El Sabor del Encuentro OBJETIVO: Que descubran la importancia de los ritos para comunicarnos Que tomen conciencia de los ritos que usamos para comunicarnos Que descubran el sentido de la misa como comunión de amor Esquema de convivencia Llegada y consignas por los coordinadores grales. Oración del Encuentro (después de un canto, para comenzar) Te busqué Jesús para contemplarte con el corazón Te busqué porque sin ti no podía vivir, te busqué y te encontré. Ahora Jesús te encuentro en el silencio y en el ruido, En las noches oscuras y en los cielos luminosos. Ahora tú eres mi amigo, siempre me acompañas y vas a mi lado, Contigo nada temo, en tu amistad crece el amor, mi amor. Antes no te veía Señor, me decían que eras invisible, Que ya no estabas en la tierra porque habías muerto Y te encontrabas sentado en el trono de tu cielo como Padre. Pero no, Jesús, tú no estás lejano, tú estás en mis hermanos Estas encarnado en nosotros, vives con nosotros eternamente. Ahora te veo entre nosotros en mis hermanos pobres que me piden un trozo de pan, en mis hermanos enfermos que me piden esperanza en mis hermanos marginados que me piden calor y amor ahora te veo Jesús mío en todos los sitios, porque vas dentro de mí, estás en mí, vives en mí. Ven amigo mío, ven a las cenas que da Jesús, son cenas para los hermanos, Cenas de amor, cenas de amistad. Ven amigo, abre tu corazón, porque Jesús llama a tu puerta. Jesús te ama, te perdona, te anima, te alegra, porque Jesús es tu amigo fiel. DINÁMICA PROPUESTA: Dividan a los grupos en subgrupos de 4 o 5 y háganlos representar, a unos, una reunión de amigos (es un encuentro para despedir a un amigo que se va de viaje); y a otros, una reunión de negocios (van a Microsoft a vender un programa que desarrollaron el en colegio). Los coordinadores deben analizar cuales son los ritos, gestos y palabras que usan en una representación y en otra. La de amigos será más informal, más íntima, más cálida. La otra en cambio será más fría, formal, sin compromiso del corazón, sin afecto, etc. Análisis de la dinámica Los coordinadores leerán el relato del encuentro del Principito y el Zorro. Luego contarán lo que vieron en la dinámica. Les mostrarán los ritos, gestos y palabras que se usaron para comunicarse. Los hombres usamos de los ritos. Cuando vamos todas las tardes a la plaza, a la misma hora, al mismo lugar. Cuando nos vamos al río a conversar con nuestro mejor amigo. Cuando organizamos un asado para encontrarnos. Nos saludamos al llegar, expresamos nuestra amistad. Nuestro corazón vibra en los encuentros más importantes con personas que son significativas para nosotros. A mayor amor, mayor la emoción del encuentro. Cuando más quiero a esa persona tanto más deseo el encuentro y tanto más fuerte vibra mi corazón. Los ritos están en función de la comunicación y del encuentro. Hay tres temas importantes que convienen resaltar. A. “Domesticar es crear lazos”. Domesticar es tener algo con otra persona. Es una relación de amistad. Es comunicarle lo que verdaderamente me importa. B. “Los ritos son necesarios”. Porque preparan el corazón para el encuentro. C. “Lo esencial es invisible a los ojos”. Lo que significa la rosa para él es imposible de explicar, es algo muy fuerte. Ha domesticado su rosa. Ha pasado mucho tiempo con ella y eso la hace importante. Se ha ocupado permanentemente de esa rosa y la protegió de todos los peligros. Es responsable de su rosa. D. Finalmente concluir explicando que hoy vamos a ver los ritos del verdadero encuentro entre las personas. El Principito y el Zorro Entonces apareció el Zorro. - Buenos días - dijo el zorro. Buenos días - respondió cortésmente el principito, que se dio la vuelta pero no vio nada. Estoy acá - dijo la voz - bajo el manzano. ¿Quién eres? - dijo el principito -. Eres muy lindo. Soy el zorro - dijo el zorro. Ve a jugar conmigo - le propuso el principito -. ¡Estoy tan triste! No puedo jugar contigo - dijo el zorro -. No estoy domesticado. ¡Ah!, perdón - dijo el principito. Pero después de reflexionar, agregó ¿Qué significa domesticar? - No eres de aquí - dijo el zorro -. ¿Qué buscas? - Busco a los hombres - dijo el principito -. ¿Qué significa domesticar? - Los hombres - dijo el zorro - tienen fusiles y cazan. Es muy molesto. También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas? - No - dijo el principito -. Busco amigos. ¿Qué significa domesticar? - Es una cosa demasiado olvidada - dijo el zorro -. Significa crear lazos. - ¿Crear lazos? - Sí - dijo el zorro -. Para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. Yo no soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para ti único en el mundo. - Empiezo a comprender - dijo el principito -. Hay una flor. Creo que me ha domesticado. - Es posible - dijo el zorro -. ¡En la Tierra se ve toda clase de cosas! - ¡Oh!, no es la Tierra - dijo el principito. El zorro pareció muy intrigado: - ¿Es otro planeta? - Sí - ¿Hay cazadores en ese planeta? - No ¡Es interesante eso! ¿Y gallinas? No No hay nada perfecto - suspiró el zorro. Pero el zorro volvió a su idea: - Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mirá! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color oro. Cuándo me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo. El zorro calló y miró largo tiempo al principito: - ¡Por favor, domestícame! - dijo. - Bien lo quisiera - respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas. - Sólo se conocen las cosas que se domestican - dijo el zorro -. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Compran cosas hechas a los mercaderes. Pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame! - ¿Qué hay que hacer? - dijo el principito. - Hay que ser muy paciente - respondió el zorro. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca. Al día siguiente volvió el principito. - Hubiese sido mejor venir a la misma hora - dijo el zorro -. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón. Los ritos son necesarios. - ¿Qué es un rito? - dijo el principito. Es también algo demasiado olvidado - dijo el zorro -. Es lo que hace que ese día sea diferente de los otros días: una hora, de las otras horas. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. El jueves bailan con las muchachas del pueblo. El jueves es, pues, un día maravilloso. Voy a pasearme hasta la viña. Si los cazadores no bailan en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones. Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida: - ¡Ah!, - dijo el zorro -. Voy a llorar. Tuya es la culpa - dijo el principito -. No deseaba hacerte mal pero quisiste que te domesticara. Sí - dijo el zorro. Entonces, no gano nada. Gano - dijo el zorro -, por el color del trigo. Luego agregó: - Ve y mira nuevamente las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós y te reglaré un secreto. El principito se fue a ver nuevamente las rosas: - No son en absoluto parecidas a mi rosa: no son nada aún - les dijo -. Nadie las ha domesticado y no han domesticado a nadie. Son como era mi zorro. No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo Y las rosas se sintieron bien molestas. - Son bellas, pero están vacías - les dijo todavía -. No se puede morir por ustedes. Sin duda que un peregrino común creerá que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, pues es ella la rosa a quien he regado. Puesto que es ella la rosa a quien puse debajo del globo. Puesto que es ella la rosa que abrigué con el biombo. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté, salvo las dos o tres que se hicieron mariposas. Puesto que es ella la rosa a quién escuché quejarse, o alabarse, o aún, algunas veces callarse. Puesto que ella es mi rosa. Y volvió hacia el zorro. - - Adiós - le dijo. Adiós - dijo el zorro -. He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con los ojos del corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. Lo esencial es invisible a los ojos - repitió el principito, a fin de acordarse. El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. El tiempo que perdí por mi rosa - dijo el principito, a fin de acordarse. Los hombres han olvidado esta verdad - dijo el zorro -. Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa. Soy responsable de mi rosa - repitió el principito a fin de acordarse. Dinámica del rito del Saludo: Todos los grupos juntos. Los coordinadores grales hacen una introducción: Diferentes costumbres, culturas, etc., se saludan de diversos modos. Conclusión: Necesitamos ponermos de acuerdo, tener un propocolo común. ¿Cuáles son los saludos de aquí? Vamos a buscar cuál nos sale mejor. Todos se ponen de pie y ensayan los diferentes saludos a medida que se anuncian: abrazo italiano, beso en la mejilla, darse la mano inglés, hacerse una reverencia, piquito de los rusos, frotarse la nariz como los esquimales, abrazarse los pies, besar la mano, levantar la mano derecha, diferentes saludos de los políticos, el saludo criollo del Ave María Purísima, seña y contraseña, el “permiso” “adelante”, “El Señor esté con ustedes”, la V de victoria, el saludo “amable” y automático entre 2 que se cruzan en la entrada de un edificio. Todos se sientan y se hace una reflexión: - ¿Qué significa para vos que alguien te salude con un abrazo y te diga: “¡Hace mucho que te estaba esperando! ¡Cuánto esperé este momento!”? Tengo una amiga que vivió una experiencia realmente fascinante cuando dio a luz a su primer hijo. Hacía nueve meses que estaba esperando ese momento tan particular soñando tantas cosas. El momento del parto fue doloroso y emocionante. El padre recibió al niño, cortó el cordón umbilical, lo limpió y se lo pasó a la madre. Ella lo apoyó contra su pecho y sintió que ese momento era único. Dios había guardado desde toda la eternidad ese momento. Ella había recibido de parte de Dios ese abrazo para entregárselo a su hijo. Nunca habría otro abrazo igual. Ella, susurrándole al oído, le decía: hace tanto tiempo que quería tenerte en mis brazos. - Qué importante es que el rito del saludo sea sincero. La necesidad de que haya verdad en el saludo. Significa “esperé este momento; lo que nos une es más que lo - que nos separa”. Pero el cristiano está llamado a saludar hasta al enemigo (“Si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?”): No significa que “está todo bien” sino que “quiero que esté todo bien”. Significa: “Tenemos una vida juntos por delante”. ESTE ES EL VERDADERO SABOR DEL SALUDO. El mejor saludo es el que lleva a la alegría del reencuentro y la reconciliación, el sinceramiento. Por eso vamos a ver ahora el rito de la Reconciliación. El rito de la Reconciliación Desierto: EL DOLOR DE LAS RUPTURAS Y LAS ALEGRÍAS DE LOS REENCUENTROS Muchas veces, cuando dejás de verte con alguien durante un tiempo, te das cuenta que lo extrañás un poco. Quizá te pasa con Jesús si te alejaste un poco de Él. Pero, bueno, cuando se te da la oportunidad, qué bueno es retomar o reforzar la amistad con esa persona. Aprovechá este desierto para ponerte media pila y reforzar tu amistad con Jesús. Este ejercicio se llama ir al desierto. Vas a tomarte un rato para vos. Para vos con Jesús. ¿Estás cómodo en este lugar? Si no es así, buscá otro, necesitás estar cómodo para escuchar la voz de Jesús. Respirá hondo, sentite vivo. Cuando te encuentres sereno comenzá a leer esta carta. Leela con el corazón. “ Te preguntas, hijo mío, por qué existes, por qué existes en este mundo. Más de una vez te he sorprendido pensando que no vives, que hubiera sido mejor no haber nacido. Tus días están teñidos de tristeza. Nada motiva una esperanza. Hijo: quiero decirte claramente que fui yo quien te llamó a la vida. Te concebí primero en mi inteligencia. Vives en mi corazón desde el principio. No viniste por casualidad ni eres fruto del azar. Te llamé a vivir. A vos, exclusivamente a vos. Te hice irrepetible. Nadie tiene tu misma voz ni tus mismos ojos, ni tus mismos rasgos interiores. Te di virtudes, ¿las has descubierto? Te di cualidades, ¿las conoces? Te hice valioso con mis propias manos. Te comuniqué la vida. Deposité en vos mi propio amor en abundancia. Te hice ver el paisaje y el color. Te di el oído para que escucharas el canto de los pájaros y la voz de los hombres. Te di la palabra para decir: “padre, madre, amigo y hermano”. Te di mi amor más profundo. No sólo te di la vida. Te estoy sosteniendo en ella. Tú eres mi hijo amado. Te conozco cuando respiras, y te cuido cuando duermes. No lo dudes. Mis ojos están puestos en los tuyos. Mi mano la tengo colocada sobre tu cabeza. Te quiero aunque me olvides o me rechaces. Te quiero aunque no me quieras. Ya lo sabés. Podrás ir donde puedas y a donde quieras. Hasta allá te seguirá mi amor, y te sostendrá mi mano. ¿O crees que Yo, como Padre, puedo olvidar a mi hijo? ¡Ni lo sueñes! Desde que te hice ya no puedo dejarte solo. Camino contigo y sonrío contigo. Vivo en ti. Te lo escribo de mil maneras y te lo digo al oído y en silencio. Eres mi hijo. Te quiero”. Estás frente a Dios Padre que te ama. No temas. Él conoce tu corazón. Él te hizo con sus propias manos. Sos libre delante de él. Con esa paz profunda de sentirse amado comenzá a caminar hacia el centro de tu alma. Podés anotar las cosas que vayan brotando como manantial de agua en medio del desierto. Agradezco lo que he hecho y lo que he recibido. Recuerdo lo vivido en este tiempo, dejando que nuestro Padre bueno me lleve de la mano para revivir algunos hechos, personas con las que he hablado, momentos vividos... “Doy gracias por las palabras recibidas, por el gesto generoso; doy gracias por lo recibido: cada día de mi vida, de mi familia, mis amigos, mis estudios, mis afectos... todo lo he recibido de Dios” Date tiempo para esto, recorré en el tiempo pasado y da gracias por las cosas concretas. Tomá conciencia de la presencia de Dios en tu vida a través de todo esto Pido apertura, luz y fuerza. Pido al Padre generoso su gracia; pido porque sin su ayuda no soy capaz. “Pido por mí, para ser más abierto a su amor y a los demás; pido ser menos egoísta, menos cómodo, y más entregado a tus obras, Señor. Pido buscar la voluntad de Dios” Reviso mis acciones y mis actitudes. ¿He reconocido y aceptado las manifestaciones del amor de Dios hacia mí? ¿Cómo he actuado frente a mis hermanos, los que me aman, los que me rechazan? ¿Acepto ayuda? ¿Cuáles son los motivos de mis acciones: el lucimiento personal o la entrega desinteresada? ¿Soy sincero conmigo mismo, soy fiel? ¿Hago algo por los más necesitados? Pido perdón por mi falta de amor. Pido perdón por todas aquellas negaciones del Señor que he hecho y que han obstaculizado la acción de su amor en el mundo. El Padre quiere abrazarte con su perdón. Entregate con confianza. Que no haya nada entre Su corazón y el tuyo. Confío en el Señor. Sí, es mi deseo seguir caminando con Él. Me acerco de corazón con todas mis fuerzas. “Confío en vos, Señor, sintiéndome débil pero con la seguridad de tu fuerza, hago que se mantenga en mí la decisión de seguirte y pueda amar más a mis hermanos”. Termino leyendo lo que escribió San Pablo a los Filipenses: “Alégrense siempre en el Señor. Vuelvo a insistir, alégrense. Que la bondad de ustedes sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca. No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.” ESTE ES EL SABOR DE LA RECONCILIACIÓN El rito de la Palabra Trabajo en grupos. Puesta en común del Desierto. Coordinan los coordinadores. Es importante dar lugar a la conversación sincera. Frenar a los que interrumpen o contestan: - Cerrarse al amor, rechazarlo, romper una amistad produce dolor en el corazón. ¿Puedo reconocer alguna de estas rupturas o heridas en mi vida, ya sea con Jesús, conmigo mismo, con mi familia o con mis amigos? - Reconocerlo significa escuchar el propio corazón: “quién soy yo y quién soy para el otro”. Hay que ser valiente para analizar con sinceridad la cronología de la historia compartida con los demás. Hay que acercarse al propio corazón y preguntarle como pregunta un médico: qué te duele, dónde te duele’cuánto te duele, qué pasó. Por eso el rito de la reconciliación comienza con silencio para escuchar el corazón. ¿Tienen la costumbre de hacer silencio para escuchar el corazón? - Pedir perdón por el dolor ocasionado, abrirse al amor, encontrase con amigos, hablar con el corazón, reconciliarse, hacer el bien, ayudar a los pobres, generan alegrías profundas en el corazón. ¿Puedo reconocer alguna experiencia de estas en mi vida? Damos gracias por la alegría compartida. - Den espacio para el que quiera compartir algo más de lo reflexionado en el Desierto Conclusión: Cuando se comparte la experiencia, la vida, como en este trabajo en grupos, se está compartiendo la vida: es el rito de la palabra. No nos contestábamos ni defendíamos. He conocido más al otro, he conocido un nuevo misterio. La vida está llena de misterios y de misterios se alimenta la intimidad: ESTE ES EL SABOR DEL VERDADERO DIÁLOGO. Ritual de la Mesa Cada uno elije un amigo y se van a charlar un poco. La consigna es escucharse. Cada uno se lleva un pan o una bolsa de papafritas. La dinámica consiste en que cuando uno habla, al mismo tiempo le convida al otro que sólo come y escucha. Cuando están las hamburguesas se los llama para comaprtir la comida en grupos. Los coordinadores prepararon la comida y en el medio pusieron un solo vaso grande. Se explica que se va a compartir la misma copa con esta explicación: el significado bíblico de beber de la misma copa es el de compartir la misma suerte. Siempre se realiza este ritual cuando se establece un pacto o una alianza: levantan la copa y celebran ese compromiso. La copa es la vida, compartir la copa es compartir la vida. Cuando se brinda, la copa (vida) se toma en las manos y se bebe hasta el final; significa que comprometen toda la vida hasta el final. tiempo libre/juego recreativo Charla sobre la “Comunión de amor” (un matrimonio de la pquia. que pongan ejemplos de su propia vida) El encuentro más profundo es el que da vida, el que es fecundo. Cuando hay comunión uno da al otro lo propio. Esto se da en dos dimensiones: el “conocer” en la línea de “saber del otro”, disfrutar del otro y la comunión con el otro en la línea del “tomar” cosas del otro, o “yo te tomo”. Conocer: descubrir los razgos, las formas, los estilos, la personalidad del otro. Se puede poner nombres a los demás. El que no sabe cómo es el otro pone etiquetas; en cambio el que lo conoce pone los mejores sobrenombres, que expresan exactamente lo que el otro es. Más que poner un apodo, parece que lo “descubren”. Adan impone nombres a los animales porque es superior a ellos. En cambio cuando se duerme -símbolo de dejar de lado el egocentrismo- descubre a Eva, la conoce y la llama por lo que es: ¡hueso de mis huesos! Para conocer lo que el otro es debemos “dormir” nuestro egocentrismo y aprender a descubrir lo que el otro es. Para que los demás nos conozcan es necesario mostrar lo que somos, no ocultar nuestro ser. Cuando hay un conocer, puede aparecer la comunión de amor. Tomar: con la comunión de amor cada uno “toma”/”come” cosas del otro: formas de hablar y pensar, proyectos, preocupaciones ideales. “Cuando se ama mucho a alguien, se va pegando el acento”. Durante el juicio a Jesús la portera dijo a Pedro (Mt 26, 73): “tú eres uno de ellos; ¡hasta tu acento te traiciona!”. De alguna manera el tomar cosas del otro supone sacrificar cosas propias. Por eso se puede decir que la verdadera comunión de amor siempre significa sacrificio. Además, el sacrificio no tiene sentido si no es por amor. Celebrar: El conocerse y lograr la comunión engendra alegría y más entrega y más comunión y más alegría. Por eso la comunión de amor, aunque tiene algo de sacrificio (dormir el agocentrismo y sacrificar cosas propias) siempre lleva al festejo. Es el verdadero sabor del festejo. La entrega es parte de la fiesta. No existe alegría con fines de lucro. La verdadera fiesta tiene entrega: tiempo, presencia, dinero, regalos, comida, “derroche” (comida y bebida especial) y brindis. La comunión de amor necesita expresarse en una mesa donde se comparte la comida y la vida. Se brinda como sellando un pacto de seguir compartiendo la suerte, la vida. Y se bebe hasta el final porque la vida se comparte hasta el final. Trabajo en grupos Guía para reflexionar la Charla sobre la “Comunión de Amor”. (los coordinadores deberán tomar nota de lo más saliente de la charla para poder guiar mejor la puesta en común) - ¿Qué es para vos la “Comunión de Amor”? - ¿Viviste alguna situación así? - ¿Hay alguna relación entre sacrificarse y amar? (Tengan en cuenta que lo que movió a Jesús a sacrificar su vida por nosotros fue el Amor. Por lo tanto, para llegar a la comunión de amor, es inevitable sufrir y sacrificarse por el otro. Sin amor no haríamos ningún sacrificio. A veces, sacrificarse por el otro nos está mostrando cuando lo amamos). - ¿Hubo algo de la charla que te llamó más la atención? - ¿Te sentiste especialmente cerca de Jesús alguna vez? Preparación de la Misa Misa y cierre - Saludo inicial (ritual del saludo) El guía, antes de empezar la misa (sin canto inicial) recuerda lo del abrazo natal de la madre a su bebé. Y explica el primer momento de la misa: También, Dios preparó este saludo desde toda la eternidad. Hay un abrazo que fue pensado, creado y amado por Dios para que vos lo compartas en este momento. No habrá otro igual y cuando vuelvas a abrazar a esa persona recordarás este momento. Vamos a darnos este abrazo que nos regaló el Padre para compartirlo. El abrazo de alguien que hace mucho nos espera, el abrazo de Jesús que nos dice: “Hace tanto que te estaba esperando”. La sinceridad de este saludo de Jesús da mucho SABOR al comienzo de la misa. - Acto penitencial (ritual de la reconciliación) Se puede hacer una dinámica: hacernos una cruz de barro en la frente en el momento de silencio, después se bendice agua y, cantando algún canto que hable de la alegría de la reconciliación, se pasa la fuente con el agua bendita para que se limpien. El guía concluye señalando que la alegría es el SABOR DE LA RECONCILIACIÓN. - Liturgia de la Palabra (ritual de la Palabra) En la homilía el sacerdote explica el paralelismo del verdadero encuentro entre personas y el verdadero encuentro con el Señor, que se da especialmente en la eucaristía. Explica un poco más detalladamente el rito de la mesa tanto en la amistad como en la eucaristía (porque no se explicó tanto). Exhorta a vivir una vida sabrosa en la amistad y el la relación con Jesús. Invita a la Oración de los fieles como un modo de cerrar este diálogo sincero con Dios: recemos por lo que nos pasa, por lo que desearíamos que cambie y para que se cumplan nuestros deseos más profundos. - Liturgia de la Eucaristía (ritual de la mesa) El guía de la misa anima espontáneamente, sin leer. En cada momento debe indicar lo que se señala a continuación: Presentación de las ofrendas: Dios toma nuestra vida y la transforma. ¿En qué consiste nuestra vida? ¿En qué quiero que sea transformada? Comunión (bajo las dos especies): La mesa es la vida, compartir la mesa es compartir la vida. Cuando comemos el cuerpo de Cristo recibimos su vida dada por amor. Cuando bebemos la sangre de Cristo celebramos la suerte compartida de haber sido salvados por el amor del Padre y nos comprometemos a vivir como Jesús vivió: Amar hasta dar la vida. Acción de gracias: Celebramos la alegría de la comunión con Jesús y entre nosotros. - Envío y despedida: Con la fuerza del Espíritu somos enviados a vivir la comunión de Amor y a vivir con intensidad “El Sabor del encuentro con Jesús” Fin del Encuentro