Fleitas Rodríguez, Hermes - Ministerio Público de la Defensa

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Tribunal: Tribunal Oral en lo Criminal Nro. 21 de la Capital Federal
Fecha: 15/04/2010
Partes: Fleitas Rodríguez, Hermes
ROBO - Figura básica - Violencia física en las personas - Modalidad de comisión - Intimidación - Ademanes del
autor simulando estar armado - Tipicidad - Tentativa - Tenencia de armas - Objeto - Arma descargada - Tipicidad
TEXTO COMPLETO
Buenos Aires, abril 15 de 2010.
Autos:
Para dictar sentencia en la presente causa n. 3442, en trámite por ante este Tribunal en lo Criminal n. 21,
seguida a Hermes Fleitas rodríguez, de nacionalidad argentina, titular del Documento Nacional de Identidad n. ...,
Prio. Pol. R.H. 288.289, nacido el 23 de agosto de 1989 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hijo de Arturo
Fleitas y de Rita S. Rodríguez, con domicilio constituido en Av. Roque Sáenz Peña ..., piso ..., de esta urbe asiento de la Defensoría Oficial n. 13-; en orden a los delitos de robo en grado de tentativa cometido en forma
reiterada -dos hechos- tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización, todos ellos en calidad de
autor, y robo en grado de tentativa en calidad de coautor, todos lo cuales concurren en forma real entre sí; y a
José N. Tuni, de nacionalidad argentina, titular del Documento Nacional de Identidad n. ..., nacido el 23 de
agosto de 1989 en esta ciudad, hijo de José N. y de Fanny L. Reyes, con igual domicilio constituido, por el delito
de robo en grado de tentativa. Intervienen en el proceso la señora Fiscal General María L. Jalbert y la señora
Defensora Oficial ad-hoc María G. Vázquez Bustos.
Resulta:
I.- Que los objetos procesales de esta causa vienen delimitados en el requerimiento de elevación a juicio de fs.
267/275, en el que se describen las conductas que se endilgan a los encausados, las que constituirían
provisionalmente los delitos señalados precedentemente.
II.- 1) Que, conforme surge de las actas de acuerdo de juicio abreviado de fs. 300/301, suscrita por los
epigrafiados con la asistencia de la señora Defensora Oficial ad hoc María G. Vázquez Bustos, y la representante
del Ministerio Público Fiscal, Dra. María L. Jalbert, y la presentación de fs. 305 vta., la representante del Ministerio
Público Fiscal mantuvo las calificaciones legales propiciadas en el requerimiento de elevación a juicio por el fiscal
de instrucción y solicitó se condenase a Hermes Fleitas Rodríguez a la pena de dos años y seis meses de prisión
de ejecución condicional y costas; y a José N. Tuni a la pena de un año de prisión de efectivo cumplimiento y
costas, y a la pena única de tres años y seis meses de prisión, accesorias legales y costas, comprensiva de la que
se solicita respecto de esta causa y de la pena única de tres años de prisión de cumplimiento efectivo y costas,
que le impuso el Tribunal Oral en lo Criminal n. 19, el 29 de mayo de 2009 en la causa n. 2983, con cita de los
arts. 26 , 29, inc. 3 , 42 , 44 , 45 , 58 , 164 y 189 bis, inc. 2 , párr. 1, del CPen.
2) Que los encausados y su defensa prestaron conformidad sobre la existencia de los hechos, el grado de
participación que tuvieron aquéllos en éstos; la calificación legal propiciada; y la pena requerida.
El Dr. Barroetaveña, dijo:
Primero:
Amisibilidad del juicio abreviado
Que, inicialmente, cuadra analizar, conforme las previsiones del art. 431 bis del CPPN, la admisibilidad del
acuerdo arribado por las partes, para fundar en él la aplicación del juicio abreviado que desplaza el desarrollo del
debate oral y público previsto en el ordenamiento procesal.
Que a los fines del referido contralor jurisdiccional, corresponde que se analice si la descripción de los hechos
formulada por la magistrada del Ministerio Público Fiscal resulta ajustada a los datos incorporados durante la
instrucción, si éstos resultan suficientes para tener por acreditada la materialidad del ilícito; si el reconocimiento
del hecho y de la autoría y responsabilidad penal efectuado por los imputados fue prestado sin vicios que
afectaren sus voluntades, y con completo conocimiento de sus consecuencias; y si esa circunstancia, cotejada
con el resto de la prueba producida, es verosímil; si las calificaciones legales se adecuan a las descripciones de
las conductas enrostradas; y si las penas requeridas, admitiendo el carácter transaccional del acuerdo y el límite
impuesto por el art. 431 bis del CPPN, se adecua a la escala penal con la que vienen conminados los delitos que
se atribuyen a los incoados, tomando en cuenta la regla concursal existente entre aquéllos, conforme postulan las
partes.
Que, en primer lugar, ha menester señalar que no existió vicio alguno en la voluntad de las personas sometidas a
proceso al arribarse al acuerdo, toda vez que al celebrarse las audiencias de visu prescritas en el art. 41 del
CPen. -vid. fs. 308-, se les preguntó a los imputados si habían entendido los alcances y consecuencias de aquél, a
lo que contestaron que sí y reconocieron sus firmas en el acta labrada; que las penas acordadas encuentran
parámetro dentro de las escalas penales con las que vienen conminados los delitos que se les endilgan; y que
más allá del resultado a que se arribe luego del análisis de los datos recolectados durante la instrucción,
considero que resulta formalmente admisible la solicitud, conforme a las previsiones del art. 431 bis del CPPN,
por lo que cabe imprimirle a la presente el trámite requerido por las partes, correspondiendo dictar sentencia, de
acuerdo lo establece la norma procesal precedentemente aludida, según las pautas de los arts. 398 y 399 del
mismo cuerpo legal.
Segundo:
Absolución tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal
En primer lugar, cuadra abocarse al tratamiento de la tenencia de arma de fuego de uso civil que viene endilgada
a Hermes Fleitas Rodríguez.
En esa faena, ha menester recordar el hecho que se imputa al epigrafiado. Conforme viene formulado en el
requerimiento de elevación a juicio, el incoado el 3 de abril de 2009, aproximadamente a las 18.10, tenía en su
poder un revólver calibre 22 LR, encintado con cachas negras con número de serie 79752 y sin municiones, sin
contar con la debida autorización legal para la portación o tenencia de aquél. A dicha conducta, el fiscal de
instrucción la calificó -provisionalmente- como constitutiva del delito de portación de arma de fuego uso civil sin
la debida autorización legal.
Al suscribirse el acuerdo de juicio abreviado, la representante del Ministerio Público Fiscal mantuvo dicha
calificación legal. Precisó que este delito concurre materialmente con los desapoderamientos tentados que se le
reprochan al encausado, conductas que merecerán tratamiento en los apartados siguientes.
Ahora bien, conforme se desprende del acta de secuestro de fs. 4, se incautó en poder del procesado un revólver
calibre 22 largo con inscripción "Industria Argentina" en su cañón, sin munición en su tambor, el cual consta de
seis alvéolos, con cinta negra en su empuñadura con numeración 79752. Asimismo, del peritaje balístico obrante
a fs. 79/vta. emerge que la referida arma es apta para producir disparos pero de funcionamiento anormal, toda
vez que el seguro de martillo no funciona correctamente, motivo por el cual al percutar asoma permanentemente
por el espaldón, pudiendo dispararse accidental o intencionalmente por golpe o caída que afecten la parte
posterior de la cresta del martillo estando desmontado. Se añade que, ocasionalmente, por desgastes presentes
entre el fiador de la simple acción y la zona de contacto del martillo, una vez en la posición de montado, en la
acción mecánica referida, al empujar hacia delante el citado martillo éste cae sin mediar presión sobre la cola del
disparador.
En ese contexto, no se advierte cuál es el peligro al que el procesado expuso a la seguridad pública, que es el
bien jurídico que se afecta por el tipo penal que se le reprocha a aquél.
Ha menester reparar en que el tipo penal en tratamiento es considerado por la doctrina mayoritaria como un
delito de peligro abstracto. Empero, para que esta categoría de ilícitos concilie con los postulados de la Carta
Magna, más concretamente con el art. 19 , y con el principio de máxima taxatividad que exige el máximo de
precisión posible respecto de cualquier límite de prohibición, en cada caso en concreto deberá establecerse si
hubo o no peligro para el bien jurídico.
En este sentido, no es ocioso recordar que en el derecho penal no se admiten presunciones juris et de jure.
De tal modo, la acción del sujeto que pretende ser alcanzada por el art. 189 bis, inc. 2 , párr. 1, del CPen., debe
necesariamente -de alguna manera- poner en riesgo el bien jurídico "seguridad pública".
En esa inteligencia, la conducta de quien tiene un arma de fuego descargada carece de relevancia típica, habida
cuenta de la falta de puesta en peligro del bien jurídico protegido por la norma.
Además, de adverso a lo sostenido por parte de alguna doctrina y jurisprudencia, entiendo que para la
configuración del tipo no es irrelevante o indiferente que el arma de fuego -en la ocasión- estuviese descargada,
es decir, sin municiones en su tambor, recámara o cargador, si existe la posibilidad de obtener las municiones
correspondientes por parte del agente, dado que lo que el juez debe valorar para efectuar el correspondiente
juicio de tipicidad, son las circunstancias concretas del caso. Toda otra especulación atenta, a mi modo de ver,
con los postulados de un derecho penal liberal.
En esa inteligencia, la Sala VI de la Cámara Nacional Criminal y Correccional ha sostenido que "La circunstancia
de que el arma no estuviera cargada, así como los desperfectos mecánicos que presentara, impiden la
configuración del tipo legal establecido en el art. 189 bis, párr. 31, del CPen. -ley 25086 -. El delito previsto y
reprimido en el art. 189 bis del CPen., es un tipo penal de peligro abstracto y que lo que determina su punibilidad
es la peligrosidad que conlleva la acción (...). En el delito en análisis es necesario probar el riesgo hacia el bien
jurídico ya que, si bien esto podría conducir a una conversión de los delitos de peligro abstracto en delitos de
peligro concreto, surge como una de las respuestas más adecuadas si se quiere respetar principios básicos del
derecho penal (...)" (C.N. Crim. y Correc., Sala VI, causa 27.404, "G., Alan y otros " del 17 de noviembre de
2005).
En igual sentido se ha expuesto que "el arma encontrada sin municiones en su recámara como en su cargador no
reúne los elementos del tipo penal previstos en el art. 189 bis , párr. 4, CPen. (se alude al texto anterior al
vigente). No se advierte cuál es el peligro al que presumiblemente expusiera a la seguridad pública..." (C.N. Crim.
y Con., sala I, "D., Alejandro ", del 17 de julio de 2002, voto en disidencia del juez Edgardo Donna).
Por las razones expuestas en párrafos precedentes, la conducta que se le enrostra a Hermes Fleitas Rodríguez es
atípica, por lo cual corresponde absolverlo por el presente hecho.
Rigen los arts. 398 y 399 del CPPN y 189 bis, inc. 2 , párr. 1, del CPen.
Tercero:
I.- Hechos A y B -materialidad del ilícito y grado de participación.
Hecho A: Que se encuentra probado, con plena certeza, que: Hermes Fleitas Rodríguez, con la participación de
otra persona de igual sexo que no pudo ser individualizada ni identificada, el 3 de abril de 2009 a las 18,
aproximadamente, intentó apoderarse ilegítimamente de cosas de propiedad de Roberto R. González, blandiendo
para ello contra éste un arma de fuego. Lo anterior, cuando aquél y su compañero ascendieron al vehículo
taxímetro que circulaba por la Av. Cruz en su intersección con la arteria Escalada de esta metrópolis y solicitaron
a González -chofer de aquél-, que los lleve hasta la intercepción de las calles Nazca y Rivadavia Mientras se
hallaban transitando por el cruce de las calles Castañares y Escalada, Fleitas Rodríguez apuntó con un revólver
negro a González, al tiempo que le manifestaba "dame todo, entrégame la plata". Toda vez que González hizo
caso omiso, Fleitas Rodríguez se abalanzó sobre el asiento delantero, tomó el volante y provocó de esa forma la
pérdida del control del vehículo, circunstancia que -a su vez-ocasionó una colisión contra el parachoques del
boulevard de la Av. Escalada. Inmediatamente después del impacto, el imputado y su consorte descendieron del
rodado, Fleitas Rodríguez se retiró en dirección a la calle Castañares y el otro hombre hacia el barrio Samoré.
Hecho B: Que Hermes Fleitas Rodríguez, también el 3 de abril de 2009 a las 18.10, aproximadamente, sobre la
arteria Castañares, cerca de su intersección con la Av. Escalada, intentó apoderarse ilegítimamente de las
pertenencias de Leonardo F. Cano Villalba e Idilio Sayas. En esa oportunidad, abordó por la espalda a los
nombrados, mientras que Sayas se hallaba a bordo de una bicicleta, les exhibió y apuntó con un arma de fuego y
les exigió que le entregasen sus pertenencias y la bicicleta. Aquél episodio fue observado por el cabo Aníbal H.
Igarzabal, quien finalmente aprehendió a Fleitas Rodríguez y secuestró en poder de éste un revólver calibre 22
LR, encintado con cachas negras con n. de serie 79752 y sin municiones, sin contar con la debida autorización
legal para la portación o tenencia de la mentada arma:
Los hechos narrados precedentemente y la coautoría y autoría -respectivamente- que le cupo en aquéllos al
incoado, se acreditan mediante los datos que fueron obtenidos durante la instrucción, los que a continuación
individualizaré:
Declaración de Roberto R. González, de fs. 9/vta., quien se hizo presente en el lugar en donde se procedió a la
aprehensión de un hombre, y reconoció a Fleitas Rodríguez como a la persona que momentos antes había
intentado robarlo. Dio cuenta de que trabajaba como taxista, y que momentos antes dos personas de sexo
masculino habían ascendido al taxi que conduce, solicitándole que los lleve hasta la intersección de la arteria
Nazca con la Av. Rivadavia. Que al llegar a la intersección de las calles Castañares y Escalada, la persona que
luego fue detenida e identificada como Fleitas Rodríguez extrajo de entre sus ropas un arma de fuego, más
precisamente un revólver negro y se lo exhibió, al tiempo que le manifestaba "dame todo, entrégame la plata".
Relató que como se negó a cumplir con lo que le demandaron, aquel sujeto se abalanzó contra su asiento y tomó
el volante, circunstancia que ocasionó que perdiese el control del vehículo y colisionara contra el parachoques del
boulevard de la Av. Escalada. Agregó que luego del siniestro -ambos individuos- descendieron del automóvil, y
que el que luego fue aprehendido se dirigió hacia la calle Castañares, mientras que el otro lo hizo hacia el barrio
Samoré. Finalmente, reconoció el arma de fuego que fue secuestrada en poder de Fleitas Rodríguez como la
utilizada en el hecho que lo damnificó.
En cuanto al hecho B, se cuenta con las declaraciones de Leonardo F. Cano Villalba, de fs. 7/vta., e Idilio Sayas,
de fs. 8/vta., quienes sostuvieron que mientras transitaban juntos por la calle Castañares, el primero de ellos
caminando, y el segundo a bordo de una bicicleta, al llegar a la intersección con la Av. Escalada frente al Parque
Indoamericano, fueron sorprendidos por sus espaldas por una persona de género masculino, la que aprehendida
e identificada que fue, resultó ser Hermes Fleitas Rodríguez, quien llevaba consigo un arma de fuego. Asimismo,
dieron cuenta de que el encausado apuntó con aquel adminículo a Sayas y le reclamó la entrega de todas sus
pertenencias y del biciclo, momento en el cual personal de la Policía Federal Argentina detuvo al referido
individuo.
Declaración del Cabo 1ro. de la Policía Federal Argentina Aníbal H. Igarzabal, de fs. 1/vta., quien relató que en el
día y horario de ocurrencia del hecho, mientras se encontraba en la intersección de las arterias Castañares y
Escalada de esta ciudad, fue alertado por transeúntes que un sujeto llevaba un arma. Que inmediatamente
después de ello, sorprendió a Fleitas Rodríguez apuntando a otros dos hombres, razón por la cual lo aprehendió y
secuestró el arma que llevaba consigo.
Actas de detención y secuestro de fs. 3/vta. y 4/vta., respectivamente, de las que emerge que el 3 de abril de
2009, personal policial procedió a la detención de un hombre, que a la postre se identificó como el aquí incoado
Hermes Fleitas Rodríguez, y al secuestro, en poder de éste, de un revólver calibre 22 largo con la inscripción
"Industria Argentina" en su cañón, sin munición en su tambor, el cual consta de seis alvéolos, con cinta negra en
su empuñadura y numeración 79752. Asimismo, se incautó el automóvil marca Chevrolet, modelo Corsa, dominio
colocado ..., dejándose constancia de que presentaba su parte delantera chocada.
Declaraciones de Gastón A. Díaz y Lucas F. Montenegro de fs. 5 y 6, respectivamente, quienes oficiaron como
testigos de los procedimientos de detención y secuestro.
Fotografías del arma incautada de fs. 24.
Informe de la División Balística de fs. 78/79 del que se desprende que el arma incautada se trataba de un
revólver de simple y doble acción calibre 22 largo -del tipo rifle-, marca "Tala" n. 79752, apto para producir
disparos, pero de funcionamiento anormal.
Informes del RENAR y REPAR de fs. 221/223, de los que se desprende que el revólver en cuestión no se hallaba
registrado, que no tenía pedido de secuestro, y que Hermes Fleitas Rodríguez no se encontraba registrado en
esos organismos como tenedor o portador de armas de fuego.
Croquis de fs. 2, que ilustra sobre el lugar en el que ocurrieron los sucesos y la dirección que tomó Fleitas
Rodríguez.
Fotografías obrantes a fs. 25 y 67/72 respecto del automotor incautado.
Informe técnico del vehículo de marras, de fs. 66/vta., en el que se dejó constancia sobre los daños que aquel
presentaba, como consecuencia del obrar de Fleitas Rodríguez.
Informe médico legal de fs. 2, del legajo personal, suscrito por el médico legista Héctor O- Koffman, del que se
desprende que Fleitas Rodríguez, al momento de ser examinado, se encontraba orientado en tiempo y espacio y
con capacidad de comprensión y voluntad conservada, como así también que no presentaba lesiones traumáticas
visibles recientes.
Que de la valoración de las constancias antes individualizadas, tengo por acreditadas plenamente las
materialidades del ilícito y la autoría que le cupo al encausado en aquéllos, habida cuenta de que los dichos de
los damnificados González, Cano Villalba y Sayas, y del policía Igarzabal, emerge que el día de ocurrencia del
hecho y en el sindicado lugar, el incoado intentó apoderarse ilegítimamente, mediante intimidación y violencia
ejercida contra González, que consistió en blandir contra éste un arma de fuego, y atento la no colaboración del
recientemente mencionado, abalanzarse sobre su asiento y tomar el volante, lo que ocasionó la colisión del
vehículo. Además, en el caso de los damnificados Cano Villalba y Sayas, al blandir contra aquéllos el arma de
fuego, se apoderó de las pertenencias de los nombrados. Sin embargo, en el primero de los episodios narrados,
no logró su cometido por haberse producido el choque, en tanto en el segundo, debido al accionar del policía
Igarzabal, quien había sido alertado por ocasionales transeúntes y vio cuando los imputados exhibían el arma a
los damnificados, y procedió a la aprehensión de Fleitas Rodríguez y a la incautación del revólver que aquél
llevaba en su poder.
Que todo ello se encuentra -además- avalado por los dichos de los testigos del procedimiento de detención del
encausado y del secuestro del arma, en poder de aquél.
Que atento a la valoración precedente, no existen dudas de que el mentado Hermes Fleitas Rodríguez fue autor
del hecho en juzgamiento; y no encuentro razones que me lleven a desmerecer la veracidad de lo narrado por las
víctimas González, Cano Villalba y Sayas, como así también por el preventor.
En rigor, en el sub lite nos encontramos en el supuesto previsto en el art. 285 del ordenamiento procesal penal,
puesto que el encausado fue sorprendido en el momento de cometer el segundo hecho ilícito que se le atribuye,
y aproximadamente diez minutos después de haber cometido el primero de ellos, y aprehendido inmediatamente
por el referido funcionario policial.
Por último, cuadra destacar que el procesado, como ya se dijo, en el primer apartado, prestó su conformidad al
juicio abreviado de forma libre y voluntaria.
Rigen los arts. 398 y 399 del CPPN y 45 del CPen.
III.- Hecho c: materialidad del ilícito y grado de participación
Que se encuentra probado con total certeza que: Hermes Fleitas Rodríguez y José N. Tuni, el 17 de noviembre de
2009 a las 09.40, aproximadamente, sobre la arteria Mariano Acosta, debajo de la Autopista 25 de Mayo de esta
ciudad, intentaron apoderarse ilegítimamente mediante intimidación, de la motocicleta marca "Motomel", modelo
VX150, dominio ... y de un casco negro, todo ello propiedad de Eduardo J. Argento. En la referida oportunidad,
los encausados realizaron ademanes de llevar debajo de sus ropas un arma de fuego y de ese modo le
demandaron la entrega de la motocicleta. QUe toda vez que el vehículo carecía de nafta, lo obligaron a ir hasta
una estación de servicio para cargar combustible. Al llegar a la estación de servicio de la petrolera "Petrobras",
ubicada en la intersección de las arterias Eva Perón y Mariano Acosta el encausado Tuni notó la presencia de un
móvil policial y se retiró de allí con el casco de Argento y las dos bicicletas con las que se desplazaban él y su
consorte. Mientras tanto, Fleitas Rodríguez intimaba a la víctima para quie arranque el rodado. En ese momento,
personal policial de la Seccional 40 de la P.F.A. que se encontraba allí, procedió a la aprehensión de Tuni y Fleitas
Rodríguez.
El hecho narrado precedentemente y la autoría que cupo a los epigrafiados en aquél, se acreditan mediante los
datos que fueron recolectados durante la instrucción, los que a continuación individualizaré:
Primeramente, contamos con el testimonio del damnificado Eduardo J. Argenta, obrante a fs. 146/147, quien
depuso que en el día y horario de ocurrencia del hecho, mientras circulaba a bordo de una motocicleta,
dirigiéndose por la calle Mariano Acosta, a la altura de la Autopista 25 de Mayo, se le apagó el moto vehículo,
momento en el cual fue sorprendido por los imputados, quienes simulaban tener un arma de fuego por debajo de
sus ropas y lo desapoderaron de la motocicleta en cuestión. Dijo que la persona luego identificada como José N.
Tuni vestía remera verde con rayas blancas y bermudas marrones, lo cual coincide con lo que se desprende del
acta de aprehensión de fs. 141; y que le había quitado el casco que él llevaba, se subió a la moto y avanzó unos
metros en ella hasta que se apagó nuevamente. También señaló, que luego de ello, la persona posteriormente
identificada como Hermes Fleitas Rodríguez, quien vestía un buzo con capucha de color rojo, lo obligó a llevar la
motocicleta hasta la estación de servicio, lugar en el cual le hizo cargar combustible. Que, en ese momento, los
autores del hecho advirtieron la presencia policial, lo que motivó a Tuni a intentar retirarse del lugar, llevando las
bicicletas en las que aquél y su compañero circulaban, y que Fleitas Rodríguez se quedó junto a él, amenazándolo
e intimándolo para que apague la moto. Por último, dio cuenta de que hizo señas al móvil policial y que colaboró
con el preventor en la aprehensión de los encausados.
Se aduna a lo anterior, los dichos del suboficial mayor Orlando Romagnoli, de fs. 139/140, quien manifestó que
había sido alertado por el Comando Radioeléctrico de que dos personas de sexo masculino estaban cometiendo
un ilícito sobre una motocicleta; que al llegar a las inmediaciones del lugar un transeúnte le informó que había
visto a un sujeto que llevaba un casco y dos bicicletas, dirigiéndose hacia el puente. Agregó, que una vez en el
lugar observó a un hombre que vestía remera verde y bermudas marrones, quien al notar su presencia comenzó
a caminar más rápidamente para evadirlo, motivo por el cual lo detuvo y le secuestró las mencionadas bicicletas y
el casco También destacó, que a través del Comando Radioeléctrico habían informado que el damnificado podía
hallarse en la estación de servicio ubicada en las calles Mariano Acosta y Eva Perón de esta metrópolis, por lo que
se dirigió allí y observó que junto a uno de los surtidores se encontraba un sujeto que vestía un buzo rojo, a
bordo de una motocicleta y a otra persona vestida de negro que le hacía señas, motivo por el cual detuvo a quien
estaba sobre la motocicleta.
Actas de detención de fs. 134/vta., -correspondiente a Hermes Fleitas Rodríguez- y 141/vta., -respecto de
Norberto Tuni-, de las que emerge que en horario y día señalado, personal policial procedió a la aprehensión de
las referidas personas. Actuaron como testigos Daniel Zarbimo y Reynaldo J. Damirón, respecto de Fleitar
Rodríguez -vid.- fs. 136/137-, y Diego H. Sino y Felipe Cabrera, respecto de Tuni -vid. fs. 143/144-.
Actas de secuestro de fs. 135 y 142 respecto de la motocicleta y el casco desapoderados.
Declaración del subinspector Leonel A. Carral Álvarez de fs. 131/132, quien declaró que atento las modulaciones
del comando radioeléctrico acudió en apoyo del suboficial Mayor Romagnoli. Además, dable es destacar que el
aludido testigo fue conteste en todo lo manifestado por el citado Romagnili, y colaboró en las diligencias de
detención y secuestro.
Plano del lugar del hecho y de donde se levaron a cabo las aprehensiones, de fs. 145.
Fotografías de la motocicleta incautada, de fs. 169/170 y 171.
Informe pericial de la motocicleta en cuestión, de fs. 171/vta.
Informe médico legal de fs. 175 -fs. 7 del incidente de personalidad de Tuni-, rubricado por el médico legista J.
Carlos Murias, del que se desprende que ambos encausados se encontraban lúcidos orientados y coherentes, al
momento de ser examinados.
Que de la valoración de las constancias antes individualizadas, tengo por acreditada plenamente la materialidad
del ilícito y la coautoría que les supo a los encausados en aquél, toda vez que de los dichos de la víctima Argenta,
a los que cabe adunar los vertidos por el personal policial de intervención, emerge que el día de ocurrencia del
hecho y en el sindicado lugar, los incoados intentaron apoderarse ilegítimamente, mediante intimidación, que
consistió en realizar ademanes de que tenían un arma de fuego entre sus ropas, de la motocicleta y el casco ya
señalados, lo que no pudieron concretar atento el accionar policial.
Que todo ello se encuentra -además- avalado por los dichos de los testigos de los procedimientos de detención
de los encausados y del secuestro de la motocicleta y del casco de mentas, en poder de aquéllos.
Que atento a la valoración precedente, no existen dudas de que los nombrados Hermes Fleitas Rodríguez y José
.orberto Tuni fueron coautores del hecho en juzgamiento; y no encuentro razones que me lleven a desmerecer la
veracidad de lo narrado por la víctima y los preventores.
Por último, no es ocioso destacar que los procesados, como ya se dijo en el primer apartado, prestaron su
conformidad al juicio abreviado de forma libre y voluntaria.
Rigen los arts. 398 y 399 del CPPN y 45 del CPen.
Cuarto:
Calificación legal
Que, a mi modo de ver, las conductas acreditadas y por las que deberá responder Fleitas Rodríguez en calidad de
autor y coautor, son constitutivas de los delitos de robo en grado de tentativa -tres hechos- en concurso material
entre sí (hechos A, B y C). En tanto el coimputado Tuni deberá responder como coautor penalmente responsable
del delito de robo en grado de tentativa (hecho C) -arts. 42 , 44 , 45 , 55 y 164 del CPen.-.
En efecto, de las constancias agregadas al legajo emerge que los imputados, en los hechos que se les endilgan,
ejercieron violencia física o psíquica sobre los damnificados.
Finalmente, cuadra destacar que los tres hechos quedaron en grado de tentativa, toda vez que en ninguno de
ellos pudieron disponer de los objetos que se habían desapoderado.
Rigen los arts. 398 y 399 del CPPN y 42 y 164 del CPen.
Quinto:
Capacidad de culpabilidad
Que los epigrafiados, además de autor y coautores, respectivamente, de las conductas en juzgamiento, son
penalmente responsables, toda vez que no se configuran causas de justificación, de inimputabilidad o de
inculpabilidad que analizar.
Se añade que del informe médico legal practicado sobre ambos -ya relevados-, surge que los acusados se
encontraban lúcidos coherentes y orientados.
De otra parte, no fueron alegadas por los imputados y/o sus defensas causales de aquellas especies, las que
tampoco se configuran -vale la pena señalarlo- de las constancias recabadas durante la instrucción.
Rigen los arts. 398 y 399 del CPPN.
Sexto:
Graduación de la pena
Para graduar las sanciones a imponer, y tomando en consideración el acuerdo de pena arribado por la señora
Fiscal General y los imputados con la asistencia de su defensa, como así también la absolución postulada en
orden al delito de tenencia de arma de fuego de uso civil, respecto del coimputado Fleitas Rodríguez,
circunstancia que necesariamente incidirá sobre el monto de la pena acordada, y las pautas previstas en los arts.
40 y 41 del CPen., amerito como atenuantes respecto de Tuni: su edad, ya que para la fecha del hecho tenía
apenas veinte años, la limitada instrucción recibida, toda vez que sólo cursó la escuela primaria, la dificultad para
ganarse el sustento propio y el de los suyos, que tiene un hijo de corta edad -1 año- al que debe sustentar tanto
económica como afectivamente, y que su familia -desde su infancia- se vio desmembrada, circunstancias -todasque se desprenden de fs. 8/11 de su legajo de personalidad. De otro lado, no encuentro agravantes que valorar.
En cuanto a Hermes Fleitas Rodríguez, valoro como atenuantes su edad, habida cuenta de que para la fecha de
los hechos tenía 20 años de edad, la elemental instrucción recibida, toda vez que cursó hasta el tercer año de la
secundaria, la dificultad para ganarse el sustento propio y el de los suyos, y que tiene una hija de corta edad -2
años- a la que debe asistir, todo lo cual emerge de fs. 24/27 de su informe social. Como agravantes amerito la
circunstancia de que al momento de cometer el primero de los hechos y tomar el volante del vehículo que
conducía la víctima, ocasionó su colisión, poniendo en peligro tanto la vida de la víctima como la de terceras
personas, amén de producir daños de consideración en el mencionado rodado.
Por todos esos elementos justipreciados, y en atención a la calificación legal sostenida y a la regla concursal
existente, propicio se condene a José N. Tuni a la pena de un año de prisión de efectivo cumplimiento y costas y,
sobre la valoración de iguales atenuantes, a la pena única de tres años y seis meses de prisión de efectivo
cumplimiento, accesorias legales y costas, comprensiva de la que se postula para esta causa y de la pena única
de tres años de prisión de efectivo cumplimiento y costas que le impuso el Tribunal el Criminal n. 19 en la causa
n. 2983 el 29 de mayo de 2009, por resultar autor penalmente responsable de los delitos de hurto agravado por
escalamiento y lo agravado por su comisión en poblado y en banda en grado de tentativa.
Respecto del coimputado Hermes Fleitas Rodríguez, tomando en cuenta -como ya se anticipara- la absolución
propiciada respecto de la tenencia de arma de fuego de uso civil que le venía enrostrada, propicio se lo condene
a la pena de dos años y tres meses de prisión de ejecución en suspenso y costas, toda vez que es sabido y
conocido lo desaconsejable de la aplicación de penas de prisión de efectivo cumplimiento, respecto de cortos
períodos de tiempo, y ello resulta más adecuado, a los fines de lograr una rápida reinserción del epigrafiado en la
sociedad.
Así lo ha sostenido la Corte Suprema de Justicia de la Nación al decir que: "La condenación condicional -art.
26 del CPen.-, tiene por finalidad evitar la imposición de condenas de efectivo cumplimiento, en caso de
delincuentes primarios u ocasionales imputados de la comisión de conductas ilícitas, que permitan la aplicación de
penas de hasta tres años de prisión y encuentra explicación en la imposibilidad de alcanzar en tan breve lapso de
prisión, el fin de prevención especial positiva que informa el art. 18 de la CN" (C.S.J.N., 111.004- 2006/08/08, "S.
A y otro "; LL del 29/XI/2006).
Rigen los arts. 398 y 399 del CPPN y 5 , 26 , 27 , 29, inc. 3 , 40 , 41 , 42 , 44 , 45 , 58 y 164 del CPen.
Séptimo:
Cómputo
Que respecto de la presente causa n. 3442, José N. Tuni o José N. Reyes Tuni fue detenido el diecisiete de
noviembre de 2009 y permanece en esa situación hasta el día de la fecha. Por tanto, lleva detenido en prisión
preventiva cinco (5) meses.
De otra parte, en relación a la condena única que le impuso el Tribunal en lo Criminal n. 19, en la causa n. 2983,
conforme surge de fs. 272 del aludido legajo, el incoado estuvo privado de su libertad desde el 23 de enero de
2008 hasta el veinticinco del mismo mes y año, es decir tres (3) días. Luego, desde el 4 de febrero de 2009 hasta
el 10 de febrero del mismo año; es decir que estuvo privado de su libertad siete (7) días. Asimismo, fue
nuevamente detenido el 27 de marzo de 2008 hasta el 28 del mismo mes y año, por lo cual permaneció privado
de su libertad dos (2) días Con posterioridad fue detenido el 14 de junio de 2008 hasta el 7 de octubre del mismo
ano, es decir tres (3) meses y veintitrés (23) días. Por último, fue detenido el 10 de febrero de 2009 y
permaneció en dicha condición hasta el 15 de mayo de 2009, es decir tres (3) meses y seis (6) días. En síntesis,
respecto de aquella pena única estuvo privado de su libertad siete (7) meses y once (11) días.
Finalmente, conforme surge de fs. 373/74 y 181/82 de la causa n. 2983 ya referida, el encausado estuvo privado
de su libertad respecto del expediente tutelar n. 2780, correspondiente a las causas ns. 3902 y 4160 del Tribunal
Oral de Menores n. 3 cuyos procesos tramitan en forma paralela al presente y al que registrara por ante el TOC
19, y aún se encuentra pendiente de resolución: un (1) año, nueve (9) meses y catorce (14) días.
En conclusión, sumados los tiempos que el incoado permaneció detenido en todos los procesos mencionados
precedentemente, estuvo privado de su libertad por un tiempo total de dos (2) años, nueve (9) meses y
veinticinco (25) días. Por tanto, le resta cumplir ocho (8) meses y cinco (5) días, y la pena vencerá el 20 de
diciembre de 2010.
El Dr. Bossi, dijo:
Que adhiere al voto del colega preopinante por iguales fundamentos.
El Dr. Días, dijo:
Que adhiero al voto del Dr. Barroetaveña, con la excepción de la pena única postulada respecto del coimputado
Tuni, toda vez que al tratarse el presente de un caso de unificación de penas y no de condenas, lo cierto es que
no se cuenta con jurisdicción para modificar la forma en que impactan las agravantes y atenuantes justipreciadas
en los pronunciamientos a unificar en las correspondientes sentencias impuestas. De manera tal que la
unificación debe efectuarse por remanentes y no por totales, de forma aritmética y no composicional.
Tal es mi voto.
Por todo ello, de conformidad con las normas legales citadas, el Tribunal resuelve:
I.- Absolver a Hermes Fleitas Rodríguez, de las demás circunstancias personales obrantes en autos, en orden al
delito de tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal, por la que mereciera acusación
fiscal, por los motivos expuestos en el segundo considerando.
Rige el art. 402 del CPPN.
II.- Condénase, en la presente causa a Hermes Fleitas Rodríguez, cuyas demás circunstancias personales obran
en el epígrafe, a la pena de dos años y tres meses de prisión de ejecución condicional y costas, por resultar autor
y coautor penalmente responsable de los delitos de robo en grado de tentativa -tres hechos- en concurso real
entre sí.
Rigen los arts. 403 , 530 y 531 del CPPN y 5 , 26 , 29, inc. 3 , 40 , 41 , 42 , 44 , 45 , 55 y 164 del CPen.
III.- Condenase, en la presente causa a José N. Tuni o José N. Reyes Tuni, de las demás circunstancias
personales obrantes en autos, a la pena de un año de prisión de cumplimiento efectivo y costas, por resultar
coautor penalmente responsable del delito de robo en grado de tentativa.
Rigen los arts. 403 , 530 y 531 del CPPN y 5 , 29, inc. 3 , 40 , 41 , 42 , 44 , 45 y 164 del CPen.
IV.- Condenar, por mayoría, a José N. Tuni o Tuni Reyes, de las demás circunstancias obrantes en autos, a la
pena única de tres años y seis meses de prisión, accesorias legales y costas, comprensiva de la pena impuesta en
la presente causa, y de la pena única dictada por el Tribunal en lo Criminal n. 19 en la causa n. 2983 el 29 de
mayo de 2009, de tres años de prisión de efectivo cumplimiento y costas, por resultar coautor penalmente
responsable de los delitos de hurto agravado por escalamiento en grado de tentativa en concurso real con robo
agravado por su comisión en poblado y en banda en grado de tentativa:
Rigen los arts. 5, 12 , 29, inc. 3 , 40 , 41 , 42 , 44 , 45 , 55 , 58 , 164 , 163, inc. 4 , y 167, inc. 2 , del CPen.
V.- No regular los honorarios profesionales de la señora defensora oficial ad-hoc María G. Vázquez Bustos, atento
la situación económica de los coencausados, ya referida al momento de graduar las sanciones.
Arts. 60 , 63 y 64 de la ley 24946.
Regístrese, notifíquese, y firme que sea cúmplase con las comunicaciones de rigor, agréguense los incidentes que
corren por cuerda modificándose su foliatura, intímese a los condenados para que abonen la tasas de justicia ($
69,67) dentro del quinto día de notificado, bajo apercibimiento de aplicárseles una multa del 50% sobre el monto
adeudado, y oportunamente archívese.- Diego G. Barroetaveña.- Horacio L. Días.- Carlos M. Bossi. (Sec.: Daniel
C. Ranuschio).
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