Hacia un liderazgo femenino transformador Nuevas perspectivas desde la revisión del paradigma hegemónico Miriam Bastidas Hacia un liderazgo femenino transformador Hacia un liderazgo femenino transformador Nuevas perspectivas desde la revisión del paradigma hegemónico Miriam Bastidas Editado por: Asociación de Desarrollo Comunal - ADC Título: Hacia un liderazgo femenino transformador Nuevas perspectivas desde la revisión del paradigma hegemónico Autora: Miriam Bastidas www.bakun.es Editado por: Asociación de Desarrollo Comunal - ADC Pablo Bermúdez 177 Of. 407 Santa Beatriz, Lima Telefax: 424-8593 [email protected] www.adc.org.pe Diseño y maquetación: Artefinal Studio, S.L. Cuidados de edición final: Fátima Fernández Baena Impresión: Esquema ediciones Av. Ignacio Merino 1652 / Ofic 101 - Lince Telf. 471 4239 / 471 0704 Tiraje 1.000 ejemplares 1a. edición – 2012 Lima-Perú Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2011-16585 La autora, BAKUN S.L. y ADC autorizan la copia, distribución y citado de los mismos en cualquier medio y formato, siempre que se indique la fuente y su autora; y sea sin fines de lucro. La reproducción del texto con fines comerciales queda expresamente prohibida sin el permiso expreso de la editora. Toda obra o edición que utilice estos textos, sin fines de lucro, deberá conceder estos derechos expresamente mediante la inclusión de la presente cláusula de “copyleft”. Se complementa con la Carpeta Guía para la Facilitadora, con herramientas de apoyo: “Revisando el paradigma hegemónico para De-Construir”. A Paulina, mi madre y Rigoberto, mi padre, por haberme cultivado en la tenacidad y perseverancia. “Es preciso recorrer un camino lingüístico porque el lenguaje vindica nuestra existencia plena, reconocidas como Mujeres y no subsumidas”. (Marcela Lagarde 2012) Nota aclaratoria Homero, en unos de sus versos de la Ilíada, declamaba: “¡Oídme, dioses todos y diosas todas, que quiero decir lo que mi ánimo me ordena en el pecho!”. En el poema más antiguo de la literatura occidental ya se utilizaba el desdoblamiento para englobar la diversidad de géneros. De hecho, a la sociedad griega de la época clásica, la reiteración no le causaba resistencia; sin embargo, en el español a lo largo de la historia, la designación del hombre y de la mujer se ha simplificado utilizándose, por ejemplo, el masculino genérico para ambos sexos. En la presente obra prima esta versión ortodoxa cuando mencionamos las fuentes de origen. No obstante, como desde nuestra perspectiva “lo que no se nombra no existe”, en los márgenes de libertad que nos ha dado la redacción y la interpretación de esas teorías, hemos hecho uso de un lenguaje que sensatamente presenta a las mujeres y a los hombres –nombrando sus experiencias–, que ni oculta, ni infravalora, ni excluye, ni tampoco quita la palabra a nadie. Así pues, como ya Homero tuviera en cuenta, se ha agregado el femenino en algunos sustantivos y adjetivos. La amplitud de esa mirada nos acerca a nuestra pretensión, visualizar un género desestimado por la tradición dando lugar a un uso no sexista del lenguaje. 10 Agradecimientos Como sucede en la mayoría de trabajos de este tipo, la realización no es individual. En mi caso, no hubiera sido posible sin la contribución de las mujeres políticas; las técnicas de los Centros y Puntos de Información a la Mujer (CIM/PIM) y áreas y unidades para la Igualdad de los organismos públicos y no gubernamentales; las mujeres del movimiento asociativo y sindical; las profesionales autónomas y empresarias; las maestras y directoras de los Centros de Profesorado, las docentes universitarias y funcionarias de los organismos públicos e internacionales, como también las trabajadoras de la economía informal, las trabajadoras del hogar y la red de Mujeres de Otras Nacionalidades (MON); todas incondicionales. Gracias por vuestra enriquecedora y activa participación activa en las I y II edición de las Escuelas para el Empoderamiento y Liderazgos Femeninos, pero gracias también por ayudarme a profundizar en las reflexiones (esencialmente a la diversidad de mujeres de la Comarca Aljarafe-Doñana), que han hecho posible la composición de este instrumento. A Virna Vera Collantes, quien, tras revisar y organizar los primeros materiales, me alentó a la publicación; a Inés Scudellari, del Centro de Información de las Naciones Unidas para el Perú, ella con gran ingenio flexibilizó sus tiempos para oírme y compartir ideas. A las compañeras de ADC que, desde un trabajo interinstitucional y consecuente, promueven, desde hace siete años, con gran complicidad una gestión efectiva de las Escuelas Formativas en Lima (Perú); integro a ellas a Raúl Teco, de la Fundación Friedrich Ebert, porque ambas entidades, desde sus espacios y posición hicieron posible que las Escuelas lleguen a una diversidad de mujeres, habitualmente relegadas. A Catalina Sanz Aroca y a Ofelia Vila de la Fundació Pau y Solidaritat PV, por su apuesta manifiesta y por hacer posible que las Escuelas de Liderazgo se realicen en el Perú con un riguroso seguimiento. A la Doctora María Dolores Villuendas Giménez que, con su singular maestría y riguroso mentorazgo, ha sabido incitarme y exigirme, desde los primeros borradores, a repasar con mayor profundidad cada una de mis reflexiones. Al Doctor Guillermo Maraver Tarifa que, como investigador en el campo de liderazgo, me ha cedido su valioso tiempo para lecturas, anotaciones y sobre todo interlocución. Una y otro, con su autoridad docente (de la Universidad de Granada) me han permitido enriquecer este libro. A Rosabel Agirregomezkorta, ideóloga asidua de nuestro Instituto, por fundamentarnos, con su inagotable compromiso humanista y experiencia trasnacional, perspectivas favorables para un liderazgo transformador y asequible a la diversidad humana. Especialmente por haber promovido el lanzamiento y debate crítico de la Escuela en la Coordinadora Andaluza de ONG’s y desde esos debates iniciales en este campo, haberse adherido a leer cada uno de los borradores preliminares y hacerme llegar lucidas observaciones. A Eva Martínez de León, una profesional que con gran voluntad, implacable exigencia y apasionamiento en sus ideales, convirtió las diversas ediciones de las Escuelas en un proyecto pionero y efectivo para el empoderamiento encadenado de una multiplicidad de mujeres (fundando en el mismo una Escuela inédita para el ejercicio de los derechos de las Mujeres de Otras Nacionalidades, MON, y el empoderamiento de una pluralidad de mujeres de todos los horizontes); labor que, como precursora, ha merecido el reconocimiento de distinguidas entidades locales y europeas. A Rocío Gómez por sumarse a este proyecto y convertir cada logro de las participantes de la Escuela en crónicas sociales. 11 A Verena Kuhn, Vincent Horn, Doris Mayhofer, Magdalena Öberseder, Nicole Späth, Christiane Kramer, Anke Ochsenreither, Eva Vogel, Maria Kropp, Willy Vetter, Alexandra Metzger, Clemens Grün, Ines Schuetz, Robert Stockton, entre otras personas que colaboraron para hacer posible las Escuelas en el territorio Español y Latinoamericano. Concluyo con mis gratitudes hacia las personas más cercanas a mi entorno, mis hermanas y hermanos, y principalmente a María, hermana, amiga, colega y soporte permanente en cada uno de mis retos. Sus talentos y trabajo tendente a extender oportunidades prioritarias hacia las mujeres más excluidas desde espacios como la OIT (Organización Internacional del Trabajo) han mostrado en mi SER que, cuando los idearios y compromisos son sólidos, existen vías posibles para generar transformaciones institucionales y deshacer el género. A Pedro, por estar presente en cada uno de mis viajes. 12 ÍNDICE Introducción.................................................................... 15 Prólogo.......................................................................... 17 Presentación de las entidades............................................ 19 1. Las mujeres y el paradigma hegemónico en el liderazgo........ 23 1.1 Enfoque de los rasgos........................................................................26 1.2 Enfoque del comportamiento.............................................................26 1.3 Enfoque de la contingencia................................................................28 2.Enfoques actuales: liderazgo transaccional, liderazgo transformacional y liderazgo carismático....................... 31 2.1 Liderazgo transaccional.....................................................................33 2.2 Liderazgo transformacional................................................................33 2.3 Liderazgo carismático........................................................................35 3. El paradigma del género y las mujeres......................... 37 3.1 Enfoque de la igualdad.......................................................................39 3.2 Enfoque de la diferencia.....................................................................40 3.3 El ecofeminismo crítico......................................................................42 3.4 Enfoque deconstructivista..................................................................44 4. Reflexiones finales...................................................... 47 5. Glosario..................................................................... 53 6. Resumenes de libros sobre el liderazgo........................ 69 7. Bibliografía................................................................ 95 Referencias................................................................101 13 Introducción El conocimiento sobre el liderazgo ha estado fundamentado, según los idearios clásicos, en la pretendida neutralidad de sus estudios. Pero el desarrollo de la vida contemporánea vista desde la diversidad de sus formas empieza a exigir, sin embargo, la revisión de dichos tópicos para buscar una inminente transformación que refleje nuestra diversidad social. Es evidente que la universalización de las grandes teorías sigue rigiendo la construcción de cualquier liderazgo y es, por eso, que en las siguientes páginas se analizan aquellas premisas aparentemente generalizadas como imparciales y su implicación para el desarrollo del liderazgo de las mujeres. La revisión que proponemos se realiza para alcanzar tres objetivos principales que se explican a continuación. Un primer objetivo pretende revisar los modelos teóricos sobre liderazgo. Se ponen en cuestión las limitaciones de la estructura teórica que de forma acrítica sostienen modelos de liderazgo relacionados con características masculinas (paradigma hegemónico) y que son aplicados a modelos socioculturales de hombres y mujeres, creando barreras invisibles para el libre desenvolvimiento de ambos. Nuestro segundo objetivo es someter a reflexión estos modelos teóricos de liderazgo para desvelar su inadecuada adaptación a la diversidad humana y de realidades de liderazgo. Se revela así que los ideales en la literatura clásica tienden a ser especialmente aplicables al mundo masculinizado, omitiendo deliberadamente una realidad que contiene, entre muchas otras cosas, una suma de valores y talentos cultivados históricamente por las mujeres. Se realiza un recorrido por aquellos enfoques en los que predominan unas características determinadas –físicas o de comportamiento– que pueden terminar convirtiéndose en prácticas opresivas para la mujer. El tercer y último objetivo consiste en proponer nuevas perspectivas y paradigmas favorecedores de un nuevo liderazgo femenino. Estas propuestas se documentan e ilustran con las principales aportaciones provenientes de la teoría feminista y estudios con perspectiva de género. Se someten a reflexión las preocupaciones, prioridades éticas y formas diversas que tienen las mujeres para liderar hechos que pueden estar ligados a sus propios contextos y que no han sido reconocidos y considerados hasta el momento. Estos enfoques actuales representan a nuevos paradigmas bajo la diversidad de autores y autoras que los promueven y defienden; son enfoques que permitirán analizar de manera más certera los liderazgos de una diversidad de mujeres. El recorrido teórico que propone este trabajo se complementa con una amplia sección de glosario y una detallada guía de publicaciones realizadas en los últimos años. Se pretende con ello traer a nuestra consideración a quienes adoptan una perspectiva de género para el tratamiento del liderazgo. En definitiva, el presente trabajo ofrece informaciones y reflexiones que permiten un acercamiento crítico hacia el liderazgo con nuevas perspectivas que pretenden contribuir a dar sentido y valor a lo que viene siendo ejercido por las mujeres en la sociedad contemporánea. Entendemos, en esa línea, que solo es posible un entendimiento y progreso social mediante una perspectiva de género diversa y tolerante. 15 Prólogo Durante los últimos veinte años, los países vienen llevando a cabo especiales esfuerzos que, a ritmos heterogéneos y conservando sus particularidades, han permitido progresos en la reducción de las inequidades entre géneros al traducir en políticas públicas algunos de los compromisos asumidos internacionalmente. La suscripción de la Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer por la Asamblea General de las Naciones Unidas (1967) es, en el ámbito internacional, uno de los primeros y más importantes hitos en la búsqueda de la equidad de género. Junto a ella, otros instrumentos y espacios han dado lugar a la existencia de una normatividad internacional y a la reafirmación del compromiso de los distintos países en esta tarea. Particularmente, la creación de la Plataforma de Acción de Beijing –en el marco de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995– es un punto de referencia importante, ya que plantea, como parte de sus compromisos, el avance y seguimiento de los países a los progresos de la representación y participación política de las mujeres; elementos fundamentales para el fortalecimiento de su liderazgo. El Perú ha logrado avances notables en la promoción de la equidad de género y empoderamiento de la mujer, vinculados a los Objetivos de Desarrollo del Milenio y otras áreas. Al 2011, los datos a nivel nacional indican que la brecha de matrícula entre hombres y mujeres está por cerrarse en el nivel primario, que se ha cerrado en la educación secundaria y que, si bien en la educación inicial aún no se ha logrado, ha habido progresos importantes. Asimismo, en el ámbito institucional cabe resaltar la aprobación de la Ley 28983 de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres en el país andino; la creación de la Adjuntía de la Mujer, la formalización del registro de feminicidio; la aprobación de los Planes Regionales de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres; la aprobación de la Ley 29409 sobre licencia por paternidad para trabajadores públicos y privados y de las Fuerzas del Orden; la aprobación de lineamientos para el uso del lenguaje inclusivo o la realización de la Encuesta del Uso del Tiempo (ENUT), entre otras iniciativas. Estos son avances importantes del país. Sin embargo, todavía hay grandes obstáculos que superar. La tasa de violencia contra las mujeres no ha tenido mejoras notables en los últimos años: en el 2011 ha llegado casi al 40% a nivel nacional, más del 65% de mujeres ha sufrido violencia verbal, y cada mes mueren diez mujeres a manos de sus parejas, exparejas o familiares. Asimismo, la mujer tiene una mayor carga de trabajo (remunerado y doméstico) frente al hombre –una jornada adicional a la semana, según la ENUT (Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo) 2010– y recibe menores remuneraciones, lo cual la pone en situación de desventaja y restringe sus espacios para actividades de capacitación, participación social, recreación y descanso. Por otra parte, si bien la participación política de las mujeres en el ámbito gubernamental ha tenido mejoras durante la última década, la brecha de género aún es grande: solo un 22% de puestos del Congreso de la República fueron ocupados por mujeres en las últimas elecciones, hubo dos candidatas presidenciales de un total de once, y ninguna Presidencia Regional es ocupada por una mujer. Son necesarias políticas inclusivas orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas, a lograr un desarrollo humano integral y a eliminar las desigualdades de toda índole en los distintos territorios del país. Si bien la equidad de género se sustenta en 17 un marco de igualdad de derechos, es importante reconocer que existen diferencias de capacidades y oportunidades que se generan por las desiguales condiciones sociales, económicas y culturales en las que viven las mujeres. El presente libro, “Hacia un liderazgo femenino transformador: Nuevas perspectivas desde la revisión del paradigma hegemónico”, es un valioso aporte para la reflexión sobre el rol de las mujeres en el país y en otras partes del Continente Latinoamericano, con miras a lograr un ejercicio pleno de su ciudadanía. El Sistema de las Naciones Unidas en el Perú reafirma su compromiso con el país para continuar trabajando por una sociedad democrática, justa e igualitaria. Rebeca Arias Coordinadora Residente NNUU Representante Residente PNUD 18 Presentación de las entidades A lo largo del trabajo interinstitucional realizado durante los últimos años, han sido muchos los logros. La cooperación mutua y la generosa dedicación de instituciones amigas de Perú y España, en comunión con las mujeres participantes de Las Escuelas para el Empoderamiento y Liderazgos Femeninos en ambos países han hecho posibles invalorables y enriquecedoras experiencias que han permitido la producción de conocimientos en el campo de la diversidad humana. La presente publicación responde a este trabajo conjunto y reciproco. En esta ocasión, la Asociación de Desarrollo Comunal – ADC(*), la Fundación Pau y Solidaritat de Comisiones Obreras del País de Valencia y la Asociación para el Desarrollo de la Comarca Aljarafe – Doñana ADAD de Sevilla, España, hacen confluencia desde sus diversas líneas de acción para abordar un tema de ineludible importancia para el empoderamiento de la mujer en la sociedad actual, el liderazgo femenino. La acuciosa labor de la especialista en género y cofundara del Instituto Internacional para la Intervención Sistémica Bakun de España, Miriam Bastidas Aliaga, como autora, hace de esta publicación una contribución de primer nivel, que aborda el tema del liderazgo desde el campo teórico, en una primera parte, haciendo un verdadero ejercicio de cuestionamiento que permite ampliar los horizontes de las ideas con respecto al liderazgo. De esta manera las transformaciones son posibles, repensando los enfoques establecidos para mirar con claridad nuevas alternativas. La segunda parte de este libro contiene las metodologías aplicadas para la de-construcción del género, ejecutada tanto en España como el Perú y otros países de Latinoamérica, a través de las alianzas concebidas estratégicamente. Se trata de una carpeta de trabajo a manera de guía con instrumentos de soporte para su aplicación directa en grupos de formación. Para ADC es sumamente satisfactorio presentar este libro. En él, se plasma todo el trabajo de revisión y réplica realizado durante los últimos meses a través del proyecto “Trabajo Decente para las mujeres del Perú” III Fase, cuyo equipo técnico la autora dirigió, con un fuerte compromiso, sesión tras sesión, con el objetivo de mejorar las herramientas que han permitido la elaboración de la segunda parte este libro. Dichos instrumentos no hubieran sido perfeccionados (*). La Asociación de Desarrollo Comunal-ADC es una ONG sin ánimo de lucro que viene trabajando desde el año 1995 en la promoción de los derechos y ejercicio de una ciudadanía justa y equitativa de las mujeres que se encuentran abatidas por las discriminaciones múltiples (segregaciones por cuestiones étnicas, pertenencia social, geografías, entre otras). Y, en estos últimos años, fundamentalmente, viene trabajando con la diversidad de trabajadoras del Perú. 19 de no ser por la activa participación de las mujeres trabajadoras y sindicalistas beneficiarias del proyecto en Lima, Callao, Huaura, Barranca, Huaral, Arequipa y Huancayo. Esta entrega resulta ser especial por muchas razones, pero principalmente por la experiencia trabajada a lo largo de Las Escuelas para el Empoderamiento y Liderazgos Femeninos que, entre otras cosas, ha permitido tender puentes interinstitucionales con el Centro de Información de las Naciones Unidas para el Perú-CINU, gracias a la espléndida gestión de Inés Scudellari, ex funcionaria de CINU, Representante Residente PNUD quien ha venido participando en las diversas actividades de formación y capacitación dirigidas a empleadas públicas, empresarias, organizaciones de mujeres trabajadoras y sindicalistas en el marco del Convenio ADC-Fundación Friedrich Ebert y el Instituto Internacional para la Intervención Sistémica ‘Bakun’ de España. Con esta publicación se pretende acercar un recurso para el abordaje crítico del liderazgo y aún cuando tiene reflexiones teóricas profundas, muy útiles para quienes trabajamos en la de-construcción del género, también lo es para quienes quieren profundizar en el liderazgo desde la perspectiva de género y, por qué no, también para hombres y mujeres en general que deseen iniciarse en el tema y ampliar sus perspectivas. Ofelia Vila Directora de la Fundacio Pau y Soldaritat María Ampudia Directora Ejecutiva de la Asociación de Desarrollo Comunal-ADC PRESENTACIÓN. ADAD DE SEVILLA, ESPAÑA Quiero agradecer especialmente a ADC la consideración que ha tenido con la Asociación para el Desarrollo de la Comarca Aljarafe-Doñana para presentar esta edición tan especial por muchos motivos para mí. Este libro representa simbólicamente la multitud de experiencias y aprendizajes compartidos con muchas compañeras, mujeres que se dejan la piel, el alma y sus cabezas por hacer un mundo más humano. Igualmente estoy segura de que va a representar la esperanza y el aliento para muchas otras. Mi experiencia profesional y vital me ha permitido conocer y escuchar las voces de multitud de mujeres. Entre las que se encuentran, también, las de María y Miriam Bastidas. En cada una de ellas, desde sus gestos, actitudes y verbalizaciones puedo reconocer u observar talentos y valores necesarios para promover los profundos 20 cambios que se están generando respecto a la configuración de un mundo con mayores oportunidades para la libertad de mujeres y hombres. Este libro constituye, en mi opinión, un tributo y reconocimiento a la necesidad de observar y generar esos otros modelos necesarios para la transformación inevitable a la que se está enfrentando la humanidad en su totalidad, y todo su sistema, en busca de la supervivencia. Desde el año 2006, en la Comarca Aljarafe-Doñana, mujeres de diferentes sectores, del movimiento asociativo, políticas, empresarias, técnicas y mujeres de diferentes culturas hemos podido experimentar cada una de las propuestas filosóficas y metodológicas que la autora nos expone en este documento. Esa experiencia ha sido tonificante y LIBERADORA, tanto a nivel individual como colectivo. Liberadora porque nos ha permitido reflexionar y encontrar respuestas al activo papel que estamos jugando las mujeres en este agitado siglo XXI. Asimismo, nos ha facilitado librar con mayor sinergia capacidades, talentos o estrategias, que han sido abordadas desde la diversidad humana, en un amplio espectro de libertad y justicia, que una gran e inmensa mayoría de mujeres y hombres del planeta anhelamos. Gracias Miriam por hacer posible y realidad el camino que en otro momento llamamos utopía. Gracias maestra. Eva Martínez León de García Asociación para el Desarrollo de la Comarca Aljarafe–Doñana ADAD de Sevilla, España 21 1 Las mujeres y el paradigma hegemónico en el liderazgo L a amplia literatura existente, considera líder a aquella persona carismática que tiene una enorme influencia sobre un grupo que la sigue, consiguiendo llevarlos a cumplir los objetivos que se propone. En ese sentido, investigaciones recientes sostienen y defienden con frecuencia rasgos o atributos únicamente masculinos, para generalizar así con el uso de dichos resultados una forma sociocultural de hombres y mujeres. Este tipo de enfoque, aún cuando en determinadas ocasiones apelan a ciertas características femeninas, lo definimos como paradigma hegemónico, porque atribuye a un número muy reducido de personas (habitualmente occidentales, hombres, pertenecientes a una clase media-alta, etc.) cualidades extraordinarias para implicar y guiar grupos. Así, aún cuando coincidimos en el reconocimiento de características excepcionales en ciertas personas con competencias comunicativas, de seducción, de organización, de dirección, etc., no es cierto que solamente el carisma, sin ideología, ética y razón, sea el único paradigma a seguir. Tal como demuestran recientes estudios (Touraine, 2007; Puleo, 2011), un sector importante de mujeres habita un universo coherente de representaciones y prácticas distintas al modelo hegemónico y a prácticas opresivas tanto de los patriarcados tradicionales como de los contemporáneos. A diferencia de los legendarios líderes masculinos que conquistaron el mundo concentrando los recursos en manos de unos pocos, reduciendo a exponentes de inferioridad a la población trabajadora, mujeres, niños y niñas, un contingente importante de mujeres lideresas se alejan de este tipo de referentes sociales y se orientan hacia sí mismas y a la redefinición de espacios y paradigmas del liderazgo; por ende, a la recomposición de la sociedad. Tal como señalan, Martínez, Ten & Escapa, Garrachon, Rosa (2008): “El liderazgo no pertenece a unos pocos escogidos, es algo mucho más normal y extendido. Está presente en todas las actividades en las que aparezcan las relaciones humanas. En la familia, la amistad, la comunidad, las asociaciones, el trabajo, se establecen lazos e intercambios de influencia entre las personas y otras”. (Pág. 132). En línea con esta definición, se pretenden caracterizar los estilos de liderazgo y anticipar el paradigma hegemónico y sus impactos en el liderazgo de las mujeres, omitiendo así la compleja realidad y los espacios donde se construyen y definen como un continuo; pero ¿cuál es o cuáles son las líneas del liderazgo desde la perspectiva feminista o teoría de los géneros? Una posibilidad podría ser destacar los impactos de cada estilo descrito en el liderazgo de las mujeres. 25 1.1 Enfoque de los rasgos Los primeros estudios del liderazgo se enfocaron sobre la “teoría del gran hombre”, de que los líderes nacen, no se hacen. Se orientaron a identificar un grupo de características o rasgos individuales que distinguían a las personas líderes con éxito respecto a las personas líderes que eran fracasados y fracasadas. La comparación se basaba en diferencias por distintos rasgos físicos, intelectuales, de personalidad y otros. Este fue un enfoque popular, pero con grandes controversias. Debido a las difundidas incongruencias del estudio de los rasgos y de la efectividad del liderazgo, la investigación continuó enfocándose en los patrones del comportamiento, o estilos de los líderes con respecto a su interacción con los miembros del grupo. Los investigadores e investigadoras de esta escuela de pensamiento sugieren que hay un “estilo mejor” para todos los escenarios administrativos. El enfoque de los rasgos se basa en la suposición de que el éxito de la persona líder se debe a una condición genética-biológica; o sea, depende de un conjunto de rasgos innatos que les lleva a destacar. Esa suposición en sí no tendría un impacto negativo en el liderazgo de las mujeres si los rasgos no se vincularan principalmente con rasgos históricamente afines a los atributos masculinos. Por ello, el hecho de ser mujer puede convertirse en un obstáculo insuperable por la determinación genética-biológica de aquellos rasgos identificados como claves para el liderazgo. Por otro lado, una mujer que posee dichos rasgos innatos se enfrenta a una situación complicada, ya que no solamente debe demostrar continuamente sus competencias para liderar (a pesar de ser mujer) sino al mismo tiempo no debe dejar de “ser” mujer, es decir, cumplir con los referentes socioculturales como persona empática, humilde, suave, etc. Esto significa que las mujeres lideresas están bajo una observación permanente y tienen que luchar más para ser respetadas y valoradas (Kanter, 1977), o abandonar y/o limar sus características más femeninas que son contradictorias con sus supuestos rasgos de liderazgo. 1.2 Enfoque del comportamiento Estas teorías proponen que existen comportamientos específicos que diferencian a las personas líderes de aquellas que no lo son. Si la investigación de las características hubiera tenido éxito, habría proporcionado una base con el fin de seleccionar a las personas “adecuadas” para asumir posiciones formales en grupos y organizaciones que requieran de liderazgo. Además de esto, los estudios del comportamiento hubieran sido determinantes críticos del liderazgo, pudiendo haber entrenado personas para así tener un abasto infinito de líderes y lideresas eficaces. 26 Los estudios de la Universidad Estatal de Ohio (1962) buscaron identificar las dimensiones independientes del comportamiento de las personas líderes. Sus investigaciones concluyeron en dos dimensiones: La estructura de inicio: Se refiere a la medida por la cual la persona líder puede definir y estructurar su papel y los de sus subordinados, en la búsqueda de lograr una meta. Incluyen el comportamiento que trata de organizar el trabajo, las relaciones de trabajo y las metas. Este tipo de liderazgo, podría ser descrito como alguien que “asigna tareas particulares a quienes integran un grupo”, “espera que los trabajadores mantengan estándares definitivos de desempeño” y enfatiza el “cumplimiento de las fechas límite”. La consideración: Se describe como la medida en la cual es probable que una persona tenga relaciones de trabajo, caracterizada por la confianza mutua respecto a las ideas de los subordinados o interés por sus sentimientos, el grado en que muestra interés por la comodidad, el bienestar, el estatus y la satisfacción de quienes le siguen. Se podría describir a un líder o a una lideresa con alta consideración como una persona que ayuda a los subordinados en sus problemas personales, es amistosa, accesible y los trata a todos como sus iguales. La extensa investigación basada en estas definiciones argumenta que los líderes con altos índices de estructura de inicio y consideración (un líder “alto - alto”) tienden a lograr un gran desempeño y satisfacción del personal y sus seguidores y seguidoras, con más frecuencia que aquellos que califican como baja la consideración, la estructura de inicio o ambas dimensiones. Aunque no siempre, el tipo de líder anteriormente mencionado da como resultado consecuencias positivas a grandes tasas de absentismo injustificado y rotación, así como a los bajos niveles de satisfacción en la labor del personal que desarrollan tareas rutinarias. En conclusión, los estudios de Ohio State sugieren que el estilo “alto - alto” generalmente produce resultados positivos. Los estudios de la Universidad de Michigan (1966) encontraron dos dimensiones del comportamiento que definieron como “orientación al empleado” y “orientación a la producción”. Los líderes que estaban orientados al empleado eran descritos como personas que enfatizaban las relaciones interpersonales, mostraban un interés personal en las necesidades de sus subordinados y aceptaban las diferencias individuales entre los miembros. Los líderes orientados a la producción, en cambio, tendían a enfatizar los aspectos técnicos o laborales del trabajo, y su preocupación principal era el logro de las tareas del grupo, por lo que los miembros de éste eran considerados como medios para tal fin. Las conclusiones favorecían a los líderes orientados al empleado, pues se vieron asociados con una alta productividad de grupo y una alta satisfacción en el trabajo. 27 Los estilos de liderazgo según Likert (1961) y la Universidad de Michigan son cuatro principalmente: Explotador - autoritario: Poca confianza en los subordinados, motivan a las personas mediante el temor y el castigo y a veces con recompensas; comunicación descendente y la toma de decisión la lleva la alta dirección. Benevolente - autoritario: Poca confianza en los subordinados, motivan con recompensas, a veces con temor y castigo; comunicación ascendente, solicitan algunas ideas y opiniones de los subordinados. Consultivo: Mucha confianza en los subordinados, usan sus opiniones, motivan con recompensas, a veces aplican castigos; permiten cierta participación, comunicación ascendente y descendente; las decisiones operativas se toman en el nivel inferior. Grupo participativo: Confianza total en los subordinados, siempre consideran sus ideas y opiniones y las utilizan en forma constructiva; conceden recompensas económicas con base en la participación en grupo; comunicación ascendente, descendente y horizontal, y la toma de decisión es en grupo. Para los estudios escandinavos (en la década de los cuarenta y principios de los setenta del pasado siglo) su premisa básica es que en un mundo cambiante, los líderes deberían mostrar un comportamiento orientado al desarrollo. Estos son los líderes que valoran a la experimentación, buscan y generan nuevas ideas y que ponen en práctica el cambio. Mientras las conclusiones iniciales deben ser guardadas hasta encontrar más evidencias que las confirmen, parece que los líderes que demuestran un comportamiento orientado al desarrollo, tienen más subordinados satisfechos. Todos estos modelos han tenido un éxito modesto para identificar relaciones consistentes entre los patrones de comportamiento del liderazgo y el desempeño del grupo. Se demanda por ello una mayor investigación respecto a la consideración de los factores situacionales que influyen en el éxito o el fracaso. 1.3 Enfoque de la contingencia El “Enfoque de contingencia” ayuda a la persona a tener una mejor visión de su entorno, para saber qué cualidades debe mejorar para potenciar su liderazgo. Sugiere estudiar la relación que hay entre varios componentes: cómo es la persona administradora, qué hace, y la situación en la que el liderazgo tiene lugar. 28 La palabra ‘contingencia’ es definida por Bueno Campos (1996, Pág.168) como “toda variable externa, característica ambiental, factor circundante o fuerza influyente que afecta al diseño efectivo de la organización y a su comportamiento de forma, en principio no controlable directamente, por medio de una relación de causa – efecto”. La contingencia suele representar una proposición cuya verdad o falsedad puede conocerse por la experiencia o por la evidencia y no por la razón, como afirma Morena Cruz (2006). Por esta razón, los teóricos de este enfoque afirman que los modelos organizacionales adecuados surgen al conocerse las características del entorno externo de la empresa, y no a partir de consideraciones teóricas. La Corriente Contingencial estudia la influencia de las contingencias sobre la estructura organizativa de la empresa y el comportamiento administrativo. Esta corriente surgió a finales de los años cincuenta del siglo XX, con las investigaciones de la socióloga Joan Woodward, (Kan, 2003, Pág. 9). De su trabajo se deduce que la variable tecnológica (técnicas de producción) adoptada determina las estructuras y los comportamientos empresariales. La investigación sobre la teoría contingencial, acepta que la clasificación realizada por Hall (1973) abarca de manera más completa y específica los aspectos externos que influyen en una organización, de modo que ésta pueda adecuar su estructura para ser más efectiva. En esta línea, sus defensores (Fiedeler, 1967, entre otros) sostienen que un líder es efectivo dependiendo de sus características y de su situación. Esto explica que un líder puede ser efectivo en una situación determinada, mientras que en otra no. Es más, que el estilo de liderazgo se define según las características que las personas utilizan, bien sea orientado a las relaciones (se preocupan por desarrollar buenas relaciones con los empleados), o bien sea orientado a las tareas (se aseguran de que los empleados hagan bien su trabajo). Asimismo, hay tres características situacionales que determinan en qué medida las situaciones son favorables para la persona líder: Relaciones líder empleado: Grado en que los subordinados le siguen, son honestos y leales con su líder. Estructura de tareas: Es el grado en que las tareas son claras para que los subordinados las puedan llevar a cabo y de esta manera ellos sean conscientes de las necesidades que hay que cubrir. Posición de poder: El poder que un líder detenta en una organización se ha analizado por la literatura desde distintas perspectivas. Puede analizarse como poder potencial frente a poder ejercido (Frazier, 1983a; Scheer y Stern, 1992; Gaski, 1992). Puede analizarse según la percepción 29 que se tenga del poder, lo que implicaría que éste se entiende como una capacidad potencial subjetiva, es decir, según se perciba por la parte controlada o influida (Hunt y Nevin, 1974). El poder de un líder se ha analizado también en términos de la dependencia del subordinado (Emerson, 1962; Bucklin, 1973; Heide y John, 1988). Finalmente, otra teoría importante en relación al origen del poder está basada en las fuentes de poder disponibles por un líder en un momento determinado. Según esta teoría, el poder proviene de seis bases o fuentes de poder: poder legítimo, de recompensa, coercitivo, de información, de referencia y de experiencia (Frenh y Raven, 1959; Raven y Kruglanski, 1970; Gaski, 1992). El poder legítimo: de una persona líder sobre el personal o grupo que lo sigue proviene del papel o posición que detenta en la organización que le da el derecho a ejercer su poder sobre los mismos, quienes, además, tienen la obligación de aceptarlo. El poder de recompensa se basa en la creencia de las personas que siguen a quien lidera tiene la capacidad de premiarlos como consecuencia de seguir sus directrices. El poder coercitivo consiste en creer que puede castigarles si no cumplen con sus peticiones. El poder de información refleja la capacidad de persuasión que tiene quien lidera como consecuencia de la mayor información que dispone. El poder de referencia existe cuando el personal considera sus objetivos estrechamente relacionados o congruentes con los de quien les lidera. Por último, el poder de experiencia se basa en la creencia por parte del subordinado de que el líder tiene un conocimiento o experiencia superior. Sobre la base del modelo de Fiedler (1967), podemos deducir que se pueden combinar las relaciones entre una persona líder y el personal o seguidores y seguidoras, con la estructura de las tareas y la posición del poder, para identificar situaciones de liderazgo y alcanzar determinadas metas. Así pues, las personas líderes serían más efectivas en la medida en que se coloquen en situaciones afines a su estilo directivo, o bien, en la medida en que ejerzan un papel activo para adaptar las situaciones a su estilo. 30 2 Enfoques actuales: liderazgo transaccional, liderazgo transformacional y liderazgo carismático 2.1 Liderazgo transaccional El liderazgo transaccional es el que premia o sanciona a las personas a su cargo o que las siguen sobre la base de su desempeño. Así, cuando tienen un alto desempeño, son motivadas, reconocidas y recompensadas; pero cuando muestran un bajo desempeño, son castigadas y reprimidas. El liderazgo transaccional centra su atención en los flujos interpersonales que se producen entre las personas gestoras y las personas a su cargo. Se considera a los líderes y lideresas desarrollando conductas que mantienen una interacción de calidad entre ellos mismos y sus seguidores. Las dos características subyacentes al liderazgo transaccional son: a. Los líderes y las lideresas se sirven de compensaciones contingenciales para motivar a las personas que les siguen. b. Los líderes y las lideresas aplican medidas correctoras sólo en el caso de que las personas que les siguen no cumplan los objetivos de rendimiento establecidos. El liderazgo transaccional se define por dos componentes: Hacer concesiones a los intereses personales mediante recompensas proporcionales (en función de la consecuencia de resultados). Gestión por excepción (corrección, retroalimentación negativa, crítica, sanciones). 2.2 Liderazgo transformacional La tendencia a moverse más allá de modelos técnicos, jerárquicos y racionales para ir hacia enfoques que enfatizan las facetas culturales, morales y simbólicas del liderazgo se desarrolla en los años noventa. La noción de liderazgo transformador se origina en el campo empresarial y rápidamente es trasladada al ámbito educativo. Una idea central en esta concepción es el importante papel que ha de desempeñar una persona líder en promover y cultivar una visión que dé sentido y significado a los propósitos y actuaciones organizativas. Por tanto, ha de articular una visión para la organización, comunicarla y lograr su asentimiento y compromiso. Se asocia más a las fuentes de poder de información y de referencia detentadas por la persona líder, ambas asociadas a fuentes de poder positivas o no coercitivas, es decir, incentivadoras de un comportamiento colaborativo por parte de las personas a su cargo o seguidoras. 33 Una persona líder transformacional se esfuerza en reconocer y potenciar a las personas de la organización y se orienta a transformar las creencias, actitudes y sentimientos de quienes le siguen; además, gestiona su motivación y modifica las estructuras de la organización. Para describir este tipo de liderazgo contamos con dos grandes conceptualizaciones: mientras que autores como Burns (1978) o Bass (1985), desde el campo no educativo, desarrollan la imagen transformativa como un estadio superior al “transaccional”, desde el ámbito educativo, Leithwood (1999) y su equipo la presentan como una superación del liderazgo “instructivo”. Según Bryman (1996) el liderazgo transformacional se sitúa dentro de los nuevos enfoques sobre liderazgo, con una connotación orientada a la participación y flexibilidad en la organización, abandonando las teorías del “súper hombre” y centrándose más en dar significado a la tarea. De este modo, la visión, la cultura y el compromiso, pasan a ser sus dimensiones teóricas esenciales. Este compromiso entre las partes implica la existencia de un equilibrio en la relación de poder-dependencia entre la persona líder y personas a su cargo o que la siguen. Es decir, que la relación entre ambas partes se basa en la interdependencia en detrimento de la posición dominante de una de ellas. Bass (1985) manifiesta que el liderazgo transformador es una superación del liderazgo transaccional y tiene cuatro componentes: Carisma (desarrollar una visión). Inspiración (motivar para altas expectativas). Consideración individualizada (prestar atención, respeto y responsabilidad a los seguidores). Estimulación intelectual (proporcionar nuevas ideas y enfoques). La relación entre líder y seguidores viene marcada por una relación contractual de intercambio, guiada por intereses (por ejemplo, costo-beneficio). No obstante, las posibles contingencias que pueden surgir en una relación contractual de intercambio invitan a las partes a gestionar esta relación sobre la base de la mutua confianza y el compromiso de adaptación. Solo así se podrán evitar los costes que cualquier contingencia pudiera ocasionar a una de las partes o a ambas. Como nuevo paradigma del liderazgo, el enfoque transformacional ha aumentado la demanda para mujeres lideresas, ya que sus supuestamente innatas y/o aprendidas capacidades, como la comunicación y el trabajo en equipo, se han convertido cada vez más en capacidades claves para satisfacer las nuevas exigencias de liderazgo en las organizaciones del mundo moderno. 34 El peligro del nuevo paradigma se encuentra en considerar que las mujeres deberían aportar, además de las competencias de liderazgo tradicionalmente establecidas, sus competencias adquiridas para mejorar el lado social de las organizaciones, a través de la satisfacción del personal y del equipo. Un dato interesante de estos estudios, es que se ha detectado que la presencia de las mujeres en puestos directivos es más alta en los departamentos de las organizaciones que se dedican al marketing y los recursos humanos. 2.3 Liderazgo carismático El carisma es una atribución que las personas seguidoras realizan basándose en ciertas conductas del líder o la lideresa, estableciendo una relación emocional entre ambas partes, que enfatiza además la capacidad de trasmitir emociones de manera no verbal. Este liderazgo se asociaría con la fuente de un poder de referencia detentada por la persona líder. Para que un liderazgo sea considerado carismático, debe producir grandes efectos sobre sus seguidores y llegar a alcanzar niveles de rendimiento mucho mayores de lo esperado, aún en circunstancias adversas. La dominación carismática supone un proceso de comunicación de carácter emotivo. Las principales acciones de una persona líder que producen la atribución de carisma por parte de quienes les siguen son: Discrepancia con lo establecido y deseos de cambiarlo. Propuesta de una alternativa que ilusione y convenza a quienes les siguen. El uso de medios no convencionales e innovadores para alcanzar este cambio. Ser capaces de asumir altos riesgos personales y dañar sus propios intereses con tal de conseguir sus objetivos. Este tipo de liderazgo está compuesto por cuatro factores (Cuadrado, Isabel & otros: 2006): Carisma: es el factor más importante, y se define con la capacidad de la persona líder de evocar una visión y de lograr la confianza en sus seguidores. 35 Inspiración: es la capacidad de la persona líder para comunicar su visión. Estimulación intelectual: es la capacidad para impulsar a los miembros de su equipo a abordar los problemas de una manera diferente a la utilizada hasta entonces, y pensar de una manera innovadora y creativa. Consideración individualizada: es la capacidad de quien ejerce el liderazgo para prestar atención personal a todos los miembros de su equipo, haciéndoles ver que su contribución individual es importante. El líder o la lideresa carismática es capaz de transformar la organización o la entidad social de la que forma parte a través de cuatro etapas: La persona carismática es capaz de percibir las deficiencias en la situación existente, sentir la necesidad del cambio y formular una nueva visión. Se entiende por visión una nueva imagen del futuro de la organización formulada por quien es líder. La persona carismática es capaz de trasmitir a quienes conforman la organización la importancia de su visión y de inculcar en quienes le siguen la necesidad de cambio, siendo un buen comunicador o una buena comunicadora. La persona carismática debe ser capaz de inspirar a quienes conforman su organización una gran fe y confianza en su persona, como en la visión que sostiene. Esto puede lograrlo de varias maneras: asumiendo riesgos personales, mostrando que no hace las cosas buscando un beneficio personal, generando buenos sentimientos en las personas que le rodean, demostrando una total dedicación a la inculpación o demostrando que es él o ella quien más sabe de los asuntos relacionados con la visión (estrategia de influencia positiva). Finalmente y una vez cubiertas las etapas anteriores, una persona líder carismática consigue que su visión sea asumida por quienes conforman la organización y, a través de su ejemplo personal y de la fuerte identificación producida, logra que una persona o una multitud se adhiera con gran confianza en sí mismos/as y, en definitiva, que la visión inicial se cumpla. 36 3 El paradigma del género y las mujeres “Todo depende del cristal con el que se mire” L os estudios revisados sintéticamente revelan que existen ciertas nociones y características determinantes que han definido y definen a una persona líder o al liderazgo; no obstante, no existe un paradigma único. Asimismo, aunque no se hace explícito, es inminente que los estudios son ciegos a las diferencias individuales, grupales y contextuales. También, la mayor parte de estudios que gozan de autoridad o que son entendidos como paradigmas “universales”, “científicos” o teorías principales del liderazgo, provienen de investigaciones realizadas en las estructuras empresariales, políticas o análogas, aunque habitualmente, éstas se extiendan o incidan en las definiciones del liderazgo en un continuum de espacios. En la literatura revisada, además de entremezclarse criterios y posiciones acerca del tema, podemos advertir que, conjuntamente con el uso del lenguaje excluyente, estos estudios y teorías, a veces entendidas como generales o “universales”, se discute, analiza, conceptualiza y explica el liderazgo desde supuestos aparentemente neutros o genéricos. No se hace explícita que detrás de ellas se toma la lógica masculina como norma. Por tanto, no es posible concluir en definiciones de liderazgo para las mujeres desde premisas en las que se prescinden de ellas. Ante estas omisiones, es necesario prestar atención y revisar los enfoques teóricos y conceptuales que claramente apuesten o posibiliten la interrelación y confluencia entre corrientes. En adelante, revisaremos enfoques y estudios que incorporen y ofrezcan aportaciones desde la perspectiva de las mujeres, del feminismo y desde la Teoría de los Géneros. 3.1 Enfoque de la igualdad Según el enfoque de la igualdad, no existen diferencias fundamentales entre hombres y mujeres en cuanto a sus formas y potencialidades para liderar. De esta manera, quienes siguen esta corriente, entre ellas, Rolf Wunderer (1997)1 argumentan que ambos sexos poseen las mismas actitudes, capacidades, motivaciones y que no se dejan constatar diferencias en relación, por ejemplo, con la orientación de la carrera, las ambiciones para subir la “escalera del éxito”, los famosos soft-skills o el uso de redes. En relación a los estilos de liderazgo se demuestra, además, que tanto hombres como mujeres dicen que lideran de la manera cooperativa o, si la situación lo requiere, de la manera autoritaria.2 Estos estudios ayudan a romper con estereotipos que adjudican, valores, rasgos y/o capacidades innatas sólo a los hombres. Además, dan soporte a quienes centran las reivindicaciones en los mismos derechos para hombres y mujeres, insistiendo en la igualitaria incorporación de las mujeres en los organismos 39 públicos, el mercado laboral, etc. La principal meta de quienes se posicionan desde este enfoque sería, por lo tanto, la equilibrada representación de hombres y mujeres en puestos directivos. Entre las críticas más potentes a esta corriente destaca que ignora las amplias y sustanciales diferencias existentes entre los sexos, buscando superar algo que suele ir relacionado con ello, es decir, la implícita conservación del hombre como norma. Además, se critica que se queda en aspectos intrapersonales o de las capacidades respecto al sexo y que no se consideran otros elementos como, por ejemplo, los patrones masculinos, la cultura simbólica, las estructuras, los recursos educativos, etc., que favorecen o retraen, según a quién, para el liderazgo. 3.2 Enfoque de la diferencia Desde este enfoque, se reconoce que las mujeres pueden ejercer un liderazgo basado en nuevas formas y valores, actitudes o actuaciones diferentes a las ejercidas por los hombres. Plantean la igualdad legal y social entre hombres y mujeres, pero defienden la valoración de sus diferencias. Entre sus propuestas destacan la inclinación a la empatía, la intuición, el cuidado de los vínculos, el pensamiento en red, el trabajo en grupo, la multitarea y la preferencia para estructuras poco jerárquicas. Este enfoque concluye que el estilo femenino debe ser distinto y específico al de los hombres aunque entienden que juntos se pueden crear efectos de sinergia que son imprescindibles para satisfacer las exigencias del mundo moderno.3 La tabla 1 muestra, a modo de resumen, las diferencias entre el estilo de liderazgo masculino y el estilo de liderazgo femenino. 40 Tabla 1: El estilo transaccional versus el estilo transformacional El estilo de liderazgo: masculino/transaccional El nuevo estilo de liderazgo: femenino/transformacional Estilo competitivo y agresivo Consultan y apoyan a su equipo de trabajo Estructuras jerárquicas Estructuras poco jerárquicas El objetivo básico: competir para triunfar Objetivo básico: cooperar para lograr la calidad Evitación de emociones Las emociones son un ancla para implicar a las personas Concentración en los resultados finales Cuidado en el proceso Pensamiento racional Combinación del pensamiento racional con el intuitivo Concentrar poder en las personas elegidas Tendencia a dar poder al grupo Cauteriza las emociones Empleo de la intuición Pensamiento lineal: conciso, preciso y categórico Pensamiento en red: habilidad para hacer y pensar en varias cosas simultáneamente Fuente: Elaboración propia a partir de diversa autoría. El enfoque de un estilo de liderazgo diferente según el género recibió un fuerte ímpetu por las investigaciones de Charts (1989)4 y Rosener (1990)5 y ganó cada vez más importancia durante los años noventa. Hoy en día, se ha convertido en una corriente fuerte que remite a una serie de publicaciones, que desde distintas disciplinas se aportan al tema (por ejemplo, Loden6; Helgesen7; Peters8 o Ramos9). El punto más debatido y criticado tanto dentro como fuera de la corriente de la diferencia de género trata del “¿cómo?” y “¿por qué?” las mujeres poseen otras características diferenciales a los hombres para liderar. Así, basan sus conclusiones en resultados de la investigación cerebral, en teorías de la socialización y en estudios empíricos propios. Una obra de obligada referencia en este contexto es la de Fisher (1999) titulada El primer sexo,10 que explica, a través de un proceso evolutivo, cómo la estructura del cerebro de las mujeres se capacita especialmente para un tipo de pensamiento en red y otras características complejas que les permiten poseer una mirada diferente para cambiar el mundo. 41 La principal aportación de Fisher (1999) consiste en hacer evidente que también las mujeres son capaces de liderar, algo que durante siglos se consideraba imposible “por naturaleza”. Este enfoque contribuye al fortalecimiento de una identidad femenina que facilita su posicionamiento a la hora de negociar y conquistar sus derechos. Así, quienes se inscriben en el enfoque de la diferencia se esfuerzan por el reconocimiento de los valores cultivados y los talentos históricos de las mujeres, así como por impulsar cambios necesarios en las organizaciones (modelos de trabajo más flexibles, políticas de la conciliación de la vida familiar con la vida laboral, estructuras menos jerárquicas, etc.). Las críticas poco rigurosas hacia esta corriente se asientan en su defensa de que los talentos históricos de las mujeres serían provenientes, entre otros, de su “naturaleza” materna por lo que con este tipo de argumentos contribuyen a la creación de estereotipos de género como el de la mujer-madre; y además objetan que se simplifica el debate de género y extraen interpretaciones esencialistas de los estudios. Asimismo, que se basa en argumentos socio-biológicos y cae en la paradoja de querer elogiar las capacidades de cuidado femeninas, vinculándolas incluso con la maternidad sin resolver las fronteras que apartan a las mujeres que lo asumen del éxito laboral y la gratificación económica. Evidentemente, con esta exaltación centrada en la maternidad se estaría dejando fuera a las mujeres que han aceptado la maternidad como una opción libre y personal. 3.3 El ecofeminismo crítico El Ecofeminismo es una corriente, según Alicia Puleo (2011), que vincula al feminismo la responsabilidad ecológica para el siglo XXI. Su teoría no presenta a las mujeres como “seres más naturales” que los hombres. Propone un ecofeminismo que no reniegue de las conquistas del feminismo ni apele al misticismo pero ligándolo con las prácticas ecológico-ambientales propias de las exigencias del mundo actual. Forja una propuesta basada en aspectos que en nuestras sociedades occidentales urbanizadas generalmente pasan desapercibidos y que se ligan a la Soberanía Alimentaria, como es la denuncia del capitalismo y la agroindustria, que anteponen la especulación y el beneficio económico sobre el bienestar de las personas, los pueblos y el medio ambiente. En ese sentido, se denuncia el uso de transgénicos y los efectos de los agrotóxicos y otros productos químicos que atienden a los intereses de los mercados y las grandes compañías, y lo relacionan con los efectos sobre la salud de las personas, así como la aparición de cánceres ginecológicos y del síndrome de hipersensibilidad química múltiple, que tanto están afectando a las sociedades occidentales, de manera especial a las mujeres embarazadas. Sus aportaciones buscan visibilizar el protagonismo de las mujeres en una gran variedad de acciones inspiradas por el pensamiento y el sentimiento de una 42 gran variedad de acciones inspiradas por el pensamiento y el sentimiento de una continuidad entre lo humano y la naturaleza. Reconoce la energía puesta por las mujeres en el cultivo de la tierra, en la defensa compasiva de los animales, en el cuidado del medio ambiente y con este tipo de prácticas invitan a reflexionar y reconocer otras premisas o perspectivas de análisis de liderazgo, así como a ocuparnos y profundizar en variables vinculadas al “liderazgo comunitario”, habitualmente poco conceptualizado. Advierte sobre el necesario papel activo y protagonista que deberán tener las reivindicaciones ecológicas con respecto al enfoque feminista en el presente y en el futuro. El ecofeminismo acepta los beneficios del conocimiento científico y tecnológico, como también propone María Dolores Villuendas (2007)11, siempre que éste se acompañe del control y prudencia de las actitudes depredadoras y esquilmadoras de las formas y modelos de vida consumistas. Fomenta la universalización de los valores de la ética del cuidado, exigiendo previamente una mirada crítica hacia las relaciones de poder que se resisten a exigir, enseñar y compartir actitudes, roles, virtudes y beneficios con las identidades masculinas y la cultura en su conjunto, evitando hacer de las mujeres las esforzadas “salvadoras del planeta”. Propone un aprendizaje intercultural sin menoscabo de los derechos humanos, la compasión y la justicia hacia todos los seres vivos que comparten el planeta. Este enfoque teórico plantea también una interculturalidad y no un multiculturalismo indiscriminado. Esto significa que debemos evitar la idealización de las sociedades, pues advierte que todas las culturas tienen tanto aspectos positivos como negativos y todas pueden aprender de las demás. Los criterios de comparación para mejorar han de ser la justicia, la igualdad, la sostenibilidad, los derechos humanos, con especial atención al derecho de los menos atendidos, ya sean las mujeres, la infancia, los mayores y los animales; es decir, aquellos que hayan sido los más ignorados transculturalmente. Se subraya, además, que es imprescindible que la educación trabaje con un concepto que integre valores no violentos y que forme en el sentir y las experiencias históricas de las mujeres, tan a menudo silenciadas. Considera que la puesta en práctica de un feminismo ecologista es una asignatura educativa pendiente. El ecofeminismo también reivindica la igualdad y la autonomía de las mujeres, con particular atención en el reconocimiento de todos los derechos, y la lucha por construir una cultura ecológica de la igualdad que favorezca el cambio hacia un mundo mejor. 43 3.4 Enfoque deconstructivista Desde el enfoque deconstructivista, la realidad es un constructo al igual que las identidades sexuales, es decir, el sistema binario de sexo y género (Butler; Derrida; Foucault). El enfoque deconstructivista pretende deconstruir o disolver esta dicotomía de hombre-mujer / masculino-femenino a través de re-construir las convenciones que asignan ciertas características y formas de hábito a un determinado sexo. La condición para la deconstrucción y la disolución de los constructos sociales existentes es el descubrimiento de modelos y concepciones que permiten descifrar las prácticas de la construcción de la realidad, lo que incluye la escenificación de las identidades sexuales.12 Es, entonces, la evidencia y la claridad de las identidades sexuales de hombre y mujer lo que desde el enfoque deconstructivista, se pretende disolver argumentando que, en realidad, las formas de feminidad y masculinidad no son dicotómicas, sino múltiples y que existirían más de dos sexos13. Por ello, se enfocan en los discursos, estructuras, mecanismos, etc. que mantienen el sistema binario de sexo y género con la meta final de sustituirlo por un constructo más cercano a las identidades sexuales múltiples. La perspectiva de análisis del enfoque deconstructivista consiste, por lo tanto, no en las diferencias entre los sexos (que buscan destacarlas), sino en la propia “construcción” de dichas diferencias. Se subraya que no se trata de poner en relieve que existen menos mujeres en puestos directivos que hombres, sino de descifrar cuáles son las restricciones que limitan el liderazgo femenino. Según el enfoque deconstructivista, no son las competencias ni las ambiciones las que pueden servir como explicaciones, ya que muchas mujeres o personas con identidades múltiples están bien calificadas y quieren hacer carrera, igual que los hombres. Argumenta, más bien, que las restricciones son construcciones sociales que sistemáticamente frenarían u obstaculizarían el acceso de las mujeres a los puestos directivos. Es más, que entre esos obstáculos se encuentra la necesidad de asignar una importancia a las categorías de clase y etnia, haciendo visibles las diferencias entre mujeres y señalando las conexiones entre las distintas dominaciones. En este contexto identifican fenómenos como el techo de cristal, federaciones de hombres (espacios homo-sociales que excluyen a las mujeres como miembros de lo “otro”) o el Tokenism, práctica de utilizar un miembro de los grupos discriminados para representar a todos los miembros de ese grupo, eliminando así la necesidad de cuestionar asuntos relativos a su acceso, discriminación, etc.14 En resumen, aplicando el enfoque deconstructivista respecto al tema del liderazgo femenino y liderazgo masculino, éste implica una perspectiva que produce y reproduce la dicotomía hombre-mujer a nivel semántico. 44 Las aportaciones del enfoque deconstructivista a una parte de la construcción y deconstrucción de los conceptos tradicionales de hombres y mujeres son, sobre todo, la desacreditación de conceptos androcéntricos, excluyentes y universalizadores en los cuales explícita o implícitamente se basan otras teorías, así como la reflexión crítica a términos como identidad, cultura o naturaleza. Además, el deconstructivismo se entiende como una llamada para liberarse de las asignaciones relacionadas con el sexo y para vivir la identidad sexual queer (por ejemplo gays, lesbianas y transexuales) bajo nuevas alternativas a las que impone el orden establecido.15 Entre sus críticas se encuentran el reproche de entregar el sujeto femenino, aunque existen experiencias universales que sufren por su sexo (por ejemplo la violencia de género, el feminicidio, etc.), la individualización y el aislamiento relacionado con dicha entrega que despolitiza al grupo de las mujeres. También se critica que el enfoque deconstructivista ignora en sus análisis las relaciones de poder. 45 4 Reflexiones finales Reflexiones finales Algunas de las teorías y corrientes clásicas sobre el liderazgo han analizado éste como una forma de estructurar y controlar por parte de la persona líder los desempeños realizados por quienes son consideradas como personas subordinadas. Con frecuencia, estas perspectivas y formas de actuar venían, y vienen, caracterizadas por un desequilibrio de poder a favor de la persona líder, quien tenderá a comportarse de un modo oportunista y habitualmente atenazando las competencias socioemocionales. Esta situación se traduce en insatisfacción y sentimientos conflictivos que en la mayoría de los casos desembocan en ineficiencias en las relaciones personales, sociales y laborales. No obstante, en los últimos años se está produciendo un cambio de tendencias en las formas de entender el liderazgo y cada vez es mayor el interés por desarrollar competencias para gestionar las emociones como condición previa para liderar entornos. De esta forma se insiste en la importancia de promover vínculos y relaciones más equilibrados entre las partes, personas líderes sobre las que se tiene influencia. Por ello, algunas corrientes de pensamiento que analizan el liderazgo femenino empezaron a prestar más atención a la forma de ejercer éste buscando no sólo mejorar la posición competitiva de quien lidera, sino priorizando el desarrollo de ventajas asociativas de cada cual para influenciar de manera evidente en las formas de pensar, en las emociones y las conductas de otras personas. Se entiende que sólo a través de estas asociaciones o relaciones colaborativas el liderazgo resulta más efectivo; de ahí la importancia de una adecuada gestión de estas relaciones y de la estructura organizativa imperante. Se tiende así a innovar con estructuras organizativas más horizontales, donde se asumen las diferencias y el liderazgo se acepta, pero éste se ejerce en relaciones que se entienden más equilibradas e interdependientes. Las organizaciones actuales deberán responder a un nuevo paradigma identificando y gestionando las competencias socioemocionales, como si se tratara de un bien tangible. Las personas líderes deben identificar y gestionar la jerarquía de otra manera y, más bien, generar sentimientos de pertenencia. Así crearán organizaciones emocionalmente sostenibles, en detrimento de las tradicionales relaciones desequilibradas y dependientes. Esto hace que el ejercicio del liderazgo se perciba de forma positiva y se traduzca en colaboración y cooperación entre las partes. Permite también desarrollar relaciones más estables basadas en la satisfacción, la confianza y el compromiso. Estas corrientes apuestan, por tanto, por el ejercicio de un liderazgo no coercitivo que no genere rechazo, sino que a consecuencia de la visión clara que se trasmite se consiga una implicación y una participación más activa. Se evoluciona así hacia modelos de relación basados en el intercambio de información, la aceptación de la experiencia de la lideresa y las acciones que 49 inspiran a las personas y cohesionan los grupos antes que usar el castigo. Todo ello redundará en un refuerzo y respaldo de un estilo de liderazgo que se aparta cada vez más de la replicación de modelos tradicionales masculinos. Es más, tras la revisión de las principales aportaciones teóricas sobre el liderazgo, provenientes de la literatura feminista o teoría de los géneros, podemos considerar que las premisas de la llamada “literatura clásica” no resultan muy útiles para analizar los liderazgos de las mujeres, dado que éstas están construidas desde la identidad y cultura masculina. De la misma forma, en casos en los que se intenta analizar a la mujer como sujeta de estudio, éstos lo hacen desde rasgos masculinos preestablecidos, es decir, sin reconocer la existencia de diferencias en la identidad y cultura histórica de las mujeres. A diferencia de la “literatura clásica”, los estudios de liderazgo basados en la teoría feminista y de género han mostrado una especial preocupación por descifrar y deconstruir la aparente neutralidad del liderazgo. Han profundizado y puesto en evidencia que en el poder configurado desde una perspectiva androcéntrica el sujeto masculino es quien crea realidad y las premisas para el liderazgo y cómo en este entorno las mujeres difícilmente encajan o, producto del sabotaje que reciben, se mueven con identidades asignadas lejanas a su cuerpo y su alma. Asimismo, observamos que tanto la literatura clásica, como muchos de los estudios que introducen la perspectiva de género, nos ofrecen nuevas tipologías y distinciones del liderazgo apoyándose en estudios provenientes de “Occidente”, siguiendo la tendencia de vincularse a las estructuras empresariales o políticas (“públicas”), lo que desde nuestro punto de vista constriñe sus propuestas. En este sentido, coincidimos con Alicia Puleo en que hace falta considerar las aportaciones o experiencias desde una mirada más integral y compleja, ver o conceptualizar la realidad desde un continuum de espacios y contextos culturales. Esto permitiría ampliar el espectro, enunciados, tipologías y hacer que éstas dejen de ser ciegas a modelos como el liderazgo comunitario, proveniente de las mujeres “multiplicadoras” o “extensionistas” de Latinoamérica. Aunque en las teorías estudiadas no se profundiza suficientemente el contexto económico, político, social y familiar en el que se desenvuelven las mujeres referentes, algunas autoras destacan la importancia de estos factores, ya que todos juntos conforman una especie de “biografía” en el desarrollo del liderazgo femenino y el ascenso de las mujeres al poder. De esta forma plantean la necesidad de considerar las propias diferencias entre mujeres. Dicho de otro modo, proponen analizar en qué medida el liderazgo puede ser concebido y conceptualizado sólo desde biografías y recorridos de determinadas mujeres y, tras su repaso, llegar a conclusiones generalizables. 50 En tal sentido, consideramos necesario realizar un análisis holístico (Puleo, 2011) que haga visibles las variadas formas de liderar que aportan las mujeres de diferentes contextos culturales. Por tanto, podríamos señalar que la conceptualización del liderazgo de las mujeres tiene que ver, más bien, con la profundización minuciosa de estudios que nos permitan redefinir las nociones que se tienen hasta ahora en la literatura y ampliar las perspectivas sobre el tema, recuperando saberes y experiencias de liderazgo de una gran diversidad de mujeres del planeta. Quizá, estamos ante un fenómeno que exige abrir los horizontes y entendimientos de un liderazgo que por “naturaleza” o habilidad potenciada, reconoce únicamente a una minoría de personas (que habitualmente son las que se encuentran ejerciendo el “poder”), para pasar al reconocimiento de las potencialidades de una mayor diversidad de personas líderes en todas las sociedades, ya que con ello éstas podrían liderar sus propios procesos vitales si cuentan, claro está, con los recursos y las oportunidades que posibiliten ese ejercicio y ese derecho. 51 5 Glosario ABEJA REINA: Se denomina así a aquellas mujeres que, habiendo alcanzado puestos elevados en la dirección de una organización, no sólo no apoyan, sino que obstaculizan el acceso de otras mujeres a esos puestos. ALIANZAS RUINOSAS: Término usado por Celia Amorós para referirse a la larga experiencia histórica en las que las mujeres contribuyeron generosamente a otras causas distintas a las propias, sin obtener por ello ningún reconocimiento. Desde este tipo de prácticas, cada vez que el feminismo abraza una causa, esa causa trata de absorber toda su energía reduciendo el problema de las mujeres a una cuestión secundaria e irrelevante frente a lo que se considera el problema principal, sea este la aristocracia, el esclavismo, el capitalismo, etc. Así, las reivindicaciones de las mujeres siempre pasan a ser temas, sin atención especial y con lógicas que suponen atención por efecto automático de los cambios generales. Androcentrismo: Consiste en considerar al varón, y no a la persona, como la medida de todas las cosas. Enfoque de un estudio, análisis o investigación desde la perspectiva masculina únicamente y la utilización posterior de los resultados para la generalidad de “los individuos”: hombres y mujeres. Este enfoque unilateral ha sido aplicado sistemáticamente por los científicos, lo cual ha deformado ramas de la ciencia tan importantes como la Historia, Etnología, Antropología, Medicina y la Psicología, entre otras. ANILLO DE DIAMANTES: Metáfora que expresa la dificultad o imposibilidad de las mujeres para acceder a los círculos, cúpulas o “anillos de poder” donde se toman las decisiones y se aplican los criterios de acceso de las personas a las posiciones más elevadas del poder. Se produce así una exclusión de las mujeres de los circuitos no formales del poder (redes informales), sobre todo en las instancias más elevadas: las poquísimas personas —generalmente varones— que adoptan decisiones en almuerzos de trabajo, tomando una copa o jugando al golf, en circuitos regidos por criterios de exclusión de las mujeres y por una cultura de la fraternidad, del pacto entre caballeros, conforman ese “anillo de diamantes”, prácticamente impenetrable para las mujeres.16 Autonomía: La autonomía implica soberanía. En primera instancia soberanía sobre nosotras mismas, sobre el sexo al que pertenecemos. Es necesario adquirir la facultad personal y social de la autonomía y poder construir sujetos soberanos con capacidad de elección y de cara a la disyuntiva vital. Los seres autónomos no aceptan condiciones de sumisión, ni imponen condiciones de dominio. Así rompen la dinámica de las relaciones perversas de poder, el de controlar e invadir la vida del otro próximo; que no necesita ni siquiera acreditar el mérito de ser objetivamente mejor o de servir más. Entre seres autónomos se establecen condiciones 55 de partida para negociar y pactar, porque cada quien conoce y respeta el espacio ajeno “reconociendo al otro como un legítimo otro” semejante y libre como yo (Elena Simón. Democracia Vital. Editorial Nancea, 1999, Pág. 189). Autoestima: Marcela Lagarde la define como el conjunto de experiencias subjetivas y de prácticas de vida que cada persona experimenta sobre sí misma. En la dimensión subjetiva intelectual, la autoestima está conformada por los pensamientos, los conocimientos, las dudas, las elucubraciones y las creencias acerca de una misma, pero también sobre las interpretaciones que elaboramos sobre lo que nos pasa o hacemos que suceda. Es una conciencia del ‘yo’ y del mundo marcada por la relación que tenemos de nosotras mismas a partir de las condiciones del género. Barreras invisibles: Actitudes resultantes de las expectativas, normas y valores tradicionales que impiden la capacitación de las mujeres para los procesos de toma de decisiones y, por tanto, para su plena participación en la sociedad. Cadenas globales de cuidados: Son cadenas de dimensiones transnacionales que se conforman con el objetivo de sostener cotidianamente la vida, y en las que los hogares se transfieren trabajos de cuidados de unos a otros sobre la base de ejes de poder, entre los que cabe destacar el género, la etnia, la clase social y el lugar de procedencia. Capacitación: Proceso de acceso a los recursos y el desarrollo de capacidades personales para poder participar activamente y modelar la vida propia, así como de la comunidad en términos económicos, sociales y políticos. Capoeira Político: Término utilizado por Saskia Sassen para referirse a la acción o acciones profundamente políticas, pero con un vocabulario que no es el acostumbrado. Implica: saber valerse de una acción profundamente política, pero con una terminología que no es la acostumbrada. A través de este tipo de acciones las mujeres pueden empoderarse y convertirse en actoras políticas formales que ejercen su ciudadanía. La autora reconoce que las mujeres ya lo practican, es decir, saben danzar este arte marcial de combate camuflado como danza inofensiva para el impulso de la “informalidad política y producir nuevas actoras sociales”. Su lógica es salir del pedido formal al poder basado en la dialéctica amo/a-esclava con tácticas de desestabilización del poder. (Ejemplo: Abuelas de la Plaza de Mayo). 56 Conciliación del trabajo y la vida familiar: Introducción de sistemas de permiso por razones familiares y de permiso parental, de atención a la infancia y a personas de edad avanzada. Creación de una estructura y organización del entorno laboral que facilite a hombres y mujeres la armonización del trabajo productivo y las responsabilidades familiares, así como del hogar. Cultura: Es un sistema de orientación para una sociedad o un grupo. Contiene todas las formas, los modelos o los patrones —explícitos o implícitos— a través de los cuales ese grupo se manifiesta. Déficit democrático con relación al género: Es el efecto provocado por una participación política desequilibrada entre hombres y mujeres, lo que repercute en una disminuida legitimidad democrática. Discriminación: Trato desfavorable que provoca expulsión, anulación o invisibilidad... ... en base a la identidad de género. (Discriminación de género). ... en base a alguno de los motivos expresamente prohibidos por el ordenamiento jurídico. (Discriminación directa). ... originado por el establecimiento de condiciones aparentemente neutrales. (Discriminación indirecta). Diversidad: En el contexto cultural, se refiere normalmente a la preservación de culturas que coexisten en un área geográfica o una sociedad. Se contrapone, por ende, a la idea de la estandarización cultural. División del trabajo (en función del sexo): La división del trabajo remunerado y no remunerado entre hombres y mujeres, tanto en la vida privada como en la vida pública, en función de los roles que tradicionalmente se les han asignado. Ecofeminismo crítico: Corriente feminista planteada por Alicia Puleo, mediante la cual busca analizar las doctrinas y prácticas opresivas tanto de los patriarcados tradicionales como de los contemporáneos, a partir de la revisión de la tradición emancipatoria ilustrada. Reivindica la igualdad y la autonomía de las mujeres, con particular atención al reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos. Acepta 57 los beneficios del conocimiento científico y tecnológico siempre que éste se acompañe de suma prudencia y actitud vigilante. Fomenta la universalización de los valores de la ética del cuidado, evitando hacer de las mujeres las esforzadas “salvadoras del planeta”. Propone un aprendizaje intercultural sin menoscabo de los derechos humanos de las mujeres y afirma la unidad y continuidad de la Naturaleza desde el conocimiento evolucionista y la exigencia de compasión y justicia hacia todos los seres vivos y el uso controlado de los recursos naturales. Empoderamiento: Empoderamiento es un proceso por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concienciación de las mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia para las interacciones sociales. Es un proceso para cambiar la distribución del poder, tanto en las relaciones interpersonales como en las instituciones de la sociedad. El proceso de empoderamiento necesita del conocimiento y desarrollo: Componente cognitivo. Comprensión de las mujeres sobre su situación de subordinación, así como las causas de ésta en los niveles micro y macro de la sociedad y la necesidad de tomar decisiones. Componente psicológico. Desarrollo de sentimientos que las mujeres pueden poner en práctica a nivel personal y social para mejorar su condición, así como la creencia de que pueden tener éxito en sus esfuerzos por el camino. Componente político. Se traduce en la necesidad de afrontar aquellos problemas que nos afectan directamente y que históricamente han sido ignorados por el estatus que ello implica. El empoderamiento es la presión para incorporar la perspectiva de género en la legislación y la transformación de la sociedad hacia relaciones más igualitarias. Enfoque deconstructivista: Argumenta que tanto el sexo como el género, son construcciones sociales y rechaza el sexo como unidad de clasificación, poniendo en duda el sistema binario de sexo/género. A pesar de centrarse en las dualidades hombre/mujer y masculino/femenino, se centra en la diferencia entre los humanos y aboga por la ‘fundición’/‘deconstrucción’ de las identidades sexuales supuestas. De esta manera, asume que hay tantas identidades como humanos y que no sólo existen dos, sino varios sexos distintos. La autora más vinculada en el enfoque deconstructivista es la estadounidense Judith Butler. Estereotipos: Son el conjunto de ideas simples, pero muy arraigadas, en la conciencia colectiva y que escapan del control de la razón. Los estereotipos determinan cuáles deben ser los comportamientos y actitudes correctas o incorrectas de mujeres y de hombres, construyendo así una personalidad de una forma unidireccional. 58 Estereotipo de género: Se refiere al conjunto de creencias compartidas socialmente acerca de las características que supuestamente poseen hombres y mujeres. Los estereotipos de género permiten explicar y justificar por qué las mujeres no son promovidas a posiciones directivas de poder y prestigio organizacional. Etnocentrismo: Se refiere a la actitud de analizar el mundo de acuerdo con los parámetros de la cultura propia. Eso suele implicar la elevación del propio grupo y el desprecio por todo lo que varía de lo conocido. Exclusión: Es un proceso social que supone eliminar o quitar a una persona, o grupo de personas, sus derechos y oportunidades laborales, económicas, políticas o culturales. Dicho proceso social de separación y distanciamiento puede tener diferentes causas y manifestaciones. Feminismo y Feminización: Feminismo es el movimiento social de tendencia igualatoria que reivindica los derechos de las mujeres para alcanzar una nueva organización social y un sistema de relaciones entre personas, basado en el desarrollo de actitudes de respeto, igualdad, corresponsabilidad y solidaridad entre las personas. Feminización es la tendencia al aumento de la incidencia y prevalencia de algo especifico entre las mujeres. Feminismo de la igualdad: Argumenta que existe una igualdad básica entre mujeres y hombres (universalismo) y que la feminidad y la masculinidad son, sobre todo, construcciones socioculturales que contribuyen a la subordinación de la mujer (constructivismo). Por tanto, las diferencias entre mujeres y hombres no son genéticamente condicionadas, sino el resultado de las estructuras de poder social y de la socialización de los humanos (sistema sexo/género como enfoque analítico). Las reivindicaciones centrales del feminismo de la igualdad son el acceso y la participación de las mujeres con los mismos derechos en el ‘mundo’ público (por ejemplo, a través de cuotas). Corrientes que se basan en el feminismo de la igualdad son: feminismo liberal, feminismo socialista y feminismo radical. Feminismo de la diferencia: Argumenta que existe una diferencia fundamental e insuperable entre los sexos, independientemente de la cultura y del tiempo. Que, por naturaleza, todas las mujeres (y todos los hombres) tienen características innatas e invariables en común (esencialismo). Está caracterizado sobre todo por su lucha por el 59 reconocimiento de las capacidades y trabajos femeninos y por el ámbito de la fecundidad/maternidad. A nivel político-público, aboga por espacios para las mujeres fuera de las estructuras ya establecidas (como, por ejemplo, cafés o centros de salud para mujeres). Otras corrientes del feminismo de la diferencia son el feminismo cultural y el eco-feminismo. FRONTERA DE CRISTAL: Metáfora que expresa la exclusión de las mujeres, especialmente en las empresas europeas, de los cargos directivos internacionales (líderes expatriadas) debido principalmente a: 1) La asunción de que las mujeres simplemente no desean ser directivas expatriadas, por los conflictos de conciliación trabajo-familia que comporta. 2) Algunas empresas se niegan rotundamente a enviar (expatriar) a mujeres al extranjero porque dudan de su competencia o temen por su seguridad física. 3) Muchas empresas creen, erróneamente, que en esos países extranjeros se tienen prejuicios en contra de las mujeres directivas expatriadas. Género: La Organización de Naciones Unidas (ONU), en los trabajos preparatorios de la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres, celebrada en Pekín en septiembre de 1995, adoptó oficialmente la definición de género como una herramienta de análisis de la realidad de todas las mujeres. El género es “la forma en que todas las sociedades del mundo determinan las funciones, actitudes y relaciones que conciernen al hombre y a la mujer”. Mientras que el sexo hace referencia a los aspectos biológicos que se derivan de las diferencias sexuales, el género es una definición de las mujeres y de los hombres, construida socialmente y con claras repercusiones políticas. Género y Sexo: El sexo identifica la diferencia biológica entre mujeres y hombres. El género identifica las relaciones sociales entre ellos. Por lo tanto, se refiere no a hombres y mujeres, sino más bien a la relación entre ellos y la manera en que dicha relación se construye socialmente. Las relaciones de género son específicas a cada contexto y a menudo cambian como respuesta a las circunstancias (por ejemplo, a las relaciones de poder). Sexo. Características biológicas de las personas, viene determinado por los genes. Género. Características sociales aprendidas y, como tales, se pueden cambiar. (Moser, Carolina O. N. Gender Planning and develpment: Theory, practice and trainingE-bsp. Routledge. New York, 1993). 60 Ghetto de terciopelo: Se habla del ghetto de terciopelo para identificar áreas de desempeño profesional y ocupacional que incrementan su población femenina o se “feminizan” con una consecuente disminución de la calidad, salarios y condiciones de trabajo y posibilidades de ascenso a posiciones ejecutivas.17 Igualdad de Género: Implica la igual valoración social de mujeres y de hombres, así como el reconocimiento de las tareas y funciones que ambos realizan. Este concepto presupone la ausencia de cualquier tipo de jerarquía de un sexo sobre otro, así como la plena participación de mujeres en todos los ámbitos de la sociedad: público, laboral y privado. Desde un punto de vista jurídico, la igualdad de género forma parte consustancial de los derechos humanos y es un eje fundamental de cualquier ordenamiento democrático. Igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres: Ausencia de toda barrera sexista para la participación económica, política y social. Igualdad legal: La igualdad jurídica responde a la voluntad de adecuar legislativamente el principio de no discriminación por razón de sexo entre hombres y mujeres. Se trata de igualdad formal. Impacto diferenciado por sexo: Resultados de las actividades que tienen un efecto diferenciado sobre la vida de mujeres y hombres. La impostura femenina: Se trata del miedo de las mujeres a mostrar su identidad, porque ello podría suponer el rechazo de aquellos que no pertenecen a su target (entidad). Especialmente, en el ámbito laboral o político: fingir la identidad con apariencia de verdad; la imitación a los hombres. Es la construcción de estereotipos por el deseo de responder a cómo son vistas las mujeres según la mirada masculinizada. Líder: Persona a la que un grupo sigue, reconociendo la autoridad. Liderazgo: Es una función de grupo y está relacionado con las esferas del poder, la influencia y la autoridad. Es un proceso de influencia entre la persona líder y quienes les 61 siguen en el que ambas partes crean y comparten una atmósfera común del grupo: confianza mutua, equidad e información. Por tanto, se trata de un proceso recíproco. Liderazgo transaccional: Se basa en la interpretación clásica de la delegación orientada hacia las metas y las tareas. Contiene dos factores fundamentales: 1. Management-by-Exception (a la persona líder le importa mucho corregir los errores de sus empleados y empleadas). 2.El principio del Contingent Reward (la persona líder recompensa a sus empleados y empleadas cuando cumplen una tarea concertada). También tiene en cuenta las necesidades y las metas de las personas lideradas definiendo claramente los fines y las condiciones favorables de la situación —como estímulos basados en recompensas—, para la obtención de metas. Liderazgo carismático: Personas líderes que poseen visiones de futuro y, a través de su energía y visión personal, inspiran a las personas que les siguen y tienen un impacto importante en sus organizaciones. Lideresa: Directora, jefa o conductora de un partido político, de un grupo social o de otra colectividad.18 Machismo: Recurriendo nuevamente al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontraremos que “machismo” es un término que se define como la “actitud de prepotencia de los varones respecto a las mujeres”. Aunque se suelen utilizar como términos opuestos con el feminismo, éstos no tienen correlación. Tal y como aclara Amelia Valcárcel, el feminismo no es un machismo al revés, sino que es absolutamente contrario al machismo. La verdadera razón del machismo es la propia jerarquía sexual, no algunas de sus indeseables consecuencias. Es importante aclarar esta diferenciación, porque coloquialmente muchas personas contraponen el término ‘feminismo’ a ‘machismo’, queriendo hacer referencia a la intención de la revancha o superioridad de derechos de las mujeres, desvalorizando el contenido, fines y medios del movimiento feminista. El machismo comporta actitudes de violencia y desprecio hacia las mujeres, mientras que el feminismo se propone acabar de raíz con las jerarquías sociales y liberar a la humanidad de todo tipo de injusticias y heterodesignaciones. ‘Mainstreaming’: Se formula como una estrategia que sitúa las cuestiones sobre igualdad entre los géneros en el centro de las decisiones políticas más importantes, de las 62 estructuras institucionales, de la asignación de recursos más relevantes, incluyendo los puntos de vista y prioridades de hombres y mujeres en la toma de decisiones sobre los procesos y objetivos de desarrollo. Mujeres en el desarrollo (MED): Es un término desarrollado durante los años setenta del pasado siglo. Incluye los enfoques de equidad, ‘antipobreza’ y eficiencia. Su objetivo es la mejora de la condición de las mujeres sin cuestionarse el modelo de desarrollo existente, ni las relaciones de género. MUJER TOKEN: El “tokenismo” es la práctica de utilizar una persona representante de los grupos discriminados para representar a la totalidad del grupo, eliminando así la necesidad de cuestionar asuntos relativos a su acceso, discriminación, etc. En el caso de las mujeres y la dirección, esto se materializaría con la participación simbólica de las mujeres en los órganos de decisión. Muro de palabras: Aparte del “techo de cristal” y el “suelo pegajoso”, otra autora, Deborah Tannen, ha señalado la existencia de un “muro de palabras” como responsable, en gran medida, de los obstáculos al liderazgo y al ascenso. El “muro de palabras” se concreta en los diferentes estilos de comunicación y conduce a que las formas en las cuales las mujeres se expresan, las hagan lucir menos valiosas, menos preparadas, menos aptas o menos competentes para el ascenso, dado el dominio de las pautas masculinas.19 NECESIDADES ESTRATÉGICAS: Son aquellas descritas por las mujeres como las causantes de su situación de subordinación en la sociedad y cuyo cumplimiento se verá acompañado a largo plazo por el “empoderamiento” de las mujeres. Representan lo que éstas requieren para poder mejorar su posición o status en la sociedad. Necesidades prácticas de género: Son las necesidades de las mujeres como actoras de roles predeterminados por la sociedad y como responsables de ciertas cargas y obligaciones sociales preestablecidas, destinadas básicamente a la familia inmediata y la comunidad local. Paradigma: Teóricamente se definiría un paradigma como un modelo, un esquema formal, que se determina en unos límites o teoría. 63 Pared de cristal: La “pared de cristal” aparece como uno de los soportes del famoso “techo de cristal” y está representada por las prácticas de discriminación indirecta que impiden a las mujeres transitar las vías o corredores establecidos en la línea de mando que las conducirían a los roles y posiciones de liderazgo. Se trata de una práctica clara de segregación laboral. Son excluidas por paredes normativas invisibles, enclaustradas, segregadas, colocadas en esos claustros (clusters) de participación no directa como los que representan las secciones de staff de las organizaciones.20 Participación equilibrada de mujeres y hombres: Reparto de las posiciones de poder y toma de decisiones (entre el 40% y el 60% por sexo) entre mujeres y hombres en todas las esferas de la vida, que constituye a una condición importante para la igualdad entre mujeres y hombres así como para contribuir al desarrollo social y cultural. Reproducción homosocial: Término acuñado por Kanter (1977) para hacer referencia a quienes toman las decisiones claves en determinadas organizaciones, incurriendo en prácticas que promueven y evalúan favorablemente a las personas con características similares a ellas mismas. Tradicionalmente, dar los mejores puestos a los hombres. PERSPECTIVA DE GÉNERO: Consiste en el compromiso institucional para modificar la condición y posición de las mujeres y lograr así un sistema sexo-género más equitativo, justo y solidario entre hombres y mujeres. Precipicio de cristal También conocido como “Acantilado de Cristal”, es la metáfora que evidencia que en ocasiones se nombra a mujeres para cargos de responsabilidad en los consejos de administración cuando existe una situación de inestabilidad y malos resultados en la empresa y es necesario que el accionariado perciba un cambio radical de rumbo en su estrategia. Se emplea una u otra expresión para referirse a esa situación resbaladiza que, de generalizarse, podría resultar peligrosa para la carrera profesional de aquellas mujeres que superen el “techo de cristal”, pero que después caigan desde ese “acantilado” y queden marcadas por haber dirigido una compañía con malos resultados, aunque éstos no tuvieran inicio durante su gestión. POSICIÓN DE LAS MUJERES: Hace referencia a las características socio-económicas que configuran los niveles materiales de vida, determinando la discriminación de las mujeres en relación a los hombres. Trabajar sobre la posición de las mujeres significa 64 introducir cambios en las estructuras y factores que determinan esa desventaja, y la desigualdad de oportunidades dentro de la sociedad. RELACIONES DE GÉNERO: Manera en que la cultura define los derechos, responsabilidades y las identidades de las mujeres en relación con los hombres. REDES TRENZADAS: Se refiere a los nodos configurados para el favoritismo endogrupal. Tradicionalmente, los lugares “masculinizados” en los que se pueden generar informaciones relevantes y se pueden tomar decisiones importantes. Se trata de estrategias sutiles, solapadas y, en muchos casos, inconscientes, que sustentan el apoyo de miembros de un determinado grupo. Refuerzan las expectativas de adecuación respecto a la capacidad masculina; generando mecanismos de selección apropiados y pensados para hombres, potencian el apoyo informal hacia quienes aspiran a la dirección y desaniman habitualmente a las mujeres que no pertenecen a su red para que no se interesen por el puesto, pues les advierten que ello conlleva riesgos y dificultades. RESISTENCIA: Es una actividad social de validación y creación de identidades. Protegidas por la comunidad o grupo, las mujeres pueden ser ellas mismas y sentirse liberadas y auténticas y empezar a disentir desafiando los relatos que han falseado y acallado su voz. ROL: Conjunto de funciones, tareas, responsabilidades y prerrogativas que se generan como expectativas y/o exigencias sociales y subjetivas: es decir, una vez asumido el rol por una persona, la gente en su entorno exige que lo cumpla y pone sanciones si no lo hace. La misma persona, generalmente, lo asume y a veces construye su psicología, afectividad y autoestima en torno a él. Roles de género: Es el conjunto de tareas y funciones que realizan mujeres y hombres según lo que cada sociedad les asigne. Sus comportamientos y conductas se aplican artificialmente como un cliché, en función del sexo de las personas. Así, tradicionalmente el rol femenino atribuye a las mujeres el cuidado de la familia y de los afectos, confinándolas al aspecto doméstico y obstaculizándoles el acceso al espacio público, donde tienen lugar las decisiones políticas y económicas. Los hombres, sin embargo, ocupan el espacio público, considerado socialmente como el único productivo y en el que se desarrolla la actividad laboral y social. En contraposición, se les priva de participar en los cuidados, los afectos y la vida familiar. 65 De generación a generación y de un lugar a otro, tareas que están en un sitio íntimamente ligadas a los hombres, en otro son realizadas por mujeres. Por ejemplo, en América del Norte se supone que los agricultores son hombres, pero en África la mayor parte de la producción de alimentos proviene del esfuerzo realizado por mujeres. Es importante comprender que estas variaciones se dan entre países, pero también dentro de los mismos países, entre regiones o grupos culturales y clases sociales. De tiempo en tiempo, nuestros propios roles cambian a medida que abandonamos nuestra infancia para convertirnos en personas adultas y tener nuestra propia descendencia. Segregación en el trabajo: Concentración de mujeres y hombres en tipos y niveles diferentes de actividad y de empleo, donde las mujeres se ven confinadas a una gama más estrecha de ocupaciones que los hombres (segregación horizontal), y a puestos de trabajos inferiores (segregación vertical). Sexismo: El término “sexismo” se utiliza en las ciencias sociales para designar aquellas actitudes que introducen la desigualdad y la jerarquización en el trato que reciben los individuos sobre la base de la diferenciación del sexo; así, por ejemplo, el establecimiento de ciertas funciones como exclusivamente femeninas o masculinas en el ámbito laboral, o el rechazo a una candidata a un puesto de trabajo por el único hecho de ser mujer, presuponiendo que el ser hombre o mujer confiere distintas posibilidades para realizar determinadas tareas. Síndrome de Maripili: La profesora García establece que las “Maripilis” son aquellas mujeres que buscan agradar a todo el mundo, lo que les lleva a convertirse en grandes sumisas. Padecen un gran sentimiento de culpabilidad y rechazan el poder, la ambición y el éxito. Sororidad: Es un concepto emergente surgido de la crítica feminista al patriarcado. Se basa en la autoridad y la genealogía femenina. Tiene connotaciones de concordancia y conformidad, que el diccionario adjudica a los términos de hermandad y fraternidad, asociado también al significado de otras palabras como “asentimiento, consenso, crédito y valor entendido”. 21 Suelo pegajoso: El “suelo pegajoso” es otro concepto emparentado al fenómeno del “techo de cristal” y se refiere a las obligaciones y a los mandatos que, desde lo doméstico, se imponen a las mujeres para que no abandonen ese espacio. Todo ello crea las numerosas dificultades que enfrentamos para desprendernos del “suelo pegajoso” que nos atrapa en obligaciones y solicitudes por quienes se sienten abandonados por nuestra salida hacia otra esfera no doméstica. El logro del 66 equilibrio entre las demandas externas y las que aparecen desde la familia y el hogar, desde ese “suelo pegajoso”, llega a ser un esfuerzo físico y emocional considerable y fuente de conflictos para las mujeres.22 Techo de cristal: Se denomina así a una superficie superior invisible en la carrera laboral de las mujeres, difícil de traspasar, que nos impide seguir avanzando. Su carácter de invisibilidad viene dado por el hecho de que no existen leyes, ni dispositivos sociales establecidos, ni códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación; sino que está construido sobre la base de otros rasgos que por su invisibilidad son difíciles de detectar.23 Teoría de Comportamiento: Incluye dos conceptos: el concepto unidimensional y el concepto bidimensional. En el concepto unidimensional es el estilo de liderazgo que oscila entre dos polos, con un extremo marcado por el estilo autoritativo y, el otro extremo, por el estilo participativo. Así, el estilo de liderazgo puede estar orientado más hacia un extremo que al otro, pero no puede combinar elementos de los dos. Dicha combinación analiza el concepto bidimensional de la teoría del comportamiento, que mide el estilo de liderazgo a través de un sistema de coordenadas en el cual un eje presenta la orientación hacia la tarea (lo autoritativo) y el otro eje la orientación hacia la persona (lo participativo). Así, el concepto bidimensional no excluye. Teoría del Grado de la Madurez: Quien ejerce el liderazgo valora la situación, el grado de la madurez de las personas y elige un estilo de dirección adecuado (orientado a las personas). Quienes les siguen con madurez tienen la habilidad y la voluntad para realizar de forma eficiente las tareas. 67 68 6 Resúmenes de libros sobre el liderazgo ejemplo, el establecimiento de ciertas funciones como exclusivamente femeninas o masculinas en el ámbito laboral, o el rechazo a una candidata a un puesto de trabajo por el único hecho de ser mujer, presuponiendo que el ser hombre o mujer confiere distintas posibilidades para realizar determinadas tareas. 1. Fisher, Helen (2000) El primer sexo: Los talentos naturales de mujeres y cómo están cambiando el mundo. Madrid: Taurus. [Obra localizada en la Biblioteca del Centro de Documentación Científica de la Universidad de Granada (SPC/13-22)]. “El futuro es de las mujeres” El mundo está cambiando en una dirección que favorece a las mujeres, afirma la antropóloga norteamericana, Helen Fisher. Basándose en los resultados de las recientes investigaciones en el campo de la biología, la sociología, la sociobiología y la antropología, la autora resalta que los talentos naturales de las mujeres, adaptados a la era de la información, crean una nueva clase de dirección global, sesgando la dinámica de la energía del sexo y de las relaciones hacia un liderazgo basado en el respeto y en los consensos, entre otros valores. Afirma además que, a lo largo de la historia, y como resultado de la selección natural y de la sucesiva adaptación de cada sexo a tareas diferentes, las mujeres han desarrollado unas características muy valiosas, como entenderse con toda un variedad de actividades profesionales simultáneamente el cuidado de las personas, la maternidad, la educación, el uso de la palabra y la habilidad para la relación interpersonal. El primer sexo, editado por la editorial Taurus, no deja fría a ninguna persona porque la autora argumenta que los hombres y las mujeres no son iguales, ya que las mujeres “tienen mayor capacidad para adaptarse a las exigencias del mundo actual… Pero los hombres no se tienen que preocupar o ponerse a la defensiva, porque ellos seguirán dominando en otras facetas y se llegará a un punto de colaboración, de igual a igual, que también afectará positivamente a la pareja. No habrá personas ganadoras ni perdedoras”, augura. Fisher discute las diferencias de género en el cerebro y el comportamiento, así como el impacto de la participación de las mujeres en los negocios, el sexo y la familia del siglo XXI. El primer sexo tiene ocho ediciones en distintos idiomas y fue seleccionado como “libro notable de 1999”. 71 2. Austin, Linda (2001) El techo invisible. Barcelona: Urano/Titania. [Obra localizada en la Biblioteca del Instituto Andaluz de la Mujer, Sevilla (4-AU-tecj) ISBN: 84-7953-483-4]. “Nosotras mismas nos ponemos barreras psicológicas” En su interesante libro, la autora plantea que, tras treinta años de feminismo, las mujeres ocupamos solo un 10% de los cargos directivos en las empresas porque —además de los obstáculos externos que condicionan las desigualdades entre hombres y mujeres— nosotras mismas nos ponemos barreras psicológicas. Explica que hay creencias y sentimientos que quizá no queremos reconocer, pero que siguen influyendo en todas y cada una de las decisiones que tomamos en los diferentes ámbitos de nuestras vidas. Basándose en entrevistas y estudios recientes, Austin aporta ideas prácticas y estimulantes que inciden en el desarrollo pleno de la mujer, y expone ocho opciones decisivas en función de las cuales ésta llegará a realizarse plenamente. Porque ese “techo de cristal” al que tantas veces se echa la culpa —la sucesión de obstáculos exteriores a los que la mujer tiene que seguir enfrentándose desde su posición y condición de desigualdad— ha dejado de ser la barrera más significativa que le impide el despegue absoluto. “El techo último está en ella misma”, asegura. En las páginas de este libro se escucha la voz de mujeres que, desde ámbitos muy distintos, exponen los retos a los que han tenido que enfrentarse para ir más allá de ese techo de cristal interno; mujeres que en definitiva se han comprometido con su realización plena. La doctora Linda Austin es profesora de psiquiatría y decana adjunta de la facultad de Educación Pública en la Universidad de Carolina del Sur. Además, participa como experta en un programa de radio de ámbito nacional en Estados U nidos. 72 3. Bown Geraline, Brady Catherine (1992) Mujeres en Management. ¿Lista para dirigir? Barcelona: Ediciones Granica. S.A. ISBN: 9506411530. “El libro está orientado a mujeres que aspiran a obtener un puesto directivo” ¿Lista para Dirigir? ha sido escrita bajo la premisa de que en los años noventa las mujeres seguirían tratando de ocupar puestos directivos, ya que poseen la capacidad necesaria para hacerlo, aunque a veces carezcan de la autoconfianza y el apoyo necesario para avanzar. El libro está orientado a mujeres que aspiran a obtener un puesto directivo. Basadas en su gran experiencia en formación de mujeres para el management, en sus páginas nos ofrecen sugerentes consejos para alcanzar la posición deseada en el mundo empresarial, y muestra ejemplos de casos de mujeres que ya se encuentran en posiciones ejecutivas y que explican cómo ciertas técnicas las ayudaron. Contiene ejercicios prácticos y cuestionarios para facilitar la autoevaluación de aptitudes, cualidades y experiencias. Además, nos ofrecen guías de acción, listas de control e información necesaria para identificar el puesto que más nos conviene; así como la forma de obtenerlo. 73 4.Ithaker, Leslie; Austin, Elizabeth (2002) Negociar es cosa de mujeres. Cómo conseguir lo que realmente quieres. Buenos Aires: Javier Vergara. “Las mujeres poseemos un arsenal de habilidades de negociación que desconocemos” Las autoras plantean que la mayoría de las mujeres sabemos escuchar, somos astutas observadoras de mensajes no verbales y expertas en ponernos en la piel de los demás. Para desplegar este arsenal, sólo necesitamos ser conscientes de nuestro potencial, superando las limitaciones que, en muchos casos, nos vienen impuestas por nuestra educación, que se empeña en hacernos aceptar como bueno un modelo de comportamiento de “chica buena” (no problemático y agradable para el entorno, aunque ello suponga renunciar a nuestra parte del pastel o perjudicar nuestra propia economía). En este libro se nos proponen claves para negociar exitosamente por nuestra parte, potenciando al máximo nuestras habilidades mediante el autoconocimiento de nuestros posibles límites, el estudio y la preparación, de manera que consigamos reconvertir las dificultades en grandes ventajas, que nos permitan alcanzar el éxito en las negociaciones cotidianas. 74 5. Peters, Tom (2002) Las mujeres arrasan en el mundo empresarial: las facultades de la mujer para el liderazgo. Madrid: Nowtilus. [Obra localizada en la Biblioteca del Instituto Andaluz de la Mujer, Sevilla (4-PET-muj)]. “Las mujeres son mejores líderes que los hombres” En este libro, Tom Peters destaca la imperiosa necesidad de las empresas de incluir mujeres en sus cuadros directivos de alto nivel. Como en la mayoría de los casos, son las mujeres las que realizan las compras familiares, son ellas quienes tienen habilidades innatas para diseñar estrategias de mercado. De hecho, las empresas dirigidas por mujeres en los EE.UU. generan más riqueza que el P.I.B. de Alemania, explica. “Tengo un convencimiento total –y tengo pruebas en las que me baso– sobre que el poder creciente de las mujeres –como líderes en las empresas, o por su fuerza como consumidoras–, es el recurso más fuerte y dinámico de la economía hoy en día”, sostiene este autor, después de analizar el talento femenino. Según Peters, en el siglo XXI muchos sectores de la comunidad económica necesitarán el talento y las habilidades innatas de las mujeres, constituyéndose así en la clave del futuro del mundo empresarial. 75 6. Puleo, Alicia H. (2011) Ecofeminismo. Para otro mundo posible. Madrid: Ediciones Cátedra. “Necesitamos pensar la realidad de nuestro mundo actual con las claves que nos proporcionan el feminismo y el ecologismo” Oponiéndose a cualquier esencialismo polarizador de los sexos, en el libro Ecofeminismo. Para otro mundo posible, Alicia Puleo apunta que el feminismo y el ecologismo, así como sus relaciones, son indispensables para el siglo XXI. Recurriendo creativamente a la mitología antigua, nos sugiere que la nueva Ariadna del siglo XXI es hija del feminismo y de la ecología. Y que ésta ya no se limita a esperar que actúe “el héroe”, colaborando discretamente en un segundo plano, sino que es también una protagonista del cambio. Ya no admira al que mata al “Otro”, sino que libera al monstruo, reconociendo su parentesco con lo humano. Entra en el laberinto del mundo junto con Teseo, para transformar la cultura en los tiempos del cambio climático, y pone en evidencia la irracionalidad del complejo económico y tecnocientífico globalizado, porque conduce a la catástrofe ecológica y ahonda en las injusticias sociales, a la vez que favorece el avance de integrismos religiosos que buscan reforzar el dualismo “Hombre”/“Naturaleza”. En el convencimiento de que la teoría feminista ha de pensar los problemas de nuestra época, entre los que ocupa un lugar central el deterioro ecológico, este libro propone un “ecofeminismo crítico” capaz de refirmar la tradicional sororidad internacional feminista, sumándose a las voces que denuncian el mal desarrollo. Asimismo, sostiene que no se trata de pedir un nuevo sacrificio a las mujeres y que la defensa de la sostenibilidad tiene que ser acompañada del empoderamiento del colectivo femenino. La autora nos invita a girar la mirada hacia otras configuraciones de los liderazgos; esta vez, desde las experiencias de numerosas mujeres como, por ejemplo, de América Latina, quienes, en tanto protagonistas del cambio con su actividad como “multiplicadoras” o “extensionistas”, aportan su experiencia y conocimiento técnico en agroecología para que se puedan producir alimentos sin tóxicos y liberados de la dependencia económica. Así pues, nos amplía de premisas y espacios para el análisis de los liderazgos, esta vez, más allá de Occidente y desde espacios cercanos a la vida cotidiana de las mujeres atribuyéndolos como estilos de liderazgo comunitario. 76 7. Sally Helgesen (1993) La ventaja de ser mujer. Formas femeninas del liderazgo. Barcelona: Granica. [Obra localizada en la Biblioteca del Centro de Documentación Científica (E-4-8)]. “Las mujeres tienen su propia forma de liderar y, en esa identidad, hay enormes ventajas” Según Helgesen, el aporte transformador de las mujeres a las organizaciones es justamente el de sus valores personales y no como hasta ahora, la renuncia a ellos. Valoriza su mirada crítica y el potencial creativo y organizativo de la mujer como directora, dedicando esta obra a estudiar el liderazgo de la misma en la práctica, sin abstracciones, observando cómo actúan realmente las managers actuales. Sally Helgesen es una conocida periodista, colaboradora del New York Times y Harpers. La versión en inglés de su obra impactó el pensamiento organizativo en América del Norte con su imagen de las mujeres como “los nuevos japoneses de la empresa”. Esta escritora neoyorkina es autora de diversos libros. En su libro, la periodista nos dice que todo lo que hasta ahora sabíamos sobre el liderazgo ha sido escrito por hombres. Sin embargo, las mujeres tienen su propia forma de liderar y, en esa identidad, hay enormes ventajas. Así, las estructuras que idean, como los modos de entender la dirección, se convierten en fortalezas que han sido hasta ahora desvalorizadas en la bibliografía masculina. Puntualiza que la ventaja de “ser mujer” implica un despertar en el pensamiento organizativo de la década de los pasados años noventa. 77 8. Evans, Gail (200-2001) Juegue como un hombre y gane como una mujer. Barcelona: Gestión. “Las mujeres no están en posiciones delanteras porque aún no han aprendido cómo jugar al juego de los negocios” Durante mucho tiempo, el hecho de que hubiera pocas mujeres ocupando altos puestos directivos en las empresas americanas, se ha asociado con la existencia de un “techo de cristal ubicuo”. Pero según Evans, éste es un mito demasiado trillado, que no constituye una explicación válida. La verdadera razón, dice, es que las mujeres no están en posiciones delanteras porque aún no han aprendido cómo jugar al juego de los negocios. Este juego, dice la vicepresidenta ejecutiva de la cadena de noticias CNN, transcurre en un campo donde los hombres se han sentido a sus anchas desde que eran muy jóvenes. Su objetivo obvio es ganar, y para ello utilizan la agresión, la autopromoción, una piel resistente, y una exhibición eficaz de la energía como muestra de un ganador. Las mujeres, por el contrario, al incorporarse al juego, son entrenadas para ser más cooperativas que competitivas, y para gozar más del proceso que del resultado y buscar la aprobación, más que asumir el éxito. Con un lenguaje claro y con ejemplos tomados de su ámbito personal y profesional, la autora nos muestra cómo hombres y mujeres arrojan respuestas distintas frente al juego. De este modo, el texto resulta entretenido y práctico, porque proporciona instrucciones sobre cómo juegan los hombres en los negocios y sugiere “claves” para que las mujeres puedan jugar de forma más elegante y ganar en sus propios términos. Entre sus mensajes, destacan: “Las mujeres pueden aprender a jugar el juego igual que cualquier hombre, y traer con ellas un sistema único de habilidades y experiencias”. “Hay un secreto que he aprendido en mis años en el mundo corporativo: hay un sistema de reglas no escritas en el negocio y, mientras que usted no puede elegir seguirlas todas, si no sabe cuáles son, puede acabar jugando al juego con las manos atadas a la espalda”. 78 9. Freedman, Robyn; Johnson, Tory (2000-2005) Mujeres al poder. Una guía para el desarrollo profesional. Barcelona: Gestión. ISBN: 8496426300. “Mujeres al poder incita a la pasión y a destacar en los puestos de trabajo” Este libro contiene anécdotas y consejos de altas ejecutivas expertas en diferentes sectores que aportan “reglas” para moverse con mayor éxito en el mundo de los negocios. Describe estrategias y “trucos” para el funcionamiento de las redes de contactos, hacerse visible, afrontar las dificultades de la vida sin descarrilar en la carrera profesional y disfrutar del éxito, una vez que se ha conseguido. El libro ofrece recursos prácticos, como autoevaluaciones y cuestionarios, para fortalecer la energía y la inspiración, así como la celebración de los logros alcanzados. A través de sus páginas se saluda “a las mujeres trabajadoras del pasado, del presente y del futuro”. Tory Johnson es la fundadora y directora general de Women for Hire, una organización conocida en Estados Unidos especializada en seminarios profesionales y de búsqueda de empleo para mujeres profesionales. Sus expertos consejos han aparecido publicados en The New York Times, The Wall Street Journal y en centenares de publicaciones. Robyn Freedman Spizman ha escrito más de setenta libros. Ha aparecido en el programa Today de la cadena NBC y lleva más de veinte años aconsejando desde la televisión. 79 10. Ramos López, M. Amparo (2006) Mujeres y Liderazgo. Una Nueva Forma de Dirigir. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia, Colección Coberta, Ciencias sociales. “La discriminación laboral de género es un problema sin resolver” En este libro, Amparo Ramos plantea que la discriminación laboral de género es todavía un problema sin resolver. Muestra de ello es la escasa presencia de mujeres en puestos directivos y de toma de decisiones. Subraya que las diferencias de género son algo real y obvio, y que las féminas poseen unas cualidades organizativas que pueden aportar grandes beneficios a las empresas. Apoyada en estudios recientes, la autora enfatiza que en la sociedad actual, que defiende los valores democráticos, no se debe permitir esta injusta desigualdad y tampoco se pueden desaprovechar las aportaciones que pueden hacer al ámbito directivo las mujeres altamente cualificadas y motivadas. Apelando a la perspectiva de género, la autora explica que el liderazgo femenino se adecua a las demandas organizacionales actuales y, por tanto, la incorporación de las mujeres a los puestos directivos es un valor añadido para las empresas. En este libro, “perfecto para aquellos que no confían en sus jefas”, Ramos vincula el liderazgo transformacional con el estilo directivo más propio de las mujeres y reivindica el liderazgo femenino. 80 11. Janice Reals Ellig, William J. Morin (2002) Lo que sabe toda mujer que triunfa. 12 estrategias decisivas para acelerar su carrera y acceder a posiciones de poder. Colombia: Grupo Editorial Norma. ISBN: 958-04-6519-3. “Lo que sabe toda mujer que triunfa es un plan de acción para ganar reconocimiento, ascender y obtener un trato igualitario” Esta obra constituye una agenda dirigida a toda mujer que es económica y laboralmente activa y aporta claves para triunfar en el ámbito laboral. Contiene entrevistas con más de doscientas mujeres del mundo corporativo que aceptaron revelar tanto sus éxitos, como sus tropiezos. El libro reúne decenas de experiencias que constituyen una gran herramienta para las mujeres que están en el camino del éxito laboral. Ofrece instrucciones a las mujeres sobre cómo prepararse y adquirir los “conocimientos políticos” y habilidades de navegación necesarias para llegar a los puestos de liderazgo en el mundo empresarial. Lo que sabe toda mujer que triunfa es un plan de acción para ganar reconocimiento y un trato igualitario; una guía para traspasar ese cielo de raso de cristal que no las deja ascender, tras el cual está el verdadero asiento del poder corporativo. Más que discutir qué hacer para lograr el éxito, este libro se concentra en cómo hacerlo y nos recuerda que “las mujeres triunfadoras no pierden el tiempo”. 81 12. Anderson, Jeanine (1993) “El acceso de las mujeres a los gobiernos locales: la democratización de estructuras y procedimientos”; en Gobiernos Locales y Equidad de Género. Nuevas perspectivas y responsabilidades. Quito: Cuadernos del Centro Latinoamericano de Capacitación y Desarrollo de los Gobiernos Locales, CELCADEL, IULA Nº 20, pp. 33–51. “Las mujeres conforman uno de los grandes grupos sociales que han sido excluidos del poder político” En este artículo, Jeanine Anderson desarrolla la teoría general de los sistemas de reglas que subyacen a la organización humana (instituciones políticas, económicas y sociales), sintetizados por Burns y Flam en The Shaping of Social Organization (1987). Anderson explica que en sociedades complejas pueden existir sistemas de reglas rígidos y coercitivos que colocan a las mujeres en situación de desventaja, lo que implica obvias formas de discriminación, entre ellas: menores oportunidades educativas respecto de los hombres y menor experiencia de participación en las estructuras del poder local para acceder al mismo. Aunque el orden de las reglas es negociado y provisional, éste responde al poder de los actores y actoras, en el cual la capacidad de las mujeres de imponerse sobre los hombres, es limitada. Con el ingenio que le caracteriza y utilizando un lenguaje metafórico esta destacada antropóloga, emplea el concepto de las reglas informales para referirse a las dificultades que enfrentan las mujeres en el acceso a las áreas municipales de su interés. Relacionando ejemplos sencillos, evidencia formas en las que operan las reglas informales –no escritas– generando accidentados e invisibles caminos que sabotearan su acceso al poder local (especialmente, aquellas que afrontan discriminaciones múltiples). 82 13. Romo, Marta (2008) La Mujer Líder. España: Planeta. ISBN: 978-84-08-07821-0 “Menciona las características que convierten a la mujer en la opción ideal a la hora de hacer crecer una empresa” La mujer líder profundiza en las claves del liderazgo femenino en la gestión empresarial, con casos reales de mujeres empresarias que ejercen con gran éxito sus habilidades de una manera distinta, como muestra de la extraordinaria versatilidad femenina: sentido y sensibilidad; escucha y empatía; alegría y atención; conciliación y flexibilidad; capacidad de trabajo y humanismo; optimismo y superación; intuición e ingenio. Todo un ejemplo de gestión, metodología y liderazgo que ha resultado exitoso y que añade un elemento diferencial respecto a la tradicional –y a menudo caduca– gestión masculina. La autora se refiere también a una definición de García Ribas hablando del “Síndrome de Maripili”, significando una mujer de cualquier edad, que quiere gustar a todo el mundo, que lucha por ser buena en cada uno de los papeles que tiene que desempeñar a lo largo de su vida, aunque ello implique un extremado desgaste físico y psíquico; y que se desmorona en cuanto recibe un mensaje de rechazo o censura. Identificar el Síndrome de Maripili para vencer las actitudes de autosabotaje es el objetivo. 83 14. Genovese, Michael (1997) Mujeres líderes en política. Modelos y prospectiva. Madrid: Sage “La sociedad no es la misma y el lugar de la mujer en esa sociedad tampoco” Este libro trata sobre las controvertidas cuestiones relacionadas con el género y el liderazgo político. A partir del estudio de casos sobre Corazón Aquino, Benazir Bhutto, Violeta Chamorro, Indira Gandhi, Golda Meir, Isabel Perón y Margaret Thatcher, advierte que las mujeres que han emergido como líderes nacionales lo han hecho en naciones menos desarrolladas, con algún tipo de democracia, en tiempos de agitación política y social, así como dentro de contextos (sociales) laicos, y como resultado de su posición familiar. Más inusual sería encontrar a mujeres como Margareth Thatcher y Golda Meir, quienes llegaron sin las conexiones familiares. Explica que, al igual que muchas figuras masculinas del mundo de la política se han identificado con sus madres, la mayoría de mujeres dirigentes han mantenido estrechos vínculos con sus padres. Que ellas proceden de familias con elevadas expectativas sobre sus miembros, por lo que abundaban las oportunidades de desarrollo personal, y en las que la figura masculina animaba o empujaba a la hija a ir más allá de las limitaciones de su género y de estereotipos sociales. No obstante, aún cuando forman un grupo variado, tienen una característica común: no haber desafiado de forma importante la estructura de poder patriarcal de su sociedad, porque esto habría supuesto un “suicidio político”. 84 15. Valdés, Teresa; Olvarría, José. (1997) Masculinidad/es. Poder y crisis. Santiago de Chile: Ediciones de la Mujeres Nº 24. Isis Internacional / FLACSO. “Artículos sobre la construcción social de las identidades Masculinas y las dinámicas de cambio” Cornell, R.W. (1997) “La organización social de la masculinidad”, en: Valdés, Teresa; Olvarría, José. Masculinidad/es. Poder y crisis. Santiago de Chile: Ediciones de la Mujeres Nº 24. Isis Internacional / FLACSO. Kaufmann, Michael (1997) “Las experiencias contradictorias del poder entre los hombres”, en: Valdés, Teresa; Olvarría, José. Masculinidad/es. Poder y crisis. Santiago de Chile: Ediciones de la Mujeres Nº 24. Isis Internacional / FLACSO. Kimmel S., Michael (1997) “Homofobia, temor, vergüenza y silencio en la identidad masculina”, en: Valdés, Teresa; Olvarría, José. Masculinidad/es. Poder y crisis. Santiago de Chile: Ediciones de la Mujeres Nº 24. Isis Internacional / FLACSO. Este libro ofrece una compilación de artículos sobre la construcción social de las identidades masculinas y las dinámicas de cambio. En los estudios de casos (cuenca del Mediterráneo, boricuas de Puerto Rico, gauchos de Brasil, Uruguay y Argentina, hombres negros de clase media del Chocó colombiano, varones de clase media del Perú, y pobladores de la colonia Santo Domingo de Ciudad de México), se encuentran similitudes y constantes de identidades y prácticas masculinas, pero también matices y experiencias contradictorias con los mandatos del modelo tradicional. 85 16. Lagarde y de los Ríos, Marcela (2005) Para mis socias de la vida: Claves feministas para el poderío y la autonomía. España: Editorial Horas y Horas. ISBN: 978-84-96004-08-5. “Las claves feministas marcan la búsqueda de una cultura y una libertad propia” Para mis socias de la vida es un libro que recoge tres de los talleres que imparte la antropóloga y diputada mexicana Marcela Lagarde, presidenta de la Comisión Especial de Seguimiento a los Feminicidios en la Cámara de Diputados de México. En esta obra, Lagarde afirma que “cada mujer traduce a la vida aquello que se propone como alternativa de mundo. Esta relación entre el pensar, el ser y el existir me parece que es una clave histórica y filosófica de los liderazgos de las mujeres”. Es más, la autora advierte que hay libros para soñar y libros para pensar y aplicar a nuestras vidas. Las claves feministas marcan la búsqueda de una cultura y una libertad propia. Desde su maestría, Marcela Lagarde nos muestra “llaves para abrir puertas o ventanas”. Puertas y ventanas abiertas, aireando la casa y mostrando ante nosotras caminos nuevos de libertad femenina y formas de liderar. Las editoras del libro anotan que la voz de Marcela Lagarde es importante porque con ella las mujeres que han asistido a sus talleres impartidos en toda América Latina y en España han vivido un cambio en sus vidas. Un cambio que les ha permitido entenderse como mujeres y saber qué quieren como mujeres. Por esta razón, consideran importante que su voz en los talleres quede fijada en letra impresa. 86 17. Touraine, Alain (2006) El Mundo de las Mujeres. París: Paidós Estado y Sociedad 149; ISBN: 978-84-493-2034-7. “Las mujeres están dejando de lado los referentes masculinos para construirse una identidad propia” Mediante un pormenorizado trabajo de investigación (alrededor de 60 entrevistas con mujeres), Touraine asegura en este libro que las mujeres están construyendo desde la subjetividad, ciertos planteamientos característicos de movimientos sociales como el acontecido en Mayo del 68, donde se anunció la inminente decadencia del mundo masculino. En el mundo contemporáneo ya no existen más horizontes por conquistar, por lo que está surgiendo un movimiento a la inversa que tiende a descubrirnos a nosotros mismos. En ese sentido, Touraine afirma que “las mujeres están mejor preparadas que los hombres”. Señala que a lo largo de cuatro o cinco siglos la sociedad se articuló alrededor de la dominación y poderío masculinos, aunque al mismo tiempo todo se estructuraba alrededor de la figura tradicional de la familia. Si bien vivimos en un mundo donde las mujeres son quienes sufren mayor violencia y son las peor pagadas en el mercado de trabajo, el autor afirma que “hemos pasado de una sociedad de hombres a una de mujeres, una sociedad que funciona con normas femeninas” y donde la conciencia sexual femenina guiará nuevos caminos. 87 18. Rodríguez Franco, Conchita (2004) Tácticas de coaching para mujeres. Cómo afrontar los desafíos cotidianos. Madrid: Editorial Síntesis. ISBN 84-9756-199-6. “¿Tienes claro cuál es tu definición de éxito?” El coaching es una nueva disciplina de desarrollo personal y profesional que tiene la finalidad de introducir cambios concretos y deseados en determinadas áreas de la vida de las personas, mediante el desarrollo del autoconocimiento, de una forma relativamente rápida. Este libro invita a reflexionar sobre una serie de desafíos o retos para un gran número de mujeres a las que se les plantean dificultades a la hora de llevar una vida plena, equilibrada y llena de posibilidades de elección. Así, mediante textos, preguntas y ejercicios basados en tácticas de coaching, la autora propone herramientas para la reflexión personal, la toma de conciencia y el conocimiento de cada mujer sobre sí misma y su manera de actuar. Aborda preguntas habituales como: ¿Sabes decir que no en el momento y de la forma adecuada?, ¿Sabes establecer los límites necesarios con los demás?, ¿Te gusta pedir las cosas de una manera precisa y clara?, ¿Tienes y respetas tu espacio personal?, ¿Tienes claro cuál es tu definición de éxito? 88 19. Mabel Burin, Begoña San José (2003) ¿Desean las mujeres el poder? Madrid: Minerva Ediciones. Instituto de la Mujer (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales). ISBN: 9788488123442. “Este libro explora el tema del deseo de poder desde los más profundos rincones de la subjetividad de las mujeres” La desigualdad en las proporciones de representación masculina y femenina resulta evidente en cualquier ámbito de poder. ¿Cuáles son las causas de esta situación? La competencia en un mundo que juega con claves masculinas y con la necesidad femenina de duplicar los esfuerzos para atender simultáneamente la vida pública y la vida privada, explican algunas de las causas de esa desigualdad. Pero en este libro se intenta ir más allá, reflexionando sobre otro tipo de factores mucho más difíciles de tratar, que tienen que ver con la propia subjetividad femenina. Las mujeres encaran el poder de manera distinta a los hombres, porque el orden patriarcal genera en ellas conflictos que los hombres no experimentan. La pregunta de si las mujeres desean el poder intenta reflexionar hasta qué punto el orden patriarcal puede limitar en las mujeres un deseo que estructuralmente es inherente a la construcción de la identidad de toda persona individualizada. Para ello, se consideran cinco reflexiones en torno al deseo conflictivo del poder: 1. El deseo de poder en la construcción de la subjetividad femenina. El “techo de cristal” en la carrera laboral de las mujeres (Mabel Burin). 2. Poder, individualidad e identidad de género femenina (Almudena Hernando). 3. De la impotencia al “empoderamiento” (Begoña San José). 4. Mujeres y deseo de poder: un conflicto inevitable (Nora Levinton Dolma). 89 5. ¿Desean las mujeres el poder? Una aproximación desde la experiencia (Cristina Alberdi Alonso). Estas autoras abordan el tema del deseo de poder desde los más profundos rincones de la subjetividad de las mujeres. Dos mujeres políticas: Cristina Alberdi, como representante de los órganos de representación política nacional, y Begoña San José, presidenta del Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid, buena conocedora de los conflictos generados en los poderes locales, y una historiadora: Almudena Hernando, dedicada al estudio de la transformación de la identidad a lo largo de la historia. 90 20. Falcón, Lidia (1992) Mujer y poder político. Madrid: Vindicación Feminista. Madrid: Kira Edit, 2ª edición. “El Movimiento Feminista ha tenido que enfrentarse a la indiferencia, el desprecio, así como a la hostilidad de los partidos políticos” Con su habitual prosa ágil y mordaz, Lidia Falcón, referente para múltiples mujeres del mundo, va relatando los avatares de una historia que se ha ocultado y tergiversado durante muchos años, en la que las mujeres han sido la clase perdedora. En este extenso y profundo libro, también deja ver que el Movimiento Feminista ha tenido que enfrentarse a la indiferencia, el desprecio y la hostilidad de los partidos políticos, que durante doscientos años no tomaron en cuenta sus reivindicaciones. También desentraña sugerentes claves para analizar y enfrentar las conflictivas relaciones de las mujeres, centralmente para alcanzar una fuerza e identidad política capaz de acabar con la opresión. La conclusión de la autora es que la igualdad será siempre propuesta por los poderes imperantes mientras las mujeres no creen sus propias organizaciones políticas, y se decidan plantear la batalla en todos los terrenos de la vida. Lidia Falcón nació en 1935. Es abogada, doctora en Filosofía, escritora y periodista. Estudió Arte Dramático, tiene entre su extensa bibliografía, trece obras de teatro. Ha publicado veintiocho libros de todos los géneros. Líder internacionalmente reconocida del feminismo español, creó el Club Vindicación Feminista, el Partido Feminista de España, la Confederación de Organizaciones Feministas del Estado Español, y ha participado en el Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer de Bruselas y en los foros internacionales de Nueva York, Nairobi y Beijín. Es destacada articulista y brillante oradora, por sus múltiples colaboraciones de prensa y comparecencias en los diferentes medios de comunicación. 91 21. Lopez-Zafra, Esther (2008) Mujer y líder: cómo encontrar el camino en el laberinto del liderazgo con éxito. Jaén: Ediciones del Lunar. ISBN: 9788495331458. “En este libro se abordan magistralmente muchas de las calles y encrucijadas que conforman el laberinto del liderazgo en el que se encuentran las mujeres” El libro asume la propuesta de Alice H. Eagly sobre la existencia de un laberinto, con el que se hace referencia metafóricamente a una cuestión de indudable actualidad, relevancia e impacto social: las dificultades que encuentran las mujeres que emprenden un camino hacia el liderazgo. Así, se compila un completo análisis psicosocial del laberinto del liderazgo en el que se encuentran inmersas no pocas mujeres. Esther López-Zafra, doctora en Psicología Social de la Universidad de Jaén, explica que la metáfora del laberinto no puede ser más acertada para describir los complejos procesos que dan lugar a tan desafortunada situación. “Sin duda, la naturaleza de estos procesos es eminentemente psicosocial, por lo que requieren un profundo análisis desde esta perspectiva. Y, precisamente, ofrecer este tipo de análisis es uno de los méritos de este libro, a lo largo del cual se abordan las encrucijadas que conforman el laberinto del liderazgo”. La autora reconoce que ya, desde los años ochenta del pasado siglo, el escenario es distinto para las mujeres en el ámbito laboral; no obstante, en tiempos actuales, con nuevos matices, existe un “techo de cristal” que dificulta su ascenso a los cargos de mayor responsabilidad. Este techo de cristal es el término metafórico con el que se alude a las barreras invisibles que obstaculizan la llegada de las mujeres a puestos de liderazgo. 92 22. Garcia Ribas, Carmen (2007) El Síndrome de Maripili: el miedo de las mujeres a no ser queridas. Madrid: La esfera de libros. ISBN: 9788497345354. “El Síndrome de Maripili (la que se esfuerza por gustar a todo el mundo) puede afectar a cualquier mujer” Acuñando el término del “Síndrome de Maripili”, García Ribas en su peculiar libro publicado con este título, define algunas tendencias del comportamiento de las mujeres basado en el miedo interiorizado. Hace referencia a formas en las que una mujer de cualquier edad, quiere gustar a todo el mundo, que lucha por ser buena en cada uno de los papeles que tiene que desempeñar a lo largo de su vida, aunque ello implique un extremado desgaste físico y psíquico, y que se desmorona en cuanto recibe un mensaje de rechazo o censura. Identificar el Síndrome de Maripili para invertir las actitudes de autosabotaje es el objetivo de este libro. 93 23. Nicolson, Paula (1997) Poder, género y organizaciones. ¿Se valora a la mujer en la empresa? Madrid: Ed. Narcea. “Las feministas han crecido con la idea de ser una red activa de apoyo a las mujeres, pero, para quienes el feminismo es anatema, es probable que esos grupos reivindicativos sean igualmente repugnantes” Este libro, más que detallar las barreras que existen para que las mujeres triunfen, examina cómo, una vez alcanzadas las aspiraciones profesionales y puestos de autoridad, las mujeres en dichos cargos deben trabajar más y mejor que sus homólogos masculinos para ser reconocidas, aunque generalmente el reconocimiento que reciben por enfrentar y solucionar los diversos problemas que se les presentan, es menor respecto a éstos. Paula Nicolson revisa en esta obra las estructuras patriarcales que se resisten a la evolución y progreso de las políticas del género. Advierte que son muchas las mujeres que han accedido a puestos de responsabilidad; no obstante que, para este acceso, han tenido que asumir sus consecuencias. Asimismo, analiza las implicaciones que tiene el éxito de los hombres sobre la subjetividad, autoestima e identidad de género de las mujeres. Este estudio es especialmente válido para las mujeres que han logrado, o aspiran a lograr, un poder profesional. 94 7 Bibliografía Álvarez, M.; Fernández y Herrero, E. 2002. La Dirección Escolar ante los retos del Siglo XXI. Madrid, Síntesis. Bass, B. (1985): Leadership and performance beyond expectations. New York, The Free Press. Bass, B. (1990): Bass & Stogdill handbook of leadership: Theory, research and managerial applications. New York, Free Press. Bass, B. (1997): Does the transactional/transformational leadership paradigm transcend organizational and national boundaries? American Pshychologist, 52. Bass, B. (2000): Liderazgo y organizaciones que aprenden. ICE Deusto, Actas del III Congreso Internacional sobre Dirección de Centros Educativos. Bolívar, A. (1997): Liderazgo, mejora y centros educativos. In: A., MEDINA R. (Coord.) 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Trabaja como consultora y técnica en formación en instituciones públicas y privadas de Latinoamérica y España. Ha elaborado diferentes proyectos para promocionar el género en las estructuras locales, formando parte de trabajos Internacionales como el de Mujer y Gobierno Local en América Latina “Nuevas Responsabilidades para el Municipio en el Desarrollo Sustentable y la Equidad de género”, promovido por la Unión Internacional de Autoridades Locales (IULA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y dirigido las Escuelas para el Empoderamiento y Liderazgo de las Mujeres, experiencia transferible a nivel Europeo. En una realidad donde predominan los estereotipos y las formas establecidas de entender y ejercer el liderazgo, nace la necesidad de empezar a cambiar el paradigma hegemónicamente establecido para permitir el desarrollo de un liderazgo desde el enfoque de género. Con ese deseo, la Asociación de Desarrollo Comunal (ADC), junto con el Instituto Internacional para la Intervención Sistémica, Bakun, la Fundació Pau I Solidaritat País Valencìa y la Asociación para el Desarrollo de la Comarca AljarafeDoñaña (ADAD) de Sevilla, España, hacen la entrega de esta publicación. La obra “Hacia un liderazgo femenino transformador: Nuevas perspectivas desde la revisión del paradigma hegemónico” trata, en primer término, de un ejercicio de reflexión que cuestiona el paradigma vigente, en el que Miriam Bastidas Aliaga, la autora, se propone revelar el trasfondo de las restricciones de género que hasta hoy perduran, pero que deben ser superadas por la comunidad femenina –auque no sólo por las mujeres, pues este paradigma es una demanda social–, exigiendo, todo ello, un ejercicio de aprendizaje. Tanto este primer libro, como el segundo –“Carpeta guía con herramientas de apoyo para favorecer liderazgos femeninos transformadores”– son un compendio de cualidades prácticas que dirigen los caminos de la formación hacia la renovación de los supuestos que giran en torno a los liderazgos femeninos. Además, este manual de propuestas autorizadas, contiene la metodología utilizada principalmente desde el enfoque CIAT, una estrategia que permite combinar contenidos teóricos de referencia con herramientas que facilitan, a las personas que quieran integrar y desarrollar de manera efectiva el ejercicio de los Liderazgos Femeninos, unas directrices dinámicas con las que se consiguen dirigir exitosamente las Escuelas para el Empoderamiento y Liderazgo Transformador. El trabajo ofrece una serie de reflexiones hechas en base a largas jornadas de trabajo ejecutado con mujeres en España, Perú y en otras partes del Continente Latinoamericano, cuyos procesos y logros han sido sistematizados y analizados dejando a la vista resultados que se traducen en la posibilidad de cambios efectivos en la vida de las personas. “A diferencia de la literatura clásica, los estudios de liderazgo basados en la teoría feminista y de género han mostrado una especial preocupación por descifrar y reconstruir la aparente neutralidad del liderazgo. Han profundizado y puesto en evidencia que, en el poder configurado desde una perspectiva androcéntrica, el sujeto masculino es quien crea realidad y las premisas para el liderazgo; y cómo, en este entorno, las mujeres difícilmente encajan o, producto del sabotaje que reciben, se mueven con identidades asignadas lejanas a su cuerpo y su alma”. “Quizá estamos ante un fenómeno que exige abrir los horizontes y entendimiento de un liderazgo que, por naturaleza o habilidad potenciada, reconoce únicamente a una minoría de personas que habitualmente son las que se encuentran ejerciendo el poder, para pasar al reconocimiento de las potencialidades de una mayor diversidad de personas líderes en todas las sociedades, ya que con ello éstas podrían liderar sus propios procesos vitales si cuentan, claro está, con los recursos y las oportunidades que posibiliten ese ejercicio y ese derecho”.