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Carlos IV
Informe de Floridablanca sobre la necesidad de
establecer una “cordón sanitario” (1791)
El incendio de Francia va creciendo, y puede propagarse como la peste, hallando
dispuesta la materia en los pueblos de la frontera. El Obispo de Urgel me escribe con
temores grandes de los muchos franceses que reintroducen por aquella parte sembrando
máximas de libertad que agradan a todos los hombres. De Bilbao y parte de Navarra
tengo iguales noticias. La necesidad de formar un cordón contra esta peste estrecha más
y más cada día, y es preciso arrimar puntos de la Raya todas las tropas disponibles. Sino
hubiese bastante infantería se podrá hacer pasar la Caballería y Dragones; y en caso de
necesidad se deberá echar mano de los Granaderos y Cazadores de Milicias.
Real Orden de 15 de julio de 1792
Con motivo de haber dado noticia a la vía reservada de Hacienda los Administradores
de las Aduanas de Sevilla, Cádiz y Agreda de haber llegado a ellas varias remesas de
libros franceses, preguntando lo que deberían ejecutar (…) he resuelto que se observen
las anteriores órdenes (…):
1.
Que todas las brochuras o papeles impresos o manuscritos
que traten de las revoluciones y nueva Constitución de
Francia desde su principio hasta ahora, luego que lleguen a las
Aduanas, se remitan por los Administradores de ellas
directamente al Ministerio de Estado (…).
2.
Que todos los libros en lengua francesa, que lleguen a las
aduanas de las fronteras y puertos con destino a Madrid, se
remitan (…) al Gobernador del Consejo, para que haciéndolos
reconocer, se de el pase a los que fueren corrientes,
deteniendo los sediciosos, y que traten de las revoluciones de
Francia.
1
El proceso de El Escorial (noviembre de 1807)
Don Fernando de Borbón, Príncipe de Asturias, pide perdón a Carlos IV, su padre:
Señor: Papá mío: he delinquido, he faltado a V.M. como rey y como padre; pero
me arrepiento y ofrezco a V.M. la obediencia más humilde. Nada debía hacer sin noticia
de V.M.; pero fuy sorprendido. He delatado a los culpables, y pido a V.M. me perdone
por haberle mentido la otra noche, permitiendo besar sus reales pies a su reconocido
hijo.
Fernando. San Lorenzo, 5 de noviembre de 1807.
Don Fernando de Borbón, Príncipe de Asturias, pide perdón a la reina Maria Luisa.
Señora: Mama mía: estoy muy arrepentido del grandísimo delito que he
cometido contra mis padres y reyes, y así con la mayor humildad, le pido a V.M. se
digne interceder con papá para que permita ir a besar sus reales pies a su reconocido
hijo.
Fernando. San Lorenzo, 5 de noviembre de 1807.
Carlos IV perdona al Príncipe de Asturias
La voz de la naturaleza desarma el brazo de la venganza, y cuando la
inadvertencia reclama la piedad, no puede negarse a ello un padre amoroso. Mi hijo ha
declarado ya los autores del plan horrible que le habían hecho concebir unos malvados:
todo lo ha manifestado en forma de derecho, y todo consta con la escrupulosidad que
exige la ley en tales pruebas. Su arrepentimiento y asombro le han dictado las
representaciones que me ha dirigido y siguen.
2
Carta de Carlos IV a Napoleón en relación con los
sucesos de Aranjuez
Señor, mi hermano: V.M. sabrá sin duda con pena los sucesos de Aranjuez y sus
resultas, y no verá con indiferencia a un rey que, forzado a renunciar a la corona, acude
a ponerse en los brazos de un gran monarca, aliado suyo, subordinándose totalmente a la
disposición del único que puede darle su felicidad, la de toda su familia y la de sus
fieles vasallos.
Yo no he renunciado a favor de mi hijo sino por la fuerza de las circunstancias,
cuando el estruendo de las armas y los clamores de una guardia sublevada me hacían
conocer bastante la necesidad de escoger la vida o la muerte, pues ésta última seguido
después de la de la reina.
Yo fui forzado a renunciar; pero asegurado ahora con plena confianza en la
magnanimidad y el genio del gran hombre que siempre ha mostrado ser amigo mío, yo
he tomado la resolución de conformarme con todo lo que este mismo grande hombre
quiera disponer de nosotros y de mi suerte, la de la Reina y la del Príncipe de la Paz.
Dirijo a V.M.I. una protesta contra los sucesos de Aranjuez y contra mi
abdicación. Me entrego y enteramente confío en el corazón y amistad de V.M. con lo
cual ruego a Dios que os conserve en su santa y digna guardia.
De V.M.I. su rey afecto hermano y amigo. Carlos.
3
Las Abdicaciones
De Fernando VII a Carlos, en Bayona.
“Mi venerado padre y señor: Para dar a V.M. una prueba de mi amor, de mi obediencia
y de mi sumisión (…) renuncio a mi corona a favor de vuestra majestad, deseando que
vuestra Majestad pueda disfrutarla durante muchos años (…)”.
De Carlos a Napoleón, en Bayona.
“Su Majestad el rey Carlos que no ha tenido en toda su vida otra mira que la felicidad
de sus vasallos ha resuelto ceder como cede por el presente todos sus derechos al trono
de España y de las Indias a Su Majestad al emperador Napoleón como el único que, en
el estado en el que han llegado las cosas, puede establecer el orden; entendiéndose que
dicha cesión solo ha de tener efecto para hacer gozar a sus vasallos de las condiciones
siguientes: 1º La integridad del reino será mantenida (…) 2º La religión católica,
apostólica y romana será la única de España (…).”
La destitución de Godoy en 1808
«Bando: Por Real Orden comunicada en la tarde de este día por el Excelentísimo Señor
Marqués Caballero al Ilustrísimo Señor Gobernador Interino del Consejo se participa a
éste, que el Rey nuestro Señor se ha servido autorizar al Príncipe de Asturias nuestro
Señor, para que forme y sustancie conforme a derecho, causa a don Manuel Godoy, ya
preso. Y el Consejo, enterado de ello en la posada de S.I., ha acordado se anuncie al
Público esta orden de S.M. con otra, en que manifiesta que los bienes y efectos existentes
en las casas que habitó en esta Corte dicho don Manuel Godoy pertenecen a S.M.; para
que confiado en su justicia y la del Consejo este pueblo se tranquilice, como lo espera de
su lealtad; y que todos se retiren a sus casas inmediatamente...
Madrid, 19 de marzo de 1808.»
4
La proclama de Murat ante el levantamiento del 2 de
mayo
«Soldados: mal aconsejado el populacho de Madrid, se ha levantado y ha cometido
asesinatos; bien sé que los españoles, que merecen el nombre de tales, han lamentado
tamaños desórdenes, y estoy muy distante de confundir con ellos a unos miserables que
sólo respiran robos y delitos. Pero la sangre francesa vertida clama venganza. Por tanto,
mando lo siguiente:
[...] Art. 2°. Serán arcabuceados todos cuantos durante la rebelión han sido presos
con armas.
Art. 3°-. La junta de gobierno va a mandar desarmar a los vecinos de Madrid. Todos
los moradores de la corte que anden con armas o las conserven en sus casas sin licencia
especial, serán arcabuceados.
Art. 4°-. Todo corrillo que pase de ocho personas, se reputará reunión de sediciosos y
se disparará a fusilazos.
Art. 5°-. Toda villa o aldea donde sea asesinado un francés, será incendiada.
Art. 7°-. Los autores de libelos impresos o manuscritos, que provoquen a la
sedición... serán pasados por las armas.
Dado en nuestro cuartel general de Madrid a 2 de Mayo de 1808. Firmado, Joaquín
Murat.»
Manifiesto de la Junta Suprema de Sevilla (3 de
agosto de 1808)
«La defensa de la Patria y del Rey, la de las Leyes, la de la Religión, la de los
derechos todos del hombre, atropellados y violados de una manera que no tiene
ejemplo por el Emperador de los Franceses Napoleón I, y por sus tropas en España,
forzó a la Nación toda a tomar las armas, y a elegirse una forma de gobierno; y en
la angustia y estrechez en que la pusieron los Franceses, como por una inspiración
del Cielo, que casi puede reputarse por milagro, todas o casi todas las provincias
crearon Juntas Supremas, se entregaron a ellas, y pusieron en sus manos los derechos y la suerte última de España.
Los efectos hasta ahora han correspondido felizmente a los designios que se tuvieron
en su creación. Las Provincias se han armado; algunas han formado ejércitos
numerosos..., todas o casi todas han peleado y pelean contra los Franceses y por su Rey
y Sr. Fernando VII, con un valor y una constancia, de los cuales ni Grecia, ni Roma, ni
ninguna otra Nación del mundo ha tenido idea.»
5
Selección de artículos de la Constitución española de
1812.
Art. 1º. La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos
hemisferios.
Art. 2º. La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona.
Art. 3º. La soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a
ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales.
Art. 4º. La Nación está obligada a conservar y proteger por leyes sabias y justas la
libertad civil, la propiedad y los demás derechos legítimos de todos los individuos que
la componen.[ ... ]
Art. 12º. La religión de la Nación española es y será perpetuamente la Católica,
Apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes sabías y justas y
prohíbe el ejercicio de cualquiera otra.
Art. 14º. El Gobierno de la Nación española es una Monarquía moderada
hereditaria.
Art. 15º. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 16º. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey.
Art. 17º. La potestad de aplicar las leyes en las causas civiles y criminales reside en
los tribunales establecidos por la ley.[ ... ]
Art. 27º. Las Cortes son la reunión de todos los diputados que representan la Nación,
nombrados por los ciudadanos en la forma que se dirá.[ ... ]
Art. 168º. La persona del Rey es sagrada e inviolable y no está sujeta a responsabilidad.
Art. 172º. Las restricciones a la autoridad del Rey son las siguientes:
Primera. No puede el Rey impedir bajo ningún pretexto la celebración de las Cortes
en las épocas y casos señalados por la Constitución, ni suspenderlas, ni disolverlas.
Segunda. No puede el Rey ausentarse del Reino sin consentimiento de las Cortes.
Tercera. No puede el Rey enajenar, ceder, renunciar o en cualquiera manera
traspasar a otro la autoridad real ni alguna de sus prerrogativas [ ... ]
Quinta. No puede el Rey hacer alianza ofensiva, ni tratado especial de comercio con
ninguna potencia extranjera, sin el consentimiento de las Cortes.
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Séptima. No puede el Rey ceder ni enajenar los bienes nacionales sin el consentimiento de las Cortes.
Octava. No puede el Rey imponer por sí, directa ni indirectamente, contribuciones.
Undécima. No puede el Rey privar a ningún individuo de su libertad ni imponerte
por sí pena alguna [ ... ]
Duodécima. El Rey, antes de contraer matrimonio, dará parte a las Cortes para
obtener su consentimiento, y sí no lo hiciere entiéndase que abdica la Corona.
Los principios que inspiran la Constitución de 1812
«Para darle toda la claridad y exactitud que requiere la ley fundamental de un
Estado, ha dividido esta Comisión la Constitución en cuatro partes, que comprenden:
Primera. Lo que corresponde a la nación como soberana e independiente, bajo cuyo
principio se reserva la autoridad legislativa. Segunda. Lo que pertenece al Rey como
participante de la misma autoridad y depositario de la potestad ejecutiva en toda su
extensión. Tercera. La autoridad judicial delegada a los jueces y tribunales. Y cuarta. El
establecimiento, uso y conservación de la fuerza armada y el orden económico y administrativo de las rentas y de las provincias. Esta sencilla clasificación está señalada por
la naturaleza misma de la sociedad, que es imposible desconocer, aunque sea en los
gobiernos más despóticos, porque al cabo los hombres se han de dirigir por reglas fijas
y sabidas de todos, y su formación ha de ser un acto diferente de la ejecución de lo que
ellas disponen [...] La experiencia de todos los siglos ha demostrado hasta la evidencia
que no puede haber libertad ni seguridad, y por lo mismo justicia ni prosperidad, en un
Estado en donde el ejercicio de toda la autoridad esté reunido en una sola mano. Su
separación es indispensable...»
AGUSTÍN DE ARGÜELLES: Discurso preliminar al presentar la Comisión de
Constitución el Proyecto de ésta (24 diciembre 1811)
7
Decreto de abolición de los señoríos.
Deseando las Cortes generales y extraordinarias remover los obstáculos que hayan
podido oponerse al buen régimen, aumento de población y prosperidad de la Monarquía
española, decretan:
I. Desde ahora quedan incorporados a la Nación todos los señoríos jurisdiccionales
de cualquiera clase y condición que sean.
II. Se procederá al nombramiento de todas las Justicias y demás funcionarios
públicos por el mismo orden y según se verifica en los pueblos de realengo [ ... ]
IV. Quedan abolidos los dictados de vasallo y vasallaje, y las prestaciones así reales
como personales, que deban su origen a título jurisdiccional, a excepción de las que
procedan de contrato libre en uso del sagrado derecho de propiedad.
V. Los señoríos territoriales y solariegos quedan desde ahora en la clase de los
demás derechos de propiedad particular, si no son de aquéllos que por su naturaleza
deban incorporarse a la nación, o de los en que no se hayan cumplido las condiciones
con que se concedieron, lo que resultará de los títulos de adquisición.
VI. Por lo mismo los contratos, pactos o convenios que se hayan hecho en razón de
aprovechamientos, arriendos de terrenos, censos, u otros de esta especie, celebrados
entre los llamados señores y vasallos, se deberán considerar desde ahora como contratos
de particular a particular.
VII. Quedan abolidos los privilegios llamados exclusivos, privativos y prohibitivos
que tengan el mismo origen de señorío, como son los de caza, pesca, hornos, molinos,
aprovechamientos de aguas, montes y demás; quedando al libre uso de los pueblos, con
arreglo al derecho común, y a las reglas municipales establecidas en cada pueblo.
[ ... ]
La importancia de la Constitución de 1812
“Dejando, pues, de lado la Constitución de Bayona, nuestra primera
Constitución, redactada en Cádiz de 1810 a 1812, representa el hito fundamental que
inicia la dialéctica constitucional que llega hasta el presente. Su significado, situándonos
en el contexto de la época, aparece como un avance progresista fundamental para la
modernización de la vida política española (…) supuso el motivo fundamental del
nacimiento del liberalismo español y, en algunos casos, europeo. Su influencia, como es
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sabido, se extendería por toda Europa y América Latina, desde el mismo momento de
emancipación de las colonias españolas. Por supuesto, en ella es posible encontrar
todavía claras reminiscencias del Antiguo Régimen, pero al mismo tiempo da acogida
también a conceptos e instituciones revolucionarias para su época. Lo cual se explica a
causa de que intervinieran en su redacción tanto elementos progresistas o liberales como
reaccionarios o ultramontanos”.
De Esteban, J.: Las constituciones de España, Madrid, Taurus, 1990
Fernando VII
MANIFIESTO DE LOS PERSAS. 1814.
"Era costumbre en los antiguos persas pasar cinco días en anarquía después del
fallecimiento de su rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y
otras desgracias les obligase a ser más fieles a su sucesor. Para serlo España a
V.M. no necesitaba igual ensayo en los seis años de su cautividad...
La nobleza siempre aspira a distinciones; el pueblo siempre intenta igualdades;
éste vive receloso de que aquélla llegue a dominar; y la nobleza teme que aquél
no la iguale; si, pues, la discordia consume los gobiernos, el que se funda en tan
desunidos principios, siempre ha de estar amenazado su fin...
La monarquía absoluta es una obra de la razón y de la inteligencia; está
subordinada a la ley divina, a la justicia y a las reglas fundamentales del Estado;
fue establecida por derecho de conquista o por la sumisión voluntaria de los
primeros hombres que eligieron a sus reyes... Ha sido necesario que el poder
soberano fuese absoluto, para prescribir a los súbditos todo lo que mira el
interés común. Póngase al lado de esta definición la antigua constitución
española y medítese la injusticia que se le hace.
Es arriesgado que todo dependa de uno solo, y es más infelicidad por razón
opuesta, que todo dependa de muchos...
Que a este fin se proceda a celebrar Cortes con la solemnidad y en la forma en
que se celebraron las antiguas... No pudiendo dejar de cerrar este respetuoso
manifiesto con que se estime siempre sin valor esa Constitución de Cádiz y por
no aprobada por V.M.
Madrid, 12 de abril de 1814."
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Suspensión de la Constitución de 1812 y de los decretos emanados de ésta
por Fernando VII.
[ ... ] declaro que mi real ánimo es no solamente no jurar ni acceder a dicha Constitución
ni a decreto alguno de las Cortes generales y extraordinarias, y de las ordinarias
actualmente abiertas, a saber, los que sean depresivos de los derechos y prerrogativas de
mi soberanía, establecidos por la constitución y las leyes en que de largo tiempo la
nación ha vivido, sino el declarar aquella constitución y tales decretos nulos y de ningún
valor y efecto, ahora si en tiempo alguno como si no hubiesen pasado jamás tales actos,
y se quitasen de en medio del tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos, de
cualquiera clase y condición, a cumplirlos ni guardarlos. Y corno el que quisiere
sostenerlos, y contradijese esta mi real declaración, tomada con dicho acuerdo y
voluntad atentaría contra las prerrogativas de mi soberanía y la felicidad de la nación, y
causaría turbación y desasosiego en mis reinos, declaro reo de lesa Majestad a quien
osare o intentara, y que como a tal se le imponga la pena de la vida, ora lo ejecute de
hecho, ora por escrito o de palabra, moviendo o incitando, o de cualquier modo
exhortado y persuadiendo a que se guarden y observen dicha constitución y decretos [ ...
] hasta que oídas las. Cortes que llamaré, se asiente el orden estable de esta parte del
gobierno del reino. Y desde el día en que este mi decreto se publique y fuere
comunicado al presidente que a la sazón lo sea de las Cortes que actualmente se hallan
abiertas. Cesarán éstas en sus sesiones [ ... ] y a cualquiera que trate de impedir la
ejecución de esta parte de mi real decreto, de cualquier modo que lo haga, igualmente le
declaro reo de lesa Majestad, y que a como tal se le imponga la pena de vida [ ... ]
Dado en Valencia a 4 de Mayo de 1814. Yo el Rey.
MANIFIESTO REGIO DE FERNANDO VII
Mientras Yo meditaba maduramente, con la solicitud propia de mi paternal
corazón las variaciones de nuestro régimen fundamental que parecían más adaptables al
carácter nacional y al estado presente de las diversas porciones de la Monarquía
española, así como más análogas a la organización de los pueblos ilustrados, me habéis
hecho entender vuestro anhelo de que se restableciese aquella Constitución, que entre el
estruendo de las manos hostiles, fue promulgada en Cádiz el año 1812 (…). He jurado
esta Constitución por la cual suspirabais y seré siempre su más firme apoyo (…).
Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional.
10 de marzo de 1820
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Decreto de abolición de la legislación del Trienio Liberal
Fernando VII el 1º de octubre en el Puerto de Santa María.
Bien públicos y notorios fueron a todos mis vasallos los escandalosos sucesos que
precedieron, acompañaron y siguieron al establecimiento de la democrática
Constitución de Cádiz en el mes de marzo de 1820: la más criminal situación, la más
vergonzosa cobardía, el desacato más horrendo a mi Real Persona, y la violencia más
inevitable, fueron los elementos empleados para variar esencialmente el gobierno
paternal de mis reinos en un código democrático, origen fecundo de desastres y de
desgracias. Mis vasallos acostumbrados a vivir bajo leyes sabias, moderadas y
adaptadas a sus usos y costumbres, y que por tantos siglos habían hecho felices a sus
antepasados, dieron bien pronto pruebas públicas y universales del desprecio, desafecto
y desaprobación del nuevo régimen constitucional. Todas las clases del Estado se
resistieron a la par de unas instituciones, que preveían y señalaban su miseria y
desventura. [ ... ]
La Europa entera, conociendo profundamente mi cautiverio y el de toda mi familia,
la mísera situación de mis vasallos fieles y leales agentes españoles, por todas partes
determinaron poner fin a un estado de cosas que era el escándalo universal, que
caminaba a trastornar todos los tronos y todas las instituciones antiguas, cambiándolas
en la irreligión y en la inmoralidad.
[ ... ] he venido a decretar lo siguiente:
1º Son nulos y de ningún valor los actos del llamado gobierno constitucional (de
cualquier clase y condición que sean) que ha dominado a mis pueblos desde el día 7 de
marzo de 1820 hasta hoy 1º de octubre de 1823 [ ... ]
2º Apruebo todo cuanto se ha decretado y ordenado por la junta provisional de
gobierno, y por la regencia del reino creadas, aquéllas en Oyarzun el día 9 de abril, y
ésta en Madrid el 26 de mayo del presente año
Puerto de Santa María, 19 de octubre de 1823.
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Las promesas de Fernando VII
«Decidido, pues, a hacer cesar los desastres de la guerra, he resuelto salir de aquí el día
de mañana, pero antes de verificarlo, quiero publicar los sentimientos de mi corazón:
1°-. Declaro de mi libre y espontánea voluntad, y prometo bajo la fe y seguridad de
mi Real palabra, que si la necesidad exigiere la alteración de las actuales instituciones
políticas de la Monarquía, adoptaré un Gobierno que haga la felicidad completa de la
Nación, afianzando la seguridad personal, la propiedad y la libertad civil de los
Españoles.
2°-. De la misma manera prometo libre y espontáneamente un olvido general,
completo y absoluto de todo lo pasado, sin excepción alguna...
4°-. También prometo y aseguro que todos los Generales, Jefes, Oficiales... del
ejército y armada que hasta ahora se han mantenido en el actual sistema de Gobierno,
conservarán sus grados, empleos, sueldos y honores.
Cádiz, 30 de septiembre de 1823. Fernando.»
TRATADO SECRETO DE VERONA
“Los infrascritos Plenipotenciarios autorizados especialmente por sus Soberanos
para hacer algunas adiciones al tratado de la Santa Alianza han convenido en los
artículos siguientes:
Art. 1. Las Altas Partes Contratantes, plenamente convencidas de que el sistema
de gobierno representativo es tan incompatible con el principio monárquico, como la
máxima de la Soberanía del Pueblo es opuesta al principio de derecho divino, se obligan
del modo más solemne a emplear todos sus medios, y unir todos sus esfuerzos para
destruir el sistema del gobierno representativo de cualquier Estado de Europa donde
exista, y para evitar que se introduzcan en los Estados donde no se conoce.
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Art. 2. Como no puede ponerse en duda que la libertad de imprenta es el medio
más eficaz que emplean los pretendidos defensores de los derechos de las Naciones por
perjudicar a los de los Príncipes, las Altas Partes Contratantes prometes recíprocamente
adoptar todas las medidas para suprimirla no solo en sus propios Estados, sino también
en todos los demás de Europa.
Art. 3. Estando persuadidos de que los principios religiosos son los que pueden
todavía contribuir más poderosamente a conservar las Naciones en el estado de
obediencia pasiva que deben a sus Príncipes, las Altas Partes Contratantes declaran que
su intención es la de sostener cada uno en sus Estados las disposiciones que el Clero por
su propio interés esté autorizado a poner en ejecución, para mantener la autoridad de los
Príncipes, y todas juntas ofrecen su reconocimiento al Papa…
Art. 4. Como la situación actual de España y Portugal reúne por desgracia todas
las circunstancias a que hace referencia este tratado, las Altas Partes Contratantes,
confiando a Francia el cargo de destruirlas, le aseguran auxiliarle del modo que menos
puede comprometerles con sus pueblos, y con el pueblo francés, por medio de un
subsidio de 20 millones de francos anuales cada uno, desde el día de la ratificación de
este tratado, y por todo el tiempo de la guerra.”
Extracto del tratado firmado por Austria, Francia, Prusia
y Rusia el 22 de noviembre de 1822, que dio pie a la intervención en España de los
“Cien Mil Hijos de San Luis”, con 60000 franceses y más de 35000 realistas españoles,
al mando de Louis Antoine de Borbón, duque de Angulema, en abril de 1823, para
restablecer a Fernando VV como rey absoluto.
Los primeros movimientos carlistas: els agraviats de Cataluña.
«Desde el pasado mes de marzo, Cataluña está entregada a perturbaciones que,
habiendo comenzado parciales y aisladas, han tomado más tarde cierto aumento y
se desarrollan de manera tan amenazadora que hay que temer que muy pronto
cubran la provincia entera. Al comienzo los gritos de los rebeldes eran `Viva Carlos
quinto, viva la Inquisición, muerte a los negros', fuera los franceses'. Al pasar del
sur al norte la sedición los ha cambiado y ahora son: `Viva el rey absoluto, viva la
Inquisición, fuera la policía y los sectarios'. Tomaban antes el nombre de `carlistas';
actualmente se ¡laman `realistas agraviados'. El triunfo de la religión, el restablecimiento de la inquisición y la muerte de los negros: he aquí lo que es común a
los facciosos del sur y del norte, a los de ayer y a los de hoy.»
Informe del embajador francés en España (agosto 1827) 'Los «negros» son los liberales, en
contraposición a los «blancos» o absolutistas.
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La Proclama de Torrijos (1830)
«¡SOLDADOS! Nuestra obediencia al Gobierno Interino de la Nación, nuestro
respeto a las leyes, nuestro amor a la libertad, y nuestro patriotismo debe manifestarse
haciendo desaparecer a cuantos se opongan a la rejeneración política de nuestra patria.
Las leyes del reyno dan derecho a todo Español para levantarse contra el despotismo, y
la conducta del rey y de su gobierno justifica sobradamente este paso. Público es el
estado de degradación y de ignominia en que el nombre español ha caído en todas
partes, pública la perfidia y desmoralización del Gobierno de Madrid, y todos lloramos
aún las desgracias y persecuciones que han causado tantas víctimas. La medida del
sufrimiento llegó a su colmo; la Nación reclama nuestra ayuda, nosotros somos sus
esperanzas, y sólo nuestro valor podrá sacarla de la opresión en que jime. La empresa es
digna de vosotros, y la victoria pronta y segura, si tenéis ánimo, si confiáis en vuestros
jefes y guardáis sumisos las leyes de la disciplina. En casi todas las provincias resuenan
ya los nombres de PATRIA y LIBERTAD.»
Fernando VII anula la derogación de la Pragmática Sanción. Gaceta
de Madrid, 1 de enero de 1833.
Sorprendido mí real ánimo, en los momentos de agonía, a que me condujo
la grave enfermedad, de que me ha salvado prodigiosamente la divina
misericordia, firmé un decreto derogando la pragmática sanción de 29 de marzo
de 1830, decretada por mi augusto padre a petición de las cortes de 1789, para
restablecer la sucesión regular en la corona de España.
[...]
Hombres desleales o ilusos cercaron mi lecho, y abusando de mi amor y del de
mi muy cara Esposa a los españoles, aumentaron su aflicción y la amargura de
mi estado, asegurando que el reino entero estaba contra la observancia de la
pragmática, y ponderando los torrentes de sangre y la desolación universal que
habría de producir si no quedaba derogada.
[...] declaro solemnemente de plena voluntad y propio movimiento, que el
decreto firmado en las angustias de mi enfermedad fue arrancado de Mí por
sorpresa: que fue un efecto de los falsos terrores con que sobrecogieron mi
ánimo; y que es nulo y de ningún valor siendo opuesto a las leyes
fundamentales de la Monarquía, y a las obligaciones que, como rey y como
Padre, debo a mí augusta descendencia.
En mi Palacio de Madrid, a 31 días de diciembre de 1832.
14
La España de Fernando VII
Desde la perspectiva de hoy es evidente que el balance de aquel reinado sigue siendo
negativo aun cuando se presenta menos sombrío de como ha venido siendo considerado
tradicionalmente. Es evidente que entonces España quedó relegada a ser una potencia de
muy segundo orden, hasta dejar de contar en el concierto europeo. Y en este sentido no
deja de ser cierto el dicho según el cual a partir de la guerra contra los franceses la
Historia Universal puede escribirse sin necesidad de mencionar a España. Desde
entonces los españoles quedan fuera de la evolución normal de los Estados europeos,
sintiendo ante el extranjero un complejo de inferioridad como en ningún momento
anterior. Los españoles, en el torbellino de una crisis de conciencia sin precedentes, se
vuelven sobre sí mismos, luchan entre sí enconadamente y mientras tanto, España vive
una de las etapas de mayor ruina económica de su historia.
El reinado de Fernando VII, como no podía ser menos, aparece en la historia como
uno de los más desgraciados cuando no de los más nefastos. Y la verdad es que son
muchos sus rasgos negativos, desde la misma personalidad del rey hasta los errores de
toda laya cometidos por sus hombres de confianza. La incapacidad, la corrupción
administrativa, el desgobierno, la falta de una política con un mínimo de coherencia:
todo predispone a resaltar las tintas negras del reinado, y todo ello aun sin tener en
cuenta las persecuciones políticas llevadas a cabo con tan gran ensañamiento. Sin
embargo, hoy es necesario no quedarse sólo con la visión del esperpento y profundizar
en una época en la que los españoles, con mayor o menor acierto, tuvieron que labrar su
historia, con innegable capacidad de acción en medio del estrepitoso fracaso del Estado.
Y de cualquier forma, la lucha por la libertad constituye una de las gestas más heroicas
de las que los españoles han dado testimonio al mundo en su historia.
Moreno Alonso, Manuel. (1985). “La España de Fernando VII”. Cuadernos de
Historia 16, nº 290, Madrid, 1985, p. 4.
Guerras carlistas
Manifiesto de Abrantes.
Españoles: ¡Cuán sensible ha sido a mi corazón la muerte de mi caro hermano! Gran
satisfacción me cabía en medio de las aflictivas tribulaciones, mientras tenía el consuelo
de saber que existía, porque su conservación me era más apreciable. Pidamos todos a
Dios le dé su Santa gloria, si aún no ha disfrutado de aquella eterna mansión.
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No ambiciono el trono; estoy lejos de codiciar bienes caducos; pero la religión, la
observancia y cumplimiento de la ley fundamental de la sucesión, y la singular
obligación de defender los derechos imprescriptibles de mis hijos y todos los amados
consanguíneos me esfuerzan a sostener y defender la corona de España del violento
despojo que de ella me ha causado una sanción tan ilegal como destructora de la ley que
legítimamente y sin interrupción debe ser perpetua.
Desde el fatal instante en que murió mi caro hermano, creí se habrían dictado en mi
defensa las providencias oportunas para mi reconocimiento; y si hasta aquel momento
habría sido traidor el que lo hubiese intentado, ahora lo será el que no jure mis banderas;
a los cuales, especialmente a los generales, gobernadores y demás autoridades civiles y
militares, haré los debidos cargos, cuando la misericordia de Dios, si así conviene, me
lleve al seno de mi amada Patria, y a la cabeza de los que me sean fieles. Encargo
encarecidamente la unión, la paz y la perfecta caridad. No padezca yo el sentimiento de
que los católicos españoles que me aman, maten, injurien, roben, ni cometan el más
mínimo exceso. El orden es el primer efecto de la justicia; el premio al bueno y sus
sacrificios y el castigo al malo y sus inicuos secuaces es para Dios y para la ley, y de
esta suerte cumplen lo que repetidas veces he ordenado.
Abrantes, 19 de octubre de 1833. -Carlos María Isidro de Borbón-
La sublevación carlista
«Vizcaínos: una facción anti-religiosa y anti-monárquica se ha apoderado del mando
durante la larga enfermedad de nuestro difunto rey, y trata de adquirir ascendientes para
exponernos sin defensa a los ataques de la revolución y de la anarquía que combatimos
en 1823. Sus partidarios consideran las leyes antiguas y fundamentales del Reino
abolidas por otras nuevas, y después de haber alterado el orden de sucesión al trono con
una audacia que no presenta otro ejemplo en la Historia, quieren hacer a España
cómplice de las abominables maquinaciones que la propaganda revolucionaria inventa
para destruir el orden social en Europa.
Vizcaínos, habéis proclamado a vuestro legítimo soberano, el magnánimo y virtuoso
D. Carlos María Isidro de Borbón, que se os ha presentado rodeado del amor de todos
los españoles, para cicatrizar las llagas que el genio destructor del orden social os había
causado...»
Proclama de la Diputación de Vizcaya. Bilbao, 5 de octubre de 1833.
16
Selección de artículos del ESTATUTO REAL de 1834.
"Art. 1. ...Su majestad la Reina Gobernadora, en nombre de su excelsa hija doña
Isabel II, ha resuelto convocar las Cortes generales del Reino.
Art. 2. Las Cortes se compondrán de dos Estamentos: el de Próceres del Reino y
el de Procuradores del Reino.
Art. 3. El Estamento de Próceres del Reino se compondrá: 1. De muy reverendos
arzobispos y reverendos obispos. 2. De Grandes de España. 3. De Títulos de
Castilla. 4. De Secretarios del Despacho. Consejeros de Estado, Embajadores,
Generales de mar o de tierra...5. De los propietarios territoriales o dueños de
fábricas... que reúnan a su mérito personal y a sus circunstancias relevantes, el
poseer una renta anual de sesenta mil reales...
Art. 14. Para ser Procurador del reino se requiere... estar en posesión de una
renta propia anual de doce mil reales.
Art. 24. Al Rey toca exclusivamente convocar, suspender y disolver las Cortes.
Art. 31. Las Cortes no podrán deliberar sobre ningún asunto que no se haya sometido
expresamente a su examen en virtud de un Decreto Real."
Selección de artículos de la CONSTITUCIÓN DE 1837.
"Art. 2. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas
sin previa censura, con sujeción a las leyes...
Art. 5. Todos los españoles son admisibles a los empleos y cargos públicos
según su mérito y capacidad.
Art. 6. Todo español está obligado a defender la patria con las armas cuando sea
llamado por la ley y a contribuir en proporción de sus haberes para los gastos
del Estado.
Art. 7. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningún
español, ni allanada su casa, sino en los casos y en la forma que las leyes
prescriban.
Art. 11. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la Religión
Católica que profesan los españoles.
17
Art. 12. La potestad de hacer las leyes reside en la Cortes con el Rey.
Art. 13. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores iguales en
facultades; El Senado y el Congreso de Diputados.
Art. 45. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el Rey.
Art. 70. Para el gobierno interior de los pueblos habrá Ayuntamientos, nombrados por
los vecinos a quienes la ley concede este derecho."
Exposición de la Milicia Urbana de Madrid a la Regente María Cristina
«La Milicia Urbana de Madrid, Señora, como más interesada en el sostenimiento del
trono de vuestra hija y las instituciones libres..., no puede menos de hacerse intérprete
cerca de V.M. de los votos de la nación en estas circunstancias, y de suplicarle se digne
a adoptar las peticiones siguientes:
1º. Exclaustración de los regulares efectuada con consideración y decoro para los
religiosos.
2º . Devolución de !os bienes nacionales vendidos en la época
constitucional.
3º. La separación de los empleados y funcionarios cuyos actos anteriores los liguen
marcadamente con los intereses del pretendiente.
4º. . Ensanche de las bases de la ley de la milicia urbana y restitución de su antiguo y
glorioso nombre de milicia nacional.
5º . Movilización de la misma para el sostén del trono, de la libertad y del orden
público.
P
P
6º. Alistamiento extraordinario de 200.000 hombres, destinados a operar
activamente contra las facciones.
8º. Presentar a la próximas Cortes una nueva ley de elecciones sobre bases
amplias y populares.
9º. La libertad de imprenta, sujetando su ejercicio a las garantías que reclama el
interés de la sociedad.
Y como medio de asegurar la ejecución de estas determinaciones, la composición de
un ministerio cuyos miembros no se encuentren ligados por opiniones y votos contrarios
a las medidas de salvación pública, cuya adopción pedimos rendidamente a V.M.»
Verano de 1835
18
La desamortización de Mendizábal.
Real Decreto de 19 de febrero del 1836, que declara en venta todos los bienes
que hayan pertenecido a las corporaciones religiosas suprimidas.
Atendiendo a la necesidad y conveniencia de disminuir la Deuda Pública consolidada, y de entregar al interés individual la masa de bienes raíces que han venido a
ser propiedad de la nación, a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ellas las
ventajas que no podrían conseguirse por entero de su actual estado, o que se demorarían
con notable detrimento de la riqueza nacional otro tanto tiempo como se tardara en
proceder a su venta [ ... ], en nombre de mi excelsa hija la Reina doña Isabel II he
venido en decretar lo siguiente:
Art.1. Quedan declarados en venta desde ahora todos los bienes raíces de cualquier
clase que hubiesen pertenecido a las comunidades y corporaciones religiosas
extinguidas y los demás que hayan sido adjudicados a la nación por cualquier título o
motivo [ ... ]
Art. 10. El pago del precio del remate se hará de uno de estos dos modos: o en títulos
de Deuda consolidada o en dinero efectivo.
En el Pardo, a 19 de febrero de 1836.- A don Juan Álvarez y Mendizábal.
Crítica a la desamortización eclesiástica
«La cuestión que hay que resolver es la siguiente: ¿El gobierno debe pagar de una
vez toda su deuda vendiendo las fincas, o convendrá que arriende en enfiteusis todas
esas fincas y reparta su renta entre los acreedores? Hacer ver que el segundo método es
el único justo, el único compatible con la prosperidad de nuestra industria (economía),
el único conveniente a los intereses de los acreedores, el único popular y, por
consiguiente, ventajoso al sostén del trono de Isabel II, el único que no perjudica a la
clase propietaria, el único, en fin, por cuyo medio se puede mejorar la suerte de la
19
desgraciada clase proletaria en todas épocas y por todos los gobiernos, es lo que
propongo hacer ver...
Con el sistema enfitéutico, todas las familias de la clase proletaria serían dueñas del
dominio útil de la tierra que cultivasen y, por consiguiente, interesadas en sostener las
reformas y el trono de Isabel II, pues en ellas verían cifrado su bienestar. Por el
contrario, el sistema de vender las fincas, hará la suerte de esta numerosa clase más
desgraciada de lo que lo es aún en la actualidad y, por consiguiente, odiarán la reforma
y el orden existente de cosas.»
Fragmentos de artículos publicados por A. FLÓREZ DE ESTRADA en los
periódicos El Español y El Eco del Comercio, 28 de febrero de 1836.
CONVENIO DE VERGARA
Artículo. 1. El Capitán General D. Baldomero Espartero recomendará con interés al
gobierno el cumplimiento de su oferta de comprometerse formalmente a proponer a las
Cortes la concesión o modificación de los fueros.
Artículo. 2. Serán reconocidos los empleos, grados y condecoraciones de los generales,
jefes y oficiales, y demás individuos dependientes del ejército de mando del Teniente
General D. Rafael Maroto (…) quedando en libertad de continuar sirviendo y
defendiendo la Constitución de 1837, el trono de Isabel II y la Regencia de su augusta
Madre, o bien retirarse a sus casas los que no quieran seguir con las armas en la mano.
Artículo. 3. Los que adopten el primer caso (…) tendrán colocación en los cuerpos del
ejército (…).
Artículo. 4. Los que prefieran retirarse a sus casas siendo generales y brigadieres
obtendrán su cuartel para donde lo pidan con el sueldo que por reglamento les
corresponda (…).
Cuartel general de Vergara, a 31 de agosto de 1839
20
La división provincial de Javier de Burgos
[ ... ]parecía general el convencimiento de que los «vicios del sistema de división del
territorio circunscriben cuando menos, paralizan a menudo y a veces imposibilitan la
acción de la Administración», como escribe el ministro Javier de Burgos, [ ... ] Burgos
aprovechó el proyecto de 1822, reduciendo el número de provincias a 49 (elimina
Calatayud, Bierzo y Játiva), y crea en cada una responsables de gobierno con el nombre
de «Subdelegados de Fomento» [ ... ] decisión tan fundamental al menos como la misma
división provincial. Fiel a lo que era el objetivo clave de las reformas desde 1810, hacía
la división provincial soporte para todos los ramos de la administración, incluida la
militar. Pero sobre todo, Burgos prefiere hacer nuevas concesiones a la tradición
histórica, que no disminuían sensiblemente su carácter racional [ ... ] Por ese motivo
devuelve a las provincias vascas y Navarra su nombre territorial, aunque curiosamente
no a Asturias. Explícitamente se reconoce partir de la estructura de los reinos o grandes
distritos antiguos.
Con todo ello, Javier de Burgos pone los fundamentos de una administración
«fuerte, vigorosa y centralizada obsesionada por la eficacia y la uniformidad «sin
excepciones y privilegios»
González Antón, L. (1987). “El territorio y su ordenación político –
administrativa”. En Enciclopedia de la Historia de España. Volumen II, Madrid,
Alianza, p. 77.
Reinado de Isabel II
Preámbulo y selección de artículos de la Constitución de 1845
Doña Isabel II, por la gracia de Dios y de la Constitución de la Monarquía española,
Reina de las Españas; a todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: Que
siendo nuestra voluntad y la de las Cortes del Reino regularizar y poner en consonancia
con las necesidades actuales del Estado los antiguos fueros y libertades de estos Reinos,
y la intervención que sus Cortes han tenido en todos tiempos en los que los negocios
graves de la Monarquía, modificando al efecto la Constitución promulgada en 18 de
junio de 1837, hemos venido, en unión y de acuerdo con las Cortes actualmente
reunidas, en decretar y sancionar la siguiente.
Art. 2º. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus ideas sin
previa censura, con sujeción a las leyes [ ... ]
21
Art. 7º. No puede ser detenido, ni preso, ni separado de su domicilio ningún español,
ni allanada su casa, sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban [ ... ]
Art, 8º. Si la seguridad del Estado exigiese en circunstancias extraordinarias la
suspensión temporal en toda la Monarquía o parte de ella, de lo dispuesto en el artículo
anterior, se determinará por una ley.[ ... ]
Art. 11º. La Religión de la Nación española es la Católica, Apostólica, Romana. El
Estado se obliga a mantener el culto y sus ministros.
Art. 12º. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Art. 13º. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, iguales en
facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados.
Art. 14º. El número de senadores es ilimitado: su nombramiento pertenece al Rey [
... ]
Art. 15º. Sólo podrán ser nombrados senadores los españoles que, además de tener
30 años cumplidos, pertenezcan a las clases siguientes: Presidentes de alguno de los
Cuerpos Legislativos. Senadores o diputados admitidos tres veces en las Cortes.
Ministros de la Corona. Consejeros de Estado, Arzobispos, Obispos, Grandes de
España, Capitanes Generales [ ... ] Los comprendidos en las categorías anteriores
deberán además disfrutar de 30.000 reales de renta [ ... ] Títulos de Castilla que
disfruten 60.000 reales de renta. Los que paguen con un año de antelación 8.000 reales
de contribuciones directas y hayan sido senadores o diputados a Cortes, diputados
provinciales, o alcaldes en pueblos de 30.000 almas.
Art. 17º. El cargo de senador es vitalicio.
Art. 20º. El Congreso de los Diputados se compondrá de los que nombren las Juntas
Electorales en la forma que determine la ley. Se nombrará un Diputado a lo menos por
cada 50.000 almas.
Art. 22º. Para ser Diputado se requiere ser español, del estado seglar, haber
cumplido 25 años, disfrutar la renta procedente de bienes raíces, o pagar por
contribuciones directas la cantidad que la ley electoral exija [ ... ]
Art. 26º. Las Cortes se reúnen todos los años. Corresponde al rey convocarlas,
suspender y cerrar sus sesiones y disolver el Congreso de los Diputados,
pero con la obligación, en este último caso, de convocar otras Cortes y reunirlas dentro
de tres meses [ .. ]
Art. 45º. Además de las prerrogativas que la Constitución señala al Rey, le
corresponde:
[ .. ] Declarar la guerra y hacer ratificar la paz.
[... ] Disponer de la fuerza armada, distribuyéndola como más convenga.
[ ... ] Decretar la inversión de los fondos.
22
[...] Nombrar y separar libremente los ministros.
Concordato de 1851.
Art. 19. La religión católica, apostólica, romana, que con exclusión de cualquiera
otro culto continúa siendo la única de la nación española, se conservará siempre en los
dominios de S. M. católica con todos los derechos y prerrogativas de que debe gozar
según la ley de Dios y lo dispuesto por los sagrados cánones.
Art. 2º. En su consecuencia la instrucción en las Universidades, Colegios,
Seminarios y Escuelas públicas o privadas de cualquiera clase, será en todo conforme a
la doctrina de la misma religión católica: y a este-fin no se pondrá impedimento alguno
a los obispos y demás prelados diocesanos encargados por su ministerio de velar sobre
la pureza de la doctrina de la fe y de las costumbres, y sobre la educación religiosa de la
juventud en el ejercicio de este cargo, aún en las escuelas públicas.
Art. 3º. Tampoco se pondrá impedimento alguno a dichos prelados ni a los demás
sagrados ministros en el ejercicio de sus funciones, ni los molestará nadie bajo ningún
pretexto en cuanto se refiera al cumplimiento de los deberes de su cargo; antes bien
cuidarán todas las autoridades del reino de guardarle y de que se les guarde el respeto y
consideración debidos, según los divinos preceptos, y de que no se haga cosa alguna
que pueda causarles desdoro o menosprecio, S.M. y su real gobierno dispensarán
asimismo su poderoso patrocinio y apoyo a los obispos en los casos que le pidan,
principalmente cuando hayan de oponerse a la malignidad de los hombres que intenten
pervertir los ánimos de los -fieles y corromper las costumbres, o cuando hubiere de
impedirse la publicación, Introducción o circulación de libros malos y nocivos.
Art. 4º. En todas las demás cosas que pertenecen al derecho y ejercicio de la
autoridad eclesiástica y al ministerio de las órdenes sagradas, los obispos y el clero
dependiente de ellos gozarán de la plena libertad que establecen los sagrados cánones. [
... ]
Art. 42º. A este supuesto, atendida la utilidad que ha de resultar a la religión de este
convenio, el Santo Padre, a instancia de S. M. católica, y para proveer a la tranquilidad
pública, decreta y declara que los que durante las pasadas circunstancias hubiesen
comprado en los dominios de España bienes eclesiásticos, al tenor de las disposiciones
23
antes a la sazón vigentes, y estén en posesión de ellos, y los que hayan sucedido o
sucedan en sus derechos a dichos compradores, serán molestados en ningún tiempo ni
manera por Su Santidad ni por los Sumos Pontífices sus sucesores antes bien, así ellos
como sus causa-habientes disfrutarán segura y pacíficamente la propiedad de dichos
bienes y sus emolumentos y productos
La preponderancia militar
«Mucho se habla en estos últimos tiempos de la necesidad de destruir la
preponderancia militar para fortalecer el poder civil; parécenos que la situación se ha
planteado al revés y que más bien debiera pensarse en robustecer el poder civil para
destruir la preponderancia militar...
La quejas contra la preponderancia militar datan de mucho tiempo: hace largos años
que las fracciones liberales se acusan unas a otras por los estados de sitio. Lo que en
1834 y 1835 decían los progresistas contra los moderados, dijeron los moderados contra
los progresistas en 1836 y 1837; hasta 1840 les tocó a los progresistas repetir los
mismos cargos que luego reprodujeron los moderados hasta 1843; desde el
pronunciamiento de junio de dicho año se quejan otra vez los progresistas...
El poder militar es fuerte porque el civil es flaco, no tanto se debe pensar en abatir
aquel como en fortalecer éste; la fuerza del poder civil será la ruina del militar, que
dejará de ser poder y pasará a ser una clase como las demás del Estado ..."
El Pensamiento de la Nación, 18 de marzo de 1846.
El Manifiesto de Manzanares de 1854
Nosotros queremos la conservación del trono, pero sin camarilla que lo
deshonre; queremos la práctica rigurosa de las leyes fundamentales, mejorándolas, sobre
todo la electoral y la de imprenta; queremos la rebaja de los impuestos, fundada en una
estricta economía; queremos que se respeten en los empleos militares y civiles la
antigüedad y los merecimientos; queremos arrancar a los pueblos la centralización que
los devora, dándoles la independencia local necesaria para que conserven y aumenten
sus ingresos propios, y como garantía de todo esto queremos y plantearemos, bajo
sólidas bases, la Milicia Nacional (…)”.
24
Propaganda electoral aparecida en La Esperanza.
Madrid, 4 de octubre de 1854
CANDIDATURA REPUBLICANA
Soberanía nacional con todas sus consecuencias.
Sufragio universal, sanción de las leyes por el pueblo.
Libertad de cultos, de enseñanza, de Imprenta, sin restricción de ninguna clase.
Derecho de petición, de reunión y asociación.
Armamento general del pueblo.
Abolición de las quintas y del Ejército permanente.
Abolición de todas las contribuciones indirectas, remplazando por una sola directa
impuesta sobre el capital [ ... ]
Completa descentralización municipal y provincial.
Jurado para toda clase de delitos.
Aunque la ley electoral vigente excluye del derecho de sufragio a este partido,
completo en gran parte de las clases trabajadoras, algunos demócratas que consideran los principios arriba consignados como la expresión de las necesidades del
país y de la gloriosa revolución de julio, deseosos de que ambos estén dignamente
representados en las Cortes constituyentes, proponen a los electores Independientes
de esta provincia la candidatura siguiente.
Selección de artículos de la Constitución non nata de 1856.
Artículo 1. Todos los poderes públicos emanan de la nación, en la que reside
esencialmente la soberanía.
25
Artículo 3. Todos los españoles pueden imprimir y publicar libremente sus
ideas sin previa censura, con sujeción a las leyes.
Artículo 14. La nación se obliga a mantener y proteger el culto y los ministros
de la religión católica que profesan los españoles. Pero ningún español ni extranjero
podrá ser perseguido por sus opiniones o creencias religiosas, mientras no las manifieste
por actos públicos contrarios a la religión.
Artículo 15. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes con el Rey.
Artículo 16. Las Cortes se componen de dos cuerpos colegisladores, iguales en
facultades: el Senado y el Congreso de los Diputados.
Artículo 48. La persona del rey es sagrada e inviolable, y no está sujeta a
responsabilidad. Son responsables los ministros.
Artículo 49. La potestad de hacer ejecutar las leyes reside en el rey.
Artículo 50. El rey sanciona y promulga las leyes.
La noche de San Daniel
La serenata (…) fue negra anoche a última hora, cuando ya Madrid entero se
había citado en la calle de Santa Clara (…), más diez mil jóvenes que iban dispuestos a
saludar al rector y no a encontrarse con un ejército. (…) El ejército desaguaba como un
río por todas las esquinas, los caballos pisaban a los jóvenes indefensos, centelleaban
los sables, se oían voces de alarma y confusión reinaba en todas partes.
26
Conceder esta serenata, negarla a última hora; ocupar militarmente las pacíficas
calles adyacentes al teatro de la Ópera, salir el gobernador civil a la cabeza de sus
huestes, (…) ocupar toda la infantería la Puerta del Sol, bajar la caballería por la calle de
la Montera, dar cargas en la carrera de San jerónimo y en la calle del Príncipe.
¿Necesitará el general Narváez declarar a España en estado de sitio y deportar la mitad
de los españoles a Filipinas para despojar de su cátedra al catedrático?
La Democracia, 9 de abril de 1865
Marichal, Carlos (1980): La revolución liberal y los primeros partidos
políticos en España: 1834-1844, Madrid, Cátedra. p. 169-170.
Durante el periodo que va de 1837 a 1840 los partidos políticos Progresista y
Moderado tuvieron un notable desarrollo. Su creciente fuerza desató al mismo tiempo el
antagonismo entre ellos, manifiesto en enconadas batallas electorales y disputas
parlamentarias, a pesar de que estaban lejos de ser partidos de masas en el sentido
moderno. Esencialmente eran partidos oligárquicos que buscaban afanosamente afianzar
su poder y promover los intereses materiales de los grupos relativamente restringidos
que representaban.
La lucha por el poder no se limitaba exclusivamente a la pugna por controlar el
parlamento [ ... ] También se extendía al terreno municipal [...] los gobiernos
municipales controlaban la organización de la Milicia Nacional, el reclutamiento para el
ejército, y tenían amplias facultades con respecto a la recaudación de impuestos. El
objetivo de los moderados era subordinar estos poderes «democráticos» y «federales» a
la autoridad del gobierno central. En cambio, los progresistas veían en la relativa
autonomía municipal un instrumento fundamental para lograr el apoyo popular
necesario para llevar a cabo las reformas todavía pendientes.
[ ... ] Los progresistas apoyaron a los sectores de la burguesía comercial y profesional, de la pequeña burguesía y de los artesanos que reivindicaban sus derechos a
participar en el ejercicio del poder político. Los moderados estaban más identificados
con aquellos sectores de las clases altas que se oponían a las reformas avanzadas.
27
Payne, S.G. (1977): Ejército y sociedad en la España liberal 1808-1936,
Madrid, Akal, p. 11 - 13.
Lo que más llama la atención en el caso de España [...] es la dilatada duración de la
fase del periodo convulsivo (65 años, de 1810 a 1875) y la magnitud del paroxismo
político implicado.
[ ... ]
Hubo otros dos factores de importancia implicados en la experiencia española: los
restos del Imperio y el conflicto de intereses regional / provincial. En el caso de España
estos dos factores estuvieron más agudizados que en ningún otro estado del siglo
diecinueve. Las guerras constantes dentro y fuera del país (1808-14, 1815-25, 1827,
1833-40, 1846-49, 1868-78, 1869-76) unidas a las continuas revueltas en las provincias,
contribuyeron a mantener el sistema en constante conmoción durante décadas enteras,
siendo una fuente de disturbios y gastos sin parangón en ningún otro país [...]
Siempre que las elites civiles de una nación son Incapaces de dirigirla y gobernarla,
son suplantadas por los militares [....]
La intervención de los militares en política suele conocerse como «militarismo»,
pero politólogos prefieren el término más exacto de «pretorianismo», que permite
distinguir las funciones políticas de los militares... el término de pretorianismo se refiere
específicamente a la intervención del ejército en la política y en el gobierno civiles
confines primariamente civiles (es decir, políticos), más relacionados con problemas
nacionales y políticos que con ambiciones militares propiamente dichas.
Puelles Martínez, Manuel de (1980): Educación e ideología en la España
contemporánea, Barcelona, Labor, p. 152-153.
La ley fue, en general, bien recibida por los diversos sectores [...]. Bien pudo
decir Moyano en 1887:
«Esta ley ha durado y durará muchos años más porque dicha ley, y esto puedo
decirlo muy alto, fue una ley nacional, no de partido... » [ ... ]
Con la ley Moyano se acentúa también uno de los rasgos del sistema liberal
educativo: la centralización [ ... ]
28
Frente al tema polémico del derecho de inspección de la Iglesia, Moyano supo hacer
frente a su compromiso. Así, el artículo 295 dispone: «Las autoridades civiles y
académicas cuidarán, bajo su más estrecha responsabilidad, de que ni en los
establecimientos públicos de enseñanza, ni en los privados se ponga impedimento
alguno a los reverendos obispos y demás prelados diocesanos, encargados por su
ministerio de velar por la pureza de la doctrina, de la fe y de las costumbres, y sobre la
educación religiosa de la juventud, en el ejercicio de ese cargo». La Inspección
eclesiástica [ ... ] señalan, sin embargo, un foco de conflicto futuro. El deseo de los
moderados de conciliarse con la Iglesia aumentará en los últimos años de la monarquía
isabelina, exacerbando de este modo el conflicto entre la Iglesia y las fuerzas
progresistas del país.
Sexenio
MANIFIESTO DE ESPAÑA CON HONRA
¡Españoles!: la ciudad de Cádiz, puesta en armas toda su provincia (...), declara
solemnemente que niega su obediencia al Gobierno que reside en Madrid, (...) y resuelta
a no deponer las armas hasta que la nación recobre su soberanía, manifieste su voluntad
y se cumpla.
¿Habrá algún español tan ajeno a la desventura de su país que nos pregunte las causas
de tan grave acontecimiento?.
Pisoteada la ley fundamental (...), corrompido el sufragio (...), muerto el municipio
(...), tiranizada la enseñanza, muda la prensa... ¡Españoles!, ¿quién la aborrece tanto que
se atreva a exclamar “Así ha de ser siempre”?.
Queremos que un Gobierno Provisional que represente todas las fuerzas vivas de su
país asegure el orden en tanto que el Sufragio Universal eche los cimientos de nuestra
regeneración social y política.
Contamos para realizarlo (...) con el concurso de todos los liberales (...),
con el apoyo de las clases acomodadas (...), con el pueblo todo...
¡Viva España con Honra!.
Cádiz 19 de septiembre de 1868. Generales Topete, Serrano...
29
Proclama de la Junta provisional revolucionaria de Sevilla, el 20 de
septiembre de 1868
“La junta revolucionaria de Sevilla faltaría al primero de sus deberes si no
comenzara por dirigir su voz a los habitantes de esta provincia y a la nación entera,
manifestándose los principios que se propone sustentar y defender como base de la
regeneración de este desgraciado país…
1º. La consagración del sufragio universal y libre como base y fundamento de la
legitimidad de todos los poderes y única verdadera expresión de la voluntad nacional.
2º. Libertad absoluta de imprenta…
3º. La consagración práctica e inmediata de todas las demás libertades, la de enseñanza,
la de cultos, la de tráfico e industria… y la reforma prudente y liberal de las leyes
arancelarias, hasta que el estado del país permita establecer de lleno la libertad de
comercio.
4º. La abolición de la pena de muerte.
5º. La seguridad individual eficazmente garantizada, así como la absoluta
inviolabilidad de domicilio y de la correspondencia.
6º. La abolición de la Constitución bastarda que nos venía rigiendo…
7º. La abolición de las quintas… y la organización del ejército bajo la base de
alistamientos voluntarios…
9º. …abolición de los derechos de puertas y consumos.
11º. Cortes Constituyentes por sufragio universal directo, para que decreten una
Constitución en armonía con las necesidades de la época…”
¡Viva la libertad! ¡Abajo la dinastía! ¡Viva la soberanía nacional!
30
MANIFIESTO POR LA INDEPENDENCIA DE CUBA
Al levantarnos armados contra la opresión del tiránico gobierno español,
manifestamos al mundo las causas que nos han obligado a dar este paso (…) España nos
impone en nuestro territorio una fuerza armada que no lleva a otro objeto que hacernos
doblar el cuello al yugo férreo que nos degrada.
Nuestros valiosos productos, mirados con ojeriza por las repúblicas de los
pueblos mercantiles extranjeros (por los perjuicios) que provoca el sistema aduanero
español para coartarles su comercio; si bien venden a grandes precios en los puertos de
otras naciones, aquí el infeliz productor no alcanza siquiera para cubrir sus gastos…
Nosotros consagramos estos dos venerables principios: nosotros creemos que
todos los hombres son iguales (…) admiramos el sufragio universal, que asegura la
soberanía del pueblo; deseamos la emancipación gradual y bajo indemnización de la
esclavitud, el libre cambio con las naciones (…) demandamos la religiosa observancia
de los derechos imprescindibles del hombre, constituyéndonos en nación independiente,
porque así cumple a la grandeza de nuestros futuros destinos y porque estamos seguros
que bajo el cetro de España nunca gozaremos del franco ejercicio de nuestros derechos
(…)
Carlos Manuel de Céspedes (10 de octubre de 1868)
31
CONSTITUCIÓN DE 1869
“La Nación española, y en su nombre las Cortes Constituyentes, elegidas por
sufragio universal, deseando afianzar la justicia, la libertad y la seguridad, y proveer al
bien de cuantos vivan en España, decretan y sanciona la siguiente Constitución:
Título I: de los españoles y sus derechos.
Art. 2º. Ningún español ni extranjero podrá ser detenido ni prso sino por causa
de delito.
Art. 3º. Todo detenido será puesto en libertad o entregado a la autoridad judicial
dentro de las 24 horas siguientes al acto de la detención…
Art. 4º. Ningún español podrá ser preso sino en virtud de mandamiento del juez
pertinente…
Art. 17º. Tampoco podrá ser privado ningún español:
Del derecho de emitir libremente sus ideas y opiniones...
Del derecho de reunirse pacíficamente.
Del derecho de asociarse...
Art. 21º. La Nación se obliga a mantener el culto y los ministros de la religión
católica.
El ejercicio público o privado de cualquier otro culto queda garantizado a todos los
extranjeros residentes en España, sin más limitaciones que las reglas universales de la
moral y del derecho.
Si algunos españoles profesaren otra religión que la católica, es aplicable a los mismos
todo lo dispuesto en el párrafo anterior.
Art. 32º. La soberanía reside esencialmente en la Nación, de la cual emanan
todos los poderes...
Art. 34º. La potestad de hacer las leyes reside en las Cortes.
Art. 38º. Las Cortes se componen de dos Cuerpos Colegisladores, a saber:
Senado y Congreso.
Art. 65º. El Congreso se compondrá de un Diputado al menos por cada 40000
almas de población, elegido con arreglo a la ley electoral.
Art. 66º. Para ser elegido Diputado se requiere ser español, mayor de edad y
gozar de todos los derechos civiles...
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DISCURSO DE RENUNCIA DE AMADEO DE SABOYA
Dos años largos ha que ciño la Corona de España, y la España vive en constante
lucha, viendo cada día más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente
anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos
soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los
que con la espada, con la pluma, con la palabra, agravan y perpetúan los males de la
Nación son españoles, todos invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se
agitan por su bien, y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y
contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la
opinión pública, es imposible atinar cuál es la verdadera (…) nadie achacará a flaqueza
de mi ánimo esta resolución. No habría peligro que me moviera a desceñirme la corona
si creyera que la llevaba en mis sienes para bien de los españoles (…).
11 de febrero de 1873
EL FEDERALISMO
“Queremos los federales en el orden humano: Libres de pensamiento, la
conciencia, los cultos; respeto a todas las religiones, preferencia ni privilegio a ninguna;
suprimidas las obligaciones del culto y del clero; dotados los sacerdotes de todas las
iglesias de los mismos derechos que los demás ciudadanos, atenidos a los mismos
deberes y sujetos a la misma jurisdicción y las mismas leyes; civiles el matrimonio, el
registro y el cementerio.
Garantizados la vida y el trabajo; inviolables la personalidad, el domicilio y la
correspondencia; abolida la pena de muerte; perseguida sin piedad la vagancia.
Queremos en el orden político: la voluntad del pueblo como el único origen
legítimo del poder público; los tres poderes limitados. El sufragio universal; las leyes
fundamentales, sometidas a la sanción del pueblo. La República por forma de gobierno;
la Federación por sistema. La Nación dividida en Regiones, y las Regiones en
Municipalidades; las municipalidades y las regiones autónomas a par de la Nación en
todo lo que a su vida interior corresponda (…).
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Los estados regionales, que han de tener a su cargo el régimen de la vida
regional en lo político, lo económico y lo administrativo (…) la garantía y la defensa de
la libertad y el orden(…) la organización de las milicias regionales, subordinadas al
estado central solo en caso de guerra con el extranjero (…) la imposición y la cobranza
de los tributos (…)”.
PROGRAMA DEL PARTIDO FEDERAL
PROCLAMA DEL CANTÓN DE CARTAGENA
Junta Soberana (del Cantón de Cartagena) (…), interpretando las aspiraciones del
pueblo de Cartagena, ha estimado conveniente establecer:
1º La instrucción gratuita, obligatoria, elemental, con responsabilidad personal de los
jefes de familia y colectividades encargados de la educación de la infancia (…).
4º Queda terminantemente prohibida, bajo la más estricta responsabilidad de los
profesores y encargados de los colegios (…) la enseñanza en los mismos dogmas, ni
religión positiva, debiendo atenerse para la moral en los principios de la ciencia y de los
deberes sociales (…).
Considerando que las iglesias han sido constituidas con los intereses colectivos del
pueblo y que por tanto no pueden ser propiedad exclusiva de una asociación particular
(…). Esta Junta Soberana de salvación acuerda:
Quedan confiscados todos los bienes que pertenezcan a las asociaciones religiosas, que
pasan desde luego a la propiedad colectiva del Cantón (…).
Considerando que la propiedad es uno de los derechos más legítimos del hombre,
siempre que sea resultado indispensable de su trabajo. (…)
1º Quedan confiscados y declarados propiedad colectiva del Cantón todos los bienes
(…) que disfruten sus actuales dueños por herencia y con origen de gracia y donación
real, tales como vinculaciones, mayorazgos, capellanías (…)
Cartagena, 1 de octubre de 1873
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Exposición del programa gobierno de Pi y Margall, 13 de junio de 1873
«Y estoy en que la República tiene bastante fuerza para desconcertar las
maquinaciones de todos sus enemigos, pero con una condición: con la de que no
perdamos el tiempo en cuestiones estériles; de que no nos dividamos... de que
aceleremos la Constitución de la República española.
Antes de venir al Parlamento había presumido que el partido republicano se dividiría
en fracciones, pero no pude jamás calcular que se dividiera antes de que se discutieran
las altas cuestiones políticas o económicas...
Tenemos, señores Diputados, una verdadera guerra civil: la tenemos en las
provincias del Norte y de Oriente, y aunque de menor importancia, en algunas
provincias del Centro (1)... La primera necesidad, la más universalmente sentida es
poner término a esa guerra... ¿Qué debemos hacer para conseguirlo? Ante todo,
contener la indisciplina del ejército... »
(1) Se refiere a las provincias vascongadas y Navarra, bastiones principales de la
guerra carlista. La tercera guerra carlista, conflicto iniciado en 1872, a la altura de 1873
se había extendido al interior de Cataluña y el Maestrazgo. Incluso algunas partidas
carlistas operaban en Galicia, Castilla y Andalucía, convirtiéndose en una auténtica
guerra civil que se alargaría hasta 1876.
La Primera República vista por un marxista
«Madrid 19 de febrero de 1873
Mi querido Engels:
La proclamación de la República no ha sido para mí un hecho inesperado; hace
tiempo que lo había anunciado como un resultado natural de la falsa situación de
Amadeo frente a los partidos liberales y sobre todo de la evolución operada en el seno
del partido republicano español... La república española es el resultado de una
coalición entre los diferentes partidos liberales de la burguesía... Esto le explicará
cómo el cambio se ha hecho de una manera tan tranquila... Pero aún no hemos llegado
al final; los cuatro republicanos que han aceptado carteras (Figueras, Pi, Salmerón y
Castelar) son gente honesta, pero no están a la altura de la situación; tienen que
gobernar con una mayoría parlamentaria que no está de acuerdo con ellos en la mayor
parte de las cosas prácticas... De otro lado, la parte popular del republicanismo, que
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está dirigida por los intransigentes, se agita y pide -no reformas- sino puestos para sus
jefes...
El momento, como ve, no puede ser favorable para nosotros. Si los intransigentes se
pelean con el gobierno, intentarán hacer una revolución que llamarán social...; si, por el
contrario, los jefes de los intransigentes obtienen puestos, el elemento popular que ellos
dirigen por fin verá claro y se separará definitivamente del partido republicano, para
venir ' a nosotros. ¡Qué magnífica ocasión para fundar el partido obrero en España!...
Salude de mi parte a Marx, Lafargue y su familia.»
Correspondencia entre José MESA y Federico ENGELS.
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