al manto de la Tierra

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PÚBLICO
JUEVES, 24 DE MARZO DE 2011
Ciencias
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JUEVES, 24 DE MARZO DE 2011
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Responsable de la edición de hoy: Patricia Fernández de Lis p [email protected]
VIAJE
Responsable de la edición de hoy: Patricia Fernández de Lis p [email protected]
Una odisea de 10.000 metros
Posibles localizaciones
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emplazamiento
original del proyecto Mohole
<océano Pacífico
al manto
de la Tierra
debido a que posee aguas poco
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EEUU
BAJA CALIFORNIA
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PLACA DE
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km 1.000
PROFUNDIDAD DEL AGUAI
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Un grupo de científicos quiere atravesar por primera vez
en la historia la corteza terrestre // El objetivo, bajo cuatro
kilómetros de agua y seis de roca, se alcanzaría en 2025
MANUEL ANSEDE
MADRID
3
El 23 de marzo de 1961,
poco después de que los
Beatles tocaran por primera vez en Liverpool, el novelista estadounidense John
Steinbeck zarpaba desde San
Diego rumbo a uno de los mayores desafíos de la historia de
la ciencia. Steinbeck, que ya
había triunfado con Al este del
edén y Las uvas de la ira, se había colado como reportero de
la revista Life en el CUSS I, un
enorme barco que partía “con
el balanceo de un pato” con la
misión de pararse a 250 kilómetros de California, quedarse allí congelado como si navegase sobre cemento, superar 3.800 metros de agua, llegar al fondo marino con una
cabeza perforadora y rascar.
Los habitantes de la cercana isla de Guadalupe, un grupo de transmisiones por radio
del Ejército mexicano, comenzaron en seguida a difundir
rumores: “Sospechan que estamos extrayendo diamantes,
reconociendo el terreno para
construir plataformas de misiles o buscando un tesoro de
un naufragio. Todavía no han
encontrado una manera de
vincularnos a algo relacionado con el sexo, pero lo harán”,
escribió Steinbeck. Sin embargo, el proyecto, bautizado
Mohole, era únicamente el primer intento humano de llegar
a la segunda capa de la Tierra,
el manto. Y fracasó.
Medio siglo exacto después
de aquella aventura, un grupo de científicos quiere volver
a intentarlo. El ser humano ha
Sólo el barco
japonés ‘Chikyu’ ha
costado unos 650
millones de dólares
Un geofísico español
escogerá el lugar
para perforar, en el
océano Pacífico
El camino hacia
las entrañas de la
Tierra arde a 300
grados centígrados
recorrido 400.000 kilómetros
por el espacio hacia la Luna,
ha paseado por su superficie y
ha traído de vuelta a la Tierra
rocas lunares, casi sin despeinarse. Sin embargo, nuestra
especie ha sido incapaz hasta
la fecha de obtener una muestra directa del manto terrestre.
Si la bola de rocas que forma
el cogollo del planeta fuera un
postre, el manto sería una capa de bizcocho de diez centímetros, y la corteza, lo que pisamos, sería una finísima capa
de azúcar de un milímetro. El
ser humano no ha conseguido
agujerear esta cascarilla, llegar al bizcocho y ver directamente qué hay allí abajo, a tan
sólo 30 kilómetros bajo nuestros pies.
“Llegar al manto quizá sea
más difícil que llegar a la Luna”, admiten hoy en la revista Nature los dos impulsores
del nuevo viaje al manto de la
Tierra, el británico Damon
Teagle y el francés Benoît
Ildefonse. Su plan es muy sencillo: llegar en barco a algún
punto del Pacífico entre Centroamérica y Hawai, formar
una cadena de tubos de perforación de 4.000 metros hasta el
suelo oceánico y allí comenzar
a perforar otros 6.000 metros
hasta llegar al manto. El primer
problema es que la tecnología
para hacer este orificio no existe. El camino hacia las entrañas
de la Tierra arde a 300 grados
y aplasta con una presión de 2
kilobares, 2.000 veces el nivel
que sufre una persona que pasea por la playa. Y el segundo
obstáculo es que los científicos,
de momento, no tienen dinero
para emprender esta epopeya
hacia el manto.
“Calculamos que podríamos completar la perforación en 2025”, explica optimista Benoît Ildefonse, de la
Universidad de Montpellier,
“si podemos encontrar financiación”. Su idea es perfeccionar la tecnología durante diez
años, empezar el agujero alrededor de 2020 y acabarlo cinco años después. Entonces, los
científicos traspasarían una
de las últimas fronteras vírgenes de la Tierra, la discontinuidad de Mohorovicic, que separa la corteza y el manto. El comienzo del núcleo del planeta, al que llegó el profesor Otto
Lidenbrock en Viaje al centro
de la Tierra de Julio Verne, está
mucho más abajo, a 2.900 kilómetros de profundidad.
¿Y de dónde saldrá la financiación? “No puedo respon-
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El ‘Chikyu’
El pozo ‘Kola’
La URSS comenzó el
agujero más profundo
jamas realizado.
Es el mayor buque oceanográfico
de perforación del mundo, es el
principal candidato para realizar
la prospección.
1 El buque transporta unas tuberías
que se ensamblan y envuelven un
taladro. El ‘Chikyu’ almacena a
bordo hasta 10 km de tubería.
(El barco no
está a escala)
2 Un aparato denominado BOP se
fija a la entrada del pozo y
controla mediante unas válvulas
un posible aumento repentino de
la presión y evita posibles escapes
de petróleo o gas.
der a esa pregunta”, admite
Ildefonse. “Será mucho dinero, seguro, pero todavía no hemos calculado el coste, es demasiado pronto”, añade. Sólo
el buque oceanográfico japonés que pretenden emplear, el
Chikyu, costó unos 650 millones de dólares. El próximo 13
de abril zarparán en otro barco más básico, el JOIDES Resolution, para ahondar 400 metros más un agujero ya elaborado de 1,5 kilómetros frente
al litoral de Costa Rica y extraer la roca más profunda jamás sacada de debajo del lecho marino. Será un paso más
hacia el manto, pero se quedarán muy lejos, a 3,5 kilómetros de distancia.
La hucha del proyecto está
en manos del Programa Integrado de Perforaciones Científicas Oceánicas (IODP), en
el que participan 27 países.
España, a través del Ministerio de Ciencia, pone 540.000
euros cada año hasta 2013 en
este programa, que indaga en
la historia y la estructura de la
Tierra. “La financiación requerida para el Mohole podría exceder la capacidad del IODP,
en cuyo caso tendremos que
buscar dinero adicional fuera,
en la industria, por ejemplo”,
explica el francés.
El trabajo de los científicos
es muy diferente al de las petroleras, pero emplean prácticamente las mismas herramientas. De hecho, el barco al que subió Steinbeck, el
CUSS I, estaba bautizado con
las iniciales de las petroleras
que lo construyeron: Continental, Union, Shell y Superior. Sin embargo, los pozos
de hidrocarburos se perforan
mucho más cerca de la costa, en acumulaciones de sedimentos donde se esconden el
gas y el petróleo. Es relativamente fácil. Los científicos de
Mohole quieren hacer algo
mucho más inverosímil: aguje-
rear directamente la corteza
oceánica, formada por rocas
duras, no por sedimentos.
Frente a su empeño, cualquier boquete abierto hasta la fecha en la superficie
de la Tierra palidece, incluido el Pozo Superprofundo
de la península rusa de Kola.
Allí, los científicos soviéticos
comenzaron a taladrar en
1970. En 1989, poco antes
del batacazo de la URSS, alcanzaron los 12.262 metros,
el agujero más profundo jamás excavado por el ser humano. Sin embargo, se quedaron muy lejos del manto,
cuya puerta de entrada bajo
los continentes se encuentra
a entre 30 y 60 kilómetros de
la superficie. Bajo el océano,
el grosor de la corteza es mucho menor, unos seis kilómetros hasta la discontinuidad
de Mohorovicic.
El geofísico español Juan
Pablo Canales, de la Institución Oceanográfica
Woods Hole (EEUU), es uno
de los encargados de escoger
el lugar idóneo para perforar. Tienen tres candidatos,
en las costas de Hawai, Costa Rica y Baja California. En
todos ellos la corteza presenta un espesor de menos de
seis kilómetros. Ahora, “los
factores más importantes
son la profundidad del fondo marino y la temperatura
máxima” que se encontrarán
allí, según Canales. “Perforar
hasta 200 grados no es problema. A más altas temperaturas es posible, pero se dispara el coste”, advierte.
Todo este descomunal
esfuerzo para hacer un agujero, posiblemente, no valdrá
para nada. Habrá que hacer
más agujeros para conocer
el funcionamiento geológico de la Tierra. Sin embargo,
recuerdan los científicos, “si
no hay un primer agujero, no
podrá haber un segundo”. D
LECHO MARINO
,1))
PROYECTO MOHOLE I
(1961)
170 m
3 En el extremo inferior de la tubería
UNA ODISEA SIN FRUTO
El primer proyecto
Mohole, emprendido
en 1961, fue
documentado por un
fotógrafo de la revista
‘Life’ y por el novelista
estadounidense John
Steinbeck. Sobre
estas líneas, el geólogo
Harry Hess, padre del
proyecto y de la teoría
de las placas tectónicas,
explica en una pizarra el
camino hacia el manto.
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se encuentra la cabeza de
perforación, que mediante un
sistema de flujo continuo, envía al
barco las muestras de roca.
POZO 504B
(1993)
2.111 m
El buque oceanográfico japonés ‘Chikyu’. JAMSTEC
El cazador de terremotos
EL POZO
SUPERPROFUNDO
DE KOLA
(1989)
12.262 m
C OR TE ZA
‘ MO HO ’ *
PROYECTO MOHOLE II
(*)Discontinuidad de Mohorovicic
FUENTE: JAMSTEC Y NATURE
(2025)
6.000 m
M A NT O
GRÁFICO: M. SERRANO Y A. GALOCHA
El único barco con una tecnología similar a la que necesita
el nuevo proyecto Mohole es
el ‘Chikyu’, el mayor buque
oceanográfico de perforación
del mundo. La investigadora
del CSIC María José Jurado
ha participado en algunas de
sus expediciones y cree que
“el ‘Chikyu’ estará pronto
preparado para perforar siete
kilómetros de fondo marino”.
Jurado alerta de las “condiciones extremas” en las que
trabajarán los científicos. En
una de sus expediciones, un
contenedor con hidratos de
gas del fondo marino explotó
al subirlo a la superficie. “Hay
que tener cuidado, pero hay
muchas revisiones de seguridad”, tranquiliza Jurado.
Facebook
rechaza la ley
de derecho
al olvido
Richard Allan.
PÚBLICO
MADRID
3
Richard Allan, director europeo de privacidad de
Facebook, ha recomendado
cautela a las autoridades comunitarias antes de regular
el llamado “derecho al olvido” en internet, que ofrecería
una posibilidad a los usuarios
de desaparecer de la red si así
lo desean. La pasada semana, la comisaria europea de
Justicia, Viviane Reding, confirmó que este derecho sería
uno de los pilares de la nueva
regulación de protección de
datos que prepara Bruselas.
Allan pronunció una conferencia el martes en Londres en la que aseguró que,
aunque la compañía está de
acuerdo en proteger la intimidad de sus usuarios, los
deseos de unos pocos no deberían empeñar las necesidades de la mayoría. “La
idea básica es que los usuarios puedan controlar sus
datos, pudiendo revisar o
borrar lo que crean necesario”, dijo Allan, en una conferencia titulada Redes sociales,
privacidad online y el derecho
a ser olvidado.
El ejecutivo aseguró que
a la mayoría de los usuarios
de Facebook les preocupa
que sus datos y fotografías
se mantengan en la web “y
que les ofrezcamos garantías de que permanecerán
10 o 15 años. Pero lo último
que quieren es que borremos
sus datos, así que necesitamos un mecanismo que pueda manejar las excepciones
más que imponer reglas a los
usuarios que están cómodos.
Los casos extremos generan
leyes deficientes”, concluyó.
La pasada semana, una
jueza francesa obligó a
Google a retirar un vídeo
porno que una mujer había
grabado con 18 años y quería retirar. En España, la Audiencia Nacional tiene pendiente decidir si obliga a
Google a eliminar los resultados de cinco ciudadanos
que no quieren aparecer en el
buscador. D
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