Llamada para ayudar

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Llamada para ayudar “La Fundación Kirira es una ONG que lleva actuando sobre la zona de Tharaka (Kenia) durante 11 años, a través de campañas de sensibilización por medio de la palabra, contra la mutilación genital femenina en la población más vulnerable. Esta práctica ancestral, aunque está prohibida en este país, se sigue realizando durante los meses de julio y agosto a niñas con edades previas a los 10 años (antes de la pubertad). Para prevenir y proveer de recursos a las mujeres que sufren las consecuencias de esta mutilación, Kirira trabaja en el terreno con el principal objetivo de incorporar una educación de igualdad de oportunidades reconociendo la dignidad y diversidad de cada persona, siendo la clave del éxito posibilitar la participación de la comunidad y que vaya a su ritmo respondiendo a sus propias necesidades”. La simple llamada de una amiga puede cambiar tu destino. Este año, como es habitual por navidad, se produjo la llamada para los mejores deseos, y con ella se me propuso la incorporación a un proyecto que consistía en ir como médicos voluntarios a la zona de Tharaka (Kenia) con la fundación Kirira, a lo cual accedí entusiasmada, pues era una esperanza que albergaba desde hacía tiempo. Compartí con los compañeros de mi Centro de Salud mi propósito y María, enfermera, quiso colaborar. Una ilusión compartida. Fue por junio cuando en una reunión previa con la fundación conocimos a Cristina (enfermera y matrona) que quiso sumarse al equipo. Comenzamos en febrero con gran ilusión los preparativos, para ello elaboramos un proyecto en asistencia primaria en la zona rural de Tharaka (Kenia) con objetivos concretos: estudio de la prevalencia de tuberculosis en la zona, medición de grado de desnutrición de los niños mediante cinta “Muac”, mejora de la salud bucodental, desparasitación, formación en medidas higiénicas, educación para la salud afectivo/sexual y asistencia sanitaria a las diferentes patologías que se presentaran durante nuestra estancia en los dispensarios en lo que llevaríamos a cabo nuestra actividad. Durante este periodo, en mi tiempo libre y hasta el momento de partida, reeduque mis conocimientos médicos sobre patologías tropicales prevalentes en la zona, partos y tratamientos quirúrgicos como extracciones dentales, drenaje de abscesos, etc. A fin de poder desarrollar estas actividades, contactamos con compañeros y distintas entidades que nos fueron ayudando a conseguir la medicación fungible y no fungible que llevaríamos, así como la leche, cepillos dentales y pastas, preservativos masculinos y femeninos… Nosotras realizamos un teatro guiñol en goma espuma pues este año la campaña educativa de sensibilización contra la mutilación genital femenina se iba a completar con la asistencia de parte del equipo sanitario a los colegios, donde se realizaría por primera vez una desparasitación masiva a niños, profesores y padres, junto con el tratamiento de las tiñas capitis en los colegios. Así mismo se introducía un nuevo proyecto de agua con toma de muestras y explicación a los colegios del método “SODIS”. Con nuestro teatro traducido al inglés y suwahili, destacabamos la importancia del lavado de manos y del agua hervida para la prevención de infecciones. Emprendimos este proyecto 12 voluntarios de la fundación, (cuatro de ellos para la campaña sanitaria). He de deciros que la contraparte local (Zippora, responsable de Kirira en terreno, James y Stella) en todo momento ha colaborado con la fundación, nos ha acogido en nuestra llegada a Nairobi y nos ha arropado en este viaje. Para ello hemos contado con un conductor para acceder a la zona (Ndena), una persona de refuerzo para el desarrollo de la campaña educativa (lyyala Irenne) e imperdonable omisión de nuestro traductor del inglés al suawjili (Dennis), el cual ha estado asignado en toda la campaña al equipo sanitario. Ellos pertenecen a Ayuda en Acción (Action Aid) con los que la fundación Kirira mantiene lazos muy estrechos en Kenia. Accedemos por caminos polvorientos, un viaje arduo y largo, en el que vas percibiendo la verdadera y cruda realidad, sin carreteras ni puentes sobre los ríos secos y caminos polvorientos. Al llegar a Tharaka descubres su pobreza, su sequedad, su aridez y su aspereza, potenciada este año por la alerta desatada por la peor sequía que viene sufriendo la zona desde hace 60 años. La población carece de necesidades básicas como luz, agua potable (que deben de transportar desde el río Tana situado a 15 kilómetros habitualmente andando) y por supuesto comida. Hemos podido presenciar como dos martes en ese mes se le distribuyó comida libre, que consiste en un saco de trigo por familia que luego tendrá que moler a mano. Igualmente, los servicios de salud en general presentan serias dificultades en cuanto a recursos materiales y humanos, carecen de medico (el más cercano a 85 Km en Mwingui), siendo atendidos por dos técnicos sanitarios y dos auxiliares. Nosotras hemos desarrollado nuestra labor asistencial en dos dispensarios (Ciampiu y Konyu). Habiendo tenido que rediseñar estrategias de trabajo pues se carecía de material básico, y además la medicación era mínima y no gratuita, consistente sobretodo en antiparasitarios y animaláricos, así como anticonceptivos no usados por la falta de información y reticencia del hombre a que la mujer los utilice. Nuestro lema ha sido la flexibilidad, lo cual nos ha permitido conocer facetas desconocidas e insospechadas de la resistencia humana, un día a día de lucha constante para sobrevivir. Hemos atendido unos 6.500 motivos de consulta, realizando una base de datos donde reflejamos la edad, sexo, motivo de consulta y tratamiento ejecutado. Las patologías atendidas y las condiciones de trabajo nadas tienen que ver con nuestra práctica asistencial. Aunque hemos detectado 4 casos de malaria y 3 de tifus, lo que más me ha llamado la atención aparte de la desnutrición (comprobada en más del 30% de la población), diarreas, parasitosis, dolor abdominal y de espalda, ha sido la patología ocular y cutánea derivada del sol abrasador y el polvo. Cuantas queratoconjuntivitis atendidas, xerosis, cataratas, ambliopías….así como trastornos de refracción. Para ello optimizamos los recursos y realizamos unas lágrimas artificiales, así como también hemos dispensado 65 gafas de presbicia. Me ha impactado asimismo la patología tiroidea (3 casos) y tumores con gran tiempo de evolución no valorados previamente. Destacar que nuestra ONG se va a hacer cargo de las carencias médicas de los procesos más graves detectados. No hemos podido realizar uno de nuestros objetivos que consistía en el estudio de campo de la tuberculosis en la zona, por no disponer de tuberculina en condiciones, pero quedará pendiente para otra ocasión. Nuestro proyecto ha tenido una gran repercusión y un impacto positivo en la población de Tharaka, y a pesar de todos los sinsabores os puedo asegurar que esto compensa. Yo personalmente me he maravillado de la sonrisa de sus gentes, su agradecimiento, la marca humana indeleble que persiste en el tiempo y no sabes cómo expresar. Por eso he querido compartir con vosotros esta experiencia y pensar en el futuro Hoy no sé como despedirme de Tharaka, quizá con un simple hasta luego. Gracias a vosotros, mis compañeros que confiasteis en nuestro proyecto, a mi familia y amigos por acompañarme en todo momento. María Trinidad Muñoz Romero Médico de Familia UGC Huelva‐Centro 
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