Ser rey. Los borbones: la dinastía más feliz del mundo

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GORKALIMOTXO
JOSÉ BG
PACO RAMOS
TRATADO BIOLÓGICO LA MONARQUÍA CON OJOS CIENTÍFICOS
Ser rey. Los borbones: la dinastía más feliz del mundo
Para saber reinar con compostura y gozar de general
aceptación, hay que hacerlo de buen rollo, sin que la
corona te pese, vamos, pasándolo bien de un modo
sano. Nuestro bienamado rey Juan Carlos es consciente
de ello, no en balde él es actualmente la encarnación de
la dinastía reinante más antigua de Europa.
C
BIASSOU
entrándonos en la rama hispánica de los borbones, su mera
permanencia en el trono desde
el año de gracia de 1700 es un
hito que permite que hasta el
más incrédulo se cuestione la querencia divina por la dinastía, o dicho en palabras del
sargento de La chaqueta metálica: ¿Se le
pone dura a Dios con los borbones españo-
les? Porque lo cierto es que pese a haber sido unos reyes de media bastante ineptos,
han tenido en conjunto una suerte extraordinaria, y se lo han pasado en grande con
sus súbditos, y si la República no hubiera
expropiado el Patrimonio Real a Don
Alfonso XIII, que Franco sólo devolvió parcialmente y con cuentagotas, puede que estuviéramos hablando de la dinastía más feliz del mundo.
Fijarse por ejemplo en el caso de
Fernando VII. Durante su reinado
tuvo cuatro esposas y una numerosa
saga de amantes. Lo debió pasar pipa, aunque su caso pudo deberse no
solo a una libido incontrolable sino
también a la desesperación por dejar descendencia, lo cual consiguió
sólo tres años antes de morir.
Y qué decir de su hija Isabel, la
que fue reina a los 13 años, y hasta
el año 1868. De ella dijo el conde
Romanones: “A los 10 años Isabel
resultaba ‘atrasada’. Odiaba la lectura, sus únicos entretenimientos eran
los juguetes y los perritos. Por haber
estado exclusivamente en manos de
las camaristas, ignoraba las reglas
del buen comer, su comportamiento
en la mesa era deplorable, y todas
estas características, de algún modo, la acompañaron toda su vida”.
Con el tiempo, la niña se convirtió
en mujer, y el pueblo de Madrid,
siempre tan cruel, la puso el mote de
“Isabelona la frescachona”, porque a
los juguetes y los dulces añadió los
hombres entre sus caprichos, llegando a tener al final de su vida una lista
de amantes que podría rivalizar con
LOS BORBONES, PESE
A HABER SIDO UNOS
REYES DE MEDIA
BASTANTE INEPTOS,
HAN TENIDO EN
CONJUNTO
UNA SUERTE
EXTRAORDINARIA
la de la Bardot. Finalmente tuvo que
abandonar España debido al levantamiento dirigido por el general
Prim, que dio lugar al breve reinado
de Amadeo de Saboya y posteriormente al advenimiento de la I República, y por eso fue rebautizada para la Historia por Benito Pérez
Galdós con el nombre de “Isabel la
de los tristes destinos”. Para triste
destino el de Prim, que murió asesinado al poco de su levantamiento, y
no el de Isabelona, que pudo ver como tan sólo siete años después de ser
expulsada, el pueblo recibía con en-
tusiasmo a su gallardo hijo Alfonso,
quedando la dinastía restaurada.
Podríamos continuar hablando de
la gallardía y gusto por la caza de piezas de toda índole de los sucesores de
Isabel, Alfonso XII, de quien se rumoreó que su temprana muerte se
debió a que estaba “hecho polvo de
tanto joder”, y XIII, cuya descendencia natural es bien conocida por el
gran público, pero es hora de centrarse en la personalidad única que es
nuestro actual monarca, S.M. el Rey
Don Juan Carlos The One.
(SIGUE EN LA SIGUIENTE PÁGINA)
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