EN La miToLoGÍa ya Nos CoNTabaN SObre CÓMO PeTrIFICAr AL

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EMPRESA, ESTADO Y ONG
Rafael Valencia - Dongo C.
Consultor Principal - Estrategia Consultores
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Mitología, Consultoría y Relaciones Comunitarias
EN LA MITOLOGÍA YA NOS CONTABAN
SOBRE CÓMO PETRIFICAR
AL RELACIONISTA COMUNITARIO
E
n un importante foro sobre Relaciones Comunitarias desarrollado en junio de este año
surgió la siguiente inquietud: “El Perú, es un
país pluricultural y multilingüe. Un crisol -como
dicen algunos- de culturas, donde las lenguas quechua
y aymara, aguaruna, etc. persisten hasta la fecha. Para
facilitar su vínculo muchas empresas mineras han sumado importantes profesionales a las áreas de Relaciones
Comunitarias teniendo en consideración la importancia
de este tema, pero no todos consiguen éxito en su gestión social. ¿Qué está pasando con estos operadores
de la relación empresa-comunidad?”[1]
Ahora es común escuchar que las empresas cuentan
con equipos de “Relaciones Comunitarias” establecidos en las zonas de interés de los proyectos conformados por sociólogos, antropólogos, ambientalistas,
comunicadores, entre otros profesionales, a ellos se les
añade comúnmente equipos de comunicación con larga
experiencia que hablan el lenguaje local (quechua, aymara, u otros) y son quienes tienen el encargo de lograr
el “permiso o aceptación social” para ejecutar los proyectos que explotan los recursos naturales.
En ese sentido, las empresas no han dudado en contratar a personal calificado en humanidades y han creado sendas Gerencias de Relaciones Comunitarias en
donde han asimilado a estos profesionales, los mismos
que van solucionando -a duras penas- problema tras
problema, pero peor aún que la Hidra de Lerna [2], los
soluciones sociales se ven superadas por una multiplicidad de nuevos problemas; pareciera el cuento de
nunca acabar.
¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO?
Volvamos a la mitología para tratar de comprender
lo que está sucediendo. Cuentan que si un valiente
osaba mirar a los ojos de la Medusa [3] quedaba
inmediatamente convertido en piedra y, por tanto,
inutilizado. Algo de esto está sucediendo con los
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expertos en humanidades a quienes la empresa ha
“asimilado” [4].
El conflicto socioambiental tiene tres partes: El Estado,
La Empresa y la Sociedad. Al asimilar a los expertos en
Humanidades, la empresa convierte a sus relacionistas
comunitarios en una parte del conflicto, lo que los pone
de inmediato en la trinchera contraria, con lo que los
profesionales en Humanidades quedan parcialmente
inutilizados -o parcialmente convertidos en inútil piedrapara mediar y resolver los conflictos sociales.
El punto más importante para los que resuelven el conflicto es la confianza y la credibilidad que tiene en las
otras partes, definitivamente al pasar a pertenecer a la
parte empresarial no generará confianza respecto a su
actuación imparcial o a favor de la comunidad. Por el
contrario, en el mismo momento en que se le asimila a
la empresa en ese momento se destruye gran parte de
la credibilidad. Asimismo, elimina casi radicalmente la
posibilidad que el profesional humanista se convierta en
una especie de garante moral de que se cumplirá con
lo comprometido.
Por más convenios o acuerdos escritos, las Comunidades saben que dichas promesas, leyes o acuerdos que
expresaban voluntad de parte para favorecer a la Comunidad han sido múltiples veces ignorados. ¿Por qué
no sucedería esta vez? Si el que actuaba de mediador
se ha pasado a militar en las filas contrarias? Así como
se ganó la confianza, puede ser también retirada.
Es por ello que es muy importante el rol que puede jugar
un tercero como facilitador, pasabolas, mediocampo,
traductor, interface o como quiera llamársele, pero que
se encuentre como un tercero con capacidades frente a
la empresa, la comunidad e incluso frente a el Estado.
Siempre hemos señalado que el triangulo de relaciones
entre el Estado, la Empresa y la Sociedad debe conver-
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tirse -aunque sea por momentos- en un rombo: Estado,
Empresa, Sociedad y Facilitador el cual debe tener ciertas características para ser exitoso.
Sin embargo, curiosamente el facilitador encontrará que
es más fácil introducirse en el tejido social de las poblaciones del área de influencia, que introducirse en medio
de la cultura organizacional de la empresa, porque en
muchos casos los funcionarios se sienten amenazados por un tercero que ingresa a su espacio reservado.
Además, para lograr el objetivo el facilitador debe poner
en sus manos asuntos que antes solo los manejaba el
funcionario, con lo cual la percepción de que está perdiendo el control del problema es latente.
Por otro lado y dado que el funcionario tiene jefes que
miran cómo evoluciona el conflicto socioambiental, es
inevitable adoptar el sentimiento de que los cambios
propuestos en el tratamiento del problema, terminen insinuando a la Jefatura que lo que se ha estado haciendo
hasta ahora no está bien, por lo que su percepción de
sobre - exposición personal crece. Adicionalmente, el
funcionario está inclinado a sospechar del facilitador de
que él mismo está inflando el problema para luego mostrar una solución que maximice su presencia.
Otro tema con el que tienen que lidiar los facilitadores
es que muchas veces se los somete a la rigidez de la
Ingeniería Financiera, forzando así los resultados y
en muchos casos liquidando el capital social que se
había logrado a duras penas, con lo cual convierten
en dura, pesada e inútil piedra los logros de los miembros de las Relaciones Comunitarias. La prisa no es
precisamente un buen ingrediente para las Relaciones Comunitarias, hay que saber reconocer el momento oportuno para cada cosa. Lo que no siempre
se puede hacer si el relacionista comunitario tiene un
gerente ingeniero o financista con la guadaña y un
reloj por encima de la cabeza.
Otro craso error es tratar de manejar los conflictos socios ambientales bajo los parámetros de la Administración o de la Ingeniería. El problema que se pretende
atacar es esencialmente político y, por lo tanto, para
comprenderlo y dominarlo la Jefatura debe comprender
que el facilitador debe conducirse en el proceloso mar
de la política. Si a la Jefatura del relacionista comunitario
le hace ascos o le causa arcada los cánones, formas y
medios políticos, pues entonces que se cambie de oficio
ya que es probable que otros oficios sean más acordes
a su personalidad, pero deberá salir rápidamente de los
campos sociales, antes de que ocasione o profundice
un conflicto socioambiental.
En buena cuenta, la razón de la falla de los relacionistas
comunitarios a menudo se encuentra más en la arrogancia, sentimiento de inferioridad y exceso de confianza de la Jefatura, que en las propias limitaciones de los
facilitadores - relacionistas comunitarios.
[1] Foro de Relaciones Comunitarias – Instituto de Ingenieros – Lima junio 2011.
[2] Hiedra de Lerna: Criatura mitológica a la que le
crecían dos cabezas por cada una que era cortada.
Fue asesinada por el héroe de la mitología griega
Hércules en el segundo de los doce trabajos que le
encomendaron.
[3] Medusa: Monstruo mitológico femenino al cual no se
podía mirar a directamente a los ojos, ya que quienes
osaran hacerlo serían convertidos en piedra. Perseo decapitó a Medusa acercándose y observándola a través
del reflejo de su escudo para evitar quedar petrificado.
La mano de Perseo fue guiada por Atenea por lo que su
hazaña fue exitosa.
[4] Tomando la connotación castrense del incorporar de
profesionales civiles, que sin haber estudiado para oficiales de las Fuerzas Armadas, se les asigna un rango
medio y luego sometidos a adherirse a los principios,
formas, modos y usos de los militares.
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