administrativas de la Ciudad de Buenos Aires, o de entes... o privados en cuanto ejerzan potestades públicas otorgadas por las... PROYECTO DE LEY

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PROYECTO DE LEY
REPARACIÓN DEL DAÑO DERIVADO DE LA ACTIVIDAD ESTATAL
LÍCITA
Artículo 1º- Cuando en ocasión de una actividad lícita de las autoridades
administrativas de la Ciudad de Buenos Aires, o de entes públicos estatales, no estatales
o privados en cuanto ejerzan potestades públicas otorgadas por las leyes de la Ciudad de
Buenos Aires, se produjeren daños a los comercios próximos o linderos, el Poder
Ejecutivo dispondrá la reparación integral del daño a los damnificados en los términos
que indica la presente ley.
Artículo 2º- En caso de que el daño fuere consecuencia de mala praxis del ente público
no estatal o privado en ejercicio de potestades públicas otorgadas por las leyes de la
Ciudad de Buenos Aires, el Poder Ejecutivo ejercerá el derecho de repetición en los
términos legales vigentes.
Artículo 3º- Establécese que el quantum indemnizatorio se calculará del monto
declarado para el pago del Impuesto Sobre los Ingresos Brutos tributado en el ejercicio
fiscal, el que no será inferior al 35% de la facturación declarada por el peticionante.
Artículo 4º- La reparación integral del daño se calculará sobre la misma base, dividida
por los días que la obstrucción por la actividad licita del Estado produjo sobre el
comercio del peticionante.
Artículo 5º- Establécese la exención de las Contribuciones de Alumbrado, Barrido y
Limpieza, Territorial, Pavimentos y Aceras y Ley Nacional N° 23.514 por el período
correspondiente sobre el inmueble o comercio que haya resultado damnificado por la
actividad publica lícita.
Artículo 6º.- Comuníquese, etc.
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FUNDAMENTOS
Señor Vicepresidente 1º a cargo de la Presidencia:
Este proyecto de ley tiene como propósito la reparación de los perjuicios que ocasiona el
Estado a los particulares por su actividad lícita.
Corresponde tener presente que calificada doctrina ha establecido que, un sistema de
derecho administrativo no es completo sino cuando el ciudadano tiene el medio de
obtener una reparación de los perjuicios que le ocasione el Estado y deriva del complejo
de principios que inspiran y dan sentido al Estado de Derecho.
Dable es tener presente que la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) en el
recordado precedente “Santa Coloma” dijo que, “…la sentencia apelada lesiona el
principio alterum non laedere que tiene raíz constitucional (art.19 de la Ley
Fundamental) y ofende el sentido de justicia de la sociedad, cuya vigencia debe ser
afianzada por el Tribunal dentro del marco de sus atribuciones y en consonancia con lo
consagrado en el preámbulo de la Carta Magna” (Considerando 7º), y agregó “Que (...)
no figura entre las potestades de un estado constitucional imponer a los habitantes cargas
que superen a las requeridas por la solidaridad social” (Considerando 8º).
Ese mismo día, en los precedentes “Gunther” y en “Luján” la CJSN reconoció
expresamente que el derecho a la reparación del daño tiene jerarquía constitucional, con
sustentó, también en el artículo 19 de nuestra Carta Fundamental “Los artículos 1109 y
1113 del Cód. Civil consagran al principio general establecido en el art. 19 CN que
prohíbe a los hombres perjudicar los derechos de un tercero. El principio alterum non
laedere, entrañablemente vinculado a la idea de reparación tiene raíz constitucional y la
reglamentación que hace el Código Civil en cuanto a las personas y las
responsabilidades consecuentes no las arraiga con carácter exclusivo y excluyente en el
derecho privado, sino que expresa un principio general que regula cualquier disciplina
jurídica” (Considerando 14º).
Dicha interpretación fue reiterada por el Cimero Tribunal en los años siguientes,
pudiendo mencionarse como buen ejemplo de ella, lo resuelto en “P. F.F., c/
Ferrocarriles Argentinos” y “Peón” , donde proclamó que el principio constitucional de
la reparación debe ser integral.
En estos fallos la Corte proclamó que el derecho a la reparación del daño injustamente
sufrido que deriva del principio “alterun non laedere”, tiene en nuestro sistema raíz
constitucional, sea que se lo considere como un derecho autónomo derivado del articulo
33 de la Constitución Nacional (derechos implícitos), o emplazado en el artículo 19 de la
Norma Fundamental (“Santa Coloma”, “Gunther” y “Luján”), o como derecho inferido
de la garantía de propiedad (arts. 14, 17 y concordantes (“Motor Once”).
Por último en “Aquino” la Corte avanza decididamente por el buen camino, y proclama
“El carácter constitucional del derecho a la reparación y el rango igualmente
constitucional del principio alterum non laede que prohíbe a los hombres dañar los
derechos de un tercero, a la justicia social y a la dignidad humana”.
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Teniendo en cuenta estos precedentes en los que la Corte Federal esgrimió el
fundamento constitucional del principio “alterun non laedere”, entiendo que el Estado,
persona ética por excelencia y creadora primaria del derecho, no se encuentra marginado
de este principio.
No podemos ni debemos asumir siquiera por vía de hipótesis una conclusión contraria;
por lo que admitida la vigencia de principios superiores de justicia, tales como el de que
“nadie puede dañar a otro” y o el de “dar a cada uno lo suyo”, derivamos la obligación
de reparar los daños provocados por el Estado, también de su actividad lícita.
No tengo dudas que debe indemnizarse los daños y perjuicios provocados por la
actividad lícita del estado, determinándose en la reparación tanto el daño emergente
como el lucro cesante, siempre que el daño sea efectivo, individualizado, evaluable
económicamente y se ajuste al concepto de "sacrificio especial", en el sentido que incida
sobre ciertos individuos y este supere los pequeños daños derivados de la convivencia.
Los órganos del Estado son los que inicialmente están obligados al cumplimiento de la
ley, y más allá del sentido moral que se le pueda dar a este principio, se trata de una
obligación netamente jurídica y en apoyo de la solución que propicio, corresponde
señalar que el artículo 519 del Código Civil precisa el alcance de la expresión daños y
perjuicios “Se llaman daños e intereses el valor de la pérdida que haya sufrido, y el de la
utilidad que haya dejado de percibir el acreedor de la obligación, por la inejecución de
ésta a debido tiempo”. Por lo que le corresponde a este Órgano de Garantías avanzar
decididamente por el buen camino y proclamar que el derecho a la reparación del daño
ha de ser integral, computándose tanto el daño emergente como el lucro cesante.
Tengo presente que todos los vecinos sufrimos inconvenientes en nuestra vida cotidiana
por las obras que se realizan en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, pero dable es
considerar que hoy existe un vacío legal en relación a los perjuicios que sufren los
frentistas y comerciantes a los que se impone un sacrificio especial, y que debe ser
previsto en el presupuesto total de la obra. Como ejemplo citaré el de los vecinos y
comerciantes de la calle Defensa que, mientras el Ministerio de Ambiente y Espacio
Público termina la obra sobre dicha arteria, los mismos viven innumerables perjuicios
que en mérito a lo expuesto deben ser reparados.
Por lo expresado considero que, el reconocimiento de la responsabilidad del Estado por
su actividad lícita deriva del complejo de principios que inspiran y dan sentido al Estado
de Derecho y en consecuencia, comprobado que un particular ha sufrido un daño
derivado de cualquier actividad estatal, procede su reparación .
Atento lo expuesto y en uso de las atribuciones conferidas por la Constitución de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Ley Nº 3, como Defensora del Pueblo de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pongo a vuestra consideración el siguiente proyecto
de ley.
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