302 Revista Número VI LIQUIDACIÓN ANTICIPADA DE BIENES

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LIQUIDACIÓN ANTICIPADA DE BIENES
GANANCIALES.
RECONOCIMIENTO DE LABORES
AGRÍCOLAS DE CÓNYUGE EN INMUEBLE
DONADO.
VOTO N° 2008-000534
DE LAS 10:00 HRS.
DEL 25 DE JUNIO DEL 2008.
(...) El recurrente protesta la decisión del Tribunal
que declaró el derecho de la actora a participar en
la mitad del valor neto sobre las mejoras introducidas
por su trabajo, en la finca matrícula número … de la
provincia de Guanacaste, porque sostiene que la
pretensión propuesta en la demanda fue en relación
con el crédito hipotecario inscrito registralmente, al
margen del citado inmueble. La proposición de este
agravio, no es de recibo. El derecho cuya declaratoria
se pretende en la demanda, tiene como finalidad la
determinación y fijación del derecho a gananciales
de las partes, según el régimen dispuesto por el
ordenamiento jurídico. La doctrina jurisprudencial de
esta Sala ha reiterado el carácter personal o de crédito
del derecho a gananciales, en tanto lo que la ley otorga
es una participación sobre el valor neto de los bienes
con esa vocación. En la demanda, la actora reconoció
expresamente que al actor le fue donado el inmueble
de la provincia de Guanacaste, matrícula …; lo cual
torna evidente que esa sola circunstancia excluye la
condición de ganancialidad de ese bien (artículo 41
del Código de Familia) y por lo mismo, todo posible
derecho de la actora, a participar en su valor neto. Sin
embargo, la actora expresamente señaló que luego
de haberla adquirido, aún por donación, ella trabajó
en ese inmueble por 17 años y por ello le corresponde
“AL MENOS COMO PARTE DE MI MITAD EN LA
PLUSVALÍA QUE ME CORRESPONDE” (ver folio 18).
Aunque posteriormente, hiciera la expresa petición de
que se declarara su derecho a la totalidad del crédito
hipotecario inscrito al margen de ese inmueble; ello no
puede interpretarse en el sentido de que restringió en
esa medida, el derecho al cual se siente merecedora,
sino como un mecanismo por el cual, pretende que se
le haga efectivo su derecho, es decir, inscribiéndose su
nombre como acreedora de ese crédito; petición que
no es legalmente posible atender en esos términos,
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Revista Número VI
porque eso no lo autoriza el numeral 41 de repetida cita
(folio 19). Además, por tratarse de un derecho al valor
de todos los bienes gananciales adquiridos durante la
vigencia de la relación matrimonial, la declaración que
se haga no puede ser restrictiva, es decir, no limita ni
coarta la posibilidad de que en el futuro, también se
intente la liquidación del derecho sobre bienes que se
demuestre, sean de esa naturaleza. De esta forma, si
la actora alegó y demostró, las circunstancias fácticas
que fundamentan su derecho a la mitad de las mejoras
introducidas a ese inmueble, con su trabajo, a partir de
1988 y hasta el año cuando concluyó su convivencia
con el demandado, no cabe duda que la declaratoria
realizada en ese sentido, es del todo procedente y por
lo mismo, el reparo de incongruencia es inatendible, en
tanto lo resuelto se enmarca dentro del conjunto de los
hechos, de la pretensión y de la defensa, propuestas
por las partes.
IV.- DE LA VIOLACIÓN AL NUMERAL 41 DEL CÓDIGO
DE FAMILIA: El recurrente protesta la violación del
numeral 41 del Código de Familia porque estima que
la actora no alegó ni tampoco demostró el supuesto
que autorice la liquidación anticipada de bienes
gananciales. Tal argumento, no resulta de recibo.
Según se advierte del escrito de demanda, la actora
expresamente adujo la interposición de un “Juicio
abreviado de liquidación previa de bienes gananciales”;
pero además, tal pretensión se desprende y deduce
del fundamento fáctico mencionado y de la expresa
petición liquidatoria. En efecto, en el cúmulo de
hechos se indica que actora y demandado son dos
personas unidas en matrimonio, pero separadas de
hecho por situaciones de violencia doméstica y en
donde la actora hace evidente que el demandado
se encuentra disponiendo de bienes respecto de los
cuales ella estima que tiene derecho. Es ese estado de
riesgo, el supuesto necesario para un proceso de esta
naturaleza, siendo en sentencia donde corresponde
a quien juzga, definir si de acuerdo con el resultado
de las probanzas, la petición es o no procedente. A
lo anterior se suma, la circunstancia insoslayable de
la falta de oposición que a ese respecto hiciera el
demandado, al contestar la acción. En su defensa
únicamente limitó su oposición, a la extensión y a
los límites del derecho peticionado. De esta manera,
hubo una aceptación implícita para que se procediera
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a la liquidación anticipada de gananciales, lo que
aunado a la constatación de la venta efectuada por
el demandado, tornó evidente, la procedencia de la
solicitud. En este aspecto se debe ser enfático en
que, de acuerdo con el contenido del numeral 41
del Código de Familia, la liquidación anticipada de
gananciales viene dispuesta para aquellas situaciones
en que los intereses del cónyuge corren el riesgo de
ser comprometidos por una mala gestión o bien, por
actos que amenacen burlarlos. La norma no limita
la demanda a los actos de disposición de bienes
gananciales, porque la ganancialidad será un aspecto
que declare la sentencia, al resolver el fondo del
asunto, como sucedió en este caso. Aún cuando la
parte recurrente no protesta en forma concreta, las
razones de fondo de la declaratoria hecha a favor de
la actora, es necesario hacer la siguiente observación.
En nuestro sistema jurídico, el régimen patrimonial
sobre los bienes adquiridos durante el matrimonio -se
ha dicho- es el de participación diferida en el valor
neto sobre los bienes gananciales. La ganancialidad
viene dada como una presunción, respecto de los
bienes constantes en el patrimonio de cada uno de los
cónyuges, porque supone que fueron adquiridos con
el esfuerzo común de ambos, en la natural convivencia
del proyecto de vida familiar. De esta manera, el Código
de Familia sólo se preocupa en calificar los bienes
que no tienen la vocación ganancial, precisamente
porque reconoce que en su adquisición no participó
la institución matrimonial como tal. De esta forma, el
Código excluye, los inmuebles adquiridos por causa de
donación, como lo fue el inmueble de interés para esta
causa, inscrito bajo la matrícula Nº …, de la provincia
de Guanacaste, que le fuera donado al demandado.
Sin embargo, la pretensión de la actora no es sobre el
fundo en sí mismo considerado, sino sobre el mayor
valor que su trabajo le introdujo al inmueble, durante el
tiempo que perduró su convivencia con el demandado.
Y es que, los testimonios recibidos, son contestes en
señalar que, además del trabajo propio a las labores
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domésticas, doña ...realizó un trabajo conjunto con el
demandado, en las labores agrícolas de esa finca. Esta
era entonces, su empresa familiar, a la que dedicaban
su esfuerzo conjunto con el fin de beneficiarse también
en forma conjunta, bien a corto, mediano o largo plazo,
pues de lo contrario, ninguna causa obligaba a la actora
a desgastarse en tales faenas. Desconocer el trabajo
de la actora y decir que ella no tiene derecho porque
el inmueble como tal, le fue donado únicamente al
demandado, sería desconocer injustamente el trabajo y
los esfuerzos de una persona, lo que aún bajo la égida
del Derecho del Trabajo sería inadmisible; además de
que se gestaría un evidente enriquecimiento sin causa
a favor del demandado, lo que el Derecho tampoco
autoriza por abusivo (artículo 22 del Código Civil). Si
de ordinario, la jurisprudencia ha reconocido que la
atención de las labores del hogar y cuido de la familia,
normalmente asumidas por la cónyuge, son parte de
ese esfuerzo conjunto que otorga el carácter ganancial
a los bienes introducidos en el patrimonio del cónyuge
adquirente; con mucho más razón ha de reconocérsele
a la actora el derecho declarado por el Tribunal, cuando
es claro que además de sus labores domésticas en la
atención de su familia, también participó personalmente
en las faenas agrícolas requeridas por la citada
propiedad. Por esa razón, es innegable el derecho que
tenía la actora para accionar en esta vía a fin de hacer
efectiva la defensa de sus intereses. Ese estado de
cosas evidencia que la violación reclamada, del numeral
41 del Código de Familia, por supuesta aplicación e
interpretación indebida, no se ha dado y por lo mismo,
en este aspecto, el recurso no tiene cabida.
(…)
VI.- Por las consideraciones expuestas, al no ser
de recibo las violaciones de ley argumentadas en el
recurso, éste debe ser denegado, con sus costas a
cargo de quien lo interpuso (artículo 611 del Código
Procesal Civil).-
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