EXPASIÓN EUROPEA E IMPERIOS COLONIALES. A lo largo de la

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EXPASIÓN EUROPEA E IMPERIOS COLONIALES.
A lo largo de la historia el mundo ha conocido distintas oleadas de
expansión colonial europea, sin embargo la del período 1870 a 1914, que
coincide con la Segunda Revolución Industrial, supuso un impulso expansivo
de dimensiones desconocidas hasta entonces. Los enclaves coloniales
europeos en Asia y África se convirtieron en auténticos imperios. Se produjo
además, una carrera para ocupar los últimos territorios libres. Ahora se une
la explotación económica de un territorio a su dominio político, su anexión y
administración. La ocupación colonial se convierte en un elemento clave de la
política exterior de los países europeos y factor que provoca una creciente
rivalidad entre ellos.
El término o la doctrina imperialista constituye la tendencia a la reunión
de pueblos étnica y culturalmente diversos en un mismo conjunto
económico-político, bajo la dirección autoritaria de un poder central
acaparado por un pueblo dominante. Las doctrinas imperialistas hallaron su
expresión más abierta y sistemática en la segunda mitad del s. XIX,
coincidiendo con la expansión colonial, de la que fueron el soporte
ideológico. Estas doctrinas, que mezclaban en distintas proporciones poder,
gloria, expansión territorial, búsqueda de nuevos mercados y misionerismo
religioso, justificaron el derecho a constituir imperios recurriendo a la fuerza,
basándose en razones raciales, culturales, económico-sociales o de prestigio
nacional. Estaban de acuerdo o en desacuerdo con el nacionalismo, según
éste estuviese formulado por una nación conquistadora, o a la inversa, por
una nación sublevada contra un imperio.
Las causas que explican el fenómeno del colonialismo son variadas y
complejas, a saber:
- Causas económicas: el nivel de industrialización alcanzado en el último
cuarto del siglo XIX lleva a la búsqueda de nuevos mercados para asegurar el
consumo de los productos industriales nacionales. Al mismo tiempo las
industrias necesitan materias primas y se acude en busca de ellas a las
colonias. De modo que las colonias se convierten en las abastecedoras de
materias primas (algodón, seda, caucho, aceites, minerales, etc.),
indispensables para la producción de la industria europea, aprovechando,
además, la existencia de una mano de obra indígena abundante, barata y casi
servil. También se acudió a las colonias como lugar de inversión del
excedente de capitales europeos y se produjeron fuertes inversiones,
fundamentalmente por parte de bancos y particulares. A la postre, lo que se
consigue es aumentar el enriquecimiento de las potencias colonialistas que
así mantienen un alto nivel de vida, a costa de la explotación de las colonias
que permanecen en una situación de subdesarrollo y dependencia.
- Causas políticas y nacionales: que responden al deseo de ejercer e
imponer su poder y su prestigio militar y político en la política internacional.
La política de prestigio reforzada por las tesis nacionalistas lleva a las
potencias a procurar una presencia más activa en el campo internacional. La
ampliación colonial fue el prestigio de las naciones a finales del siglo XIX.
También se pretende controlar y poseer bases y territorios de valor
estratégico, se buscan puntos clave que permitan el abastecimiento de
combustible y al mismo tiempo el control de las rutas de comunicación de las
colonias con la metrópoli. Este nacionalismo imperialista se manifiesta en
Inglaterra y en Francia principalmente.
- Causas ideológicas y morales: esta necesidad de expansión
imperialista no es sino, para muchos políticos, una voluntad de expandirse
sobre otros pueblos respondiendo a una misión civilizadora respecto a las
otras sociedades consideradas inferiores y a las que hay que civilizar
siguiendo el modelo europeo, e incluso por su peculiar interpretación del
darwinismo, se defiende la idea de la superioridad del hombre blanco y la
civilización occidental sobre las restantes (Kipling), justificando, así, la acción
civilizadora.
- Causas sociales: por la misión civilizadora que tiene el individuo y la
sociedad europeas sobre los pueblos inferiores, y que se manifiesta a través
de variados aspectos: la evangelización y cristianización de las poblaciones
indígenas, la acción educativa, cultural y de mejora de las condiciones
sanitarias. También la curiosidad intelectual y el interés científico con la
realización de empresas para todo tipo de descubrimientos y exploraciones
geográficas, como las patrocinadas por la Real Sociedad Geográfica de
Londres.
Estas causas profundas que explican el fenómeno colonial estuvieron
favorecidas por factores provocados, a su vez, por las transformaciones de
todo tipo que se producen en las sociedades occidentales y que permitieron
la presencia europea en el resto del mundo. Los factores más importantes
fueron:
- Factores demográficos-sociales: El fuerte crecimiento de la población
europea provoca una fuerte presión demográfica, que encuentra como
válvula de escape la emigración a las colonias, donde se establecen como
colonos creando, entonces, nuevos centros de población europea.
- Factores técnicos: el desarrollo de nuevas tecnologías tuvo un papel
decisivo en la aventura imperialista. El progreso de los medios de locomoción
permite unos transportes más rápidos y baratos. Así, el barco de vapor
favorece una mayor carga y velocidad y con esto se abaratan los fletes.
También los nuevos tendidos ferroviarios y los canales transoceánicos
facilitan la movilidad de personas y materiales.
- Factores financieros: por la concentración y capacidad económica de
las sociedades y compañías por acciones, que transforman las condiciones
financieras que contribuyen a la expansión económica, así como los sistemas
de créditos, la abundancia y disponibilidad de capitales y su inversión, y las
organizaciones bancarias europeas con alcance internacional.
El proceso colonial fue complejo en sus causas y desarrollo. Las
metrópolis se mueven por distintos motivos según los momentos y
circunstancias. Por eso la colonización misma se plasma en realidades muy
distintas Podemos distinguir varias formas de ocupación colonial:
- bases de carácter estratégico, que son pequeños enclaves para
mantener una guarnición militar o para servir de control a las rutas
comerciales.
- colonias meramente económicas, son zonas donde se establece un
control económico, pero no político.
- colonias de poblamiento, a las que se traslada un importante número
de personas desde la metrópoli y llevan su lengua, instituciones y formas de
vida.
- colonias de explotación, en algunas colonias de poblamiento se
implantaba, además, el gobierno y la administración de la metrópoli,
sometiendo a la población nativa que pierde su autonomía.
- protectorados, territorios con estructura política y cultural propia, a los
que el país colonizador presta ayuda a cambio de establecer un control
militar y una explotación económica.
- por último, se producían también concesiones, un alquiler, o cesión, de
puertos normalmente de países independientes en los que los colonizadores
obtenían ventajas comerciales.
En la formación de cada colonia se dan varias etapas:
1ª.- CONQUISTA: resultaba fácil para países dotados de armamentos
modernos que toman pueblos que carecen de ellos. La tecnología occidental
supone una gran ayuda en esta fase.
2ª.- ORGANIZACIÓN: esta etapa exigir la creación de administraciones
tanto en las metrópolis (normalmente ministerios especializados) como en
las colonias (las modalidades son muy variadas).
3ª.- EXPLOTACIÓN: fin clave del imperialismo. Exigía una mínima
infraestructura de vías de comunicación, puertos y ferrocarriles. El pacto
colonial que se establece no es una relación entre iguales: la colonia se
encuentra en situación de inferioridad, es proveedora de materias primas y
compradora de productos manufacturados. No se permite su
industrialización y se ve obligada a comprar los productos manufacturados
para los que ha suministrado antes materias primas a muy bajo precio.
Cuando comienza la época expansionista sobreviven, muy disminuidos
los viejos imperios de épocas pasadas: es el caso de España, Portugal e
incluso Holanda. A la vez se perfilan ya los futuros grandes imperios: el
británico y el francés. También hay nuevos imperios, tanto en Europa
occidental (Alemania), como fuera de Europa (Estados Unidos y Japón).
A lo largo del siglo XIX GRAN BRETAÑA juega con una doble ventaja: de
un lado, abre la marcha en el camino de la expansión colonial y al ser durante
mucho tiempo la única potencia elige las zonas más ventajosas; por otro
lado, el imperio está fundado en el poderío económico de la metrópoli. De
esta manera llegará a dominar la cuarta parte de la tierra y a principios del
siglo XX su imperio se extiende por 33 kilómetros cuadrados con 450 millones
de habitantes.
En función de las características de los territorios ocupados y de sus
propias necesidades, Gran Bretaña va diseñando la tipología colonial. En
primer lugar encontramos colonias de poblamiento como Canadá, Australia,
Nueva Zelanda y África del Sur. Allí se desplazan importantes contingentes de
población inglesa. En segundo lugar, y son la mayoría, los ingleses
establecieron colonias de explotación, tanto en África como en Asia. En
África, Gran Bretaña se anexiona importantes y bien distribuidos territorios,
entre los que se puede destacar un enclave estratégico y político
fundamental: Egipto. Disputado con Francia, Egipto será ocupado por
Inglaterra en 1882, formando parte del proyecto británico de crear un eje El
Cairo-El Cabo y lugar clave en el camino hacia la India.
En Asia el gran centro de acción británica fue la India, tanto por la
amplitud de su mercado (300 millones de habitantes), como porque
suministraba a Inglaterra algodón, yute, trigo, aceites, té, etc. Posteriormente
a la India se añadió Birmania, Malasia y varios archipiélagos del Pacífico.
Por último hay que mencionar las bases estratégicas británicas: en el
Mediterráneo, Gibraltar, Malta, Chipre; en la ruta de la India, Isla Mauricio,
Mombasa, Zanzíbar, Ceilán; en la ruta de China, Singapur y Hong-Kong.
FRANCIA es el país que mejor refleja el ambiente nacionalista e
imperialista de la época. Parte de un imperio muy inferior al británico que no
llegaba a un millón de kilómetros cuadrados. Sin embargo, la derrota frente a
Prusia provoca que la III República se lance a una importante política de
colonización, con el fin de mantener su posición de potencia internacional
compensando la pérdida de Alsacia y Lorena.
En Asia, Francia establece un protectorado en Camboya y ocupa Annam,
Tonkin y Laos que formarán la Unión Indochina, zona de gran riqueza agraria
(arroz) y de materias primas para las nuevas industrias (caucho, carbón,
estaño, zinc). También ocupa la isla de Madagascar.
En África, toma Argelia como base y establece un protectorado en Túnez
en 1881. Penetra por el río Senegal hacia el Sudán Occidental y también
conquista una zona del Golfo de Guinea de modo que el imperio francés se
estructura en el Noroeste de África. Francia quería formar un eje Este-Oeste
en el Norte del continente africano pero este proyecto choca con los
intereses británicos en el Valle del Nilo. Esta tensión franco-británica, estalla
en 1898 cuando el ejército británico exige al francés la evacuación de
Fashoda, dejando así clara la superioridad británica en el Valle del Nilo. A
principios del siglo XX Francia se ha convertido en una de las primeras
potencias coloniales, si bien, a diferencia de Inglaterra, el imperio no resultó
muy rentable, aunque constituyó su mayor orgullo.
ALEMANIA se incorpora tarde a la expansión colonialista y tendrá que
conformarse con los territorios que quedaban libres. Además se enfrentará
con otras potencias al pretender introducirse en sus zonas de influencia. No
obstante, Alemania llega a dominar en África la fachada comprendida entre
Angola y la desembocadura del río Orange (actualmente Namibia). Para
agilizar el control establece dos factorías: Togo y Camerún. A partir de aquí
avanza progresivamente hasta la región de los grandes lagos. Su imperio se
completa con una serie de archipiélagos del Pacífico.
Las repercusiones del imperialismo afectan a las metrópolis y a las
colonias. Las metrópolis obtienen indudables ventajas en esta expansión
imperialista. Así las colonias, si bien al principio suponen un fuerte gasto
para los gobiernos metropolitanos (ejército de ocupación, campañas
militares, nueva administración, etc.), pronto aportarán materias primas para
la industria nacional y se convertirán en mercados de consumo de los
productos europeos. En el campo político, las naciones, cuanto más grande
es su imperio, mayor importancia internacional cobran. Sin embargo,
también son fuentes continuas de conflictos, pues cualquier nación puede
chocar, en su expansión, con los intereses de otra potencia europea y
conducirle a una guerra de mayor resonancia.
En las colonias, el imperialismo cambia su geografía. El paisaje costero
cambia con la construcción de puertos, el del interior con la construcción de
ciudades nuevas, con nuevas vías de comunicación, nuevos cultivos,
explotaciones mineras, etc. También cambia el ciclo demográfico. La
medicina europea crea hospitales y vence las epidemias tradicionales, con lo
que la mortalidad desciende, que combinado con el mantenimiento de unas
tasas altas de natalidad provoca un fuerte crecimiento demográfico. Desde el
punto de vista social, el régimen colonial produjo una fuerte desorientación
en los nativos que vieron alterado de forma súbita su mundo tradicional. Se
produjo un desplazamiento de la autoridad tradicional, suplantada por
gobiernos coloniales. El cambio en los métodos de trabajo, junto al intento
de establecer la propiedad privada, llevó al hundimiento de la sociedad tribal.
Junto a esto empiezan a surgir nuevas clases sociales: una burguesía
compuesta por comerciantes, funcionarios, propietarios en su mayoría
blancos y un proletariado indígena, desarraigado de su tierra para trabajar en
las minas, en la construcción de infraestructuras o en las primeras industrias.
Por tanto, la colonización produjo la disolución del orden social tradicional
existente en las poblaciones indígenas. Culturalmente es importante señalar
el cambio de mentalidad fruto de la labor evangelizadora y docente llevada a
cabo por los europeos y que supusieron la pérdida de la identidad cultural y
tradiciones de muchas naciones indígenas; aunque, en compensación, se
difundieron los conocimientos técnicos y científicos de Europa, que sacarán
del atraso a muchas sociedades coloniales.
Por último, hay que señalar la aparición de un anticolonialismo,
producto de los abusos en la explotación y de la miseria de muchos
indígenas. Junto a éste comienzan brotes nacionalistas, germen de los
futuros movimientos nacionales que a mediados del siglo XX lograrán la
independencia.
LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y LOS TRATADOS DE PAZ.
La Primera Guerra Mundial conocida también como "Gran Guerra" fue la
primera "guerra industrial", consecuencia inevitable de la industrialización
del mundo y de los objetivos imperialistas que se desprenden de la misma.
Políticamente, y agravada por los efectos de la I Guerra Mundial, se inicia la
decadencia de Europa como centro del poder mundial.
Las causas profundas que condujeron a este conflicto, fueron: la
oposición entre los nacionalismos, el engranaje provocado por la carrera de
armamentos que a su vez estaba alimentado por el gran capitalismo
industrial, las rivalidades económicas y expansionistas de las grandes
potencias que se radicalizan ante las cuestiones balcánicas y el sistema de
alianzas internacionales que derivaron en la formación de dos bloques de
Estados enfrentados que lleva a transformar un problema localizado y
completo en una guerra general. En líneas generales las causas se pueden
reducir a cuatro:
1º.- Políticas: las causas político-territoriales se fundamentaban en la
rivalidad continental franco-alemana y sobre el que actuaba el
expansionismo colonial alemán (las dos crisis marroquíes) y la rivalidad
económica, que no hacía sino excitar el revanchismo galo centrado en la
constante reivindicación de Alsacia y Lorena. A esto se une la crisis en los
Balcanes donde el nacionalismo balcánico, que pretende liderar Serbia, aliada
de Rusia, choca con los intereses del imperio austro-húngaro y provocará la
rivalidad ruso-austriaca por el dominio de esta zona.
2º.- Imperialistas: son en realidad choques por la hegemonía
internacional, centrados fundamentalmente en los conflictos que mantiene
Alemania con Gran Bretaña. En efecto, la expansión colonial, militar y
económica de Alemania, el aumento de su marina mercante y de su armada
de guerra, ofrecían una seria competencia naval a Gran Bretaña hasta
entonces indiscutible dominador de los mares.
3º.- Económicas: el rapidísimo proceso de industrialización alemán que
supondrá una nueva competencia a los productos ingleses y franceses.
Además había cada vez más excedentes de producción lo que obligaba a
buscar nuevos mercados y lugares de aprovisionamiento de materias primas.
4º.- Ideológicas y psicológicas: el fomento del nacionalismo bien a través
de movimientos disgregadores o de ideales que justifican el expansionismo,
llevará a una continua carrera armamentística y un continuo aumento de los
ejércitos. Las intencionadas campañas de prensa manipulaban la opinión
pública generando una psicosis general de guerra que justificaba este
militarismo.
La crisis internacional que va a llevar al desencadenamiento de la guerra
europea se abre con el asesinato en Sarajevo del heredero al trono austrohúngaro Francisco Fernando. Austria acusa a Serbia de participar en el
atentado y envía un ultimátum en el que exige la participación de la policía
austriaca en las investigaciones. Austria, tras la negativa de Serbia, le declara
la guerra. Rusia, que había declarado que no permitiría la destrucción de
Serbia, decreta la movilización general de sus tropas con el apoyo francés.
Alemania intenta convencer a Rusia y Francia para que no intervengan en un
conflicto todavía localizado. Sin embargo, como consecuencia del sistema de
alianzas en bloques de Estados, el conflicto austro-ruso se transforma en una
guerra general europea. Los dos bloques que se enfrentaron en esta guerra
fueron: la Triple Alianza, constituida por Alemania, Austro-Hungría e Italia,
que se mantuvo neutral, pero a la que se unieron Turquía en 1914 y Bulgaria
en 1915; y la Triple Entente, constituida por Francia, Rusia y Gran Bretaña y a
la que se fueron uniendo Serbia, Bélgica y Japón en 1914, Italia en 1915,
Rumanía y Portugal en 1916 y Estados Unidos y Grecia en 1917.
En la evolución cronológica de la guerra, entre 1914 y 1918, se observan
una serie de fases: 1ª.- la guerra de movimientos y fronteras, en 1914; 2ª.- la
guerra de posiciones y desgaste, desde 1915 a 1916; 3ª.- el año crítico y
conflictivo de 1917; 4ª.- el final de la guerra en 1918.
1ª.- La guerra de movimientos y fronteras. La guerra, que se preveía de
corta duración, se iniciaba de acuerdo con la estrategia militar tradicional de
movimientos de tropa y rápida ocupación del territorio enemigo apoyada en
la infantería. Alemania pone en marcha el plan Schlieffen que preveía la
derrota completa de Francia por una gran ofensiva a través de Bélgica en el
frente occidental para volverse después al oriental contra Rusia. Sin
embargo, este plan fracasa y destruye el proyecto alemán de una guerra
rápida. Se impone la realidad de tener que afrontar una guerra larga que
exigirá un esfuerzo total por parte de todos los beligerantes, con una lejana
perspectiva de paz. Esto hace que los gobiernos de los países implicados en el
conflicto se concentren en el esfuerzo de guerra, con la movilización total de
sus hombres y de sus recursos.
2ª.- La guerra de posiciones. Fracasados los planes iniciales se pasa a
una guerra de posiciones y de desgaste. Durante 1915 y 1916, estabilizados
los frentes con trincheras, alambradas y líneas fortificadas, se llevarán a cabo
ataques de ruptura con sangrientas batallas sin efectos trágicos. El sistema de
trincheras, al exigir una mayor acumulación de material bélico, compromete
en el esfuerzo a todos los recursos de los países. A fines de 1916 nada ha
cambiado en los frentes militares. La guerra continua con el riesgo de
prologarse largo tiempo. Este conflicto agudiza los problemas políticos y
económicos de los beligerantes. Se ensayaban nuevas armas (artillería
pesada, aviación, tanques, gases tóxicos, etc.) que requerían un enorme
esfuerzo de la industria bélica. Ante la falta de mano de obra por los
reclutamientos, se recurre a adolescentes, jubilados y mujeres que se
incorporan así masivamente, al mundo laboral. La escasez y carestía de los
alimentos y materias primas obliga al endeudamiento exterior y al
racionamiento. Se pone en marcha una economía de guerra basada en la
planificación y la autarquía. Estallan revueltas entre los combatientes,
huelgas entre los obreros y protestas de la población civil.
3ª.- El año crítico y conflictivo: 1917. Las previsiones establecidas por los
estados mayores fueron, no obstante, profundamente alteradas por dos
importantes sucesos, ocurridos entre marzo y abril de 1917: por un lado, la
revolución rusa y la caída del régimen zarista, que va a llevar a Rusia a firmar
la paz con Alemania y Austro-Hungría. Lenin y Trotsky firman el armisticio de
Brest-Litovsk entre Rusia y los imperios centrales con el fin de salvar la
revolución bolchevique. Alemania se libra del frente oriental. Por otro lado, la
entrada de Estados Unidos en la guerra, cuya intervención aporta a los países
de la Entente un apoyo que será decisivo.
4ª.- El final del conflicto. A lo largo de 1918 se hace cada vez más
evidente el creciente reforzamiento de los aliados occidentales, beneficiados
con la intervención americana, y por otro, el sentimiento entre alemanes y
austriacos de la imposibilidad de ganar la guerra. A partir de julio Alemania
tiene conciencia de que la guerra está perdida debido a la ofensiva total
aliada dirigida por Foch que triunfará sobre el ejército alemán. Las
consecuencias de las derrotas militares se manifiestan inmediatamente en las
peticiones de armisticio y en el restablecimiento de la paz, con lo que se pone
fin al conflicto.
Terminada la guerra con la firma de los armisticios, la organización de la
paz se realizó por la Conferencia de Paris en 1919. Gran Bretaña, Francia,
EEUU, Japón e Italia ejercieron el papel preponderante en esta Conferencia,
intentando imponer cada uno de ellos sus tesis políticas.
Estados Unidos estaban representados por su presidente Wilson que
asentó las bases de la paz en los "Catorce puntos". En ellos se propugnaba el
establecimiento de relaciones generales entre las potencias basadas en la
cooperación económica y política; la reducción del armamento y la creación
de un organismo supranacional que velara por el mantenimiento de la paz
internacional (la Sociedad de Naciones); la eliminación de la diplomacia
secreta; la libertad de navegación y comercial, la devolución de Alsacia y
Lorena a Francia, la reconstrucción de Polonia, la independencia de las
nacionalidades de Austria-Hungría, el derecho de las nacionalidades y
autonomía de los pueblos y la resolución de las cuestiones coloniales,
teniendo en cuenta la opinión de las poblaciones. Wilson deseaba afirmar la
paz mundial sobre el derecho y la justicia, y atribuir a los EEUU el papel de
árbitro internacional, en un ambiente de reconciliación y de colaboración
hacia el futuro. Francia tuvo como representante al jefe de gobierno
Clemenceau, que se mostraba obsesionado por la seguridad de Francia ante
la amenaza de Alemania, que la había invadido en dos recientes ocasiones
(1870 y 1914), y a la que deseaba dominar y controlar por medio de fuertes
reparaciones y la seguridad de Estados tapones intermedios. Gran Bretaña
representada por su primer ministro Lloyd George, defendía el
mantenimiento del equilibrio europeo, impidiendo que Francia estableciera
su hegemonía en el continente que rompiera la tradicional balanza del poder
en Europa y reanimar a Alemania, sin la imposición de duras condiciones por
la derrota, ya que políticamente constituía una muralla contra el bolchevismo
ruso. Deseaba un pronto entendimiento entre vencedores y vencidos, en
beneficio de una paz estable. Italia representada por Orlando, pretendía la
satisfacción de las reivindicaciones territoriales italianas (los territorios
irredentos): Trentino, Trieste y Dalmacia. Japón mantuvo sus reclamaciones
sobre los derechos alemanes en China y los territorios insulares del Pacífico.
Fue, junto con EEUU, el principal beneficiario económico del conflicto,
afirmando, así, su papel de potencia mundial predominante en Asia oriental.
Al mismo tiempo, y como resultado de las ideas wilsonianas y su eco
entre sectores políticos europeos, se van imponiendo en la vida internacional
una serie de principios, que tienden a ser generalmente aceptados, y que
constituyen el marco ideológico-político internacional en el que se construye
la paz. Estos principios son:
- el "derecho de los pueblos a disponer de sí mismos", y que sirvió de
base a la reestructuración de Europa donde cada nacionalidad se constituyó
en Estado soberano e independiente.
- la "igualdad entre todos los Estados, grandes o pequeños", que
sustituye al predominio de los grandes Estados.
- la "seguridad colectiva", para sustituir a los acuerdos bilaterales, con lo
que se inicia la diplomacia multilateral de reuniones y Conferencias
internacionales.
- la "diplomacia abierta", para trata públicamente los asuntos mundiales,
opuesta a la anterior práctica de la diplomacia secreta.
A pesar de estos principios no por ello desaparecieron los hábitos de la
época anterior, que se siguieron utilizando. También, a veces, estos principios
fueron incumplidos. En todo caso, la política internacional experimentó un
profundo cambio en numerosos aspectos desde este momento.
Esta Conferencia de Paris y las negociaciones de paz llevarán a los
tratados de paz que supondrán una serie de reajustes políticos, económicos y
sociales. Estos tratados son los siguientes:
1º.- Tratado de Versalles, firmado con Alemania en 1919, comprende
tres clases de cláusulas: territoriales, militares y financieras.
Las cláusulas territoriales son: en el Oeste, Alemania restituye Alsacia y
Lorena a Francia; el Sarre queda bajo tutela de la Sociedad de Naciones
aunque sus minas quedan bajo usufructo francés. En el Norte, Schleswig del
norte pasa a Dinamarca. En el Este, Posnania y parte de Prusia occidental
pasan a Polonia que es reconstruida como nación independiente, y tiene
acceso al mar Báltico por el corredor de Dantzig, territorio polaco que separa
a Prusia oriental de Alemania; la ciudad de Dantzig queda bajo control de la
Sociedad de Naciones; Alta Silesia queda dividida entre Polonia y Alemania.
En ultramar pierde todas las colonias que son transformadas en Mandatos y
repartidos, bajo la tutela de la Sociedad de Naciones, entre las potencias
aliadas.
Las cláusulas militares imponen el desarme alemán. El ejército se reduce
a 100.000 hombres, queda abolido el servicio militar obligatorio, y son
suprimidas la artillería pesada y la aviación. La marina de guerra deberá ser
entregada a los aliados (los alemanes prefirieron hundirla).
Las cláusulas financieras fijan el pago de las reparaciones. Alemania es
considerada responsable moral de la guerra, por lo que ha de hacer frente a
la responsabilidad financiera de la misma, teniendo que pagar las
reparaciones de los daños causados, cuyo montante será fijado antes de
mayo de 1921. Además, Alemania otorgará a los vencedores el trato de
nación más favorecida y reconocerá la internacionalización de sus vías
fluviales.
Las potencias aliadas para garantizar el cumplimiento del tratado fijan
unas garantías, que se materializan con la ocupación militar aliada de la orilla
izquierda del Rhin, y la desmilitarización de Renania.
El Tratado de Versalles fue impuesto a Alemania como un "diktat", y al
no ser asumido, alimentó el revanchismo alemán del que se beneficio Hitler.
2º.- Tratado de Saint-Germain firmado con Austria. Austria quedó
reducida a un pequeño país al perder todos sus territorios no alemanes,
prohibiéndosele su unión con Alemania. Austria cedió Galitzia a Polonia,
Bohemia y Moravia a Checoslovaquia, Trentino a Italia, Eslovenia, BosniaHerzegovina y Dalmacia a Yugoslavia y Bukovina a Rumanía.
3º.- Tratado de Trianon.- firmado con Hungría, que pierde todos sus
territorios no poblados por húngaros, cediendo Eslovaquia y Rutenia a
Checoslovaquia, Croacia a Yugoslavia y Transilvania a Rumanía.
4º.- Tratado de Neuilly.- firmado con Bulgaria, que cede Macedonia del
Norte a Yugoslavia, Dobrudja a Rumanía y Tracia central a Grecia.
5º.- Tratado de Sèvres.- firmado con Turquía, y que significaba la
desmembración del imperio otomano. En Europa, Turquía sólo conservará la
región de Constantinopla.
Las consecuencias de la guerra van a afectar, aunque en distinto grado,
tanto a vencedores como a vencidos, produciendo una serie sustancial de
cambios no sólo en Europa, sino también en la situación internacional. La I
Guerra Mundial tuvo unas consecuencias humanas, económicas, políticas e
ideológicas desconocidas en enfrentamientos bélicos anteriores y que nunca
imaginaron los Estados beligerantes en sus comienzos:
a) Consecuencias demográficas: las pérdidas en vidas humanas por la
guerra han superado los ocho millones y medio de individuos, con 21
millones de heridos, perteneciendo prácticamente todos al sector de
población activa y joven; Rusia, Alemania y Francia, que perdieron el 20 % de
su población activa, son los países más dañados.
b) Consecuencias económicas: a las destrucciones materiales se une el
desgaste general de las máquinas que no han sido renovadas, y el aspecto
dominante es una crisis en la producción, con falta de materias primas,
destrucción del equipamiento mecánico, desorganización de los transportes y
escasez de mano de obra; también la pérdida de mercados por los europeos,
sustituidos por americanos y japoneses, y el endeudamiento europeo por los
empréstitos de guerra, y los préstamos americanos que sitúan a EEUU en una
situación favorable sobre Europa.
c) Consecuencias sociales: las atrocidades de la guerra han extendido
entre la sociedad una conciencia de crisis moral por la imposición de la
violencia como método para resolver los problemas, por el final del mito del
progreso en que se creía hasta entonces y esto conduce a la civilización
europea, tecnificada y progresista, a su decadencia. La sociedad acusa
también la influencia del nuevo orden social defendido por la revolución
soviética, que se extiende en Occidente con los Partidos Comunistas
europeos, afectando a los principios liberales y democráticos. Al mismo
tiempo, los pueblos colonizados afro-asiáticos afirman sus valores propios y
su derecho a la autonomía, enfrentándose a la sociedad occidental hasta
entonces dominante e indiscutible.
d) Consecuencias políticas: Se produce el hundimiento de los tres
grandes imperios europeos: El Imperio de Austria-Hungría deja de existir en
noviembre de 1918 con la sucesiva formación de Estados independientes en
las nacionalidades del Imperio (Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia,
rumanos, polacos...) y la caída de la monarquía austriaca, con la
proclamación de la República. El Imperio alemán también desaparece al
proclamarse la República (denominada República de Weimar). Alemania
sufre también, con la derrota, amputaciones territoriales por obligadas
cesiones a los vencedores. En el Imperio ruso la revolución bolchevique ha
acabado con la monarquía imperial, estableciéndose la República soviética.
Territorialmente abandona países europeos que forman los nuevos Estados
de Polonia, Finlandia, Estonia, Letonia y Lituania.
Por otro lado, el papel internacional que habían representado hasta
entonces Gran Bretaña y Francia principalmente, junto con Alemania, en el
desarrollo económico y la hegemonía política en el mundo, queda debilitado
durante la guerra. Por el contrario, tanto EEUU, que ha acelerado su ritmo de
desarrollo económico y de hegemonía política durante la guerra, como Japón
que se ha extendido por Asia continental y el Pacífico, generando un
imperialismo nacionalista en Extremo Oriente, se han beneficiado del
conflicto afirmándose como nuevas y auténticas potencias mundiales, nuevos
centros del poder mundial, sobre los Estados europeos.
Asimismo, otras consecuencias políticas son: el nuevo trazado de
fronteras en Europa central y oriental, las rivalidades entre los nuevos
Estados que generan nuevos conflictos, el nacionalismo agresivo de tales
nuevas naciones que chocan entre sí, y también, el sentimiento que surge
entre los vencidos desde el mismo establecimiento de la paz de la necesidad
de revisar algunas de las condiciones impuestas por los vencedores. Al mismo
tiempo, las necesidades de la guerra han reforzado el poder de los gobiernos
en detrimento de las libertades individuales.
La imposición de los tratados de paz a las potencias derrotadas y la
aparición de nuevos Estados no solventarán el problema del nacionalismo.
Más bien aumentarán las reivindicaciones territoriales y las zonas de fricción.
Las cuantiosas reparaciones establecidas, imposibles de cumplir provocarán
recelos internacionales. En definitiva, en la paz de Versalles está el germen
de futuros conflictos.
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