¡NO QUIERO MANDAR! - Asociación de militares españoles AME

Anuncio
OPINIÓN
¡NO QUIERO MANDAR!
E
n mis casi 40 años de servicio
en el Ejército y al de España y
de los españoles, no había
conocido nunca un caso semejante.
Para cualquier mando que alcanza un
cierto nivel en el empleo de su carrera
militar –por ejemplo, Teniente
Coronel o Capitán de Fragata-, su
máxima aspiración es la de mandar
una unidad o un barco. Es, también, el
momento quizás más importante en la
trayectoria militar de cualquier
Oficial.
Después de muchos años de
intensa formación, cuando el militar
llega a esos empleos, su deseo más
íntimo es el de poder demostrarse a sí
mismo que está capacitado para
mandar un Batallón (de carros de
combate, de zapadores, de blindados,
de infantería ligera, etc.) o bien el
buque de guerra más operativo de
nuestra Armada, esto es, una fragata.
Y, por qué no decirlo; es también el
momento de demostrar a los altos
mandos de los Ejércitos tu propia
capacidad de mando y de liderazgo
para asumir no sólo esa función de
extraordinaria responsabilidad
–recordemos que mandamos hombres dispuestos a morir frente al
enemigo-, sino también la de que esos
altos mandos dispongan de los
elementos de juicio necesarios para
poder elegir después a quienes
consideren más capacitados para el
ascenso a más elevados empleos (al
menos en teoría).
Hace sólo unos días se publicaron
vacantes de mando para Tenientes
Coroneles del Ejército de Tierra.
Circunstancialmente me encontré con
uno de estos Oficiales que había
conocido cuando yo era Teniente
Coronel y él era Teniente. Como es
natural, le pregunté por su carrera
militar, por sus destinos, por su futuro
y, por supuesto, por su familia. Y fue
entonces cuando me enteré de estos
Entrega de mando
casos insólitos que hoy se dan en el
Ejército y que para cualquier militar
–o cualquier persona sensata que
tenga la capacidad suficiente para
pensar por sí misma- pueden resultar
no sólo chocantes sino descorazonadores.
Hoy hay Oficiales en el Ejército
que no quieren mandar. Ya sabemos
que hubo un tiempo en el pasado en el
que ocurrió algo parecido, fundamentalmente en un Arma determinada, en
virtud de la problemática general en
que se encontraban las FFAA como
consecuencia de una situación
política de abierto hostigamiento a
ellas. Ese tiempo pasó. Y hoy el
motivo de negarse a asumir el mando
de Unidades por parte de algunos
Oficiales con posibilidades más que
sobradas para poder hacerlo, son
otras. ¿Cuáles?
Mi interlocutor me lo explicó con
gran naturalidad y sencillez. El
motivo fundamental es el de que el
Oficial que pretenda mandar un
Batallón y si, además, éste no se
encuentra en su lugar de residencia
MILITARES 103
24
DICIEMBRE 2014
habitual, tiene que poner dinero de su
bolsillo para hacerse cargo del mando
de la Unidad. Me explicó, incluso, que
hay Oficiales que llegan a tener que
pedir algún crédito en alguna entidad
bancaria para hacer frente a los
primeros y más urgentes gastos del
traslado.
Si bien el Ejército le paga la
mudanza, el viaje y tres días de dieta
por cada miembro de la unidad
familiar (esto último una vez incorporado al destino), se desentiende por
competo de otros gastos que el militar
ha de asumir de un modo u otro. Por
ejemplo, el de la vivienda y el colegio
de los hijos. El de la vivienda porque
no en todos los destinos hay casas
militares o pabellón de cargo para ese
jefe de Batallón. Entonces hay que
buscar algún lugar donde cobijarse,
donde instalar a la familia, alquilar
una vivienda. ¿Y cuánto suele suponer
el desembolso inicial del alquiler de
una vivienda? Tres mensualidades de
golpe (fianza, primer mes de alquiler e
inmobiliaria). ¿De dónde sale ese
dinero? Del bolsillo del bienintencionado militar. En cuanto al colegio de
OPINIÓN
los hijos, no hay que dar demasiados
detalles: matrículas, libros nuevos (en
función de la Autonomía en donde se
encuentre el destino), uniformes,
idioma, etc.
¿Es extraño, por tanto, que haya
Oficiales que descarten el mando de
una Unidad desde el momento en que
para hacerse cargo de la misma tengan
que poner dinero de su propio bolsillo
para ello? E, insisto; Oficiales muy
bien situados en el escalafón, pero
que, ante la realidad a la que se
enfrentan, prefieren sacrificar su
carrera y no sacrificar a su familia.
Sorprendentemente no ocurre así
para aquellos militares que salen
destinados al extranjero, con sus
dietas, por supuesto, bastante más
elevadas que los que se trasladan en
España. Así, a un Teniente Coronel
que va a Alemania o Italia, etc.,
además de los gastos pagados antes
citados, se le proporcionan unos
8.000 euros en mano (4.000 de ellos a
fondo perdido y el resto a recuperar
por el Ejército deduciéndoselo de las
mensualidades que cobren durante el
primer año de destino). ¿Por qué esta
discriminación tan abultada? ¿Acaso
el Mando militar lo considera justo?
¿O es que el Mando militar ni siquiera
estaba enterado de estas diferencias
económicas?
evitar ligar esta racanería para con los
militares frente al derroche y al
despilfarro de millones de euros que
los políticos de esta desconocida
España dilapidan año tras año sin que
se ponga coto a infinidad de gastos
que se cubren con dinero público,
muchas veces inútiles e incomprensibles. Por ejemplo, el que conocimos
hace unos días, cuando, al parecer, el
Congreso de los Diputados se va a
gastar más de un millón de euros en
proporcionar a cada diputado nuevos
medios de comunicación de última
generación porque los de hace dos
años ya no sirven.
Mi interlocutor me comentaba
también que envidia a la Marina. En la
Armada se tiene la sana costumbre de
que, quien manda un buque, cobra
más que nadie. Poco, muy poco más,
pero más que el Oficial sentado en un
despacho de Estado Mayor. Porque en
aquél se reúnen, generalmente, ambos
títulos: el de ser de Estado Mayor y el
de asumir la gran responsabilidad del
Mando. ¿Por qué no sucede así en
Tierra, en donde un mando de
Batallón cobra menos que el Oficial
de Estado Mayor de la mayor parte de
los despachos en los que sea preciso
ese diploma?
Señor ministro de Defensa: usted
forma parte del banco azul del
Congreso. ¿Tendremos ocasión de ver
algún día que el sentido común y la
ejemplaridad se imponen a las
ideologías, a los egoísmos y a la
sinrazón de esta triste, dividida,
relativista y desconocida España?
Cuando concluyó la conversación
con mi antiguo subordinado, no pude
Teniente ESPAÑA
MILITARES 103
25
DICIEMBRE 2014
Descargar