MÉTRICA ESPAÑOLA. EJERCICIOS Clasifica las siguientes estrofas o poemas: 1. Si se muere la guitarra, enterradla por el río para que la toque el agua. 2. Luchando cuerpo a cuerpo con la muerte, al borde del abismo, estoy clamando a Dios. Y su silencio, retumbando, ahoga mi voz en el vacío inerte. 3. Pasan huyendo los trenes. Huyen de su violencia. El ruido forma cadencia. Se igualan males y bienes. 4. Tu calle ya no es tu calle, que es una calle cualquiera camino de cualquier parte. 5. Los zapatos en que espero el tiempo de mi partida, tienen dos alas de cuero para sostener mi vida. 6. Verdes tienes los ojos, niña, los jueves, que si fueran azules no fueran verdes. 7. Parece que mi destino es el de vivir soñando. A vida que es toda sueño la muerte no le hará daño. 8. Enhiesto surtidor de sombra y sueño que acongojas el cielo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza, devanado a sí mismo en loco empeño. 9. Porque allí llego sediento, pido vino de lo nuevo, mídenlo, dánmelo, bebo, págolo y voyme contento. 10. Cada vez que la miraba salía un sol por su frente de tantos rayos ceñido cuantos cabellos contiene. 11. Pues andáis en las palmas, ángeles santos, que se duerme mi niño, tened los ramos. 12. Hojas del árbol caídas juguetes del viento son; las ilusiones perdidas, ay, son hojas desprendidas del árbol del corazón. 13. Si de mi baja lira tanto pudiese el son que en un momento aplacase la ira del animoso viento y la furia del mar y el movimiento. 14. Cerca del Tajo, en soledad amena, de verdes sauces hay una espesura toda de hiedra revestida y llena, que por el tronco va hasta la altura y así la teje arriba y encadena, que el sol no halla paso en la verdura; el agua baña el prado con sonido, alegrando la vista y el oído. 15. Rey don Sancho, rey don Sancho, no digas que no te aviso que de dentro de Zamora un alevoso ha salido: Vellido Dolfos se llama, hijo de Dolfos Vellido; cuatro traiciones ha hecho y con ésta serán cinco. Si gran traidor fue el padre, mayor traidor es el hijo. Gritos dan en el real, a don Sancho han malherido. 16. No me mires, que miran que nos miramos, y verán en tus ojos que nos amamos. 17. Caído se le ha un clavel hoy a la Aurora del seno; ¡qué glorioso que está el heno porque ha caído sobre él! 18. Pastores los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes Aquel que yo más quiero decidle que adolezco, peno y muero. 19. ¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras? 20. Ese vago clamor que rasga el viento es la voz funeral de una campana: vano remedo del postrer lamento de un cadáver sombrío y macilento que en sucio polvo dormirá mañana.