Competencias directivas para la gestión de las Instituciones de

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TÍTULO
Competencias directivas para la gestión de las instituciones de
educación superior
Dr. Héctor Francisco Macías Díaz1
Dr. Sergio Martínez Romo2
Lic. Gabriel Salazar Hernández3
Dr. Eduardo Carrillo Hoyo4
Moderador: José Carbajal Sánchez5
INSTITUCIÓN 1Dirección General de Educación Superior Tecnológica
2Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco
3Instituto Tecnológico de Zacatecas
4Universidad Lasalle
5CIIDET
AUTOR(ES)
Propósito
Reflexionar sobre el tipo de competencias que los directivos de educación superior deben tener
en sus procesos de gestión institucional , para dar cabal respuesta a las demandas que plantea la
sociedad del conocimiento que vivimos, en razón de la formación de sus egresados.
Perspectivas de análisis
Importancia del liderazgo en la formación del equipo de gestión
Entre el enorme número de artículos que abordan el tema de las competencias directivas con
una gran variedad de definiciones y listas de competencias necesarias para la conducción de las
organizaciones se seleccionó la definición expresada por Domingo Delgado1 y a partir de ella
destacar la importancia del liderazgo en la construcción de equipos que garanticen eficiencia y
eficacia en los resultados gracias a sus conocimientos técnicos y profesionales, su alto nivel de
colaboración, sus competencias de rol y de posición y su conocimiento de la organización y su
cultura.
Las competencia de un directivo se reflejan en la calidad del grupo de colaboradores con los
habrá de trabajar para la mejora de la institución.
Se menciona una segunda competencia, igualmente importante y que sí recae de manera directa
en la individualidad del directivo: la capacidad para solucionar los problemas que habrá de
enfrentar, entendiendo como problema la interpretación de Ernst Mach: “Problema es el
desacuerdo entre los pensamientos y los hechos o el desacuerdo de los pensamientos entre sí”,
situación frecuente en las instituciones de educación superior.
Competencias directivas para la gestión de las instituciones de
educación superior
Se destaca la actualidad de nociones como Dirección y Gestión que parecen antiguas en el
contexto de la moda de las competencias y que, como en el caso de Edgar Morin, se pueden
visualizar, entender y operacionalizar sin complicarlas no obstante que son complejas en sí
mismas por la multifactorialidad de su esencia.
1
Delgado D. [2000]. Modelo de Gestión por Competencias. www.gestiondelconociminto.com
Esta multifactorialidad resalta una visión amplia y perspicaz, con voluntad para emprender
acciones colectivas en la institución y convocar con tolerancia de liderazgo compartido a los
demás en pos de una imagen objetivo a lograr. Una imagen de un futuro deseado y viable en
escenarios que demandan fuerza de decisión y tolerancia a la acción colectiva más allá de la
pasividad elusiva del desafío.
Se convoca al ejemplo del impacto social que se puede observar en tres conocidas figuras
contemporáneas de alcance nacional e internacional: Steve Jobs, Fernando Solana y Miguel
Angel Granados Chapa; su visión, creatividad, tenacidad en la conducción, y tolerancia a la
contingencia en los desafíos.
Perspectiva
1.
2.
3.
Dirección y Gestión son ya términos viejos para quien, como este servidor suyo, estudió
Administración de Empresas en la UNAM, en el espíritu social energético de las décadas
de los sesenta y setenta. En aquél entonces la partisana división entre lo público y lo
privado parecía radical y lo correcto fue estar en la orientación pública de la educación
superior. Hoy en día Dirección y Gestión parecen renovados conceptos, pertinentes a los
desafíos de la poética de la Aldea Global que demanda competencias. En ese marco
quisiera situar en nuestro ambiente la figura e imagen de Steve Jobs que parece haber
influido creativamente en el cambio del mundo digital contemporáneo, y la de Miguel
Ángel Granados Chapa (como quiera se la debo por lo educador de impacto social que
resultó) para el México nuestro. En otras y breves palabras, referirlos a ellos para hablar de
competencias directivas y de gestión es hablar de visión y sentido de responsabilidad y
ética profesional.
El primero de ellos –Jobs- desistió de seguir en la universidad sí, pero en el área de
ingeniería; y el tiempo liberado le permitió hacer lo que hizo que, a la vez, le significó
dedicación de tiempo exhaustivo más que nuestros tiempos completos en la educación
superior. El segundo –Granados chapa- persistió en seguir en la universidad pese a la
intención materna de inscribirlo en la educación tecnológica, pero su trayectoria
profesional también refleja dedicación de tiempo exhaustivo. Una buena síntesis de esta
visión sería Don Fernando Solana, recién reconocido como profesor emérito de la UNAM.
Lo interesante de su trayectoria es que es –lo confesó algún día- Ingeniero Mecánico
Electricista que luego estudio en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y por eso
parece –pero lo es- humanista con un buen sentido de razón tecnológica. Resultó un
Director –pero de la gran SEP- de tiempo exclusivo y con una capacidad y competencia de
dirección y gestión.
Los tres, mostraron visión de futuro, capacidad de convocatoria –eso que llamamos
liderazgo pero que no es usualmente de indicadores cuantitativos- y claridad de voluntad
para llevar a cabo en forma sensata el conjunto de acciones necesarias para avanzar hacia
esa visión de futuro como imagen objetivo que orientó su trabajo. Estas características
individuales no se encuentran usualmente en los perfiles de descripción de puestos ni en
las escaleras del tabulador, tienen que ve con la expertis acumulada y los despachos de
head hunters requieren de esa expertise para reconocer la expertise del sujeto que buscan.
Se trata de percibir cualidades en un individuo que sea capaz de mover a una institución de
un estadio de agotamiento a uno de creatividad, productividad y supervivencia financiera,
educativa, cultura o tecnológica. Esos parecen ser los desafíos de las competencias de
dirección y gestión en los directivos de nuestras instituciones de educación superior si
queremos que superen la brecha de atraso relativo en el que nos encontramos y catalicen la
discreta u oculta capacidad de inventiva, creatividad y conducción que nuestros directivos
necesitan para lleva a la educación superior delante de nuestras necesidades y desafíos en
el mundo global de demandas internacionales de información con cultura y tecnología para
sobrevivir con decoro y bienestar compartido.
Desarrollo de competencias directivas
Esta perspectiva es el resultado de una encuesta nacional a directores de Institutos Tecnológicos,
en donde señalan las áreas de oportunidad que han detectado para desenvolverse en la
denominada sociedad del conocimiento.
Estas áreas de oportunidad se definen como competencias que los cuerpos directivos deben
poseer para un mejor desenvolvimiento de sus responsabilidades; las competencias se dividen
en tres niveles;
Las Competencias Generales que todos los que tienen un cargo directivo deben poseer:
Conocimiento de la administración pública y el SNEST, Calidad y actitud de servicio,
Desarrollo humano, Trabajo en equipo, Liderazgo y Alto desempeño.
Las Competencias Directivas que los responsables institucionales deben sumar a sus dominios:
Visión estratégica, Comunicación efectiva, Toma de decisiones y Redes de relaciones efectivas.
Las Competencias Técnicas que responden a los cinco procesos del modelo educativo para el
siglo XXI.
Se dará cuenta del trabajo que se ha realizado con los directivos y personal de apoyo de las 261
instituciones que conforman al sistema y las expectativas que se tienen de la estrategia de
formación de directivos que se ha dado a través de la impartición de un diplomado en
competencias directivas.
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