Las misiones populares

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4. LOS MEDIOS DE LA EVANGELIZACIÓN: LAS MISIONES
POPULARES
Punto de partida:
-
Desde el comienzo estamos divididos en dos grupos.
A cada grupo se da el texto del Evangelio de los discípulos de Meaux, Lc 24,13-35).
En el grupo se lee detenidamente el texto. Se puede representar o leer dando a distintas poersonas
los papeles de los distintos personajes.
Al terminar la lectura el primer grupo busca y subraya los verbos referentes a Jesús.
El segundo grupo busca y subraya los verbos referentes a los discípulos.
Además cada grupo elabora 4 preguntas para hacer al otro grupo. Las preguntas buscar
profundizar, aclarar sobre los discípulos y Jesús. El grupo que busca los verbos de Jesús hace las
preguntas al grupo que busca los verbos de los discípulos y viceversa.
Plenario:
-
Los dos grupos se hacen las preguntas.
El primero hace una pregunta, luego el otro grupo y así sucesivamente hasta el final.
Textos de San Eugenio:
“Necesitamos hombres desprendidos, con celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas,
decididos, en una palabra, a seguir y practicar los consejos evangélicos. Sin eso, poco bien o ninguno se
puede esperar de ellos. Las misiones son la obra apostólica por excelencia; si queremos lograr los
mismos frutos que los Apóstoles y los primeros discípulos del Evangelio, tenemos que emplear los
mismos medios, y con mayor razón, puesto que no tenemos el poder de hacer milagros y, a falta de esto,
hay que atraer a los pueblos extraviados con el brillo de las virtudes. Me da vergüenza escribir esto;
¡bueno! ; nadie sabe mejor que yo que es más fácil dar lecciones que dar ejemplos” (Al Sr. Arbaud,
1.1.1819).
“El misionero, por el hecho de estar llamado al ministerio apostólico, debe aspirar a la perfección. Lo
elige el Señor para reproducir entre sus contemporáneos las maravillas realizadas en otro tiempo por los
predicadores del evangelio. Por eso debe seguir sus huellas, plenamente convencido de que los milagros
que deberá hacer no serán fruto de su elocuencia, sino de la gloria del Todopoderoso que se comunicará
por medio de él, con tanta más riqueza cuanto más virtuoso sea, más humilde y más santo, para decirlo
de una vez. Debe, pues, jugárselo todo por llegar a esta codiciable santidad que ha de producir tan
sabrosos resultados. Lo que nosotros hemos visto como más adecuado para poder llegar a eso, es
ceñirnos lo más posible a los consejos evangélicos que han observado fielmente todos aquellos a quienes
Jesucristo comprometió con la gran tarea de la salvación de las almas” (Al Sr. Virguier, 6.1. 1819).
“Por tercera vez en esta semana he ido a confirmar a nuestros barrios más empobrecidos. Siempre vuelvo
edificado de esas viviendas pobres donde reina la miseria, aliviada por la caridad más solicita. Es algo
verdaderamente admirable ver tanta gente buena que se acerca a los enfermos de su barrio para
cuidarlos” (Diario, 23.11.1838).
“Se dedicarán principalmente a las misiones que es el fin principal de su Instituto, y con preferencia en
las regiones más abandonadas y predicando en lengua vulgar, es decir, en provenzal, que es lo que usa el
pueblo que no comprende bien el francés en esos lugares apartados. Prestarán ayuda al clero para
reformar las costumbres, con retiros y la buena formación eclesiástica en los seminarios. Dedicarán
especial atención a la juventud, formando asociaciones cristianas para apartarla de la corrupción del
mundo. Se pondrán al servicio de los pobres prisioneros a los que instruirán, administrarán los
sacramentos y acompañarán hasta el cadalso, cuando sean condenados a muerte” (Súplica al Papa León
XII, 8.12.1825).
“Visita pastoral a la parroquia de Santa María Magdalena; las de San Justo y de San Bernabé se
adhirieron. Había bastante afluencia, a pesar de ser día laborable, como para extenderme sobre los
deberes del pueblo en mi exhortación, antes de hablar a los niños. Todos los que me acompañaban y me
rodeaban han quedado impresionados, como lo estoy yo siempre, de la atención constante del auditorio,
sin excluir a los niños, prueba evidente de que estoy en lo acertado, en el único método, hablándoles en
su idioma. Pero además hay que ponerse al alcance del pueblo, no contándoles boberías, ni traduciendo
literalmente algún discurso francés que no sirve absolutamente para nada, sino explicando bien la idea.
Así se pueden enseñar adecuadamente las verdades más elevadas y hacerlo con gran provecho para las
almas. Acéptese mi experiencia” (Diario, 4.9.1838) .
Preguntas:
1) ¿Qué tienen en común estos textos con el Evangelio de los discípulos de Emaús?
2) ¿Cuáles son las actitudes a tener en cuenta cuando anunciamos el Evangelio?
3) ¿Qué es lo que anunciamos?
Profundización
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Se hace a través de un testimonio de alguien que ha participado de una MISIÓN POPULAR.
Terminado el testimonio, se puede dividir el grupo grande en grupos chicos con una pregunta:
¿Qué descubrí y que me llegó más?
Puesta en común
Oración:
- rezamos por los misioneros que conocemos, sobretodo los que están lejos.
- Padre nuestro, Ave y Gloria.
- Canto Misionero.
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