Ü - Somasco

Anuncio
en nuestro benignísimo Señor, dispongámonos a vivir, con gozo
y en su plenitud, este periodo de gracia.
Carta a los Religiosos de la Provincia
con ocasión de las BODAS DE ORO de la implantación del Carisma Somasco en España.
Y para obtener esta gracia, acudamos a la Madre de las
Gracias... 21
Con todo mi afecto, en Cristo, os saludo y abrazo.
Madrid, 12 de mayo de 2007
Fiesta de Ntra. Sra. de los Desamparados
P. Joaquín Rodríguez Romero crs
El Padre Provincial
Prepósito provincial
NOTAS:
Queridos hermanos:
1
- Lc 1, 48; 2 carta SJE 6
- 2 carta SJE 6; 2c 3
3
- 6 carta SJE 4
4
- Doc. CG 2005: Documento conclusivo, 17.1, pg. 62
5
- 2 carta SJE 3
6
- Sl 94
7
- 2 carta SJE 9
8
- 2 carta SJE 6
9
- Anónimo XIV, 7
10
- Doc. CG 2005: pg. 62, n. 5
11
- Jn 21, 15-17
12
- 1 carta SJE 16
13
- Doc. CG 2005: Diez convicciones..., pg. 65
14
- Ibidem
15
- Ibidem, pg. 64
16
- 3 carta SJE 1
17
- 2 carta SJE 3
18
- Doc. CG 2005: Documento conclusivo, 13.2, pg. 60
19
- CCRR Cap V - VIII Familiares, agregadis y colaboradores
20
- Doc. CG 2005: Diez convicciones..., pg. 64
21
- Nostra Orazione, 6
2
1-
El próximo curso escolar 2007-08 celebraremos las Bodas
de Oro de la casa de A Guarda (y luego, el curso siguiente
2008-09, las de Caldas de Reis) y, contemporáneamente, el
50 aniversario de la presencia de los Padres Somascos en España. Será, pues, una amplia celebración jubilar de dos años
para toda la Provincia de España: para todos los Religiosos
y para toda la Familia Somasca.
Los Religiosos, a lo largo de estos 50 años de historia,
hemos manifestado nuestro deseo de seguir a Cristo con hechos,
dando vida a las Obras, a través de las cuales, con nuestro testimonio personal -y en nuestra pobreza-, mediante el trabajo de
cada día, el Señor, “que enaltece a los humildes” 1, se ha glorificado: colegios, casas para la atención a menores y una residencia
para jóvenes, el servicio pastoral en parroquias y, recientemente,
nuestro valiente compromiso misionero en Mozambique.
Son parte de nuestra historia las pruebas que nos han ido purificando: ausencias, tentaciones, tribulaciones, enfermedades…
con ellas el Señor nos ha mostrado su voluntad de hacernos
crecer en la fe para colmarnos de su caridad: pruebas con las que
nos ha llevado y nos llevará ante la encrucijada: “o faltar de fe y
volvernos atrás”, a nuestras propias seguridades, o “permanecer
fuertes en la fe, confiando en Él solo” 2.
También son parte de nuestra historia las incontables muestras de recíproco afecto, las pequeñas anécdotas que nos hacen
reír y todos los errores que, por fragilidad humana, hemos cometido, y de los que ahora pedimos perdón: también de éstos se
ha servido el Señor, permitiéndolos para fortalecernos en la humildad y para aprender la paciencia de unos para con los otros.
Tantos acontecimientos, ordinarios o solemnes, alegres o dolorosos, han tejido el entramado de estos años. La experiencia
nos ha enseñado que muchos ocurrieron para nuestro bien; y
otros, de los que aún no comprendemos su por qué, tenemos por
cierto que, por la bondad de Dios, servirán también para nuestra santificación.
2-
Al celebrar los 50 años, queremos fijarnos estos dos objetivos:
1. Dar gracias a Dios -¡es nuestro año de jubilo!- por habernos llamado “a vivir en su casa y a comer de su pan” 3,
por tratarnos como un buen Padre. Dar gracias a Dios por
el ciento por uno que nos da cada día. Dar gracias a Dios
por los hermanos que nos han precedido -y especialmente
comunión brota un nuevo proyecto comunitario de misión” 18.
Es año jubilar, también, para la Familia somasca: a la Familia somasca pertenecen, aunque sea con distintos matices y formas,
aquellas personas que la Providencia puso a nuestro lado y que
comparten nuestra devoción a san Jerónimo. En primer lugar,
nuestros propios padres 19, que acompañaron nuestros primeros
pasos en la fe y en la vocación, y por los que -vivos o difuntosahora pedimos y damos gracias; y todos aquellos que el Señor
confió durante este tiempo a los cuidados de nuestro celo pastoral
y aún actualmente nos confía, para que les testimoniemos su ternura de Padre; pero también tantos buenos colaboradores de las
Obras, sin los cuales éstas no serían como son; y las personas
que nos dieron su apoyo, su cariño, su confianza a lo largo de
todos estos años; y muchos hermanos que vivieron durante un
período de tiempo con nosotros, a los que luego la vida ha llevado
por otro camino, pero que siguen sintiéndose “somascos”. Mucho
nos gustaría que todos ellos se nos unieran en esta celebración de
acción de gracias y que ésta fuera la ocasión propicia para reforzar nuestros lazos y aunar nuestras fuerzas, pues “el trabajo y la
amistad espiritual que con ellos -los laicos- compartimos nos
piden nuevos y concretos pasos adelante” 20.
Hermanos, el día 15 de septiembre, en la casa de A Guarda, nuestro querido P. General, signo visible de la presencia
de san Jerónimo entre nosotros, presidirá la apertura de este
Jubileo; con su bendición, sostenidos por la fe y la esperanza
-7
tienen buena voluntad y disponibilidad para hacer su camino,
tenemos que dar gracias al Señor y acogerlos con los brazos
abiertos, y abrir cauces para una fecunda comunión. ¿Podrán
ser estos dos años largos, los de un nuevo horizonte compartido
para cuantos tenemos a san Jerónimo como modelo de vida?
¿No podría venir por este cauce el nuevo impulso que caracterice nuestras obras por un mejor servicio a los más abandonados
y prolongue y extienda el carisma de nuestro Padre Jerónimo
en la sociedad de hoy?
Si “escuchamos su voz”, me parece que la reconoceremos fácilmente en la observación que nos hace nuestro Santo: “…somos como la semilla sembrada entre las piedras, es decir, de los
que creen durante un tiempo, pero, a la hora de la tentación, desfallecen” 16. La hora de la tentación es la que vivimos en la
comunidad, si no somos conscientes de nuestra propia debilidad
y nos dejamos llevar por la impaciencia ante la fragilidad de los
hermanos. ¿Será éste el tiempo de la gran ocasión, cuando demos
un paso al frente y aceptemos que “…a nosotros nos toca soportar al prójimo, disculparlo en nuestro interior y rezar por él,
y, exteriormente, tratar de hablarle cristianamente con palabras
dulces, rogando al Señor que, por nuestra paciencia, ... se sienta
iluminado… Hemos de pensar que sólo Dios es bueno, y que
Cristo obra en aquellos instrumentos que se dejan guiar por el
Espíritu Santo” 17. Pues, en efecto: “la reevangelización de cada
uno de nosotros hará que nos descubramos hermanos y de esa
6-
por el P. Jorge, el P. Basignana, el P. Baldo, el P.
José, el P. Eugenio, el P. Orestes, el Hno. Dimas, el
P. Filippetto, el P. Conterno-, de los que hemos recibido
la antorcha, muchos ánimos y su buen ejemplo. Dar gracias a Dios por todos y cada uno de los hermanos de camino – algunos de ellos viven ahora su vocación somasca en
países de Europa, América, Asia y Oceanía-: con todos
ellos queremos seguir compartiendo nuestra vocación y asumir “responsablemente la tarea de identificar, en el entorno
en que vivimos, las nuevas formas de pobreza, privilegiando
a los pequeños, a los más débiles y a los jóvenes, necesitados de cultura y formación” 4, para servirlos mejor y juntos.
Dar gracias a Dios por todo el bien que hemos hecho, o
mejor: que el Señor ha hecho sirviéndose de cada uno de
nosotros, “pobrecillos, atribulados, afligidos, cansados” 5.
2. “Escuchar hoy su voz” 6, para que, dóciles a su voluntad,
crezcamos en su Amor y Él siga sirviéndose de nosotros.
En un tiempo de fuerte crisis, el Señor sigue amándonos y
confiando en nosotros. Con la serenidad de sabernos hijos
queridos, hemos de pedirle a Dios su luz para contemplar
con el corazón a nuestro Dulcísimo Jesús y a sus ovejitas,
que hoy nos sigue encomendando; para compadecernos ante
la mucha mies escasa de obreros, y comprender lo que Él
espera de nosotros. Señor, ¿qué quieres ahora de mí?; ¿qué
quieres hoy de nosotros?
-3
Y algo debe de querer, para que recorramos el pequeño, pero
determinante trecho que aún nos queda, hasta llegar a la tierra
prometida, cuando en nuestra Provincia se realice la esperanza
cierta de san Jerónimo: tener un lugar de paz 7 que manifieste
el cumplimiento de la promesa del Señor, la plenitud de su obra
en nosotros y a través de nosotros; un testimonio que podamos
mostrar a cuantos Él llama a servir a sus pobres y quiere que
perseveren en su seguimiento.
Y si “escuchamos su voz”, puede que escuchemos, como Pedro,
una pregunta comprometida: «¿Me amas?» 8. Pregunta que nos
descubre el amor y la confianza del Señor por nosotros. Pregunta
importante que el Señor nos repite, igual que a Pedro, para que no
la dejemos pasar por alto. Pregunta que hemos de responder con
toda lealtad a Él mismo y a nosotros. Todo depende de nuestro
amor a Él. Como san Jerónimo, hemos de ajustar nuestros pactos
con Cristo 9, amor nuestro, y no con otros, sin dejar que ni el pasado ni el presente, ni las dificultades ni la rutina, enfríen nuestro
“fervor inicial, que Dios mantiene por medio de su Palabra, del
testimonio de los hermanos y de su presencia en los pobres” 10. Este
período jubilar nos ofrecerá múltiples ocasiones propicias, que no
debemos desaprovechar, para abrir el corazón a la gracia de Aquel
a quien hemos ofrecido nuestra vida. Una de ellas podría ser la
de los ejercicios espirituales; y otra, la participación en el curso de
formación, “El Intento”, en Roma (con la buena disposición del
resto de la comunidad... para suplir la ausencia).
4-
En ese diálogo personal nuestro con Cristo, al reconocimiento de la gracia de su amor, seguirá una propuesta: “¡Cuida de
mis ovejas!” 11. ¿Cómo no sentirnos orgullosos, todos y cada
uno de nosotros, de ser agentes de pastoral juvenil-vocacional,
cuando es el mismo Jesús quien nos la encomienda? Y san Jerónimo completa la invitación: “...que sienta especialmente encomendadas a su cuidado esas ovejitas, si ama a Cristo…” 12
¿Cómo, pues, no unir esfuerzos y capacidades para un servicio
pastoral más intenso y continuado? ¿Cómo, pues, no responder
a “la urgencia de proponer en nuestro entorno opciones audaces
que estimulen y mantengan vivo el espíritu de nuestra misión?” 13
¿Cómo, pues, no reconvertir en este período lo mejor de nuestro
tiempo y de nuestra dedicación a apostar por los jóvenes, “alba
de un nuevo día..., invirtiendo en ellos fuerzas, energías y recursos», pues están «sedientos de Dios y del Evangelio, como la
samaritana” 14.
A este fin, el Señor nos brinda la colaboración de cristianos comprometidos, de jóvenes generosos, de profesionales que
trabajan en nuestras obras, de fieles de nuestras parroquias, de
amigos, ex-alumnos o ex-religiosos, deseosos todos por compartir con nosotros carisma y misión: “El carisma de san Jerónimo es para el mundo entero. Ya está naciendo una cultura
somasca nueva, internacional, rica, unitaria y plural; brotes
espontáneos de una vieja raíz” 15. Traen también consigo, gracias a Dios (y como nosotros), sus propias flaquezas; pero, si
-5
Descargar