Global Marshall Plan

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Josef Riegler Franz Josef Radermacher
Global Marshall Plan
balance the world with an Eco-Social Market Economy
Global Marshall Plan
balance the world with an Eco-Social Market Economy
Visión
Justicia, paz y desarrollo sostenido en todo el mundo
Vías
Asociaciones globales – economía de mercado eco-social mundial
Estrategia
Crear condiciones con las que ganen todos (Win-win-Situation)
Oportunidades justas de desarrollo para todos a través de la financiación
de las Metas del Milenio para el desarrollo
Economía de mercado justa para todos a través de estándares ecológicos
y sociales mundialmente vinculantes, apertura del mercado y (co)financiación
Milagro económico y empuje de crecimiento a través de impulsos de
inversión así como aumento de la capacidad adquisitiva
Un proyecto para la esperanza
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En mayo de 2003 se reunieron personas pertenecientes a la ciencia, política,
medios de comunicación, cultura y organizaciones de colaboración para el
desarrollo para tomar medidas contra el cada vez más amenazador desplome
del desarrollo de la humanidad: la realización de las metas de desarrollo acordadas por la ONU debe ir vinculada a la creación de un marco eco-social
para una economía globalizada. ¡Aquí nació la idea de un „Plan Marshall
Global para una economía de mercado eco-social mundial”! Esta iniciativa
se ha desarrollado con gran dinamismo y entre tanto cuenta con el apoyo de
más de 50 organizaciones de la sociedad civil y de eminentes personalidades.
A los „iniciadores de primera hora“ – Club de Roma, Foro Eco-Social Europa,
Fundación de Contratos Globales (Global Contract Foundation), Club de
Budapest – se unieron pronto importantes agrupaciones de la sociedad civil
y de la economía. Se nombra de forma ejemplar las siguientes: la asociación
alemana de organizaciones no gubernamentales para la política de desarrollo
(VENRO), secciones nacionales del movimiento ecológico Friends of the
Earth y de la organización de estudiantes AIESEC, la Asociación Federal
alemana para la Promoción Económica y la Economía Exterior (BWA), la
asociación alemana de jóvenes empresarios Wirtschaftsjunioren y su organización central internacional Junior Chamber International (JCI).
Pero la iniciativa tiene también una resonancia positiva a nivel internacional.
La iniciativa ya ha organizado varias conferencias propias en diferentes ciudades europeas y ha estado presente en numerosos eventos internacionales.
Aquí enumeramos sólo algunos ejemplos: el Foro Social Mundial en Mumbai,
la reunión del Parlamento de las Culturas Mundiales en Ankara, la Conferencia del Parlamento de las Religiones del Mundo en Barcelona y la
Cumbre Mundial sobre la Sociedad de Información (CMSI) en Ginebra y
Túnez.
Personalidades de todas las esferas sociales han manifestado su beneplácito y
su apoyo a la iniciativa del Plan Marshall Global. En cabeza se encuentran el
Presidente Federal alemán DrProf. Horst Köhler, el Presidente Federal austríaco Dr. Heinz Fischer, la Ministra de Asuntos Exteriores de la UE Dra.
Benita Ferrero-Waldner y el presidente del Club de Roma, Príncipe Hassan
de Jordania.
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Un proyecto para la esperanza
Global Marshall Plan
balance the world with an Eco-Social Market Economy
La UE como portadora de esperanzas
La Unión Europea es una importante portadora de esperanzas para nuestro
proyecto y para muchas personas. Por ello se dirige la iniciativa Plan Marshall
Global en primer lugar y de forma explícita a las personas con capacidad de
decisión en Europa. El primer paso para el desarrollo de un Plan Marshall
Global debe ser la instauración de un gremio de asesoramiento de la Unión
Europea. Este debe elaborar una propuesta precisa para la financiación y la
realización de un Plan Marshall Global, integrando a representantes de las
regiones del „Norte“ y del „Sur“, de la sociedad civil y de la economía.
I. Ideas sobre el Plan Marshall Global para una economía de
mercado eco-social mundial
Las siguientes consideraciones deben entenderse como sugerencias y contribuciones a la discusión. El objetivo de este texto es explicar la posibilidad de
realización y financiación de una tal estrategia global para tener un futuro
más equilibrado. La economía, la ciencia, la política y la sociedad civil global
deben emprender activamente y en común la definición del contenido de
este Plan Marshall Global en el sentido de un „Plan Solidario Global”. La
calidad y el éxito de nuestro proyecto dependerán decisivamente de su compromiso y de sus aportaciones.
La fase necesaria para ponerse de acuerdo sobre los objetivos y pasos de responsabilidad global tiene que dar paso ahora con toda urgencia a una fase en
la que se apliquen con determinación los cambios globales. Los iniciadores del
Plan Marshall Global consideran que eliminar la paralización en la aplicación de
estándares globales adecuados posibilitando constelaciones que son beneficiosas
para todos los participantes es la tarea más importante para los próximos años y
Un proyecto para la esperanza
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el primer paso hacia una nueva calidad en la capacidad de actuación global.
Esto atañe especialmente a las cuestiones de la financiación y de los mecanismos de realización de un Plan Marshall Global de este tipo en unión con la
implementación de estándares ecológicos y sociales vinculantes.
II. Las Metas del Milenio de las Naciones Unidas
En la Cumbre del Milenio de la ONU celebrada el año 2000 acordaron 191
Jefes de Estado y de Gobierno metas de desarrollo que deben realizarse hasta
el año 2015. En ello se concentra también la primera fase del Plan Marshall
Global:
1. Reducir a la mitad el número de personas cuyos ingresos sean inferiores
a un dólar por día (actualmente sigue habiendo más de mil millones de
personas)
2. Posibilitar la enseñanza primaria completa a todos los niños
3. Fomentar la igualdad entre los sexos y aumentar el influjo de las mujeres
4. Reducir la mortalidad de los niños a una tercera parte de las cifras actuales
5. Mejoras substanciales de la salud de las madres
6. Invertir las tendencias de la propagación del VIH/SIDA, la malaria y otras
enfermedades epidémicas
7. Invertir las tendencias de pérdidas de recursos medioambientales y reducir
a la mitad el número de personas que no tienen acceso a agua potable
saludable (hoy sigue habiendo más de mil millones de personas)
8. Instauración de una nueva colaboración para el desarrollo:
a) el desarrollo de un sistema de comercio internacional abierto y un
sistema financiero mundial con condiciones marco apropiadas;
b) actividades para superar la pobreza como, por ejemplo, en lo referente
al problema de las deudas de países especialmente pobres;
c) la creación de posibilidades de trabajo productivo que dé sentido;
d) aseguramiento de un acceso a medicamentos importantes a precios asequibles;
e) acceso a todas las ventajas de la tecnología moderna.
Entretanto, todas las organizaciones internacionales han hecho suyas estas
metas como, por ejemplo, la Organización Mundial del Comercio (OMC),
la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Banco Mundial y
el Fondo Monetario Internacional (FMI).
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Un proyecto para la esperanza
III. Volumen financiero necesario para el Plan Marshall Global
Las necesidades financieras aún sin cobertura para lograr las Metas del Milenio
para el desarrollo alcanzan, según un análisis de las Naciones Unidas recogido
en el llamado informe Zedillo (2001), ascienden a unos 50 mil millones de
dólares americanos por año. A ello hay que añadir otros 20 mil millones de
dólares americanos anuales para la puesta a disposición de bienes públicos
globales para garantizar las condiciones marco básicas para un economía de
mercado eco-social mundial optimada.Ya se han confirmado de forma vinculante doce mil millones de dólares anuales a partir de 2006 para cubrir
una parte de estos gastos adicionales necesarios. Pero debido a que los estudios
realizados hasta ahora han partido de que los fondos estarían disponibles a
partir de 2001 para lograr las Metas del Milenio para el desarrollo hasta el
año 2015 y teniendo en cuenta que la implementación de un Plan Marshall
Global no se podrá realizar previsiblemente antes de 2008, hay que partir
ahora de un volumen financiero anual adicional de aproximadamente 100 mil
millones de dólares que debería ponerse a disposición de forma progresiva.
Para evaluar dicha magnitud remitimos a las siguientes cifras comparativas:
La suma total de la ayuda internacional al desarrollo asciende actualmente
aproximadamente a entre 55 y 60 mil millones de dólares americanos. Ello
equivale aproximadamente al 0,2 por ciento del producto interior bruto (PIB)
de los países donantes. Con el Plan Marshall Global propuesto ascendería
dicha cuota aproximadamente a entre el 0,5 y el 0,6 por ciento del PIB. Ello
seguiría siendo inferior al 0,7 por ciento que se había propuesto la comunidad
mundial como objetivo ya en 1970.También puede utilizarse como magnitud
comparativa el importe porcentual del Plan Marshall de EE.UU. para Europa
después de la II Guerra Mundial. Este plan se financió durante un periodo
de cuatro años con una media del 1,3 por ciento del PIB de EE.UU. El presupuesto total de la Unión Europea asciende actualmente a aproximadamente
el uno por ciento del PIB de los Estados miembros de la UE.
Estas cifras dejan claro que el Plan Marshall Global propuesto puede financiarse. Pero la experiencia demuestra que apenas cabe esperar el aumento
necesario de los medios provenientes de los presupuestos estatales para la
realización de las Metas del Milenio de las Naciones Unidas debido a la tensa
situación de los presupuestos públicos.
Un proyecto para la esperanza
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Los iniciadores proponen por ello nuevas vías innovadoras y no convencionales para la aportación de fondos. Para ello recurrimos, entre otras cosas, a
las ideas del Ministro de Hacienda británico Gordon Brown y del experto
financiero George Soros.
La idea fundamental es: impuestos globales para no provocar distorsiones
regionales de la competencia y porque las actividades económicas globales
participan actualmente de forma subproporcional en la aportación de impuestos; gravámenes extremamente bajos para no abrumar a la economía ni
a los consumidores; fácil administración a través de instituciones ya existentes.
Los tres ejemplos siguientes son sencillamente sugerencias para seguir
discutiendo.
1. Derechos especiales de giro en el Fondo Monetario Internacional
(FMI)
La propuesta del experto financiero George Soros de aprovechar los derechos
especiales de giro del FMI para financiar el desarrollo la recoge tanto el
Informe Zedillo como también Gordon Brown.
Se denominan derechos especiales de giro a los créditos que tiene a disposición
un país en relación con la cuota que haya pagado al fondo FMI. Un efecto
positivo resulta del hecho que los países en vías de desarrollo abonan parte
de su cuota en las propias monedas, a menudo más débiles, pero reciben los
créditos en monedas estables de la cesta de monedas. George Soros propone
autorizar en el futuro dichos derechos especiales de giro anualmente. Según
su propuesta, los países más pobres obtendrían con ello un importe adicional
de aproximadamente diez mil millones de dólares para tareas de desarrollo.
Adicionalmente, los países ricos deberían poner a disposición su cuota correspondiente de 18 mil millones de dólares para la financiación del desarrollo.
Ello podría ser una importante base financiera para el Plan Marshall Global.
En la presente propuesta de la iniciativa Plan Marshall Global se prevé una
transferencia anual al Sur por un importe total de entre 30 y 40 mil millones
de dólares provenientes de los derechos especiales de giro. Las correspondientes
posibilidades de creación de dinero de los bancos centrales de los países ricos
o de los grupos de países se reducirían así, pero en un volumen razonable.
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Un proyecto para la esperanza
2. Impuesto mínimo sobre transacciones financieras globales
Diferentes partes hacen la propuesta de introducir el llamado „impuesto Tobin“
sobre las transacciones financieras globales para financiar objetivos de desarrollo global. En nuestra propuesta se sugiere un impuesto extremamente
reducido como prudente aprovechamiento de este instrumento y ello sólo a
nivel global.
El prudente inicio de un impuesto mundial de inicialmente el 0,01 por ciento
sobre las transacciones financieras globales podría ser objeto de discusión. En
caso de que se hagan experiencias correspondientemente positivas podría elevarse al 0,02 por ciento. Con un impuesto Tobin tan reducido podrían ponerse
a disposición entre 30 y 40 mil millones de dólares anualmente para el Contrato Planetario propuesto en un Plan Marshall Global.
3. Impuesto Terra sobre el comercio mundial
Hay motivos no sólo de naturaleza técnico-financiera, sino también y ante
todo profundamente sistémicos que, en contra de las posiciones ortodoxas
del mercado, justifican las reflexiones sobre la introducción de un impuesto
para el comercio mundial. Un impuesto Terra de este tipo haría suyos los
principios del „comercio justo“ por los que abogan ya desde hace años,
entre otros, las iglesias y las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo, así como también determinadas asociaciones industriales.
En los últimos decenios se ha producido un cambio radical en la economía
mundial. Una parte de la economía y de las empresas que la sustentan se han
globalizado ampliamente. Otra parte no ha podido seguir esa vía debido a
diferentes razones. En parte por motivos estructurales, en parte debido a la
vinculación regional de sus productos. La parte globalizada de la economía
ha podido y sigue pudiendo evadir ampliamente el sistema tributario nacional
así como el cumplimiento de estándares nacionales como, por ejemplo, en los
referente al medio ambiente, logrando con ello una enorme ventaja competitiva frente a las empresas nacionalmente vinculadas. Una de las consecuencias
que ello conlleva es que las 15 empresas transnacionales mundiales más grandes
controlan hoy unas prestaciones económicas superiores a las de los 60 estados
más pobres del mundo, medidas según el valor de sus cifras de ventas. Los
estados sólo pueden compensar las mermas fiscales combinando la austeridad
con un aumento de impuestos sobre los ciudadanos y ciudadanas, así como
sobre las en su mayoría pequeñas y medianas empresas con vinculación
nacional, lo que también conlleva una reducción de las prestaciones sociales.
Un proyecto para la esperanza
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Con ello ha surgido un profundo problema en el sistema social cuyos motivos
y efectos siguen sin discutirse en medida suficiente. Si no se logra muy pronto
volver a establecer condiciones competitivas equilibradas con impuestos
justos y ecuánimes para todos los sectores y actores de la economía no serán
sólo los presupuestos municipales y nacionales los que sufran las consecuencias.
La existencia de las empresas con vinculación regional, en su mayoría
pequeñas y medianas empresas, estaría gravemente amenazada y, en definitiva,
también el sistema de la economía de mercado eco-social en su conjunto. La
introducción de un impuesto sobre el comercio mundial es, ante este telón
de fondo, una necesidad de sistema para dar al menos el primer paso hacia
un sistema impositivo mundial más justo. Aunque los sistemas sociales tradicionales necesiten reformas que vayan hacia más responsabilidad propia, en
ningún caso deberá socavarse sistemáticamente el aseguramiento financiero
de las inversiones que hacen las sociedades en servicios sociales, educación,
investigación, salud, infraestructuras, etc. En caso contrario, nuestras sociedades
serán en el futuro más pobres de lo que deberían ser.
Para la financiación del Plan Marshall Global debería discutirse por ello un
tercer elemento que sería la aplicación de un impuesto Terra sobre el comercio
mundial por una tasa de, por ejemplo, entre el 0,35 y el 0,5 por ciento. Este
afectaría del mismo modo a todos los sectores del comercio mundial. Debido
a que la cuota del comercio mundial sobre los precios de los productos finales
es en la mayor parte de los casos la parte alícuota más reducida, éste impuesto
apenas se notaría en los productos finales individuales. Sin embargo, según el
estado actual del comercio mundial con un volumen de 8,5 billones de
dólares americanos, un impuesto de este tipo permitiría recaudar entre 30 y
40 mil millones de dólares.
Las tres propuestas de discusión ofrecen además las siguientes ventajas:
Apenas necesitan burocracia adicional para la puesta a disposición de los
medios debido a que su registro completo queda garantizado en la mayor
parte de los casos con las determinaciones del valor que de todas formas
se necesitan para el despacho de aduanas y para determinar las tasas sobre
el valor añadido así como con la documentación y el seguimiento de las
transacciones realizadas en el mercado financiero.
Debido a que las medidas propuestas exigen el acceso de nuevos actores a
los mercados internacionales, son al mismo tiempo un instrumento para
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Un proyecto para la esperanza
fomentar la competitividad y para eliminar las distorsiones competitivas
existentes.
Siempre y cuando se utilicen estos medios en inversiones, también sirven
para aumentar el crecimiento en todo el mundo y contribuyen al auge económico mundial tan necesario, así como a aumentar las posibilidades de
generar puestos de trabajo.
Las medidas propuestas sobre los derechos especiales de giro y el impuesto
Tobin deberían realizarse a través del FMI. La propuesta de introducir el
impuesto Terra debería ser un tema a discutir en las próximas negociaciones
de la OMC en el marco de un esfuerzo de mayor importancia para establecer
un Plan Marshall Global para una economía de mercado eco-social mundial.
Junto a las tres posibilidades de financiación expuestas, también sería interesante discutir sobre la introducción de un sistema de certificados del clima
conocido como „Global Climate Certificate System“ (GCCS) y la creación
de un empréstito de futuro como la propuesta elaborada por Gordon Brown
de instaurar una Facilidad Financiera Internacional conocida como „International Finance Facility“. Especialmente importantes son además las contribuciones hacia un desendeudamiento de los países en vías de desarrollo
como se exponen en la Estrategia de Reducción de Pobreza (ERP) de la
ONU. La comunidad de estados debería decidirse enérgicamente a cerrar de
una vez por todas los „oasis fiscales off-shore“ que hacen que los sistemas
fiscales nacionales pierdan anualmente entre 50 y 60 mil millones de dólares
americanos.También será deseable que se tomen acuerdos sobre niveles
mínimos impositivos dependientes del desarrollo.Todos estos temas ya se
están tratando internacionalmente, algo que desde el punto de vista de la
iniciativa Plan Marshall Global hay que acoger con satisfacción. Los esfuerzos
para la eliminación de las estructuras proteccionistas – también en lo referente
a la política agraria actual – tienen que intensificarse tanto como las reflexiones
sobre la creación de una autoridad cartelaria internacional.
IV. Realización de una economía de mercado eco-social mundial
¡Hay que implementar paso a paso amplios estándares acordados internacionalmente en el Plan Marshall Global! En la realización del Plan Marshall Global
hay que evitar hacer los mismos errores que en la colaboración para el desarrollo. Sólo así puede obtenerse el efecto deseado y, con ello, un apoyo sostenido
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y amplio de la sociedad civil global, pero también de la economía y de la
política. La vía más apropiada para ello parece ser en primer lugar la vinculación de estándares éticos, económicos, ecológicos, sociales culturales y
democráticos a un programa como éste, en el sentido de una economía de
mercado eco-social mundial. La adjudicación de medios no puede quedar
bajo el influjo de intereses económicos a corto plazo de los países donantes
ni de los intereses de poder con miras estrechas de las élites en los países
receptores. Lo mejor para poder lograrlo es una orientación consecuente a
estándares con la obligación de rendir cuentas que ello conlleva, así como la
integración activa y transparente de la economía y de las organizaciones de
la sociedad civil.
Para la primera fase del Plan Marshall Global se pretende aplicar los siguientes
estándares que ya cuentan con un amplio consenso entre los miembros de la
ONU:
a) Los estándares centrales de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) como son el derecho de organización, principio de igualdad de
trato de hombres y mujeres, prohibición del trabajo infantil, etc., que
en su mayor parte son idénticos a los derechos fundamentales humanos,
económicos, sociales y culturales que también deben servir como
referencia.
b) Los estándares del Tratado Ambiental Internacional: si se aplican estos
criterios a la adjudicación de medios tenemos que ser conscientes de
que el incumplimiento de alguno de estos estándares ecológicos y
sociales en algunos sectores representan las ventajas competitivas más
importantes que tienen los participantes, que normalmente son las
regiones económicamente más atrasadas. El ejemplo de la ampliación
de la UE demuestra que a pesar de ello pueden tomarse acuerdos sobre
la aplicación de altos estándares comunes y niveles de protección si
simultáneamente los países desarrollados aseguran la cofinanciación
necesaria para el desarrollo de los socios más débiles. Esta vinculación
beneficia a todos los participantes. Desde el punto de vista de la iniciativa, para el éxito del Plan Marshall Global tiene una importancia
decisiva, además de una mayor apertura concertada de los mercados,
establecer un vínculo equilibrado entre la implementación de estándares
y la financiación.
c) Importancia central de la OMC: la Organización Mundial del Comercio
cuenta hasta ahora con las posibilidades más eficaces de imponer los están-
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Un proyecto para la esperanza
dares a nivel mundial. La OMC se diferencia decisivamente de las otras
organizaciones internacionales por dos características: su toma de decisiones está organizada según el principio del consenso y prevé una especie
de derecho al veto en la realización posterior no sólo para los países
ricos, sino también para los más pobres. Además dispone la OMC de una
judicatura manifiestamente eficaz con posibilidades de aplicar sanciones
drásticas a través de la imposición de penalizaciones arancelarias.
Sin embarco, la OMC es como ninguna otra organización internacional blanco
de las críticas, ante todo porque hasta ahora sólo se ha ocupado – de acuerdo
con su mandato – de los temas que fomentan el libre comercio dejando de
lado los aspectos ecológicos, sociales y culturales.
Los iniciadores del Plan Marshall Global para una economía de mercado
eco-social mundial proponen por ello vincular las reglas comerciales con los
estándares sociales, ecológicos y de procedimientos para lograr un sistema de
administración global coherente y orientado a la sostenibilidad (= economía
de mercado eco-social mundial). Para todos los tratados e instituciones
globales deberían tener vigencia los mismos estándares sociales y ecológicos,
con el mismo carácter obligatorio e idénticas posibilidades de imposición.
La equiparación de los estándares comerciales, ecológicos y sociales a través
de su vinculación a la OMC – junto con la puesta a disposición de los
medios necesarios para el Plan Marshall Global – es el núcleo del proyecto
„Plan Marshall Global para una economía de mercado eco-social mundial“
en lo referente al diseño institucional. La (co)financiación prevista debería
posibilitar abrir las vías del consenso global, así como también la vinculación
de reglamentos propios con los otros regímenes mencionados, de forma
análoga a los procesos de ampliación de la UE.
V. Utilización de los medios del Plan Marshall Global
En un mundo globalizado es necesario que cada sector cumpla sus imprescindibles tareas. Para ello hay que proceder consecuentemente según el principio
de subsidiariedad. La transferencia de conocimientos, „empowerment“ y la
inversiones eficaces en educación y salud tienen que tener prioridad. Al adjudicar los medios hay que tener en cuenta los siguientes criterios y experiencias:
El fortalecimiento de la responsabilidad propia y de la capacidad empre-
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sarial de cada individuo tienen que estar en el centro del interés de las
medidas futuras de fomento.
La incorporación de la sociedad civil local y global en los procesos de
estructuración es cada vez más importante.
Las exigencias democráticas aumentan en todos los niveles.
Va a ser imprescindible que todas las personas de todas las naciones puedan llegar a tener la sensación de estar implicadas equitativamente en la
estructuración de las condiciones marco globales.
Para la utilización de los medios y ante el telón de fondo de estas reflexiones,
consideramos que los siguientes principios y propuestas son especialmente
dignos de mención:
Los programas concretos de fomento deberían coordinarse a través de las
correspondientes organizaciones especiales y programas de las Naciones
Unidas. Hay que reforzar el papel de las Naciones Unidas, cuyos presupuestos totales anuales para administración, programas, todas las suborganizaciones
y misiones de paz equivalen aproximadamente a los que utiliza la ciudad
de Nueva York para tareas educativas.
Sirva como ejemplo el programa ya instaurado y dotado con más de dos
mil millones de dólares americanos „Fondo Global contra el SIDA, la
Tuberculosis y la Malaria“ para observar si el establecimiento de dichos
fondos propios cercanos a la ONU sirven de ayuda en acción recíproca
con los responsables de la economía y de la sociedad civil para lograr las
metas fundamentales del Plan Marshall Global.
Siempre y cuando se obtengan medios de un impuesto sobre el comercio
mundial habría que considerar si no sería conveniente utilizar éstos al
principio para objetivos de desarrollo en aquellos sectores económicos
de los que se obtengan los ingresos como, por ejemplo, en el sector de
telecomunicaciones o de energía. Ello podría aumentar considerablemente
la aceptación de la economía debido a que la aportación de medios y su
utilización estarían interrelacionados de forma transparente. Sin embargo
habría que observar aquí, como en otros sectores, que se utilicen tecnologías adaptadas.
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Un proyecto para la esperanza
Un instrumento esencial para la utilización de los medios debería ser la
licitación pública de los programas previstos de las organizaciones no
gubernamentales de forma que pueda obtenerse así la mejor relación
costes/resultados en sana competencia. Ello podría realizarse a través de
un gremio independiente instalado en el FMI pero que sea materialmente
independiente a la hora de tomar decisiones.
Una clara preferencia ante proyectos que ejecuten expertos y empresas
de los países donantes deberían tener aquellos proyectos basados en las
posibilidades empresariales de las personas in situ como, por ejemplo,
bancos de pequeños créditos (Grameen Bank) y escuelas de desarrollo
(Fundaec en Colombia), en los que se imparte formación a los nativos
para convertirlos en promotores del desarrollo.
En lo referente a la transferencia de tecnología, la selección de los proyectos fomentados debería orientarse ante todo a la pauta de que una
cantidad lo más grande posible de nativos (en lugar de grupos de élite con
menor número de participantes) adquiera tan rápida y eficazmente como
sea posible la capacidad de utilizarla bajo responsabilidad propia. Remitimos
aquí a un ejemplo exitoso en el sentido de un „empowerment“ como se
ha explicado y que se trata del programa „Women’s Empowerment“ en Nepal.
La búsqueda de proyectos sociales y ecológicos especialmente exitosos y
eficaces así como de los criterios de éxito debería definirse y fomentarse
como un nuevo punto central de la investigación internacional. Con la
identificación y el fomento de proyectos de Mejores Prácticas puede
aumentarse considerablemente la eficacia de muchas de las formas existentes hoy día para el apoyo del desarrollo.
VI. La UE como portadora de esperanzas
Los iniciadores del Plan Marshall Global se dirigen conscientemente con sus
reflexiones y propuestas a diferentes destinatarios de forma paralela:
1. A los gobiernos europeos y parlamentos nacionales, al Parlamento de la
UE y a la Comisión Europea con la propuesta de convocar un gremio de
asesoramiento de la UE a principios del año 2005. Este gremio, integrando
a la economía y a la sociedad civil de las regiones del „Norte” y del “Sur”,
deberá elaborar una iniciativa concreta de la UE para un „Plan Marshall
Un proyecto para la esperanza
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4.
5.
Global para una economía de mercado eco-social mundial“. La UE
deberá debería aportar en el futuro un concepto correspondiente como
posición común de la UE en todas las cumbres mundiales del futuro y
rondas de negociaciones. Este es el objetivo intermedio prioritario de
nuestra iniciativa.
A la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que en definitiva deberá
ser la portadora del Contrato Planetario de un Plan Marshall Global, y a
sus suborganizaciones que juegan un papel central en la realización de
este proyecto.
A diferentes organizaciones internacionales – pertenecientes al ámbito de
las organizaciones especiales de la ONU y del sector de las asociaciones
económicas internacionales y otras asociaciones – con el ruego de que
actúen en el sentido de un Plan Marshall Global para posibilitar que por
esta vía se logren las Metas del Milenio de las Naciones Unidas.
A la economía que actúa internacionalmente para que aplique un Plan
Marshall Global de este tipo como palanca con la que lograr un milagro
económico mundial global y para que haga asunto propio el fomento de
un Buen Gobierno de las Empresas y de la Responsabilidad Social. Sin la
ayuda de la economía es impensable poder lograr una realización amplia
del Contrato Planetario de un Plan Marshall Global.
A la sociedad civil global organizada en organizaciones no gubernamentales
para que haga asunto propio esencial la iniciativa para un Plan Marshall
Global durante los próximos años. Las organizaciones no gubernamentales pueden contribuir esencialmente a que aumente la concienciación de
la necesidad de un Plan Marshall Global. Simultáneamente deberán controlar y vigilar el progreso del proceso en marcha.
Además de los grupos nombrados, la iniciativa se dirige también especialmente
a las ciencias, a los medios de comunicación, a las artes y a los grandes movimientos humanitarios así como a las religiones para quienes los objetivos
formulados en este texto tienen una importancia central. En el caso de que
las olas de apoyo de esta iniciativa alcance la dimensiones deseadas por los
iniciadores en los sectores mencionados, entonces podría seguir a una cumbre
mundial en el año 2007, con fecha „Rio+15“, la aprobación de un „Plan
Marshall Global para una economía de mercado eco-social mundial“. Pero
mucho antes, como muy tarde a finales de 2005, debería haberse hecho la
elaboración de los puntos esenciales en un correspondiente gremio de asesoramiento europeo de la UE. La primera fase de implementación para el logro
de las metas anteriormente descritas según las Metas de Desarrollo del Milenio
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Un proyecto para la esperanza
podría preverse desde el 1.1.2008 hasta incluido el año 2015. Las Metas del
Milenio son ya prácticamente inalcanzables sin un plan así. El último informe
de la cumbre mundial sobre la alimentación muestra claramente que las
tendencias referentes a los asuntos esenciales de las Metas del Milenio incluso
empeoran.
¡Si este problema siguiera agudizándose sería mucho más difícil contrarrestarlo posteriormente, o incluso podría legar a ser imposible!
VII. Determinación de los iniciadores
Un Plan Marshall Global para una economía de mercado eco-social mundial
desarrollado sensatamente satisface, tanto a corto plazo como a largo plazo, los
más altos intereses de los países marginados y de los ricos, los de la sociedad civil
global y los de la economía, así como los de la política nacional e internacional.
Puede resultar ser el programa más eficaz que hoy sea posible para el fomento
del desarrollo económico y de la paz durante los próximos decenios, en unión
con la realización de las grandes metas ecológicas y sociales en el sentido de un
contrato planetario.
Por ello nuestra visión es
¡Justicia, paz y desarrollo sostenido en todo el mundo!
Por ello nuestra vía es
¡Asociaciones globales a través de una economía de mercado eco-social mundial!
Viena/Ulm, mayo 2005
Un proyecto para la esperanza
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Declaración de apoyo
Fax: +43 (0) 1 533 07 97-90
Global Marshall Plan – balance the world with an Eco-Social Market Economy
Yo/Nosotros apoyo/apoyamos el Plan Marshall Global para una economía de
mercado eco-social mundial.
Organización:
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………………………………………………………
Función:
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Correo electrónico:.……………………………………………………
Quisiera recibir informaciones y el boletín de noticias por correo electrónico.
Quisiera colaborar activamente en la iniciativa.
Quisiera apoyar también a la iniciativa financieramente.
Fecha:
Firma:
Pie de imprenta:
Autores: Josef Riegler, ex vicecanciller, presidente del Foro Eco-Social Europa,Viena;
Franz Josef Radermacher, miembro del Club de Roma, presidente del consejo de administración de la Fundación de Contratos Globales (Global Contract Foundation), director
del instituto de investigación para el procesamiento de conocimientos orientado a las
aplicaciones (FAW/n), Ulm; Redacción: Ernst Scheiber; Maquetación: Roland Wallner
Fuentes de referencia:
Ökosoziales Forum Europa, Franz Josefs-Kai 13, A-1010 Viena, teléfono:
+43(0)1-533 07 97, fax: +43(0)1-533 07 97-90, e-mail: [email protected]
Global-Marshall-Plan-Initiative, Rissener Landstraße 193, D-22559 Hamburgo,
teléfono: +49(0) 40-822 90 420, fax: +49 (0)40-822 90 421, e-mail:
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