supuso que sólo sería un inconveniente
pasajero para él y su familia.
Arellano cambió el neumático, pero
tuvo otro reventón pocos kilómetros
más al norte. Encontró a un alma
bondadosa que los llevó 50 kilómetros por el camino solitario hasta el
poblado de Sonora, para repararlos.
Lo que ocurrió a continuación ha
intrigado a las autoridades durante
casi 40 años. Un tramo de kilómetro y
medio de la ruta 277 se convirtió en
una trampa mortal, donde el grupo
familiar fue blanco de robos, violaciones, cuchilladas y tiros. En total,
cinco víctimas murieron en lo que sigue siendo el asesinato masivo más
antiguo de Texas todavía sin resolver.
El incidente es uno de más de 900
asesinatos en masa en el siglo XX. Pero gracias a una pista anónima que reflotó la investigación, un policía de
Texas, el sargento Brooks Long, cree
que están más cerca de resolverlo.
En la madrugada del 16 de abril de
1968, la familia Arellano abordó su
automóvil para para visitar a un familiar que acababa de dar a luz.
Junto con Arellano viajaban su es-
TOMMASO
Grave acusación contra el padre
Encontraron material pornográfico en su computadora y ahora sospechan que es
un pedófilo. El caso mantiene en vilo a toda Italia. El bebé desapareció hace 8 días
Es uno de los temas casi excluyentes
en Italia desde hace ocho días: el
secuestro del nene de 18 meses,
Tommaso Onofri, que continúa sin
resolverse. Pero ayer, una cadena
privada de televisión de ese país
informó que su padre es investigado
por pornografía infantil.
El pequeño, que padece de epilepsia
que le obliga a seguir una estricta
medicación, fue secuestrado de su
casa cercana a Parma el viernes de
la semana pasada por dos personas.
En el curso de las investigaciones,
los agentes encontraron varias
computadoras del padre, Paolo
Onofri, de 46 años, con cientos de
fotografías de pornografía infantil,
según fuentes cercanas al caso.
El material pornográfico está alma-
cenado en una computadora que el
padre del chico tenía en su casa, y
en otra que guardaba en un sótano
que tenía alquilado en esa misma
ciudad del norte italiano.
Las fuentes agregaron que el
hallazgo no parece estar vinculado
con el secuestro de Tommaso.
Desde que se produjo el ataque, los
padres del niño y su hermano
mayor fueron interrogados en
varias ocasiones.
El último interrogatorio al padre
fue anteayer. Duró siete horas y fue
cuando la Policía encontró en un
sótano parte del material prohibido.
Tras la desaparición de Tommaso, los
secuestradores habían mantenido
silencio, hasta que el jueves se
recibió, en el comité creado para
pedir la liberación de pequeño, la
llamada de una mujer.
La policía investiga esta comunicación, en la que una voz femenina
dice: “Entréguennos el dinero o
dentro de 48 horas el niño muere”.
El secuestro de Tommaso Onofri
tiene conmocionado al país y a los
medios de comunicación siguen
minuto a minuto cualquier novedad
y los llamamientos de los padres
para su liberación.
Ante este interés, la Fiscalía de
Bologna pidió, el pasado martes,
a los medios tres días de silencio
para no entorpecer la
investigación.
El papa Benedicto XVI hizo también
un pedido para la liberación
“inmediata y sin condiciones”.
posa Mónica (25); sus hijos Manuel
(5), Leticia (2 y medio), Eduardo
(15 meses), y la hermana de Arellano,
Rosa Elía (19).
Arellano conocía el terreno, hablaba
inglés fluidamente, y había hecho trabajos agrícolas en Iowa. Su vehículo
llevaba placas texanas y etiquetas de
un familiar que se postulaba a alguacil en el condado Zavala.
Pero al alba, todos estaban muertos.
Cinco víctimas murieron
en lo que sigue siendo el
misterio más antiguo y
espeluznante. Nunca
hubo pistas confiables
El cuerpo de Arellano se halló cerca
de un abrevadero. El cadáver de su esposa yacía en una zanja a kilómetro y
medio. Su cuñada estaba en un matorral. Los cuerpos de los nenes se encontraron en medio de rocas y arbustos por los que suelen transitar cabras,
serpientes y armadillos.
Increíblemente Leticia, a la que le
habían disparado dos veces entre los
ojos, estaba viva. También su hermano, Manuel hijo, al que le habían descerrajado un disparo en la cabeza y
acuchillado. La muchacha murió a los
dos días. Manuel sobrevivió.
Dos semanas después, el pequeño
pudo contar que había un hombre
blanco, “un vaquero grande” que los
estaba ayudando, pero que luego mató a su padre. En base a la información de un empleado de una estación
de servicio, la policía distribuyó el dibujo del rostro de un posible sospechoso: un hombre alto de unos 30
años con botas de vaquero. Al parecer,
transportó a la familia 30 kilómetros
para después regresar con ellos donde
había quedado el vehículo varado. El
auto se encontró a 13 kilómetros al
sur de los cuerpos, todavía con un reventón. Nunca se halló la pistola de
calibre 22 utilizada en los asesinatos.
A Manuel hijo lo llevaron a México
y lo crió su abuela. Ahora tiene 42
años, está casado y trabaja en la industria financiera. Long lo contactó. Pero
fue de poca ayuda, aun después de ser
interrogado en estado de hipnosis.
Long cree que hubo más de un perpetrador, en contraste con lo que creía
la policía hace décadas. “Creo que hubo un robo que se fue agravando y que
desembocó en agresión sexual y asesinato”, resumió Long. El investigador
sólo espera encontrar la respuesta algún día.
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