28 E L M U N D O, M A R T E S 1 9 D E A G O S T O D E 2 0 0 8 CIENCIA PSICOLOGÍA / Expertos británicos concluyen que los cuerpos armónicos son los más atractivos / Suponen una estabilidad evolutiva que indica fortaleza y fecundidad El ‘sex appeal’, cuestión de simetría ROSA M. TRISTÁN MADRID.– La simetría corporal es un valor añadido fundamental para tener sex appeal. Si es un varón, esa simetría debe incluir un torso grande, buenos hombros, pechos pequeños, piernas fuertes y una altura aceptable. En el caso femenino triunfan las piernas largas, el pecho considerable, hombros pequeños y una proporción cintura-cadera determinada. Estas características no son fortuitas ni se trata de modas. Están directamente relacionadas con el potencial reproductor, la calidad de los genes, la capacidad competitiva y la salud, incluyendo la facultad para evitar a los parásitos con más facilidad. Estas son las principales conclusiones de un exhaustivo análisis realizado por expertos británicos en psicología evolutiva de la Universidad de Brunel (en Reino Unido), publicadas esta semana en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS). Los investigadores, dirigidos por William M. Brown, querían comprobar si, tal como predice la teoría evolutiva, un cuerpo asimétrico se relaciona con la enfermedad y se considera una mala opción como pareja. Investigaciones anteriores ya habían apuntado que los rostros simétricos son mucho más atractivos, pero para Brown y su equipo no eran consistentes, puesto que se basaron en fotos en las que el pelo, las ropas e incluso el ángulo de visión podían haber influido en la decisión final. Explorador óptico En su caso, utilizaron un explorador óptico de tres dimensiones, con el que crearon imágenes detalladas de los cuerpos de 77 jóvenes voluntarios (40 varones y 37 mujeres); ellos, con una media de edad de 20,9 años y ellas de 20,5 años. En total, contaban con 24 sistemas ópticos que captaron y recogieron sus medidas con una exactitud milimétrica. Cada uno de los 24 rasgos utilizados para determinar las fluctuaciones de las asimetrías corporales fueron tomados, al menos, dos veces y en diferentes posiciones: cuello, hom- VERÓNICA RAMÍREZ MADRID.– Es sabido que el alcohol produce desinhibición, pero además hace que percibamos a las personas más atractivas, claro está, de forma engañosa. Esto es lo que ha demostrado un estudio de la Universidad de Bristol (Inglaterra), publicado en ‘NewScientist’. Para realizar el experimento, los investigadores proporcionaron dos tipos de bebida (una de ellas con alcohol) a 84 estudiantes hetero- Cuerpo de un hombre y una mujer diseñados por ordenador. / PNAS / LISA NAUGLE (UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA) bro, pecho, bíceps, pecho, tobillo, muslo, rodilla, etcétera. A continuación, las imágenes escaneadas y los vídeos, realizados en 360 grados, fueron mostrados a 87 evaluadores, todos ellos también veinteañeros de ambos sexos, que fueron los encargados de calificar los cuerpos que les resultaban más atractivos en una escala de 100 milímetros. Ni la raza, ni el color del pelo o la luz pudieron afectar su elección. El resultado fue contundente: los cuerpos simétricos resultan más atractivos sexualmente, si bien esa simetría es muy diferente según el sexo de la persona en cuestión. En los varones, se valoraron rasgos con una alta masculinidad, mientras que las mujeres más atrayentes son, precisamente, las que tienen menos rasgos varoniles. De hecho, en las hembras humanas se considera que la selec- ción de aquellas con una cintura pequeña y cadera grande, pechos de gran tamaño y piernas largas tiene que ver con su mayor índice de fecundidad, lo que las hace más atractivas. En los machos humanos, sin embargo, se valora su fuerza (altura, hombros anchos, piernas más cortas) porque la selección sexual habría dado el éxito a quienes vencen al entrar en competencia con otros cuyos cuerpos mostraban debilidad. En el caso de la longitud de las piernas, por ejemplo, los investigadores británicos observan una relación directa con el funcionamiento locomotor del ser humano. De hecho, en un estudio anterior, otros investigadores habían comprobado que para los jamaicanos la simetría en las extremidades inferiores es mucho más destacada que en la parte superior del cuerpo, por la importancia que han tenido las piernas en su selección natural (el resultado es olímpico: el récord mundial de velocidad lo acaba de batir un jamaicano, Usain Bolt). «En la muestra actual hemos visto que las mayores fluctuaciones de simetrías se producen en mayor medida en los rasgos de la parte superior del cuerpo, no en las piernas. Estas características locomotoras podrían convertirse en el blanco más importante de selección sexual, por encima de otras que no tienen esta función», argumentan los británicos. En definitiva, la simetría corporal está directamente relacionada con la atracción sexual humana y, por tanto, a lo largo de millones de años de evolución se han ido concretando sus rasgos mediante la selección natural. De hecho, somos la única especie que ha abandonado las feromonas por un aspecto físico concreto como fórmula de atracción permanente. Con unas copas se ‘ve’ a los demás más atractivos sexuales. Después del trago, observaron fotografías de gente de su edad y de ambos sexos. El resultado obtenido fue que los que habían tomado la bebida alcohólica encontraron a las personas de las imágenes más atractivas. Además, el efecto no se limitaba al sexo opuesto, puesto que algunos también encontraron más ‘encantadores’ a los de su mismo sexo. Este estudio contrasta otro anterior llevado a cabo en 2003 por psicólogos de la Universidad de Glasgow (Escocia), que decía que este efecto sólo se producía en los hombres. En cualquier caso, ambas investigaciones explican la expresión anglosajona ‘beer goggles’ (gafas de cerveza), que hace referencia al fenómeno de la desinhibición sexual que produce la ingesta de alcohol. Además de ver a los demás un tanto más guapos, el alcohol también incita a realizar actos que de otra forma evitaríamos. En un estudio de la Universidad de Yale (EEUU), los estudiantes aseguraban que estaban más predispuestos a practicar actos sexuales de riesgo tras beber alcohol. Otra explicación de esta actitud es que los bebedores habituales tienden a comportarse siempre como si encontrasen a las personas más atractivas, estén o no bajo la influencia del alcohol en ese momento. En definitiva: antes de sobrepasarse en el consumo de copas, conviene asegurarse de cómo es la otra persona, para evitar sorpresas. Biólogos españoles descubren el gen que protege al cerebro del estrés ÁNGELES LÓPEZ MADRID.– No se trata de una solución a la ansiedad, o tal vez sí, pero ya está inventada. El cuerpo humano genera una sustancia, denominada adrenomedulina, que protege al cerebro frente al estrés y la ansiedad. Esta relación la ha demostrado un grupo de investigadores del CSIC en un trabajo, realizado con ratones, en el que constatan que, ante la falta de esta hormona, el organismo se vuelve hiperactivo y desarrolla conductas similares a las del síndrome obsesivo-compulsivo. El hallazgo abre las puertas a nuevos estudios para valorar de qué manera se puede modificar la función de esta sustancia para tratar diferentes trastornos. La adrenomedulina (AM) es una hormona aislada por primera vez en 1993. Aunque se sospechaba su relación con el estrés, nadie había demostrado esta teoría. Un trabajo dirigido por Alfredo Martínez, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto Cajal, acaba de probar esta relación mediante la aplicación de técnicas de ingeniería genética. «El problema era que cuando se eliminaba el gen, los roedores morían. Nosotros hemos logrado suprimirlo sólo en el sistema nervioso y no en el resto del cuerpo, por lo que ahora contamos con un buen modelo de investigación», declara Martínez a EL MUNDO. Estrés, ansiedad, hiperactividad y conductas obsesivas-compulsivas. Éstos son los síntomas que desarrollaron los ratones modificados genéticamente para no contar con el gen de la AM. Daños cerebrales El trabajo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), no se ha quedado ahí. Tras mantener a los roedores en una cámara hipobárica, para simular el estrés que genera una altitud elevada, se observó que los ejemplares que carecían del gen morían antes. «Esto nos indica que el gen de la AM tiene que ver con la protección del cerebro y que podría ser útil en trastornos como las isquemias cerebrales, las hemorragias o en el daño cerebral originado por un traumatismo», explica Martínez. De hecho, este investigador y el resto de sus colegas están ya están probando algunas moléculas para potenciar su función. «La acción neuroprotectora de la AM puede deberse a una serie de mecanismos como la vasodilatación, la supresión de la apoptosis [muerte celular] y la inducción de la angiogénesis [formación de vasos sanguíneos]», señala el estudio. «Vamos con cuidado porque algunas moléculas regulan unas funciones de la AM y no otras. En algunos casos nos interesará potenciar su acción, como en la isquemia cerebral o en el estrés excesivo, pero en otras situaciones, como en los tumores, estamos intentando frenarla con otras moléculas, ya que esta hormona [por su función sobre la angiogénesis] propicia una serie de condiciones que favorecen el cáncer», aclara Alfredo Martínez.