Pierre Janet y las nociones antecedentes a los conceptos Freudianos

Anuncio
PIERRE JANET Y LAS NOCIONES ANTECEDENTES A LOS CONCEPTOS
FREUDIANOS
Reseña del libro Tratado Elemental de Filosofía
Referencia: Janet, Pierre. Tratado elemental de filosofía. Librería Bouret. París.
7ma. ed. Española. 1918
Autor de la reseña: Dra. Amelia H. Imbriano
Contenidos:
11.1.- Biografía del autor
11.2.- Recuperación de datos: Reseña del libro Tratado Elemental de Filosofía
11.1.- Biografía del autor
Pierre-Marie-Félix Janet, conocido simplemente como Pierre Janet,
(París, 30 de mayo de 1859 – París, 24 de febrero de 1947) fue un psicólogo y
neurólogo francés que hizo importantes contribuciones al estudio moderno de
los desórdenes mentales y emocionales, como la ansiedad, las fobias y otros
comportamientos anormales.
Janet ingresó a la École Normale Supérieure en 1879, donde se formó
como profesor. De 1882 a 1889, hizo clases en liceos de Châteauroux y Havre,
mientras preparaba su tesis de doctorado en Psicología (que era por entonces
sólo una rama de la Filosofía).
En 1889, presentó su tesis Automatisme psychelogique. Essai sur les
formes inférieures de l'activité humaine en la Universidad de París, sobre el
automatismo psicológico, la cual contenía algunos de los conceptos que más
tarde serían utilizados por Sigmund Freud, como la idea de subconsciente, lo
que generó discusiones posteriores sobre la paternidad del término.
En 1889, Janet es invitado a trabajar con el neurólogo Jean-Martin
Charcot, director del mayor manicomio parisino, el Salpêtrière, que utilizaba la
hipnosis en el estudio de la histeria. Vislumbrando el potencial de Janet,
Charcot le encargó la apertura de un laboratorio de psicología experimental en
el manicomio, donde Janet inició sus estudios de medicina. En 1892, Janet
completó su tesis de medicina: L'état mental des hystériques ("El estado mental
de los histéricos"), donde expuso una clasificación de las diversas formas de
histeria, la cual define como un producto de "sugestión psicológica" (de la
misma forma que la hipnosis).
En 1898, comenzó a enseñar psicología experimental en la Sorbona, y
en 1902, llevado por su amigo Bergson en el Collège de France, donde
permaneció hasta 1936.
En 1904 fundó junto a su amigo George Dumas el Journal de
psychologie normal et pathologique ("Diario de psicología normal y patológica"),
al cual contribuyó con numerosos artículos.
La divulgación de los estudios y de los métodos terapéuticos de Janet lo
hizo mundialmente conocido, llegando a exponer sus ideas en Harvard (donde
hizo clases en 1906), más tarde publicadas bajo el título The Major Symptoms
of Hysteria ("Principales síntomas de la histeria"). En Estados Unidos, uno de
sus discípulos, Morton Prince, buscó seguir sus esfuerzos de unir la psicología
y la medicina en el tratamiento de los desórdenes mentales.
11.2.- Recuperación de datos: Reseña del libro Tratado Elemental de
Filosofía
En nuestra labor de rastreo bibliográfico hemos podido recuperar un libro
de Pierre Janet titulado Tratado Elemental de Filosofía1. Nos interesó por la
relación que Freud tuviera con el autor, y la intuición de que la etiopatogenia de
la histeria no sería el único tema de ocasión en las conversaciones entre
ambos.
Quizás, aventuramos, pudieron conversar sobre temas que
preocupaban mucho a Pierre Janet, tales como los relacionados con el
lenguaje y el ser social y político, el ser moral.
En este tratado se desarrolla una amplia temática que desarrolla temas
tales como: las consideraciones epistemológicas referidas a la clasificación de
las ciencias; la neurofisiología de la época, proponiendo que el estudio del
instinto en el hombre, por sus características diferenciales respecto del animal,
pertenece a la psicología, proponiendo el concepto de “tendencia”; la relación
del placer y el dolor en referencia al surgimiento de los afectos, de los apetitos
y pasiones; las operaciones psicológicas fundamentales; las teorizaciones
sobre la función del “sueño psicológico” considerando que “el sueño constituye
un modo de pensar propio”2; la lógica; la estética; nociones de derecho;
economía política; metafísica y teología, entre otras.
Nos interesó particularmente, por el objeto de nuestra investigación,
encontrar algunas nociones tales como las que reseñamos a continuación:
El hombre como ser moral: “puede ser considerado bajo diferentes
conceptos: 1.- […] entre los seres animales los individuos difieren pocos unos
de otros y por consiguiente llevan una vida casi enteramente semejante y
uniforme, en la humanidad por el contrario, resulta una gran diversidad en la
vida de cada uno que compone una gran diversidad de acontecimientos.
Estando el hombre dotado de memoria reflexiva y de la facultad de medir el
tiempo, del atributo de la palabra y la escritura, puede consignar todos aquellos
sucesos que le interesan a su familia, su tribu, su nación, siendo entonces el
1
Janet, Pierre. Tratado elemental de Filosofía. Librería de la Vda. De Ch. Bouret. Paris-México.7ma. ed.
Española. 1918.
2
Ibíd. Pág. 83.
hombre es un ser histórico. […] se encargan del hombre un grupo de ciencias
llamadas Históricas (historia, arqueología, epigrafía, numismática, geografía).
2.- En tanto que el animal solo posee el lenguaje inarticulado o grito, el hombre
es un ser de lenguaje articulado o palabra. La palabra se modifica según os
tiempos o lugares dando origen a lo que se llaman lenguas. De aquí otro grupo
de ciencias, las ciencias Filológicas (filología, etimología, paleografía, etc.). 3.el hombre vive en sociedad, forma ciudades, repúblicas, Estados. Tiene la
capacidad de reflexionar sobre la sociedad en la que vive. Se impone leyes a si
mismo. Instituciones, leyes, riqueza pública y privada, son otros tantos hechos
que producen un tercer grupo de ciencias. Ciencias sociales y políticas
(política, jurisprudencia, economía política). […] Llámese hechos morales los
que no pueden caer jamás bajo el dominio directo de los sentidos, solo los
conoce interiormente aquel que los experimenta […] El lenguaje, expresión del
pensamiento del hombre, no es el pensamiento. Los acontecimientos
históricos, efectos de las pasiones y de las voluntades de los hombres, no son
si embargo ni esas pasiones ni esas voluntades. Las sociedades humanas
manifiestan la tendencia a la sociabilidad y a crear órganos de la justicia. Todos
los hechos sociales, históricos, lingüísticos, son la exterioridad del espíritu
humano, pero no son el espíritu humano. […] Todas las ciencias morales que
estudian al hombre por lenguaje, los hechos históricos o sociales, y por lo
subjetivo el estudio del hombre implica a la psicología”3 […] “Dividiremos la
filosofía del espíritu humano en cuatro partes: psicología, lógica, moral y
estética”4.
Las leyes de asociación, entre ellas considera: ley de contigüidad y de
semejanza. Respecto de la primera señala dos alternativas: contigüidad
objetiva y subjetiva “A la primera se refieren los sincronismos, las efemérides,
las cronologías, las genealogías, etc., y de aquí también la utilidad de las
fechas en la historia. Pero la contigüidad subjetiva es aún de mayor importancia
y a ella se pueden referir todas las demás relaciones: la ligazón y adherencia
que se establece…esto explica una multitud de impresiones singulares de que
no siempre podemos darnos cuenta […] El segundo principio que tiene a
despertar las ideas unas por otras, es el de semejanza y también e
3
4
Ibíd. Pág. 6.7. Los subrayados son nuestros.
Ibíd. Pág. 11. Los subrayados son nuestros.
desemejanza […] de aquí derivan esos procedimientos del discurso que se
llaman comparación y metáfora […] De aquí nacen tres figuras de la retórica: a
antítesis, la antífrasis y la ironía. La primera de estas figuras es ‘la oposición de
dos verdades que se dan luz una a otra’ (La Bruyére). La antífrasis es el
empleo de una palabra o de una proposición en un sentido contrario al
verdadero, como cuando se dice, las Euménides para decir las Furias: es una
especie de ironía abreviada como la metáfora es una comparación abreviada.
La ironía consiste en reírse del otro o ponerlo en ridículo (como lo hacía
Sócrates) cuando en apariencia se hacen elogios […] Con el mismo principio
se relaciona el placer del contraste, esto es, la inesperada reunión de dos
objetos más diferentes que parecidos. Aquí conviene citar e gracioso ejemplo
de la tortuga de a Fontaine comparándose con Ulises: ‘Nadie podía esperarse
el ver aquí a Ulises’ […] Este principio comprende igualmente la analogía de las
palabras, la consonancia y aún la aliteración. Simples similitudes de sonido
pueden sugerir ideas que acomodan nuestro pensamiento. El mismo principio,
en su aplicación más trivial, engendra lo que se llama ‘equívoco’, juego de
palabras fundado en una semejanza de sonido y en una diferencia de sentido.
La rima también es otra de las invenciones nacidas del placer de la
consonancia”5.
En un capítulo dedicado a la Lógica pura, realiza un detallado análisis
del silogismo en donde llama la atención el uso de los diagramas de Euler para
su explicación6.
En el capítulo dedicado a la Lógica Aplicada o Metodología, considera
que “todo método puede reducirse a dos procedimientos: el análisis y la
síntesis discriminando: 1.- Análisis como método de descomposición: aludiendo
a Condillac, define al mismo como la tarea de buscar, descomponiendo el todo,
sus deferentes elementos para analizarlos; 2.- Isis o método de regresión:
siguiendo a P. Royal, “consiste, dada una cuestión, en remonta de ella a sus
condiciones y de estas
las condiciones anteriores, hasta que se haya
encontrado el principio de que se depende”7. 3.- Análisis de los geómetras:
aludiendo a las propuestas del geómetra griego Pappo, refiere: “el análisis es el
5
Ibíd. Pág. 74-75. Los subrayados son nuestros.
Ibíd. Pág. 448-452.
7
Ibíd. Pág. 463.
6
camino que partiendo de la cosa propuesta que se concede por el momento,
conduce por una serie de consecuencias a alguna cosa que se conoce
anteriormente o se cuenta entre los principios reconocidos por verdaderos; por
manera que este método nos hace remontar a una verdad, de una proposición
a sus antecedentes
[…] Por el contrario, en la síntesis partimos de la
proposición última del análisis, y ordenando después por su naturaleza los
antecedentes que en la otra operación se presentaron como consiguientes, y
combinándolos entre sí, llegamos al objeto del que habíamos partido (Pappo,
Collections mathémat…, VII, prólogo)8. Por último concluye refiriéndola
Newton: “por el análisis se puede ir de lo compuesto a los componentes, de los
movimientos a las fuerzas que los producen, y en general, de los efectos a las
causas, y de las causas particulares a las más generales […]. La síntesis
consiste en adoptar las causas descubiertas y comprobadas para principios y
explicar por ellas los fenómenos que de ellas se desprenden y que prueban la
verdad de la explicación […] newton entiende el análisis y la síntesis en un
sentido enteramente análogo al de los geómetras; puesto que en un caso se
remonta de los efectos a las causas como de las consecuencias a los
principios9.
En el capítulo dedicada al método en las ciencias morales, se dedica al
Método en psicología, distinguiendo dos características: “1.- Es una
observación interna: el mismo sujeto es el que observa y es observado por sí
mismo; 2.- La observación penetra más allá del fenómeno, llega hasta el sujeto
afectado”.10
Las leyes de asociación y de conflicto que constituyen la operatoria
psicológica: “rigurosamente hablando, el hecho designado con el nombre de
asociación de ideas […] quiere señalar que nuestras ideas se llaman una a
otra, por otras relaciones que las lógicas y esto mismo es lo notable”11. “A
consecuencia de lo que acabamos de decir se excluyen de los principios de
asociación las reacciones puramente intelectuales (como las de causa a efecto,
de medio a fin, de principio a consecuencia)”12. Ejemplifica de este modo:
8
Ibíd. Pág. 464.
Ibíd. Pág. 466. Los subrayados son nuestros.
10
Ibíd. Pág. 499. Los subrayados son nuestros.
11
Ibíd. Pág. 77.
12
Ibíd. Pág. 79. Los subrayados son nuestros.
9
“nuestras ideas se acercan unas a otras, no porque tengan entre sí lazos
lógicos y naturales, sino únicamente por encuentros, Vg., el hecho de que
fueron concebidas juntas una primera vez, o que fueron expresadas con
palabras cuyos sonidos ofrecen analogía, algunos rasgos del rostro, algunos
episodios en la vida…”13. Concluyendo: “Las leyes de asociación y ‘de conflicto’
que acabamos de estudiar constituyen lo que puede llamarse la mecánica
mental: es la parte del automatismo mental”14.
El lenguaje: “Sería incompleta la teoría del conocimiento si no
comprendiéramos una facultad que siendo fisiológica en su materia, es en el
fondo psicológica en su esencia, […] Es la facultad del lenguaje” […] Se llama
signo a un fenómeno cuya virtud es comunicar […] El lenguaje es un conjunto
de signos que sirven para expresar […] de él dependen los hombres en su ser
social y político”15.
La superioridad del lenguaje vocal y sobre todo de la voz articulada: “el
lenguaje de la voz es superior porque los sonidos tienen a reproducirse en el
que oye: ‘oír, es hablar ya’. […] la voz articulada es infinitamente más variada y
rica en sonidos […] se pueden separar fácilmente de todas las partes de la
palabra y reconocerlas de modo que se encuentren para otras combinaciones
[…] la articulación es un fenómeno esencial, de aquí la subordinación al
lenguaje16.
El lenguaje como instrumento de análisis: “si para el habla el lenguaje es
mas bien la expresión del análisis que su instrumento, para el que escucha y
recibe el lenguaje hecho no es lo mismo; para éste es un verdadero método
analítico, como dijo Condillac: ‘las lenguas son métodos analíticos’
[…] el
lenguaje comunicado le hace percibir los diferentes momentos del pensamiento
que no tiene aún […] Si por ejemplo, se ha aprendió a distinguir en una
circunstancia el sujeto de un atributo, se puede luego, conservando por una
parte la noción del sujeto, descomponer sucesivamente los diferentes atributos,
y así sucede que la palabra llega a ser el instrumento de un método analítico”17.
13
Ibíd. Pág. 76.
Ibíd. Pág. 81. Los subrayados son nuestros.
15
Ibíd. Pág. 228-29. Los subrayados son nuestros.
16
Ibíd. Pág. 231-32. Los subrayados son nuestros.
17
Ibíd. Pág. 243-45. Los subrayados son nuestros.
14
La distinción de dos inclinaciones: “1.- el deseo de excelencia o amor
propio, y 2.- el deseo de poder o ambición […] el amor a la soberana
independencia suele conducir al amor al soberano poder. Sin duda no es otra
cosa que el ejercicio de una falsa libertad”18.
Las inclinaciones sociales: “un punto de estudio consiste en investigar si
hay en el hombre tales afectos desinteresados, esto es, inclinaciones distintas
del amor propio, que no tengan nada de común con él […] el hombre no busca
jamás el bien de otro sino el que puede resultarle a él, bajo la más generosa
apariencia se oculta siempre la secreta intención de sacar algún provecho. Por
ejemplo, dice la Rochefoucauld: ‘lo que llaman amistad no es más que una
sociedad, un miramiento recíproco de intereses, en cambio de buenos oficios:
en suma, un convenio en que el amor propio espera ganar alguna cosa […] la
gratitud es como la buena fe del mercader, fomenta el comercio, y no pagamos
porque es justo pagar sino porque así hallamos así fácilmente quien nos
preste. La gratitud no es otra cosa en la mayor parte de los hombres que un
deseo secreto de recibir mayores beneficios’19.
El patriotismo: “entre la familia por una parte y la sociedad humana por la
otra, hay un grupo intermediario más considerable que la familia, menos que la
humanidad y al que se dirige una de nuestras más vivas y profundas
inclinaciones: es la patria. […] constituye uno de nuestros sentimientos más
complejos. Compónese, en efecto, de muchos elementos distintos: ante todo el
amor al suelo en donde se ha nacido, suelo que en un principio es el pequeño
territorio en que se ha pasado la infancia habiéndose grabado en la memoria:
es a aldea, la ciudad natal. Pero si es este el primer origen de la patria, no es la
patria entera. El amor a esa localidad no es el patriotismo, a veces le es
contrario. Preciso es que el suelo se extienda y se ensanche y que de la casa
natal se abrace poco a poco y por aumentos sucesivos, la aldea, el pueblo, las
provincias, el país entro. Pero, ¿quién fija esa extensión de territorio? ¿Quién
hace la demarcación de las fronteras? Muchos son los elementos que deben
reunirse: desde luego los habitantes, los conciudadanos, […] nuestros
compatriotas que comparten el amor por el territorio […] pero la reunión del
suelo y de los conciudadanos suele no ser la patria, cuando menos toda la
18
19
Ibíd. Pág. 259. Los subrayados son nuestros.
Ibíd. Pág. 261-63. Los subrayados son nuestros.
patria: un pueblo conquistado puede conservar su suelo y sus habitantes y
haber perdido la patria, como lo prueba el ejemplo de la Polonia. ¿Cuáles son,
pues, los lazos que forman la existencia de la patria? Son muchos: Vg. la
unidad de lengua, de leyes, de tradición histórica y sobre todo la unidad de
gobierno y de un gobierno aceptado. No existe una patria sino allí donde hay
un estado político independiente. Y esta unidad política no basta cuando faltan
los demás lazos, cuando es forzosa, cuando los pueblos reunidos bajo un
mismo gobierno tienen usos, costumbres y tradiciones diferentes; y
recíprocamente, la unidad de lengua y la mancomunidad de costumbre no
bastan tampoco, cuando falta unidad política […] La última condición es que la
asociación que viene a ser patria no sea demasiado extensa, pues el cabo de
ciertos límites cedería el patriotismo”20.
El valor del testimonio: “Todas nuestras ideas pueden ser esclarecidas y
enriquecidas por el comercio de los hombres […] pero hay algunas que no
pueden ser adquiridas de otra manera más que del testimonio […] el testimonio
tiene dos grandes aplicaciones: es la fuente de la historia y la base de la
justicia social”21. “El testimonio de los hombres es un modo de conocimiento de
altísima importancia necesario […] El hombre individual no ocupa más que un
punto del tiempo y una porción imperceptible del espacio […] El problema
lógico que se presenta es el siguiente: ¿Hasta qué punto estamos autorizados
para creer el testimonio de nuestros semejantes, y cuál es el fundamento de
esa creencia? […] Reid ha reducido a dos principios el fundamento de la
autoridad del testimonio. El primero a la inclinación por la veracidad. El
segundo, es el instinto de credulidad […] que no apartarían la mentira y el
error. […] la veracidad es causa de que el hombre no engañe, más no de que
no se engañe”22. No obstante, Janet considera que el testimonio de los
hombres tiene principalmente las siguientes aplicaciones: “1.- la historia: sin el
testimonio, las generaciones nada podrían saber de lo que ha pasado
anteriormente a ellas, es decir, que faltaría una parte considerabilísima de
nuestro conocimiento: lo pasado. 2.- La justicia social: sin testimonio no hay
justicia posible. Con efecto, el malhechor no acostumbra a elegir al juez como
20
Ibíd. Pág. 271-72. Los subrayados son nuestros.
Ibíd. Pág. 332. Los subrayados son nuestros.
22
Ibíd. Pág. 510. Los subrayados son nuestros.
21
testigo de sus delitos y sus crímenes; y por consiguiente, se necesita entre el
delincuente y el juez un intermediario, la persona que por causalidad o por
circunstancia ha presenciado el hecho atestiguado. Lo mismo sucede en
cuanto a los intereses civiles, los hechos decisivos no pueden llegar a oto sino
por testigos o por documentos que tienen el valor de testimonio. 3.- La
educación: […] consiste en resumir para cada uno todo lo que ha sido
descubierto por las anteriores generaciones; y por consiguiente, la palabra
sirve de intermediario entre lo pasado y lo presente”23.
El método histórico: “el testimonio de los hombres forma la base de la
historia […] En todo suceso histórico atestiguado por un autor hay que
distinguir tres cosas: 1.- el hecho mismo; 2.- las circunstancias del hecho; y 3.el juicio de los testigos”24 . Las fuentes de la historia “son tres: las tradiciones,
los monumentos y los escritos”25 .
Deberes entre los hombres: “Pueden reunirse entre dos preceptos: 1.hacer bien a los hombres, y, 2.- No hacerles el mal […] En el sentido general y
más aparente, hacer bien a alguien es causarle placer; y hacerle mal es
hacerle padecer. Sin embargo, ¿es seguro que se hace bien a un hombre
siempre que se le proporcionan placeres? […] para comprender bien los
deberes que tenemos que cumplir respecto de los demás hombres hay que
distinguir entre los bienes verdaderos y falsos. Estos últimos son lo que
consisten exclusivamente en el placer, haciendo abstracción de la utilidad o del
valor moral […] los males verdaderos son lo que van en contra de la dignidad
moral como la miseria o la corrupción”26.
Deberes relativos a la vida de los demás: “son de dos clases: 1.- no
atentar a la vida de nadie. Todo atentado a la vida de otro se llama homicidio, y
si va acompañado de perfidia o traición, es asesinato”27 […] El autor se refiere
al parricidio, infanticidio, fratricidio, al tiranicidio (asesinato del tirano). Continúa:
“este deber fundamental de no atentar contra la vida de los demás hombres, se
reúne como corolario el de no lastimar sus cuerpos con golpes ni heridas, ni
23
Ibíd. Pág. 511. Los subrayados son nuestros.
Ibíd. Pág. 519-20. Los subrayados son nuestros.
25
Ibíd. Pág. 522.
26
Ibíd. Pág. 597-99. Los subrayados son nuestros.
27
Ibíd. Pág. 603. Los subrayados son nuestros.
24
quebrantar su salud con violencias peligrosas”28. 2.- Deberes relativos a los
bienes: el autor se refiere al derecho de propiedad y el trabajo. “El derecho de
posesión trae consigo el de ahorrar y por consiguiente el de formar un capital, y
además el de utilizar ese capital haciendo que produzca crédito. Además, el
derecho de conservar implica el de trasmitir y de aquí la legitimidad de la
herencia […] estos derechos son válidos para todos los ciudadanos. Una vez
fundada la propiedad sobre el derecho, todos tenemos obligación de no atentar
al derecho. El acto de arrebatar a otro lo que le pertenece es lo que se llama
robo, absolutamente prohibido […] sea cual fuere el nombre con que se cubra y
el prestigio con que se disfrace, por ejemplo: cometer fraude sobre la calidad
de lo que se vende, entregarse a un agiotaje ilegítimo, emplear en provecho
propio un depósito, pedir prestado sin saber si se podrá pagar la deuda, negar
la deuda, son otros tantos modos de apropiarse el bien ajeno y por
consiguiente formas diversas del robo” […] 3.- Deberes relativos a la familia e
otro: […] atacando el lazo conyugal (adulterio), robando hijos de otros (rapto),
ya depravándolos (corrupción). 4.- Deberes relativos a la honra de nuestros
semejantes: se puede faltar a ellos diciendo cosas ofensivas o groseras que no
se merece, llamadas injurias, y se distinguen dos grados: si el mal que se dice
es verdad, es maledicencia, y si es falso es calumnia […]. 5.- Deberes respecto
de la libertad ajena: Estos corresponden más al Estado que a los particulares.
Consisten en respetar en todo el mundo diferentes libertades, la de conciencia,
la del trabajo, la individual y la responsabilidad personal, conjunto que compone
los derechos naturales del hombre. La violación de la libertad de conciencia se
llama intolerancia y consiste ya en emplear la fuerza contra las conciencias, ya
en suponer malas costumbres y malas pasiones a los que no piensan como
nosotros […] También es un ataque a la libertad individual y a la del trabajo el
tener a nuestros semejantes en la esclavitud […] También hay cierto modo de
dominar la libertad ajena sin forzarla materialmente, que constituye una
verdadera tiranía, y es el imperio que una voluntad firme ejerce sobre otra y de
la cual puede abusar […]. 6.- Deberes relativos a la amistad”29. El autor
menciona: la honradez, la fidelidad, la confianza, la abnegación, el guardar
secreto.
28
29
Ibíd. Pág. 604. Los subrayados son nuestros.
Ibíd. Pág. 604-07. Los subrayados son nuestros.
Ciencias sociales, política, jurisprudencia y economía política: La política
ha sido tratada unas veces como ciencia abstracta y racional donde se buscan
las condiciones ideales de la sociedad: Vg., la República de Platón, fundada en
la idea de la mancomunidad; el Contrato civil sobre la idea de la soberanía del
pueblo; el Leviatán de Hobbes, consagrado a la defensa del poder absoluta.
Pero otras veces, por el contrario, ha sido expuesta como una especie de arte
puramente empírico, en el que se busca cómo obran los hombres y cuáles son
las consecuencias ordinarias de sus acciones, Vg. el Príncipe de Maquiavelo.
“El verdadero método político es el método experimental e inductivo fundado en
el estudio de las instituciones y las leyes en todas las regiones y en todas las
épocas de la historia. Este es el método de Montesquieu en el Espíritu de las
leyes”30. La jurisprudencia trabaja sobre el método deductivo, no tiene que
buscar sus principios; los recibe de hechos de la legislación, son las leyes
escritas. Son como teoremas cuya verdad se supone […] no tiene más objeto
que deducir las aplicaciones de la ley, o conciliar las diversas leyes entre sí”.31
“Hay una economía política pura y una economía política experimental, siendo
esta la base de la otra: ella da los hechos y las leyes que sirven de fundamento
a las teorías de la economía política pura; esta parte experimental de la ciencia
es la base y la teoría es el fondo de la ciencia, y las aplicaciones no son más
que consecuencias modificadas por las circunstancias”32.
Algunas consideraciones sobre el Derecho: El autor desarrolla distintas
teorías del Derecho, desde Leibnitz, Hobbs, Spinoza y otros. Lo que nos
interesa rescatar de la lectura del capítulo referido al tema es la consideración
relativa al Derecho como un poder. Citamos: “Dice Leibnitz que el derecho es
un poder moral
[…] llámese en general poder o fuerza toda causa capaz de
producir o de impedir una acción […] Ahora bien, todo lo que es capaz de
impedir la acción de una fuerza o de un poder, puede llamarse igualmente
fuerza y poder, sea cual fuere su naturaleza […] El derecho es un orden, es
una fuerza, puesto que paraliza la fuerza y el poder de otro. […] Quizás sería
más exacto llamare poder ideal que poder moral. Es una fuerza que se ejerce
con reflexión y conciencia, una energía, una actividad verdadera, como la
30
Ibíd. Pág. 504-505.
Ibíd. Pág. 505.
32
Ibíd. Pág. 505.
31
virtud. Más el derecho puede existir sin ejercerse […] La fuerza es un poder
físico y el derecho un poder moral o ideal, y los dos poderes son opuestos. Hay
tres casos principales: yo tengo fuerza sin derecho, o tengo derecho sin fuerza,
o tengo a la par fuerza y derecho. En el primer caso, mi fuerza va más allá de
mi derecho; en el segundo se queda más acá, y en el tercero hay completa
igualdad. Cuando mi fuerza pasa de mi derecho, un poder absorbe al oto; pero
este no cesa de existir, y aunque destituido de fuerza no por eso deja de ser
poder, como se observa en el segundo caso; pues cuando tengo yo derecho
sin fuerza, obligo al que me reprime a desplegar más fuerza de la que sin ello
habría necesitado. Por ejemplo: un pueblo oprimido obliga al opresor a más
esfuerzo y violencia que si el pueblo estuviese libre, y por eso se ve que el
derecho es un poder que hace equilibrio a la fuerza. […] Seguramente hay
casos en que el derecho parece destituido de todo poder, Vg. cuando el que
está investido de él lo ignora y no hace esfuerzo alguno para defenderlo o
recobrarlo […] El derecho, lo mismo que el deber, no es más que una idea; y
una idea por sí misma no obra: se necesita siempre que tome la iniciativa la
actividad humana […] Sin embargo, la idea subsiste y ejerce su poder, ya por la
conciencia, ya en la memoria de los hombre, y por último, aunque le estén
vedados la conciencia y la memoria, sobrevive todavía; y oprimida, despojada,
vencida, aún es más notable que el que la desafía y más soberana que el que
la pisotea. […] Ciertos publicistas como Hobbes y Proudhon sostienen el
derecho de la fuerza, y semejante teoría no es otra cosa que la supresión
misma del derecho […] el derecho es un poder ideal, y queda por explicar
cómo ese poder no es siempre el más fuerte. La antinomia de la fuerza y del
derecho demuestra perfectamente que hay en el derecho algo de ideal […] lo
que hace falta explicar es cómo puede suceder que una idea detenga a la
fuerza, o cuando no la detiene que pueda proscribirla y juzgarla. Si no hay
alguna cosa que se llame deber ¿por qué se detendría la fuerza? Suprimid la
idea de deber, y los fenómenos se quedan sin más reglas que la fuerza física
[…] Fundar el derecho en la necesidad es decir que todo hombre tiene derecho
a todo lo que quiere, pero como puede querer todas las cosas, equivaldrá a
decir que tiene derecho a todo; y teniendo todos los hombres derecho a todo al
mismo tiempo, sería la guerra de todos contra todos. Ahora bien ¿quién
decidiría la repartición en semejante guerra? si se quiere evitar debe existir un
convenio que por su parte debería tener garantías […] Hay otra doctrina que
funda el derecho en la libertad, arranca de la libertad humana como un hecho
[…] está en la esencia de la libertad el ser inviolable, pues quien dice libre, dice
un poder cuya esencia es elegir y ser causa de la acción elegida […] el
individuo mismo, bajo su propia responsabilidad, se debe a sí mismo el adquirir
sin cesar […] el derecho: es la facultad que posee cada cual de concurrir a su
propio destino […] Kant sentó el principio del derecho cuando dijo que el
hombre es un fin en sí, esto es, que no puede ser tratado como un medio: no
es posible servirse del hombre como de una cosa […] El mismo principio
prohíbe al hombre que se trate así mismo como una cosa y se lo prohíbe
igualmente a los demás hombres con relación a él. Es derecho es inalienable,
no puede ser vendido, ni comprado, ni nadie puede despojarse de él sin perder
su calidad de hombre. Por último, es imprescriptible, es decir, que las
infracciones de que puede ser objeto, jamás producen el efecto de suprimirle
[…] el derecho hace a la dignidad del ser humano, principio cuya condiciones
esencial es que cada hombre sea responsable de su propio destino”33.
Diversas especies de sanciones: Janet menciona cuatro tipos de
sanciones: 1.- Sanción natural: es aquella que tiene por base las
consecuencias naturales de nuestras acciones; 2.- Sanción legas: compónese
de los castigos que ha fijado la ley contra los culpables; 3.- Sanción de la
opinión: consiste en la opinión que se forman los demás hombres sobre
nuestras acciones y nuestro carácter; 4.- sanción interna: “más exacta y segura
es la que resulta de la conciencia misma y del sentimiento moral”.34
33
34
Ibíd. Pág. 652-56.Los subrayados son nuestros.
Ibíd. Pág. 699. Los subrayados son nuestros.
Descargar