astucia y técnica

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TÉCNICA Y ASTUCIA
(Por Iñigo García-Badell)
A Ana Francés, exquisita anfitriona y descubridora del invento.
Aunque se trataba de un modesto club de bridge, ubicado en un miserable
sótano, mismamente parecía la morada del Parnaso, si se atendiera a la
brillantez y altura de los temas que se estaban discutiendo.
- La técnica es el refugio de los vulgares – opinaba una jugadora –. Y la
vulgaridad – concluía – no debería tener cabida en este juego tan
elegante.
- Pues yo digo que la astucia no es otra cosa que la inteligencia de los
mediocres – corroboraba su partner -. Y la mediocridad – concluía –
está reñida con la inspiración que exige un juego excelso. Debería
haber un letrero a la entrada de este recinto conminando a dejarla en el
ropero, junto a los abrigos y los paraguas.
A la presidenta del club, que escuchaba atentamente estos comentarios, le
pareció oportuno intervenir en el coloquio:
- Esas opiniones me parecen muy oportunas y yo diría que irrebatibles,
pero se os pasa por alto un pequeño detalle: que la suma de la técnica
con la astucia puede en algunos casos resultar sublime.
Se hizo un silencio que duró el tiempo necesario para que los asistentes
pudieran digerir tan complejo pensamiento. La presidenta era sin duda
persona retorcida, cualidad indispensable para haber deseado detentar un
puesto tan controvertido como ingrato. Se esperaba alguna aclaración
complementaria que no se hizo esperar:
- Sucede como en la gramática donde dos negaciones equivalen a una
afirmación. Opino que la vulgaridad y la mediocridad, despreciables
cuando se toman por separado, pueden colaborar cuando actúan
conjuntamente en la creación de una verdadera obra de arte. Esto se
puede comprobar en la siguiente mano que acabamos de jugar.
Sobre la mesa reconstruyó la mano de referencia. La subasta, nada
complicada, había culminado en un contrato de 6 ♥ jugados por Sur.
Oeste
♠ 9, 6
♥ 10, 9, 4
♦ A, Q, 10, 4, 2
♣ 10, 9, 8
Norte
♠ A, 8, 7, 5, 2
♥ K, Q, J
♦ 4
♣ A. K, 5, 3
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♠
♥
♦
♣
Este
♠ K, 4, 3
♥ 6
♦ J, 8, 6, 5
♣ J, 7, 6, 4, 2
Sur
Q, J, 10
A, 8, 7, 5, 3, 2
K, 9, 7
Q
Oeste salió del 10 ♣ que tomó Sur con la Q ♣. A continuación contó las
bazas rápidas de que disponía: 6 en corazones, 3 en tréboles y 1 en picos.
No había más remedio que buscar dos bazas más en el palo de picos.
Echó mano de la técnica: tenía el 50 % a su favor con el impase de
picos; esa misma técnica también le mostraba que tenía el 68 % de
probabilidades de encontrar el palo de picos bien repartido. Obviamente,
ésta opción era más segura, aunque la primera posibilidad no se podía
desdeñar gratuitamente porque permitía hacerse con el total de las bazas.
Quedaba, entonces, por aplicar el recurso de la astucia. Con la máxima
rapidez, el jugador sentado en Sur puso sobre la mesa la Q ♠ y escrutó la
más mínima indecisión, algún síntoma de duda de su oponente sentado en
Oeste, quien sin inmutarse asistió con el 9 ♠. Su relajado comportamiento
eliminaba la primera opción (el impase a la K ♠). Así que tomó la baza
con el A ♠ del muerto, descartó sus dos picos en el A ♣ y K ♣, falló el
siguiente pico jugado desde allí, entró de nuevo en el muerto con la K de
triunfo, luego la Q de triunfo, falló un tercer pico con el A ♥ y remató la
tarea entrando en el muerto quitando el último triunfo. Carteando de este
modo, había conseguido las dos bazas extras en picos que necesitaba para
cumplir un contrato de pequeño slam, muy sugestivo.
La presidenta del club de bridge concluyó su demostración con una
frase aún más enigmática:
- La vida está llena de contradicciones. Otro día os contaré como la
fealdad apareada con la maldad es capaz de engendrar la belleza.
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