131 132 138 Magia en los mares Las mujeres marinas y las sirenas Las merrows Ceasg, la doncella de la ola Las nereidas Selkies o doncellas foca Las roane Leanan siclhe o lianan shee HADAS DE LAS MONTAÑAS · 139 ·. 140 142 ·.. ·.. ·.. 144 144 146 GRUTAS Y CAVERNAS .........................•.....•.............................. La temida sluagh La banshee 146 148 Las hadas y las piedras Las hadas constructoras de megalitos Las hadas de los túmulos Las hadas de las montañas Las gwyllion Las tylwyth teg Las oréades La Mari Vasca o dama de Amboto Las gruagach o el hada de los rebaños Las cailag 149 150 151 152 · 152 154 ·· 155 157 158 159 . 160 Las hadas de las cavernas . 160 . 162 . 163 . 163 . 164 . 165 . 166 . 166 . 168 Las xanas Las ayalgas Las mouras ga [legas El hada de Brasil Ann is la Negra Las hadas hilanderas Las giane Las habetrot Las moiras griegas LAS HADAS DEL UNiVERSO 169 169 171 176 178 179 180 ...................................................................•...................... Las hadas aristocráticas La historia de los tuatha Danann Niamh Las daoine sidhe Las sith o sidhe Maleki n Las hadas del fuego 182 184 184 185 187 187 Las salamandras Las Iimníades............. Las dedos de luz Las hadas del aire Las sílfides Las fylgiar 188 188 Las hadas de las estaciones El hada de la primavera El hada del verano 191 192 El El El El El 192 193 194 195 196 198 hada hada hada hada hada del otoño del invierno de las nieves de la niebla del arco iris Las hadas domésticas Las hadas de las despensas 199 L~~d::d:~ 1;~~~e:~~~~~~~. d~'i~~. ¡;~~'~~~~'q'~'~'d'd'y':::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ~~~ Las Morrigan, Nemain y Macha, las hadas de la guerra 202 205 Las hadas madrinas HADAS FAMOSAS Morgana y los cotilleos de la Corte Nimue, la dama del lago Titania y «El sueño de una noche de verano •................................................... Los 212 . 212 . 214 . 217 . 220 . 223 225 . La ninfa Calipso y las mentiras de la Historia Mab, la Reina de las hadas diminutas Melusina o la historia de una maldición familiar PODERES MÁGICOS DE LAS HADAS 227 233 LAS HADAS Y LOS NIÑOS La niña Cristina, 234 • La pequeña Ana, 235 Los HUMANOS Y LAS HADAS SE MEZCLAN 236 Un humano en el País de las Hadas, 236 • Cuando surge el amor entre hadas y mortales, 245 • Cuando un hada busca o ama a un hombre, 247 • Cuando es el hombre quien ama y el hada no le corresponde, 248 • Cuando es un amor correspondido por ambos, 251 BIBLIOGRAFíA........................................................................................................... 254 LISTA DE PELíCULAS 255 RECOMENDADAS ....................................................................•........ PRE'sENT][OIÓN -C JJ ste libro de quelas el historias lector tiene fruto de un encantamiento. muchas que entre leímossusenmanos nuestraes infancia, tiene la propiedad volvemos a un mundo que ya creíamos cuperamos nación clausurado o perdido, cada vez que en una de sus páginas volvemos y el mismo posible transformar impulso que nos hacía imaginar, y que sin embargo a encontrar cuando Como de dere- la misma fasci- éramos niños, que era la realidad según la medida de nuestros sueños. En algún lugar recóndito de nuestra imaginación existe una biblioteca donde están recogidos todos y cada uno de los libros que se han escrito, con mejor o peor forEl Ce'lI/ar Ctlento.' l~.j /lllll 111I~7a tra(háifn Ifll~ tuna, sobre el mundo de la fantasía. El lector que todavía sienta la curiosidad trarse en ella disfrutará del placer renovado de encontrar de aden- a Perrault y a los hermanos conlr¡f,/lY~ a I11tlllt~nerla Grimm, r¡lfll~;:a (1~/}'¡cltlré (I~/tI1 a muchos otros que soñaron mundos posibles o se adentraron en los rincones poco fre- cuentados perdidas paÍ,l, en ellf/l~ t,,(J(~1 pllrtiCli1tllllOt' l1"lltjll~ ,-'~a de 1111111lJ()(}illcol1.'cienfe. Ccull1 /l/1(1 pmpJiI a Andersen y a Michael Ende, a Tolkien y a Ana María Matute y, por supuesto, de éste para traemos, cuando accedimos al pestilente recuperadas, las historias que olvidamos mundo de los adultos. Recuperar la infancia. Volver a escuchar los cuentos que leímos cuando fuimos con t'" l'el~'I~;1l niños. Sentir de nuevo miedo, si ese miedo nos hace más humanos y nos devuelve la ino- hac~ tl/l~ cencia que dejamos cuando aprendimos ~,'/"" rela/tM ,lepel71e!líen(Je }mna tira I y (le .qell(rilCI~¡1l en .qelul'ilcti.fn. (Cmf,(/(ltI de C. Dtlré.) en su encantamiento. a ser incrédulos. Creer de nuevo en las hadas, Ser otra vez capaz de imaginar que lo imposible sostiene con su he- chizo cada una de nuestras certezas. Aceptar la invitación de lo irreal, ser sus comensa- les. Aprender a vivir de otro modo, si es verdad que para querer vivir es necesario imaginar. Aunque ya no sea posible regresar al mundo que perdimos, podemos recordar al menos lo que nos enseñaron. También cada uno de los instantes que vivimos se perdieron en nuestra memoria y ahora parece mentira que hayan sucedido alguna vez. Parece mentira que todo eso que ya no existe sustente lo que ahora somos. cuentos, Como los hechizos las leyendas, los mitos, los y toda clase de fantasías. Parece cosa de brujas que lo irreal sostenga con tanto esfuerzo a lo que creemos verdadero. Al fin y al cabo, qué sería de nosotros sin la ayuda de lo increíble. Se me ocurre ahora imaginar quel perdido de esa imaginada da por las leyes temporales dido por la incredulidad y estropeado cuentos, que en algún ana- biblioteca, no goberna- de nuestro mundo, del hombre, cubierto escon- de polvo por el paso de los siglos que pasan en los se encuentra el libro que el lector tiene ahora entre sus manos. Hace mucho tiempo que nadie visita esa sección, la dedicada eso no es imposible 8 al mundo que la cubierta de las hadas, y por esté cuarteada y muy borroso ya el título y el nombre completo de su autora, Alejandra Ramírez Zarzuela. El lector que llegó hace días a esa estancia de la biblioteca no se imagina todavía que está en un lugar distinto a todos los que ha visitado antes. No sabe todavía que de un momento a otro comenzarán a suceder fenómenos extraños que su imaginación tardará en comprender. Hace tiempo que olvidó o dejó de creer en cada uno de los seres que se le irán apareciendo. De pronto, y casi sin pensarlo, ha sacado el libro de su sitio y ha comenzado a leer. Comprende entonces que las palabras que ahí están escritas le devuelven un pa-raíso clausurado hace tiempo. Comienza a reconstruir con susojos cada unas de las ilusiones perdidas y su soledad se alegra con esa elegante esperanza. Eselibro que está leyendo es una invitación para no olvidar del todo los territorios de la infancia. ¿Existió alguna vez una ninfa llamada Calipso que se enamoró de un viajero que sólo quería encontrar el camino de regreso a casa? ¿Seráverdad que los hilos que nos mueven están en las manos de tres viejas hilanderas, y que una de ellas es la encargada de hacer el corte que ha de dar fin a nuestra vida? ¿Seráposible que también un hada sufriera la calumnia de los hombres y ahora esté siendo recordada como una malvada bruja sólo para exaltar la figura de un mítico rey? ¿Hay alguien que La lec/l/m (JeCl(wto,' en recuerde todavía a la reina Mab, que crea en la tragedia de Melusina, que siga las en- la alad a(ll/lla e.' l/l/a señanzas de la vieja Habetrot o que sea capaz de enamorarse, como los héroes del ro- /orma (Je culti,'ar el manticismo, de unos ojos verdes o de una voz que lo llama desde un claro del bosque? e..'plritl/ y (le perpetuar la Mientras lee en voz alta, el viajero que se atrevió a adentrarse por los pasillos in(al/Clil. de la biblioteca tiene la vana creencia de que en algún lugar del mundo su voz leyendo tiene un eco pálido en la voz de otro hombre, y que ese hombre es de algún modo un intérprete, un iniciado en la lectura de los libros que su mano toca ahora en los anaqueles que recorre con la vista y que muy pronto va a comenzar a leer. Él sabe ya que nunca podrá salir de esa estancia en la que alguna vez estuvimos todos y de la que un día fuimos desterrados. ACUSTíN CELlS SÁNCHEZ 10 INTR-ODUOOIÓN Si éste estrate el primer libro su quemente lee sobre hadas, y esto mismo al le que es válido para no cualquiera, de liberar de prejuicios. El mundo se asoma es tangible como la página que pasa, pero no por ello puede ser menos real en su pen- samiento. Olvide todo es como otro, porque por unos minutos que usted es el centro del universo y que usted piensa. Intente ponerse siempre puede ser que entonces comprenda en la óptica del mejor su propio mundo y el de las hadas. • No busque porque respuestas a sus preguntas no es un concurso. en este libro, Este libro sólo intenta recoger histo- rias, cuentos y leyendas que se han contado sobre ellas y enseñar un poco más sobre este fascinante al menos demostradas, mundo. No hay verdades en él, pero sí está recogida otras personas que sí lo creyeron la creencia de muchas como verdad. • Si cree en las hadas y trata de buscarlas o, si es mucho más atrevido, aconsejaría se propone que no lo intentara. llos que se entrometen timidad. Le advierto hallar el País de las Hadas, le Las hadas odian a aque- en su vida y no respetan su in- que puede ser peligroso, pero esto no deja de ser un torpe consejo. • Si quiere que la suerte le favorezca, nunca olvide que las hadas pueden estar próximas a usted. Algo tan fácil como dejar un vaso de leche o de agua sobre la mesa cada noche puede ser positivo y, por si un hada le está poniendo ba, cuando a prue- le pidan ayuda no dude en prestarla. • Recuerde que la naturaleza, las hadas y los humanos mo mundo. Jamás maltrate a los animales, mares. Aparte de que está haciendo comparten un mis- haga daño a los árboles o ensucie los ríos y un mal contra usted mismo, su merecido. un hada puede darle Lo,' ho()o,' t.\'I:'tW y,'l lllClIllI1 rall w t()(]{J,./0,' /1I.90l'l", "ó/o tillll I/"l l.1lal' Pl'l'{)ip"l"lo para ()(/lc/Ol' "U P''e.'lUCll,. y ahora creo que está preparado para leer mi libro. 11 OURIOSIDJIlIBS SOBRE' IJiS H]iD]:[S 1) ,--L or mi si personal alguno interpretación no se ha percatado del mundo del tema de las de este hadas. libro, Es un memundo complace fascinante, invitarle sina duda, y me conformo con que le cojáis aprecio a estos pequeños Espero que no se confundan que se equivocan. Quisiera si creen que vaya seres. hacer un análisis erudito, que éste fuera un libro ameno, cercano, porque, por- ¡de qué sirve que os hable de las hadas si no se entiende mi lenguaje? Si alguno juzga mi tono en exceso didáctico La culpa la tiene mi pasión por estos desde aquí le pido perdón. seres, que me ha llevado a explicar habría ocurrido ~l infravalorar su mundo lo más claro que he sabido. Jamás se me a mi interlocutor. óng-ende la palabra «hada» Al igual que la mayoría de las palabras de nuestra lengua, la palabra «hada» viene del latín. Generalmente ca oráculo, se acepta que viene de fatum, en su forma plural fatal que signifi- designando así al destino, al hado, al futuro. fícil rastrear su evolución. Primero evolucionó sordas (p, t, kL en posición intervocálica De fata a hada no es muy di- la t que, como el resto de las oclusivas cambió a su forma sonora d (b, d, gL que- dando la palabra «fada». En los primeros aparecía, Apolonio, textos medievales fada¡ como confirma etc. En ellos esta palabra no significaba palabra fada respondía al significado tum (oráculo, 'ienlpo "irlllprr ..., nzá.1 reI1ZotlJ...1, /'1111 r"fa{Jo rll COllfllctO COII lo.' /,olllhre,'. 12 en lengua castellana destino, fatalidad, ésta era la forma que el Rimado de Palacio¡ algunos textos de Juan Ruiz, el lo que ahora significa, de «suerte, destino», hado). sino que la más apegado a su origen fa- De fada a hada pasó por la aspiración la f inicial latina. Más tarde esta aspiración dió, quedando dejamos así el sonido signo gráfico lada]. de se per- En castellano de su pérdida poniéndole una h-, para que se supiera que venía de esa f-, aunque ya no sonara. Desde un punto de vista etimológico sería: fata > «fada» > hada. su evolución En latín fata, además de oráculo, significado, que explica tenía otro mejor por qué a las hadas se les llama así. Fata era otro modo de llamar a las Parcas. Las Parcas eran divinidades del destino, tres hermanas a las que se representaba como hilanderas y que limitaban a su antojo la vida de los hom- bres. Recibían el apodo de Tria Fata, las tres Hadas (Nona, Decima y Marta). Una presi- E,It!.fJmbtlrl"jilt! día el nacimiento, rmli::;l/{i" por GlI,Ilm'e nacimientos otra el matrimonio y decidían todas sus características. También eran tres, Cloto, Láquesis y Átropo, por el desarrollo se convirtieron en divinidades, rica La ilíada cuando quedaron establecidas curriendo y ve- de la vida de los hombres. En u)¡áií" lit! "La Bt!/Itl Dllr/llle"tt! del BMI/llt!» tie Cbarlt!,' Pamllll. para los griegos todo humano tenía su moira, su parte de vida, de suerte, pero con el tiempo Cloto hilaba, D"réptlrtZ i1""lmrllllll la idea de la Tria Fata de las Moiras griegas, de las que laban en un palacio cercano al Olimpo un principio los sobre el destino del niño. Los romanos tomaron adoptaron y la tercera la muerte. Las Parcas presidían simbolizando y fue a partir de la epopeya homé- las tres como reguladoras de nuestras vida: el curso de nuestra existencia; así la vida del individuo; y cuando Átropo Láquesis enrollaba, trans- cortaba el hilo acababa nuestra vida. El significado actual de «hada» proviene con sus Moiras y continuada de seres femeninos XVII por los griegos que rigen nuestro destino. Muchos siglos después, Charles Perrault se hace eco de la tradición, el siglo de la línea marcada más tarde por los romanos con la Tria Fata, en el sentido ese milagro que hace que tengamos La Bella Durmiente Recordemos historia, y escribe en del Bosque, una versión más del mito de las Parcas. la infancia ... Todo empezó cuando la reina de un lejano lugar dio a luz a la niña más bonita que la corte había visto. Su marido, el joven soberano, quiso invitar a todas las hadas del rei- no al bautizo de su primera hija, para que le trajeran suerte a su vida y le concedieran algunos de sus dones. Los nervios y la alegría traicionaron pe descuido, olvidó invitar a una de las hadas, una viejecita torre del castillo desde hacía muchísimos noticia del bautizo al monarca que, en un torque tejía encerrada en la años. Como todo siempre llega a saberse, la llegó a oídos de la anciana, que muy ofendida sentó en el bautizo para echarle un maleficio: «Cuando cumpla por el olvido, se pre- los quince años se pin- chará con una rueca y morirá». Cuando la viejecita llegó al bautizo, ya sus dones a la hermosa princesa, todas las demás hadas le habían ofrecido todas menos una, una hadita menor que cuando 13